Koujo Denka (NL)

Volumen 3

Capitulo 2: Preguntó Nerviosa

Parte 4

“Está atrapado en algo preocupante. Dicho esto, no es ni tu negocio ni el mío en este momento.”

“¿Quieres decir que involucra su casa?”

“¿D-Debería salir?” preguntó Stella-Ojou.

“Eres la futura duquesa Howard”, respondió el profesor.

“No tienes que preocuparte”.

“Por supuesto…”

¡Profesor! ¡Muestra algo de sensibilidad! ¿O fue eso deliberado? Por supuesto que lo era; eso es como tú.

“No debería tener que decirte que el actual duque Algren, cuya casa defiende el este de nuestro reino, es un anciano. En los últimos años, la gente ha comenzado a discutir la sucesión, y los cuatro hijos del duque están todos en la carrera”.

“¿Incluyendo a Gil?” Yo pregunté.

“Dudo que alguien le diera su apoyo; él es el hijo menor y además un estudiante.”

“Me han dicho que es el favorito del propio duque, pero las casas ducales se han adherido a la primogenitura desde la Guerra del Señor Oscuro. Hay problemas en el horizonte.”

Stella-Ojou se puso rígida. Casi puse una mano en su hombro, pero me detuve: era una trampa. La alegre sonrisa del profesor me instaba en silencio a consolarla. ¡Maldito sea ese viejo podrido! Por otra parte, probablemente había más en esto que malicia. El profesor era un firme amigo y una mala influencia para los duques Walter Howard y Liam Leinster.

“Eres la futura duquesa Howard”, ¿verdad? El Duque Walter puede ser tan indirecto. Ojalá se lo dijera él mismo.

“Gil puede tener el don, pero no estoy seguro de que quiera el honor”, le dije al profesor.

“Estoy de acuerdo, pero el problema son los otros hijos del Duque Algren. Son razonablemente capaces, pero todos son campeones acérrimos del privilegio aristocrático y no les importa quién lo sepa. Los rumores incluso los relacionaron con Gerard: el duque Algren se ofreció a supervisar el encierro del príncipe para sofocar esos chismes. La devoción del viejo duque por Su Excelencia está fuera de toda duda, por lo que debe tener dudas sobre la sucesión.”

La sociedad aristocrática es tanto problema. Gracias a Dios que soy un ciudadano común.

Le di una mascota a Anko y luego miré mi reloj de bolsillo. Mis antiguos alumnos de primer año debían llegar pronto.

“Bueno, entonces, profesor, nos pondremos en camino”, le dije.

“Stella-Ojou”.

“Está bien…”

Mira lo que has hecho, está deprimida. ¿Qué? ¿Quieres que ponga un brazo alrededor de sus hombros? No caeré en eso.

Anko flotó en el aire y lamió la mano de Stella-Ojou, provocando un pequeño chillido de la joven.

“Anko dice que te animes”, le dije.

“Ahora, pongámonos en marcha. Crepes dulces nos esperan.”

La imponente Catedral del Espíritu Santo, que se alzaba sobre una colina en las afueras del distrito occidental de la capital, tenía una larga historia. En contraste con la mayoría de la arquitectura del reino, que se había construido en los doscientos años transcurridos desde la Guerra del Señor Oscuro, se estimaba que la catedral tenía más de cinco siglos de antigüedad. A pesar de su edad y la hiedra que lo cubría, el exterior del edificio se había mantenido en perfectas condiciones, y todavía se usaba para los servicios religiosos del Día de la Luz, ambos, supuse, testimonios de piedad. El fervor religioso no era fuerte en el reino, pero la catedral seguía siendo el edificio más grande de la ciudad, excluyendo el palacio real. Aquellos en el Dominio del Pontífice, la patria de la iglesia, y el famoso imperio devoto podrían ser aún más impresionantes.

Aunque se estaba haciendo tarde, muchas personas del extranjero rezaban en silencio al campanario. Stella-Ojou estaba  examinando nuestro entorno con interés mientras mordisqueaba su crepe.

