Bungo Stray Dogs (NL)

Volumen 5

Capitulo 6: El Sol De La Mañana

Parte 2

“…!”

Shibusawa golpeó a Akutagawa contra el suelo. El intenso impacto hizo que la armadura de tela negra emitiera una luz pálida antes de desaparecer. Su armadura demoníaca, [Tenma Tengai], había llegado a su límite. [Rashomon] volvió a ser su abrigo negro y cubrió el cuerpo colapsado de Akutagawa. Shibusawa inmediatamente trató de perforar su corazón hasta que [Demon Snow] intervino con su espada. Sin embargo, parecía haber anticipado el ataque mientras desviaba tranquilamente la espada y usó el impulso para patear rápidamente a Akutagawa. El poderoso golpe envió a Akutagawa volando de regreso a los escombros. [Rashomon], habiendo agotado lo último de su fuerza, apenas pudo protegerlo. Akutagawa se estrelló contra un bloque de hormigón, enviando una nube de polvo al aire. Todo su cuerpo estaba en agonía. Contusiones, huesos rotos, daño de órganos, diferentes tipos de dolor mezclados; se encontraba incapaz de siquiera respirar.

[Demon Snow] intentó atacar mientras Shibusawa todavía tenía la pierna en el aire por la patada, pero también sufrió el mismo destino. Él simplemente fingió tener la guardia baja para poder atraerlo. Bloqueó la hoja entrante de la habilidad con su brazo, luego lanzó un puñetazo a una velocidad cegadora, alejando a [Demon Snow] de Akutagawa. La habilidad voló incontrolablemente hasta que se estrelló contra uno de los pocos edificios restantes, que luego se derrumbó y la enterró viva. La única que quedaba era Kyouka.

—He aceptado con mucho gusto las chispas de sus vidas —Kyouka se preparó cuando Shibusawa se acercó a ella para atacar— Ahora pasarás el resto de tus días como parte de mi colección…

—…!

Las uñas de Shibusawa luego se convirtieron en garras. Pero justo cuando estaba a punto de golpear a Kyouka y darle el golpe final …

Una luz pálida repentinamente apareció de la nada.

Shibusawa reaccionó a la presencia no anunciada, pero antes de que pudiera siquiera prepararse, un rastro de luz lo golpeó con un rugido atronador. La onda de choque rasgó la tierra y provocó un vendaval explosivo.

Kyouka rápidamente cerró los ojos. Después de que el polvo finalmente se asentó, abrió los ojos y lo primero que vio fue la silueta de una bestia blanca ágil y musculosa. Kyouka se quedó sin habla.

«¿Por qué?» Ella se preguntó. Después de soportar el primer golpe, Shibusawa creó cierta distancia entre ellos. Sus labios se curvaron en una mueca de desprecio.

—El dragón y el tigre… ahora veo por qué se les llaman rivales —dijo, extrañamente pareciendo estar disfrutando esto— El ruso que me habló de ti dijo que el dragón es la verdadera forma del caos que poseen todas las habilidades. Lo que significa…

—Shibusawa escrutó a la bestia— …tú, el tigre blanco, eres el que se resiste a todas las habilidades.

La silueta de la bestia brilló en azul cuando tomó la forma de un humano. Akutagawa se incorporó entre los escombros y chasqueó débilmente la lengua.

—Ya era hora, Hombre-Tigre.

Kyouka, sin embargo, parecía estar mirando a Atsushi de una manera algo triste. Aunque cada una de sus expresiones era diferente, todos miraban a la misma persona. Atsushi solo miró a Shibusawa después de transformarse en mitad tigre, mitad hombre. Las cicatrices en su cuerpo ya se estaban curando gracias a su habilidad de tigre. Se colocó en posición con sus garras.

—¿Estás aquí para matarme de nuevo, Atsushi Nakashima? —preguntó Shibusawa. Kyouka saltó cuando escuchó la palabra de nuevo, y Akutagawa entrecerró un poco los ojos. Pero Atsushi ni siquiera parpadeó. Estaba dispuesto a pagar por sus pecados.

—Solo estoy enviando algo de regreso a donde pertenece —respondió.

