Utsuro No Hako To Zero No Maria (NL)

Volumen 7

Capitulo 3: Otonashi

Parte 4

 

 

Intento secuestrar un avión para poder estrellarlo contra un rascacielos, pero ni siquiera puedo subirme a un avión. Cometo suicidio cortando mi lengua al morderla.

124.502ª vez


Secuestro un tren completo lleno de gente y lo descarrilo. Es mi mayor éxito hasta ahora. Definitivamente voy a repetir esto unas cuantas veces.

124.609ª vez

Suspendo mis actividades de asesinato en masa durante una repetición y me recuesto sobre mi espalda en la azotea de la escuela.

La cantidad de personas no está disminuyendo. Todavía hay montones de personas a pesar de que maté a tantas. No siento que esté haciendo progreso alguno.

Me di cuenta de algo después de matar a tanta gente: La humanidad es más resistente de lo que esperaba. Las cucarachas son nada comparadas con la humanidad. Las catástrofes pueden acabar con países enteros, las epidemias pueden matar a miles de personas, el planeta puede volverse inhabitable, los extraterrestres pueden atacar desde el espacio exterior, el sol puede convertirse en una supernova; como resultado, la humanidad puede ser diezmada, pero las personas sobrevivirán sin importar qué. Y los sobrevivientes continuarán reproduciéndose. No puedes erradicarlos.

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Así es cómo me siento como alguien con la tarea de matar personas interminablemente.

El “valor de la vida” es un tema muy discutido, pero instintivamente encontré una respuesta a esta discusión sin fin. La vida no tiene peso por sí misma; es un concepto creado por el observador que no tiene una forma definida. No se me ocurrió esta teoría simplemente porque quería justificar mis actos. Esencialmente, la vida no conlleva instancias múltiples, sino que es solamente un bulto masivo y tambaleante. Sin embargo, tendemos a referirnos a esos cuerpos que fueron formados a partir de ese bulto gigante como “vidas”. La esencia de la vida está en todos nosotros y no puede ser “robada” ni “nacer”. Mientras la esencia de la vida exista, la vida no puede disminuir ni aumentar, y ciertamente no desaparecerá.

No necesito que nadie me crea. La forma en que veo a los humanos ya no es la de un par. Ya no puedo considerarme humano a mí mismo.

Aunque hace tiempo que desesperé, el conocimiento de que he degenerado en algo no-humano me torna aún más oscuro, me distorsiona volviéndome aún peor y me deja aún más vacío. Si mi equilibrio fuera a inclinarse sólo un poco hacia el lado de la desesperación, me quebraría de una vez por todas. Me mantendría suicidándome.

Pero no me detendré ahora. Después de todo, mis actividades han dado fruto.

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El cielo rojo se ha vuelto plagado de grietas. Puedo oír el agrietamiento virtualmente.

Estoy destruyendo este mundo efectivamente poco a poco, pero al mismo tiempo, no puedo diferenciar entre las grietas en el cielo carmesí y mis alucinaciones.

Hay una montaña de cadáveres en el patio de la escuela, consistente de las personas que he matado. Mis seres queridos también están entre la gente que veo debido a aquella alucinación, pero no puedo recordar sus nombres. Ya no puedo ver a los humanos como humanos. No puedo diferencias a las masas de la carne. Soy mierda. Soy una humeante pila de mierda.

Splash.

—¿Oh? ¿Cuándo salté? Cielos, se ha vuelto un mal hábito mío.

Sin embargo, no muero instantáneamente. Con mi cabeza partida en dos, gateo. Sería agradable si encontrara alguna esperanza en algún lugar por aquí, pero por supuesto que no hay tal cosa, y aunque la hubiera, no sería capaz de recogerla.

Pierdo sangre descontroladamente y—aquí viene—estoy muerto otra vez.

