Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 17

Capitulo 6: El Detective Desventurado

Parte 1

Aquí Satou. Los detectives de las historias siempre se topan con algún que otro crimen, hasta el punto de que la gente incluso llama a algunos personajes “imanes del misterio”. Envidio su capacidad para identificar al culpable cada vez, pero no me gustaría estar en su lugar.

“¿De quién es?”

“Parece que de la princesa Sistina.”

Le dije a Arisa quien había enviado la carta de la paloma mensajera.

“Adulterio.”

“No es así. Toma, echa un vistazo.”

“¿Una investigación?”

La carta era una petición de ayuda para investigar los incidentes de los monstruos.

“¿No que la princesa estaba investigando la razón por la que los cerezos en flor no están floreciendo?”

“Parece que cree que los monstruos pueden tener algo que ver con esto.”

También le enseñé la carta a Arisa.

“Huh. Y yo que pensaba que sólo era una excusa para atraparte, Amo.”

“No seas ridícula.”

Aunque supongo que no sería demasiado sorprendente después de como de comporto la última vez que nos vimos.

Mientras terminábamos de desayunar, la princesa llegó en un carruaje.

Era un carruaje para seis personas, con cuatro caballeros imperiales como guardias.

“¡Lord Satou! ¡He venido a buscarle!”

La princesa saludó desde la ventana del carruaje. Hoy sus gafas tenían una montura inusual de color oro rosado, posiblemente a juego con su vestido de flores de cerezo. Mi AR me dijo que era una aleación de mineral carmesí, que debía de ser bastante cara.

Al ver el alegre comportamiento de la princesa, Arisa dijo inmediatamente: “Pensándolo bien, iré contigo.”

“¿Qué hay de ayudar a la Srta. Nina y a la Compañía Echigoya?”

La mayoría de los planes del grupo que había escuchado durante el desayuno eran similares a los del día anterior.

“Nnngh… No, evitar que me engañes es más importante.”

“Mm, de acuerdo.”

Mia asintió y me agarró la mano con fuerza, como diciendo que ella también insistía en venir.

Al ver esto, Liza, Nana y las demás empezaron a decir que vendrían como guardias, pero como estábamos tratando de investigar un posible crimen, sería mejor no viajar en un grupo grande.

“¿Pasa algo, Lord Satou?”

La princesa descendió del carruaje, acompañada por dos damas de compañía y un mago de cabello rosa: La Sra. Athena, la Protectora de Sakura.

“¿Así que tú también vienes, Elfa Bolenan? Seré yo quien resuelva este misterio.”

“Mrr.”

Athena comenzó inmediatamente a azuzar a Mia.

“Vaya, ¿nos acompañará, Lady Misanaria?” La princesa aplaudió. “Qué emocionante.”

“Y yo soy Arisa, la dama de compañía de Lady Misanaria.” Añadió Arisa con suavidad, asegurándose un puesto.

El carruaje de la princesa sólo tenía capacidad para seis personas; por pequeñas que fueran, Arisa y Mia seguían superando el límite.

“Lord Satou, ¿no se siente incómodo?”

“Gracias por su preocupación, pero no hay necesidad de preocuparse. Ambas son bastante pequeñas.”

Como los bancos estaban diseñados para dos adultos, yo sólo estaba ligeramente apretado con Mia y Arisa a cada lado. El único problema real era que Arisa intentaba utilizarlo como excusa para tocar.

“Por favor, siéntase libre de hablar si surge la necesidad. Todavía hay espacio en el asiento del cochero.”

La dama de compañía, de aspecto más severo, habló por detrás de nosotros.

Al principio pensé que era una forma indirecta de decir que me sentara delante, hasta que la otra dama de compañía, más afable, añadió amablemente: “No hace falta que te reprimas por nosotras. Estamos acostumbradas al asiento del cochero.”

Saludé a nuestros amigos que nos observaban, y el carruaje se puso en marcha con los caballeros imperiales a ambos lados.

“Espero que mi repentina invitación no haya sido un inconveniente.”

“En absoluto. Es un honor.”

Incluso si hubiera sido inconveniente, un caballero honorario de bajo rango difícilmente podría rechazar una invitación de la realeza.

“¿Pero puedo preguntar por qué está realizando la investigación, Su Alteza?”

Me imaginé que si no decía algo, ella se lanzaría inmediatamente a hablar de hechizos.

“Para cumplir nuestra promesa al Rey Ancestral.”

Los ojos de la princesa brillaron y Athena también asintió con orgullo.

