Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 8

Capítulo 101: El Ex-Señor Demonio Rompe Su Promesa

“Tú amante nunca debería haber sido llamada un Dios Maligno”. Una gran extensión de plata. Un espacio gélido donde la nieve y las almas bailaban en el aire. Mirando al hombre que era mi oponente, continué. “Ella tenía una tendencia a deleitarse en el conflicto. Sin embargo, ella nunca hizo nada para provocarlo, y las tierras bajo su dominio eran un verdadero paraíso. Por eso respetaba a Luminas. Esperaba unir fuerzas con ella y crear un mundo mejor”.

Dejé en claro que nunca esperé matarla. Incluso ahora, lamentaba cómo habían resultado las cosas.

El hombre que me enfrentó, Alvarto Egzex, permaneció en silencio mientras describía lo que me había impulsado hace tantos siglos. Sus rasgos no estaban coloreados con ninguna emoción. Era como si todos los sentimientos humanos se hubieran drenado de él, dejando una muñeca vacía.

Estaba claro que sin importar lo que dijera, él no cambiaría. Aun así, necesitaba hacer una confirmación final de intención para asegurarme de que romper un juramento era mi única opción.

“Te lo prometí entonces, ¿no? Que si aún deseas la muerte al final de todo, te mataría… En ese momento, no pude decírtelo, pero no tiene sentido ocultarlo por más tiempo.” Con eso, comencé a describir la otra promesa que había mantenido en secreto todo este tiempo. “Desde el momento en que te uniste a mis filas hasta hoy, tus deseos se han mantenido constantes. Buscas tu perdición, razón por la cual repetidamente trataste de incitarme a la acción. A pesar de eso, siempre ignoré tus burlas y me contuve. Ese ha sido siempre el caso. Esperaba lograr una resolución que te permitiera vivir”.

Eso fue porque…

“Hice un juramento con tu amante, Luminas wol Croft”.

A pesar de la revelación, Alvarto permaneció inmóvil, sin siquiera levantar una ceja.

“Mientras yacía muriendo en mis brazos, tú eras la única persona en sus pensamientos. Ella sonrió con nostalgia mientras hablaba de sus recuerdos de ti… Y al final, me rogó que perdonara tu vida, que mostrara misericordia por su hijo.”

Fue la última petición de un oponente al que yo respetaba profundamente.

No había manera de que pudiera ignorarlo.

“Luminas no quiere tu muerte. Si existe el más mínimo anhelo dentro de ti de respetar a tu amante caída y volver la vista hacia el futuro… entonces baja las armas. Ignoraré todo lo que has hecho y no lo convertiré en un problema en el futuro”.

La respuesta de Alvarto fue un largo suspiro de exasperación. “…Ya no me importa. Su último deseo no significa nada para mí. Las palabras que salieron de su expresión hueca reflejaron el vacío de su corazón.”

Descartó la máscara de la locura y mostró su verdadero yo. Toda esta tribulación sólo cesaría si él pereciera.

Alvarto no hizo nada para cambiar la forma en que se desarrollaban las cosas.

“Hace mucho tiempo, me dijiste… que te odiara. Usar mi ira para alimentarme y vivir… Si pudiera, no habría sufrido. En última instancia, no pude despreciarte por completo. Todo lo que llenaba mi corazón era desilusión y desesperación. No había lugar para ninguna otra emoción”. Con los ojos hundidos en el suelo, continuó, casi susurrando las palabras. “¿Por qué no me eligió a mí? ¿Eso era todo lo que yo era para ella? ¿Por qué no pude haberla detenido? ¿Por qué no pude salvar su corazón?”

Cada palabra era fría y mordaz, como el viento gélido.

“Esas fueron las únicas cosas en las que pensé. No había espacio para que te interpusieras entre ella y yo. Si hubo malicia o maldad allí… eso fue únicamente mío.”

Alvarto debe haber dirigido todos sus sentimientos negativos hacia adentro. No se atrevía a culparme por destruir su mundo. No, la responsabilidad era de Luminas y Alvarto. Así interpretaba él las cosas. De esa manera… Alvarto era como un espejo de mí mismo.

“Seguramente, Varvatos, tú de todas las personas puedes entender, ¿sí? O tal vez debería decir que eres el único que puede entender.”

“…Si eso es verdad.”

“Tú también perdiste a una persona que amabas. Tú mismo reclamaste su vida. Sin duda, te has hundido en el mismo pozo que yo.”

