Buta Koushaku ni Tensei Shitakara, Kondo wa Kimi ni Suki to Iitai (NL)

Volumen 6

Prologo: El Que Va Contra Corriente

La historia de la mitad norte del continente estuvo decorada con conflicto tras conflicto. Su clima impidió que las cosechas de la tierra fueran abundantes y, además, los cultistas herejes habían decretado a un extranjero como su deidad. Sin embargo, en lugar de denunciar estas guerras, la cultura del norte celebró la lucha en nombre de la supervivencia como algo bello.

El Imperio Dustour estaba ubicado aquí en el norte, y su asentamiento principal era la Ciudad Dustour, también conocida como la Capital de Piedra, que fue construida al borde de un acantilado empinado. La clase dominante de Dustour vivía en este templo ubicado en una cueva hecha de roca, y su interior impredecible y laberíntico no se diferenciaba de un nido de hormigas. La leyenda decía que los enemigos del imperio nunca encontrarían una salida una vez que entraran en él.

En lo profundo del templo había cierta habitación; ninguna luz podía penetrar en ella y el aire estaba perpetuamente húmedo. La oscuridad envolvió toda la instalación, interrumpida solo por tenues destellos de luz de las lámparas de los candelabros que revelaron una serie de herramientas desconocidas que colgaban de las paredes. Los instrumentos brillaron siniestramente, dejando a uno preguntándose sobre su propósito.

Era fácil suponer que el dueño de esta peculiar habitación era un recluso o un excéntrico viejo investigador absorto en su obsesión. Sin embargo, dentro de esta habitación, una joven doncella se sentó en una silla de cuero.

“Dame tu informe, Rooney” dijo.

A pesar de su apariencia, su verdadera naturaleza estaba muy lejos de la niña humana que parecía ser.

Se sentó con las piernas cruzadas y los ojos fijos en el hombre arrodillado ante ella. Su físico era un espectáculo para la vista, insinuando la peligrosa fuerza interior, y por su apariencia, era obvio que su línea de trabajo no era del tipo respetable. Se quedó quieto y bajó la cabeza, luciendo una sonrisa de éxtasis en su rostro cuando comenzó a responderle al dueño de la habitación.

“Mi señora, ¿por dónde debo empezar? No, tal vez la mejor pregunta es:

¿De quién son las acciones que quieres escuchar primero?”

“¡Oh, deja la farsa! ¡Por supuesto que quiero saber sobre esos tipos primero!” dijo malhumorada.

“En ese caso, supongo que comenzaré con los movimientos en la Alianza del Sur. Los diversos países nos miran con hostilidad desde el otro lado de la frontera entre el norte y el sur, marcada por los humedales de Grant…”

La dueña de la sala mostró su molestia, pero incluso su mirada era cautivadora a los ojos de Rooney. Cada segundo de conversación con ella fue invaluable para él. Ella era el cerebro del Imperio Dustour; una superpotencia que había expandido tanto su territorio, que la mitad del continente ahora estaba ocupado bajo su bandera.

Ella era a la vez humana y algo más allá ──── era el famoso Gran Espíritu de la Oscuridad.

“Bueno, esos tipos probablemente solo darían el primer paso cuando el infierno se congele, así que no perdamos el tiempo con ellos,” dijo con ligereza. “¿Qué pasa con Bardot?”

El nombre del hombre que ella susurró era otro nombre familiar en este continente, como el de ella, con sus historias contadas a lo largo y ancho.

“El anciano general actualmente está retirando a sus soldados de Grant Wetlands en incrementos tal como usted deseaba, Maestra. No debería haber esperado menos del hombre que se proclama a sí mismo como su mayor adorador. A pesar de que sus órdenes eran contradictorias con las anteriores, inmediatamente cambió de marcha y actuó cuando escuchó que era su voluntad. Para ese anciano, la palabra ‘duda’ no existe cuando se trata de usted. Estoy seguro de que moriría sin dudarlo si así lo ordenaras.”

“Olvídate de todas las cosas extra. Sólo dime los hechos y lo que está pasando.”

“Ah, por favor disculpe mi rudeza. El General del Ejército, Bardot, dio sus órdenes y los soldados las obedecieron sin dudarlo. Su retiro fue lo más rápido posible y se llevó a cabo sin quejas.”

