Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 10

Capítulo 3: Un Pasado Devastador—Como Lloyd Belladonna, Pero No Ajeno

Parte 1

Shouma y Lloyd tenían edades similares y ambos vivían con el abuelo Pyrid.

En cuanto a la personalidad, no podrían haber sido más diferentes. Shouma era extrovertido y lleno de energía, mientras que Lloyd era tímido y retraído, y ser “débil” no ayudaba.

Quizá por eso se llevaban tan bien. A veces los opuestos se atraen.

Shouma tuvo la decisión de arrastrar a Lloyd y mantenerlo a salvo, el hermano mayor ideal.

Shouma sentía curiosidad por todo y, finalmente, sintió curiosidad por el mundo fuera de la aldea.

Pyrid le había enseñado a pelear y estaba seguro de su fuerza. Pyrid y Alka estaban en contra de la idea, pero se fue de todos modos.

Muy parecido a cómo podría haber sido Lloyd si supiera lo fuerte que era.

Si se tratara de un cuento de aventuras clásico, Shouma se habría topado con personas y monstruos tan poderosos que habrían hecho añicos su confianza y habría aprendido lo poco que realmente sabía.

En cambio, se había enfrentado a una dura realidad.

Su casa fue la excepción. La gente fuera era mucho más débil, apenas podía creerlo.

Shouma no se permitió el lujo de la falta de idea de Lloyd.

Pronto se dio cuenta de cómo esto afectaba a las personas que conocía.

Aun así, todavía anhelaba aventuras trascendentales y éxitos triunfales.

Y todavía.

Ayudó a alguien y se convirtió instantáneamente en un aventurero, elogiado por los que estaban a cargo.

Luchó contra una cosa, y todos le dijeron que era el hombre más fuerte que había.

Mostró un poco de magia y fue promocionado como el mago más grande de la historia.

Todavía tenía que intentarlo. Se sentía completamente ridículo.

No fue destrozado por monstruos viciosos, sino por la futilidad.

Se sentía como un adulto que hubiera entrado en una sala de juegos para niños.

Shouma se dio cuenta de que podía destruir el mundo si quería.

Sus esperanzas y sueños se disiparon. Fue como esperar años a que saliera un juego y descubrir que era tan fácil que podías ganarlo con una sola mano. fue corto Con un guion aburrido. Lleno de subsistemas estresantes. La decepción fue inconmensurable y Shouma huyó de regreso a casa menos de seis meses después.

Ahí comenzó su rencor contra el jefe. Ella sabía que esto sucedería y trató de detenerlo, pero nunca le dijo por qué.

Pasó días como una concha hueca.

La inocencia de Lloyd probó su salvación.

El chico leyó las novelas que Shouma había traído y comenzó a balbucear acerca de dejar el pueblo y convertirse en soldado. Eso hizo que Shouma sintiera que esos seis meses no habían sido en vano.

El niño más débil de la ciudad tratando de no serlo. Su luz, su ángel, su Lloyd, y juró no dejar que el niño siguiera el mismo camino que él.

Shouma había encontrado un nuevo objetivo. Una ambición temeraria y grandiosa: hacer que el mundo sea lo suficientemente fuerte para Lloyd.

Cuando su propio sueño se derrumbó, perdió toda motivación, pero esta nueva meta revivió su pasión. Se deleitó en ello.

Para asegurarse de que Lloyd no se diera cuenta de su propia fuerza, constantemente le decía lo asombroso que era el mundo exterior y se aseguraba de que estuviera completamente convencido.

El chico creyó cada palabra, y aunque Shouma sintió una punzada de culpa, estaba convencido de que era un destino preferible al suyo. Mintió como si tuviera dos lenguas y luego se fue del pueblo una vez más.

Había asumido que estaba en una carrera contra el tiempo… pero Lloyd aún no había averiguado la verdad. Shouma estaba dudando entre, “¿Tal vez lo exageré demasiado?” y “En realidad, eso es realmente impresionante cuando lo piensas. Lloyd no decepciona.”