Atsushi saltó instantáneamente hacia Shibusawa con una velocidad increíble y lanzó el primer golpe.

—Sin embargo, no te hagas una idea equivocada —murmuró Shibusawa— No te culpo por lo que pasó.

El poder del tigre conectó con el estómago de Shibusawa a través del puño de Atsushi, enviando al hombre a volar. Su cuerpo hizo un surco en el suelo mientras su cuerpo se deslizaba por la tierra. Ni siquiera tuvo tiempo de desvanecerse su cuerpo físico para evitar el ataque como lo hizo con Akutagawa.

—Sí. Esto… ESTO es lo que quería —reveló Shibusawa con deleite mientras se ponía de pie. Atsushi, sin embargo, nunca esperó que lo derrotaría de un solo golpe, por lo que ya estaba acortando la distancia para su próximo golpe. Shibusawa se preparó para contraatacar y sonrió como si dijera que apenas había sentido nada

—¡Sabía que eras especial! —el gritó.

Sus brazos chocaron y se oyó un ruido sordo. El puño de Atsushi se hundió en el rostro de Shibusawa.

—¡Jajaja! ¡El aburrimiento me es ajeno ahora! —Shibusawa se rió a carcajadas mientras agarraba el brazo extendido de Atsushi— ¡Finalmente entiendo el significado de la vida!

—…!

Justo cuando Atsushi estaba a punto de desviar el puño de Shibusawa, él le dio un rodillazo en el estómago y envió un dolor sordo a través de su cuerpo cuando fue arrojado hacia atrás. El cuerpo de Atsushi ahuecó el suelo y una nube de polvo se elevó en el aire.

Akutagawa apretó los dientes con irritación —¡[Rashomon]!

Se puso de pie, mirando a Shibusawa. Su abrigo se retorció, y las tiras negras de tela crecieron una mandíbula como un perro del infierno, que inmediatamente se abalanzó sobre Shibusawa.

—¡Estás perdiendo tu tiempo! —Shibusawa dijo con una risa, mientras agarraba las tiras entrantes de tela negra con ambas manos y las tiraba vigorosamente hacia adelante.

—…?!

Los ojos de Akutagawa se abrieron de golpe, pero ya era demasiado tarde. No podía escapar y Shibusawa no iba a soltar a [Rashomon]. Akutagawa intentó atacar extendiendo las tiras negras de tela que sostenía Shibusawa, pero él desvió cada golpe, luego blandió la tela como dos látigos, haciendo girar a Akutagawa en el aire. [Rashomon] fue dominado.

—Eres débil —se burló Shibusawa antes de balancear sus brazos hacia abajo, golpeando a Akutagawa contra el suelo.

—¡[Demon Snow]! —gritó Kyouka mientras su habilidad balanceaba su espada, pero Shibusawa rápidamente desvió la espada.

—Hacer lo mismo una y otra vez no te llevará a ninguna parte —declaró con frialdad.

¡Dink! Un sonido rígido hizo eco. Shibusawa bloqueó la hoja con su brazo. [Demon Snow] inmediatamente tiró su espada hacia atrás, luego la balanceó implacablemente varias veces. Cada tajo pronto fue seguido por el sonido del viento sacudiendo la hoja. Sin embargo, su espada nunca alcanzó a Shibusawa.

—¿Ves? —dijo con una sonrisa cruel. Shibusawa levantó sus afiladas y alargadas garras, pero su objetivo no era [Demon Snow], sino Kyouka.

Mientras se ponía tensa, su habilidad corrió frente a ella para protegerla. Las garras la atravesaron, y el impacto disparó a Kyouka a la distancia.

—¡[Demon Snow] —gritó Kyouka con voz dolorida. Su habilidad luego desapareció como si se hubiera desvanecido— ¡No…!

Mientras Kyouka se elevaba por el aire, sus ojos se agrandaron con angustia hasta que su espalda chocó contra las ruinas de un viejo edificio.

—…!

Kyouka se preparó para el impacto, pero no importa cuánto tiempo esperó, no sintió ningún dolor. En cambio, sintió los brazos de alguien envolverla suavemente a su alrededor. Eran de Atsushi. Shibusawa lo había pateado al suelo, pero de inmediato se dio cuenta de que Kyouka estaba en peligro y se apresuró a regresar para salvarla.

