Infinite Dendrogram (NL)

Volumen 13: Conejo Vorpal; Liebre Vorpal

Capítulo 7: Hostilidades Abiertas

 

 

Frontera Altar-Dryfe, Salón de Conferencias de Paz

En el momento en que Claudiah presionó el botón, la situación cambió drásticamente.

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Era como si hubiera accionado un interruptor que convirtió la escena ante ella en un caos.

Leviatán fue el primero en actuar. Dejó a Behemot y saltó hacia Altimia con una pequeña espada en la mano.

No era un arma grande y no parecía tan amenazante por sí sola, pero su borde estaba cubierto de algún tipo de líquido.

Luego arrojó la espada goteante hacia Altimia.

“¡Gh!” Sin embargo, Altimia notó que la daga envenenada volaba hacia ella y sacó su espada, La Espada primitiva, Altar, desviándola con facilidad.

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Pero en el momento en que balanceó su espada, Leviatán ya estaba justo a su lado. “¡Eres mío!”

“Kodachi”. Antes de que Leviatán pudiera siquiera tocar a Altimia, Shu lanzó una patada alta hacia ella. Ya estaba vestido con su Ursine Godcloth, Kim-un-Kamuy, y podía usar su primer camuflaje óptico de golpe limitado y efectos de bloqueo de presencia. Su ataque invisible dio en el blanco, golpeando a Leviathan en la nuca.

Shu no había estado al tanto de los movimientos de los Maestros Dryfean por nada. Su ataque fue exactamente como lo había planeado, golpeando para causar el máximo daño.

“¡Hh…!” La patada que una vez eliminó instantáneamente a un monstruo legendario fue tan fuerte que ni siquiera Leviatán pudo resistirla. La voló con la fuerza de una bala de cañón, abriendo un agujero en la pared contra la que se estrelló.

Sin embargo, su columna ni siquiera estaba torcida, y mucho menos rota, por lo que no tuvo ningún problema simplemente para volver a ponerse de pie. Marie siguió el ataque de Shu con balas perforadoras, pero Leviatán las convirtió en polvo con un simple movimiento de sus brazos.

Ni siquiera habían pasado cinco segundos desde que comenzó esta batalla.

Muchos de los guardaespaldas presentes estaban claramente perplejos.

Los guardaespaldas Dryfeanos en realidad parecían más sorprendidos que los Altarianos. El hecho de que Leviathan acababa de intentar atacar al principal representante del otro país los dejó completamente estupefactos. Basado en eso, Shu asumió que solo Behemot y Leviathan habían sido informados de esta parte del plan.

Además de Claudiah, la representante, y el Rey de las Bestias, el último confidente del imperator, ningún Dryfean presente conocía el alcance completo de la trama aquí.

“Sabía que esto no tendría éxito”, dijo Claudiah al presenciar el fracaso del asalto que ella misma había ordenado.

“Es solo porque mi enfoque está dividido. No habría fallado si solo hubiera tenido que matarla”, dijo Leviathan.

“Todos los demás pueden morir, pero Altimia debe ser capturada viva. Debes lograr esto a toda costa.”

“…No soy adecuado para ese tipo de cosas. Behemot debería ser el que haga esto”.

“kk” A pesar del aire tenso, su conversación fue extremadamente relajada, revelando casualmente que planeaban secuestrar a Altimia, la gobernante interina de Altar.

“¡Claudia! ¡¿Qué estás planeando…?! ¡¿Qué fue ese interruptor…?!”

“Básicamente, las conversaciones de paz han terminado”, dijo Claudiah, como si esto no fuera nada. “Este joven aquí… ‘Ray’, ¿verdad? Deshizo nuestro plan. Después de haber sido expuestas tan a fondo, estas negociaciones se han desmoronado y cualquier esperanza de paz futura se ha desvanecido”.

Ahora era obvio que no importaba cuán favorable pareciera el tratado de paz a primera vista, Dryfe aún escondería trampas dentro de él. Ahora, Altar sería más cauteloso en cualquier conversación futura, haciendo que tales trampas sean imposibles.

