Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 17

Capitulo 5: Muchos Pasatiempos

Parte 2

“Muchas partituras.”

“¡Vaya, el papel es mucho más grueso de lo que esperaba!”

Después de salir de la sala de conciertos, hicimos algunas compras en una calle cercana llena de tiendas de instrumentos, partituras, etc.

Tuve la tonta idea de que si veía a un niño pequeño mirando con anhelo un instrumento a través de una ventana, tendría que comprárselo, pero lamentablemente no vi ninguna situación de esas de película.

“Amo, hay muchos soldados, informo.”

Nana tenía razón: hoy había muchos guardias en la ciudad.

El número de ellos en los cuarteles de los nobles era significativamente mayor de lo normal, e incluso en la calle principal, vi varios escuadrones de caballeros completamente armados a caballo. Debe ser por el incidente de ayer.

“¿Miau?”

“Ruidoso, sir.”

Tama y Pochi miraron nerviosas hacia el camino de nuestra izquierda que llevaba a la calle principal.

Tres hombres de aspecto sospechoso corrían en nuestra dirección, apartando a los peatones del camino. Detrás de ellos, los caballeros que gritaban con fuerza les perseguían.

“““¡Fuera del camino!”””

“¿Bloqueoooo…?”

“¡No pueden pasar, sirs!”

“Hay que ver, cuanta insolencia.”

Tama y Pochi derribaron a los hombres de la izquierda y la derecha, mientras que Lady Karina noqueó al hombre del centro con una patada giratoria.

Entregamos a los hombres a los guardias que los alcanzaron poco después.

“¡Eso fue genial, chicas!”

“¡Esa chica de las tetas grandes es muy fuerte!”

“Me gustaría que mi hijo se casara con ella.”

“Que dama más herma…”

Una multitud de personas se reunió alrededor, haciendo que Lady Karina se retorciera de vergüenza.

Desgraciadamente, esto la hizo parecer aún más adorable a la multitud, cuyos vítores se intensificaron hasta que llegó a su límite y salió corriendo.

“Karinaaa…”

“¡Karina, espera! ¡Sir!”

Tama y Pochi fueron corriendo tras ella.

Al darse cuenta de que habían exagerado, la multitud puso cara de vergüenza y se fue disolviendo.

“Lo siento, Liza, pero ¿podrías ir tras ellas?”

“Por supuesto, Amo.”

Liza persiguió a los tres.

“Gracias por ayudarnos a detener a esos canallas.” Me dijo el hombre que parecía ser el jefe de los guardias.

Detrás de nosotros, los guardias interrogaban a los sospechosos atados.

“¡Escúpelo! ¿Quién era el cliente?”

“¡No tengo ni idea! ¿Qué quieres decir?”

“¡No te hagas el tonto! ¡Sabemos que anoche transportaste algunas herramientas sospechosas en los túneles subterráneos!”

¿Herramientas sospechosas en túneles subterráneos?

¿Fueron estos tipos realmente responsables de los incidentes de los monstruos de ayer?

“¡Gracias de nuevo por su ayuda!” Me repitió el líder. “¿Puedo preguntarle su nombre?”

“Oh, sólo estábamos de paso.” Respondí con una sonrisa, y me despedí.

Por curiosidad, me quedé cerca y escuché mientras esperaba el regreso de Lady Karina y las demás.

“Si no nos dicen quién era el cliente, puede que los colguemos.”

Ante esa amenaza, uno de los hombres murmuró de mala gana:

“Era un tipo de clase alta.”

“¿Y su nombre?”

“Ni idea. El tipo que nos contrató era un viejo snob que se presentó como ‘sirviente de un tipo de clase alta’.”

Dijo que era un hombre de mediana edad sin ninguna cualidad especialmente distintiva.

“¿No le has seguido?”

Sin poder resistir mi curiosidad, intervine con la ayuda de mi habilidad “Interrogación”.

“Claro que sí. La persona que estaba esperando al cliente le gritó por su nombre, ¿de acuerdo?”

“¿Y ese nombre era?”

