Zero kara Hajimeru Mahō no Sho (NL)

Volumen 7

Capítulo 3: Oscuridad Tenebrosa

Parte 1

Interludio: El castigo eterno

La muerte de Decimotercero hizo que su atadura a Sanare desapareciera. Estaba muy animada cuando volvió al cuerpo de la princesa.

Las cosas no salieron exactamente como las había planeado. En todo caso, la situación evolucionó hacia una mejor dirección, así que no tenía ninguna queja. Podía manipular el reino de Wenias como quisiera, ahora que Decimotercero estaba muerto.

“Ah, el Maestro es tan increíble. Ella cortó a su talentoso estudiante tan fácilmente. Lo mató como si nada.”

La propia Sanare podría haber dejado vivir a Decimotercero para poder utilizarlo, lo que podría haber provocado que le tiraran de la manta.

La falta de piedad delJefe —Tinieblas—procedía de una confianza absoluta. Poseía un poder y una inteligencia que le permitían afirmar que la pérdida de Decimotercero no era nada.

Alguien poderoso como ella necesitaba a Sanare. La idea llenó el corazón de Sanare de alegría. Ella haría cualquier cosa por el Jefe, sin importar lo sucia que fuera. Sólo tenía que creer y seguirla, entonces un mundo de brujas vendría pronto.

“¡Raúl! ¡Por favor, prepara agua caliente! ¡Hoy ha ocurrido algo grande!”

El ruido de cascos resonó en los túneles subterráneos del campus.

Mientras buscaba el origen del sonido, Sanare notó algo extraño.

“¿Qué es este lugar? ¿Un almacén?”

El campus, construido mediante la remodelación de un túnel subterráneo, tenía restos de almacenes aquí y allá. Uno de ellos se

encontraba en la sección más profunda, con cajas y madera apiladas por todas partes.

Mientras Sanare estaba fuera de su cuerpo, la princesa Amnil era libre de moverse. No le importaba a dónde iba, pero ¿qué estaba

haciendo en un lugar como éste?

“Estábamos pensando en guardar algunos objetos no deseados.”

Respondió Raúl en voz baja.

“Bien. Probablemente estabas en medio de tu tarea, pero no voy a hacerlo. Deja lo que estás haciendo y prepara el baño. Date prisa. Me gusta estar limpia.”

Una risa resonó en el sótano.

Sanare pensó que Raúl se estaba riendo, pero su expresión estaba quieta.

Hay alguien aquí.

“¿Dices que te gusta estar limpia? ¿Cuándo te ves así? Interesante.”

“¡Esa voz!” Sanare se dio la vuelta. Una hermosa bruja de cabello plateado estaba allí, una bruja diferente de Oscuridad Tenebrosa.

“¡¿Zero?! ¡¿Qué estás haciendo aquí?!”

“He estado esperando tu regreso. Caballo me sirvió un poco de té.

Tiene un buen gusto, debo decir. Me gustan estas hojas de té. Me las llevaré todas conmigo junto con la copia del Grimorio de Zero. Dudo que puedas disfrutar del té en tu estado actual de todos modos.”

Por primera vez, Sanare sintió algo raro. Se miró las manos. En lugar de los delgados dedos de una hermosa princesa, había dedos ennegrecidos de barro. Su cuerpo era una figura deforme de suciedad.

“¡¿Qué es esto?!”

Las marionetas de barro que la princesa creó para su investigación, alimentadas por las almas de los muertos, tenían este aspecto.

Sanare miró a su alrededor y vio un círculo mágico tallado en el suelo. Se tambaleó hacia adelante, sólo para ser repelida por un vallado, y cayó de espaldas.

“Las marionetas de barro de la princesa están muy bien hechas.”

Dijo Zero. “Con la ayuda de Caballo, pude preparar un sustituto para la princesa sin demasiados problemas. Como resultado, el sello es más poderoso de lo previsto.”

“¡¿Un sustituto?! ¡Déjame en paz! ¡¿Dónde está la verdadera Amnil?!”

“Capturada, encerrada y sellada dentro de un pabellón. No esperes ninguna ayuda. No recibirás ninguna. A partir de ahora, nunca podrás acercarte a la princesa. Incluso le quitaré sus recuerdos, si es necesario.

Ahora bien.” Zero esbozó una sonrisa de sangre fría, la sonrisa de un niño que contempla cómo herir a un insecto que ha sido desgarrado miembro a miembro. “Que comience la eternidad, Sanare. La soledad y el arrepentimiento eternos. Una tortura llamada aburrimiento que te hará detestar tu cuerpo inmortal. No sentirás dolor, ni hambre, ni sed. Tampoco podrás dormir. Será muy interesante ver cuánto tiempo puedes mantener tu propia cordura en el interminable paso del tiempo.”