Pero este objetivo devolvió la luz a los ojos de Shouma. Por el bien de Lloyd, se volvería contra el mundo en general.

Como hoy, a veces recordaba el dolor de su pasado. Sin embargo, cada vez, pensaba en la sonrisa de Lloyd y desterró los recuerdos dolorosos.

Fuera de Azami, fuera de la vista humana, murmuró: “Hora de correr”.

Una vez que estuvo fuera de la carretera, saltando de árbol en árbol y de montaña en montaña, como en una carrera de súper parkour, estuvo en la frontera en poco tiempo.

Pero antes de entrar en Jiou, vio que se estaba realizando una inspección y pasó para comprobarlo. Escondido en lo alto de un árbol, miró a través de un telescopio, observando de cerca.

Supuso que estaban controlando a los viajeros sospechosos, reforzando las protecciones contra el contrabando, pero esto era claramente diferente.

“¿Que—?” Shouma murmuró. “Esto es menos un control de aduana que una cuarentena. Espera, ¿no estaban los soldados hablando de una maldición?”

Movió su alcance y encontró a un comerciante cuya piel tenía el distintivo patrón de espinas en su piel y que parecía muy furioso.

“Ahora que lo pienso, recuerdo que el viejo Sou dijo algo sobre un señor demonio llamado Dionysos”, murmuró Shouma. “Pensé que no lo usaríamos pronto… ¿Alguien se equivocó? No como ellos.”

Él suspiró.

“Se suponía que eso ayudaría a comenzar la guerra y desgastaría a Alka. ¡Un movimiento en falso y está cosa podría derribar a Lloyd! ¿Qué está pasando aquí, Sou?”

Preocupado, Shouma abandonó la escena.

Sou, el hombre del que habló Shouma, estaba visitando la mansión de un señor local.

El área estaba envuelta en oscuridad, y la habitación en sí estaba iluminada solo por velas.

Sou estaba bañado en ese brillo parpadeante.

De un vistazo, parecía ser un hombre mayor, pero su espalda estaba tan recta que daba la impresión de un hombre más joven disfrazado.

Era difícil saber si estaba sonriendo o enojado. Es difícil adivinar si debe hablar en serio o en tonos suaves. Como un jefe notoriamente difícil de complacer.

Detrás de él estaba el dueño de esta mansión, un señor local llamado Tramadol.

Estaba sentado en el borde de un lujoso sofá, inclinado hacia adelante, con aspecto penitente.

Cualquiera que lo viera temblar y temblar mientras murmuraba para sí mismo nunca imaginaría que él es el dueño de la casa.

Sou no dijo nada.

Incapaz de soportar el silencio, Tramadol reunió los nervios que le quedaban y habló, su voz era un graznido desesperado.

“Debe ser suficiente. ¡Me he trabajado hasta los huesos…!”

“No está cerca”, entonó Sou.

Tramadol se estremeció, volviendo sus ojos hundidos hacia el hombre.

“¿Que más quieres de mí? ¡Hice lo que me pediste! ¡Difunde este misterio por todas partes! ¡Esto no es lo que hacen los señores locales! ¡Me has reducido a un delincuente común!”

Empezó a morderse las uñas.

“Aturdido por una conciencia culpable, ¿verdad? Con toda la riqueza que has robado, ¿dudas en ensuciarte las manos?”

Los ojos de Sou miraron alrededor de las galas de la habitación, menos en apreciación que en condenación.

“¡Suficiente! ¡Me diste tu palabra de que me devolverías a la cima de los señores locales!”

“¿Y tú creías eso? Tenías acceso al mercado de Azami. Esa es la única razón por la que estamos haciendo uso de usted. Si no trabaja para nosotros ahora, ¿cuándo lo hará? Si elegimos conceder tu deseo, será después de que distribuyas esto”.