124.611ª vez

Después de sorber un bol de fideos en Ikebukuro, saco una motosierra de mi bolso de viaje y comienzo a cortar a las personas en el restaurante. Una vez que acabo, abandono el establecimiento y comienzo a masacrar a la gente en las calles. Es un infierno viviente, pero además me parece tan distante que ni siquiera me siento involucrado. Sólo cuando corto a alguien vestida de maid promocionando un producto mi motosierra se traba. La multitud estupefacta se da cuenta de que la motosierra ha dejado de hacer ruido. Probablemente seré linchado por las valientes personas de Ikebukuro en cualquier momento. Debería matarme antes de que eso ocurra. Pero por alguna razón, no puedo encontrar mi cuchillo. Estoy empapado con tanta sangre que no puedo ver nada. Pensando en retrospectiva, el caldo de esos fideos estaba realmente bueno.

Alguien me da una palmada en el hombro.

¿Quién es? No hay nadie que podría estar haciendo eso.

Nadie se ha atrevido a acercarse a mi figura empapada en sangre.

Pero es un hecho innegable que alguien me está dando palmadas en mi hombro. Me doy la vuelta, pero no hay nadie allí. No veo a nadie. En otras palabras, alguien que no puedo ver me está dando palmadas en el hombro. Bien, no hay duda al respecto: debe ser un monstruo. Un monstruo que puede matarme en cualquier momento.

Pero por alguna razón, lo conozco, a pesar de que es invisible.

¿Quién es? ¿Quién es quién es quién es?

—Bueno, por supuesto.

—Soy yo.

Mi visión se ennegrece.

El monstruo invisible invade mi cuerpo con un dolor agudo que se siente como si mis ojos fueran perforados con vidrio. Una sensación de vergüenza se acumula. Cruzo el universo. Viajo a través de las estrellas. Un peculiar ruido rojo perturba mis ondas cerebrales. No hay sonido. No ha habido sonido durante décadas. Un mar de insectos tóxicos. El veneno circulante me hace delirar. Paralizado, repentinamente me hallo a mí mismo en medio de incontables monitores de TV. Los monitores forman un laberinto sin espacios y me muestran a mí matando gente. ¡Deténganse! ¡No quiero ver eso! ¡No exhiban mis pecados de una forma tan fría! Mis gritos son ignorados. Me muestran más pecados casi interminables. Soy aplastado bajo el peso de mi pecado. Los contenidos de mi mente se desbordan de mi cuerpo y son destruidos. Mi carne estalla. Estalla como palomitas de maíz de caramelo.

Repentinamente me doy cuenta:

Este es el fin. Este es mi fin.

Entonces, ¿seré capaz de encontrarme con ella?

¿Me encontraré con Maria?

Abro la cortina de este mundo ennegrecido. Abro otra cortina. Y otra cortina. Cada vez que abro una, esta habitación desgastada se vuelve más y más oscura. Rodeado por la oscuridad, continúo cometiendo suicidio. Soy asesinado por las ilusiones que no puedo reconocer como tales.

Pero las estrellas continúan girando, al igual que mi campo

visual.

¿Dónde estoy?

Esta vez estoy cayendo en un agujero sin fondo. Continúo cayendo. Oh, ¿qué tan profundo es este agujero? ¿Quién lo excavó? El agujero es tan profundo que podría enterrar todos los cadáveres que creé. No importa cuánto tiempo siga cayendo. Nunca alcanzo el fondo. No puedo. No puedo.

Pero después de una cantidad de tiempo infinita, finalmente llego.

Mi cuerpo ha estado acelerando a través de la larga caída.

Choca contra el fondo y estalla en pedazos.

Splash.

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Se convierte en trozos de carne.

Pero antes de que me dé cuenta, soy revivido y comienzo a caer otra vez. Después de una cantidad de tiempo infinita, alcanzo el fondo y estallo en pedazos.

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El bucle continúa repitiéndose.

Splash. Splash.

Splash. Splash. Splash. Splash. Splash.