“¿Allen-sama? ella preguntó.

“¿Ocurre algo?”

“Nada en absoluto”, respondí.

“Stella-Ojou, por favor no se mueva”.

“¿Qué? ¿A-Allen-sama? U-Uhm, bueno…”

Le limpié la boca con mi pañuelo.

“Ahí, eso es. Tenías un poco de crema en la cara”

“G-Gracias”

Respondió ella, evidentemente nerviosa, y luego comenzó a devorar el resto de su crepe. Aparentemente, le gustaban las cosas dulces, pero no se había entregado mucho a esta afición porque engordaban, aunque la había encontrado liviana como una pluma, y nunca antes había gastado su dinero de bolsillo en dulces. Se parecía mucho a Tina en momentos como este.

“G-Gracias por esperar a que termine”, dijo.

“Ehm…”

“Echemos un vistazo al interior. Está bastante lleno aquí.” Le ofrecí mi mano, pero ella la miró fijamente y se congeló.

¿Fui demasiado familiar? Veo un sermón de Karen en mi futuro.

“Perdóname,” dije, retirando mi mano.

“Supongo que eso fue impertinente”

“Oh…E-En absoluto”

La mirada de Stella-Ojou vagó de un lado a otro entre su mano y la mía por un momento; luego, tímidamente extendió su propia mano y jadeó cuando la tomé suavemente. Este lado de ella me recordaba a Ellie.

“Todavía tenemos tiempo, así que disfrutemos”, dije.

“¿Eh? ¿T-Tiempo hasta qué?” ella preguntó.

“Eso es una sorpresa. Espero que te guste”

Stella-Ojou hizo un puchero para mostrar su disgusto, pero aun así me dio un apretón en la mano. Debe haber cuidado mucho a Tina y Ellie durante su tiempo en la mansión Howard; Podía vislumbrar a ambas chicas en ella.

“Aquí no venden dulces”, señalé.

“Tendrás que esperar a la cena para disfrutar de más postres”.

“¡N-No esperaba nada! A-Ahora, vámonos”, dijo Stella-Ojou y me arrastró detrás de ella.

Parece un poco más alegre ahora.

Pensé mientras tocaba el objeto en mi bolsillo y me recordaba a mí misma que debía dárselo más tarde.

“Woow… Es precioso”.

Lo primero que nos llamó la atención una vez que estuvimos dentro de la catedral fue una enorme vidriera que transformaba los rayos del sol del atardecer que la atravesaban en un resplandor de color. Los fieles recitaban individualmente las escrituras ante su símbolo sagrado. El diseño colocado en la ventana principal representaba la doctrina de la Iglesia del Espíritu Santo: una escena del Espíritu Santo regresando al cielo después de que terminó su obra de salvar a la gente, o eso creo recordar. Mi memoria estaba borrosa.

Las vidrieras que atraían mi atención cada vez que las  visitaba adornaban pequeñas       ventanas redondas sobre la principal, cerca del techo. Había ocho de ellos, y cada uno representaba a un humano lanzando un hechizo. Reconocí cuatro, pero ninguno se parecía a Frigid Crane, Blazing Qilin o al hechizo del que me había hablado Tina, Tempest Kingfisher.

“Esos son los grandes hechizos, ¿no?” Stella-Ojou

comentó casualmente.

“Déjame ver… Comenzando desde el extremo derecho, creo que son Thunderbolt, Falling Star, Resurrection, Radiant Shield, Blaze of Ruin, Watery Grave, Quake Array, y Dividing Wind”

Miré a la joven noble con asombro. ¿Cuáles habían sido esos últimos cuatro nombres?

Stella-Ojou    pareció desconcertada,  luego   se sonrojó y bajó el ala de su sombrero.

“P-Por favor, no me mire así, Allen-sama. ¿Me equivoqué?”

“Stella-Ojou” dije.

“¿Quién le dijo esos últimos cuatro nombres?”

