Koujo Denka (NL)

Volumen 3

Capitulo 1: Allen-Senpai

Parte 5

El maestro agitó los labios, luchando por una respuesta y terminó pareciendo un pez. Inspeccionó el salón de clases, pero todos asintieron o evitaron hacer contacto visual. Nunca supe que una persona pudiera ponerse tan pálida.

Al final, el maestro colocó una mano en la pizarra para sostenerse mientras salía tambaleándose del salón de clases. Parecía que estaba acabado.

Los comentarios susurrados llenaron la habitación.

“Supongo que no da la talla”.

“¡Esto simplemente no funcionará!”

“Me pregunto si podríamos recuperar al Allen-san”.

“No sería fácil. Sin embargo, estaría a favor.”

Ha ha ha. Así es; Nii-sama es más que eso.

Había ayudado a toda la clase a mejorar significativamente su habilidad en solo cinco lecciones, un logro notable. Difícilmente habría sido sorprendente que hubiera sido contratado como instructor permanente en el acto. Si tan solo no estuviera tan ocupado.

Desde su partida, habíamos pasado nuestros días en el aburrimiento. Me las había arreglado para hacerme amiga de mis compañeros de clase, pero todavía deseaba eso…

“Mañana no puede llegar lo suficientemente pronto”, murmuró Tina.

“Desearía que mañana llegara antes”, susurré casi en el mismo momento.

“Oh, cielos”, exclamó Ellie, juntando las manos y sonriéndonos.

“Ustedes dos se llevan muy bien”

Intercambié una mirada con Tina e inmediatamente me crucé de brazos y aparté la cara de ella.

“¡N-Nosotras no…!” Tina protestó.

“¡C-Ciertamente no lo hacemos!” Estuve de acuerdo.

“Uhm, bueno…” Ellie vaciló antes de continuar alegremente.

“Allen-sensei me dijo: ‘Escucha, Ellie. Puedes ver cómo se sienten realmente Tina y Lynne por su flequillo’.”

¡Nii-sama! ¡No puedo aprobar la difusión de secretos! Deberías saberlo mejor.

Tina pareció compartir mis sentimientos, porque murmuró: “Sensei, tonto. Desearía que fueras así de amable conmigo”. El hecho de que yo no apareciera en su deseo era la Señorita Primer Lugar por todas partes. Estaba a punto de protestar cuando sonó el timbre. Ella había tenido un escape afortunado.

Todos estaban abandonando el salón de clases a la vez. Tenía que darme prisa, ¡era la hora del almuerzo!

“Estoy de vuelta”, dije.

“Ellie, ¿aún no ha regresado Tina?”

“Bienvenida de nuevo, Lynne-Ojou”, respondió Ellie.

“¿Uhm? ¿No está Tina-Ojou contigo?”

“Dijo que iba a pasar por la sala de profesores”, le expliqué.

“Gracias por reservarnos un lugar.”

“Oh, cielos”, se quejó Ellie.

“¿Adónde puede haber ido? Y-Y muchas gracias.”

Dejé mi bandeja en la mesa circular y luego le pasé a Ellie un poco de pan relleno con una selección de carne y vegetales. Eso trajo una sonrisa a su rostro, aunque Ellie era mayor que yo, sentí la necesidad de darle una palmada en la cabeza.

Esto debe ser lo que mi Nii-sama quiere decir cuando afirma que “No puede resistir la sonrisa de Ellie”. Ahora lo entiendo, pero me niego a aceptarlo.

La Royal Academy estaba equipada con una serie de lugares adecuados para comer durante el almuerzo o después de clase, y el techo del edificio central, donde ahora nos encontrábamos, fue el más disputado de todos. Estaba cerrado en invierno, pero había oído que no pasaba un día soleado en las estaciones más templadas sin que se vieran estudiantes  allí.  Al principio habíamos experimentado  con  varios lugares,  pero recientemente nos habíamos acostumbrado a almorzar aquí porque la cafetería y el comedor estaban repletos de gente. Esa elección había llevado a un sistema en el que uno de nosotros reservaba un espacio, mientras que los dos restantes corrían a la tienda que vendía pan y preparaba platos.

Observé a Ellie tomando pequeños bocados de su pan mientras yo me sentaba y mordía el mío. Fue agradable pasar tiempo solo con nosotros dos de vez en cuando. Habría sido mucho más ruidoso con la Srta. Primer Lugar, por un lado.

