Utsuro No Hako To Zero No Maria (NL)

Volumen 7

Prologo: ¿Estás Listo?

¿Este también se convertirá en un momento que sólo seré capaz de recordar en mis sueños?

– ¿Estás listo?

Mientras fulmino con la mirada a mi oponente, “O”, quien está de pie junto a mí en el departamento que Maria había alquilado una vez, comienzo a cavilar.

Me estoy enfrentando a una belleza de un encanto aterrador; tiene un cabello largo que evoca el de Maria, brazos delgados y piernas como las de una top model, y un rostro delicado con una sonrisa pegada en él. Sí… “pegada en él” es la forma correcta de describirla: La sonrisa es tan perfecta que luce como la de una muñeca creada con maestría.

Su sonrisa innatural produce miedos primigenios dentro de mí.

He llegado a olvidar esta sonrisa una y otra vez, siendo capaz de recordarla sólo en mis sueños.

… Sin embargo, esta vez ya no será así.

“O” ya no permanece siendo el ser misterioso que una vez fue—aprendí que ella había sido creada a través de la “caja” de Maria, la “Felicidad Imperfecta”. Si la amnesia es el poder de esa “caja”, entonces yo debería ser capaz de resistirla con la ayuda de mi “Caja Vacía”.

¡Sí! ¡Concéntrate en ella, Kazuki!

Otonashi Aya

—“O”

Ella es el enemigo.

Está bien.

Mis pensamientos han vuelto a la normalidad ahora que he aumentado mi consciencia. Huelo el aceite aromático en todo mi alrededor. La fragancia de menta me recuerda firmemente mi objetivo.

—Recuperaré a Maria.

—La volveré parte de mi vida cotidiana.

—Me encontraré con la Ceroésima Maria, quien seguía ignorante respecto a las “cajas”.

Por el bien de eso, llegaré a cualquier extremo. Ya sacrifiqué a un amigo mío. Si tuviera que matar a todos y cada uno de los seres humanos en este planeta, procedería a ello sin pensarlo dos veces. Literalmente. Hablo en serio.

Respiro profundamente y fulmino a “O” con la mirada.

– ¿Estás listo? –, pregunta ella con una sonrisa demasiado perfecta, y por lo tanto, innatural. – ¡Para despedirte de este mundo!

Frunzo el ceño tanto como puedo.

–¿Por qué querría hacer eso?

Es una verdad innegable que las “cajas” convirtieron en un caos a mi preciada vida cotidiana.

Yanagi Yuuri continuará sufriendo por la culpa del asesinato.

El milagro falso de Shindou Iroha fue destrozado junto con su personalidad.

Kamiuchi Koudai fue asesinado.

Miyazaki Ryuu mató a sus padres y fue puesto en prisión.

Asami Riko ha desaparecido.

Mogi Kasumi nunca volverá caminar con sus propios pies otra vez.

Kirino Kokone fue herida profundamente física y mentalmente, y cayó en un estado emocional inestable.

Usui Haruaki perdió a todos sus amigos, incluyéndome.

Oomine Daiya probablemente nunca más regrese.

Y ningún otro más que yo, Hoshino Kazuki—

Miro hacia mi mano derecha, hacia la notoria herida que me infligí yo mismo. La herida me recuerda que soy un pecador y lunático que ha pasado del punto sin retorno.

– Pero— –, murmuro para mí mismo mientras aprieto mi puño derecho, sintiendo acumularse en mí una energía aparentemente infinita.

¡Es cierto! No renunciaré a mi idea de un mundo perfecto, sin importar lo desesperada que sea la situación.

– Perdiste en nuestros encuentros previos –, provoca “O”, sin impresionarse. Pongo en mi mirada todo el desprecio que puedo reunir, pero a ella no parece importarle ni un poco.

– Buscas que Otonashi Maria renuncie a su “caja” voluntariamente, ¿cierto? –, continúa ella. – Sin embargo, deberías estar muy consciente de que tus actos eliminaron la posibilidad de que eso ocurriera.

Me muerdo el labio. Ella tiene razón.

– Para poder derrotar a Oomine Daiya, elegiste sacrificar a Kirino Kokone ante sus propios ojos—perfectamente consciente de que ella, siendo la chica terca que es, despachara cualquier intento de persuasión después de ver tu horrible acto. Y tus temores dieron en el blanco.

– …

Maria nunca me perdonará por lo que hice, aunque esa fue la única solución en la que pude pensar. Me disparé a mí mismo en el pie.

Rompiendo el silencio, “O” continúa hablando: – Pero ese hecho en realidad no importa, porque algo más serio ha ocurrido.

¿Qué quieres…?

“O” respondió antes de que pudiera preguntar.

– Otonashi Maria se ha olvidado de ti.