“¡Te lo diré si me dejas ir—gah!”

Cuando el hombre empezó a intentar negociar, los guardias le patearon sin piedad, intentando que soltara la información.

Me gustaría que no utilizaran técnicas tan violentas en público; podrían asustar a cualquier niño que lo viera.

“Sir Pendragon, y Srta. Pochi y Srta. Tama, ¡muchas gracias por su ayuda!”

“¡E-je-je, sir!”

“Nye-je-je…”

Pochi y Tama soltaron una risita tímida ante los elogios del jefe de la guardia.

Justo cuando empezaba una auténtica sesión de tortura en la calle, Pochi y Tama volvieron con Lady Karina a cuestas. Rápidamente las puse a trabajar como las “despiadadas torturadoras Pochi y Tama” para demostrar un mejor método de tortura.

“¡Pochi es una profesional de las cosquillas, sir!”

“¿Cuchi-cuuu…?”

Al ver que las dos chicas movían los dedos, los rostros severos de los guardias se llenaron de sonrisas.

“Ahora nuestra investigación puede continuar. Si nos disculpan.”

Los guardias se inclinaron ante nosotros y se marcharon, arrastrando a los hombres capturados, por supuesto.

“Dijeron que el apellido era Merkray, ¿verdad? ¿Crees que es realmente quien está detrás de los brotes de monstruos?”

“Dudo que los arresten por un solo testimonio.”

Después de todo, era una familia noble importante.

“¿Pero no es ese noble en particular famoso por su mal comportamiento?” Preguntó Lady Karina.

Le expliqué que si no había ninguna prueba, probablemente hablarían para librarse de ella.

Intenté buscar en el mapa, pero ninguno de los miembros o sirvientes de la familia Merkray pertenecía al gremio de adoradores del señor demonio, Luz de Libertad, y no vi ninguna poción o ingrediente demoníaco en sus casas o almacenes.

Aunque estaban en una zona gris con seguridad, no había pruebas de que fueran absolutamente malvados.

Probablemente podría esperar a que los espías y guardias del primer ministro lo descubrieran.

Incluso fisgoneando con mis hechizos de Magia Espacial como Clarividencia y Clariaudiencia, no capté ninguna conversación o escena convenientemente sospechosa.

“¿Carneee…?”

“Sr. Piernas de Bicho, sir.”

Mientras caminábamos hacia la calle principal donde nos esperaba nuestro carruaje, Tama y Pochi señalaron un carro cubierto de tela. La pata de un monstruo parecido a un insecto asomaba por un desgarro en la tela. Debían de transportar cadáveres de monstruos.

“Parece que algunos de los monstruos muertos de ayer.”

“¿Ayer?” Arisa ladeó la cabeza. “Pero este lugar está bastante lejos de donde estábamos ayer, ¿no?”

“Oh, ¿no te lo dije? Ayer hubo varios brotes de monstruos además del que nos encontramos.”

Repetí la información del Primer Ministro a mi grupo.

Como Lady Karina también estaba con nosotros, no mencioné de quién lo había oído.

“¡Vamos a la escena del crimen! Dicen que los criminales siempre vuelven allí.” Gritó Arisa, y así partimos en el carruaje para recorrer los lugares de los incidentes.

Muchos de ellos —cuatro de los cinco, de hecho— estaban en la parte baja de la ciudad.

Los guardias habían bloqueado las zonas de los ataques de los monstruos, e incluso vimos a algunas sacerdotisas de los templos cercanos realizando purificaciones en la zona.

“Amo, por allí.”

En uno de los lugares, Liza me susurró y señaló discretamente a un hombre comadreja encapuchado.

Parecía estar usando un objeto inhibidor de reconocimiento, pero mi AR me dijo que su verdadera identidad era la misma del mago que había visto en la Compañía Sahbe.

“Satou.”

“Amo, personas sospechosas detectadas, informo.”

Esta vez, Mia y Nana señalaban a un grupo de hombres con túnicas y capuchas que les cubrían los ojos. Según mi pantalla AR, eran miembros del grupo ocultista informal Viento de Libertad.