«Me alegro tanto de haberlo hecho a tiempo»

Atsushi exhaló profundamente con Kyouka en sus brazos. No fue lo suficientemente rápido para evitar que Shibusawa atacara, pero al menos, pudo atraparla antes de que se estrellara contra las ruinas.

El edificio dañado detrás de ellos se derrumbó. Atsushi miró fijamente a Shibusawa y se devanó los sesos. Él era fuerte. Literalmente poseía poderes inhumanos. Ni Atsushi, ni Akutagawa, ni Kyouka pudieron derrotarlo. Entonces, ¿qué podían hacer?

—…No podremos proteger nuestro hogar a menos que los tres trabajemos juntos —murmuró Atsushi, lleno de determinación.

—…!

Atsushi se encontró con la mirada de asombro de Kyouka y preguntó: —Puedes convocar a [Demon Snow] de nuevo, ¿verdad?

Sus ojos temblaron de miedo.

—Kyouka. Hombre-Tigre —gritó Akutagawa. Se puso de pie tambaleándose y luego los miró fijamente— Saben… lo que tienen que hacer… ¿verdad?

Atsushi asintió —Sí, lo sé —respondió con decisión antes de enfrentarse a Shibusawa una vez más.

—Kyouka —Estaba de espaldas a Kyouka, el que lo había estado guiando todo este tiempo. Frente a Shibusawa, le susurró con confianza— Nunca quisiste odiar a [Demon Snow]. Ella te escuchará. Te lo prometo.

Kyouka levantó la cabeza con asombro, y Atsushi pudo sentir cómo se sentía incluso sin mirar atrás. Empezó a correr. Rugió mientras lanzaba sus garras a Shibusawa.

Shibusawa entrecerró sus ojos carmesí.

—Esa ingenuidad tuya es un espectáculo para mis ojos.

Ambos chocaron.

Atsushi y Shibusawa estaban luchando una vez más. A veces, lanzaban y esquivaban golpes. En otras ocasiones, se concentraron en defender mientras esperaban una apertura. Ellos iban y venían, compitiendo por la ventaja, por lo que no sería fácil para Akutagawa o Kyouka ayudar. Sin embargo, Atsushi todavía estaba en gran desventaja. De hecho, Shibusawa estaba empezando a esquivar cada uno de los golpes de Atsushi mientras aterrizaba cada uno de los suyos. Atsushi preparó sus piernas para que no lo derribaran como antes, pero estaba luchando. Kyouka pudo ver eso, y apretó fuertemente su puño. Dentro de su mano estaba el viejo celular.

—¡¡[Demon Snow]!! —ella exclamó.

Justo cuando Shibusawa estaba a punto de golpear a Atsushi, [Demon Snow] de repente descendió sobre él por detrás. Pétalos de flores esparcidos en la niebla y un hermoso kimono ondeaban al viento. Shibusawa ni siquiera tuvo tiempo suficiente para mirar atrás antes de que la espada de [Demon Snow] le atravesara el pecho.

—…!

La hoja lo ensartó en el suelo. Sin perder un solo momento, Atsushi gritó

—¡Akutagawa!

—¡No trates de darme órdenes! —gritó Akutagawa mientras su abrigo temblaba. Docenas de espadas negras emergieron de su espalda, luego comenzaron a perforar agujeros en el suelo mientras se arrastraban hacia Shibusawa. El torrente de hojas negras rodeó al Collector para formar una jaula. Pero antes de que la jaula terminara de atrapar a Shibusawa dentro, Atsushi corrió y se deslizó con él.

—No tienes a dónde huir ahora —le aseguró a Shibusawa.

Atsushi levantó sus garras en el aire y lo empaló —¡Haaaaaa!

La jaula se estremeció con intensa furia. El puñetazo de Atsushi envió a Shibusawa volando hacia atrás. Atsushi agitó sus puños y clavó sus garras en él una y otra vez. Los huesos de Shibusawa se partieron y la sangre brotó de la comisura de su boca.

Pero a pesar de que se retorcía de dolor, se rió.

—Esto… esto es lo que estaba esperando.

