Utsuro No Hako To Zero No Maria (NL)

Volumen 7

Epilogo: ✛✛✛Mogi Kasumi (19), 10 de Abril✛✛✛

Parte 3

 

 

Es por eso que tendría éxito sin importar qué.

Estoy seguro de que la mayoría de la audiencia no fue capaz de captar los elementos más matizados de su anuncio, pero mirar a su rostro y oír su voz era suficiente para transmitir el verdadero mensaje—que no era egoísta en lo absoluto.

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Nuestras vidas cotidianas regresarían.

Con los puños cerrados fuertemente y lágrimas en sus ojos, Otonashi Maria hizo una profunda reverencia ante todos, y su audiencia rompió en un aplauso eufórico.

Ese fue el punto de inflexión para mí.

Mientras el aplauso continuaba, el velo que me había cubierto fue levantado en un instante. Mi pecho se entibió, y esta calidez volvió a poner en marcha a mi corazón congelado.

Dokun. Dokun. No había oído el latido de mi corazón tan claramente en mucho tiempo.

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Ah, ya veo…

Yo también quería ser perdonado. Todo este tiempo había sido incapaz de perdonarme a mí mismo por fallarle a mis amigos en sus momentos de necesidad. Esa era la razón más prominente para el velo oscuro sobre mi corazón.

Me di cuenta de que también tenía que encontrar una forma de expiarme—que no sería capaz de seguir adelante hasta que me perdonara a mí mismo.

Estaba determinado a descubrir cómo expiarme apropiadamente.

Otonashi Maria podía haberse encargado de la atmósfera opresiva en la escuela, pero ninguno de mis amigos regresó mientras yo estaba en la preparatoria. Pero aunque seguía estando solo, dejé de pasar todo mi tiempo como un zombi.

Esforzándome para expiarme, puse el máximo esfuerzo en todo lo que hacía. Quería sacar el máximo provecho a mi tiempo restante, aunque nada saliera de ello. Como derivado de mi nueva determinación y siendo el as de nuestro equipo, llevé a nuestro equipo de béisbol de segunda división al segundo lugar del torneo local de béisbol ese verano.

Después de graduarme de preparatoria, entré a la universidad. Elegí la Universidad Waseda; mis calificaciones no estaban ni cerca de ser lo suficientemente altas, pero milagrosamente recibí una recomendación de su equipo de béisbol, probablemente debido a mi desempeño en ese torneo de verano.

Pero, aunque al final fui admitido, claramente soy uno de los miembros inferiores del equipo de béisbol. Los otros miembros, quienes han entrenado sus cuerpos en las preparatorias dedicadas a eso, me sobrepasan fácilmente en poder bruto. Como resultado, ni siquiera puedo seguir apropiadamente el ritmo de los entrenamientos. De hecho, soy tan malo, que nuestro supervisor sugirió sutilmente que me convirtiera en el mánager de nuestro equipo. Juzgando únicamente por habilidad, puede que termine mis cuatro años aquí sin jugar ni siquiera una vez en un partido oficial.

Pero estoy bien con eso. Voy a dedicar mis cuatro años en la universidad al béisbol, aunque no sea exitoso.

– ¡Usui! ¡Usa tus malditas piernas cuando estés lanzando! –, grita repentinamente nuestro entrenador, Miyashiro, mientras estoy entrenando en el bullpen1. Él es la clase de sujeto que te esperarías encontrar en una carrera de caballos, no en un campo de béisbol, así que no lo reconocerías como a un entrenador si no fuera por su uniforme. Él es el único aquí que tiene expectativas positivas de mí.

– … Entrenador, ¿puedo hacerle una pregunta?

– ¿Sí? ¿Qué cosa?

– ¿Por qué me nominó para una recomendación? Quiero decir, había muchos jugadores mejores que yo para elegir.

– ¿Quién te dijo que yo te nominé? Bueno, no importa. ¿Por qué te elegí, preguntas? ¡No voy a decírtelo si sólo quieres consuelo por tu mal juego! –, contesta él.