“La promesa ha estado vigente desde que el Rey Ancestral Yamato abdicó el trono en el segundo rey, el Rey Sharorik el Primero. ‘Asegúrate de que el Árbol Sagrado de Sakura florezca cada año’. Mantener esta promesa siempre ha recaído en la familia real y en los protectores de Sakura como Athena.”

Ah, así que por eso tienen una princesa conocedora que representa a la familia real.

“Creo que ya he preguntado esto antes, pero ¿la investigación de los monstruos de la cuerda roja está relacionada con la ayuda a la floración de los cerezos?”

“En efecto. Creemos que estos monstruos pueden estar profundamente involucrados en la razón por la que el Árbol Sagrado de Sakura aún no ha florecido.”

“¿Mrr?” Mia me miró a la cara.

Después de todo, ella sabía que ya había resuelto el problema con el Árbol Sagrado de Sakura —el Sakura Real— al arreglar los problemas con la vena de tierra, como pidió la dríade del Sakura.

Utilicé Teléfono para decirle a Mia en privado: “Lo que pasó con la dríade del sakura es un secreto.”

“Entonces, ¿por dónde vamos a empezar la investigación?”

“¡En el laboratorio de investigación real, por supuesto!”

Evidentemente, íbamos a empezar con los cadáveres de los monstruos de la cuerda roja y los restos de las herramientas mágicas encontrados cerca de los lugares donde habían aparecido.

***

“Aquí.”

Mia bajó del carruaje de un salto.

La Sra. Athena se apresuró a bajar tras ella e hinchó el pecho. Era bonito ver a alguien que parecía más o menos en edad de ir al instituto, compitiendo con una chica que parecía estar en la escuela primaria.

El sonriente cochero sacó un taburete y ayudó a la princesa y a sus damas de honor a bajar.

“Amo, ayúdame.”

Mirando el taburete, Arisa extendió la mano como si exigiera que la acompañaran.

“Claro que sí.”

La sujeté por la cintura y la puse en el suelo.

“¡Eso! ¡No! ¡Es! ¡Lo! ¡Que! ¡Quise! ¡Decir!”

Arisa se agitó en señal de protesta, enfatizando cada sílaba, pero yo me limité a sonreír y a ignorarla.

“Mano.”

Celosa de Arisa, Mia insistió en tomarme de la mano mientras caminábamos hacia el instituto de investigación real.

Cuando entramos en el vestíbulo, se oyó un rápido ruido de pasos desde el interior, y salió un hombre mayor vestido como un científico. Mi pantalla AR me dijo que era el director de esta institución.

“¡Santo cielo, Princesa Sistina! Qué honor tenerla agraciando nuestros humildes salones con su presencia, Su Alteza.”

“No me referiría al mayor santuario del conocimiento del reino como ‘humilde’.” La voz de la princesa era fría, un marcado contraste con la forma en que normalmente me hablaba. “Los monstruos de la cuerda roja fueron traídos aquí, ¿correcto? Deseo examinarlos. Guíame por el camino.”

Su expresión era fría mientras daba la orden.

“¿Los cadáveres de los monstruos, Su Alteza?”

“¿Qué pasa con ellos?”

“No están en condiciones de mostrarse a una princesa como usted…”

El investigador jefe se apresuró a disuadir a la altiva princesa.

“Investigador principal. Su Alteza le ha ordenado que la guíe. Deja de parlotear y llévanos allí de inmediato.” Ordenó la dama de compañía más severa.

“Pero, por supuesto.”

Como ella misma era hija de un conde, parecía estar acostumbrada a dar órdenes.

Levantando la bandera blanca, el investigador jefe nos condujo al interior del instituto de investigación.

“Me recuerda un poco a un pasillo de colegio.”

“Sí.”

No había ventanas, pero tenía una atmósfera similar.

Después de doblar varias esquinas, pasamos por un conjunto de pesadas puertas dobles a un anexo separado.

Al otro lado del pasillo había una sala en cuarentena separada por un cristal, que contenía un cadáver de un monstruo de cuerda roja.

Un investigador con bata blanca lo examinaba, con máscara y gafas.

“¿Sólo hay uno?”

“Los que ya hemos investigado fueron enviados para su eliminación.”

El investigador principal rechazó la pregunta de Athena con irritación.

Tal vez tenía algún tipo de rencor contra los Treinta y Tres Bastones de Shiga.

“¿Ya?”