Sou se acercó, colgando una botella llena de un líquido de aspecto siniestro ante los ojos del señor.

Tramadol se aferró a su brazo.

“¡Pero, ¿qué es esto?! Le pedí a un sirviente que tomara una dosis, ¡y se enfureció, molestando a todos a la vista! ¡Me arrojó insultos como si las consecuencias ya no importaran!”

“Esos eran sus verdaderos sentimientos. Cuando los humanos se vuelven emocionales, dejan escapar la verdad, ya sea por impulso, ira o tristeza”.

Sou se sacudió el agarre de Tramadol, jugando con la botella a la luz de las velas.

“Oh, pero los hace más fáciles de manipular. Una multitud emocional. Con un enemigo claro en Jiou. No importa quién intente reprimirla, la guerra será inevitable, no importa lo que haga Alka.”

Deslizó la botella de nuevo en su bolsillo, su sonrisa más maliciosa.

“No causa daño físico. Hay un patrón similar a una espina en la piel, lo cual es una pena. Pero Azami sabe lo que hace. Pronto se darán cuenta de que se les ha impuesto una maldición”.

Esa palabra hizo que el color se esfumara del rostro de Tramadol. No es que hubiera tenido mucho para empezar.

“¡¿Una maldición?! ¡Sabía que esto era peligroso! ¡No quiero morir!”

“¡No lo harás! No tienes nada que temer de ello. Asegúrate de que esté en todas partes. Y luego respaldaremos tu intento de tomar el control de los señores locales. Dándote no solo dinero, sino también un cuerpo saludable”.

“Bien, bien”, susurró Tramadol, mordiéndose las uñas. Quizás la maldición de Sou ya estaba sobre él.

Sou asintió satisfecho y salió al balcón, mirando el cielo nocturno.

“Difunde la maldición de las espinas. Una vez que esté en todas partes, Alka ya no podrá detenerme”.

Sus ojos se entrecerraron.

“Lloyd… tienes una magia mucho más allá de la de un humano. Soy un hombre de la runa, y mientras admires la novela basada en mis hazañas,

El heroico sargento Sou, no solo nunca desapareceré, sino que seré cada vez más tangible. Lo lamento, pero es necesario”.

Como una vela apagada, desapareció en la noche.

Era de mañana y Lloyd estaba listo para el segundo día de prácticas.

La primera había terminado en frustración, pero ahora estaba aún más entusiasmado.

“¡Okay! ¡Puedo hacer esto!”

“¿Mmm?” Marie le dirigió una mirada soñolienta sobre la comida que le había preparado. “Lloyd, pareces muy emocionado por algo”.

“¿Oh? ¿Era obvio?”

“Sí, quiero decir… te veo todas las mañanas. Y el desayuno fue más elegante de lo habitual.”

“Supongo que lo era”.

El estado de ánimo de Lloyd a menudo se reflejaba en su cocina.

Marie pensó que no estaría de más molestarlo.

“Entonces, ¿qué hay en las cartas, Lloyd? ¿Tienes una cita caliente?”

Lloyd la miró directamente a los ojos. “Sí”, dijo.

Había esperado que entrara en pánico y lo negara, pero ahora era ella la que entraba en pánico.

“¿Queeeeee? ¡¿Tú lo tienes?! En serio, ¿con quién?”

Pero él solo sonrió. “Estoy bromeando”, dijo, sacando la lengua.

“Tos… tos… ¿L-Lo estás?”

“Totalmente.”

Marie logró recuperar el aliento.

Al darse cuenta de que él había cambiado las tornas, ella sonrió, admitiendo la derrota.

“Lloyd, no deberías jugar conmigo así. ¡Es malo para el corazón! Ugh…”

Ella era una cosa frágil.

“He aprendido. Una vez que tengas esa mirada en tu rostro, definitivamente planeas burlarte de mí”.

“Aww, eso no es divertido”.

Marie lo miró.