– No, sólo quiero saber cuáles cree usted que son mis fortalezas. De ser posible, me gustaría trabajar en mejorarlas.

– Mhm… Bueno, supongo que entonces está bien –, dice mientras se rasca la cabeza. – Bueno, tus lanzamientos son bastante buenos para ser un sujeto con un cuerpo debilucho como el tuyo. Voy a decir que tienes potencial allí.

– Pero debido a mi cuerpo debilucho tengo problemas para seguir el ritmo de los entrenamientos.

– Bastante duro con la auto-crítica, ¿eh? Pero no luces para nada deprimido. Hmph… esa es la otra razón. Tus ojos.

El bullpen es el área de calentamiento de los lanzadores antes de entrar en un juego.

– ¿Mis ojos? ¿Porque están llenos de entusiasmo?

– No, para nada. Aunque fuera eso, puedes encontrar jugadores con entusiasmo bajo cada roca. De hecho, no puedo ver ni una pizca de ambición en tus ojos, aunque eso es algo que casi todo profesional debería tener. Rayos, ni siquiera pareces estar centrado totalmente en el béisbol. Eres mierda.

– ¿Mierda…?

– Pero— –, añade mientras se rasca su barba incipiente. – — tienes los ojos de alguien que conoce la desesperación.

Me quedo en silencio.

– Eso evita que pierdas la fe con cada contratiempo, y ni siquiera te pones ansioso durante los torneos. De hecho, se mostró durante el proceso de selección, ¿recuerdas? Había mejores jugadores alrededor de ti, pero no te importó ni una mierda.

Es verdad que ya no presto atención a las habilidades de las otras personas. No importa, al final, tú sólo puedes dar tu mejor esfuerzo.

– Conozco a un sujeto con ojos similares. Él era un pitcher pero tuvo que retirarse porque se dañó el hombro durante un partido en el Estadio Koushien. Se deprimió tanto que tenía miedo de que fuera a cometer suicidio en cualquier momento, así que lo persuadí de unirse a nuestro equipo de béisbol aquí. Ese sujeto, entrenaba todos los días hasta el punto de quedar inconsciente, pero una vez que estaba bateando en un partido, juro que le daba a esas bolas como un loco. Sus bateos eran tan poderosos que una vez le pregunté sobre su secreto. ¿Qué crees que dijo? –, el entrenador Miyashiro sonríe. – “Porque no moriré si fallo.” –, suspira profundamente. – ¿Cómo te sientes respecto a eso? Honestamente, no lo entiendo, pero mi instinto me dice que tienes una corazonada, ¿no?

– … ¿Cómo está esa persona ahora?

– Déjame pensar, ¿cuántos cientos de millones de yen al año

eran?

Ya veo. Tiene una opinión elevada de mí porque reconoce a ese jugador en mí, no por mi propia habilidad. Pero no perderé la fe debido a eso.

Me agacho y recojo mi bola.

– Ese jugador simplemente tenía talento –, comento.

– Supongo. Aunque tú también podrías probar ser capaz, eso es todo. No sé si realmente tengas algo de talento. ¿Estás decepcionado?

Pongo mis dedos enguantados sobre las costuras de la bola.

– Entrenador… Hay un sujeto al que no pude igualar en toda mi vida.

– ¿Hm? Debe ser toda una bestia si dices eso. Quiero decir, ni siquiera te consideras a ti mismo inferior a Yoshino, ¿verdad?

Yoshino es el pitcher que rechazó volverse profesional para unirse a nuestro club y jugar béisbol universitario.

– ¿Un profesional? ¿Cuál es su nombre? Respondo:

– Oomine Daiya.

– … Nunca oí de ese sujeto.

– Eso no me sorprende. Pero él siempre ha sido mi modelo.

