Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 10

Capítulo 3: Un Pasado Devastador—Como Lloyd Belladonna, Pero No Ajeno

Parte 4

Marie tomó un polvo disuelto en almidón, un tipo de excipiente, y usó una cuchara de madera para verter un poco en la boca de cada víctima.

“Eso debería ser bueno para empezar. No—”

Repárelos de inmediato, así que veamos cómo va. Antes de que pudiera terminar el pensamiento—

Ambos se sentaron. Como si nada hubiera pasado. Luciendo bien “Um, ¿qué es todo esto? ¿Dónde está Allan?”

“Y… ¿qué te pasa, querida? Explique.”

Aparentemente completamente curado. Todo el mundo estaba atónito.

Nadie más que la propia Marie.

“¡Demasiado pronto!”

“¡Eso es increíble, Marie!” exclamó Lloyd, luciendo muy impresionado. “¡Realmente eres el salvador de Azami!”

“Er, no, yo no… ¿eh?”

Ese medicamento ni siquiera habría entrado en su torrente sanguíneo durante la mayor parte de una hora. Marie parpadeó varias veces.

“! ……Natie, Phyllo…”

Al ver a Ubi tratando de sentarse, Lloyd intervino. “Oh, Ubi, continúa descansando. Cambiaré la toalla… Oh, todavía hay mugre aquí. Déjame borrar eso.”

Lloyd usó la toalla húmeda, inscrita con una runa, para limpiarle la cara a Ubi. Todo el mundo lo tiene ahora, ¿verdad? Cada vez que Lloyd limpia cosas, usa la runa desencantar como cualquier otra persona usaría ácido cítrico.

“””¡Es por eso!”””

Todos los que sabían esto gritaron a la vez.

Mientras tanto, Lloyd se sorprendió al ver que todos lo señalaban.

“¿Eh? ¿No debería estar limpiando las caras de las familias reales? ¿Fue grosero?”

Riho le dio una palmada en la espalda.

“No, hiciste exactamente lo correcto, Lloyd”.

“Definitivamente fue una maldición de algún tipo, entonces. El diplomático lo sugirió, pero esto lo solidifica. Y—”

“La participación de Jiou es mucho más probable”.

Sardin aún no había superado la primera maldición de su esposa, y la ira en su rostro no mostraba signos de su tonto acto de dandy.

“Si es una maldición, eso hace que sea más fácil de identificar… y más difícil de tratar”.

“La magia negra o los maleficios se pueden mezclar con la comida… tantos enfoques”.

Sin precisar cuál era la maldición, era difícil de frustrar. La situación no había mejorado en lo más mínimo.

“Ubi, Renge, descansen, por favor, pero si tienen alguna idea de qué pudo haber desencadenado este comportamiento…”

“¿El gatillo? No. Estoy perdido…”

“No estaba al tanto de nada… ¿Tenía fiebre?”

Renge y Ubi parecían igualmente confundidos.

“Hmm, me sentí mal. Como si lo que bebí no me sentara bien”.

“Me frustré con el comportamiento de Allan y agregué un poco de vino a mi té. Mi elegante bebida nocturna.”

Si el té enriquecido calificaba como elegante era otra cuestión, pero ambos se habían emborrachado.

“¿Bebiste, Su Majestad? ¿Cómo te sientes?”

“Yo bebí bastante, pero solo el shochu. Fue un zumbido bastante agradable. Mi amada Ubi es más una persona de vino, así que se mantuvo fiel a eso”.

Vino. Ambos habían dicho eso.

“Sabes, teníamos a alguien en el Lado Este con estos síntomas, y casualmente también había bebido una botella de vino caro”.

“¿Podría ser eso?”

“Mmm. El productor o distribuidor… averigüemos qué vino estaban bebiendo”.

“Hay muchos caminos hacia la ciudad, por lo que será difícil acotar. Sin embargo, si investigamos adecuadamente, podemos encontrar la fuente”.

“Los viajeros disruptivos a menudo tenían un alto estatus, lo que los hacía más difíciles de manejar, por lo que tiene sentido que sea un vino elegante”.

“Y como estaban bebiendo, es fácil confundirlo con un exceso de consumo o un comportamiento típico de ebriedad. Continúe revisando los casos presentados así. Podríamos encontrar más.”

“Si hay una variación individual en cómo se manifiesta la maldición, podríamos tener pacientes asintomáticos. Tenemos que ponernos al tanto de esto lo antes posible”.