“Por favor, eche un vistazo más de cerca, Su Alteza. Ese cadáver de monstruo ya ha empezado a pudrirse. Una vez disecados, es mejor deshacerse de los cadáveres de inmediato.”

El investigador jefe forzó una sonrisa.

“Pero no han pasado ni dos días…”

No sólo la carne y la piel se estaban ablandando, sino que los huesos eran tan frágiles que se deshacían al contacto con el investigador.

“Todavía estamos investigando, pero parece que los monstruos de cuerda roja se descomponen y decaen inusualmente rápido después de la muerte. Este es un síntoma común de los monstruos que han sido forzados a crecer a gran velocidad por la Magia Oscura.”

Apareció un investigador de élite decididamente seguro de sí mismo.

Nunca había oído hablar de la Magia Oscura que podía acelerar el crecimiento de los monstruos. Tendré que preguntar sobre eso más tarde.

“¿Y quién eres tú?”

“Perdone mi intromisión. Soy el ingeniero jefe ejecutivo. Mi nombre es…”

“No te metas cuando no te lo he pedido. Yo le explicaré las cosas a Su Alteza. ¡Tú sólo termina el papeleo para presentarlo a Su Excelencia el Primer Ministro!”

“Ah, lo tengo aquí mismo. Sólo falta que lo firme, señor.”

El investigador jefe frunció el ceño ante la desagradable sonrisa del ingeniero.

Por orden de la Princesa Sistina, una de las damas de compañía tomó los documentos del ingeniero jefe y se los entregó.

Arisa y Mia también querían ver, así que las sostuve a ambas mientras leíamos por encima del hombro de la princesa. En lugar de estirar el cuello al mismo tiempo, utilicé el hechizo de magia espacial Clarividencia para leerlo.

“Así que fuiste capaz de conjeturar el propósito de los objetos mágicos. ¿Tienes uno a mano?”

“Sí, en ese escritorio de ahí. Eres libre de mirar, pero no lo toques, no podemos permitir que lo rompas.”

La princesa levantó la vista bruscamente y envió una mirada escalofriante al ingeniero.

“¡Tú, el de ahí! No seas descortés con Lord Satou, un maestro del desarrollo de la magia. Como investigador, deberías mostrarle más respeto.”

“¿Maestro? ¿Este pequeño… quiero decir, este joven?”

“¿Insinúas que no crees en mis palabras?”

Cuando la mirada de la princesa se intensificó, el investigador jefe se apresuró a inclinar la cabeza en señal de disculpa.

“¿Esto? Dice que es una herramienta mágica de encendido…”

“Sí, eso es. Todas estaban más que medio rotas, pero es bastante sencillo de adivinar. La señal del hechizo de Magia Práctica funciona como una llave de activación y activa el círculo mágico o la runa de retardo a la que está conectada.”

“Se supone que eres un maestro de la magia, ¿y ni siquiera lo sabes…? Erm, bueno, supongo que tiene sentido. Pasaron de moda hace cientos de años.”

Al notar la mirada molesta de la princesa, el ingeniero jefe cambió rápidamente de tono.

“¿Alguna vez has retenido la última línea de un canto para cambiar el momento en que invocas un hechizo? En pocas palabras, llamamos a las runas mágicas con ese tipo de funcionalidad ‘runas de retardo’.”

Explicó que antes se utilizaban mucho en las batallas o para cazar monstruos con seguridad.

Dejaron de usarse porque los magos hábiles o los monstruos avispados descubrieron cómo evitarlas, se desarrollaron técnicas para eliminar cualquier runa de retardo en la zona, etc.

Todavía había una buena cantidad de gente que las utilizaba hasta el día de hoy, y cuando busqué en los libros de hechizos que tenía a mano, encontré varias secciones de cantos específicamente para las runas de retardo.

Mientras estábamos en ello, le pedí que me contara más sobre el uso de la Magia Oscura para acelerar el crecimiento de los monstruos. Me dijo que no era el uso previsto del hechizo, sino un efecto secundario que se había descubierto por casualidad en los experimentos del instituto de investigación real.

Encontré el mismo hechizo en uno de mis libros de hechizos e hice una nota para probarlo en algún momento.

“¿Pero no explota si usas Señal como clave de activación?”

“No es una simple señal la que lo pone en marcha. Es una longitud de onda especial que se repite una y otra vez.”

El ingeniero jefe respondió amablemente a la pregunta de Arisa. O no le importaban los niños, o simplemente le gustaba explicar las cosas.

