Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 10

Capítulo 4: Defectos Conocidos—Si Lo Que Le Falta Está Explicado Por Usted

Parte 4

Por primera vez, lo admitió. Envidiaba a su “hermano pequeño”.

Una lágrima rodó por su mejilla. El chico ya no era capaz de matar a nadie.

Un silencio se apoderó de la escena.

Pero antes de que esas lágrimas comenzaran a fluir…

Lloyd y Allan se adentraron más en el laberinto, sin darse cuenta de que las espinas y las enredaderas se estaban moviendo, llevándolos hacia adelante.

Con el tiempo, las paredes de espinas se separaron y se encontraron en una lujosa mansión.

“¿Es esto?”

“Un edificio de esta fantasía tiene que ser el lugar de Tramadol. Supongo que elegimos la ruta ganadora.”

Lloyd tragó saliva y dio un paso adelante.

“Espero que podamos eliminar la causa de estas espinas”, dijo.

Eso evitaría que produjeran más gases tóxicos y definitivamente era el mejor plan.

“Podemos encontrar un señor demonio sellado en algo, pero echemos un vistazo”, sugirió Allan.

“¡Sí, esos monstruos del ‘señor de los demonios’ pueden dar bastante miedo! ¡Haré lo que pueda!”

Eso fue un gran consuelo para Allan. Mientras Lloyd pensara que los señores demonio eran un tipo de monstruo, probablemente estaría bien.

Sin embargo, no sabía que el siniestro enemigo dentro era mucho peor que cualquier señor demonio.

Subieron la escalera abierta. Dentro de la habitación más grande estaba dicho enemigo.

“Te he estado esperando.” Su saludo sonó algo impaciente.

Sou estaba parado en el balcón, de espaldas a ellos, mirando a través de los huecos en las espinas, controlando los pasajes desde donde estaba.

Entrecerrando los ojos contra la luz que lo enmarcaba, los dos cadetes se dieron cuenta de a quién se enfrentaban y se estremecieron.

“¡Tú eres… el siniestro Sou!”

“El chico malo… de la mazmorra…”

Sou se dio la vuelta, con una sonrisa en los labios.

“Me alegro de que me recuerdes, Lloyd… ¿Oh?” Sus ojos encontraron a Allan y se abrieron un poco. “Supuse que Lloyd estaba solo. ¿Traes acompañaste? No importa. Bien dentro del margen de error”.

Había estado tan concentrado en Merthophan y Selen que había olvidado por completo que Allan existía.

Un despido bastante duro, y Allan no era de los que dejaban pasar estas cosas.

“Así que soy un error de cálculo, ¿verdad? ¡Te haré saber que trabajé razonablemente duro para llegar aquí!”

El estallido fue muy Allan. Al sentirlo, Sou se encogió. Enemigo o no, la desdicha se gana la simpatía.

“Perdóname”, dijo. “Pero te aconsejo que te quedes quieto hasta que yo ya no exista”.

Esa última frase no tenía sentido para ninguno de los dos.

“Estoy confundido”, dijo Lloyd, “¿pero es seguro asumir que estás moviendo los hilos detrás de todo esto?”

“Eso soy yo. ¿Qué mejor manera de hacer que quieras pelear conmigo?”

Los labios de Sou se curvaron en una sonrisa malvada, su voz llena de amenaza.

“Tus amigos ya han muerto. No mucho después de que se fueran de tu lado.”

Miró directamente a Lloyd—

Pero fue Allan quien respondió primero.

“¡Qué mentiroso! No caerán tan fácilmente”.

Dejó que la ira lo impulsara y se lanzó hacia adelante con el hacha en alto. Usando la hermosa mesa de café como un trampolín, balanceó su hacha hacia la cabeza de Sou.

Sou ni siquiera intentó evitarlo.

“Hmph. Me temo que ese ataque no funcionará conmigo. Soy más duro que el propio acero.”

“¡Cállate!”