“Así es.”

Cuando Lydia murió, experimenté el mismo odio hacia mí mismo que Alvarto. ¿Por qué no pudo haberme elegido a mí? ¿Por qué priorizó su decisión suicida? ¿No fui suficiente? Y más que nada… ¿cómo había dejado que sucediera? Ese arrepentimiento aún persistía en mi corazón.

“Entiendo, Alvarto… Yo estaba igual. Después de perderla, seguí un camino continuo de autodestrucción. Es por eso… que siempre quise saber cómo era la derrota.”

Alguien, por favor deténgame. Alguien, por favor, máteme.

Dado que no podía simplemente poner fin a mi propia vida, no tenía más

remedio que confiar en otro. Sin embargo, tal persona no apareció…

“Sin otra opción, hui, a través de la reencarnación, del sufrimiento constante, del aislamiento… Ahora que lo pienso, probablemente nació de un deseo profundamente oculto de seguir con vida. Aunque me había hundido tanto, tan bajo como uno podía, una parte de mí quería mirar hacia el futuro”.

… y luego nací en esta era, y pude conocer a un amigo insustituible. Sin embargo, Alvarto carecía de ese apoyo. Había tratado de continuar, a pesar de su sufrimiento. Él, que no tuvo más remedio que desear la destrucción. Si bien éramos iguales, éramos polos opuestos. Pero incluso entonces, yo, más que nadie, podía simpatizar.

Es por eso que me sentí obligado a acceder a su petición.

“Varvatos. No sé lo que piensas de mí, pero si me compadeces en lo más mínimo… si sientes alguna simpatía por un hombre que luchó a tu lado… entonces libérame de este sufrimiento mientras recuperas a tu preciado compañero.”

“… ¿Tu muerte traerá la salvación de todos?”

“Sí. En el momento en que mi vida llegue a su fin, recuperarás todo lo que valoras. Puedo garantizarlo.”

“… ¿Y la muerte es la única libertad para ti?”

“Lo es. Ese es mi único deseo y mi única esperanza”.

No había otra opción. No hay lugar para la duda. Miré directamente a mi

antiguo compañero y declaré sin dudarlo…

“Acepto.”

Rompería una promesa y cumpliría otra. Para salvar a todos. Para salvar a este hombre lamentable. Reforcé mi determinación, y así comenzó nuestra batalla final.

“… Desahogaré todo lo que tengo en tu contra”. Incluso si los resultados fueran una conclusión inevitable, Alvarto no quería mostrar ninguna debilidad o ser humillado. El orgullo del guerrero dentro de él gritaba luchar con todas sus fuerzas y perecer gloriosamente. Como para probar ese punto, hizo el primer movimiento.

En un instante, una colección gigante de objetos mágicos apareció en el centro de la extensión plateada. Eran seiscientos sesenta y seis. Eran la carta de triunfo que me había quitado: la Armadura del Señor Demonio.

“Ir a matar con el primer movimiento”.

“No me mueras”.

Intercambiamos palabras y luego…

…ellos atacaron.

Las hojas cortaron el aire, los bastones liberaron sus ondas de energía y los escudos brillaron. No fue diferente de nuestro duelo en la capital de la Federación de Asylas. La vista era tan abrumadora como lo había sido entonces, y fue suficiente para inspirar pavor en mi corazón, pero…

“Ningún creador sería jamás destruido involuntariamente por sus creaciones”.

…la última vez, no tenía intención de responder. Por eso había sido tan unilateral. Las cosas eran diferentes ahora.

Elegí destruir las armas.

Mientras evadía una espada que me atacó, la agarré y la aplasté. Luego disparé un hechizo de contraataque de los cinco grandes elementos en una varita que desató la magia de destrucción y la eliminó, magia y todo. Los escudos y armaduras que se movían por sí solos terminaron con mis puños.

“Solo tomaste el control de ellos. Eso no es suficiente para sacar a relucir su verdadera fuerza”.

Como su nombre lo indica, los elementos de la Armadura del Señor Demonio fueron diseñados para mí y solo para mí. Sin ajustar los hechizos imbuidos en el equipo, era imposible que nadie más utilizara su máximo potencial. Incluso el más grande de los Cuatro Reyes Celestiales no fue una excepción. Alvarto me había arrebatado con éxito el control de ellos, pero eso era todo.

“Una horda babeante formada por nada más que meros perros. No importa cuán grande sea esa chusma, son hormigas tratando de mover una montaña”.