Esto… Esto no puede estar pasando. Todo ha ido bien.

Tenía que haber una ruta de escape en alguna parte. Una grieta en la barrera. Una pequeña brecha por la que un alma pudiera pasar estaría bien.

Sanare buscó desesperadamente un agujero en la barrera. No debería haber ninguna, pero rogó por una. Entonces la encontró. Era casi difícil de creer.

Ya veo, pensó Sanare. Zero no es tan bueno dibujando círculos mágicos como Decimotercero. Incluso el pabellón de Solena tenía grietas, así que ¿cómo podría estar el de Zero sin una?

Sonriendo, Sanare saltó del cuerpo de la marioneta y se precipitó hacia la grieta del pabellón.

“Mercenario.” Llamó Zero.

La Bestia Caída en espera dio un paso adelante.

Idiota, pensó Sanare. La fuerza bruta no podría hacer nada a un alma.

La Bestia Caída levantó tontamente un cuchillo y lo bajó sin dudar, clavándolo profundamente en el suelo.

El agujero desapareció.

Repelida por el pabellón, Sanare regresó a la marioneta sólo para confundirse en cuanto a lo que había sucedido.

“¡¿Qué?!¡¿Qué está pasando?! ¡¿Por qué no puedo salir?! ¡He visto un agujero en el vallado!”

“No hay ningún agujero en mi valla.” Dijo Zero. “Sólo hay una puerta, y acabo de cerrarla.”

“¡¿Cómo que cerrarla?! ¡Acabas de clavar un cuchillo en el suelo!”

“No es un cuchillo ordinario. Realicé un ritual en él bajo la luz de la luna durante treinta días. Es una herramienta ritual que alberga un guardián.”

“¿No te resulta familiar?” Gruñó la Bestia Caída.

Todos los cuchillos eran igualespara Sanare.¿Cómo podía recordar éste en particular?

“Es el cuchillo de Theo. Perteneció al chico que mataste.”

¿Un guardia? Sanare miró el cuchillo en el suelo una vez más.

Cuando se concentró, vio un alma de pie.

Una cara pecosa y una boca a la que le faltaba un diente delantero.

Solía sonreír todo el tiempo, pero ahora sólo había un niño que miraba fríamente a Sanare.

“¿Theo?” Dijo Sanare. “¿Un niño como guardia? Qué estupidez.

¡Absolutamente ridículo! ¡Puedo manejar esta alma con mi poder!”

“Eres bienvenida a intentarlo.” Respondió Zero. “Por eso he asignado un guardia. Soy una bruja misericordiosa. No te encerraré en un almacén como éste para siempre sin ninguna posibilidad de salvación. La puerta se abrirá si rechazas al guardia, o si éste te perdona. Sin embargo, parece que te equivocas. Mira más de cerca.”

Como marioneta, Sanare no tenía pulmones, corazón ni dientes. Sin embargo, parecía luchar por respirar. Le dolía el corazón y le rechinaban los dientes.

Siguiendo lo que dijo Zero, ella forzó la vista hacia el cuchillo. Se dio cuenta de que no sólo estaba Theo. Había una pareja de pie detrás de él, probablemente sus padres.

No sólo eso, sino las almas de aquellos que fallecieron en la República de Cleon por culpa de la Santa. Los espíritus de los que murieron en manos del adjudicador que Sanare manipuló, allá en la nación marítima de Telzem.

Todos ellos se colocaron frente a Sanare como guardias.

Sanare gritó, rascándose la cara de barro con sus manos de barro.

Su cuerpo se desmoronó lentamente.

“¡No! ¡No, no, no, no! ¡Lo hice por las brujas! ¡Por un mundo de brujas! ¡¿Por qué me tratan así?!”

“Yo que tú tendría cuidado con ese cuerpo.” Dijo Zero. “En el momento en que tu cuerpo sea destruido, perderás tu vínculo físico con este mundo. Sólo una vieja bruja que haya vivido mil años puede conservar su mente mientras existe como alma. Como la Gran Solena.”

Sanare desechó su cuerpo físico, viviendo como un alma pura, pero siempre poseía algo. Nunca había pasado largos periodos de tiempo sin cuerpo físico. Cada vez que vagaba como alma, un miedo inexplicable se apoderaba de ella, como si fuera a ser dispersada por el viento.

Recordando el miedo, Sanare recogió los pedazos de su cuerpo.

