Koujo Denka (NL)

Volumen 4

Capitulo 3: Tal Vez?

Parte 4

 

 

El albatros también se sentó, e inmediatamente se giró hacia un lado, murmurando por lo bajo.

“Qué buena combinación. Se ven perfectos juntos. ¿Es así como será cuando tengamos hijos para— Espera. Se ve bien, pero se supone que ese es mi lugar. ¿Me lo quitarán nuestros hijos? Pero cuando se trata de niños, ¿Debería realmente ser…?”

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“¿Lydia?”

“No es nada. ¡Más té!”

“En camino”

Evoqué trozos de hielo en su vaso y luego vertí té sobre ellos. El polluelo plantó sus patas delanteras sobre la mesa, evidentemente intrigado.

Uhm..

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Tomé un cubo de hielo y lo metí en el pico del polluelo. Un ronroneo encantado fue la respuesta.

Justo cuando le entregaba al albatros su vaso de té, un grifo verde de mar se posó sin hacer ruido en la playa. Ningún hechicero podría lograr tal dominio de la magia del viento. La criatura de cuello largo tenía ojos dorados y un pico amarillo, y con su falta de cuernos, la tomé por la madre del polluelo. Debía de medir al menos el doble de la altura de un hombre humano, con alas esbeltas y brillantes y un hermoso manto  de  plumaje  azul   y   esmeralda. Sus extremidades terminaban en garras afiladas como navajas.

Las chicas se habían dado cuenta de nuestra situación, pero les hice señas para que no intervinieran. Iba a estar bien.

Puse al polluelo en el suelo. Caminó tambaleándose hacia su madre, deteniéndose a sus pies. Luego, se giró hacia mí y se sacudió, un gesto de gratitud.

“No está lastimado”, le informé a la madre grifo.

“Por favor, ten cuidado de no dejarlo caer de nuevo”

La madre levantó suavemente a su polluelo con el pico y lo depositó sobre su espalda, luego abrió las alas y emprendió el vuelo.

Las chicas vinieron corriendo hacia mí, todas gritándose unas a otras.

“¡S-Sensei!”

“¡Oh, Allen-sensei!”

“¡Onii-sama! ¡No me digas que puedes domar a un grifo adulto y salvaje!”

El albatros y yo intercambiamos miradas y luego estallamos en carcajadas.

“¡Nii-sama!  ¡Por  encima  de  ti!”  Karen  gritó ansiosamente.

“Sí, ella es concienzuda”

Respondí cuando una ráfaga de alas anunció una serie de objetos redondos que caían hacia nosotros. Los atrapé con hechizos de levitación.

Las chicas unieron sus manos, sorprendidas por la docena o más de nueces que flotaban, cada una del tamaño aproximado de un gato adulto.

“¿Q-Qué son estos?” preguntó Tina.

Ellie respondió:


“A-Algún tipo de fruta gigante”

“Nunca antes había visto a un grifo devolver un favor”, agregó Lynne.

Estos eran frutos del Gran Árbol, aunque en realidad provenían de sus descendientes en el bosque cercano. Karen y yo los habíamos comido a menudo cuando éramos niños. Sin embargo, los frutos cultivados en la propia capital oriental estaban generalmente fuera de nuestro alcance, ya que eran artículos de lujo destinados a la realeza y otras personas prominentes.

“¿Les harías agujeros, Karen?” Solicité.

“Por supuesto.”

Rápidamente se dispuso a abrir la fruta con su daga.

Tomé uno y lo sostuve sobre un tazón de vidrio profundo sobre la mesa. Las chicas observaron con interés mientras volteaba la fruta. Antes de que el jugo del interior goteara, lancé hechizos de hielo y viento, formando un remolino en miniatura. Tres gritos de asombro saludaron la lluvia resultante de jugo congelado, que se amontonó en el cuenco como nieve.

Tomé una cucharada y se la ofrecí a mi hermana.