Rooney continuó: “Desde el principio, los soldados estaban fatigados por las frecuentes guerras para subyugar a la mitad norte y, en el fondo de sus corazones, temían la próxima guerra con el sur. Después de todo, es una guerra con una fecha de inicio y finalización envuelta en misterio. Aunque se han descartado los planes de unir el continente bajo la bandera de Dustour, probablemente haya muchos que se regocijen en secreto.”

“Debemos proporcionar a nuestros soldados suficiente descanso.”

“El General Bardot conoce su compasión mejor que nadie, Maestra, y naturalmente, ha actuado en base a ese conocimiento. Ha ordenado a los soldados que han cumplido un largo período de servicio que se retiren y ha hecho arreglos para que regresen con sus familias.”

“Ya veo. Entonces no comentaré más al respecto.”

El destino del mundo había cambiado. Si todo hubiera ido según lo planeado, Rooney habría declarado que la guerra debería comenzar lo antes posible. Sin embargo, después de su regreso de Huzak, le había informado al Gran Espíritu de la Oscuridad que, aunque era factible unir el continente, habría pocos beneficios. Al escuchar su análisis, ella había tomado una decisión diferente.

Uno de los Tres Mosqueteros, Bardot, estaba sin duda en la parte superior de la cadena de mando de los asuntos militares en el Imperio Dustour. Había estacionado soldados a lo largo de la frontera con el sur en preparación, y después de este nuevo desarrollo, Nanatrij le había ordenado que retirara a todas esas tropas.

“Sin embargo, debo decir, Maestra, que honestamente no esperaba que cancelaras la guerra con el sur solo por mis comentarios. Estaba completamente convencido de que habías estado bromeando, y ────”

“Rooney, te di plena autoridad para juzgar si invadir el sur valía la pena, y te envié a Huzak con eso en mente. Eso es todo lo que tengo que decir al respecto.”

“Si ese anciano general se enterara de esta conversación, estoy dispuesto a apostar que se llenaría de envidia.”

El Gran Espíritu de la Oscuridad tenía una opinión sumamente favorable del hombre que había enviado a Huzak. Había entrenado a este hombre para que fuera alguien como ella, alguien cuyo juicio no fuera cegado por las emociones y que pudiera lograr sus objetivos como una máquina afinada. Y este hombre había sido quien le había aconsejado que abortara su plan sobre la base de que podrían ser tomados por sorpresa por un contraataque devastador en una escala que nunca podrían esperar.

Si Rooney había decidido que este plan no valía la pena, entonces era imposible que tuviera objeciones. Dado que Bardot tenía el mando sobre el ejército, ella le había dejado los planes para la retirada. Además, también le había dicho a Dreibach Steibelt, su otro espía que envió al sur y miembro de los Tres Mosqueteros, que retrocediera.

“Dejando eso a un lado…” El Gran Espíritu se detuvo. “¿Cuál es la respuesta del sur?”

“Como era de esperar, los países del sur están en desorden y completamente desorientados. Esas ratas que se habían colado en el imperio intentaron entrar en acción para descubrir nuestros objetivos. He perdido la cuenta de cuántos infiltrados hemos atrapado durante estos últimos días.” Rooney se encogió de hombros.

Nanatrij entrecerró los ojos. “Seguramente no los has matado, ¿verdad?”

“Me aseguré de darles muchos ‘recuerdos’ y dejarlos ir. Con esto, nuestras intenciones son probablemente claras para los países del sur ahora. Puede haber algunas naciones hirviendo de ira, pensando que los hemos tomado por tontos, pero tratar con ellos recae en el líder de la Gran Alianza del Sur. Eso significa Daryth, el País de los Caballeros, y cuán hábilmente pueden navegarlo todo. En cuanto al mensajero que enviamos allí, han cumplido con su deber. Según ellos, lo más probable es que los altos mandos de allí estén dispuestos a aceptar un tratado de paz. Es la elección obvia ya que el imperio está retirando voluntariamente nuestras tropas y no pide nada a cambio. Para los del sur, no hay términos más favorables que estos.”