“No tiene sentido hacer esto.” Murmuró para sí misma. “¡El Maestro me salvará! ¡Tengo talento! ¡Le soy útil!” Sabía muy bien que su Maestro no vendría.

Sanare recordó la crueldad que su Maestro mostró cuando mató a Decimotercero. La bruja de las Tinieblas no toleraba a los que la

desobedecían o le fallaban.

Y Sanare había fracasado.

Los cascos de Raúl resonaron en el sótano. “Vamos. Estoy preocupado por la princesa. No tengo más asuntos aquí.”

Oh. Así que a esto se refería con lo de apartar los objetos no deseados. Para Raúl, Sanare no era más que un pedazo de basura inútil, ni siquiera alguien digno de odio.

Zero se dio la vuelta, con su larga capa ondeando. La Bestia Caída blanca la siguió.

Sanare oyó una puerta que se cerraba fuera de su vista, seguida de la caída de un pesado cerrojo. Se hizo el silencio, salvo por el sonido de los pasos que se alejaban en la distancia.

Miró a los guardias. Innumerables almas difuntas la miraban. Una de ellas se movió.

Era Theo, el dueño del cuchillo. Observando a Sanare con lástima, se alejó de los guardias, saliendo de la habitación.

“¿Significa esto que me perdonas?” Preguntó Sanare.

Theo se dio la vuelta. Sus labios se movieron.

Realmente no me importas.

El chico desapareció, dejando sólo esas palabras. Eligió quedarse con el grupo de Zero en lugar de vengarse de Sanare.

Se hundió en el suelo. Su cuerpo embarrado ni siquiera pudo sentir la frialdad del suelo.

“Ajaja.”

Sanare se rió de su abrupta desaparición. Lo único que podía hacer era reír. Su risa se hizo gradualmente más fuerte y se convirtió en la carcajada habitual, con la cabeza echada hacia atrás.

Había vivido su vida ridiculizando y riéndose de los demás. Esta risa estaba dirigida a su propio y miserable yo.

Sanare lanzó un suspiro. “Qué final tan miserable. Perfecto para alguien tan inútil como yo.”

***

“Bueno, eso fue rápido y decepcionante.” Dije después de salir del campus. Llevábamos un rato caminando en silencio. “Ese es el fin de Sanare, ¿verdad? ¿Realmente la sellaron? No va a salir de ese lugar, ¿verdad?”

“No se quedará allí para siempre.” Dijo Cero. “Dentro de cien años, quizá doscientos, cuando todos los guardias lo permitan, y si su mente sigue intacta, podrá volver a ser libre.”

“Los guardias, ¿eh?”

Miré por encima de mi hombro, pensando en el cuchillo de Theo que había dejado atrás.

“¿Te preocupa el cuchillo de Theo?” Preguntó Zero.

Bajé las orejas. “Sí, más o menos. Se siente como si dejara a Theo atrás otra vez, ya sabes.”

“Tú dejaste el cuchillo, noaTheo. Los difuntos son muy libres, más de lo que imaginas. Las almas atadas a lugares y cosas eligen estar atadas ellas mismas.”

“No estoy seguro de entenderlo.” Dejé caer mi cola.

El viento agitó las hojas. Sonaba como una risa.

“La princesa está bien ahora, ¿verdad?” Preguntó Raúl con ansiedad mientras caminaba detrás de nosotros. “¿Sanare no la poseerá de nuevo?”

“No.” Aseguró Zero.

La expresión de Raúl finalmente se suavizó.

“Pero hay un problema profundo con la princesa.” Añadió. “Hemos sellado a Sanare, pero la princesa se convirtió en miembro de Cestum por su propia voluntad, ¿no? Si es necesario, puede que tenga que quitarle sus recuerdos.”

“¿Todos sus recuerdos de la magia?”

Zero asintió.

El maestro de la princesa que le enseñó magia fue asesinado por Dea Ignis. Sus acciones fueron alimentadas por su odio a la Iglesia.

Su memoria de aprendizaje de la magia tenía que ser borrada, o de lo contrario estaría buscando a su maestro muerto para siempre.

Raúl no parecía preocupado. Esbozó una suave sonrisa. “No creo que tengas que preocuparte por nada.”

“¿Cómo podríamos no preocuparnos?” Dije. “Ella fue a por todas al tratar de matar al sacerdote.”

“Puede matar al sacerdote incluso sin unirse a Cestum.”

Este tipo siempre dice las mayores barbaridades sin pestañear.

Cuando lo conocí en la Isla del Dragón Negro, daba la impresión de ser un joven agradable, pero por la forma en que llamó a Sanare objeto no deseado, probablemente tenía un lado más oscuro.