Si bien su apariencia colectiva era abrumadora, los muchos objetos poderosos aún se dispersarían con un golpe lo suficientemente fuerte. Por lo tanto, todo el conjunto no podía caer sobre mí ni siquiera como una herida en la carne. Todo lo que Alvarto logró fue su destrucción.

“… Ahh, sí. Por supuesto, esto no es suficiente para derrotarte.” Las palabras contenían una profunda sensación de alivio. Alvarto luego pasó a su segundo ataque. “Soy el nacido en el caos, que vive con odio maldito y abraza el vacío en su final”. Entonó un canto mientras controlaba la Armadura del Señor Demonio. Era el preludio de una de sus cartas de triunfo. Alvarto estaba a punto de desatar el último hechizo original. Uno conocido como el asesino de dioses salvaje. Ojo por ojo. ¡Diente por diente…!”

La única forma de atrapar a alguien que había extendido sus alas era haciendo lo mismo, y lo hice sin dudarlo.

“Ese pasado de antaño es dolor. Esa es la vida de un hombre patético”. Destruí las piezas de equipo que volaron hacia mí y comencé a recitar al mismo tiempo que mi oponente.

Ningún significado tiene mi vida. Si mi vida debe personificar el desperdicio. Entonces lo mínimo que pido…

Ese está solo. Aunque hay quienes lo siguen. Ninguno gobierna junto con él.

Mientras la nieve plateada caía del cielo y las almas revoloteaban en el aire.

Me miró solo a mí.

Solo lo miré a él.

Que mi cuerpo sea un bufón que baila por la muerte. Incluso si eso fuera a traer más dolor.

Nadie entiende. Todos lo dejan.

Donde los cánticos ordinarios se pronunciaban todos manualmente, los originales eran completamente automáticos.

En el momento en que elegiste usarlas, las palabras se derramaron de tus labios como para expresar todo lo que eras y lanzar tu existencia contra tu oponente.

Abandono el dolor y la tristeza. Descarto el odio. Y así, me hundo en un mar de locura.

Incluso su único amigo lo echó a la basura. Se hunde en un mar de locura y aislamiento.

Nuestros cánticos se fusionaron, al igual que nuestros pensamientos.

Profundizamos nuestra comprensión mutua.

No hay descanso en esta vida. En cambio, espero la salvación.

Ocultando el dolor y la desesperación detrás de una máscara.

No habrá alivio en tal fin. Será una muerte por ahogamiento de angustia y desesperación.

Alvarto Egzex. No dejaré que esto se prolongue más.

Ahh, esto de hecho es—

Seguro que será eso…

Me preparé mientras desataba mi estrofa final al mismo tiempo que él desataba la suya.

La verdad del epítome del vacío. ¡Espejo Oscuro Bandersnatch…!

La historia de un rey solitario. ¡Un Reino Privado!

Activación.

Los dos hechizos se activaron al mismo tiempo.

Junto a mi cuerpo, Lydia, contenida en la oscuridad, coloreaba sus ataduras. Se transformó en un aura de ónice negro y se envolvió alrededor de mi brazo derecho. Mientras tanto, Alvarto también experimentó un cambio. Llamas negras brotaron de él, como si lo consumieran. La sombra que envolvió mi brazo se convirtió en cadenas y comenzó a tomar la forma de una gran espada.

“Raah. Raaaaaaaaaaaaaaaaaah.”

Creación. Inflación. Como si liberara la energía de su alma, Alvarto dejó escapar un grito de dolor mientras un fuego negro brotaba de su espalda. Se expandió en un abrir y cerrar de ojos y atacó hacia mí cuando la espada terminó de formarse en mi mano. Las llamas se acercaron como un par, una masa formando un arco desde la izquierda y la otra, desde la derecha. Se parecían a las alas de un ángel caído o una inundación abisal.

“Nrrrgh.”

Más y más oscuro aún. La oscuridad llenó toda mi línea de visión. El ébano abisal se tragó la nieve que caía, las almas que vagaban por el aire y las piezas del equipo que estaban a punto de atacarme. La oscuridad se desató salvajemente.

“¡Tan peligroso como siempre…!”

Sentí un escalofrío recorrer mi columna vertebral. Mi cuerpo se tensó mientras evadía el infierno salvajemente ondulado. Esquivar. Esquivar. Esquivar. A veces saltaba, otras volaban, todo para esquivar los ataques mortales. No podía permitir que el fuego me tocara. Incluso un golpe de refilón sería letal. Las llamas negras eran un hechizo de muerte instantánea.