“Cuéntanos cómo sabe, Karen. Di ‘aah’…

“N-Nii-sama, yo…”

A pesar de su desgana inicial, Karen pronto cedió y se metió la cuchara en la boca.

“¿Cómo esta?” Yo pregunté.

Con timidez, mi hermana respondió:

“Genial y un poco dulce”

“Me alegra oírlo.”

Lancé la fruta al aire, la corté con un hechizo de viento y agregué su pulpa al tazón. Hecho esto, le pasé el cuenco a Karen y volví mi atención a las chicas.

“Juguemos un juego con algunos de estos. Creo que disfrutarás tratando de dividirlos con los ojos vendados”

“¡Nos encantaría!” Tina respondió alegremente.

“P-Pero…” Añadió Ellie.

“También nos gustaría lo que le acabas de dar a Karen, Onii-sama”

Dijo Lynne, completando su encantador pedido.

Mi hermana comió su jugo de fruta congelada en silencio mientras yo me preparaba para hacer una segunda ración. Entonces, un pensamiento me golpeó.

“Tina”, le dije,

“¿Te importaría intentarlo?”

“¡Me encantaría! ¡Solo déjamelo a mí!”

La chica de cabello platino asintió ansiosamente. Sus puños cerrados mostraban su determinación.

“¿Estas segura?” Pregunté de nuevo, sólo para ser malo.

“¡Hmph! ¡Puedo hacerlo! ¡Se lo demostrare, sensei! ¡Malvado!”

“Está bien, entonces. Lo dejo en tus manos”

“¡No te decepcionaré!”

Ellie y Lynne miraron con nerviosismo a su entusiasta compañera de clase.

Ahora, veamos cómo lo hace.

Siguió un agradable almuerzo. La comida que habíamos empacado resultó deliciosa, y el jugo de frutas, reducido a bloques sólidos de hielo, también tenía sus encantos.

Pasamos la tarde nadando, persiguiendo peces, abriendo frutos del Gran Árbol con los ojos vendados y, en general, divirtiéndonos. Las niñas, agotadas por un largo día de juegos, se quedaron dormidas en la góndola en nuestro viaje de regreso. Karen y el albatros también parecían renovadas. Me alegré de haber hecho el viaje, a pesar de las incesantes bromas de Dag-san.

***

 

Cuando llegamos a casa, estaba llegando la noche. Karen se dirigió directamente al baño y comentó que “Había sudado”. Tina, Ellie y Lynne le contaron las aventuras del día a mi madre, que se había impacientado esperándonos pero, no obstante, escuchaba con alegría sus relatos. Hecho esto, regresaron a su habitación, saltaron a la cama e inmediatamente se fueron a la tierra de los sueños.

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“Vaya, parece que la pasaste muy bien”, dijo mi mamá, observando al trío.

“Deberíamos dejarlas dormir hasta la cena. Allen, Lydia-chan, ¿están seguros de que no les gustaría descansar también?”

“Estoy bien”, respondí.

“¿Y tú, Lydia?”

“Yo tampoco necesito uno”.

Mi mamá juntó sus manos.

“Oh, bien. En ese caso, Lydia-chan, ¿me ayudarías a preparar la cena?”

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“Por supuesto, madre”. En un susurro, el albatros agregó:

“Ese almuerzo funcionó de maravilla. Muchas gracias”.

“Me alegra escucharlo”, respondió mi madre, riendo musicalmente.

“¿Necesitas hacer algún mandado, mamá?” Yo pregunté.

“Me gustaría salir con Karen”

Los ojos de mi mamá se abrieron, luego sonrió.

“Estaba a punto de preguntarte. Espera en la puerta principal”.

“Está bien. ¿Lydia?”

El albatros simplemente me hizo señas para que me fuera, y yo asentí con la cabeza entendiendo. Ella realmente amaba a mi mamá.

Poco tiempo después, estaba jugando con una fórmula de hechizo en el vestíbulo de entrada cuando una voz detrás de mí dijo:

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“Gracias por esperar, Nii-sama”. Miré hacia arriba para ver a mi adorable hermanita.