“Sin embargo, es cierto que Dryfe no quiere la guerra. Solo lo aceptaremos como último recurso. Por lo tanto, simplemente destruiremos Altar antes de que eso suceda”, dijo Claudiah, sin ningún entusiasmo.

“… ¿Cómo?” preguntó Ray.

“Primero, capturaremos o mataremos a la segunda y tercera princesa, y también aseguraremos a Altimia”.

“¡¿Eh?!”

“El interruptor que acababa de activar debería haber señalado a esa persona que mencionaste, el Rey de los Ladrones, Zeta, para atacar Altea junto con sus propios colaboradores”. Sus impactantes palabras sacudieron a casi todos los que la escucharon. Los oficiales trataron de contactar a la capital usando magia de comunicaciones, mientras que Marie estaba preparada para salir corriendo.

Ray también casi había mirado la dirección de Altea…

“No te muevas”.

…Pero Shu lo detuvo.

Con esas palabras, estaba dando a entender que aquí y ahora, estaban tratando con algo que era tan importante como lo que estaba pasando en Altea… o era incluso más peligroso que eso.

El Rey de las Bestias estaba aquí, un enemigo que podía matarte en el momento en que mirabas hacia otro lado.

El Rey de la Destrucción ya estaba preparado para la batalla, y su cuerpo estaba tan tenso como podía estar.

“… ¿De verdad crees que el reino caerá si desaparecemos?” Altimia le preguntó a Claudiah. Estaba preocupada por la capital y sus hermanas, pero como la que llevaba el país sobre sus hombros, se mantuvo firme frente a la amenaza que se le presentaba.

“Por supuesto que sí”, dijo Claudiah, señalando a Altimia. “Después de todo, Altar es solo Altar porque los tiene a ustedes, los descendientes del rey fundador… la familia real. El país está de una sola pieza porque te tiene a ti. Si crees que estoy equivocado, entonces dime… ¿hay un solo noble en el que confiarías para mantener unido a tu país?”

“¡Ah…!”

“La más influyente de la nobleza, la familia Lunnings, fue extinguida por Gloria. La guerra anterior también se cobró la vida de muchos ciudadanos ilustres, ¿no es así? El noble más destacado que aún vive es el marqués Findle, pero es más del tipo detrás de escena, no apto para liderar el país. ¿Quién más está ahí? ¿Conde Gedeón? Es demasiado joven. Con él a cargo, solo habría más caos. Sin un líder adecuado, un país es incapaz de hacer Convenios, activar Límites de guerra… se le prohibiría hacer cosas que solo pueden hacer los jefes de estado. Sería incapaz incluso de funcionar como una nación independiente”.

Claudiah respiró hondo antes de continuar.

“Incluso si alguien intentara tomar el poder para sofocar el caos, alguien más se levantaría para detenerlo. Eso es obvio, dada la existencia de nobles como el Marqués Borozel, que intentaron obtener autoridad incluso si eso significaba asesinar a una princesa. Y estoy al tanto de muchos de su élite que nos jurarían lealtad en el momento en que la familia real se fuera. Incluso los señores que no se unirían a nosotros podrían elegir otro país al que comprometerse en su lugar. Marques Nissa en el suroeste de Altar está en buenos términos con Legendaria, por lo que podría desear ser anexado por ellos. Sobre ese tema, el conde Keyora en la región costera del oeste tiene conexiones con la flota comercial de Granvaloa. Granvaloa quiere más tierra propia, así que con gusto se la llevarían…

Bueno, el punto es que sin los pilares, esas cosas pasarían por todas partes, y Altar se desintegraría en estados en guerra una vez más.”

Claudiah declaró que la familia real era todo lo que impedía que Altar se desmoronara en muchas naciones más pequeñas. Así era el país antes de que el rey fundador lo uniera, por lo que no estaba descartado que algún día pudiera volver a ese estado.