“Oh, no te preocupes por ellos.” Dije.

Sin duda, estaban intercambiando teorías conspirativas y fantasías sobre los extraños incidentes.

***

“Amo, ¿qué es eso?”

Cuando pasamos por un parque cercano, Lulu me tiró de la manga.

Me giré, esperando una nueva conmoción, pero…

“¿Eso es… un kamishibai?”

“Vaya, no sabía que aquí también tenían eso.”

Se parecía mucho a una forma japonesa de teatro callejero, no muy diferente a un espectáculo de marionetas pero con personajes y fondos de papel. Le pedí al conductor que se detuviera para poder bajar.

“¿Oh? Aquí también hay un encantador de serpientes.”

“¿Tal vez están de moda ahora?”

También había otros artistas callejeros practicando aquí y allá.

Charlamos sobre ello mientras caminamos hacia el cuentacuentos kamishibai.

“¡Larvas!” Exclamó Nana.

El cuentacuentos estaba rodeado de un público infantil.

“¡Los caramelos cuestan una moneda de un centavo cada uno! Los niños que compren caramelos pueden sentarse delante, el resto detrás.”

Al parecer, la actuación en sí era gratuita, siendo el dinero de los caramelos la principal fuente de ingresos del artista.

“Vaya, es increíble… ¿Serán ciruelas confitadas?”

“¿Ciruelas confitadas? No, aquí sólo hay caramelos de jarabe.”

El cuentacuentos abrió el tarro que colgaba de su cuello y nos mostró los caramelos que había dentro.

No era el tipo de jarabe de mizuame transparente que se ve en el Japón moderno, sino el caramelo de malta ligeramente teñido de marrón que habíamos visto en el Ducado Ouguch.

“Compraré uno para todos.”

“¡Muchísimas gracias!”

Le entregué una moneda de plata. En lugar de que me devolviera el cambio, le pedí a que diera un caramelo a cada uno de los niños reunidos alrededor del pequeño teatro.

Me sentiría incómodo si fuéramos los únicos que recibieran caramelos.

“Hace mucho, mucho tiempo… en los tiempos anteriores al traslado de la capital aquí, este era un lugar peligroso, donde los monstruos de las Tierras Azules atacaban casi todos los días.”

El narrador del kamishibai comenzó su relato. El título era “El Rey Ancestral y el Rey Fantasma Malvado.”

“Entonces, un día, quién debería llegar sino…”

“¡El Rey Ancestral!”

“¡Lord Yamato!”

“El Reeeeey.”

Los niños, que ya deben haber visto esto muchas veces, gritaron antes de que el cuentacuentos pudiera terminar su frase.

“Sí, efectivamente. No fue otro que nuestro gran Rey Ancestral, que derrotó al Gran Señor Demonio y fundó el Reino Shiga!”

Los niños aplaudieron la dramática proclamación del cuentacuentos.

A medida que la historia avanzaba, los padres que habían perdido a sus hijos a causa de los monstruos, los niños cuyos padres habían sido asesinados por los monstruos y otras víctimas de este tipo pedían al Rey Ancestral Yamato que hiciera algo con los monstruos que seguían llegando desde las Tierras Azules.

Pero el reino recién formado no tenía suficiente poderío militar para combatirlos a todos, dejando al pueblo decepcionado con su rey.

Entonces, justo cuando el rey se lamentaba de esta impotencia en el castillo real…

“De la nada, una voz se dirigió al Rey Ancestral: ‘Oh, gran líder de la humanidad.’ El rey ancestral siguió la voz hasta lo más profundo del bosque, donde le esperaba una doncella.”

El cuentacuentos hacía efectos sonoros con un pequeño artilugio.

“… ‘Reúne los recipientes sagrados del reino caído de las Tierras Azules. Una vez que hayas reunido los suficientes, te enseñaré a realizar un ritual que evitará que los monstruos se acerquen.’ Con eso, la chica se desvaneció, mientras el rey ancestral exclamaba: ‘¡Por favor, dime tu nombre!’ Y así, el rey envió un equipo de poderosos caballeros a los restos del Imperio Flue en el gran desierto para buscar recipientes sagrados.”