No importaba si era orgánico o no orgánico, vivo o muerto. Así, las almas y los equipos consumidos por el fuego fueron erradicados, para nunca ser restaurados. Y así, el hombre que buscaba el final más que nada, que lo anhelaba más desesperadamente que nadie en el mundo ahora… se transformó en un dios de la muerte.

“Fwohhhhh…”

Como respondiendo a su respiración profunda, las llamas arrasadoras comenzaron a retroceder. Era como ver el tiempo fluir al revés. El fuego se movió por el mismo camino que tenía cuando me atacó, regresando a Alvarto. La vaga nube de energía lentamente comenzó a tomar una forma clara, y la sensación de poder hirviendo a fuego lento comenzó a cristalizarse en una forma más concentrada. Era la mayor fuerza que poseía Alvarto Egzex, y era su forma de lucha definitiva.

Con un par de alas huesudas que sobresalían de su espalda, parecía la personificación de la fatalidad de un cuento de hadas. El resplandor de color azabache que envolvía todo su cuerpo emitía una presión que era incomparablemente mayor de lo que había sido unos momentos antes. Este poder, el epítome del exceso, también devoró el cuerpo de su portador. Las llamas negras quemaron lentamente la piel de Alvarto, pero su carne carbonizada siempre se curó. El ciclo interminable de destrucción y regeneración debería haber sido agonizante, pero a pesar de eso, Alvarto ni siquiera se inmutó, sino que simplemente miró en mi dirección.

“…Aquí voy.” Con esa declaración, Alvarto desapareció. La próxima vez que lo vi, había aparecido frente a mí. “Ffft”. Dejó escapar un suspiro agudo y atacó con espadas de fuego brotando de cada uno de sus brazos.

De alguna manera logré evitarlos por un pelo y retrocedí un poco.

“Sigue siendo igual de ridículamente peligroso” murmuré, mirando el lado izquierdo de mi cuerpo. Estaba chamuscado.

Todo mi brazo izquierdo, el lado izquierdo de mi pecho, mi flanco y mi muslo izquierdo estaban todos ennegrecidos. Alvarto, con su Original activo, fue verdaderamente un desastre sobrenatural con forma humana. Su mera presencia consumiría todo a su alrededor. Por eso, incluso si evitaban sus ataques, casi todas las criaturas existentes se reducirían a cenizas.

Cuando Alvarto había sido miembro de mi ejército, usó este poder para arrasar el campo de batalla y destruyó todo a su paso, ya fuera amigo o enemigo. Esa fuerza aparentemente encarnaba su aislamiento.

“…Inspira más tristeza que miedo.”

Sin embargo, no me consumía tan fácilmente. Es por eso que solo yo era la única persona que podía rescatarlo.

Una creciente zona quemada se extendía desde Alvarto. Sin embargo, mantuve mi propia existencia e hice posible seguir luchando.

“Lydia. Cambie la configuración para el estado de regeneración. Eliminar los límites de durabilidad. Corta cualquier señal de advertencia sobre la sobrecarga del alma. Además, deshabilite las capas de margen de seguridad de la uno a la seis”.

AFIRMATIVO. CONDUCCIÓN DE LA LIBERACIÓN DEL LIMITADOR TIPO II. TIEMPO DE USO RECOMENDADO: SIETE MINUTOS, VEINTE SEGUNDOS.

Su voz sonó desde la espada negra en mi mano… y al instante siguiente, las partes quemadas de mi cuerpo sanaron instantáneamente.

Aunque había un límite en el tiempo que podía sostenerlo, ahora significaba que podía acercarme a Alvarto sin peligro. Incluso si mi cuerpo y mi alma se redujeran a cenizas, estaría bien, porque sería restaurado de inmediato.

Otro paso más cerca.

“Dado que el enemigo ha mostrado toda su fuerza, no puedo permitirme contenerme. Lydia, Iniciativa: Fase III”.

AFIRMATIVO. CAMBIANDO A BRAVE DEMON DE CUERPO COMPLETO: FASE III.

Un aura negra me envolvió. Rápidamente tomó la forma de un huevo…

Dentro, mi existencia misma fue reconstituida.

Entonces…

… Salí del aura y emergí con una forma completamente diferente a la que había tenido momentos antes.

“Entonces, finalmente te has convertido en tu verdadero yo, Varvatos”.