Mientras analizaban la situación, Chrome comenzó a repartir tareas.

“Rol y Choline, están en rutas comerciales. Merthophan, ve por la producción. María, quiero decir, Marie, ve con Lloyd y examina a todos los que han sido maldecidos.”

“¿Yo?” dijo Lloyd.

“Sí, solo sé su asistente. Límpiense la cara”.

“¡Oh yo!” Micona dijo, con la mano en el aire. “¡Quiero ser su asistente!”

Los planes de pasantía dieron un giro brusco, y ahora dedicaron toda la tarde a la investigación de la maldición de las espinas.

Hacía mucho tiempo que se había puesto el sol cuando Selen, Riho y Phyllo finalmente pudieron irse. Los habían puesto a prueba y todos parecían desgastados.

“Muy cansado.” Selen suspiró. “Si al menos pudiera caminar a casa de la mano de Sir Lloyd, podría recuperarme, pero por desgracia

Ella estaba arrastrando los pies. La ausencia de Lloyd duplicó la sensación de cansancio.

“…… No puedo discutir, sin embargo. Solo él puede romper la maldición…”

Sin embargo, esa discusión no iba a hacer que Selen se tragara las lágrimas.

Marie y Lloyd (con Micona a cuestas) estaban visitando hospitales tratando a las víctimas de la maldición, usando la runa de desencanto en todos ellos. Ya que era Lloyd quien usaba la runa, realmente tenía que ser él.

“Incluso si eres víctima de la maldición, Lloyd puede arreglarlo. Eso es enorme. Ahora todo lo que tenemos que hacer es identificar la causa y evitar que entre… o se quedará atrapado haciendo estas rondas el resto de su vida. Las pasantías fueron un fastidio, pero cualquiera de esas cosas sería mejor que esto”.

Rol los había hecho correr a todos en busca de datos de importación de vino y rutas comerciales, dejando a Riho frotándose los ojos y refunfuñando.

“Debemos demostrar que es Jiou para poder pedirle ayuda a Alka”, dijo Selen.

La jefa de Kunlun tenía la regla de que, a menos que el Dr. Eug y los señores demonios estuvieran involucrados, no podía ayudar.

“… Incluso si no lo hacemos… ella ayudará si el Maestro le pregunta…”

Entre su amor por Lloyd y su personalidad entrometida, rara vez respetaba esa regla, pero… probablemente la propia Alka no se había dado cuenta de eso.

De cualquier manera, estos tres confiaban en que Lloyd y Alka podrían contener la maldición.

Cuando estaban a punto de entrar en la carretera principal, una voz graznó…

“¿Eres… Selen Hemein?”

Se detuvo y se volvió. Allí estaba un hombre bien vestido con la piel muy seca. Estaba un poco demasiado arreglado para estar caminando, y todos sospecharon de inmediato.

“Ese es mi nombre.”

“Oh cielos. Entonces, ¿ustedes deben ser Riho Flavin y Phyllo Quinone?”

Su sonrisa estaba pegada.

Riho lo miró. “¿Y qué si lo somos? Si tienes modales, nómbrate a ti mismo primero.”

Su tono no era exactamente cortés, pero su sonrisa no vaciló.

“Eso es verdad. Mi nombre es Tramadol. Como Selen aquí, soy un señor local”.

Había poca o ninguna emoción en su voz. Fue inquietante.

Phyllo reconoció su nombre.

“……De los datos. En la frontera de Azami y Jiou.”

“Yo mismo lo vi un número agravante de veces. Una región de viñedos, nada menos”, gruñó Riho.

“Sí”, dijo Tramadol, imperturbable. “¿Has oído hablar de eso? Por eso te llamé. Verás, me vendría bien tu ayuda con esta maldición que está dando vueltas.”

Eso no fue convincente.

“Entonces ve a Central y habla con un soldado de verdad. Eso no es algo de lo que hables con un cadete, incluso si ambos son nobles.”

Un buen punto, pero Tramadol no se movió.

“No podemos hablar aquí… movámonos para allá”, dijo, señalando un callejón. Luego se lanzó hacia él, como si huyera de la escena.

“…… ¿Está huyendo?”

“¿Quién inicia una conversación y luego se va?”

“¡Espera justo ahí!”

Los tres lo persiguieron, directo al callejón.

“No te vas a escapar— ¡yikeeees!”

“¿Qué pasa, Selen? ¡Augh!”

“……Espera…… ¿mm?”