Sin ninguna razón en particular, miré hacia abajo a la multitud de estudiantes que alegremente hacían su… Me agarré a la barandilla y forcé la vista.

“¿Lynne-Ojou?” preguntó Ellie, luciendo confundida.

“Ellie”, dije, señalando la estatua de piedra del director, “¿no es esa Tina?” No podía ver su rostro, pero  podía  ver  su  característico  cabello balanceándose.

La sirvienta un poco mayor se unió a mí y asintió, pero resultó incapaz de hablar con el trozo de pan que aún tenía en la boca.

“Cálmate y traga”, le dije.

“E-Esa es Tina-Ojou”, declaró después de devorar el impedimento.

“Estoy segura de ello. Pero, ¿qué está haciendo ella allí? ¡Oh! ¡No crees que se perdiera, ¿verdad?! ¡Oh, no! Tina-O—”

Cubrí la boca de Ellie antes de que pudiera terminar. Tina estaba actuando sospechosa, muy sospechosa.

“Baja la voz”, le dije.

“Estoy segura de que no se ha perdido; eso suena como algo que solo tú harías.”

“L-Lynne-Ojou”, protestó Ellie, jadeando por aire,

“¡N-Nunca me pierdo!”

“¿Podrías mirarnos a Tina y a mí a los ojos mientras le dices eso a Nii-sama y Onee-sama?” Pregunté después de una breve pausa.

Ellie empezó a fingir que silbaba. ¡Tenía el mismo truco para evadir preguntas que su maestro!

Tina comenzó a moverse, avanzando con la máxima cautela. ¿Estaba siguiendo a alguien? Eso no fue bueno; no pude ver Y si intentara dar la vuelta, podría perderla de vista. ¿Qué iba a hacer?

Ellie comenzó a envolver el pan restante en nuestra mesa. Sus hábiles movimientos me recordaron que ella era la sirvienta personal de Tina, incluso si se parecía más a su hermana menor. Bebió el té negro helado que había comprado y luego me pasó una taza también. ¿Quería que bebiera? Apuré mi taza.

¿Qué? ¿La parte de Tina también?

Una taza más de té más tarde, Ellie recogió nuestras tazas y la bandeja y luego me entregó el paquete de pan.

“Vamos, Lynne-Ojou”, dijo alegremente.

“¿Ellie?”

Miré con incredulidad a la sirvienta sonriente mientras ponía su mano derecha en la barandilla y me ofrecía la izquierda. Con gran temor, lo tomé. Entonces, Ellie dejó escapar un grito de esfuerzo, sentí como si estuviera flotando… y lo siguiente que supe fue que estaba en el aire.

¡M-Me estoy cayendo!

Estaba a punto de intentar un hechizo cuando me di cuenta de que, aunque realmente estaba cayendo, mi descenso fue lento y suave.

¿Un hechizo de levitación?

Ellie se rio.

“P-Por favor, no le digas a Allen-san”, dijo.

“Lancé un hechizo de bloqueo de percepción al mismo tiempo, pero… q-quizás quieras sujetarte la falda”.

“Desearía que me hubieras advertido de antemano”, le reproché una vez que el impacto de esa comprensión se había disipado.

“S-Sí. Lo siento”

Sostuve la falda de mi uniforme escolar. Me volvería incapaz de casarme si alguien lo descubriera, dado que lo que ocultaba era un poco, solo un poco, infantil.

“Si asumo que Tina es mi única rival”, murmuré en voz baja para mí misma,

“Podría tener un duro despertar”.

No es que hubiera descartado a Ellie, pero aun así.

“¿Lynne-Ojou?” ella preguntó.

“Por favor, libera tu hechizo de levitación y lanza uno para amortiguar el sonido”.

“¡S-Si!”

En un instante, caímos al suelo y aterrizamos sin hacer ruido, sin ser notados por los estudiantes que pasaban de un lado a otro. Miré alrededor. Allí estaba Tina, y delante de ella estaba…

“¿Nii-sama y Onee-sama?” me pregunté en voz alta.

“Son Allen-san y Lydia-Ojou”, comentó Ellie casi al mismo tiempo.

Los dos caminaban cordialmente por el sendero que daba al exterior del edificio central. Su intimidad creaba una atmósfera que hacía difícil acercarse a ellos. Era, para ser franca, empalagoso, y no estaba contento con eso. Nii-sama y Onee-sama hacían una pareja perfecta, y nunca soñaría con interponerme entre ellos, pero… no estaba feliz por eso.