Cuando llegó aquí por primera vez, todavía tenía el rostro fresco. Ahora, sin embargo, empezaba a parecer adulto, al menos a sus ojos.

“Lloyd, ¿te has vuelto más alto?”

“Um, no he medido en mucho tiempo. Bebo leche todos los días, así que eso espero. Se supone que construye cuerpos fuertes.”

“¡Lo hace! Y.… bueno, tal vez la confianza está ayudando. Has dejado de

insistir en que eres débil todo el tiempo.”

Todavía se preocupaba por eso a veces, pero ella había notado que había sido mucho más positivo en estos días.

“Eh-heh-heh… tal vez sí. Uh, será mejor que me vaya.”

Él le lanzó una sonrisa tímida y luego se hizo señas para salir por la puerta.

Marie lo vio irse, complacida por su crecimiento, pero en parte extrañando al viejo Lloyd.

“No puedo dejar que me deje atrás”.

Con eso en mente, decidió probar suerte en su mayor debilidad: las tareas

del hogar. Una tarea sencilla: lavar la taza de la que había estado bebiendo.

“¡Eep! ¡El agua está tan fría! Argh, odio esta época del año. El agua caliente… sin embargo, hace que tu piel se seque. Tal vez debería dejarlo en remojo y dejar que Lloyd lo haga más tarde… Oh, ya limpió todo lo demás… Bueno, tal vez lo intente de nuevo otro día.

Parecía que el crecimiento de Marie aún estaba muy lejos.

Lloyd llegó a la escuela. Después de un breve salón de clases, se reunió su grupo de prácticas.

Micona se veía mucho más estresada hoy.

“¡Buenos días a todos! ¿Mmm? ¿Qué pasa, Micona?” “¡B-Buenos días, Lloyd Belladonna! ¡Absolutamente nada!” Pero la expresión de su rostro claramente decía lo contrario.

“Mira, Lloyd”, dijo Riho, “Nuestro destino de hoy es su objetivo principal”. “Oh…”

Ella también había estado bastante preocupada por ser enviada a algún lugar malo el día anterior.

Esas habían sido sus opciones de seguridad… pero hoy era donde realmente quería estar.

El estrés empañaba sus puntos fuertes habituales.

“……No es como si ella tuviera los pies fríos,” murmuró Phyllo.

“Pero ella nunca ha sido buena para recibir un golpe”, señaló Selen.

Lloyd notó que faltaba alguien. “¿Mmm? ¿Dónde está Allan?”

“……Oh.” Phyllo sacó una carta de su bolsillo. “……Renge me dio esto.”

Con una hermosa letra, decía: No me busques, Allan.

“Renge totalmente escribió eso”.

“Ni siquiera quiero saber…”

Todos lo habían visto arrastrado y estaban seguros de que ya no estaba de una pieza.

“Entonces, mantenerse al margen de sus problemas de pareja. Micona, hagamos que esta pasantía sea buena”.

Micona estaba demasiado preocupada por sus propios factores estresantes como para preocuparse por lo que le pasara a Allan.

“Estaré bien. Lo hice increíble en el festival. Mi esfuerzo se notará…” “¿Es eso realmente relevante?”

“Oh, absolutamente. ¿Recuerdas a los tres peces gordos sentados? Uno era el máximo diplomático. Allá arriba, con la guardia real, está el puesto más deseable. Paga mucho mejor, es mucho más difícil entrar”.

Riho claramente tenía la idea de ganar más. Parecía que había hecho su tarea en todas las posiciones rentables.

“Y los diplomáticos solo son superados por los guardias reales en la proximidad al trono. Dirigen ejercicios de seguridad fronteriza o naval, manejan las relaciones internacionales y la agenda del rey, organizan viajes al extranjero e invitan a visitar Azami: cubren una amplia gama de funciones, todas las cuales son bastante vitales, razón por la cual la paga es tan buena… y la influencia que viene con todo eso. Es donde se reúnen los mejores de los mejores. Luego reducen esos números con la rutina del trabajo en sí. Definitivamente uno de los puestos políticamente más significativos”.