Ante ellos… había un mar. Estaban en una playa de alguna manera. Miraron a su alrededor, confundidos. En la distancia, podían ver las luces de las paredes exteriores de Azami.

“Puedo ver el palacio Azami”.

“¿Así que esto es un hechizo de transporte?”

“…… ¿El que Eug usó para llevarnos a Kunlun?”

Una risa hueca sonó detrás de ellos.

“Ha-ha-ha, ¿sorprendido? Esta costa no está lejos de Azami. En esta época del año, las medusas llegan en grupos. Arruina el estado de ánimo romántico, ya sabes. No habrá parejas aquí.”

Tramadol parecía estar más hablador ahora. Las chicas levantaron la guardia.

“¿Y cuál es tu trato? ¿Dices que quieres ayuda con la maldición, pero luego nos traes aquí?”

“¡Así es! Necesito tu ayuda. Un hombre me amenazó y me obligó a ayudar a propagar la maldición. ¡Todo ese trabajo lo hice estableciendo una red comercial de vinos! Detesto verlo usado para esto.”

Fue directo al meollo del asunto.

“…… ¿Quieres entregarte?”

“ ¡Y ese mismo hombre dijo que si te mato, me dejará libre! ¿No es horrible? Así que hazle un favor a este pobre anciano y déjame matarlos a todos.”

“¡——————!”

El aura de Tramadol cambió. Su rostro y su lenguaje corporal irradiaban sed de sangre.

Phyllo reaccionó primero, lanzando rápidamente un puñetazo y enviando una onda de choque volando hacia él. El arte secreto que había dominado en el Dominio Ascórbico.

Este ataque bien podría ser letal, e incluso Selen estaba horrorizada. “¿Que—? ¡Phyllo! ¿Solo porque nos amenazó…?”

“……Si no lo hacemos, estamos muertos”, afirmó Phyllo.

“Selen, Phyllo no se equivoca en eso. Mira.”

Los ojos de Riho estaban fijos en Tramadol, que había absorbido el golpe de Phyllo sin problemas.

“Ha-ha, Dios, estos eran caros, ¿sabes? ¿Quién va a pagar por esto?”.

La expresión de Tramadol nunca vaciló, pero comenzó a morderse las uñas, toda su irritación dirigida a ellas.

Las tres chicas pronunciaron, “““Eww.”””

Después de morderse las uñas, puso ambas manos en la playa, inclinándose hacia adelante, como la posición inicial de una carrera, similar a un animal listo para saltar.

“…… ¿Una pose sexy de leopardo?”

“Claramente no. ¡Nadie quiere ver a un hombre de mediana edad hacer eso!”

Riho y Phyllo no abandonaron su acto de stand-up.

“¡No le quites los ojos de encima!” gritó Selen.

A cuatro patas, Tramadol aullaba al mar.

Enredaderas y hojas brotaron por todo su cuerpo, convirtiéndolo en una especie de leopardo verde. Basado en la forma de las hojas, esas eran, sin duda, vides.

“Debo recuperar mi asiento en el pináculo de los señores locales. Pero

hacerlo requiere sus muertes. Preferiría no ensuciarme las manos, pero…

¡ahora son extremidades anteriores!”

La voz ahora estaba emergiendo de una mandíbula muy larga.

A medida que su forma cambiaba, su personalidad… parecía cada vez más inestable. Su voz siguió elevándose, hasta que se lanzó hacia adelante.

“Los señores locales tienen que permanecer juntos, ¿verdad, maldita Princesa del Cinturón?”

Las garras partieron la arena, pero el golpe de Tramadol fue bloqueado suavemente por su cinturón homónimo.

“¡Por favor!” dijo Vritra. “Un golpe como ese nunca podría dañar a mi ama”. “¡Vaya, vaya, vaya! ¿Bloqueaste eso?”

Sus garras se engancharon en el propio cinturón, restringiendo sus movimientos, dando a los demás una oportunidad.

“……Riho, conmigo.”

“¡Entendido! ¡Rayo!”

Tramadol dejó escapar un chillido cuando el rayo de Riho lo atravesó. “¡Eso hormiguea!”

La patada de Phyllo luego golpeó sus costados desprotegidos, con todo su peso detrás.

“………… ¡Hi-yah!”

Tramadol salió volando como si lo hubieran disparado desde un cañón, muy, muy lejos hacia el cielo nocturno.

“¡Augh! ¡¿Quién patea a un señor?!”

“Eh. Es duro, pero no todo eso”.

“……Hemos pasado por muchas cosas nosotros mismos.”