Después de tranquilizar mi respiración, elevo mi brazo y piso fuerte con mi pierna izquierda. Un fuerte impulso se dispara a través de mi cuerpo, directamente hacia las puntas de los dedos de mi mano derecha. Mis músculos vibran mientras mi cuerpo se encarga del resto; mi brazo hace un giro poderoso hacia abajo.

Un sonido rápido hace eco a través del bullpen mientras mi lanzamiento corta a través del aire.

– ¡Oh, buena forma de darle algo de giro a tu lanzamiento! ¡A eso me refería!

Siempre, desde el anuncio de Otonashi Maria, he estado dando todo de mí. Me he mantenido corriendo derecho sin siquiera saber a dónde me dirigía.

He comenzado a ver resultados. Finalmente estoy entendiendo lo que me faltaba.

¿Por qué fui incapaz de ser de ayuda? —Porque me faltaba “determinación”.

Siempre observaba desde afuera y evitaba involucrarme directamente. También evitaba entrometerme demasiado en los asuntos de Daiyan y Kiri. Creía que era la distancia correcta a mantener para evitar dañar a alguien. Estaba bajo la impresión de que podría destruir todo si no mantenía cierta distancia.

Bueno, es enteramente posible que mis preocupaciones estuvieran bien fundadas, ¡pero no importaba! ¡De todas formas podría haber destruido todo!

Podría haberle quitado Kirino Kokone a Oomine Daiya.

No puedes causar un cambio sin algo de valor y determinación. El no haber notado esto cuando importaba fue mi error.

Oomine Daiya—él siempre tuvo esa determinación. No puedo decir que él tenía razón en abandonar su propia felicidad, pero tenía la determinación de seguir sus decisiones al pie de la letra. Hay mucho que puedo aprender de él.

Desde que nos conocimos, no he sido capaz de superarlo.

Porque no moriré si fallo.

Puedo entender totalmente las palabras de ese bateador. No moriremos sólo porque nuestros sueños y esfuerzos resulten inútiles, ni tenemos que desesperar. Ambos enfrentamos una desesperación mucho mayor, así que no tenemos miedo de los obstáculos que yacen frente a nosotros. Podemos apostar fácilmente en el lanzamiento de una moneda mientras otros están demasiado atemorizados para siquiera elegir cara o cruz.

Daiyan. Finalmente encontré cómo puedo igualarte. Pero a diferencia de ti, no me sacrificaré a mí mismo. Hallaré mi propia clase de determinación.

Sólo cuando haya encontrado la respuesta a esa pregunta seré capaz de perdonarme por mi inacción.

Falta un poco más de un año hasta el día prometido de Otonashi Maria.

Hasta entonces, definitivamente encontraré mi propia clase de determinación. Ese momento será el punto en que mi “deseo” se vuelva realidad.

✛✛✛Kirino Kokone (16), 23 de Septiembre✛✛✛

Cuando Daiya finalmente apareció en el hospital donde yo me estaba recuperando de mi herida auto-infligida, él ya había abandonado la escuela. Se había quitado los piercings y había teñido su cabello a su negro natural. Cuando me descubrió en mi cama de hospital, me dio una sonrisa amable y acarició mi mejilla.

Sin embargo, ya no pude ver al chico cariñoso y despreocupado que era. Daiya ya no era inocente.

Puse  mis  manos cuidadosamente  alrededor  de su  mano.

Mm… no quiero olvidar su tacto.

Cuando suelto su mano, él la retira. Eso fue suficiente para que yo entendiera lo que él estaba planeando hacer.

– Vas a dejarme sola otra vez.

Con ojos redondos, Daiya me da una sonrisa ladeada.

– No puedo ocultarte nada, Kokone, ¿verdad?

– ¿A dónde planeas ir esta vez?

Daiya sonrió vagamente.

– No lo sé.

– ¿No lo sabes?

– Sé lo que es importante para mí ahora: estar a tu lado. Kazu me lo enseñó del modo difícil.

– Entonces, quédate aquí conmigo, tonto…

Él sacude su cabeza amablemente.