Vaya. Sé que esto es ficción, pero es una orden bastante dura.

¿Quizás esta historia se basa en esas leyendas inglesas sobre caballeros y reyes?

“… ‘¡Oh, doncella! He reunido las vasijas’, declaró el Rey Ancestral en una colina, y efectivamente, la muchacha apareció en un destello de luz.”

Se añadió a la escena un papel que representaba un triángulo de luz amarilla, y luego se sacó del marco para revelar a la doncella. Probablemente sacó otra capa de papel junto con el triángulo para crear ese efecto.

“… ‘Así que has cumplido tu parte del pacto. Ahora permíteme cumplir la mía’, dijo la doncella, ¡y he aquí que se vio rodeada de luz y se convirtió en un gigantesco Santo Grial!”

El cuentacuentos utilizó un instrumento que colgaba de su cinturón para crear un sonido dun-dun, atrayendo a los niños a la historia con tanto entusiasmo que se olvidaron de seguir comiendo sus caramelos.

“… ‘Oh sacerdotisas, usen estos cálices sagrados para ayudar al gran Rey Ancestral. Oh rey, utiliza el poder que contienen para rechazar a los monstruos’, dijo la doncella, y las sacerdotisas comenzaron la ceremonia. Reunieron toda la maldad y los espíritus malignos que atraen a los monstruos en los cálices sagrados y los transformaron en una bestia negra gigante.”

Esto fue puntuado con una imitación de un temible rugido.

Los niños que se asustan más fácilmente se tapan los oídos y cierran los ojos, mientras que los mayores observan con más atención para no perderse ni un solo momento del clímax.

“¡Esta bestia atacó a las sacerdotisas que estaban realizando el ritual ante los cálices sagrados! Pero, por supuesto, ¡estaban en presencia del mayor héroe de todos los tiempos! ¡Un rey entre reyes! ¡Nuestro gran fundador ancestral! El Rey Ancestral desenfundó la Espada Sagrada Claidheamh Soluis, saltó delante del monstruo y, ¡KER-SLASH!, lo partió en dos.”

El cuentacuentos cambió rápidamente una imagen del Rey Ancestral cortando al monstruo gigante por la mitad y utilizó un instrumento parecido a un címbalo fijado al escenario de la imagen para crear un sonido de choque.

“¡El rey ancestral es tan geniaaaal!”

“¡Cuando crezca, seré un caballero y serviré al rey!”

“¡Yo también!”

Tanto los niños como las niñas contemplaron con ojos brillantes la imagen del Rey Ancestral y la Espada Sagrada.

“¡Así, los monstruos fueron desterrados de esta tierra para siempre, y el Rey Ancestral creó una nueva capital real en este mismo lugar!”

“¡Por eso no hay monstruos en la capital real!”

“Mi mami dijo que la capital real es el único lugar con tierras de cultivo seguras fuera de las murallas de la ciudad.”

“Boooo, lo sabía.”

Los niños intercambiaron alegremente sus propios conocimientos, dejando de escuchar al cuentacuentos, aunque éste seguía hablando.

“En cualquier caso, la Ceremonia de Limpieza del Mal se sigue celebrando cada año en la víspera de Año Nuevo. Es un día para celebrar la grandeza del Rey Ancestral y rezar a los dioses.”

Para terminar la historia, el narrador explicó a los niños esta última parte.

“Mi familia va a ir al Templo Parion.”

“Adoramos nuestra estatua del Rey Ancestral en casa.”

“Bueno, vamos a ir al Templo Garleon.”

No me había dado cuenta de que la Ceremonia de Limpieza del Mal era tan conocida entre el público general de la capital real.

“Ha sido un poco prolijo, pero no está mal, supongo.” Comentó Arisa con ligereza.

“¡Eso no es cierto, sir! Fue muy, muy interesante y bueno, sir.” Respondió Pochi con fervor. “¡No podemos quedarnos sentados, sir! ¡Los impulsos creativos de Pochi están en llamas, sir!”