¡Clanggg!

La fuerza habría partido el cráneo de cualquier mortal, pero el golpe rebotó con el sonido distintivo de metal contra metal.

“¡¿Hah?!”

La ausencia de lesiones en su oponente y el resonar en sus propias manos definitivamente desconcertaron a Allan.

Esto le dio a Sou una oportunidad para agarrar su brazo.

“Te lo advertí”, dijo. “Y la palma de mi mano puede causar un dolor inmenso a todo lo que toca”.

Un escalofrío recorrió la columna de Allan; un instante después, un dolor inimaginable le atravesó el brazo.

“¡Gahhhhhhhhhhh!”

Como una puñalada de aguja, o una descarga eléctrica, o que le arrancaran la piel y le pusieran sal en la herida: un dolor como nunca antes había sentido, y el chillido amenazó con desgarrarle la garganta.

Sou se inclinó, susurrando: “Y mi aliento relajará todos tus músculos, dejándote incapaz de moverte. Como si fuera así.”

Sopló en el cuello de Allan.

“Hngg…”

El gran hombre no pudo evitar desplomarse sobre la alfombra de abajo.

“¡Ah… augh…!”

Entre la derrota total de Allan y la afirmación de que las chicas habían muerto, Lloyd estaba demasiado conmocionado para pensar con claridad o mover un músculo.

Sou arrastró el cuerpo inerte de Allan hacia la pared.

“Ahí. Acuéstese allí y mírenos luchar hasta la muerte” ordenó, suspirando como si acabara de terminar una tarea. Se volvió hacia Lloyd una vez más. “Lloyd, cómo he anhelado esto. Es hora de que…”

“S-Si Allan cayera tan fácilmente…”

Ya sea tratando de calmar a Lloyd o simplemente disfrutando del monólogo del villano, Sou comenzó a explicar su poder.

“¿No te lo dije?” preguntó, con un toque de alegría en su voz. “Soy un hombre de las runas. Simplemente necesito hacer que la gente crea que algo es posible, y lo es. Como la hipnosis, solo real. Sin embargo, cuanto más escandalosa es la afirmación, más difícil se vuelve”.

Sacudió la cabeza con tristeza.

“Tiene sus usos, ciertamente. Pero la desventaja es que no puedo morir. Todo porque Alka… no importa. Lloyd, he matado a tus amigos. Debes odiarme. ¡Ven a mí con todas tus fuerzas! ¡Intenta matarme! Y lo haré—”

“—————————–No puedes engañarme.”

“¿Mmm? ¿Cómo es eso?”

Sou parpadeó, sin saber qué parte había provocado esta objeción.

Lloyd lo miró directamente a los ojos, con la mayor seriedad.

“Como dijo Allan, no están muertos. Ni Selen, ni Riho, ni Phyllo, ni Merthophan. Ninguno de ellos caería tan fácil. ¡No puedes asustarme!”

Al ver a Lloyd listo para pelear por fin, Sou sonrió, levantando sus propios puños.

“Sin embargo, llegaste allí, me complace que estés listo para el combate”.

“¡Soy un soldado Azami! Estoy aquí para derrotar al cabecilla detrás de esta maldición de las espinas”.

Las palabras que Sou había estado esperando. Sus ojos brillaron y se rompió el cuello. “Por fin, finalmente puedo desaparecer… Lo siento de nuevo, Shouma”.

Un fugaz atisbo de tristeza pasó por su rostro. Tenía sus razones, pero traicionar a Shouma había sido difícil para él.

Sin conocimiento de sus motivaciones, Lloyd simplemente asumió que se trataba de otro intento de ponerlo nervioso y no le prestó atención.

“No sé de qué estás hablando, pero no puedo dejar que te salgas con la tuya. ¡Soy Lloyd Belladonna, el director de primer año de la Academia Militar Azami! ¿Estás listo?”