“¿Dónde están los círculos mágicos que se encontraron junto a las herramientas mágicas?” Preguntó la princesa al investigador principal.

“Tenemos estas tres réplicas dibujadas por el personal.”

“¿Tres? Pero hubo cinco incidentes diferentes, ¿no?”

“No encontramos ningún círculo mágico en los dos sitios restantes.”

“¿Significa eso que fueron destruidos o borrados?”

“Es difícil de decir. Había rastros de monstruos violentos en los cinco sitios.”

El jefe de investigación miró al ingeniero por haber interrumpido.

“Además, no sabemos si estos círculos mágicos estaban realmente relacionados. Hay algún tipo de escritura en los círculos, pero…” El ingeniero jefe negó con la cabeza. “Puede que sólo sean tonterías.”

“¿Fragmento?”

“Hey, ¿qué es este fragmento quemado de aquí?”

Mia señaló algo en la esquina del escritorio y Arisa tradujo su breve pregunta.

“Es un fragmento que se encontró cerca de la herramienta mágica.”

“Puede que no esté relacionado con el incidente, pero lo tomamos por si acaso debido al patrón desconocido.”

El ingeniero completó las palabras del investigador jefe.

“Oye, este patrón…”

“Mm, Dejima.”

En efecto, se parecía a los patrones de la cerámica de la Isla Dejima que vimos en el almacén del mercader hombre comadreja.

“Están muy bien informadas para ser tan jóvenes.” Dijo el ingeniero jefe a Arisa y Mia.

Efectivamente, se trataba de un objeto del Imperio Comadreja, y confirmaron que ya se habían enviado guardias a investigar.

“Aquí es donde se eliminan las pociones demoníacas, ¿correcto?”

La princesa se lo pidió al investigador jefe y solicitó hablar con los investigadores que hicieron la eliminación.

Se refería a las pociones demoníacas que se encontraron en el almacén militar en el incidente que casi hace caer al Marqués Kelten.

“Las pociones demoníacas fueron desintoxicadas con un neutralizador y arrojadas a las alcantarillas.”

“Las alcantarillas…”

Después de sumirse en sus pensamientos por un momento, la Princesa Sistina les dijo a los investigadores que quería ver en qué lugar se encontraban.

El director del instituto intentó protestar diciendo que era demasiado sucio, pero la princesa insistió en que nos llevara allí.

“Por aquí.”

El vertedero, que estaba en una zona aislada, era tan maloliente que entendí por qué el investigador jefe era tan reacio a llevarnos allí.

Todos, incluidos él, la princesa y mis propias compañeras, enroscaron la cara y se taparon la boca con pañuelos.

Por alguna razón, había cadenas colgando del techo y montones de sacos contra la pared.

Había una valla más adentro; según mi mapa, al otro lado había un pozo que conducía a las alcantarillas.

“Rata.”

“Oh, vaya, su cola está asomando.”

Un grupo de trabajadores se ocupaba de deshacerse del cadáver de una rata mutante gigante.

En el fondo del pozo se mantenían slimes que digerían y rompían las cosas para evitar que las alcantarillas se obstruyeran.

“H-Hey, hay nobles aquí.”

“Uh-oh…”

Al ver a la princesa, los trabajadores dejaron caer el cadáver al suelo y se inclinaron profundamente.

“No se preocupen por mí. Continúen.”

La princesa parecía no inmutarse, pasando por delante de ellos.

• ¿Hmm?

Alcancé a ver el cadáver donde se había desenvuelto y noté algo extraño.

“¿Están examinando la carne y los órganos en otro lugar?”

“No, estamos…”

El investigador se interrumpió a mitad de la frase.

Al notar que lo mirábamos, los hombres se apresuraron a cubrir de nuevo el cadáver.

“¿Qué significa esto?” Preguntó el investigador.

“Hemos tomado algunos trozos que aún no estaban podridos.”

“Te dije que te deshicieras de todo. ¿Dónde está el resto del cuerpo? Tíralo de una vez.”

Acobardados por la ira del investigador, los hombres descubrieron de mala gana los trozos de carne escondidos y los tiraron con el resto del cadáver.

“Tsk, bastardos tacaños. Si lo tiran, ¿qué tiene de malo que nosotros tomemos un poco?”

“¡Cállate!”

Mientras el hombre más grande refunfuñaba en voz baja, el más pequeño lo detuvo.

“¡Te ordenamos que te deshagas de él porque es venenoso! ¡¿Quieres morir?!”

Al investigador prácticamente se le salía una vena de la frente mientras reprendía a los hombres.