“Vaya, Karen, qué sorpresa”, dije, sin poder reprimir una sonrisa.

“¿Desde cuándo usas eso fuera de la casa?”

Llevaba un yukata violeta pálido con un diseño chic de flores de verano, que nuestra madre le había cosido a mano. Noté que ella también olía a jabón.

“Incluso hay días que me dan ganas de vestirme así”, respondió con timidez.

“Como me veo…”

“¡Sabía que mi hermana era la más linda de todo el mundo!”

“¡N-Nii-sama! ¡Sé serio!”

“Lo soy. Ahora, ¿nos vamos?”

Extendí mi mano izquierda y ella la tomó sin protestar. Nuestro mandado era comprar verduras frescas.

Salimos justo cuando el sol comenzaba a ponerse. Linternas de papel redondeadas, un rasgo distintivo de los distritos de gente bestia de la ciudad, colgaban a lo largo de las calles.

“Oh, por supuesto”, le dije.

“Casi olvido qué época del año es”

“Sí. Si te quedas hasta la semana siguiente, ¡Estarás aquí para la Partida de los Espíritus!”

“Esa es una perspectiva tentadora. Me gustaría quedarme, si no fuera por mis deberes de tutor”

Caminamos mientras hablábamos y pronto giramos hacia una calle lateral paralela a un canal. Me mantuve en el lado más cercano al agua. El clip-clop de nuestro calzado llenó la atmosfera.

“Estoy segura de que las niñas visitarán a sus familias”, dijo Karen.

“¿Eso no te dará tiempo para extender tu visita?”

“Se supone que deben hacerlo, pero no tengo idea de cuáles son sus planes. Puedes quedarte sin mí, lo sabes”

“No lo haré. Tengo el deber de vigilarte”

“Qué manera tan horrible de decirlo”

Karen abrazó mi brazo izquierdo y me miró con reproche.

“Primero, fuiste y te convertiste en tutor privado sin decirme ni una palabra. Lo siguiente que supe fue que eras profesor suplente en la Royal Academy. Luego te involucraste en la creación de una nueva empresa para dos casas ducales, y reclutaste a Felicia mientras estabas en eso”.

Lentamente enumeró mis crímenes con sus dedos, iluminada por los últimos rayos del sol poniente.

“Llevaste a Stella a una cita, incluso si tenías una buena razón para ello, y la tomaste como tu alumna. También fuiste examinador en la academia el otro día. Y no olvides la promoción de Lydia-san a la Guardia de la princesa. ¡Has estado demasiado ocupado!”

“Uhm… Pero todas son chicas tan agradables”, dije.

“Todos menos una, de todos modos”

“¡Ese no es el punto! ¡Deberías estar dedicando más tiempo a tu hermana!”

Ella estaba golpeando su paso.

Yo también te mimo, ¿no?” bromeé.

“No lo suficiente. No lo suficiente”.

Apartó la cara de mí en una adorable demostración de indignación. Sus orejas se movieron cuando exigió:

“¿Escogiste la ropa que Lydia usó en nuestro viaje aquí?”

Dudé antes de responder.

“No siempre tengo algo que decir en estas cosas. Un Fire Bird directo supera cualquier discusión”.

“¡Mentiroso!”

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A medida que continuaba nuestra agradable salida, reflexioné que no había sido capaz de hacer este tipo de tiempo para Karen en meses. Tendría que remediarlo una vez que estuviéramos de regreso en la capital real y—

Mi hermana se detuvo en seco.

“¿Qué ocurre?” Pregunté, desconcertado.

“¡Oh! ¡No me digas que estamos perdidos!”

“No lo estamos. No me mezcles con Tina”, dijo.

“Nii-sama…”

“¿Uhm?”