“Mi madre me los enseñó. Ella solía decirme: ‘¡Los héroes de antaño dominaban una magia increíble! Sus hechizos están olvidados ahora, pero eran bastante reales’.”

“Ya veo… Tu madre te enseñó”

Una vez más, me había enfrentado a la Duquesa Rosa Howard. No había documentos sobrevivientes de los que valiera la pena hablar y, que yo sepa, incluso los libros ilustrados solo mostraban cuatro de los grandes hechizos. ¿Cómo había obtenido información que yo no había podido aprender después de años de buscar en los libros del profesor y en los archivos de los Leinster y los Howard?

“¿Allen-sama?” preguntó Stella-Ojou.

“Por favor, escúchame”, dije.

“Y trata de no reírte”.

“Está bien.”

“Me interesé en la magia porque admiraba las imágenes de los héroes antiguos que usaban grandes hechizos en los libros de cuentos. El mundo los considera cuentos de hadas, pero todavía los estoy investigando”.

Casi mencioné la situación de Tina, pero me detuve; Stella-Ojou tenía suficiente en su mente sin la repentina revelación de que su hermana menor era anfitriona de un ser que parecía ser Frigid Crane y había estado impidiendo su lanzamiento de hechizos.

Stella-Ojou apretó mi mano con más fuerza.

“Yo también creo en ellos”, dijo.

“Mi madre me habló de ellos, y yo solía soñar con lanzar un gran hechizo yo misma. También pensé que la ‘Magia suprema’ sonaba más poderosa que la ‘Gran magia’.” La joven noble se rio.

Como hermanas. Eran iguales en el fondo. Le di unas palmaditas en la cabeza, o mejor dicho, en el sombrero, mientras el sol se ponía y las lámparas de maná se encendían dentro de la catedral.

“¿A-Allen-sama?”  preguntó   Stella-Ojou, sorprendida.

“Estoy en deuda contigo”, dije.

“Acabo de aprender los nombres de más grandes hechizos. Permíteme mostrarte un lugar secreto mío a modo de agradecimiento”

“E-Explícate. ¡Exijo una explicación!”

“No tan fuerte, Stella-Ojou”.

Puse un dedo en mis labios para hacerla callar y ella respondió dándome una mirada hosca y girando la cabeza hacia un lado.

Saqué mi reloj de bolsillo. Íbamos a llegar tarde a menos que nos moviéramos.

“Ahora, permíteme acompañarte,” dije.

“Por favor, no le cuentes a nadie más sobre esto, ¿de acuerdo?”

El sol se había puesto cuando salimos de la catedral, pero el área alrededor todavía estaba llena de gente. Habla de piedad. Entramos en un callejón al lado del edificio, donde lancé hechizos para bloquear la percepción y amortiguar el sonido.

“¿Allen-sama?” Dijo Stella-Ojou, confundida.

“¿Sostendrías tu sombrero en tus manos y cerrarías los ojos?” Yo pregunté.

“¿Eh?”

“Por favor”

“¿Q-Qué? Uhm, bueno… Y-Yo…”

¡Oh! Ahora, hay una cara graciosa. Tina ha sido demasiado   cautelosa  para  mostrarme  algo últimamente; debe haberse dado cuenta de mis trucos.

“Prepárate”, le dije.

“¿Eh? ¡Oh, está bien!”

Stella-Ojou se quitó el sombrero rápidamente y cerró los ojos con fuerza, pareciendo mucho más tensa de lo que ameritaba la situación. Envolví suavemente un brazo alrededor de su cintura, para su aparente sorpresa.

“No te preocupes”, le dije.

“Por favor relájate. Terminará antes de que te des cuenta.”

“E-Está bien…”

Miré a mi alrededor, solo para estar seguro, y vi que estábamos solos.

Bueno.

Controlé la hiedra con un hechizo botánico y nos levanté a la azotea de un solo salto. La ligera brisa se sintió maravillosa cuando agarré una asta de bandera y conjuré varias pequeñas luces flotantes en el aire.