Mientras ese sonido sigue repitiéndose en mi cerebro, despierto.

– Ah.

Estoy de pie en medio de una de las zonas más atareadas de Japón, Ikebukuro, empapado en sangre y sosteniendo una motosierra estropeada.

Sin embargo, ahora que he vuelto, ya no aire a mi alrededor.

Bueno, puedo respirar, pero falta algo crucial. Algo falta.

¡Ah, ya veo!

No hay personas.

Todo lo que oigo es el silencio. La ausencia de lo que debería estar aquí ha convertido la ciudad en ruinas.

Mientras soy atacado por un fuerte impulso que parece quemar a través de mi pecho, dejé salir un grito agonizante. ¡Hice algo que no puedo deshacer! ¡Hice algo que no puedo deshacer! El sabor de la desesperación se esparce por mi lengua; un sabor muy similar a saliva verde. Incapaz de soportar esto, corro por la ciudad silenciosa. La normalmente atascada calle principal está vacía. La ciudad ha sido abandonada—quedó sola. Esto está mal. Sería mucho más fácil de aceptar si todo alrededor de mí simplemente hubiera desaparecido y se hubiera vuelto negro.

Corro hasta que estoy exhausto y ya no puedo caminar. Me apoyo contra un automóvil desierto que está detenido en medio de una intersección de cinco calles.

– Hah… Hah… Hah…

Mientras jadeo, la ciudad desierta carga contra mí. Salta hacia mis ojos y me dice:

Todas las personas han desaparecido.

– —Ha. Haha. Lo hice.

Llegué al fin del mundo.

Con seguridad no he terminado de matar a todas las personas en el planeta, pero mis asesinatos continuos han evitado que sea feliz. Eso vuelve efectivamente el poder de la “Felicidad Imperfecta”, que es crear un “mundo de felicidad”, impotente.

Finalmente tuve éxito en que la “Felicidad Imperfecta” fallara en mí.

– Lo hice… ¡Lo hice…!

Gracias a este logro—

Ya no puedo consentirme con una felicidad falsa.

Ni siquiera una “caja” puede salvarme de la desesperación que lo abarca todo.

–¡AAAH—!

Casi pude vomitar con placer. Mientras desespero felizmente, me dan ansias de bailar y aplastar mis ojos. Propago mis lágrimas desbordantes y cubro mi rostro de mocos. Antes de que me dé cuenta, estoy golpeando mis piernas hasta que quedan adormecidas.

Estoy completamente solo en este mundo.

124.612ª vez

Aunque he cumplido mi objetivo, sigo incapaz de encontrarme con Maria. Despierto en mi sala de clases durante los preparativos del festival escolar.

Por supuesto, la sala de clases está vacía. Desde que Kokone desapareció, ya tampoco estoy sosteniendo una flauta.

Camino por la escuela. Debido a que todos han desaparecido en medio de los preparativos del festival, este luce horriblemente innatural y me siento como si estuviera deambulando en un diorama. No hay pisadas además de las mías. La ausencia de vida es tan completa que aquí ni siquiera podrían existir fantasmas.

Continúo buscando cuidadosamente por la escuela como si estuviera completando una lista.

No hay ni un alma aquí.

No importa dónde mire, no hay ni un alma.

Cuando tenía una tarea asesina para concentrarme en ella, era siempre lo mismo—el tiempo era irrelevante y continuaba acelerando, así que al final, un día se sentía tan breve como el tiempo que toma preparar unos fideos instantáneos. Pero ahora que no hay nadie alrededor de mí, el tiempo ha cambiado su forma como un cambiaformas; se ha alargado monstruosamente. Pierdo mi noción del tiempo y ahora un minuto se siente como una hora.

Siento como si el tiempo inflado me estuviera ahogando. Pero eso no es todo: el concepto de tiempo adquiere una forma afilada y se mantiene cortando mi piel, sólo para nuevamente cambiar su forma repentinamente y aplastarme bajo su peso. Luego comienza a tirar de mis extremidades como si yo fuera un muñeco de goma. Tiemblo. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que mis brazos y piernas sean amputados, mis interiores sean aplastados y mi cabeza sea arrancada?