Hubo una breve pausa antes de que Nanatrij volviera a hablar. “Buen trabajo, Rooney. Probablemente también fue duro para ti. Entonces, ¿cuál es la otra cara? ¿Los problemas?”

“No hemos podido ocultar completamente la información sobre las heridas de Living Dead. Las facciones rebeldes en varios lugares han escuchado los rumores y están zumbando de emoción. En este momento, esa bruja y sus subordinados los mantienen bajo control, pero si todas las tropas rebeldes se unieran, se convertirían en una fuerza formidable. Es probable que fluya mucha sangre de nuevo.”

“¿Es eso lo único que consideras problemático?”

“Bueno…” Rooney hizo una pausa, pensando.

Lo que sorprendió a todos fue cómo Dreibach Steibelt había hecho algo completamente inesperado después de su convocatoria. El mitad humano, mitad demonio casi había destruido a Zenelaus, a pesar de las órdenes, donde le advirtieron que se mantuviera alejado.

El Gran Espíritu de la Oscuridad había recibido informes sobre cómo el mosquetero posiblemente se estaba volviendo rebelde, y luego corrió inmediatamente hacia el otro extremo del territorio del sur.

Si alguno de los Tres Mosqueteros manifestara sus poderes, una ciudad entera podría desmoronarse fácilmente en polvo. Las ciudades del sur no eran tan poderosas como las del norte, e incluso Zenelaus, la gran ciudad de los aventureros, no fue una excepción.

Pero si eso realmente sucediera, sería problemático para todos. Si la gente se enteraba de que habían enviado un mosquetero a Zenelaus, sería inevitable una guerra total con el sur.

Sin embargo, en otro giro de los acontecimientos, el hombre conocido como Living Dead había sufrido la derrota al final de su insubordinación. Él había perdido. Nadie había esperado esto ──── ¿cómo podría alguien haber considerado la posibilidad de que ese hombre perdiera?

“¿Qué es? Ve al grano ya.”

“No es nada. Me parece absurdo pensar que el propio Living Dead perdió. Era una palabra que nunca había asociado con él.”

“Nada es imposible en este mundo, Rooney. Deberías saberlo mejor ya que sufriste un duro revés en Huzak.”

En Zenelaus había aparecido un escurridizo Gran Espíritu: Eldred, el Gran Espíritu del Fuego. Incluso había un joven que podía extraer y canalizar el poder del Gran Espíritu y, como resultado, uno de los Tres Mosqueteros había sido derrotado.

Sin embargo, se evitó el peor de los casos. No, tal vez lo que realmente sucedió podría considerarse el resultado más ideal. Eldred solo había destruido al Lich que había atado al mosquetero y no fue más allá.

“Existe la posibilidad de que alguien comience a objetar sus decisiones, Maestra.”

“No recuerdo que haya nadie en este imperio que vaya en mi contra.”

“No lo hay. O, eso es lo que me gustaría decir con confianza, pero…” Rooney dudó en completar su oración.

Después de esta serie de eventos, Nanatrij había visto por sí misma que el análisis de Rooney había dado en el clavo. Si el imperio comenzara una guerra con el sur, Eldred probablemente no se mantendría al margen. Lo último que quería hacer Nanatrij era enfrentarse a ese espíritu lunático. También estaba el hecho de que había muchos Grandes Espíritus en el sur que se pusieron del lado de los humanos… y solo contaba los que ella conocía.

Por ejemplo, el Gran Espíritu de la Luz estaba en el País de los Caballeros, y el Gran Espíritu del Agua estaba en Cirquista. Esos dos definitivamente participarían si estallara una guerra. A pesar de que tenía sus mosqueteros a los que había entrenado para convertirlos en guerreros lo suficientemente poderosos como para matar a los Grandes Espíritus, si Eldred se uniera a la refriega significaba una guerra complicada y dura que se prolongaría sin una salida fácil.

“Parece que alguien con opiniones opuestas ha hecho su aparición. Debo decir que llegaron mucho antes de lo que esperaba. Pero Maestra… ¿realmente notó su presencia desde el principio?”

La puerta se abrió lentamente y la luz del exterior se derramó en la habitación. Sin embargo, aparentemente contrario a las palabras de Rooney, no hubo pasos y nadie entró. Aún así, Rooney colocó una mano sobre el cuchillo en su cintura mientras mantenía la cabeza baja. Sus ojos estaban fijos en el suelo y todo su cuerpo permanecía tenso.

