Shin no nakama janai to Yuusha (NL)

Volumen 7

Capítulo 1: Lluvia Hoy Y Baño Mañana

Parte 1

“Ugh, qué mal tiempo”, gruñí ante la lluvia que caía justo detrás de la ventana.

Rit y yo nos habíamos tomado el día libre y habíamos planeado un picnic solo para nosotros dos, pero una tormenta había puesto fin a eso.

“Ugh…” Rit miró las nubes oscuras con clara decepción.

“Ríndete, Rit. No se puede ganar contra el clima”.

“¡Si tan solo tuviera la magia de Yarandrala!”

“Ella no usa sus hechizos de manipulación del clima a la ligera”.

A Yarandrala no le gustaba emplear ese poder por el efecto que podía tener sobre las plantas.

Ares también había sido capaz de controlar los elementos hasta cierto punto, y Yarandrala había discutido con él sobre no hacerlo tan descaradamente.

Había mediado en las cosas entre ellos en ese momento, pero, sinceramente, nunca quise involucrarme cuando peleaban. Las disputas eran lo suficientemente malas como para que incluso Danan, que siempre estaba empezando cosas, retrocediera y se quejara de que deberían considerar el dolor que estaban siendo.

Estás frunciendo el ceño. Rit estiró sus manos hacia mi rostro y comenzó a masajear mis sienes. “Relájate, relájate.”

“Gracias, Rit. Ahora estoy bien.”

Ella se rio en respuesta.

Llegar aquí había sido un viaje difícil, pero saber que la había llevado a ella hizo que todo valiera la pena.

Sintiéndome emocionado, sentí la necesidad de envolverla en un gran abrazo.

Así que lo hice.

“¡¿Qué?! ¿De dónde vino eso?”

“Solo tengo ganas de abrazarte”.

Rit también me rodeó con sus brazos con fuerza.

Nos quedamos allí abrazándonos en silencio, excepto por la lluvia, durante un rato.

Una vez que ambos comenzamos a calentarnos por el abrazo, Rit rompió el silencio.

“Entonces, ¿adónde vamos hoy?”

“¿Dónde? No parece que la lluvia vaya a amainar pronto”. Miré por la ventana. Por lo que pude ver, la tormenta no iba a amainar.

Rit se cruzó de brazos e hizo un puchero. Por cierto, cuando hizo eso, realmente puso énfasis en su pecho.

“No tengo ideas inmediatas, pero no quiero renunciar a nuestra cita debido a un mal clima”.

Evidentemente, Rit no estaba de humor para perder hoy, aunque solo fuera por un poco de precipitación.

Paseó por la tienda, absorta en sus pensamientos.

Observé con una sonrisa y pensé en cómo pasar el día. Mirando de nuevo por la ventana, vi a algunos de los niños del vecindario jugando bajo la lluvia.

“Ah”. Cuando vi a dos niños caminando afuera, finalmente se me ocurrió una solución. “Vamos a dar un paseo”.

Era el tipo de lluvia fría que anunciaba el final del invierno. Nuestro aliento salió en bocanadas blancas visibles antes de desaparecer en la ducha.

“El frío probablemente cederá en unos días. El año pasado, la temperatura comenzó a subir bastante rápido una vez que comenzó a llover”.

“Sí.”

“Supongo que eso significa que menos personas comprarán los calentadores de manos. Tendremos que pensar en algunos nuevos productos de primavera”.

“Sí.”

La cara de Rit había estado roja por un tiempo y seguía mirando hacia abajo.

Mientras ocultaba una sonrisa detrás de su pañuelo, seguía mirándome por el rabillo del ojo.

“Aun así, es bueno que tuvieras un paraguas, Rit”, comenté con una sonrisa.

Rit y yo estábamos dando un paseo bajo la lluvia.

Ninguno de nosotros tenía un impermeable. Estábamos paseando con nuestro atuendo habitual. Sostenía el gran paraguas en mi mano izquierda para mantenernos secos. Sin embargo, no era del tipo habitual. Este estaba hecho de una tela resistente recubierta de cera, lo que lo hacía típicamente reservado para los nobles y sus vasallos.

Con las mejillas sonrojadas, Rit respondió: “Sí. Sin embargo, quién hubiera pensado que habría una manera tan increíble de usarlo…”

Ella y yo caminábamos del brazo, acurrucados bajo el único paraguas.

Los niños que vi corriendo antes habían estado usando hojas grandes como protección contra la lluvia. Cuando vi a dos de ellos amontonados debajo de una hoja, me entraron ganas de intentar lo mismo con Rit.

Caminar juntos así era un poco vergonzoso, pero era obvio que Rit se sentía más tímida que yo. Se mantuvo en silencio, respondiendo principalmente a mi pequeña charla con respuestas de una sola sílaba.

Sin embargo, había un aura feliz que emanaba de ella.

“¿Quieres visitar una tienda para un descanso rápido?”