Sin embargo, era obvio que Claudiah sabía demasiado sobre el estado de cosas de Altar. Parte de lo que había dicho no solo era desconocido para Altimia, sino incluso para DIN.

A Dryfe le había dado toda esta información nada menos que el Rey de los Ladrones, Zeta.

Ella era parte de Frontera Ilegal. El líder del clan, Sechs, sabía mucho más sobre Altar de lo que la mayoría podía imaginar, y había distribuido esta información a todos sus miembros. Zeta también había recopilado una gran cantidad de información por sí misma, y ahora la base de datos de I.F. se había vuelto extremadamente grande.

Además del acto de terror en la capital, Dryfe también había solicitado que Zeta les vendiera todo lo que sabían sobre los asuntos internos de Altar.

El imperio quería eliminar a la familia real para incapacitar al país y dividirlo con la influencia de otros países. Este plan se basó en la suposición de que los nobles con vínculos con otros países actuarían exactamente como Dryfe esperaba, pero…

… Bueno, en realidad, supongo que ese es un plan viable, pensó Shu. Por lo que sabía, los nobles en cuestión podrían haber hablado ya con Granvaloa y Legendaria. Los dos países no participarían en la guerra entre Altar y Dryfe, pero vendrían a tomar el territorio del reino en caso de que el gobierno colapsara. Legendaria y Granvaloa no tenían nada que perder al hacer tales acuerdos.

Dryfe también se beneficiaría de esto.

Si Altar colapsara, perderían una fuerza potencial contra la mayor amenaza, Caldina, pero dado que un reino dividido tendría muy pocas facciones dispuestas o capaces de enfrentarse a Dryfe, podrían absorber fácilmente lo que quedaba del reino, junto con el otras naciones se opusieron a Caldina.

Ese era su plan aquí.

… La alianza basada en el matrimonio entre Altar y Huang He también se desmoronaría si la segunda princesa se fuera. Incluso si Huang He quisiera tomar represalias contra Dryfe por esto, todavía tienen a Caldina entre ellos, lo que hace imposible la invasión. De hecho, si así fueron las cosas, Dryfe podría incluso apreciar el daño que Huang He le haría a Caldina.


Cruzar las montañas Harshwinter hacia el norte era otra forma de llegar a Dryfe, pero Shu sabía que ese era un camino más peligroso que los desiertos de Caldina; en realidad, era justo decir que era imposible. Había habido un Superior que había intentado de esa manera, solo para que la fortaleza flotante de la que estaba tan orgulloso fuera derribada por el gobernante local de los cielos: Divino Pájaro Cometa, Tunguska. Shu mismo se había visto envuelto en ese incidente.

El plan de Dryfe parecía tener en cuenta a todos los tians involucrados, Altarianos o no.

“…Tal vez así es como irían las cosas con los tians”, dijo Shu mientras miraba a su hermano pequeño. “¿Pero qué hay de nosotros, los Maestros? Incluso si Altar se hubiera ido, habría muchos que mostrarían sus colmillos en Dryfe”. Incluso si el país se derrumbara, seguramente habría ex-maestros Altarianos que se opondrían al imperio. Sería especialmente difícil evitar asesinatos VIP por parte de personas como Marie o Eishiro.

“Exactamente,” dijo Tsukuyo. “Incluso con la amenaza de la lista de personas buscadas, aún estaría abierto a uno o dos ataques de represalia”.

“¿Vendrías a Dryfe si la recompensa fuera lo suficientemente buena?” Claudia le preguntó.

“No creas que cambiaríamos de bando tan fácilmente”.

“No nos importaría convertir a La Sociedad Lunar en la religión del estado”, dijo Claudiah.

“…N-No creas que nosotros… Espera, déjame pensar un poco…” El hecho de que Dryfe hiciera tan fácilmente lo que el reino se había negado tan ardientemente hizo que Tsukuyo titubeara.

“… No creas que todos nosotros podemos ser comprados tan fácilmente como la señorita Eldritch aquí”, espetó Ray a Claudiah, su opinión sobre Tsukuyo cayó incluso más bajo de lo que creía posible.