Pero lo más aterrorizante es que todo esto sólo son simplemente alucinaciones, y que hay una palabra colectiva para describir lo que estoy viviendo.

Soledad.

Abandono la escuela. Los trenes en la estación no están operando y todos están vacíos. Me subo en la primera bicicleta que encuentro y me voy a casa. Por supuesto, nadie está ahí—maté y borré a Luu-chan y a mis padres hace mucho tiempo.

Es natural que no estén ahí, pero no me gusta.

De repente, me enojo.

Quiero ver sus rostros.

Quiero ver a alguien.

Me subo en la bicicleta de nuevo y me dirijo hacia algún lugar en donde sea probable que encuentre gente.

El distrito comercial.

—Nadie.

El parque de diversiones.

—Nadie.

El centro comercial.

—Nadie.

El estadio.

—Nadie.

—Nadie. Nadie. Nadie. Nadie. Nadie. Nadie. Nadie. Nadie.

El departamento de Maria.

—Nadie.

Hoy me colgaré aquí.

124.622ª vez

Estoy confinado en la ahora sin propósito “Felicidad Imperfecta”. Han pasado diez repeticiones, pero sigo solo. No es necesario decir que he continuado suicidándome durante ese tiempo.

Después de cruzar un puente grande, llego a la prefectura vecina. Desde que la gente desapareció, he estado caminando todo el día. ¿Por qué? En búsqueda de personas. ¿Por qué? Porque tengo que estar solo. Tengo que matar hasta la última persona. ¿Matar?

Sí, matar. ¿Aunque estoy ansiando por alguien que me observe? Nadie tiene permitido estar aquí, o no seré capaz de encontrarme con Maria. Pero quiero que alguien me mire, ¿no? Sí, lo quiero.

Quiero conversar con alguien. No importa con quién. ¡De otro modo no puedo saber con seguridad si realmente existo! No importa si es la peor persona viva, sólo denme una reacción. Estar solo significa perder todo lo necesario. Rápido. ¡Rápido, sáquenme de este mundo! ¿Tengo… tengo que destruir aún más? Saco un cuchillo y corto mi cuerpo en trozos. ¿Aún no es suficiente? Eso creí.

Mientras mi consciencia se desvanece, muero otra vez.

124.628ª vez

— Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan.

La soledad: esta clase de tortura es diferente a lo que había imaginado. Creí que sería silenciosa y me llenaría lentamente con desesperación.

Pero estaba equivocado. La tortura de la soledad es mucho más violenta y directa; se mantiene golpeando mi cabeza como un bate de acero.

—Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan-Gan.

Duele. Detente. Incapaz de soportar el dolor, vomito y comienzo a llorar. ¿Cuántas veces han sido? Pero la soledad no muestra piedad alguna. Sigue golpeándome hasta que pierdo la consciencia, y cada vez que eso ocurre, voy en un viaje a través del tiempo, del cual salir toma un tiempo eterno.

La “Felicidad Imperfecta” impuso muchas pruebas. Tuve que matarme incontables veces, tuve que matar a otros incontables veces, e incluso tuve que matar a mi seres queridos. Eso fue increíblemente difícil. Esas fueron unas pruebas difíciles de soportar. Sin embargo, también es cierto que me acostumbré a esas formas de sufrimiento.

Pero la soledad es diferente. Su peso abrumador está creciendo con el tiempo. Simplemente no es posible acostumbrarse a ella.

Sigo pensando. Si no lo hago, la persona que soy yo desaparecerá debido a la falta de observadores. Intento pensar en algo significativo, pero eso es bastante difícil. El sentido no existe sin la presencia de otro ser viviente. La soledad me priva del pensamiento. Sin sentido. Todo es sin sentido. Yo no tengo sentido. Hay un límite para engañarme a mí mismo contando número primos.