Habían luchado contra los duplicados de Surtr, las langostas de Abaddon y las copias de Micona. Un enemigo como este no representaba una amenaza.

Tramadol aterrizó con fuerza, salió del cráter y se sacudió la arena, gruñendo.

“¡Nadie me dijo que fueras tan fuerte! Pensé que esto sería más fácil. Suspiro…”

Pero todavía sonaba arrogante.

Y su suspiro fue una trampa.

“Si tiene tiempo para suspirar, por qué no renunciar a él, Su Señoría…

¿erp?”

A mitad de la oración, Riho perdió el equilibrio.

“Mwa-ha-ha-ha”, se rio Selen, luciendo triunfante. “Tienes que cuidar tus pasos, Riho, ¿ohhh?”

Tan pronto como las palabras salieron de su boca, se tambaleó.

“……!” Phyllo lo descubrió. “¡Riho! Selen! ¡No inhales su aliento!”

Nunca levantó la voz tan bruscamente, pero ya era demasiado tarde. Phyllo misma estaba disminuyendo la velocidad.

Al verlos balancearse, Tramadol asomó la barbilla con una sonrisa torcida. “Heh-heh-heh… ¿Es mi aliento demasiado para ustedes, niñas?” Sus risas resonaron por la playa.

“Maldita sea, me duele la cabeza…”, juró Riho, agarrándolo. “¿Qué es esto? ¿Veneno?”

“Mi cabeza está dando vueltas. Me siento mal…” Selen había inhalado demasiado y cayó de rodillas.

Phyllo se las había arreglado para mantenerse en pie, aunque de manera inestable, pero Tramadol parecía seguro de que la victoria era suya.

“Sighhhhh… No puedes simplemente no respirar, Phyllo”.

“……”

“Habla, niña. Nadie puede contener la respiración por mucho tiempo. Suspiro…”

Pobre cosa. Pronto, Phyllo también sucumbiría…, pensó.

“………………Hic.”

Phyllo parecía tener hipo. Sus brazos se balancearon flácidos, su rostro se aflojó y sus ojos se volvieron vacíos, como los de un borracho.

“¡Ha-ha!” Tramadol se rio. “¿En tu límite? El aliento del señor de los demonios…”

“Yo……”

“¿Esta ella?”

Las otras chicas reconocieron las señales.

Alarmada, Riho gritó: “Tú, ¿tu aliento contiene alcohol? ¡¿Estamos borrachos?!”

Tramadol parecía desconcertado, por lo que Selen se balanceó inestablemente hacia él.

“¡Esto es crítico! ¡Debes decírnoslo ahora mismo! ¡¿Esto tiene espinas?!”

Dio un paso atrás, acobardado. “B-Bueno, um, no tengo muy claro los detalles, pero dicen que el alcohol es la mejor medicina, y muchas medicinas son en realidad venenosas. Eso es lo que lleva a las personas a la borrachera o a los apagones. ¡Ha-ha-ha!”

“¡¿Por qué te ríes?! ¡Está borracha! ¡Por tu aliento a alcohol!”

“¡Eeek!”

El tono áspero de Selen lo hizo estremecerse a pesar de su clara ventaja.

“Cielos…”, se lamentó Riho. “¡Has firmado tu propia sentencia de muerte!”

Tramadol no tenía idea de dónde venían estas acusaciones.

“¡E-Está funcionando bien! ¡Mi aliento a alcohol será tu muerte!”

“Oh, te vas a arrepentir de usar esto. ¡La hemos visto borracha antes!”

Hace unos meses…

Phyllo estaba en el Hotel Reiyoukaku en el trabajo del gobierno.

Mena había pedido un poco de vino, que Phyllo confundió con jugo de uva.

Y ella se había vuelto loca.

Repasó su repertorio de bloqueos conjuntos y ataques a los muebles, destrozándolos todos, y solo la detuvieron sacrificando el cuerpo de Lloyd.

Con los ojos desenfocados, Phyllo se tambaleó hacia Tramadol.

“¿Q-Qué? ¿Sigues de pie?”

“…………Quiero dar vueltas.”

“¡Nooooooooooo!”

Visiones de traumas pasados inundaron sus mentes, Riho y Selen se redujeron a lágrimas.

Las palabras que acababa de soltar habían sido el precursor de los estragos en su hotel.

Tramadol gruñó como un leopardo cauteloso, con los ojos fijos en Phyllo.

“¿De qué tienes tanto miedo? ¡Augh!”