“Oh, estoy seguro de eso. Sé que hay muchos Maestros como tú. De hecho, estoy seguro de que casi todos los Maestros que se quedaron en el reino después de su pérdida en la guerra reciente serían tales individuos”.

Los Maestros que solo se preocupaban por sí mismos ya se habrían mudado a otros países, o eran como las personas que Franklin había contratado durante el Juego de Franklin. Muchos de los que quedaron eran cercanos a los Altarianos o simplemente les gustaba el reino y querían protegerlo.

“Es por eso”, continuó Claudiah. “Espero que no creas que estamos haciendo algo tan extremo sin algún tipo de medida para tratar con tales Maestros”.

“¿Y esa ‘medida’ es…?”

“No puedo decirlo. Todavía estamos solo en la primera etapa, después de todo”, dijo, antes de volverse hacia Altimia. “Nos ocuparemos de las princesas en Altea y capturaremos a Altimia aquí. Nuestra medida anti-Maestros viene después de eso”.

Esas palabras no activaron el Discernimiento de la Verdad de nadie. Eso significaba que en realidad habían pensado en una forma de lidiar con los Maestros Altarian que atacarían a Dryfe una vez que el reino cayera.

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El hecho de que no estén preocupados por los asesinatos deja bastante claro que se les ocurrió algo realmente extremo. Eso significa que lo más importante aquí es…

Su objetivo principal aquí tenía que ser proteger a las princesas Altarianas del ataque de Dryfe. Si el reino dejara de existir, las cosas irían exactamente de acuerdo con el plan de Dryfe.

Demonios, no podemos dejar que se metan con Theresia… En el peor de los casos… Todo habrá terminado.

Como uno de los pocos que sabía lo que realmente hacía especial a Theresia, Shu comenzó a sudar, y no solo por el Rey de las Bestias. Decidió que lo mejor sería que volvieran a proteger a Altea lo antes posible.

Entre los Maestros que Chrono había matado y los que estaban de guardia aquí, la capital había quedado más o menos completamente indefensa. Si los atacantes fueran lo suficientemente poderosos, todo habría terminado.

Sin embargo, había un gran problema con esto: sus enemigos aquí no les permitirían regresar a Altea tan fácilmente. Mientras luchaba contra el Rey de las Bestias el Ápice Físico, una batalla en retirada fue una idea tonta.

Probablemente apuntarán primero a construcciones AGI como Superior Killer y Tsukikage. Incluso si se escondiera en las sombras, simplemente destruirían toda la zona para llegar a él. E incluso si de alguna manera lograran escapar, seríamos demasiado lentos para retirarnos del Rey de las Bestias, que es casi seguro que es más rápido que cualquiera de ellos. No tiene sentido tratar de huir cuando pueden alcanzarlos tan fácilmente. Es mejor quedarse y luchar contra ellos aquí. Con Claudiah cerca, no pueden simplemente destruir todo indiscriminadamente.

E incluso si el Rey de las Bestias no hubiera estado aquí, no había garantía de que nadie, excepto aquellos que podían moverse a velocidades supersónicas, llegarían a Altea a tiempo.

Pero quedarse aquí y pelear aún tomaría un tiempo valioso que podría usarse para llegar rápidamente a Altea. ¿Es mejor para nosotros proteger a Altimia a toda costa o forzar nuestra salida…?

Mientras Shu consideraba la situación…

“Te preguntaré una cosa, Claudiah”.

… Altimia, que había estado callada durante un rato, volvió a hablar.

“Lo escucharé”.

“¿Eres capaz de detener el terrorismo en la capital?”

“Sí. Si presiono el botón inferior del interruptor, sería inmediatamente—”

Cuando Claudiah reveló los medios para detener su acto de terror, levantó su mano derecha, aun sosteniendo el interruptor, y un momento después, Altimia balanceó la espada Altar hacia ella, cortando la mano de Claudiah en la muñeca.