“Así es. El antiguo héroe de antaño, Sou. Listo para enfrentar su perdición.” La magnífica mansión de Tramadol proporcionó un escenario apropiado.

Lloyd salió disparado hacia adelante tan rápido que las mesas, las sillas y los accesorios fueron arrastrados por la corriente de aire que siguió.

Moviéndose como el viento, Lloyd cerró la brecha entre ellos.

Él no se estaba conteniendo. Golpeó a Sou con todas sus fuerzas.

Su objetivo ni siquiera intentó esquivar.

Tampoco se preparó para el impacto. Fue lanzado hacia atrás, por encima de la barandilla, y hacia los terrenos de abajo.

“¡No he terminado!”

Lloyd siguió avanzando, saltando por encima de la barandilla y pisoteando a Sou en la tierra de abajo como un luchador profesional que persigue a su oponente fuera del ring.

Se oyó un ruido como el de una viga al caer y grietas en el jardín.

La fuerza del golpe de Lloyd hizo que las mitades superior e inferior del cuerpo de Sou volaran en direcciones opuestas.

“Er, ¡yiiiikes!”

Este espeluznante resultado asustó a Lloyd. Sou había manejado el golpe de Allan con tanta facilidad que Lloyd había asumido que se necesitaba mucha fuerza.

Un cuerpo partido por la mitad puede sonar clasificado R…

…pero no se derramó ni una gota de sangre. Era como si hubiera desgarrado un trozo de arcilla.

Siguiendo con el nivel de horror de la película B, el torso de Sou comenzó a charlar alegremente.

“Mmm, bien hecho. Ciertamente eres de Kunlun. ¡Ah! Perdóname, debería recomponerme”.

Hizo que su bisección sonara como un dedo del pie golpeado. Sus piernas se acercaron a él como si estuvieran en una pasarela.

“Eh, ¿eh?” Lloyd tartamudeó, con los ojos muy abiertos. “Como dije, soy un hombre de la runa. Un ser conceptual.”

Volviendo a colocar su mitad inferior como si se pusiera un par de zapatos, se sacudió la tierra y quedó como nuevo.

“Dejé que me golpearas a propósito para medir tu habilidad. Podrías ser un aldeano de Kunlun; eso solo no es suficiente para hacerme daño. Sin poder en el nivel de Alka…”

“Er… um, ¿cómo estás todavía…?”

“¿Mmm? Oh, estoy seguro de que sabes muy bien que las runas antiguas pueden hacer cualquier cosa. Si haces de ellos una persona, me entiendes. No es un destino que le desearía a nadie”.

“No tengo conocimiento.”

“Oh… mmm”.

Lloyd usaba runas para la limpieza y otras tareas domésticas, pero claramente no se le había enseñado mucho sobre su verdadera naturaleza.

“Dios mío, Alka”, murmuró Sou. “Nunca te molestaste en explicar nada. Eug dijo que era una pesadilla trabajar contigo, planeando todo dentro de tu cabeza y nunca decírselo a nadie.”

“Sigues mencionando a la jefa Alka”, dijo Lloyd. “Pero ¿cómo la conoces?”

“Somos como padre e hijo”, reflexionó Sou con tristeza. “Ella siendo la madre, y yo, su hijo”.

“¡¿Lo eres?!”

Esa fue una noticia sorprendente en cualquier día. Por el aspecto de ellos, asumirías que era al revés.

“Algo como eso. Alka creó un héroe a partir de runas para salvar el mundo. Fue un experimento, y para bien o para mal, tuvo éxito, y obtuve esta vida falsa durante la hora de la necesidad. Resulté fundamental para derrotar a los señores demonio que habían escapado de la última mazmorra.”

Sou comenzó a monólogos sobre su historia de fondo.

“Debería haberme tratado como una herramienta útil, pero Alka se encariñó. Cuando escribió la saga heroica sobre las ruinas y los relieves de todo el mundo, se olvidó de incluir la noticia de mi desaparición, dejándome incapaz de desvanecerme, condenado a vagar por este mundo”.