“Debo decir que me siento francamente horrible,” murmuró. “Pensar que yo, de todas las personas, no me di cuenta de que alguien se acercaba sigilosamente a mis espaldas.”

Una silueta apareció detrás de Rooney, deslizándose a la vista como una sombra vacilante.

La habitación estaba en silencio y nadie había entrado físicamente, pero esa persona ahora estaba allí, casi como si declarara que tenía tanto derecho a estar allí como los demás.

“Creo que acabo de experimentar el momento más espeluznante de mi vida,” comentó Rooney.

La mujer que apareció de repente detrás de Rooney finalmente habló. “Mi lady, Líder de la Alianza. He oído que se están retirando las tropas de nuestra frontera con Daryth.”

Su cabello era blanco como la nieve, y de alguna manera le daba un aura de triste soledad. La mujer parecía tener poco más de veinte años, pero tenía un aire cautivador que no era común para su edad; como una flor en pleno florecimiento.

Tenía los ojos levemente cerrados y la cúspide de una sonrisa en los labios. Había algo angelical en su expresión, y casi podría confundirse con una sacerdotisa.

“Rooney tiene razón. Tu entrada fue espantosa. Entonces, ¿qué quieres?”

“Conociendo tu perspicacia, Líder de la Alianza, debes haberte dado cuenta de que he estado aquí desde el principio. Entré en esta habitación al mismo tiempo que ese hombre.”

“Eres una pieza desagradable, como siempre. Creo recordar haberte puesto a cargo de la enorme tarea de someter al ejército rebelde que se reúne en Goldbeck. ¿Por qué estás holgazaneando al estar aquí en su lugar?”

“Verás, casualmente escuché un rumor muy peculiar. Era una historia ridícula sobre cómo los soldados estacionados en Grant Wetlands regresaban a sus países de origen uno tras otro…”

“Bueno, supongo que hay un general maravilloso que realmente se preocupa por sus soldados,” comentó Nanatrij con indiferencia.

“Me sentí muy abandonada en la oscuridad, así que decidí que debería venir aquí y rogarte que me iluminaras en cuanto a tus pensamientos.”

“Cuando pensaba en todas las personas que posiblemente podrían ir en contra de mi voluntad, tú eras la única que me venía a la mente, Francisca. Y tenía razón.”

Había muy pocas personas que tenían acceso a los aposentos privados del Gran Espíritu de la Oscuridad. La única forma de entrar era obtener su permiso o destruir a la fuerza su tenaz barrera.

Un mago intermedio probablemente no sería capaz de entender el elemento utilizado para mantener la barrera que protege su residencia. Esta mujer debió aprovecharse de Rooney y utilizarlo para entrar.

“Eso no es sorprendente, considerando que te rodeas de personas que han abandonado el pensamiento racional y el pensamiento crítico por completo, ya sea ese hombre de allí o el anciano general.”

“Sí, exactamente, Francisca. Estoy rodeada de personas que obedecen fielmente mi voluntad, y es por eso que el Imperio Dustour ha podido florecer en la medida en que lo vemos hoy.”

El método de operación de Nanatrij era casi tiránico, pero confiaba en sus acciones. El Imperio Dustour solo se había convertido en una superpotencia debido a sus habilidades. Ningún otro ser en este mundo podía ir en contra de sus decisiones, y eso era comúnmente aceptado por los ciudadanos del sur.

Sin embargo, la mujer con el pelo blanco como la nieve era diferente. Debajo de su expresión evasiva, una ira abrasadora ardía dentro de ella, y había venido hasta aquí mientras soportaba su calor.

La preocupación de Rooney de antes se había hecho realidad, pero el líder de la alianza con apariencia juvenil no se inmutó en absoluto.

“En ese caso, te lo deletrearé, alto y claro. Mi plan de unir al continente como uno solo se ha suspendido y, por lo tanto, se ha tirado por la ventana. Esa es mi decisión final.”