“¡¿Allen-sama?!” gritó Stella-Ojou, evidentemente alarmada.

“Puedes abrir los ojos ahora, pero por favor no entres en pánico”.

“Está bien”

Stella-Ojou abrió los ojos y luego jadeó. Me soltó la mano, posiblemente sorprendida, así que la rodeé con un brazo.

“Wow. Toma, agárrate a esto” dije, sacando un pañuelo y envolviéndolo alrededor de la asta de la bandera como un asidero para ella.

“M-Muchas gracias”, respondió ella débilmente.

Debajo de nosotros había una vista encantadora de la capital real por la noche. Las luces de la ciudad estaban encendidas, la luna estaba saliendo y las estrellas en lo alto habían comenzado a titilar.

“Es… es hermoso…” dijo la chica, jadeando de admiración.

“Nunca había visto algo así”

“‘En las noches en que no puedas dormir, quédate muy quieta y observa la luna y las estrellas. Entonces, los elementales te mostrarán el camino. No hay nada que temer.’”

“¿Qué?”

“Eso estaba escrito en un libro ilustrado que mi madre me leyó hace mucho tiempo”, continué, asegurándome de mantener mi mirada hacia adelante.

“Creo que se trataba del Santo y el Mago. nunca lo olvidé. Sigo viniendo aquí solo para mirar la luna y las estrellas cuando me siento deprimido, aunque nunca he conocido a un elemental.”

“¿Solo?” repitió Stella-Ojou.

“¿Nunca con Lydia, o Karen, o… con Tina y sus amigas?”

“Nadie más lo sabe. Eres la primera persona a la que se lo digo.”

“Ya veo…”

Le sonreí a la chica en mis brazos.

“La gente me llama el Cerebro de la Dama de la Espada. Es un apodo impresionante, pero no soy nada especial. A diferencia del Héroe del imperio o de la propia Dama de la Espada, dudo que alguna vez cumpla mi sueño de la infancia de convertirme en un héroe de cuento. Aun así, quiero verlos”

“¿Qué quieres ver?”

Por primera vez, Stella-Ojou y yo nos miramos directamente a los ojos.

“Estoy seguro de que, en un futuro cercano, inscribirán sus nombres en los anales de la historia”, dije.

“Al igual que Karen, Felicia, Tina, Ellie y Lynne. Quiero ver que eso suceda, y para asegurarme de eso, necesito al menos la fuerza suficiente para quedarme con ellas sin morir. Es por eso que sigo luchando para mejorar, aunque solo sea un poco. Toma”

Los ojos de Stella-Ojou se abrieron cuando saqué una cinta azul cielo de mi bolsillo.

“Hice que uno de mis pajaritos lo buscara”, le expliqué.

“Es un recuerdo de tu madre, ¿no?”

Le entregué la cinta a Stella-Ojou, y ella inmediatamente la apretó contra su pecho. Poco tiempo después, ella dijo mi nombre.

“Allen-sama”

“¿Sí?”

“Ya he tomado una decisión. Entonces… Entonces, ¿Estarías dispuesto a… ayudarme?”

Sus ojos vacilaban, pero había determinación en sus profundidades. No esperaba menos de la hermana mayor de Tina y Ellie y la mejor amiga de Karen. Esta joven torpe tuvo el coraje de ponerse de pie y seguir adelante; solo necesitaba un poco de apoyo.

“Por supuesto, Su Excelencia, Stella Howard,” respondí enfáticamente.

***

“¡¿U-Un duelo?!”

Los gritos de sorpresa de las chicas que habían estado esperando ansiosamente nuestro regreso llenaron el salón de la mansión Howard. Lydia los siguió con un reservado, “Bueno, y ahora”

“Sí”, respondió Stella-Ojou a Tina, Ellie y Lynne.

Su cinta estaba en su cabello, y ella estaba sin dudarlo.