Ella ya estaba encima de él, con un brazo apretado alrededor de su torso.

“…… No puedo esperar…… No he lanzado un monstruo de cuatro patas

antes……”

“E-Espera… ¡Hngg!”

Phyllo se movió suavemente hacia un Rompe espaldas argentino, asegurándose de que su columna vertebral estuviera destrozada.

“…… ¡Hah! ¡Hah!”

Luego realizó un suplex, golpeándolo de cabeza contra la arena, no una, ni dos, ¡sino tres veces seguidas!

“¡Augh! ¡Augh! ¡Augh!”

“…… ¡Hah! ¡Hah! ¡Hah! ¡Hah! ¡Hi-yah! ¡Hah! ¡Hah! ¡Hah! ¡Hi-yah! ¡Hah!

¡Hah! ¡Hah! ¡Hah! ¡Hi-yah! ¡Hah! ¡Hah!”

Fondo tras fondo, nunca una pausa de un segundo, como dar volteretas en la orilla. La arena salió disparada tan alto que pareció aterrizar en la luna.

La resistencia de Tramadol era ciertamente demoníaca, pero el bucle infinito de fondo le aplastaba la columna y el corazón, y sus gritos se debilitaban.

El efecto de su aliento borracho estaba desapareciendo. Riho y Selen lograron ponerse de pie, pero la vista que tenían ante ellos era tan horrible que la pareja permaneció bastante pálida.

“Uh, Selen… ¿Esto va a continuar hasta que llegue Lloyd?”

“Ni siquiera quiero considerar eso”.

No solo seguía ocurriendo, sino que Phyllo parecía estar acelerando. Su infinita espiral aplastante.

En ese momento, un niño muy desafortunado vino corriendo hacia ellos.

“¿Q-Qué está pasando? ¿Selen? ¿Riho?”

Saltaron.

“Eh, ¿Lloyd? ¿Por qué…?”

“¿Qué te trae por aquí? ¿Sentiste que estaba en peligro? ¡El destino lo trajo a mí, Sir Lloyd!”

“Sí, definitivamente no”, se burló Riho.

Lloyd levantó una botella grande, explicando. Verás, Micona me dijo que fuera a buscar un poco de agua limpia. Y hace mucho tiempo, el jefe dijo que el agua del fondo del mar es buena para ti, así que vine a buscar un poco”.

Eso significaba agua rica en minerales desde doscientos metros de profundidad, más allá del alcance de la luz del sol… por lo que la gente normal no podía bucear exactamente hasta allí.

Era obvio para las chicas que Micona había inventado una excusa para deshacerse de Lloyd.

Solo Lloyd sería arrastrado a veinte atmósferas de presión oceánica.

Phyllo finalmente se aburrió de las volteretas hacia atrás y sus ojos se encontraron con los de Lloyd.

“……Maestro………hic.”

La mirada borrosa en sus iris envió un escalofrío por la columna vertebral de Lloyd.

“¿Phyllo? ¿Qué está pasando aquí? Yo-yo la he visto así antes…”

“……Maestro.”

“¿S-Sí?”

“…………Quiero dar vueltas.”

“¡Lo sabía! ¡Ella está borracha! ¡Phyllo! Phy— ¡noooooooo!”

Schaaaa.

Los gritos del chico resonaron en la orilla.

Gracias a su heroico sacrificio, el alboroto rodante de Phyllo finalmente disminuyó.

Unos minutos más tarde los encontró a todos cojeando de regreso hacia Azami.

“No pensé que el señor local detrás de la maldición de la espina atacaría en persona…”

“¿Y después de nuestras vidas? No entiendo eso en absoluto.

“El costo no valió la pena, pero aprendimos algunas cosas. Sin embargo, no es suficiente. ¿Estás con nosotros, Lloyd?”

“Oh…”

“Supongo que no”.

La ropa de Lloyd estaba hecha un desastre y apenas podía contener las lágrimas.

Selen tenía a Tramadol envuelto en su cinturón y lo arrastraba detrás de ella, mientras que Riho tenía a Phyllo, profundamente dormido, bajo un brazo.

“Tendremos que ir a Central, localizar a Chrome e informarlo… ¿Cuándo nos iremos a la cama?”

“Ni siquiera digas esa palabra, Selen. Estoy tratando de no pensar en eso”.

“……………… Mmph.”

Sólo Phyllo llegó a dormir a tiempo esa noche. Riho miró en su dirección con una sonrisa muy triste.