El comentario frívolo de Nanatrij silenció a Francisca por un momento antes de que pudiera responder. “Tomaste una decisión tan importante sin explicarme nada, a uno de los Tres Mosqueteros. ¿No crees que tal acción sea un poco desconsiderada? Había puesto un esfuerzo extremadamente extenuante para prepararme para realizar tu plan.”

Francisca fue anunciada como una de los Tres Mosqueteros, las personas más fuertes del imperio. A pesar de la actitud fría de Nanatrij, Francisca hizo caso omiso de sus palabras como si le estuvieran crispando los nervios.

“¡Ha! ¿Desconsiderada, dices? Deja de cambiar de tema, Francisca. Te encomendé sofocar el levantamiento que las antiguas grandes potencias supervivientes del norte están tramando. ¿Cuál es el estado de las cosas allí y con el derribo de Goldbeck?”

“He dejado el asunto en manos de personas de confianza. Podrías decir que son para mí lo que ese hombre significa para ti: personas en las que puedes confiar sin reservas.”

“¿Ah, de verdad?” Nanatrij enarcó una ceja. “Sin embargo, a diferencia de ti, no he hecho nada encubierto como lavarle el cerebro a Rooney con pociones.”

“No regresé a la capital imperial para perder el tiempo en charlas sin sentido. Líder de la Alianza, por favor dígame por qué descartó sus planes.”

Esto no se ve bien, pensó Rooney. El hombre que había sido apodado el demonio de Huzak ahora era un espectador, y había notado que el estado de ánimo de Francisca se estaba agriando gradualmente. No puedo dejar que esto continúe.

El poder de los mosqueteros rivalizaba con el poder de su venerado Gran Espíritu de la Oscuridad. Desde el principio, el título de mosquetero se otorgó a aquellos que estaban a la par con los Grandes Espíritus.

El peor escenario pasó por la mente de Rooney. Tenía que hacer algo para evitar que estas dos desataran sus poderes aquí a toda costa.

Sin embargo, no tenía ninguna intención de participar en esta conversación en absoluto. Francisca era conocida como la Bruja Traficante de Sueños y la Doctora Sanadora por una razón, y cuando se trataba de ella, era mejor no mencionar temas complicados que ha olvidado.

“¿Fue por ese hombre de allí? ¿Esa persona frágil que enviaste a Huzak? Escuché que él fue quien tuvo la última palabra.”

Rooney se quedó quieto y en silencio.

“Incluso si es uno de tus favoritos, esta es una decisión que determina el futuro de una nación importante. Dejárselo a un hombre con orígenes sospechosos es más bien… Líder de la Alianza, ¿en qué estaba pensando?”

No importa cuánto menospreciara a Rooney, él mantuvo su cara de póquer. Había hecho su trabajo, nada más y nada menos.

“Líder,” dijo finalmente Francisca. “No debes renunciar al sueño de tener todo este continente bajo la autoridad del imperio.”

“Originalmente, mi objetivo era solo unir la mitad norte del continente. En el norte había habido una guerra que duró tanto tiempo que nadie sabía exactamente cuándo había comenzado, y yo había decidido que le pondría fin. Ahí fue donde mi batalla comenzó en primer lugar. Lo sabes, ¿no?”

“Lo sé. Sin embargo, la razón por la que me sometí a ti, que habías continuado en conflicto, fue ────”

Francisca una vez estuvo al mando de una de las facciones más influyentes del Imperio Dustour, y había decidido rendirse y unirse al ejército del Gran Espíritu por una razón: Nanatrij había declarado una vez que borraría los feos conflictos de este mundo.

“He logrado mi objetivo original. Mientras venzas al ejército rebelde que se está reuniendo en Goldbeck, el norte estará verdaderamente unido. ¿Hay algo de lo que quejarse? He hecho lo que nos propusimos hacer.”

“¿Es eso… realmente lo que piensas?”

“Todas y cada una de sus palabras. He aprendido que, si continúo con mis planes de hacer la guerra con el sur, el precio será más alto de lo que esperábamos. Solo había planeado seguir adelante con la unión de todo el continente si los sacrificios fueran mínimos. En este momento, el poderío del imperio está agotado debido a un conflicto prolongado. Si seguimos presionando, la gente se volverá infeliz. El ejército dirigido por Bardot es la prueba viviente de ello. Debido a que estaban mirando hacia el sur, las fuerzas rebeldes se activaron.”