¿Nii-sama me trata demasiado como a una niña? Me preguntaba. He estado creciendo, y—

“Lynne-Ojou”, dijo Ellie, pinchando mi manga izquierda.

“¿No crees que deberíamos unirnos a Tina-Ojou?”

“Supongo que sí”, acepté después de considerarlo un momento. Vamos a darle un susto.

Ellie sonrió maliciosamente, una rareza en ella, y nos saludamos con la cabeza. La Srta. Primer Lugar debería saberlo mejor que intentar robarnos una ventaja.

¿Podría ser esto una venganza por ese hechizo de viento? ¿Después de todas las veces que me disculpé    durante nuestra fiesta  de   pijamas? Honestamente. Ella es tan pequeña de pecho— Ejem, ¡De mente pequeña.

***

La oficina del director de la Royal Academy estaba llena de libros antiguos y raros. El propio director, Lord Rodde, un elfo vestido con una túnica blanca con capucha cuya edad excedía cómodamente los dos siglos, estaba sentado en una lujosa silla, y aunque ya estaba bien apoyado en el respaldo, de alguna manera todavía se las arreglaba para alejarse.

“¿Y?”

Preguntó bruscamente el albatros mientras trazaba una esquina del escritorio del director con su dedo.

“N-No he terminado de descifrar el diario”, tartamudeó.

“Necesito un poco más de tiempo.”

Lydia permitió que sus palabras flotaran en el aire por un momento.

“Ah, ¿En serio?” fue su única respuesta.

“¡E-Espera! ¡No el Firebird! ¡No te apresures!”

El director se volvió hacia mí con una mirada de desesperación.

“¡A-Ayúdame a detenerla!”

“¿Debo?” Pregunté, mirándolo desde mi asiento en el sofá.

“¡Por supuesto que debes!”

El chasqueó. ¿Era esa una forma de pedir ayuda?

El toque de una almohadilla en mi mano atrajo mi atención hacia mi regazo. El profesor no había podido asistir a nuestra reunión por una variedad de razones, y Anko, su familiar gato negro, estaba siendo insistente.

Oh, mis disculpas. Estaré encantado de acariciarte.

“Lo siento mucho”, le dije al director,

“Pero mis manos están ocupadas atendiendo a Anko en este momento”.

“¡¿Qué?!” gritó.

“¡¿Q-Quieres decir que pondrías al familiar de ese joven degenerado antes que a mí, el Archimago?! ¡Te haré saber que soy una persona de cierta importancia!”

“Tengo mis quejas contra el profesor, pero no puedo descuidar a Anko; ¡la Asociación de Amantes de los Gatos de la Capital Real lo nombró el tercer felino más guapo de la ciudad! Aunque extraoficialmente. Durante nuestro tiempo en la universidad, Anko fue superada solo por Lydia en el orden jerárquico, y en términos de popularidad, ¿o debería decir pata-ridad? Estaba muy lejos…”

Tomé a Anko y me contorsioné para evadir el borde de barrido de la mano del albatros. Tomé a Anko por la nuca, lanzó un hechizo de levitación y luego lo arrojó al otro lado de la habitación. El magnífico familiar disipó su magia en el aire y aterrizó con gracia sobre el escritorio, donde se acurrucó adormilado. aplaudí.

“¿Quién es más importante para ti?”

Preguntó Lydia, sentándose a mi lado en el sofá y acercándose sigilosamente,

“¿Anko o yo?”

“¿Realmente necesitas preguntar?” Respondí.

“Responde a la pregunta”

“Bueno…”

Susurré mi respuesta al oído de Lydia y observé cómo su expresión se iluminaba de repente. Luego, sin perder el ritmo, disparó varias dagas de fuego al director, que estaba medio agachado y tramando su escape. Sus ataques, todos dirigidos a puntos vitales, atravesaron nueve décimas partes de sus múltiples capas de defensas mágicas. Estaba impresionado.

“Esta conversación no ha terminado”, declaró Lydia con frialdad.

“¡¿E-Es mi vida lo que buscas?!” exigió el director.

“No seas ridículo. Deberías tomarte las pequeñas bromas de tus queridos antiguos alumnos con una sonrisa”.

El director hizo una pausa por un momento, atónito en silencio; luego se giró hacia mí y me preguntó:

“¿Habla en serio?”

“Bastante serio,” confirmé.

“Ahora, dejemos los saludos así y vayamos al grano”.