Sí. El que vestía el manto de la oscuridad no era Ard Meteor. Cabello blanco puro que se extendía hasta mis caderas. Una belleza que todos alababan como digna de una diosa. El Señor Demonio Varvatos ahora estaba frente a Alvarto.

“No dejaré que esto se prolongue. Terminaré con esto con todas mis fuerzas”. Agarrando a Lydia en su gigantesca forma de espada, me lancé hacia adelante. Eso solo creó una enorme ráfaga de viento que se estrelló contra el cuerpo de mi oponente y lo arrojó hacia atrás.

“Guh…”

Ni siquiera fue capaz de reaccionar. Mientras Alvarto flotaba en el vacío, cerré la distancia en un instante.

“Ffft”.

Una barra Tal golpe habría terminado con la mayoría de los oponentes, pero… había una razón por la que él era el más grande de los Cuatro Reyes Celestiales.

“Raah”.

No solo respondió, sino que cruzó sus espadas de llamas negras para intentar bloquear mi golpe. Sin embargo, no importaba.

La oscuridad chocó y el aire chilló cuando la energía desgarró la existencia misma. Las espadas del enemigo aniquilaron todo lo que tocaron. Cualquier arma divina o mágica habría sido destruida en el momento en que tocaron esas llamas. Sin embargo…

…esa lógica no se aplicaba a mí.

El Demonio Valiente De Cuerpo Entero: Fase III fue la definición misma de injusticia. Cualquiera que sea el razonamiento, cualquiera que sea la mecánica, aplastaría a la oposición bajo la fuerza de mi voluntad. Era el ego supremo. La máxima arrogancia. Y así, el golpe desatado por mi mano destrozó las defensas de Alvarto, cortándolo, con llamas negras y todo.

“¡Guh…!” Cuando una herida diagonal partió su torso, Alvarto dejó escapar un grito de dolor. Se derrumbó en la nieve, y no perdí el tiempo lanzando otro ataque sin piedad. “Grr…” Cuando mi espada amenazó con partirle la cara, Alvarto extendió su brazo derecho para defenderse.

Ahora entendí que el fuego a su alrededor era una armadura, además de ser su armamento. Todavía…

“Es inútil”.

… Le corté el brazo y luego le partí la cara en ángulo. Había arruinado el hermoso rostro de Alvarto, pero no había llegado a su cerebro.

“¡Raaaaaagh!” Dejó escapar un rugido penetrante y con su brazo izquierdo trató de perforar mi estómago. Eso también fue un esfuerzo inútil. Todos sus movimientos eran demasiado lentos.

Lentamente moví mi espada, y después de cortar en tiras la espada de fuego oscuro que se acercaba, junto con el brazo de Alvarto, le di una patada en el pecho.

“¡Oomph…!” El impacto masivo definitivamente destruyó todos sus órganos internos. La sangre brotó de su boca cuando su cuerpo fue lanzado a lo lejos.

Unos segundos más tarde, golpeó el suelo y manchó la nieve fresca con un tono rojo oscuro.

“¡Huff…! ¡Huff…!

Incluso cuando sus piernas amenazaban con ceder debajo de él, se puso de pie. Sin embargo, ahora se encontraba en estado crítico. La sangre brotó de los muñones de sus miembros amputados, y el carmesí cubrió su rostro como una máscara. Su capacidad de restauración se había ralentizado. La arrogancia se había drenado de sus rasgos.

Alvarto ya no era un inmortal. Era una criatura común que moriría cuando la partieran en dos.

“Es hora de bajar el telón, Alvarto Egzex”. Me acerqué para dar el golpe final. Mi oponente estaba en medio de la regeneración. Sin duda, estaría completo de nuevo para cuando lo alcanzara. Sin embargo, estaba seguro de que mi espada lo partiría en dos antes de que eso sucediera. Fue en ese mismo instante…

“¡No te dejaré…!”

…que una tercera persona entró en la refriega. Una chica se materializó entre Alvarto y yo. Parecía familiar.

“Es como una repetición de ese momento de hace tantos años”.

Se puso de pie como para proteger a Alvarto y me miró. Luego extendió su mano derecha y lanzó un destello de luz. Neutralicé el ataque con un escudo mágico. Sin embargo, no fue suficiente para detener la onda expansiva masiva que provino de él, y mi cuerpo fue lanzado hacia atrás como una hoja en el viento. Aterricé sobre la nieve y miré de cerca a mis enemigos.