Esta actuación parece haber despertado el alma de Pochi, amante de las historias.

Observé con cariño cómo los ojos de Pochi brillaban de emoción, y volvimos enseguida a nuestra mansión de la capital real.

***

“Ahora bien, ¿qué haremos hoy?”

Quedaban tres días para la Nochevieja, y el día de Año Nuevo teníamos las ceremonias de paridad y promoción, pero no había grandes planes hasta entonces.

Algunos de mis conocidos, como los nobles que conocía de la antigua capital y la Sra. Ema Litton y sus amigas, me enviaron invitaciones a todo tipo de fiestas, desde fiestas nocturnas hasta fiestas de té diurnas y fiestas en el jardín. Sin embargo, sólo asistí a algunas de ellas; demasiadas fiestas seguidas resultaban agotadoras.

En la medida de lo posible, quería reunirme con el Vizconde Siemmen y pedirle algunos pergaminos nuevos antes de fin de año. Sin embargo, teníamos problemas para cuadrar nuestras agendas, ya que el final del año era una época de mucho trabajo entre bastidores para los altos nobles.

La Vizcondesa Nina de la Baronía Muno también estaba trabajando duro, e incluso el propio Barón Muno, normalmente tranquilo y tímido, estaba haciendo todo lo posible por el bien de su pueblo y su familia.

“Esta mañana voy a hacer unos trámites para la Srta. Nina. Luego, por la tarde, la Empresa Echigoya va a dar una sesión informativa sobre la franquicia, así que también voy a ir a observar eso.”

Arisa también tenía las manos llenas.

“Estoy pensando en investigar los platos de osechi para el Año Nuevo hasta que lleguen las vacaciones.”

“Vendré a ayudar cuando pueda.”

“¡Gracias!”

Lulu sonrió alegremente.

Las únicas recetas que teníamos para los osechi, los platos tradicionales japoneses de Año Nuevo, nos las dio la elfa cocinera Sra. Nea, pero eran imitaciones casi ridículamente inexactas de los auténticos.

Por desgracia, ni Arisa ni yo conocíamos ninguna receta de osechi, y las que habían dejado los héroes y reencarnados anteriores eran escasas.

Sin embargo, iba a pedir prestada una colección de recetas a la pareja de nobles amantes de la comida de la antigua capital, el Marqués Lloyd y el Conde Hohen. Deberían llegar en una aeronave mañana.

“Sala de conciertos.”

Mia quería volver a actuar en el escenario de la sala de conciertos.

“¡Pochi está escribiendo con ardiente pasión, sir!”

Evidentemente, Pochi seguía trabajando en una novela después de que ayer le llegara la inspiración.

“Deseo retozar con las larvas, declaro.”

“¿Vas a visitar algún orfanato? Hay algunos diferentes entre los templos y el gobierno y tal.”

Utilicé mi búsqueda en el mapa para encontrar uno que estuviera cerca de nuestra mansión y en una zona segura, el orfanato del Templo de Parion.

Como todavía no había ido a ningún templo a hacer donaciones, decidí acompañarla para poder hacerlo.

“Tama, ¿vas a esculpir hoy?”

“Aye.” Tama asintió.

“¿Y la Sra. Liza? ¿Un tour de comida, tal vez?”

“No, me vendría bien un poco más de ejercicio. Voy a practicar con mi lanza en algún sitio.”

“¿Qué hay de la guarnición de los Caballeros Sagrados?”

“Por Dios, no. Odiaría tener que rechazarlos si me invitan a unirme, y prefiero no atraer atención no deseada.”

A diferencia de Ciudad Laberinto, en la capital real no había muchos lugares para practicar con la lanza, salvo los terrenos privados, las salas de artes marciales y los campos de entrenamiento militar.

Y aunque había muchas salas de artes marciales en los alrededores, se consideraba un desafío si te presentabas en una cuyo estilo no practicabas, lo que las descartaba como opción.