Una vez, intenté evitar cometer suicidio, esperando que todo se reiniciara. Sí, intenté borrar mis recuerdos conservados después de todo lo que he hecho, completamente consciente de que eso volvería nulos y vacíos a todos mis esfuerzos. En otras palabras, admití la derrota. Me rendí ante la soledad.

Pero incluso cuando me abstuve de suicidarme, seguía estando solo en este mundo. La soledad me atacó inmediatamente después de que desperté en mi sala de clases y me recordó todo lo que he hecho. No puedo escapar de la soledad. Ni siquiera tengo permitido aceptar la derrota. Se mantiene vertiendo veneno por mi garganta.

124.645ª vez

Decidí saltar sobre una motocicleta y recorrer la ciudad en búsqueda de personas.

Las ilusiones son lo único que queda que apenas mantiene mi mente funcionando: la ilusión de que todavía hay alguien más en este planeta aparte de mí, o la ilusión de que esta persona podría ser Maria. Gracias a estas ilusiones puedo seguir contándome como parte del grupo de seres vivientes. Estaré acabado una vez que admita que no hay otras personas en el mundo. Me volveré incapaz de pensar. Si dejo de tener ilusiones, me volveré efectivamente en una piedra viviente.

Eso sería peor que la muerte.

Acelero. Obviamente no hay sentido en acelerar, pero la soledad se mantiene empujándome desde atrás.

Incapaz de tomar una curva cerrada a tiempo, choco contra el guardabarrera y soy lanzado al aire. Mi pierna izquierda está quebrada y doblada en la dirección que no debería, pero para horror mío, no hay dolor. Mi cerebro desechó esa función porque no tiene sentido experimentar dolor en un mundo sin habitantes.

Intento gritar—y fracaso porque olvidé cómo gritar.

124.750ª vez

Ya no puedo montar una motocicleta porque perdí la capacidad de manejar herramientas sofisticadas. Este mundo mantiene mi cuerpo en su estado inicial, así que no debería haber problema con mi cerebro, pero mi intelecto claramente se está marchitando. También estoy comenzando a tener problemas al leer y escribir. Mi consciencia está tan fragmentada que no sé cuántas repeticiones han pasado desde que quedé solo.

Mi fuerza de voluntad está pasando por una degradación incluso más severa: ya no puedo caminar en búsqueda de personas aunque lo quiera. Estoy perdiendo cada vez más el poder para ponerme de pie y a menudo paso todo el día acostado sin moverme en la sala de clases.

Mis recuerdos se están desvaneciendo. No sé quién soy. Bueno, de alguna forma sí recuerdo mi nombre: Hoshino Kazuki. Pero no puedo recordar qué clase de persona era él, lo que le gustaba, lo que le desagradaba, y para qué vivía.

Sólo recuerdo los nombres de mis amigos de vez en cuando. El nombre “Mogi-san” sigue apareciendo ocasionalmente, pero por nada del mundo puedo recordar el primer nombre de esa persona. Creo que era una persona realmente importante. Repentinamente, el nombre 『Haruaki』 cruza mi mente, así que intento pronunciarlo, pero no puedo pensar en el rostro de esa persona.

Estoy seguro de que pronto olvidaré cómo hablar. Eso me asusta, pero no hay nada que pueda hacer. Hace tiempo que he olvidado cómo expresar emociones con mi rostro. Aunque alguien fuera a mirarme, con seguridad sería incapaz de saber qué estoy pensando.

Pero.

Pero, hay una cosa que no debo olvidar.

Grito.

– ¡Maria!

– ¡Maria!

– ¡Maria!

Cuando recito el nombre, mi cuerpo comienza a moverse misteriosamente sin intervención alguna de mi voluntad. Mi mente y mi cuerpo están separados uno del otro. Todo lo que puedo hacer es observarme a mí mismo mientras me muevo. Se siente como observarme a mí mismo a través de una cámara.