Lydia observaba en silencio desde su asiento, mientras que Lynne parecía preocupada. Felicia no estaba a la vista, aunque había estado presente momentos antes. ¿Por qué había estado usando un uniforme de sirvienta de Howard?

El cabello largo de Stella-Ojou brillaba cuando inclinó la cabeza profundamente.

“Me disculpo por preocuparlas”, dijo.

“Pero ya me he decidido. No puedo continuar, no puedo progresar, como están las cosas. Por favor, enfréntenme con espadas y hechizos”.

Luego levantó la cabeza para mirar a Tina, Ellie y Karen, quienes estaban conmocionadas.

“O-Onee-sama “, protestó Tina,

“¿N-no estas apostando la sucesión de nuestra casa en un duelo terriblemente repentino?”

“S-Stella-Ojou”, se quejó Ellie,

“No quiero pelear contigo”.

“¿Cederás el cargo de presidenta del consejo estudiantil si pierdes?” añadió Karen.

“¡Eso es ridículo! No tendrías la oportunidad de luchar contra todas nosotras por tu cuenta”

“Justamente por eso”, dije, poniéndome detrás de Stella-Ojou en una muestra de apoyo.

“Es por lo que Stella-Ojou y yo lucharemos como un equipo”

Tina dejó escapar una exclamación de sorpresa, Ellie gimió, Karen gritó mi nombre y Lynne dijo: “Onii-sama, permíteme unirme a tu lado”. Lydia, mientras tanto, seguía callada.

“Creo que tendremos una buena oportunidad peleando dos contra tres”, dije.

“Pero no ahora. Me gustaría dos semanas para prepararme con Stella-Ojou”

Ese anuncio trajo miradas de consternación por parte de Tina, Ellie y Karen, así como un lastimero “Oniiii-samaaaaaa” de Lynne, a quien me disculpé mentalmente.     El    albatros     estaba     preparando sigilosamente un Firebird, y ese conocimiento me hizo sudar frío.

“S-Sensei”, dijo Tina,

“¿Qué pasa con nuestras lecciones?”

“No tendrás ninguna conmigo durante las próximas dos semanas, pero te daré notas, así que entrena con Karen. Diría que es mejor maestra que yo”

“¡Me opongo!”

“Y-Yo también”

“Onii-sama, ¿Qué hay de mí?”

“Las pondré a prueba en sus tareas durante nuestro duelo”, les aseguré a las tres chicas.

“Y Lynne, te haré cualquier favor una vez que esto termine”

Los ojos de Lynne se abrieron.

“Bueno, en ese caso…”

Por supuesto, este anuncio provocó “¡¿Lynne?!”   y        “¡¿L-Lynne-Ojou?!” compañeras de clase.

gritos de de      sus “Tina. Ellie” dije.

“Tu hermana mayor ha tomado una decisión, así que por favor, ¿no le devolverás su coraje con la misma moneda?”

Las dos chicas intercambiaron miradas silenciosas y luego asintieron vacilantes. Solo queda…

“Karen”

Me hizo esperar un momento antes de responder.

“Siempre eres así”, dijo.

“¿Supongo que no vas a cambiar de opinión?”

“No”

Karen suspiró y luego le lanzó a Stella-Ojou una mirada penetrante. Me di cuenta de lo tensa queestaba.

“¿Estás segura de que puedes vencerme?” ella preguntó.

La joven noble cerró los ojos y lenta pero enfáticamente sacudió la cabeza. Tenía razón en que     sus  probabilidades de  victoria eran extremadamente bajas: Karen era fuerte.

“¡Entonces esto es una pérdida de tiempo!”

Gritó mi gentil hermana. Había desesperación en su voz.

“No lo sabremos hasta que peleemos”, respondió Stella-Ojou, soportando la tensión con un puño presionado contra su pecho.