Luego, Altimia extendió la mano libre para tratar de atrapar el accesorio, pero incluso su enorme espada apenas había sido lo suficientemente larga para golpear. No tuvo el alcance para agarrarlo antes de que Claudiah arremetiera con su mano izquierda, golpeando su propia mano cortada detrás de ella.

Los Maestros Dryfeanos apostados detrás apartaron la mano mientras caía, algunos de ellos emitiendo gritos.

“… Ugh”, dijo Claudiah con un puchero, enfatizando lo molesta que estaba. “¿Me cortarías la mano solo para quitarme el interruptor…? ¡¿Esa es tu manera de decir que ya no somos amigos?!”

Su reacción ante el hecho de que le cortaran la mano pareció más bien…

suave.

“No”, dijo Altimia, negando esa idea. “Todavía te considero mi amigo, incluso ahora. Sin embargo, como su hermana mayor y la persona de la que Altar depende más… Levantaré mi espada contra ti sin importar mis propios sentimientos. Estoy totalmente preparado para que un querido amigo como tú me desprecie por el resto de su vida”.

Negó la declaración de Claudiah y presentó su propio testamento.

Los ojos de Claudiah mientras miraba a Altimia no mostraban ira.

De hecho… había alegría en ellos.

“Hehehehe”, se rio ella. “Así que somos iguales en eso”.

“… ¿Lo estamos?”

“Sí. También tengo la intención de capturarte incluso si eso significa que me odias por el resto de tu vida”, dijo con una sonrisa de felicidad en su rostro. “Pero no te despreciaré solo porque me cortaste la mano. Incluso si me cortaras la cabeza, estoy seguro de que sentiría lo mismo. Ni siquiera el peor dolor que puedas infligirme podría hacer que te odie de verdad.”

Sus ojos brillaban con un profundo afecto… y alguna que otra emoción.

“Sin embargo, esto apenas duele”, agregó. Su susurro fue seguido por el sonido de algo metálico siendo aplastado.

La fuente del sonido era la mano derecha separada de Claudiah… Se había movido por sí sola para destruir el interruptor que sostenía.

Salían chispas del extremo cortado de su muñeca, y se veía un marco de metal lleno de cables eléctricos, goteando un líquido rojo.

“Claudia… tú…”

“He pasado por muchas batallas y he perdido partes de mi cuerpo original.

Ahora soy lo que Masters llamaría un ‘cyborg’”.

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Dijo todo esto como si nada antes de quitarse todo el antebrazo derecho, solo para sacar casualmente uno nuevo de su inventario y conectarlo al puerto de su codo.

Este brazo de respaldo no tenía piel humana en absoluto, y la forma tosca lo hacía parecer una verdadera herramienta de batalla.

“De todos modos, la forma más sencilla de detener la operación se ha ido”, dijo. “Sin embargo, Zeta se iría de Altea si me pusiera en contacto con ella usando magia de comunicaciones y le ordenara que se detuviera. Todo ha sido sellado mediante un contrato, por lo que seguramente me obedecería de inmediato”, sonrió Claudiah mientras presentaba otra forma de detener el terrorismo.

“¿…Claudia?” Altimia dijo, sin saber qué hacer con esto.

Como antes, el Discernimiento de la verdad no se activó, lo que significa que ella estaba diciendo la verdad honesta.

Fue entonces cuando finalmente se les unieron los Maestros desde el exterior del edificio, quienes probablemente se sintieron atraídos por el sonido del primer choque con Leviatán. Eso significaba que ambos lados ahora tenían más o menos todos sus guardaespaldas presentes, aunque Altar todavía carecía de El Lince, Tom Cat, mientras que Dryfe carecía de Rabbit, Chrono Crown.

“…Y los Maestros han llegado. Excelente sincronización”, dijo Claudiah mientras miraba a su alrededor, se señaló a sí misma y luego a Altimia, con su brazo mecánico. “Queremos capturarte. Quieres capturarme para detener mi complot. Ya hemos intercambiado golpes. La paz ya no es una opción. ¿Qué haremos ahora, entonces?