“…Sí, así es. Todavía no te he mostrado todo.”

Los ojos de Alvarto, aquellos que parecían aceptar el final solo un momento antes, ardían con una resolución ardiente.

Estos dos habían mantenido su vínculo durante tantos años. La verdadera batalla estaba a punto de comenzar. Alvarto, el dios de la muerte, finalmente había adquirido su guadaña.

“Esta es la última vez. Préstame tu fuerza.”

“…De acuerdo.”

Con su consentimiento, Alvarto colocó su mano regenerada sobre la espalda de la niña.

“Vamos juntos. Kalmia—No…”

Dijo su verdadero nombre. Las palabras para el que acabaría con el mundo.

“…Dilga Zervatis.”

Transformación.

En el momento en que se llamó su nombre, una bola brillante de siete colores se tragó el cuerpo de la niña… y ella comenzó a cambiar, convirtiéndose en una espada. Las magníficas decoraciones en su empuñadura y el brillo del arco iris de su hoja emitían una apariencia de pura elegancia y orgullo.

Hasta donde yo sabía, esa arma solo había reconocido a dos portadores: Luminas y Alvarto. Las diversas hazañas legendarias de esos dos estaban conectadas a esa espada, como si protegiera a su amada familia.

Estaba entre las mejores piezas de equipo del mundo, un arma sin igual.

Dilga Zervatis, una de las tres Grandes Espadas Sagradas.

En el momento en que Alvarto agarró su reluciente empuñadura plateada, me sentí abrumado por una enorme presión que me hizo estremecer.

“Un acto más. Solo quédate conmigo por un acto más, Varvatos.” El cuerpo ensangrentado saltó hacia adelante. No era el movimiento de un hombre que estaba cerca de la muerte.

Fuerza Marcial Ascendente: uno de los siete poderes de esa espada.

Con él, Alvarto ahora se había convertido en un guerrero sin igual en el mundo.

Por eso—

“¡Nraah!”

—era rápido. Un ataque tan rápido que mis ojos no pudieron seguirlo. Una auténtica tormenta cortante.

El efecto de la Fuerza Marcial Ascendente fue, como su nombre lo indica, ascendencia. Sacó a la fuerza las habilidades físicas del portador varios niveles por encima del oponente. Por lo tanto, no tuve ninguna posibilidad en el combate cuerpo a cuerpo.

“¡Yah!”

“¡Tch!” No tuve más remedio que pasar a la ofensiva cuando me enfrenté al aluvión de ataques mortales. Con cada segundo que pasaba, otra herida aparecía sobre mi piel. El flujo de la batalla se había invertido por completo.

“Raaaah.”

Una patada que había estado escondida entre los golpes cortantes conectados con mi costado. El impacto recorrió todo mi cuerpo e hizo estallar mis órganos. Con un dolor difícil de describir, mi cuerpo salió volando.

No había forma de ganar de esta manera. Ignorando dolores agonizantes, creé innumerables círculos mágicos. Lanzo decenas de miles de hechizos elementales. Sin embargo…

“No es suficiente, Varvatos”.

…otra característica de Dilga Zervatis fue la destrucción asegurada de Magia. La serie de hechizos que habrían borrado una montaña gigante del mapa se evaporó instantáneamente.

No hay camino a la victoria, incluso desde la distancia.

“Una unión de espada y portador. Hacía tiempo que no lo veía con tanta perfección. Nada más podría ser tan problemático.”

Lo verdaderamente peligroso de Dilga Zervatis era su sentido extraordinariamente poderoso de autoconciencia. Si bien las otras dos espadas también eran sensibles, nunca mostraban sus propios pensamientos cuando se empuñaban. Dilga Zervatis impondría su voluntad en un duelo y protegería a su portador. Propósito—

“No tiene sentido tratar de tomarnos desprevenidos”.

Un momento después de que la voz hablara desde la hoja, el círculo mágico que había escondido detrás de Alvarto al amparo de su andanada de ataques liberó su poder. Desafortunadamente, Espada de Viento se cambió inmediatamente a una ligera brisa.

Sentí una fuerte voluntad de la espada. La voluntad de proteger a su pareja a toda costa. Para ganar, tendría que romper su determinación y eliminar la amenaza de la unión entre el arma y el portador. Sin embargo, eso requeriría una cierta cantidad de sacrificio de mi parte. Uno lo suficientemente pesado como para arriesgarse a destruir mi existencia.