“Eso es pura sofistería. Tienes el poder de los Tres Mosqueteros en este momento, de pie como el epítome de la gloria. No será posible unir al continente bajo nuestra bandera en ningún otro momento que no sea el presente. O, ¿es posible que los rumores sean ciertos? ¿Los que aluden a la derrota de Living Dead en Zenelaus?”

Esta vez, Nanatrij fue quien se quedó en silencio. Tomando el relevo de su maestra, Rooney finalmente entró en su conversación. “No fue una derrota completa. Ese Lich fue purgado, nada más. Ese hombre todavía goza de buena salud.”

Había un tono de burla en la voz de Francisca. “Oh, no te noté allí,

perdedor. Nunca pensé que hablarías frente a mí, pero lo más importante…

nunca pensé que el Lich sería derrocado. Incluso si lo mataran, esa cosa simplemente no permanecería muerta.”

Esta noticia fue un rayo inesperado para Francisca. Francisca estaba en pie de igualdad con Dreibach Steibelt, pero incluso para ella, él era un hombre al que definitivamente no quería enfrentarse en el lado opuesto del campo de batalla.

Nanatrij se unió a la conversación una vez más. “El que envió al Lich a su tumba fue Eldred, el Gran Espíritu del Fuego.”

“Eldred es de hecho un enemigo formidable. Puedo ver cómo los muertos

vivientes podrían haber perdido si esa cosa hubiera aparecido. Sin embargo…

todavía aconsejo que debemos hacer la guerra con el sur.”

“No revocaré mi decisión.”

“Pero el que hizo ese juicio no fuiste tú, sino ese perdedor de allá, ¿no? Sí, tu perdedor favorito, pero eso es todo. Bardot probablemente acataría tu decisión, pero yo soy diferente. A diferencia de él y Dreibach, no tengo tanto apego emocional hacia usted, Líder de la Alianza. Tomaré las cosas en mis propias manos y usaré mis métodos para lograr mi propósito original.”

“¿Espera, a dónde vas?” preguntó Nanatrij.

“Eliminaré los obstáculos que se interponen en el camino de unir el continente. Para eso, me dirigiré al sur y confirmaré lo que sucedió con mis propios ojos.”

“Rooney…”

Con solo una palabra de Nanatrij, el asesino que había librado una acalorada batalla con Slowe Denning en Huzak reaccionó. “Francisca, debes abstenerte de acciones irreflexivas y egoístas,” advirtió, sintiendo la sed de sangre desbordante de Francisca.

“Ah, y aquí pensé que tenías miedo de hablar conmigo. ¿No fue ese el

caso?”

Rooney se quedó en silencio una vez más.

“Un perdedor nunca podría bloquear mi camino,” se burló Francisca.

En ese momento exacto, Rooney se congeló, casi como si fuera un prisionero en su propio cuerpo.

La respuesta de Nanatrij resonó en la habitación. “Parece que has olvidado exactamente quién le enseñó magia a un simple traficante de pociones hace tanto tiempo.”

“Podría decirte lo mismo, Líder de la Alianza. ¿Has olvidado a cuántos reyes de las antiguas grandes potencias del norte les he lavado el cerebro y convertido en marionetas para que cooperen con Dustour? No puedo dar ninguna validez a tu decisión esta vez.”

“Te las arreglaste para mantener tu silencio a pesar de su andanada de púas. Muy impresionante. Has mejorado.”

La atmósfera opresiva se dispersó y Rooney sintió que la tensión abandonaba sus hombros. Casi quería elogiarse a sí mismo por haber logrado mantenerse firme incluso mientras Francisca había estado allí, justo ante sus ojos. En comparación con los otros dos, la Bruja Traficante de Sueños fue el más difícil de leer de los Tres Mosqueteros.

“No me dejaré provocar por burlas baratas. Sé que originalmente era una curandera milagrosa y la fundadora de la Asociación de Distribuidores de Pociones… Sin embargo, es absurdo que la llamaran la Doctora Sanadora. Maestra, ¿por qué permitió que una mujer tan peligrosa se uniera a las fuerzas del imperio?”