– ¡¿Qué—

Mi objetivo es lograr que Maria abandone su “caja”; hacer que abandone el objetivo mismo que le hizo llegar a tales extremos en la búsqueda de una “caja” nueva, siempre deseando únicamente el ayudar a otros. Está más allá de mi capacidad el imaginarme cómo podría persuadir a alguien con una voluntad de acero como Maria de que haga eso.

Y si eso no era lo suficiente desesperado… ¿Maria perdió su memoria?

¿Se supone que tengo que persuadirla así?… Imposible. Quiero decir, ¿quién escucharía las palabras de un extraño? ¿Cómo podría un extraño alcanzar tu corazón? Mis palabras ya no van a alcanzarla.

Es inútil.

Ya no hay esperanza en lo absoluto.

Sin embargo, el sentimiento que ocupa mi corazón es una clase diferente.

– … ¿Ella se olvidó de mí…? Olvidó los recuerdos del tiempo que pasamos juntos… eso tiene que ser un mal chiste…

—¡NO!

—¡No aceptaré eso!

– Uh… gh…

Me he vuelto un extraño para Maria. Nuestros lazos, que se había vuelto más fuertes que los de cualquier otra persona a través de la vida completa que pasamos juntos, han desaparecido en el vacío.

Maria. ¿Ya no me reconocerás cuando nos veamos el uno al

otro?

Maria. ¿Ya no me sonreirás cuando diga tu nombre?

Maria. ¿Ya no eres la chica que conocí?

—Entonces, ¿para qué luchar en lo absoluto? Aunque me las arreglara para destruir su “Felicidad Imperfecta”, no hay recuerdos que nos mantengan juntos.

– Estás desesperado, según parece.

¡Por supuesto que lo estoy! ¡No puedo cumplir mi objetivo aunque destruya su “caja”!

No obstante—

– Pero no te darás por vencido, ¿verdad?

Así es. No puedo entender por qué, pero tiene razón.

Sigo fulminando a “O” con la mirada a pesar de la pena abrumadora.

Salvaré a Maria aunque ella no me recuerde. Salvaré a Maria aunque ella no lo quiera así.

No me rendiré. No… esa no es la forma correcta de decirlo. No puedo rendirme porque la “Caja Vacía” me tiene bajo control. Tengo que continuar persiguiendo a Maria aunque eso signifique morir dentro de esta. Tengo que continuar mi búsqueda de ella incluso en las aguas más oscuras y más profundas donde no puedo respirar. Rendirse no es una opción.

Mientras ella sigue mirándome fijamente, “O” deja de sonreír, mostrándome la expresión más seria que he visto en su rostro.

– Seré honesta contigo: me encuentro ligeramente atemorizada por ti.

—Enemigo.

A diferencia de hasta ahora, “O” me ha reconocido como su enemigo.

– No hay esperanza para ti. Eso es una verdad. Sin embargo… no puedo quitarme la sensación que quizás todavía seas capaz de alcanzar el corazón de Otonashi Maria. Después de todo, ese es el poder que se te dio.

Ella está hablando del poder del “salvador”, el poder de destruir “cajas”.

Maria creó la “Felicidad Imperfecta” al desear la felicidad de todos. Sin embargo, debido a la naturaleza de las “cajas” de conceder deseos con todo detalle, ambos, sus dudas en su deseo y su deseo secreto de tener a alguien que la detuviera, fueron concedidos al mismo tiempo.

Los deseos contradictorios de Maria crearon a dos seres: a una entidad que concede deseos, y a un “salvador” que destruye deseos.

En otras palabras, a “O” y a mí, Hoshino Kazuki.

Yo soy su caballero. Soy el único que tiene el poder de salvarla.

– —Sí.

Miro mi mano derecha herida. El atemorizante poder de destruir deseos yace dentro de ella. El poder de eliminar incluso a “O”.

La única razón de por qué no estoy eliminando a “O” aquí y ahora se debe a que eso resultaría destruyendo la “Felicidad Imperfecta”. Si hiciera eso, sin duda el corazón de Maria se despedazaría.

Ese hecho hace parecer que Maria está rechazando mi ayuda. Por otro lado, es una verdad innegable que yo no existiría si no fuera por su deseo de ser salvada.

Por lo tanto, debe haber alguna forma, sin importar lo poco probable que parezca. Puedo y lo creo así.

Muy bien, resumamos.

¿Qué puedo hacer para salvar a Maria?

Sólo hay una respuesta sencilla. Tengo que liberarla de la persona frente a mí.

Digo el nombre.

– Otonashi Aya.

Ｏtonashi Aya

“O” comienza a sonreír otra vez, rebosante de confianza en sí misma.

– Otonashi Aya, ¿hm? Esa es mi apariencia externa, en efecto, y ella es mi origen. Pero en realidad no soy Otonashi Aya.