“Quiero seguir un poco más”.

“Okay.”

Aparentemente estaba disfrutando mucho el paraguas.

Naturalmente, yo también lo estaba.

Pasear bajo la fría precipitación hizo que la calidez de Rit se destacara con nosotros tan cerca el uno del otro.

El fuerte aguacero mantuvo nuestro ritmo a lo largo de nuestro camino habitual lento, aproximadamente la mitad de nuestra velocidad típica.

Rit apretó su cuerpo con fuerza contra el mío.

“Heh-heh… Tan agradable. Estoy tan feliz de caminar bajo la lluvia contigo. es simplemente maravilloso No es justo lo dulce que puedes ser. Te amo.”

“¡Erk!”

Pensé que Rit era demasiado tímida para decir mucho, pero soltó un ataque feroz. Y fue un golpe crítico, nada menos.

Probablemente me habría derrumbado de rodillas si Rit no me hubiera estado apoyando.

Así es como es, me di cuenta. Cuando te pones realmente feliz, dejas de hablar.

Perdí la lengua, pero nuestra pequeña caminata continuó a pesar de todo. Estar juntos con solo el sonido de la lluvia para llenar el silencio fue suficiente.

La tormenta continuó hasta el anochecer antes de finalmente ceder. Por la mañana, el cielo era de un azul claro.

Le confié la tienda a Rit y me fui a visitar la plantación de Ruti.

“Uf.”

Usando una toalla, me limpié el sudor de mi cuello.

Todavía era invierno, pero trabajar dentro del invernadero de cristal era un asunto bochornoso.

“Hermano mayor, he terminado aquí. ¿Qué debemos hacer ahora?”

Ruti había regresado de trabajar en otra parte del invernadero. Tenía suciedad en la mejilla, así que la limpié con la toalla.

“Mm”.

Los ojos de Ruti se entrecerraron mientras una sonrisa feliz se extendía por su rostro.

“Buen trabajo”, elogié. “Todo lo que queda es esta trama, creo, y ese debería ser el final del molde frío”.

“Bien.”

Casi habíamos terminado de lidiar con el moho frío que recientemente había acosado la granja de hierbas de Ruti.

Mis exámenes debajo de la capa superior del suelo no arrojaron ningún hongo restante, nada lo suficientemente grande como para ver de todos modos. Hierbas previamente marchitas habían brotado brotes verdes frescos.

“Está bien, ¿terminamos lo último, entonces?”

“Mhm. Comenzaré desde el otro extremo.”

“Con nosotros dos, solo debería tomar unos quince minutos”.

“Lo haré lo mejor que pueda.”

Ruti apretó los puños con evidente determinación y corrió hacia el lado opuesto del invernadero.

Fue una vista encantadora. Y también tuve que darlo todo.

Ahora que habíamos terminado, salimos del invernadero.

“Whew, hace frío”.

Los inviernos eran cortos en Zoltan y el solsticio ya había pasado, pero todavía hacía frío afuera, especialmente después de haber sudado.

“Hermano mayor, el baño en mi casa es realmente agradable. Se puede visitar en días fríos.”

“Un baño, ¿eh?”

Nos dirigimos al nuevo almacén en un lado del campo.

La estructura acababa de ser completada ayer. Además del área de almacenamiento con estantes, también lucía una pequeña cocina con estufa, una sala de descanso y un baño.

“Señorita Ruti, Red, buen trabajo”.

Tisse estaba dentro ocupándose de unos papeles.

“Lo mismo para ti, Tisse”, respondí.

La pequeña ex asesina se puso de pie y vertió el agua caliente de la estufa en tazas para nosotros.

“Cálido.” Ruti sonrió suavemente. Incluso el simple agua hervida era algo agradable cuando tu cuerpo estaba frígido.

“¿Se ha ido finalmente el moho frío?”

“Sí, debería estar todo bien”.

Tisse sonrió aliviada.

Hubo un ligero golpe. La puerta estaba en el área de almacenamiento, pero ninguna pared la separaba de la sala de descanso, por lo que era fácil llegar a la entrada.

Abrí la puerta y saludé, “¿Sí?”

“Oh, ¿no es esto agradable? ¿Todos ustedes hicieron este edificio?”

“Hola, Mistorm”.

La archimaga Mistorm, ex alcaldesa de Zoltan y uno de los antiguos aventureros de rango B, se había detenido. Por cierto, también era reina de Veronia.

“¿Te importa si me entrometo?”

“Pase, por favor”, respondió Tisse detrás de mí.

Le mostré a Mistorm una silla.

“Aquí vamos. Ahh, mis caderas siempre se quejan en los días fríos como este”.

“Es difícil de creer cuando viene de alguien que escaló el Muro del Fin del Mundo”.

“Me quedé callado en ese momento para no quedar mal frente a mis jóvenes amigos”. Mistorm se rio por un momento antes de que su expresión se pusiera seria. “Ha llegado un mensaje de la iglesia de Central.”