“¿Es ese el ‘neutralizador’ del que hablabas?” Le preguntó la princesa al investigador jefe, que parecía desinteresado en las discusiones que había detrás de ellos.

El investigador jefe llamó a uno de los otros, evidentemente inseguro.

“Sí, sólo un estándar… Hmm, estos números no son correctos.”

El investigador de nivel medio se quedó sin palabras y corrió hacia el estante de los neutralizadores, revisando los libros de cuentas.

“¡Oigan! ¿Quién se encargó de la eliminación de los productos químicos?”

“Yo. ¿Qué pasa con eso?”

Era el mismo hombre que había refunfuñado antes.

“¿Mezclaste el neutralizador antes de deshacerte de él como te indicamos?”

“… Seguro, jefe. Mezclamos bien el neutralizador con las pociones demoníacas antes de lanzarlas.”

“¡¿Cómo sabías que eran pociones demoníacas?!”

Los ojos del hombre vacilaron.

Acorralado por las preguntas del investigador, echó a correr.

“■…”

Athena inició un cántico para detener al hombre.

“Satou.”

“Estoy en ello.”

Rápidamente me adelanté al hombre gruñón y lo detuve.

Hizo un intento de resistirse, pero no iba a perder ante alguien que no tenía ni idea de pelear.

Al notar que Athena detenía su canto con una expresión adusta, agaché la cabeza en señal de disculpa.

“Excelente.”

“Maravillosamente hecho.”

Mientras Mia y la princesa me alababan, até al hombre y lo entregué a los investigadores.

Evidentemente resignado, el hombre confesó que había desviado las pociones demoníacas para el mercado negro.

Las colocó en bolsas protectoras hechas de materiales a los que los slimes no se acercarían antes de enviarlos por la alcantarilla, con la intención de recuperarlos en la planta de filtración de agua.

Había echado un poco de neutralizador para que pareciera que lo había eliminado correctamente, pero al parecer se aburrió de eso y se detuvo en sólo un 20% de la cantidad requerida.

“¿Qué pasó con las pociones demoníacas que tomaste?”

“No se vendió mucho. La mayoría de las bolsas se rompieron y el producto fue absorbido por la maldita agua.”

El hombre sonrió descaradamente y escupió al suelo.

“Qué antiestético, investigador jefe.”

“¡No puedo creer que dejes a otras personas a cargo de la eliminación de una droga tan peligrosa!”

La princesa y Athena regañaron a los investigadores.

“Mis más profundas disculpas, Su Alteza. Una parte de las pociones demoníacas se ha filtrado por la mala gestión de mis subordinados.”

El investigador principal se disculpó y ambos inclinaron la cabeza.

“¿Podría haber sido la causa de los monstruos de la cuerda roja?”

“No puedo descartar la posibilidad.”

El investigador de nivel medio hizo una mueca.

“¿Qué te parece?” Me preguntó Arisa.

Sacudí la cabeza.

Los monstruos de cuerda roja, especialmente los que aparecieron después de nuestro encuentro, aparecieron sin ninguna señal previa en el mapa. Si se hubieran convertido gradualmente en monstruos debido a la poción demoníaca, mi mapa lo habría detectado.

Por si acaso, hice una búsqueda en el mapa, pero no había ningún monstruo con el efecto de estado Poción Demoníaca. Tampoco vi ninguna bolsa que contuviera pociones demoníacas.

“Consultaré con Su Majestad sobre este incidente mañana. Espero una retribución adecuada, en lugar de culpar a los que trabajan para usted.”

La princesa miró fríamente al investigador jefe.

Ella debe haber dicho deliberadamente “mañana” para darle tiempo a poner sus asuntos en orden.

“Vayámonos, Lord Satou.”

Seguí a la princesa fuera de la zona de eliminación.

“¿Vamos a la planta de purificación a continuación?”

“Así es, Athena.” Respondió la princesa. “Se han encontrado misteriosos cadáveres allí, y también es el lugar del segundo ataque.”

“Amo, por allí.”

Cuando salimos del instituto de investigación, un hombre vestido de forma sospechosa miraba nuestro carruaje.

“Antes también lo estaba.”

Mia confirmó que también estaba allí cuando llegamos.

“Un mendigo, imagino.” Comentó la dama de compañía severa.

Ella tenía razón: él pertenecía al gremio de los mendigos.

Tal vez incluso estaba reuniendo información sobre el incidente de los monstruos a petición de la Compañía Echigoya.