– Eso supongo. Sólo eres una imagen que Maria tiene de Aya, no la persona real. Estoy seguro de que la Aya original también fue una persona asombrosa, pero, no obstante, era humana. No era ni de cerca lo sobrenatural que eres tú. Algo debe haber causado que Maria deificara a su hermana.

Aprieto mis dientes mientras pienso respecto al ambiente familiar de Maria.

– Otonashi Aya ha crecido demasiado dentro de Maria. No puede huir de ella, y a este paso, permanecerá atrapada. Se está abandonando a sí misma—negando a sí misma—para poder convertirse en el monstruo conocido como Otonashi Aya. Así que—

–, extiendo mi mano derecha hacia “O”, y grito: – Así que— ¡libérala ahora mismo, “Otonashi Aya”!

No es necesario decir que “O” ni siquiera pestañea en respuesta a mi orden.

– Le estás ladrando al árbol equivocado. No sé cómo liberarla, y tú tampoco lo sabes. ¡Ah! Pero sí sé exactamente lo que vas a hacer.

– ¿Qué…?

No tengo idea de lo que debería hacer a continuación. A pesar de eso, “O” declara saber lo que voy a hacer.

– Sí, ¿cómo podría saberlo? Eso es porque sólo hay una cosa que puedes hacer, y debido a que sólo hay una cosa, la elegirás tarde o temprano, sin importar lo inútil que sea. Sólo es una lucha sin sentido que no dará frutos. Como bucear sin destino en el océano profundo. Sin embargo, no tienes más opción que dirigirte allí, aunque no haya ni una pizca de esperanza para ser hallada.

Repentinamente, recuerdo lo que “O” mencionó antes.

– … Lo único que puedo hacer, es—

– —abandonar este mundo, exactamente.

Al mismo tiempo que no tengo la menor idea de a qué se refiere “O” con eso, de alguna forma sé que tiene razón.

– Abandonarás este mundo y nunca regresarás. Por supuesto, eso significa que yo gano. Si eso ocurre, Otonashi Maria continuará persiguiendo su deseo “imperfecto” hasta que no quede nada de ella.

Yo sólo tengo que esperar.

– No permitiré que llegue a eso.

– Sí, supongo que si te las arreglas para regresar a este mundo, eso significaría que de alguna forma tuviste éxito en tu misión de salvar a Otonashi Maria. Eso marcaría mi derrota y yo me desvanecería. La habrías liberado de su hermana, de Otonashi Aya.

Es bastante simple.

En otras palabras, sólo tengo que regresar. Regresar a la “vida cotidiana” que he llegado a atesorar.

Me encontraré con ella. Finalmente seré capaz de encontrarme con Maria en toda pureza, cuando ella todavía no había entrado en el mundo de repeticiones.

—Me encontraré con la Ceroésima Maria.

Ah—pero, ¿cuán difícil será eso? Mi querida “vida cotidiana” ha sido destruida; ¿cómo puedo llevar a Maria a un lugar que ya no existe?

Sin embargo, tal como “O” dijo, lucharé sin importar lo inútil que sea.

– Muy bien, Hoshino Kazuki-kun. Es hora de la batalla final

–, dice “O” mientras extiende sus brazos. Con su mirada vuelta hacia mí detenidamente, distorsiona su hermoso pero horrible rostro.

– Disfruta dentro de la “Felicidad Imperfecta”.

Con estas palabras, “O” me abraza.

Es desagradable. Pero, no puedo luchar contra ella. Aunque intente agarrar los hombros de “O” en un intento de hacerla hacia un lado, mis manos atraviesan su cuerpo intangible. Es como si estuviera siendo atrapado en una telaraña. Poco a poco, soy consumido por el cuerpo de “O”.

No puedo respirar.

Me estoy ahogando dentro de “O”.

A paso lento pero seguro, me estoy hundiendo en ella. El progreso es tan lento, que parece que estuviera detenido. Sin embargo, la luz se vuelve más débil gradualmente; apenas me doy cuenta de que estoy cayendo.

Hundiéndome, hundiéndome, hundiéndome por siempre—

—¿Dónde estoy?

Es como si este fuera el lugar más profundo en todo el mar, no obstante, es tan claro como si estuviera brillando el sol.

Un ruido golpea mi cabeza sin parar. Oigo risas alrededor de mí, pero soy incapaz de determinar la distancia. Las risas no se detienen aunque me cubra los oídos. Es tan insoportablemente fuerte que quiero abandonar todo pensamiento.

No estoy respirando, y sin embargo no siento dolor. Mi cuerpo comienza a derretirse en el espacio alrededor de mí. El espacio alrededor de mí comienza a ganar control sobre mi cuerpo.

Me pierdo a mí mismo.

Desaparezco.

No sé lo que va a ocurrir, pero sólo hay una cosa que sí sé.

Para cuando llegue el final, me habré derretido completamente.