“¿Llamas a eso un saludo? ¡Casi muero!”

“Ese es un evento cotidiano con Lydia alrededor. ¿Hubieras preferido su Firebird?

“Comencemos”

Declaró el director de inmediato, volviendo a su silla en un instante. Envidié que tuviera el maná para lanzar hechizos de teletransportación con tanta libertad.

“Mi tiempo es limitado”

Lydia se volvió hacia mí sin decir una palabra, con una expresión que parecía preguntar:

“¿Te importa si lo incinero?”

“Sí”, respondí con una mirada propia.

“Estos libros son preciosos”.

“Nunca me dejas divertirme”

Se quejaron sus ojos mientras hacía un puchero y presionaba su hombro contra el mío. Supuse que encontraba agotadores sus deberes desconocidos en el palacio y consideró cocinarle una comida sabrosa después de que esto terminara.

“Ejem.”

El  director  interrumpió conversaciónsilenciosa

garganta. nuestra aclarándose   la “Le pido perdón, pero ¿puedo continuar?”

“Adelante”, respondí.

“Termina con esto” espetó Lydia casi en el mismo momento.

“E-El valor de ustedes dos”

Gimió el director antes de recordarse y continuar.

“En cuanto al diario…”

El misterioso libro que una vez había descansado en el archivo de los Howard flotó sobre el escritorio, sus páginas revoloteando. Habían pasado casi tres meses desde que lo dejé en las hábiles manos del director, quien bien podría ser el principal experto de la capital real en disipar maldiciones.

“He descifrado aproximadamente el ochenta por ciento. Créanme, no fue tarea fácil”.

“Mis disculpas”, respondí.

“No había nadie más a quien pudiera recurrir, excepto el profesor”.

“¡Hmph! ¡Dudo que ese joven pueda descifrar este cifrado si le das un año! Solo avanza de manera tan constante porque dejaste el asunto en mis manos. Deberías estar agradecido.”

“Estoy muy agradecido, Archimago Rodde. ¿Quién puede compararse con un veterano probado y verdadero de la Guerra del Sensei Oscuro hace dos siglos?”

“¡Precisamente!” alardeó, henchido de orgullo.

“¡Tienes toda la razón!”

Anko ya había regresado a mi regazo; Podría asumir que el familiar quería que volviera a acariciarlo.

“Pero no lo has descifrado por completo, ¿verdad?” Señaló Lydia.

Ella no estaba mirando al director mientras hablaba, su mirada estaba fija en el familiar persistente, pero él vaciló, no obstante.

“El diario tiene por lo menos quinientos años, y su autora fue una hechicera excepcional,” repetí para confirmar.

“Está lleno de sus asuntos personales: quejas, sus sentimientos por la persona que amaba, asuntos cotidianos, etcétera. ¿Tengo ese derecho?”

“Probablemente tenía tu edad”, comentó el director.

“El último pasaje que descifré está repleto de alegría, indica que su amor finalmente fue correspondido.

Todavía no he encontrado ninguna mención de los grandes hechizos. Dicho esto…”

“¿En serio?”

“La     dificultad  de  la  encriptación  aumenta dramáticamente en las siguientes páginas. Es una bestia diferente”.

“¿Cómo es eso?” Pregunté, deteniéndome a mitad de camino.

Lydia recogió a Anko y colocó al familiar a su lado mientras realizaban una negociación de algún tipo.

“Ella no debe haber querido que nadie leyera esas páginas”, explicó el director.

“Diseñé el cifrado militar utilizado por la Orden de los Caballeros Reales, pero esto lo supera fácilmente. En este momento, solo he descifrado una fecha y una ubicación”.

“¿Y qué son?”

“Ella nunca registro esto antes, pero…”

El director se desvaneció a mitad de la oración; el albatros estaba preocupado conversando con Anko.

“Escucha,” dijo ella.

“Su regazo es el mío. Necesitas permiso para— ¡¿Qué?!”

Solía hacer lo mismo en la oficina del profesor.

“Pero lo hizo en este caso”, continuó el director.

“Ella debe haber querido recordar el día en que se convirtieron en amantes. Ella lo escribió claramente: fue a principios del verano CC 499, en la ciudad divina de Alrion”

“CC 499, en Alrion…” repetí.

“¿No querrás decir…?”

“La Guerra Continental, que barrió el mundo entero, estalló en el otoño de ese año. Y al año siguiente, Alrion, la ciudad que se convirtió en la capital del este, fue reducida casi por completo a un páramo abrasado por el gran hechizo Blazing Qilin. Allen”

“¿Sí?”