Karen me miró fijamente y casi empezó a hablar, pero luego dudó y se quedó en silencio. Después de varios comienzos en falso más, ella dijo:

“V-Verás——”

“¿Eh? ¿Eres Allen? ¡Oye! ¡Pasa por New Town alguna vez!” —

Gritó un joven del clan de los zorros desde el esquife en el que remaba a lo largo del canal. Siendo un residente de New Town, vestía ropa típica en lugar de un kimono. Su bote estaba cargado con frutos del Gran Árbol.

“Te haré una visita”, le prometí.

“Tal vez incluso mañana”

Me saludó con la mano y movió la cola en respuesta.

Una vez que estuvo fuera de la vista, me giré hacia Karen y la encontré luciendo abatida.

“Lo siento. Me doy cuenta de que estábamos en medio de algo”, le dije, poniendo una mano sobre su cabeza.

“¿Por qué no me lo cuentas? No has sido tú misma últimamente”

Ella dudo, desconcertada. Al final, sin embargo, dijo:

“Se trata de mi futuro”

“Pensé que planeabas asistir a la universidad”.

“Me he estado preguntando si realmente tiene sentido irme”

Confesó mi hermana, sonando indecisa.

“Quiero decir, puedo aprender todo lo que necesito de ti”

“Aprecio    el    cumplido,     aunque     es    un    poco vergonzoso. ¿Significa esto que renunciarás a convertirte en hechicera de la corte?”

Karen se arrojó contra mi pecho. Furiosa, murmuró:

“No quiero ser parte de una organización que te trató tan mal”

Entonces, eso es lo que la ha estado molestando. No podría pedir una hermana más cariñosa

“Personalmente, todavía me gustaría que avanzaras a la universidad y te inscribieras en el departamento de profesores”, dije tan amablemente como pude.

“¡Con suerte, le mostrarías el error de sus caminos! Pero siempre tendrás todo mi apoyo sin importar lo que decidas hacer”.

Mi hermana se negó a seguirme el juego con mis bromas.

“Mantuviste la vista puesta en los hechiceros de la corte a pesar de todos los prejuicios y la discriminación que sufriste. Eso fue por mamá y papá, ¿no?”

Ella me miró con lágrimas en los ojos.

“¿Y por mí? Porque podrías ganar mucho dinero de esa manera. He sido una carga para—”

“Karen”

La rodeé con mis brazos con ternura y le acaricié la espalda, como solía hacer cuando estaba molesta.

“Lo adivinaste”

“E-Entonces—”

Sequé sus lágrimas con un dedo.

“Pero eso era lo que quería hacer. Quería hacer todo lo posible por mamá, papá y la adorable niña que solía llamarme ‘Nii-san’. Nunca he pensado en ti como una carga”

Karen enterró su rostro más profundamente en mi pecho.

“No juegas limpio, Nii-san”

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Me reí teatralmente.

“¡Por mi hermana pequeña, derribaría al destino mismo!”

“Eso es lo que quiero decir.” Después de un silencio, ella dijo:

“¿Puedo pedirte un favor?”

“Puedes”, respondí de inmediato.

Los hermanos mayores están destinados a conceder los caprichos de sus hermanas.

Karen murmuró:

“Quiero ir a la universidad. Sin embargo, todavía no estoy segura de convertirme en hechicera de la corte”


“Pensé que lo harías. Y no te preocupes; ¡Tengo varios años de matrícula reservados para ti!”

“¡¿Nii-san?!”

“No aceptaré un no por respuesta. Quiero que dependas de mí”

Siguió una larga pausa.

“Bien,” dijo ella al fin.

“Bien. Ahora, tenemos algunas compras que hacer”.

La solté e intenté reanudar la marcha, pero ella tiró de mi camiseta.

“¿Karen?”

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“¿Te importa si te pregunto una cosa más?”

“Adelante”

Saltó delante de mí, juntó las manos detrás de la espalda y miró por encima del hombro. El sol se había puesto por completo, dejando las farolas a lo largo del canal para bañarnos con su suave luz.

“¡Quiero ir a la universidad desde tu casa!”

Koujo Denka Volumen 4 Capitulo 3 Parte 4 Novela Ligera

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