– … Estoy seguro de que lo entiendes, Kokone. He cometido demasiados pecados. Jugué con los futuros de mucha gente y los arruiné. Mientras no me expíe por esto, no puedo estar a tu lado. Pero no sé cómo expiarme. Es por eso que tengo que ir a buscar una forma para hacerme responsable por ello –, explicó Daiya y bajó su mirada tranquilamente. – Seguiré buscando. Tal vez tome un año, tal vez tome diez, y tal vez no la hallaré en lo absoluto. En cualquier caso, tendré que llevar esta carga por el resto de mi vida.

– Daiya…

– Pero puedo prometerte una cosa.

Me besó.

– Regresaré a ti, Kokone.

Cuando nuestros labios se separaron, no pude evitar llorar.

– ¡Es una promesa! –, dije.

– Sí.

– ¡Debes volver a mí!

– Sí –, Daiya secó mis lágrimas con sus dedos. – No te fallaré otra vez.

Él dijo que no cometería el mismo error otra vez.

Él prometió que volvería a mí.

Pero la próxima vez que vi a Daiya, estaba acostado sobre una cama de hospital y tenía incontables aparatos médicos conectados a su cuerpo.

Había sido apuñalado en la espalda por una chica de secundaria fanática (quien fue arrestada inmediatamente) y acabó en la UCI. Aunque escapó de la muerte, la gran pérdida de sangre había causado daño cerebral y apagó su consciencia.

Daiya estaba inconsciente. Un ventilador estaba bombeando aire hacia sus pulmones a través de su tráquea, y dos tubos habían sido conectados en su nariz. Podía oír el sonido del ventilador inflándose y desinflándose, y el bip continuo del ECG.

En el momento en que lo vi de ese modo, estallé en lágrimas. Aunque su pecho subiera y bajara y sus ojos pestañearan ocasionalmente, ya no me parecía humano. Era un ser vivo disfrazado como Daiya.

Pasó un mes pero permaneció comatoso.

Los padres de Daiya lo visitaban casi todos los días, a pesar de que no se llevaran bien al punto de hablar uno con el otro debido al incidente que me involucró a mí y a Karino Miyuki. También apareció un montón de otras personas: Haru, Kasumi, nuestros demás compañeros, Otonashi Maria, Yanagi Yuuri, Shindou Iroha, Karino Miyuki, e incluso Asami Riko, quien había estado trabajando en una granja en Hokkaidou. Algunos de sus antiguos creyentes también lo visitaron, pero a diferencia de la chica que lo apuñaló, ellos habían vuelto a la normalidad. Sin embargo, no importaba quién lo visitara, la condición de Daiya no cambió. No mostraba ninguna reacción.

Contra los deseos de nuestras familias, abandoné la escuela para pasar más tiempo al lado de Daiya. Creía que dejarle escuchar mi voz era la mejor forma de traerlo de vuelta.

Sin embargo, Daiya no se recuperaba sin importar por cuánto tiempo le hablara. Mientras lo observaba todo el día, me di cuenta de que habían momentos en que mostraba algunas señales de vida, pero sólo eran señales débiles y nada tangible. La parte crucial no cambiaba; él seguía siendo un cascarón inhumano.

Mientras el tiempo pasaba, sus posibilidades de recuperación se hundían gradualmente y mi miedo a que quizás él nunca despertaría crecía cada día. La ansiedad roía mi esperanza como una bestia hambrienta.

Lentamente comencé a ponerme insensible… hasta que me volví completamente inexpresiva.

Otro mes ha pasado y ahora era Noviembre. Me había puesto tan demacrada que incluso yo estaba consciente de ello. De hecho, el médico de Daiya hasta me sugirió que hablara con un psiquiatra.

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Sequé las lágrimas de Daiya con una tira de gaza. Por supuesto, esas lágrimas sólo corrían por sus mejillas debido a reflejos y no tenían nada que ver con emociones reales. Repentinamente, mientras estaba lavando su brazo, un pensamiento cruzó mi mente.