“Eso suena impresionante. ¡Sabes mucho al respecto, Riho! ¿Estás apuntando a ello tú mismo?”

“Señor, no”, resopló Riho. “Claro, la paga es buena, pero te hacen trabajar hasta los huesos. Nada vale eso. A menos que lo que quieras sea el honor.”

“¿Cómo traer honor a tu ciudad natal? Eso suena bien.”

Lloyd se imaginó a sí mismo volviendo a Kunlun con su uniforme de diplomático y sonrió. Pero pronto se sacudió la tentación.

“Pero no creo que mi objetivo sea ser conocido. No creo que suene como algo que podría o querría hacer”.

Esta fue probablemente la elección correcta, aunque quizás también un poco testaruda.

“Lloyd Belladonna, tienes razón en sentirte intimidado”, declaró Micona. “Ningún deber diplomático puede ser manejado por alguien que simplemente piensa que ‘suena bien’. Un paso en falso y las relaciones internacionales pueden verse tensas en los años venideros. ¿Podrías manejar eso?”

Sin embargo, todo lo que decía era exacto… Persiguió al líder del Dominio Ascórbico con raíces de treant y también hizo un gran lío en Rokujou.

Pero a Micona siempre se le dio bien ignorar sus propios defectos.

“No quiero arruinar nada”, dijo Lloyd con firmeza.

“Nadie cegado por la fama o la fortuna podría aspirar a triunfar aquí. ¿Podrías tú, Lloyd Belladonna?”

Hizo que sonara como una amenaza.

“Eres tan tenso”, dijo Selen. “¿Por qué quieres trabajar allí?”

“¿No es obvio? Si consigo un puesto allí, ¡Marie quedará muy impresionada!”.

No es exactamente una ambición noble. “……Eso es peor que la fama o la fortuna.”

Riho acercó a Selen y Phyllo.

“Parece que ella no sabe qué Marie es la princesa”, susurró. “Si ella fuera por los guardias reales y Marie regresara al palacio, se verían todo el tiempo”.

“Dado el comportamiento habitual de Marie, nadie sospecharía eso”.

“…… El Maestro y Allan tampoco lo han resuelto”.

Todos sus discursos parecían haber ayudado a Micona a recuperar su ritmo, y se aferró a la mirada de Lloyd, esencialmente declarando la guerra.

“¡Lloyd Belladona! Si tiene la intención de robar mi asiento, sepa que no cederé a la ligera”.

Lloyd enfrentó su intensidad de frente.

“¡No sé qué puedo hacer aquí, pero pretendo dar todo lo que tengo! Si decido que fallaré antes de intentarlo, nunca lograré nada”.

“¿Oh…?” Micona dijo, con los ojos muy abiertos. “Has ganado algo de valor, por lo que veo. ¿Esto está ayudando?”

Ella extendió la mano y le dio un golpecito a su brazalete, el que usaba el jefe de los de primer año.

“Tal vez”, dijo Lloyd, sonriendo. “Pero creo que tú y mis amigos me han ayudado a enderezarme”.

“Hmph. No sabes lo que puedes hacer, así que planeas dar todo lo que tienes. Buenas palabras. Me han ayudado a relajarme, lo admito. Te lo agradezco, Lloyd Belladonna.”

“! De nada.”

Seguro que las cosas habían terminado muy bien.

Luego procedieron al lugar de trabajo diplomático con estilo.

Pero  cuanto  más  se  acercaban, menos confiados se volvían.

El rostro de Micona estaba una vez más envuelto en tristeza, su estrés rebotaba con fuerza. ¿Era este el lugar correcto? ¿Podría ella realmente hacerlo? Estaba estudiando minuciosamente la información, comprobando todo dos veces.

La ubicación especificada era demasiado elegante. Era comparable a la mansión de un noble. Si alguien les hubiera dicho que aquí era donde tenían la pelota, lo habrían creído.