“La princesa es inteligente. Ella sabe lo que es mejor. Al principio prestó su cuerpo a Sanare para vengarse del sacerdote, pero su objetivo cambió finalmente a encontrar más sobre Cestum.”

“¿Qué?”

“Cómo de grande era Cestum, su propósito y sus métodos. La princesa sentía mucha curiosidad por la organización a la que pertenecía Lord Argentum. Sanare le contó todo lo que quería saber.

Lo sé, tenía la lengua un poco suelta.” Raúl soltó una risa seca. “La princesa planeaba abandonar Cestum hace tiempo. Pero si intentaba escapar, la matarían. Me alegro de que hayan venido.”

Después de caminar un rato por el bosque, apareció la enorme caja de tierra que contenía a la princesa. Había un círculo mágico a su alrededor, y no parecía haber nada fuera de lo normal, o eso me gustaría decir, pero me sorprendió lo que vi.

“¡¿Qué demonios ha pasado aquí?!”

Había un gran agujero en la caja. Por un momento, pensé que la princesa había escapado, pero el sonido de la voz de la princesa y del sacerdote me sugirió lo contrario.

Lily estaba sentada junto al agujero, removiendo una olla en el fuego, donde se estaba asando carne ensartada, goteando grasa. Olía a ciervo. Ahora que lo pienso, me muero de hambre. No, espera.

“¡Hey, Lily!” Llamé. “¡¿Qué está pasando aquí?! ¡¿Dónde están el sacerdote y la princesa?!”

Lily continuó removiendo la olla con seriedad. “Teniendo una gran pelea.” Contestó, sacando una de las carnes asadas de aspecto sabroso y masticándola.

“¿Una pelea?”

Zero y Raúl ya se asomaban al agujero. Me asomé detrás de ellos y, efectivamente, había una gran pelea.

“No entiendes nada, ¿verdad?” Dijo la princesa. “Lo que la Iglesia está haciendo es terrorismo. Sé que el miedo es eficaz para guiar a la gente, pero imponer las enseñanzas de la Iglesia a los demás sólo dará lugar al estancamiento de la sociedad.”

“Eres tú quien no entiende nada.” Respondió el sacerdote. “¿El estancamiento de la sociedad? A mí me parece muy bien. ¿Qué hay de malo en tratar de mantener el mundo en paz? No digo que la Iglesia no tenga sus problemas, pero debería resolverlos ella misma. Las brujas, la hechicería y la magia no tienen nada que hacer en este asunto, lo cual es obvio si usas tu cerebro aunque sea un poco.”

Estaban teniendo una discusión inútil, pero al menos no se estaban matando. Dado que estaban devorando carne mientras debatían, parecía más bien una disputa al azar en un rincón de una taberna.

Como estaban dentro del Etrach, no vi ningún problema en ello.

Sin embargo, mi cabeza estaba llena de preguntas. ¿Por qué hay un agujero? ¿Por qué está el cura dentro? ¿Cómo pueden comer normalmente como si no pasara nada?

Lily nos ofreció un trozo de carne de ciervo asada. “El Padre cazó el ciervo.” Dijo. “Pensé que tendrías hambre cuando volvieras, así que cociné algo de comida. Tuve cuidado. Creo que la comida es segura.”

“Ya veo.”

Pero no es eso lo que pido. Por otra parte, tenía hambre, así que acepté con gratitud la comida. También llevé la olla que Lily iba a traer

dentro del Etrach.

Un delicioso aroma a carne de ciervo guisada con sal y verduras salió de la olla y llenó el espacio, haciendo que el sacerdote y la princesa dejaran de discutir por un momento. Volvieron su atención a la olla.

“Comida.” Dijo Lily.

¿Vamos a comer en la oscuridad? Todos, excepto Zero y la princesa, podían ver de noche, y dos brujas estarían bien sin luz.

“Se está enfriando.” Dijo Lily. “Dense prisa.”

El sacerdote se trasladó a la parte trasera del Etrach para alejarse de la luz, y se sentó en silencio.

Raúl se deslizó junto a mí, se acercó a la princesa y se acomodó suavemente. La princesa también se sentó, apoyándose en Raúl y relajándose un poco.

Mientras Zero y yo tomábamos asiento, Lily vertió el contenido de la olla en cuencos y nos lo distribuyó a mí, a Zero y al cura. Luego se dirigió a Raúl y le tendió sus pequeñas manos.

Raúl parecía desconcertado, sin entender lo que quería decir.

“Tazón.” Dijo ella.