¿Sería posible que así es cómo él planea expiarse? ¿Él se impuso este castigo para compensar sus pecados?

Si eso es cierto, es un egoísta, pensé. Me está abandonando.

Me toqué la parte inferior de mi torso y toqué la cicatriz que probablemente me acompañará por el resto de mi vida. Era el lugar donde me apuñalé a mí misma porque creía que podía salvar a Daiya.





No me importa si muero, mientras Daiya pueda ser feliz.

En ese entonces, pensaba eso desde el fondo de mi corazón.

Y lo sigo pensando. Estoy dispuesta a sacrificarme a mí misma por

Daiya en cualquier momento.

Tal vez él era un pecador. Tal vez él tenía que soportar el peso de sus pecados. Pero, ¿había una razón para que llevara esta carga por su cuenta? ¿No podía pasar un poco de esta a otras personas, como yo? ¿No había nada que él pudiera hacer para ser perdonado?

¿Es así? ¿Es por eso que acabó de este modo?

Sí… pensé para mí misma. El mundo siempre ha sido cruel, y lo sabía. Esa crueldad estaba grabada en mi espalda.

En ese caso—

– Suficiente.

Hemos visto suficiente de este mundo.

Al desconectar el equipo médico unido a Daiya, podría detener sus funciones vitales. Hagámoslo, pensé. Vayamos a la siguiente etapa. Quizás su alma ya me está esperando en el cielo.

En ese caso, ¡sólo hazlo!

Agarré los tubos conectados a su nariz.

Sólo sácalos de un tirón y se acabó. Nadie va a culparme.

No, aunque lo hagan, seguiré a Daiya de todos modos.


…Te sentías solo, Daiya, ¿no? Lo siento, ¡pero estaré contigo en un momento!


– Uh… gh…

Sin embargo, no me pude obligar a sacarlos, y solté los tubos.

No importa cuán inhumano me pareciera el cascarón, seguía luciendo como Daiya. Era imposible que pudiera acabar con su vida mientras todavía hubiera una posibilidad de que él despertara, sin importar cuán altas fueran las probabilidades de que eso no ocurriera.

Sabía que simplemente estaba prolongando el estado de la situación porque tenía miedo del final, pero no podía evitarlo.

Soy tan débil.

No hay nada que pueda hacer.

Me derrumbé sobre el cuerpo esquelético de Daiya y lloré hasta cansarme.

Han pasado dos meses y el año nuevo vino y se fue, pero Daiya seguía sin mostrar señales de recuperación. Volvía a respirar por su cuenta de vez en cuando, pero me dijeron que eso tenía poco que ver con recuperar la consciencia. El médico de Daiya había sido pesimista desde el comienzo respecto a la recuperación de Daiya, pero recientemente se había vuelto especialmente franco. Los padres de Daiya todavía creían que él regresaría, pero también comenzaron a mostrar dudas. Incluso me preguntaron si deberíamos darle una muerte sin dolor.

¿No es extraño?, pensé. Lo dicen como si el cuerpo de Daiya sólo estuviera siendo mantenido vivo debido a mi egoísmo. ¡A pesar de que yo era quien más quería liberarlo!

Haré cualquier cosa por ti.

Eso no era una mentira, pero mi intento de cometer suicidio juntos había fracasado. No sabía si estaba bien acabar con su vida con mis propias manos. No, aunque estuviera bien, no sería capaz de hacerlo.

Pero había algo que noté.

Aunque no podía convencerme de acabar con la vida de Daiya, fácilmente podía acabar con la mía.

Estoy segura de que Daiya me está esperando en el cielo, y si no está allí, simplemente significa que sobrevivió, lo que es aún mejor.

¡Qué idea más brillante! Me pregunto por qué no pensé en eso antes.

Al día siguiente, traje un cuchillo conmigo para visitarlo.

Esta vez, no me apuñalaría el estómago; me cortaría la garganta e iría a encontrarme con Daiya.