Luego usó Vestir Instantáneo para cubrirse con una armadura.

No.… no una armadura, sino una especie de traje mecánico motorizado.

Este traje rojo sangre había sido construido específicamente para ella utilizando un material de recompensa especial de MVP.

“¿Deberíamos hacer todo lo posible para capturarnos unos a otros, mientras nuestros guardaespaldas hacen todo lo posible para protegernos?” Luego, Claudiah sacó una lanza de perforación mecánica, un arma que había adquirido cuando derrotó a un UBM legendario antiguo.

Hizo girar la lanza gigante como si no pesara nada en su mano.

“Esto no es exactamente lo que planeó Reinhard, pero lo he simplificado un poco”.

…Así es como es, ¿eh? Shu pensó mientras apretaba los dientes.

Claudiah les había contado sobre el asalto a Altea y los medios para detenerlo específicamente para darles más razones para quedarse y menos razones para escapar. Esto también hizo imposible que los Altarianos simplemente mataran a Claudiah, porque la necesitaban viva para cancelar el acto de terrorismo de Zeta. Incluso si intentaran hacerlo ellos mismos con Charm, el Contrato resultaría imposible de romper si Claudiah moría.

Incluso si hubieran elegido apresurarse a la capital a pesar de todo esto, sería difícil protegerla contra la velocidad del Rey de las Bestias.


Por tanto, la forma más rápida de detener el asalto a Altea era capturar a Claudiah.

Se vieron obligados a seguirle el juego a lo que ella quería y, a pesar de eso, tenían que ganar.

“Bueno, entonces… Comencemos”. Claudiah apuntó su lanza perforadora a Altimia y declaró el comienzo de la batalla.

A pesar de eso, la mayoría de los Maestros no se movieron.

Algunos simplemente no pudieron mantenerse al día con este giro de los acontecimientos… o este cambio de planes que parecía estar al borde de la locura. Otros estaban tan concentrados en lo que tenían que proteger que no se movieron ni un centímetro.

Sin embargo, su vacilación no duró y los Maestros experimentados rápidamente entraron en acción.

Sin embargo, hubo cuatro Maestros que actuaron de inmediato, mientras que los demás aún estaban congelados.

El General del Infierno, Logan Goddhart, comprendió rápidamente que ahora se le permitía luchar y destruir a Ray Starling, por lo que implementó de inmediato su nueva estrategia.

Rey de las Bestias, Behemot había hecho que Leviatán cambiara de su forma de Doncella a la forma de Guardián que le permitiría desatar todas sus estadísticas.

Suma sacerdotisa, Tsukuyo Fuso activó Campo Divisor Lunar: Débil Luz, estableciendo “Maestros Dryfean” y “total level” como objetivos.

Rey de la Destrucción, Shu Starling se acercó a Leviatán mientras aún se estaba transformando.

“¡FHAHAHAH! ¡Vamos! Llama al Diablo—” Justo antes de que Logan convocara a sus demonios, todos los guardaespaldas de Dryfean tenían sus niveles divididos por seis…

“Campo Fatal”.


… Y cuando Tsukuyo usó otra habilidad, todos ellos, excepto el Rey de las Bestias, murieron instantáneamente.

Muchos sobrevivieron durante unos instantes gracias a sus broches, pero el campo continuo de muerte instantánea destruyó rápidamente los objetos y los llevó a un final silencioso.

Esto se logró a través de la recompensa especial Superior MVP: la habilidad de elemento Campo Fatal de Gloria β, que “mató instantáneamente a todas las criaturas humanoides por debajo del nivel 100 dentro de un radio de 500 metels”.

Casi todos los Dryfean Masters presentes recibieron la pena de muerte antes de que pudieran saber lo que estaba pasando, al igual que los Masters que habían tratado de enfrentarse a Gloria.