“Bueno, ella tenía talento. O tal vez debería decir que tenía demasiado talento. De todos modos, no debes subestimar la extensa red de inteligencia a la que tiene acceso Francisca de ese grupo.”

En el norte, un área en constante conflicto, los magos del agua habían formado una organización benéfica llamada Asociación de Distribuidores de Pociones. Esa mujer fue una vez una gran maga de agua en ese grupo con talentos tan sobresalientes que incluso la apodaron la Santa Madre. Era una leyenda en persona y se rumoreaba que fabricaba más de la mitad de los elixires de agua que circulaban actualmente por el continente.

“Entonces, Rooney,” Nanatrij se dirigió a él. “¿Qué piensas tú que sucederá?”

“La Bruja Traficante de Sueños ha usado su magia para manipular a otros, causando que muchos países del norte se derrumben desde adentro. Si una mujer tan letal fuera al sur, todo sería en vano. Deberías enviar a alguien para que la persiga, y tal vez… consideres matarla, si las cosas llegan a ese punto.”

“¿Crees que tiene una oportunidad de ganar contra el?”

“¿Una oportunidad de ganar…? ¿Puedo preguntar a qué enfrentamiento se refiere?”

“Sabes en quién estoy pensando.”

Un niño vino a la mente de Rooney. El misterioso joven que se había disfrazado de monstruo en Huzak. También se dice que aprovechó al máximo el poder de Eldred en Zenelaus y lo usó para derrotar al Lich.

“Ni en mil años. Está muy lejos de la bruja en términos de habilidad como mago”.

“¿Vaya? Tienes una opinión bastante baja de él, a pesar de que fue él quien te derrotó.”

“Aunque dicen que todo es posible en la amplia extensión del Imperio Dustour, en realidad no hay humanos que hayan derrotado a los Grandes Espíritus. Esa mujer resulta ser la que logró ahuyentar al Gran Espíritu del Viento basándose en sus propios méritos. Nunca podría imaginar a un mero mago superando a esa bruja. Sin embargo, para cambiar de tema, Maestra, ¿cómo se debe tratar a Goldbeck ahora que las fuerzas rebeldes se están acumulando allí? Sin la Bruja Traficante de Sueños en el sitio, creo que sus adoradores tendrían problemas para contener al enemigo solos.”

El territorio del Imperio Dustour era inmenso. Con los rumores de que Dreibach había perdido parte de su poder dando vueltas, hubo países que aprovecharon esta oportunidad para iniciar una revuelta. Por eso Nanatrij había ido tan lejos como para enviar a Bruja Traficante de Sueños para aplastarlos, pero ahora todo fue en vano.

Para el Gran Espíritu de la Oscuridad, la parte sur del continente era insignificante. Si enviar tropas allí hizo temblar los cimientos del norte, no tendría sentido.

“Buena pregunta…”ataque perfecto para el sacerdote que probablemente enviaría al continente a una situación gravemente peligrosa en el futuro con sus ideologías heréticas.

Ella había querido aprovechar esta oportunidad para asesinar al sacerdote del ejército rebelde, de una forma u otra. Francisca se había estado acercando lentamente al sacerdote, pero ahora había dejado su puesto en la línea del frente. Sin ella, ¿había alguien más que tuviera las habilidades para asestar un golpe devastador a la facción rebelde?

Nanatrij suspiró. “Me dirigiré allí yo misma para aguarles la fiesta. Es nuestra única opción”.

“Esa es una decisión que nunca hubiera esperado. ¡Pensar que mi Maestra tomaría las cosas en sus propias manos!”

“Aparte de eso… Rooney, ahora tengo un pequeño trabajo del que quiero que te encargues.”

“Me niego. Detener a esa bruja es imposible con mis habilidades. Preferiría que no me lavaran el cerebro con una sola palabra de su boca.”

“No es eso. Mi pedido es en realidad algo diferente.”

Después de que habló el Gran Espíritu de la Oscuridad, el hombre conocido como el demonio de Huzak solo pudo gemir.

“¿Parezco un repartidor? Aunque debo decir que ha tramado un plan muy intrigante, Maestra. ¿No significa esto que al final eres tú quien está más interesada en él?”

Sin embargo, lo mismo podría decirse de Rooney, quien estaba emocionado por la oportunidad de volver a encontrarse con el joven.