¿Hacia dónde está yendo mi cuerpo? No hay sentido alguno para ser encontrado en ningún lugar en este mundo vacío, así que, ¿hacia dónde estoy yendo?

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Después de caminar por una ruta familiar, llego hasta el complejo de departamentos en el que solía vivir Maria. Subo las escaleras de emergencia hacia la habitación 403, saco mi llave y abro la puerta.

La habitación está llena con un aroma a menta. Aunque eso sólo es una ilusión; no hay nada que olería como eso en esta habitación. Mi memoria me está jugando una broma.

Pero me tranquiliza aunque sólo sea una ilusión.

Me da esperanza.

124.753ª vez

Después de eso, tomé el hábito de ir directo a la habitación de Maria después de despertar en la escuela.

Llegaba a su habitación y hallaba consuelo en el aroma a menta.

Y lo repetía.

125.589ª vez

Despierto en la escuela.

Voy al departamento de Maria.

– Maria –, digo.

Estoy tratando de decir “Maria” pero no sé si realmente estoy hablando en voz alta.

Llego a su habitación. Huelo algo. No sé cómo se llama pero es el aroma de Maria.

Repentinamente me siento bien.

¿Por qué no estás aquí, Maria? Me siento solo, quiero verte, por favor, sal, no deseo nada más, quiero verte, quiero verte, quiero verte.

—¡Don, Don!

Golpeo contra la pared. Respóndeme. Déjame oír tu voz sólo por un momento. Por favor, mientras aún puedo entender las palabras.

—¡Don, Don!

Mis puños están comenzado a sangrar. No me importa. No puedo sentir dolor, de todos modos.

—¡Don, Don!

—¡Don, Don!

125.770ª vez

Camino. Mismo lugar como siempre. Golpeo pared.

—¡Don, Don!

Quiero verte.

Pronto ya no entenderé palabras.

Quiero verte.

126.779ª vez

—¡Don, Don!

—¡Don, Don!

127.888ª vez

—¡Don, Don!

– Estoy muy sorprendida.

—¡Don, Don!

– … Ah, ¿ni siquiera vas a mirarme a pesar de que no nos hemos visto en 350 años desde tu punto de vista? Bueno, pareces haber perdido la capacidad de percibir a otros seres, mucho menos me reconocerías. Perdiste la cabeza, olvidaste cómo hablar, no puedes mantener ni un pensamiento en tu cabeza, no tienes voluntad. Te mantienes golpeando la pared por una única razón—el deseo de alcanzar a Otonashi Maria. “Locura” es la única forma de describir esto. ¿Cómo puedes continuar el acto de golpear la pared cuando has degenerado en un ser desprovisto de pensamiento? Supongo que es similar a cómo los insectos continúan reuniendo nutrientes. El acto de buscar a Otonashi Maria se ha vuelto una necesidad básica.

—¡Don, Don!

– Buscas a esa chica tan desesperadamente que estás desgarrando tu alma y desechas la esencia de tu humanidad.

—¡Don, Don!

– Realmente eres un oponente temible, pero esto también pasará. Incluso tu alma tiene un límite. Una vez que no quede nada y tu apego a Otonashi Maria desaparezca, este mundo se desvanecerá. Estaré aquí para presenciar ese momento.

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—¡Don, Don!

– … Aunque, tengo que admitirlo, este ruido me está sacando de quicio.

—¡Don, Don!

—¡Don, Don!

128.000ª vez

—¡Don, Don!

130.000ª vez

—¡Don, Don, Don, Don, Don, Don, Don, Don!

– Increíble. ¿Sigues con eso? Este ruido me está sacando de quicio seriamente.

140.000ª vez

—¡Don, Don!

—¡Don, Don!