Tsukuyo había empleado una combinación de Luz Débil para dividir el nivel total entre seis y Campo Fatal, que mató instantáneamente a todos los que estaban por debajo del nivel 100. Aunque su efecto se limitó a los humanos, el resultado fue incluso más temible que el propio Campo Fatal de Gloria. Era una de las cartas de triunfo de Tsukuyo Fuso, y el único que sobrevivió fue el Rey de las Bestias, cuyo nivel estaba por encima de 600.

A pesar de ser un trabajo superior, incluso General del Infierno pereció instantáneamente simplemente porque estaba en proceso de recuperar sus niveles perdidos.

“… Qué patético”, dijo Leviathan mientras crecía, despojándose de su forma humana. “¿Y qué vas a hacer ahora?” Miró a Shu, que se aferraba a ella, mientras le hacía esta pregunta.

En lugar de responder, simplemente miró a su hermano.

Estaba seguro de que lo que estaba a punto de hacer era el curso de acción óptimo y que les daría las mayores posibilidades de ganar contra el Rey de las Bestias… pero aún dudaba.

Después de todo, esto significaba enviar a su hermano y a sus amigos a una muerte segura.

La razón principal por la que Claudiah había hecho esta apuesta en primer lugar, lo que más o menos aseguró su victoria, fue el Rey de las Bestias. Luchar contra ella sin Shu, el más fuerte entre ellos, era esencialmente una sentencia de muerte.

Sin embargo, los ojos de Ray no mostraban miedo alguno. Su determinación ya lo había ahogado todo. Por lo tanto, Shu reunió su propia determinación y decidió dejar aquí al enemigo más fuerte.

Solo quedaba una cosa por decir.

“Te dejo esto a ti”.

“Usted puede contar conmigo.” Inmediatamente después de eso, Shu puso toda su fuerza en sus piernas. Su inmensa STR hizo añicos el suelo, y él y Leviathan, a quien estaba agarrando con fuerza, sintieron el impacto.

Solo con la fuerza de sus piernas, podía moverse a velocidades extremas. Saltando en el aire con la fuerza de una bala de cañón, Shu desapareció a través del agujero en la pared que había dejado Leviatán.

Y la batalla aquí se la dejó a su hermano pequeño…

***

 

 

La mayoría de los guardaespaldas Dryfeanos estaban muertos.

Shu Starling y Leviatán se habían ido.

Las dos princesas se quedaron atrás, una sosteniendo una espada y la otra blandiendo una lanza.

Además de ellos, estaban Periodo de Muerte y La Sociedad Lunar… 86 Maestros de Altarian en total.

A Dryfe, por otro lado, solo le quedaba un Maestro.

Sin embargo, ella era la Maestra más fuerte de Dryfe, así como el vértice físico de Dendro… Rey de las Bestias, Behemot.

Miró en silencio el agujero en la pared… viendo a los dos que se habían desvanecido en la distancia.

“… No tengo a nadie con quien pelear ahora. No es justo, Levia.” Behemot se sorprendió lo suficiente como para dejar de hablar en la jerga de Internet y suspiró. Aunque estaba rodeada de Maestros de Altarian, parecía decepcionada, como si pensara que nadie más que Shu podría representar una amenaza para ella.

“Bueno, está bien…” dijo mientras miraba a Altimia. “Voy a capturar rápidamente a la princesa… y luego iré a Sh—”

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“No.” Un Maestro acortó sus palabras.

“No es mi hermano con quien vas a pelear”.

“¿Hm?” El Maestro — Ray Starling…

“Somos tus enemigos aquí… Te detendremos, Rey de las Bestias”,

… se hizo eco de las palabras de su hermano, todo mientras miraba directamente al Ápice Físico.

Behemot luego miró a su alrededor para ver que sus compañeros compartían su determinación.





Parpadeó una y otra vez como si viera algo realmente inusual.

“op…” La mandíbula bestial luego se deformó en una sonrisa. “Pero me gusta.” Un aura feroz brotó de ella mientras se preparaba para la batalla.

Así se levantó el telón de la primera batalla de Ray Starling contra un “Ápice”.

 

Infinite Dendrogram Volumen 13 Capitulo 7

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