Parecía intoxicado. Tal vez al estar tan cerca del fin que había buscado, se sintió eufórico.

Pero sin darse cuenta de eso, Lloyd simplemente lo descartó.

“Eso no tiene sentido”, dijo. “Has estado leyendo demasiadas novelas.”

“Heh-heh, no hay necesidad de simpatía, Ll-er, ¿novelas?”

¿Quién esperaba que la historia de su vida fuera rechazada como un montón de tonterías derivadas?

“Ya veo de dónde viene esto. Mi libro favorito tiene a alguien con el mismo nombre que tú, y te has proyectado en él, ¿verdad? ¡Yo hice lo mismo!”

“Er, um… no… yo soy él…”

“Por favor. ¡Tienes que detener esto! ¡El verdadero Sou era el mejor soldado! Arriesgó su vida luchando contra el mal, salvó al mundo y, al final, se escondió, viviendo en los corazones de todos. El libro no decía que murió, ¡así que todavía debe estar luchando en alguna parte! Cuando era niño, estaba seguro de ello”.

Sou se rio a carcajadas. “¡Ha-ha-ha! ¡Lo sabía! ¡Lo único que querías era que el heroico Sou estuviera vivo! Una pena.”

“¡Uh, sí, lo sé! Fue súper infantil. ¡No te rías!”

“¡Ah-ha-ha! No lo dije de esa manera. Pero ahora tiene sentido”.

Sou asintió varias veces, para disgusto de Lloyd.

“Qué desastre”, dijo Sou. “Mientras te aferres a ese deseo, nunca podré desaparecer. No mientras alguien con reservas mágicas como un aldeano de Kunlun me quiera aquí.”

“¿Qué significa eso?”

Sou no respondió. Habiéndose convencido a sí mismo, sus ojos se volvieron fríos, una clara amenaza para la vida de Lloyd.

“Mi única opción es matarte, Lloyd”.

“No entiendo nada de esto, especialmente tu conexión con el jefe, pero entiendo que estés realmente molesto por algo. ¡Sin embargo, no creo que sea demasiado tarde! Arrepiéntete ahora y ríndete”.

“Eres un buen chico. Pero no puedo hacer eso.

“Entonces te obligaré”.

Lloyd se lanzó hacia adelante.

Su juego de pies era ágil y las nubes de polvo se levantaban donde pisaba.

“Me temo que esos ataques no tienen efecto en mí. De hecho, esos golpes dejarán tu puño atormentado por un dolor insoportable.”

¡Clangg! Ese mismo sonido metálico del golpe de Allan. Y el dolor volvió a Lloyd.

“Unh… hngg… ¿Por qué no sucedió eso la primera vez?”

“Como dije, soy un hombre de la runa. Simplemente te hice pensar que esto sucedería.”

Como lo había hecho con Allan, Sou trató de agarrar a Lloyd.

“Y si agarro—”

“! ¡No está pasando! ¡Aero!”

Al sentir el peligro, Lloyd soportó el dolor y usó su hechizo de viento para impulsarse hacia el cielo.

“Más impresionante. Pero, ¿qué puedes hacer a partir de ahí?”

Dado el dolor que lo acosaba, era un milagro que Lloyd pudiera moverse.

Recurrió a ataques de largo alcance.

“Mientras no me toques, puedo dispararte a Aero desde aquí”.

“Eso puede no ser cierto. Tus hechizos rebotarán en mis palmas.”

Mientras hablaba, las manos de Sou comenzaron a brillar.

Cuando el hechizo los golpeó, rebotó tan fuerte como lo había disparado.

“¡Yiikes!”

Golpeado por su propio vendaval en pleno vuelo estacionario, Lloyd perdió el control y cayó en espiral al suelo.