– … Sé que esto es imposible, pero, ¿acaso nunca te detendrás? ¿No hay fin para este proceso? ¿Te mantendrás golpeando esta pared? En ese caso, no eres ni un hombre ni una bestia, y ni siquiera una máquina o una cosa, pero ninguna de ellas es eterna. Pero tampoco podrías ser descrito como un dios, porque los dioses van y vienen según evolucionan las culturas de sus devotos. Y aun así te mantienes golpeando la pared.

—¡Don, Don!

– ¿Qué eres…?

—¡Don, Don!

– ¿Quién eres?

150.000ª vez

—¡Don, Don!

– Soy la personificación misma de esta “caja” y estoy atada a ella. Por lo tanto, no puedo huir del sonido de tus golpes en la pared.

—¡Don, Don!

– ¿Cómo es posible que sea yo quien está perdiendo la paciencia cuando ni siquiera soy humana? ¿Cómo puedes durar más que yo cuando sólo soy un poder sin forma al cual se le ha dado la capacidad de pensar?

200.000ª vez

—¡Don, Don!

—¡Don, Don!

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– ¡Ya detente!

—¡Don, Don!

—¡Don, Don!

– ¡Te dije que te detuvieras!

—¡Don, Don, Don, Don, Don!

–  ¿Estás  tratando  de  abrir  un  agujero  en  la  “caja”?

Técnicamente, eso no es posible. Es como cortar el planeta por la mitad con una cuchara. No obstante, si tuvieras éxito con un método tan primitivo, sólo habría una forma para referirse a ello.

—¡Don, Don, Don, Don, Don!

—¡Don, Don, Don, Don, Don!

– Un milagro.

400.000ª vez

—¡Don, Don!

– … Oh, ¿quién habría pensado que acabaría así? Parece que ya no puedo mantener mi forma. Aunque no sé si deberías estar feliz al respecto…

—¡Don, Don!

– … Tú ganas.

Yo.

—¡Don, Don!

No.

—¡Don, Don!

Lo.

– Maria. Olvido.

– Maria.

Alcanzo el exterior.


============

Si te abandonara, sería liberado de este dolor. Continuaría viviendo. Pero dentro de poco, acabaría buscándote otra vez, porque finalmente todas mis acciones están comprometidas contigo y sólo contigo. Todo lo que quiero es mantenerme mirando hacia mi objetivo y caminar recto, sin importar las pérdidas, sin importar la oposición, sin importar los resultados. Eso es todo lo que puedo hacer. Algunos podrían llamarlo “obsesión”, otros podrían llamarlo un “milagro”, pero para mí y muchos otros, la razón que me conduce no podría ser más obvia y natural. Hay personas que entienden y personas que no, y simplemente resulta que yo pertenezco al primer grupo. La única diferencia es si se han dado cuenta o no de que no necesitas una “caja” para volver realidad tus deseos. Lo que significa lograr un deseo.

Mi compromiso de encontrarte viene con un gran sufrimiento. Ni una vez he pensado que sea fácil. Por tu bien, reí, lloré, y grité. Debido a ti destruí mi corazón, mi cuerpo, y el mundo. Aun así, sólo estoy realmente vivo cuando estoy tocando el fragmento de ti que llevo dentro de mí.

Aunque no te alcance al final…

Aunque conozca el resultado horrible que me espera…

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Te seguiré buscando a ti, quien mora dentro de Maria.

Voy a desaparecer. Quizás estoy recibiendo mi merecido por ser demasiado codicioso con mi deseo. Para ser honesto, parte de mí lamenta que nos hayamos conocido, pero si fuera a elegir entre una vida donde nos conocimos y una vida en la que no nos conocimos, siempre elegiría la primera. Siempre. Estoy seguro de eso, aunque quizás esté titubeando, vacilando, y arrepintiéndome de cosas todo el tiempo.

No habré logrado nada para cuando desaparezca. Pero no soy adivino para saber si será así.

Incluso ahora, sigo soñando.

Al menos denme una recompensa… que esta historia tenga un final feliz.

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