“Tan desesperada como estoy, Allen-sama cree en mí. Incluso yo tengo mi orgullo, Karen”

“Stella”, interrumpió Tina,

“No quiero heredar el ducado. Se supone que los títulos pasan al hijo mayor”

“Tina, los Cuatro Grandes Ducados son las piedras angulares de nuestro reino. Los nacidos en las casas ducales tenemos el deber de defender la tierra,    la   familia   real  y  el  pueblo.  Esa responsabilidad debe recaer en un heredero digno. Dicho eso… no voy a perder.”

Tina luego me miró suplicante, pero negué con la cabeza.

Tu hermana ya te lo dijo: Está decidida.

“Stella-Onee-chan…”, dijo Ellie, al borde de las lágrimas.

“Ellie”, respondió Stella-Ojou,

“También he estado celosa de ti, ¿sabes? Solías ser una llorona y una atolondrada, pero tienes más talento que yo tanto mágica como físicamente. Aun así… no retrocederé.”

La sirvienta visiblemente angustiada se aferraba a la manga de Tina.

¿Supongo  que  todos  estamos  al  menos técnicamente de acuerdo?

La puerta se abrió para admitir a Felicia, la Sra. Walker y varias otras criadas que reconocí. Felicia llevaba una hoja de papel enrollado, mientras que las sirvientas sostenían telas.

Lydia dejó su taza y me miró fijamente, con los ojos entrecerrados.

“No he aceptado nada”, dijo.

“Esencialmente, vas a dedicar al menos dos semanas de tu tiempo, entre semana y fines de semana, a Stella. ¿Tengo ese derecho?”

“Lo tienes”, admití.

“¿Y crees que permitiré eso? Sé que vas a esforzarte mucho más allá…”

“L-L-Lydia-Ojou. P-P-Por favor mire esto”

Intervino Felicia abruptamente, rígida por los nervios, antes de desenrollar su gran hoja de papel. La Sra. Walker luego desplegó la tela que llevaba.

¿Paño de hielo? Esa es una especialidad del norte.

El albatros los examinó y luego las telas en las manos de las otras sirvientas. Finalmente, le preguntó a la chica de anteojos:

“¿Estará listo a tiempo?”

“Me aseguraré de que así sea”, respondió Felicia.

“La Sra. Walker y la Sra. Anna ya han dado su aprobación. ¿Puedo tener su permiso?”

“Ya veo”, fue la respuesta cortante de Lydia.

Después de una breve pausa, dijo:

“Si Stella está de acuerdo, entonces no veo por qué no. Pero les prohíbo a cualquiera de ustedes que se excedan. Asegúrate de descansar lo suficiente”.

En un giro repentino e inesperado, la Dama de la Espada había dado su bendición. Eso despertó mis sospechas; era peligrosa cuando fingía serenidad.

Lynne también inspeccionó el papel y exclamó:

“¡Felicia, permíteme contribuir!”.

Con estrellas en los ojos. Mi inquietud se duplicó.

“¡¿P-Pero por qué, Lydia-san?! ¡Mantener a Allen-san para usted sola es su principio!”

Tina gritó, reprochando al albatros por su deserción mientras Ellie tartamudeaba en acuerdo.

“¡Lydia-san!” Karen se unió.

“¡C-Cállate!” espetó Lydia.

“¿No crees que puedes ganar?”

Esa réplica provocó gemidos de frustración de las dos chicas más jóvenes y un breve “Voy a ganar bien” de Karen.

Todos estábamos de acuerdo. La expresión de Stella-Ojou era una mezcla de euforia y aprensión, pero haríamos lo mejor que pudiéramos. El problema eran Lydia, Lynne y también Felicia, que estaba parada tímidamente un par de pasos detrás de ellas. Las tres se reían con un brillo siniestro en los ojos, y la señora Walker y las doncellas de Howard parecían inusualmente acaloradas.

Un  escalofrío  me recorrió. ¿Qué tramando? Quería averiguarlo, pero en inspeccioné la habitación y declaré: estaban su lugar

“El duelo será en el Día de Luz dentro de dos semanas. Te informaré de la ubicación en una fecha posterior”