“… No puedes pretender que no tienes nada más que intentar”.

Parecía que Alvarto había detectado mi vacilación. Para demostrar su determinación, Alvarto inició un ataque implacable. Él activó la Fuerza Marital Ascendente para abrumarme a corta distancia. Cuando gané algo de distancia y traté de usar hechizos para cambiar las tornas, la Destrucción asegurada de Magia borró todo lo que lancé.

Esto ya era suficiente problema por sí solo. Sin embargo, era solo el más mínimo indicio del verdadero peligro que representaba la hoja.

“¡Sedia! Ulgu. Falmecant. Forbel. ¡Cada Sedia!”

Significaba: “¡Oro! Por el Renacimiento, por una Epifanía, por la Creación.

¡Esas cosas que deseo!” en la lengua antigua.

“Firma. Ober. Maduc… El Cadia. Bel Dinis”.

Esta parte era, “Lo sé, Los recuerdos, La tragedia… Así pido. La creación de sueños ilusorios”.

La pareja entretejió cánticos en la lengua antigua. Luego… el tercer poder, Guardián de Toda la Creación. Era la mayor habilidad de trampa de todas. Era una habilidad absurda que creaba todo lo que el portador o la espada misma deseaban. Y con esa habilidad, la pareja creó.

“¡Una recreación de la guerra a gran escala…!”

Innumerables guerreros aparecieron a mi alrededor. Vestidos con ropa roja y negra, se veían exactamente como el día que pelearon conmigo para vengar a su amante caída.

“… Lo apostaré todo. Todo lo que he tenido.”

En el momento en que sentí el significado detrás de sus palabras, el ejército atacó desde todas las direcciones. Aunque era una reconstrucción de algo del pasado, esta situación era mucho más peligrosa.

El Guardián de Toda la Creación era esencialmente un poder que podía reescribir la realidad. Es decir, si el portador y la espada lo deseaban, cualquier cosa podría hacerse realidad. Por lo tanto, todos los guerreros que atacaron, desde el rango más alto hasta el más bajo, fueron lo suficientemente fuertes como para matarme.

“¡Maldita sea!” Sentí una presión extraordinaria cuando se acercó la falange de picas. Necesitaba evitar un golpe directo a toda costa. Estaba claro que me pasarían fácilmente.

Pero… incluso cuando logré escapar de sus manos, me esperaba un juego mortal de espadas.

“¡Tch…!”

Un escuadrón de guerreros golpeó con una combinación de espadas y magia. Detuve las espadas, cancelé sus hechizos y respondí con un calor abrasador. Incineré a varios cientos de enemigos frente a mí, pero fue un esfuerzo  inútil.  Los  combatientes  del  ejército  se  regeneraron  de  las cenizas. Fue algo aterrador de ver.

“¡Esto es…!”

No importa cuántos derribé, resucitaron en un instante. Eran invencibles, inmortales. Solo había una opción…

…pero incluso si lo hiciera…

…como estaba dudando…

“¡Maldito seas, Varvatos!”

… una voz y una espada llenas de rabia volaron hacia mí desde un lado.

Rápidamente bloqueé la Espada Sagrada con la mía negra. Entonces Alvarto y yo intercambiamos golpes en medio de una fuerza militar masiva.

“¡¿Pretendes hacerme llorar de nuevo?! ¡¿Vas a decepcionarme otra vez?!” Rabia. Ansiedad. Tristeza. Esas emociones brotaron de la mirada de Alvarto. “No estoy aquí para matarte. Estoy luchando para morir. ¡No dejaré que digas que no sabes cómo se siente eso!”

Las palabras eran una súplica desesperada, cargada de luto. En este momento, Alvarto era el mejor combatiente que jamás haya existido y, sin embargo, lloró. No había calor al que recurrir. El golfillo se estremeció solo por el frío.

“Por favor, te lo ruego, Varvatos”. El hombre frente a mí, mi antiguo camarada, suplicó lo que solo yo podía darle. “No me hagas esperar más”.

Salvación. Su expresión y su voz tiraron de mi corazón.

Oh, he sido un tonto.

¿De qué había que dudar en este punto? Esta batalla no fue una de medias tintas. No era uno que permitiera el compromiso. Terminaría conmigo recuperando todo o perdiéndolo todo. En ese caso…

“Sí tienes razón. Yo también debería apostar todo.”

Te salvaré. te daré la muerte.