Mis planes de suicidio causaron que una cosa se escapara de mi mente completamente. Otonashi Maria había dicho que vendría a visitar a Daiya aquel día.

Ella es quien mantuvo vivo el cuerpo de Daiya al darle primeros auxilios y al llamar a la ambulancia cuando fue apuñalado. Ella parece haber olvidado eso, pero los registros no mienten.

Yo estaba agradecida por eso. Pero, por alguna razón, no me llevaba tan bien con ella como solía hacerlo.

Otonashi Maria había traído una caja musical y la estaba sosteniendo cerca de los oídos de Daiya. Aparentemente, hubo un caso en donde una caja musical hizo que un paciente recuperara la consciencia. Bueno, de todos modos es inútil, pensé, porque dudaba que él reaccionara a algo como eso si ni siquiera reaccionaba ante mi voz.

Ya vete para que pueda morir.

– … Kirino.

De repente, Otonashi Maria me dio un abrazo apretado.

– ¿Eh?

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¿Lucía tan deprimida?

No, no me dio un abrazo—está examinando mi bolsillo.

– Ah…

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Sacó el cuchillo por su cubierta de cuero y suspiró profundamente mientras lo miraba.

– Me estaba preguntando por qué estabas tan ansiosa, pero claro que no esperaba esto… ¿Qué ibas a—No, no lo digas. Puedo adivinarlo.

Su actitud de sabelotodo me hizo hervir instantáneamente. —¡Como si pudieras entender cómo me estoy sintiendo!

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– ¡Devuélvelo! –, grité histéricamente. – ¡Devuélvelo, devuélvelo, devuélvelo!

Sabía que tanto ruido traería a las enfermeras en cualquier momento, pero era incapaz de recuperar la compostura y cargué contra Maria.

Mi ataqué resultó inútil. Me rodeó rápidamente y me contuvo con una llave.

– ¡Para! ¡Déjame ir! ¡Devuélveme mi cuchillo! –, grité y, siendo incapaz de reprimir el derroche de emociones, continué en medio de mis lágrimas: – ¡Es la única manera! ¡La única manera de ver a Daiya es la muerte!

– ¡Cielos! ¡¿Por qué son así, ustedes dos?!

– ¡¿Qué?! –, grité de vuelta.

– Sí respeto tu determinación y la de Oomine, pero sacrificarse el uno por el otro está simplemente mal. No tiene sentido. Sólo hará infelices a ambos, porque Daiya está igual de preocupado por tu felicidad como tú por la de él. ¡¿Has olvidado lo mucho que sufriste cuando sus posiciones estaban invertidas?! ¡¿Por qué no pueden entenderlo, dios santo?!

Su tono imperioso me hizo encogerme, pero de todos modos continué:

– ¡Mira quién habla! ¡¿Quién se está sacrificando ahora mismo por Kazu-kun, hm?!

– Yo solía ser una manifestación de auto-sacrificio, pero eso es pasado. Estoy con Kazuki por mi propio bien. Kazuki, también, me necesita y no puede ser feliz sin mí. Ya no me estoy sacrificando, no podría hacerlo –, replicó.

Me mantuve frunciéndole el ceño.

– ¿Sabes por qué estás cometiendo la equivocación de sacrificarte a ti misma? –, preguntó. – Fui como tú una vez, por eso puedo saberlo –. Luego, declaró fríamente: – Es porque eres débil. Es porque no puedes enfrentar a la realidad.

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– ¡P-Por supuesto que no puedo enfrentar a la realidad! ¡¿Cómo podría vivir con el hecho de que Daiya—que la persona que amo es un maldito vegetal?! ¡Él es mi todo! ¡El mundo me ha sido arrebatado! ¡¿Qué más me queda por hacer?! –, grité. – ¡¿Qué rayos se supone que haga?!

Pensé que ella no sería capaz de responder a mi pregunta.

Pensé que no había respuestas para esta pregunta.

Otonashi Maria, sin embargo, respondió sin titubear.

– Cree en la recuperación de Oomine. Me muerdo los labios.

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