“Mi primera vez aquí, pero… ¿estamos seguros de que no es un hotel?”

“…… ¿Estamos aquí para bailar?”

“Solo lo he visto en películas, pero se ve bastante… majestuoso”.

Una serie de tomas, pero Riho había hecho su tarea (una vez más, había dinero de por medio) y estaba allí para explicarlo.

“No se asusten conmigo, gente. Claro, es imponente. Pero funciona como un espacio de recepción para dignatarios extranjeros”.

“¿Lo hace?”

“Sí. Cualquier visitante VIP se queda aquí, negociando o recibiendo vino y cena. Hay otros edificios similares en los lados oeste y norte que tienen diferentes estilos, pero este es el más grande. Tiene un salón de banquetes, salas de conferencias, una biblioteca, un salón de baile, las obras”.

“………Creo que lo estás empeorando.”

“Entonces, cualquier trabajo que no queremos que nuestros aliados sepan sucede en otro lugar. Apuesto a que el plan es mostrarles a los cadetes este lugar y ponerles el temor de Dios. Después de todo, esta no es una publicación que buscas sin una buena razón. ¿Verdad, Micona?”

Micona se estremeció al escuchar su nombre, pero se recuperó rápidamente.

“¡T-Tengo una buena razón! ¡Haré cualquier cosa por Marie! Una declaración que contenía muchos problemas. Riho lo ignoró a quemarropa.

“Obviamente, su presupuesto es una locura. Quiero decir, ese es un salón de baile legítimo.”

“……No soy mucho para bailar. A menos que tenga una espada en mi mano…”

Lloyd estaba haciendo todo lo posible para no dejarse intimidar.

“Entretener a los visitantes… Bueno, aprendí mucho en el hotel. ¡Quizás pueda poner en práctica esas habilidades aquí! Las sonrisas recorren un largo camino”.

Él sonrió, tratando de ocultar sus nervios. Fue un poco forzado, pero eso funcionó a su favor.

“Hmph. Justo ahí contigo, Lloyd Belladonna.”

Micona puso su mejor sonrisa. Los músculos de sus mejillas se movieron, pero sus ojos no se reían en absoluto, haciéndola parecer un tiburón.

“¡Vamos gente!”

Shark Micona los condujo adentro, causando una oleada de pánico entre los guardias en la puerta.

Una vez dentro, se dirigieron al lugar designado.

“Eso es todo.”

El letrero decía OFICINA DEL DIRECTOR GENERAL. La puerta en sí no estaba decorada de forma llamativa, pero no por ello era menos imponente. Los paneles formaban un patrón complejo que mostraba claramente el dinero invertido. Sin ornamentación excesiva, pero con cuidado de no parecer barato. Una puerta que simbolizaba las necesidades de cualquier diplomático.

La mano de Micona tembló levemente, pero la apretó con fuerza y llamó.

“Oh, entra”, llamó una voz alegre.

Micona abrió la puerta con cautela y encontró al alto diplomático de pie para saludarlos. Él también había estado en el Festival Militar, eludiendo suavemente la responsabilidad en todo momento.

Claramente un hombre a tener en cuenta. Tenía esa aura de “amigable, pero no puedes bajar la guardia”. Todos se prepararon.

Su sonrisa nunca vaciló.

“Director General de la Oficina Diplomática suena más elegante de lo que es. No hay necesidad de sudar, te lo aseguro. ¡Oh!”

Tomando eso como una señal de reconocimiento, Micona amplió su sonrisa de tiburón aliviada. “Sí, ayudé a resolver el incidente del festival. Micona Zol, jefa de la segunda…

“¡Si no es Lloyd! ¿Cómo has estado? ¿Me recuerdas?”

Al igual que las bienvenidas del director de relaciones públicas y el jefe de seguridad, la recepción de Lloyd fue demasiado cálida. Parecía incómodo, todavía inconsciente de la verdadera grandeza de sus hazañas.