… Me armé de valor. Incluso si me destruiría, tenía que hacerlo. “Lydia, publica todos los protocolos de seguridad”.

ADVERTENCIA. RIESGO DE DESINTEGRACIÓN DEL ALMA.

“Lo sé. Pero no hay otra opción.”

Me moví para entrar en el reino más allá de mi máximo poder.

Lo que significa…

“¡Lydia! ¡Activa la Fase Final!”

… mientras gritaba eso con una resolución de hierro, ella respondió.

ADMITIDO. DEMONIO VALIENTE DE CUERPO ENTERO-PASANDO A LA FASE FINAL.

Entonces, en el momento en que apareció una señal de cambio en mi cuerpo…

“¡Ah!”

… tal vez impulsado por su instinto de guerrero, Alvarto saltó hacia atrás como si lo hubieran arrojado. Mi poder absoluto fue suficiente para asustar a alguien que buscaba la muerte.

Comenzó en silencio.

Mientras la nieve en polvo caía a nuestro alrededor, un aura oscura se formó sobre mí. Luego se convirtió en uno de color blanco puro. A pesar de estar en medio de un mundo de nieve blanca, de alguna manera era un tono más puro. La energía envolvió mi cuerpo e infundió todo con su luz. La espada negra en mi mano. El manto oscuro que llevaba. Convirtió todo en mi cuerpo en un color pálido brillante.

Cuando la transformación estuvo completa…

“…Final.”

…no era un canto. Fue solo una declaración.

Y todavía. Una palabra tan simple tuvo un efecto en el mundo ahora que estaba en Demonio Valiente De Cuerpo Entero: Fase Final. La escena frente a mí lo demostró.

Silenciosamente, los guerreros comenzaron a derrumbarse uno por uno en la nieve. Ni uno solo de ellos se movió.

“¡Esto es más que ridículo…!” la voz de una niña gritó desde la Espada Sagrada.

Alvarto abrió la boca en respuesta. “Eso es exactamente lo que tiene que ser”. Su deseo se estaba haciendo realidad. Me miró con ojos convencidos de ese hecho.

Luego di un paso adelante y terminé todo en ese instante.

Alvarto no pudo hacer nada, y tampoco su Espada Sagrada.

Mientras una gran horda de guerreros yacía muerta en la nieve, yo permanecí de pie, mientras que Alvarto estaba ahora de rodillas. Este había sido siempre el resultado.

Era algo que estaba más allá de la expresión, mucho más allá de ser simplemente descrito como injusto. Esto fue lo que salió de Demonio Valiente De Cuerpo Entero: Forma Final. Casi el único ser que podía luchar contra este poder era ese demonio.

Incluso el mejor guerrero del ejército del Señor Demonio, armado con la espada más poderosa de la creación, no pudo oponer la más mínima resistencia.

Sin embargo, todo eso pasó factura al cuerpo de uno que era un simple plebeyo.

“Guh…”

Incluso el más mínimo ejercicio de esa fuerza me devastaba. Mi vasija de carne se estaba cayendo a pedazos. Incluso mi alma estaba al borde de la destrucción. La sangre comenzó a fluir de mis oídos, nariz, boca y las esquinas de mis ojos. Fue difícil simplemente mantenerme unida.

Aun así, todavía no había matado a Alvarto, y por una buena razón.

“… ¿Tienes algunas palabras finales?”

Este era el deber del que iba a terminar la batalla.

En respuesta, aunque estaba de rodillas…

“Sé que fue para que quisieras matarme, pero… realmente lo siento por todo lo que he hecho”.

…dio palabras de disculpa. Esas fueron las palabras que necesitaba para irse al final.

“…No hay nada que lamentar. Todo se debió a mis propias fallas, mi debilidad”.

Y entonces, me preparé para finalmente hacerlo.

“Adiós amigo mío.”

Levanté mi espada blanca pura, lista para derribarla y darle a este monstruo inmortal lo que lo había evadido durante tanto tiempo.

Y fue en ese momento…

“¡Esperaaaaaaaa!”

…que una voz salía del cuerpo de Alvarto, pero no era de él.

Eso es… No, no puede ser, pensé.

“Urgh”.

Alvarto dejó escapar un gruñido de dolor antes de que su pecho brillara con luz. Y desde ese resplandor, saltó al mundo.

“¡No voy a aceptar esto! ¡No este tipo de final!” No había forma de confundirla.

Era mi mejor amiga. Era Ireena.