Cuando Raúl salió del campus, se llevó un conjunto de sus cosas.

Rápidamente sacó un cuenco de su mochila.

Lily hinchó las mejillas como una ardilla. “¡Uno más!” Sonaba enfadada.

“Yo, uhh…”

“No me gustas.” Dijo Lily. “Pero no me gusta dejar a otros fuera.”

Quería que comiera con nosotros. Me preguntaba por qué había más verduras en el guiso que de costumbre, luego me imaginé que era porque Raúl era herbívoro.

Al darse cuenta de ello, Raúl también ofreció su propio cuenco en silencio. Después de servir a todos, Lily tomó su propia comida y se sentó cerca del sacerdote, aunque todavía bastante lejos.

Como siempre, Zero ya estaba repitiendo.

Ahora que lo pienso, es la primera vez que como algo que Lily ha cocinado ella misma. Le di un mordisco. Sabía tal y como me lo imaginaba por el olor.

La carne era tierna, las verduras dulces. El condimento era más ligero, pero no por ello menos delicioso, lleno del rico aroma de las hierbas. Tenía un sabor similar al que cocinaba su madre.

“Entonces, Sacerdote.” Dijo Zero, masticando un trozo de carne.

“¿Le importaría explicar la situación actual? Y no, no digas ‘estamos comiendo’.”

Era una pregunta vaga, pero no le vino a la mente ninguna otra pregunta apropiada.

“Es tal como lo ves.” El sacerdote también dio una respuesta vaga.

“Estuvimos discutiendo un rato a través de la pared, pero era difícil escucharnos. Como no llegábamos a ninguna parte, abrí un agujero.”

“Abrir un agujero, mi culo.” Interrumpí. “¿Y si Sanare se entera de nuestro plan? ¿Alguna vez pensaste en eso, eh? Idiota.”

“Si hubiera intentado escapar, la habría matado.”

“Efectivamente.” Dijo la princesa, impávida ante las aterradoras palabras del sacerdote. Incluso estuvo de acuerdo con él. “No puedo lanzar ninguna magia del Grimorio de Zero, sólo un hechizo de Nigromancia que aprendí recientemente. Tampoco tenía a Raúl para protegerme. Luchar contra Dea Ignis habría sido una tontería. Mi única opción era tener una discusión, una batalla de palabras si se quiere, y la mejor manera de discutir es cara a cara. El sacerdote puede quitarse el parche del ojo en esta oscuridad, así que la mejor opción es simplemente invitarlo, ¿no estás de acuerdo?”

¿La mejor opción? Parece la idea más horrible de todas.

Simplemente no puedo estar de acuerdo. No sé qué quieres que diga.

“Entonces, Princesa.” Dijo Zero. “¿Has perdonado al sacerdote?”

“Nunca pedí que…”

Zero silenció al sacerdote con un gesto de la mano.

La princesa reflexionó un poco sobre la pregunta de Zero. “No.”

Respondió. “Sin embargo, mi rencor personal es un asunto trivial. Si tuviera la oportunidad de matarlo, lo haría, pero ahora no es el momento. Sin embargo, es una gran pena que no haya podido matarlo antes. ¿Verdad, Raúl?” Sonrió.

Raúl le dedicó una vaga sonrisa. Tal vez tenía sentimientos encontrados sobre el asunto. Su lanza apuntaba claramente al corazón del sacerdote, lo que indicaba que realmente pretendía matarlo, pero no era realmente lo que quería hacer.

Lily también tenía una mirada sombría desde que Raúl casi la mata.

“¿Qué quieres decir con ‘ahora no es el momento’? Caballo me dijo que estabas buscando en Cestum.”

“Aunque mi mentor Argentum era miembro de Cestum, no estaba contento con su gestión. Sólo los utilizaba para sus propios fines. No me dijo nada en detalle, pero eso lo sé. Le ofrecí mi cuerpo a Sanare porque también quería utilizarla. Además, si Cestum planea destruir la Iglesia, lo mejor para lasbrujasy el mundo es ayudarlas. Sin embargo.”

Continuó la princesa, sin dar al sacerdote la oportunidad de interrumpir.” El propósito de Cestum no es la destrucción de la Iglesia.

Su líder, el Jefe, quiere destruir el propio mundo.”

Silbé. “Suena aterrador. Estoy literalmente temblando.”

El sacerdote se rió. “¿Destruir el mundo? Hablando de ambición.

Si tuvieran esa clase de poder, podrían fácilmente destruir la Iglesia mañana.”

“Sé que parece una broma.” Dijo la princesa.

“No.” Dijo Zero en tono sombrío.