“Sorprendente, ¿sí? Este poder puede cambiar las mismas leyes del mundo mismo, si se le da suficiente tiempo. Quien haya desarrollado esta tecnología debe haber sido verdaderamente diabólico. Yo también soy una víctima de eso”.

Empezó a caminar hacia donde Lloyd se había estrellado.

“Me duele hacer esto, pero debemos continuar. Si te pateo, la agonía afectará a todo tu cuerpo.”

Sou vaciló solo momentáneamente. Luego pateó a Lloyd en el aire.

“¡Auuuuugh!”

Gritando, Lloyd salió rodando por el paisaje, esparciendo barro.

Una sombra cruzó el rostro de Sou, pero su embestida no disminuyó.

“Luego, mis dedos. Un simple roce de ellos te hará sentir como si tuvieras cuchillas incrustadas en toda tu carne.”

Sus dedos tocaron la piel de Lloyd y los gritos resonaron en el jardín de Tramadol.

Pero incluso cuando Lloyd gritó, soportó.

“¡T-Todavía estoy luchando!”

Sou se rascó la mejilla, dándole una mirada de lástima.

“Me entristece que llegue un día en que encuentre tu tenacidad irritante.

Pero me temo que debo acabar con tu vida.

Le mostró a Lloyd las yemas de sus dedos una vez más, aprovechando el poder de las runas.

“Mis uñas son increíblemente afiladas y el veneno que las cubre es fatal. Si te apuñalan, bueno, incluso un aldeano de Kunlun morirá instantáneamente”.

Convencido de que matar a Lloyd pondría fin a su propia existencia, Sou observó cómo las puntas de sus dedos se iluminaban con una malévola luz púrpura.

“¡————————–! ¡Ack!”

“Adiós, Lloyd. y Alka.”

Mientras sus dedos tóxicos intentaban perforar a Lloyd—

“¡No, no lo harás!”

Allan saltó desde el balcón y le cortó la muñeca a Sou justo a tiempo.

“¿Oh? ¿Ya te levantaste?”

Sou no mostró signos de preocupación, simplemente sorpresa.

“Escuché a Lloyd gritar”, gruñó Allan. “¡No puedo simplemente quedarme ahí mientras mi amigo y mentor está en agonía!”

Dio algunos golpes de hacha más, gritando por encima del hombro.

“¡Lloyd! ¡Vuelve a ponerte de pie! ¡Te compraré algo de tiempo! ¡Reagrupaos con el ex coronel Merthophan y las chicas!”

“¡A-Allan!”

Sou tomó su mano con calma y la volvió a unir, moviéndose rápidamente para eliminar a Allan para siempre.

“¿Una última resistencia desesperada? Un hombre como tú no puede esperar detenerme. Como dije, tus golpes no lastimarán…”

“¡Me importa un carajo si lo hacen o no! ¡Estoy aquí para ralentizarte!” Allan mantuvo su ráfaga ciega, sin escuchar una palabra.

“Cielos”, dijo Sou. “Ese tipo de actitud hace que esa runa sea bastante ineficaz. Tendré que usar otro.”

Parecía un poco impresionado, pero estaba principalmente molesto.

Para cambiar la runa activa se requerían más palabras.

“Pero Allan, tus esfuerzos son inútiles. Cuanto más balanceas, más pesado—”

“¡Cállate!”

Allan no estaba escuchando una palabra de eso. Era una tormenta incesante de swings.

“! ¡Él… ni siquiera está escuchando…!”

Por fin, la expresión de Sou se agrió. Abandonó la idea de usar sus poderes y atravesó un hueco en el ataque, agarrando la molestia y lanzándola con fuerza bruta.

“¡Gah! ¡Eso no es nada!”

“Tendré que encontrar una manera de hacer que las runas funcionen. Este chico no es más que robusto”, murmuró Sou.

Luego simplemente le dio la espalda y corrió.

Un cambio completo de su actitud anterior.

“¡Wow!” Lloyd se maravilló. “¡Tú lo ahuyentaste, Allan!”