Shibusawa corrió hacia Atsushi y le dio una patada en la barbilla. El cerebro de Atsushi se sacudió y el mundo a su alrededor comenzó a dar vueltas.

—Este júbilo que me trae la muerte… —le dijo Shibusawa al tambaleante tigre— ¡¿…tú también puedes sentirlo?!

El cristal en forma de cuerno en su frente brilló brillantemente hasta que una luz roja se disparó repentinamente como un láser y atravesó la jaula de [Rashomon]. La luz vívida desintegró las hojas de color negro azabache y empapó el mundo de rojo. La onda expansiva fue tan poderosa que incluso alcanzó a Akutagawa y Kyouka que estaban fuera de la jaula, obligándolos a agarrarse al suelo para que no salieran volando.

Antes de que nadie se diera cuenta, Shibusawa reunió la niebla roja a su alrededor y encerró a Atsushi y a él mismo en una esfera de luz roja… como si le estuviera diciendo a Atsushi que no lo dejaría escapar una vez más.

—¡Muéstrame una vez más la chispa que resiste todas y cada una de las habilidades! —El cristal en la frente de Shibusawa brilló en rojo una vez más.

Era una luz roja potente y cegadora.

El cuerpo de Atsushi se transformó lentamente mientras se bañaba en su resplandor. El poderoso resorte en su paso se desvaneció, y sus brazos musculosos cubiertos de pelaje blanco volvieron a la normalidad mientras que sus garras simplemente se desvanecieron. El poder del tigre se desvaneció gradualmente y un cristal pálido de habilidad emergió del pecho de Atsushi.

—¡Ven! ¡Muéstrame esa habilidad una vez más! —Shibusawa alcanzó el cristal.

«Va a robarme mi habilidad»

Esto fue como lo que sucedió hace seis años. Atsushi se sintió abrumado por un dolor insoportable y una sensación insoportable de pérdida le carcomió el corazón.

«¡Pero no le dejaré!»

—Es hermosa… —murmuró Shibusawa con admiración— ¡Esta es la habilidad definitiva!

—¡El tigre no es una habilidad! —gritó Atsushi, vertiendo su alma en cada última palabra— ¡EL TIGRE SOY YO!

Extendió la mano desesperadamente, oponiéndose al destino con cada fibra de su ser, y agarró el pálido cristal.

—…!

Atsushi sintió un calor en su palma mientras su poder regresaba gradualmente a su legítimo dueño. Una luz azul pálido envolvió su cuerpo y el poder del Byakko regresó. Sus uñas se extendieron en garras y su cuerpo se cubrió de piel. Se sintió rebosante del poder del tigre. Su cuerpo se había acostumbrado ahora.

Atsushi inmediatamente trató de aplastar la cabeza de Shibusawa con ambas manos, pero Shibusawa agarró las manos de Atsushi con las suyas. Sus dedos se cerraron.

—¡Mnn…!

Sus poderes chocaron. Sus músculos estaban al límite mientras sus huesos crujían. Empujaron tan fuerte como pudieron y sus brazos empezaron a temblar levemente. Atsushi miró ferozmente a Shibusawa, quien estaba prácticamente nariz a nariz con él.

—…Ahora entiendo todo —murmuró Shibusawa con la misma expresión desesperada que Atsushi— Sé por qué estás aquí, por qué apareciste ante mí y lo que realmente significaron sus palabras.

Su energía hizo que la niebla se arremolinara. Shibusawa era lo único que se reflejaba en los ojos de Atsushi. Como si estuviera comenzando a abrirse, una sombra comenzó a devorarlo por completo.

—Tú… —Shibusawa se rió mientras la sombra oscura continuaba apoderándose de su cuerpo— Eres el ángel que me salvará…

Las cicatrices de su rostro brillaron.

—Ah… —gimió con evidente satisfacción mientras su cuerpo continuaba siendo despojado de su carne, tragado por la oscuridad. Incluso sus hermosos rasgos y su piel pálida fueron despojados. No quedaba ni un solo mechón de cabello blanco.

Todo lo que quedó en la mano de Atsushi fue una calavera. Una calavera con las marcas de garras de un tigre. Nada más que los huesos de un hombre que murió hace seis años.