“Eso es terriblemente rápido”, comenté. “Escuché que habían fortalecido su red de comunicación debido a la guerra, pero aun así…”

“Parece que todavía no ha llegado al padre Clemens en la fortaleza de la Ultima Muralla. Aquí. Esto es de la iglesia de Avalonia.”

Mistorm me entregó un sobre abierto.

Saqué la carta y la leí con Ruti y Tisse.

“Hmm… ‘Las acciones del Reino de Veronia son difíciles de perdonar, y el amor y la salvación del Señor no pueden extenderse a un país que se atrevería a aliarse con el ejército del blasfemo señor de los demonios. Nosotros, fieles servidores del Señor en el Colegio Cardenalicio, hemos recomendado al Padre Clemens que el Rey Geizeric de Veronia sea juzgado enemigo del Todopoderoso Demis. Por favor esperen con tranquilidad en sus corazones. Que el amor de Demis te acompañe’. Huh…”

“Inesperado.” Ruti tenía una expresión sombría. Yo también había apretado los dientes reflexivamente.

La galera dirigida por el príncipe Salius de Veronia y la elfa noble Lilinrala todavía se alzaba en las aguas más allá de las costas de Zoltan.

Anticipé algún tipo de movimiento después de que atrapamos a los elfos nobles apuntando a Ruti y matamos a los asesinos después de Mistorm, pero el punto muerto permaneció.

“No pensé que ofrecerían más que algo de presión política y apoyo con la recopilación de información. Una declaración abierta de guerra es llevarlo demasiado lejos. El conflicto no se detendrá solo en Zoltan”.

“Estás bien. No hay forma de que el ejército aliado tenga el margen de maniobra para luchar en otro frente”, agregó Tisse.

Mistorm asintió. “He estado en Zoltan tanto tiempo que comencé a temer que había dejado de estar en contacto con las cosas en Central. Sin embargo, parece que todos creen que su decisión también es imprudente”.

“Definitivamente,” estuve de acuerdo. “Me imagino que esta elección fue encabezada por algunos cardenales que se adelantaron. Si la iglesia comienza a avivar las llamas, no habrá forma de detener a la nobleza ni a las masas”.

“Eso no es bueno.” Mistorm suspiró.

“Tenemos que hablar con el obispo Shien”. Ruti rompió su habitual manera reservada de hablar para ofrecer un curso de acción decisivo.

“Si el hombre a cargo de la iglesia afectada en Zoltan habla con el Colegio Cardenalicio, perderían su pretexto”.

“A Shien no le va a gustar dejar Zoltan, pero parece que no tenemos otra opción”.

“Como mínimo, debería ser más fácil convencer a los cardenales de que se abstengan de otra guerra que instarlos a luchar cuando prefieren quedarse atrás y observar”. La voz de Ruti sonó un poco más clara de lo habitual, aunque solo Tisse y yo pudimos reconocer la ligera diferencia de tono.

“Cierto, esa es ciertamente una forma de verlo”. Mistorm asintió con la cabeza. “Gracias. Supongo que hice bien en discutir esto con todos ustedes.” Con eso, sacó un libro de su capa y lo puso sobre la mesa.

“¿Qué es eso?” Yo pregunté.

“Revisé mis pertenencias y encontré mi viejo diario. Lo traje porque recordé que tenías algún interés en el continente oscuro”, explicó Mistorm.

Con incredulidad, pregunté: “¿Contiene esto el registro del barco de su tiempo allí?”

“Solo una muestra de gratitud por toda su ayuda. Realmente no es especial. Pero si nada más, debería proporcionarle una lectura ligera”.

“¡Esto es mucho más que eso! ¡Suena fascinante!”

“Me alegro de que te guste. Bueno, entonces, debería irme a ver a Shien.”

Al despedirse, Mistorm se alejó.

“Tengo mucha curiosidad por ver qué hay en su diario. ¿Lo leemos juntos más tarde?” Yo propuse.

“Sí, pero…” Los inteligentes ojos rojos de Ruti se volvieron hacia mí. “…Deberíamos limpiar primero.”

“Ah bien. Estoy bastante sucio por todo ese trabajo”.

“Vamos a bañarnos, Hermano mayor”.

La mirada de Ruti dejó claro que hablaba completamente en serio.

Había una casa de baños en la mansión donde vivía Ruti.

Obviamente, era mucho más grande que el baño de nuestra casa.

“Tú puedes ir primero, Hermano mayor”.

“No, tú te bañas antes que yo, Ruti. No te gusta esperar mientras estás desordenada, ¿verdad?”

“Sin embargo, me lleva más tiempo, por lo que es más eficiente si vas primero”.

“Está bien, si insistes”.

Como ella iba a insistir en el asunto, pensé que era mejor estar agradecido por la oferta. Me puse de pie asintiendo y fui al baño.

Después de desvestirme, abrí la puerta de la casa de baños.