“Eso es, eh… ¡todo gracias a lo que me has enseñado!”

“Yo no te he enseñado nada”.

“¡No! Me enseñaste a mantenerme firme y nunca rendirme”.

A una distancia segura, Sou se volvió hacia ellos.

“Odio arruinar el desfile”, intervino, “pero él no ahuyentó exactamente a nadie”.

“¡Lloyd! ¡Este tipo está diciendo tonterías! ¡Podría ser nuestra oportunidad de ganar esto!”

“¡Eso es increíble, Allan!”

“……Es por eso que detesto a las personas que no escuchan. Al igual

que…”

“¡De acuerdo! Soy el alumno número uno de Lloyd, Allan Toin Lidocaine, ¡y estoy aquí para patearte el trasero!”

Pero Sou negó con la cabeza. Esta distancia le permitió usar runas nuevamente.

“Me temo que estás parado en una trampa”.

“¿Eh? ¡Aghhhh!”

Allan finalmente había escuchado lo suficiente para que se activara una runa, y su cuerpo se hundió en el suelo.

Enterrado hasta el cuello, sólo quedaban libres su feo rostro y su mano de hacha.

“¡A-Allan!”

“¡L-Lloyd! ¡Gah!”

Sou acababa de patear a Allan en la cara, dejándolo inconsciente y sangrando por la nariz.

“En cierto sentido, eres uno de los enemigos más duros con los que he luchado. Al igual que Alka, las personas que no escuchan son un verdadero puñado”.

Sou respiró hondo y luego se volvió hacia Lloyd.

“¿Deberíamos continuar?” preguntó, repentinamente sombrío.

Lloyd respondió con silencio.

“¿Qué pasa? ¿Demasiado asustado para hablar?”

Lloyd negó con la cabeza.

“No, acabo de recordar. No soy bueno en nada.”

“¿Traerte aquí abajo? Eso no es cierto en absoluto. Eres muy hábil. Suficiente para capturar mi corazón. No solo en combate, sino también en tu personalidad, cocinando, limpiando y…”

Pero a mitad de la oración, los ojos de Lloyd brillaron.

“¡Pero Allan me acaba de recordar en qué soy mejor! ¡Ni cocinar, ni limpiar, ni esas otras cosas! Pero empujando obstinadamente hacia adelante, incluso cuando no sé qué puedo esperar lograr”.

Por primera vez, Lloyd hizo que Sou se estremeciera.

“Toda tu aura cambió… Me habría emocionado hace un tiempo. Pero que esto suceda una vez que haya decidido matarte, podría ser un problema.”

Sou levantó ambos brazos, preparándose.

No había tomado esta postura antes, era la postura de un boxeador. Se movía como un experto en artes marciales.

En el momento en que su postura lo sugirió, su complexión y juego de pies cambiaron. ¿Cómo?

“Los Hombres de la Runa también pueden hacer esto. Un golpe de estos puños te dejará retorciéndose de dolor, incapaz de ponerte de pie.”

La runa se apoderó y los puños de Sou comenzaron a brillar.

Con una velocidad tan rápida como la de cualquier aldeano de Kunlun, conectó un gancho derecho directamente en la cara de Lloyd.

¡Crack! El sonido de su nariz rompiéndose. Pero—

Lloyd recibió el golpe. Llorando un poco pero aun mirando a Sou. No muestra signos de retorcerse de dolor.

“ ———————————-¿Cómo?”

Sou no esperaba que el niño todavía estuviera de pie y se encontró agarrando por una razón.

Luchando por contener las lágrimas, Lloyd gritó: “¡E-Eso no funcionará!”

“¿No lo hará…? Mis runas están funcionando y mi fuerza física se eleva a los niveles de los aldeanos de Kunlun. El dolor debe ser inimaginable.”

“¡Duele! ¡Mucho! Pero…”

“¿Pero?”

“¡No puedo caerme aquí!”