Pero Atsushi no aflojó su agarre. Como si quisiera borrar todas las contradicciones y devolver el pasado al pasado, aplastó el cráneo…

…Para asegurarse de que algo como esto nunca vuelva a suceder.

Los huesos se rompieron y el cráneo se partió hasta convertirse en un polvo fino. Los restos del cráneo luego se convirtieron en partículas de luz que fluyeron, y una luz azul pálido apareció en las manos de Atsushi.

La luz se extendió desde sus manos, tragando lentamente la niebla que creó Shibusawa. La niebla de color rojo venenoso desapareció y la luz azul pálido se extendió por Yokohama justo cuando comenzaba el amanecer. Era como si la hermosa luz purificara todo lo que tocaba. Para cuando la niebla roja se despejó, la oscuridad que reinaba sobre el cielo había comenzado a desvanecerse en gris.

La larga noche finalmente había terminado y el sol de la mañana había comenzado a salir.

Atsushi descendió suavemente a la superficie mientras observaba la pálida luz que nacía de sus manos. Después de dejar escapar un suspiro de alivio, le sonrió a Kyouka, quien lucía profundamente preocupada. Su expresión tensa se aflojó gradualmente. Por el rabillo del ojo, Atsushi vio a Akutagawa alejarse de la escena sin decir palabra.

***

—He confirmado la desaparición de la singularidad y la niebla —dijo la voz temblorosa de Aoki desde la sala de operaciones de la División Especial. Después de un breve momento de silencio, la sala estalló en vítores y risas. Incluso Ango suspiró de alivio instintivamente cuando su cuerpo quedó flácido y se dejó caer en su silla. La voz igualmente aliviada del operador les aseguró a todos que la Orden Clock Tower confirmó que habían abortado su misión.

***

Aproximadamente a la misma hora ese día…

En una habitación llena de muebles tradicionales majestuosos había una mujer sentada en un sofá decorado con intrincados bordados.

—Qué desafortunado —murmuró después de escuchar las noticias en Yokohama, luego recogió elegantemente su taza de té de porcelana— El olor de una nación en llamas va muy bien con el té —Su voz susurrante era tranquila y serena. Bajó su mirada algo distante sobre la superficie de su té de color ámbar.

***

El sol de la mañana se elevó lentamente sobre los cielos cristalinos de Yokohama. La gente regresaba a las ruinas del distrito de rascacielos del centro, las carreteras llenas de innumerables coches y los locales de comida rápida abandonados.

Un hombre de complexión pequeña y vestido con un abrigo negro vagó por los restos de Skull Fortress en busca de algo. Era Akutagawa.

Una voz lo llamó de repente desde las sombras de los escombros.

—¿Qué diablos estás haciendo aquí?

Akutagawa volvió su mirada en la dirección de la voz cruda para encontrar a Chuuya desplomado en el suelo. Claramente había pasado por muchas cosas desde la última vez que Akutagawa lo vio, y su sombrero característico no se encontraba por ninguna parte. Debe haberse caído en algún lugar cercano.

—Dazai está bien. Aún es un idiota, pero está bien —pronunció letárgicamente como si pudiera leer la mente de Akutagawa.

Akutagawa enderezó abruptamente la espalda y se inclinó. Pero cuando comenzó a alejarse rápidamente, Chuuya agregó un “Oye” y lo detuvo.

—Dame una mano, ¿quieres? —preguntó, mostrando una gran sonrisa.

***

Las anomalías causadas por la niebla de Shibusawa se disiparon gradualmente a medida que salía el sol de un nuevo día. Ranpo Edogawa paseó tranquilamente por la Agencia Armada de Detectives.

—No tengo ninguna habilidad, y ya he vuelto, así que supongo que todo salió bien.

La oficina de la agencia estaba hecha un desastre. Sillas y documentos estaban esparcidos por las habitaciones. Quizá lo único que quedaba en una sola pieza era la caja fuerte y su contenido. Ranpo comió algunos dulces que estaban dentro de la caja fuerte mientras miraba al sol por las persianas.

—Atsushi realmente está empezando a hacer las cosas. ¿No crees, Dazai?