“No hay que preocuparse. Conozco una zona discreta cerca de los muros exteriores.”

Liza describió un lugar que había encontrado en sus maratones matinales.

Sonaba bien para practicar posturas, pero alguien tan poderoso como Liza no podía ir precisamente a por todas.

Decidí buscar un lugar donde ella y las demás pudieran entrenar después de acompañar a todas.

***

“Amo.”

Nana me llamó cerca del templo.

Después de llevar a Arisa, Tama y Mia a sus respectivas actividades, me acerqué al cercano Templo de Parion con Nana. En la enorme capital real había cuatro templos sólo para Parion; el más cercano a nuestra mansión era el segundo más grande.

“Parece un lugar tranquilo.”

“Sí, Amo.”

No era exactamente lo que esperaba, teniendo en cuenta que las doncellas del santuario del Oráculo se habían desmayado y las sacerdotisas declaraban: “Un peligro sin precedentes se acerca a la capital real.”

Tal vez era una frase para conseguir más donaciones, como había oído decir a alguien.

“Oigo la llamada de las larvas, informo.”

Oof, esa línea sonó como algo sacado de un juego de terror que involucra un medidor de cordura.

Está claro que Nana tenía ganas de seguir el sonido de las voces de los niños en el orfanato que hay detrás del templo.

“Espera, Nana. Primero hagamos unas donaciones en el templo.”

De este modo, supuse que era menos probable que nos denunciaran a los guardias como intrusos sospechosos. Tomé la mano de Nana y la arrastré al interior del templo, donde le doné una pequeña bolsa llena de monedas de oro.

“Esperábamos observar el orfanato del templo si era posible…”

Por alguna razón, esa petición cambió la expresión de regocijo apenas reprimido del sacerdote por la gran suma a una de comprensión consciente.

A pesar de estar confundido, le seguí junto a Nana hasta el orfanato.

“Amo, Lawrence está aquí rodeado de larvas, informo.”

En ese momento, me asomé más allá de los setos y vi a Lawrence —el apodo del Cardenal Hozzunas— jugando con una pandilla de niños del orfanato.

“Su Gracia, permítame presentarle a Sir Pendragon de la Baronía de Muno, quien ofreció una generosa donación al templo. Sir Caballero, este es Su Gracia el Cardenal Hozzunas de la Provincia de Parion.”

El sacerdote nos presentó.

Debió malinterpretar mi donación como una petición para que le presentaran al cardenal.

“Nos encontramos de nuevo, Sir Pendragon.”

“Es un honor como siempre, Su Excelencia.”

Nana se movía inquieta mientras nos saludábamos, así que pedí permiso a las sacerdotisas y la envié a jugar con los niños.

“¿Es esa encantadora joven su futura esposa?”

“No, es una compañera de exploración, algo así como un miembro de la familia. ¿Viene aquí con regularidad, Su Alteza?”

“En efecto. No todos los días, pero es el deber de un clérigo comulgar con estas mentes jóvenes directamente y hablarles de las santas enseñanzas.”

Ojalá ese cura fuera la mitad de piadoso.

“Su Excelencia…”

Una sacerdotisa que estaba de guardia entre el orfanato y el templo llamó al cardenal.

“¿Ya es tan tarde? Mis disculpas, Sir Pendragon. Me hubiera gustado discutir la fe con usted un poco más, pero parece que mi tiempo se ha acabado.”

El cardenal se disculpó y salió del orfanato con la sacerdotisa.

Según la conversación que escuché con Audición Aguda, se dirigían al Templo de Parion más grande de la capital real para una reunión sobre la Ceremonia de Limpieza del Mal.

“¡Amo! ¿Puedo alimentar a los niños con algunos dulces, pregunto?”

Primero pregunté a la sacerdotisa en prácticas que los vigilaba, y luego le dije a Nana que podía darles uno a cada uno para que no tuvieran caries. Al ver la expresión de envidia de la joven sacerdotisa en formación, también le di uno de los caramelos.

Después de cuidar a Nana y a los niños durante un rato, volví a nuestra mansión.