“¡Ya me has dado suficiente dolor de estómago inducido por el estrés!” Gritó el director.

“¡¿No tienes piedad por un anciano ?!”

“Recuérdame, ¿quién aquí siempre se jacta de lo joven que es?”

Pregunté, provocando un gemido de mi compañero de conversación.

“Creo en ti, Director. No he encontrado ninguna información sobre Frigid Crane, así que ese diario es nuestro último rayo de esperanza… ¿A menos que sepas cómo controlarlo, por casualidad?”

Quería descubrir un medio para controlar la entidad que parecía ser Frigid Crane lo antes posible. Con ese fin, estaba pidiendo favores para recopilar documentos sobre el tema, pero el progreso estaba lejos de ser rápido.

“Yo no”, respondió.

“Te lo dije después de ese último incidente”.

“¿Estás seguro?”

“Nadie vivo sabe cómo controlarlos. Nuestras tradiciones simplemente conservan un poco más de información que las de ustedes, los humanos”

“¿A pesar de que estabas tan bien informado sobre Radiant Shield? Escuché que la Casa Real de Wainwright  son   descendientes   directos  del Caballero, uno de los héroes que puso fin a la Guerra  Continental,  y que  conservaron un remanente de su hechizo sellado en una daga entre sus reliquias. También me dijeron que la daga simplemente se dañó después de un golpe de la Scarlet Sword de Lydia y luego se recuperó. Dicho esto…”

Se produjo un momento de silencio antes de que el director me preguntara con curiosidad:

“¿Qué pasa?”

“Lo encontré extraño”

Aireé mis dudas con una mirada perpleja mientras Anko volvía a ocupar mi regazo. Las negociaciones parecían haberse roto y el albatros estaba de mal humor.

“Entraste en pánico cuando Radiant Shield se salió de control, pero permaneces imperturbable por el caso de Tina. ¿Por qué?”

“No puedo decirlo”, respondió el director después de un largo silencio.

“Se trata de algo más que de mí mismo”

Entonces, se refirió al pacto entre todos los elfos, y probablemente también a las otras razas longevas. Mis dedos se deslizaron por el cabello aterciopelado mientras consideraba el problema.

“E-Espera”.

Estaba seguro de que, después de la Guerra del Señor Oscuro, los ancianos de las razas longevas habían llegado a un acuerdo sobre la magia que excluía a los humanos. Sospechaba que la educación había sido su enfoque principal.

“O-Oye”.

Como resultado, la habilidad mágica humana había disminuido gradualmente. Los grandes hechizos, que habían sido materia de leyenda incluso entonces, ahora estaban desterrados al reino de los cuentos de hadas. Incluso los Cuatro Grandes Ducados del reino lucharon por transmitir sus hechizos supremos y artes secretas. Aunque había habido un marcado aumento en el número de usuarios de magia, las grandes personas capaces de cambiar el rumbo de la batalla sin ayuda eran en gran parte cosa del pasado.

“Ooh…”

Si las razas longevas habían calculado mal, estaba en el hecho de que incluso su propia habilidad con la magia estaba decayendo. El director era asombroso, pero el reino albergaba a unos pocos elfos de renombre.

De repente, sentí un peso en mi hombro izquierdo cuando una pequeña cabeza cayó sobre él.

“¿Lydia?” Le pregunté a su dueño.

“Silencio, tonto…” respondió ella después de un momento.

“Sigue acariciando”

“Sí, sí.”

“Solo uno…”

Las palabras del albatros se convirtieron en un murmullo y se quedó sin fuerzas mientras yo continuaba frotándole la cabeza. Corregir este hábito mío iba a resultar difícil.

¿Pasa algo, director? ¿Por qué estás poniendo esa cara?

“¿Puedo considerar que hemos terminado aquí?” preguntó largamente.

“¿Qué pasa con el ser dentro de Tina?” Yo pregunté.

“El que parece ser Frigid Crane. ¿Qué riesgo representa para…?”

“¿Cuántas veces debo decírtelo? Ninguna. Es el polo opuesto del mal, y nunca podría salirse de control a menos que la propia Tina Howard lo deseara intensamente. No se parece en nada al Radiant Shield, que probablemente sea una mera imitación desde su perspectiva. E incluso Radiant Shield mostraría su verdadero valor si fueras a…”