Al ver a Lloyd una vez más robar su protagonismo, Micona con cara de tiburón ya no parecía feliz. Se había puesto la cara de un ogro.

“¡Hnggggg…!”

“……Micona……mira la cara…”

Mientras tanto, la actuación de Lloyd en el festival le estaba ganando otra lluvia de elogios.

“Ha-ha-ha. Dicho esto, tenemos trabajo que hacer. Por favor siéntate.”

Su anfitrión los dirigió al sofá y tomó asiento él mismo, informándoles sobre los objetivos del día.

“Normalmente, solo tendríamos que hacer un poco de trabajo básico de oficina y terminar el día. ¡Lo que no quiere decir que nos lo estemos tomando con calma!” Él se rio.

“¡El trabajo de oficina es importante!” Micona dijo, haciendo todo lo posible para ganar esos puntos.

“Esa es la mitad de la razón. ¿Alguien conoce al otro?”

Sonaba tanto como un maestro que Riho en realidad levantó la mano.

“Si nos pide que ayudemos a entretener a los visitantes y nos equivocamos, podría ser un gran problema”.

“¡Exactamente! Lloyd tiene amigos inteligentes, por lo que veo.” Aplaudió y luego elaboró.

“Eso y un error que cometí una vez en mi juventud. En general, hemos tenido pasantes que hacen algunos trámites y luego les cuento esa historia. Básicamente una advertencia. Ayuda a garantizar que los solicitantes tengan lo que se necesita”.

“¿Una amenaza? Entonces, ¿realmente deberías estar diciéndonos?”

“Absolutamente”, dijo, asintiendo felizmente. “Mi error tensó las relaciones durante años. Pero para su grupo, creo que haremos que vean algo un poco más práctico”.

“¿Con dignatarios visitantes?”

“Exactamente.”

Riho entrecerró los ojos, segura de que había más en esto.

“¿Estás seguro? ¿O quieres ganar más de lo que arriesgas?

“¡Inteligente! De hecho, conoces al hombre, Lloyd. Tenerte cerca ayudaría a suavizar las cosas y será una oportunidad educativa”.

“¿Quién es?”

“Rey Sardin de Rokujou”.

“……………Estás bromeando”, gimió Phyllo, luciendo como si hubiera mordido algo amargo.

El dignatario era su padre.

Salieron de la oficina y los condujeron por el pasillo hasta otra ala. Varios guardias de seguridad de aspecto severo estaban de pie sobre la lujosa alfombra. Más allá de ellos, el invitado de honor.

“Esta es la sala de recepción. Fuerte seguridad, la máxima atención en el equipo de los guardias para que puedan manejar cualquier situación de inmediato. Contratamos limpiadores profesionales y volvemos a revisar a todos los diplomáticos en busca de artículos dudosos… todo para evitar problemas antes de que sucedan”.

Habló con orgullo, seguro de que no habían dejado piedra sin remover. Pero un momento después, hubo un grito en la habitación. “¡Aghhhhhhh!”

La sonrisa orgullosa del diplomático se desvaneció. Incluso él no podía mantenerlo ahora.

“?! ¿Qué sucedió? Está cerrado… ¡Que alguien traiga una llave!”

Sonaba desesperado.

Pero Phyllo escuchó lo que sonaba como el grito de su padre…

“¡Nooooo!”

…y pateó la puerta. (Parecía tan cara como la alfombra).

Los fragmentos volaron por todas partes.

“…… ¡Entrando!”

Lideró la carga, escaneando la habitación para ver qué había sucedido.

“¡Aghhh! ¡Querida esposa, te juro que no es verdad!”

“¡¿Qué no es verdad?! ¡Escúpelo!”

“¡Deja de tirar de mi articulación primero!”

Ante sus propios ojos, Sardin Valyl-Tyrosine estaba siendo torturado por su esposa y guardaespaldas, Ubi Quinone. Claramente, una vez más había estropeado algo.

“…………”