Snap. Un bocadillo se partió por la mitad entre sus dientes. El hombre que respondería a la pregunta de Ranpo ya estaba en camino para encontrarse con Atsushi y Kyouka.

***

«Finalmente ha terminado» pensó Atsushi mientras él y Kyouka miraban la montaña de escombros una vez conocida como Skull Fortress. La oscuridad de la noche había hecho que fuera difícil de decir, pero el sol de la mañana lo mostraba claramente: la ciudad estaba en un estado bastante lúgubre. Por supuesto, tenía sentido, dado lo que había sucedido. Sin embargo, Atsushi se sintió aliviado por dentro de que la batalla terminara antes de que las cosas empeoraran aún más. Se sintió aliviado de poder proteger a alguien importante para él, como mínimo.

De repente, Atsushi escuchó pasos que se acercaban por detrás. Él y Kyouka inmediatamente miraron hacia atrás para encontrarse a Dazai con su abrigo color arena. Atsushi lo miró en silencio. Se sentía como si hubieran pasado años desde la última vez que se conocieron.

—Atsushi —comenzó Dazai con una expresión tranquila— Sobre lo que pasó, yo…

—Estabas tratando de proteger la ciudad, ¿verdad? —Atsushi sonrió antes de que Dazai pudiera siquiera terminar su oración. Naturalmente, sintió una calidez en su corazón.

La expresión de sorpresa de Dazai se volvió pensativa —¿Realmente parezco el tipo de persona que arriesgaría su vida para salvar a otros?

Atsushi parpadeó con curiosidad porque, para él, era obvio. No había duda de que Dazai era una buena persona. No tenía idea de lo que Dazai quería decir con su pregunta.

Así que Atsushi simplemente asintió y respondió con seriedad:

—Bueno …sí.

Los ojos de Dazai se abrieron ligeramente. Al poco tiempo, sonrió asombrado. Su sonrisa era amarga, pero dulce.

—Lo que tu digas —murmuró, luego pasó tranquilamente por delante de Atsushi y Kyouka. Miró a lo lejos— …Realmente espero que al final haya podido llenar su aburrimiento y soledad con algo.

—¿Estás seguro de que esto es lo que querías? —Kyouka le preguntó a Atsushi con una mirada preocupada. Atsushi miró al suelo. Sabía lo que ella quería decir. Por eso tuvo que elegir sus siguientes palabras con cuidado.

—…Probablemente podría sellar este recuerdo al igual que cuando olvidé que lo había matado antes. Pero… —Hizo una pausa, luego levantó la cabeza— Estoy de acuerdo con esto.

Su voluntad inquebrantable brillaba en sus ojos mientras expresaba sus honestos pensamientos en palabras:

—Por lo menos, en este momento estoy orgulloso de haber podido proteger esta ciudad juntos. Porque poder vivir junto a ti y todos los demás… es algo un poco más maravilloso.

Aliviada, Kyouka relajó su expresión preocupada en una sonrisa. Dazai, que los estaba mirando por encima del hombro, sonrió gentilmente. Parecía que estaba recordando los días pasados mientras se deleitaba con Atsushi por lo que era. Como si sus sonrisas fueran contagiosas, los labios de Atsushi también se curvaron hacia arriba.

De la nada, una voz familiar gritó en la distancia:

—¡Dazai, idiota! ¡¿Sigues vivo?!

Era Kunikida. Cuando los tres miraron hacia atrás, el resto de los miembros de la Agencia Armada de Detectives caminaban hacia ellos. La cabeza de Tanizaki estaba colgando por el cansancio, Kunikida estaba agitando la mano, Kenji parecía tan alegre como siempre, Yosano tenía la cabeza en alto y Fukuzawa estaba dando pasos tranquilos y silenciosos hacia adelante. Sus rostros sonrientes se veían aún más radiantes en medio del brillante paisaje de Yokohama.

—Todos están bien —observó Atsushi con alivio.

—Por supuesto que lo están —respondió Dazai— Somos la Agencia Armada de Detectives, después de todo —Le lanzó a Atsushi una plácida sonrisa— ¿Cierto?

Atsushi sonrió de oreja a oreja y asintió.

—¡Cierto!