Bungo Stray Dogs (NL)

Volumen 5

Interludio 3: [Draconia]

En el piso más alto de Skull Fortress, Shibusawa sonrió levemente ante los otros dos hombres presentes. Estaban en un pasillo oscuro ubicado incluso más profundo que la habitación decorada con manzanas perforadas con cuchillos y las innumerables ventanas altas que se extendían hasta el techo.

—Bienvenidos a [Draconia]: mi sala de colección.

Shibusawa sostenía una calavera siniestra. En medio de la oscuridad había una estructura que emitía un brillo pálido. Era semicircular, como una carpa de circo o un invernadero gigante, con una puerta en forma de dragón enroscado. En su mano había una joya roja.

La puerta se abrió, dando la bienvenida a Dazai y Fyodor a la llamada sala de colección de Shibusawa: [Draconia]. En el centro había un pilar en forma de pedestal rodeado por estantes de exhibición pegados a la pared. Había estantes en los 360 grados, y en ellos se mostraban cristales rojos. El segundo nivel de la sala no era diferente. Cientos, miles de cristales decoraban los estantes.

—Cada uno de estos es una habilidad, ¿eh? —murmuró fríamente Dazai mientras miraba la pared —Es una colección enorme la que has conseguido.

—Maravilloso. Incluso el mismísimo diablo sentiría envidia —sonrió Fyodor, luego se inclinó hacia Dazai y susurró— Los cristales comenzaron a clamar desde que pusiste un pie en la habitación.

Pero Shibusawa solo reaccionó al primer comentario de Fyodor. Quizás no había escuchado la segunda parte, o simplemente no le importaba.

—Entonces supongo que eso te convierte en la rata de la muerte, la que vende información al diablo.

Shibusawa miró a Fyodor.

—Conseguí la mitad de esta colección gracias a la información que te compré sobre los usuarios de habilidades. Eso me permitió crear una niebla lo suficientemente grande como para tragar una ciudad entera.

Los usuarios de habilidades que entraron en contacto con la niebla se separaron de sus habilidades, que luego los atacaron. Si lograban derrotar su habilidad, entonces recuperarían su habilidad. Sin embargo, ¿qué pasaría si perdieran?

Una mirada al interior de [Draconia] podría responder a eso. Serían asesinados por sus habilidades, que luego se convertirían en un cristal, solo para ser recogidos por Shibusawa. Los cristales rojos en la frente de las habilidades eran una prueba de que se habían convertido en parte de su colección.

Poco sabían Atsushi y los demás que el usuario de habilidades con el fuego en Taipei que murió quemado, el asesino con cartas crucificado en Singapur y el portador de hielo ensartado en Detroit eran personas a las que Shibusawa les robó su habilidad. Sus habilidades seguramente se habían convertido en cristales y se habían sumado a la colección al igual que el resto. Él solo pudo subyugar a todo Yokohama porque había reunido tantas habilidades en forma de cristales. Así que estaba agradecido hasta cierto punto con Fyodor, quien le había proporcionado información.

—Sin embargo… —Como si estuviera probando a Fyodor, Shibusawa preguntó— ¿Cómo pudiste reunir tanta información?

—La ciudad está llena de ratas.

Después de que Fyodor se encogió de hombros y esquivó la pregunta, Dazai murmuró un tedioso Miau.

Un espacio vacío en el estante detrás de él se iluminó de repente. La luz se hizo más fuerte y más condensada hasta que finalmente se transformó en un cristal rojo que giró mientras llenaba el vacío.

—Tenemos un recién llegado —Shibusawa se dio cuenta del nuevo cristal— En algún lugar de Yokohama, otro usuario de habilidades ha muerto. Sin embargo…

No había calidez en el tono indiferente de Shibusawa. Apenas miró el cristal nuevo antes de volver inmediatamente la mirada al pedestal en el centro de la habitación.

—Todo esto no tiene sentido sin esa habilidad que encajaría aquí —Shibusawa colocó una mano sobre el pedestal vacío y susurró —No importa cuántos recoja, a menos que…

Su voz fue tragada lentamente por el vacío hasta que no se pudo escuchar más.

***

¡Clang, clang, clang, clang! El sonido del metal hizo eco cuando Atsushi y Kyouka siguieron a Akutagawa.

Kyouka había logrado obligar a Atsushi a cooperar con su enemigo jurado. Al final del pasaje subterráneo había un gran espacio abierto. Todos los conductos que habían visto a lo largo del pasillo conducían a una habitación llena de varios contenedores y maquinaria. Parecía ser una especie de fábrica subterránea.

—Kyouka —gruñó Atsushi mientras caminaba— ¿Por qué lo seguimos?

—Porque él tiene información… y podemos usar el pasaje secreto de la Mafia Port —respondió Kyouka en un tono práctico— Y lo más importante, será un activo poderoso en la batalla una vez que recupere su habilidad. Nuestro objetivo es el mismo: eliminar a Shibusawa.

Ella hizo un argumento sólido. Era evidente por su tono lógico y su expresión inmutable que había evaluado racionalmente la situación. Eso no significaba que Atsushi estuviera feliz por eso.

—Pero… —Instintivamente comenzó a discutirlo, pero no tenía ningún contraargumento convincente que pudiera cambiar la opinión de Kyouka. Atsushi simplemente bajó la mirada, incapaz de encontrar las palabras adecuadas.

—Kyouka —Akutagawa, que caminaba solo delante de los demás, habló— Veo que todavía aprecias ese celular que recuerda a tu madre.

Tenía el ojo puesto en un viejo celular que colgaba de su cuello como una joya. Sin embargo, hubo algo en su comentario que llamó la atención de Atsushi.

—¿Tu madre…? —Esa fue la primera vez que oyó hablar de ella. Sorprendido, Atsushi se detuvo en seco.

«¿Ese celular que Kyouka siempre lleva consigo es un recuerdo? Pero, ¿por qué lo sabe Akutagawa?» La mente de Atsushi estaba llena de preguntas. Ni siquiera podía mirar a Kyouka.

Akutagawa se detuvo —¿Ni siquiera sabías eso? —preguntó burlonamente.

—No… —respondió Atsushi en voz baja.

Como para cambiar de tema, Kyouka de repente le preguntó a Akutagawa —¿Cuál es la ruta más rápida?

—Cero, cinco, cero, cinco —respondió de inmediato. Debe haber sido algún tipo de código secreto que solo la Mafia conocía y, naturalmente, Atsushi no tenía idea de qué era. Si bien Kyouka probablemente no quiso decir nada… Atsushi se sintió excluido de la conversación, y en general.

Atsushi avanzó en silencio, sintiéndose casi como si no perteneciera.

***

Después de entrar a la alcantarilla desde el estrecho pasillo, los tres mantuvieron la boca cerrada mientras caminaban penosamente por las viles aguas residuales hasta que finalmente llegaron a una alcantarilla que conducía a la superficie. Algunas ratas se dispersaron cuando Akutagawa quitó la tapa de la alcantarilla. Cuando salió, pudo distinguir un edificio colosal cubierto de innumerables tuberías gruesas y metal con varias chimeneas que expulsaban humo blanco. Parecía ser una especie de molino de hierro. Kyouka y Akutagawa inspeccionaron cautelosamente el área mientras Atsushi también salía arrastrándose por la boca de acceso.

De repente, Akutagawa miró fijamente a la fábrica como si hubiera notado algo.

—Parece estar esperándome. Supongo que es natural que pueda sentir mi presencia —murmuró Akutagawa para sí mismo. Preguntándose a qué se refería, Atsushi siguió su mirada, cuando también lo notó.

[Rashomon]. La habilidad de Akutagawa los miró, su tela negra se retorcía. O más exactamente, estaba mirando a Akutagawa.

«Así que esto estaba hablando Parece que las habilidades pueden detectar dónde están sus dueños. No hay otra explicación de por qué está aquí» pensó Atsushi.

Mientras Atsushi reflexionaba sobre esto, Kyouka le dijo a Akutagawa:

—Te ayudaremos.

A pesar de que las circunstancias eran espantosas, todavía era sorprendente escuchar a Kyouka ofrecerle ayuda. Sin embargo, Akutagawa respondió:

—¡No necesito tu ayuda!

—Ya veo —Kyouka parecía ser más indiferente a la situación de lo que pensaba Atsushi.

Akutagawa luego comenzó a caminar hacia [Rashomon] sin ellos. Atsushi pudo escucharlo murmurar para sí mismo.

—…He vagado incontables noches y he masacrado a innumerables enemigos para demostrar mi poder. Pero estaba ciego, el enemigo más digno de derrotar estuvo a mi lado todo este tiempo…

Akutagawa se desvaneció lentamente entre la niebla. «¿Todavía quiere demostrar su fuerza incluso en un momento como este? Además, es muy desconsiderado de su parte irse solo» Atsushi suspiró. Kyouka, por otro lado, asintió con la cabeza de acuerdo con la decisión de Akutagawa.

—Él tiene un punto —Volvió la mirada en la dirección opuesta a la que había dejado Akutagawa— Cada uno de nosotros tiene algo que hacer.

—¿Eh?

Atsushi notó que [Demon Snow] descendía ante Kyouka.

«¡¿Cuánto tiempo ha estado allí?!»

Atsushi tomó su arma y se preparó. Kyouka sacó su daga y arrojó la funda al suelo con un ruido seco y hueco. Sin siquiera esperar a que [Demon Snow] atacara, Kyouka se agachó, cargó hacia adelante y atacó. La habilidad bloqueó su espada y la detuvo. Sin embargo, Kyouka predijo que eso sucedería y usó el impulso para mover su espada en un ángulo diferente a continuación.

—¡Kyouka!

Atsushi trató de correr para ayudar, pero Kyouka objetó sin rodeos.

—Haz lo que tienes que hacer.

—…!

«¿Que se supone que significa eso? ¡No, no me digas que…!»

Atsushi comenzó a temblar. [Rashomon] estaba esperando a Akutagawa, y [Demon Snow] también había ido tras Kyouka. Por lo tanto…

El gruñido bajo de una bestia llamó su atención. Rápidamente se dio la vuelta. Era tal como se imaginaba. El tigre blanco como la nieve, [Beast Beneath the Moonlight], había llegado.

«…El tigre ha venido por mí»

Si Akutagawa tenía razón y las habilidades podían detectar dónde estaban sus usuarios, entonces no tenía sentido correr. No importara a dónde fuera, eventualmente lo alcanzaría.

Atsushi apretó su mandíbula.