Shuumatsu Nani Shitemasu ka？(NL)

Volumen EX

Capítulo 2: La Princesa Valiente Del Reino Caído

Parte 1

Lilya Asprey

Lilya Asprey sabe qué es el vacío. Eso es porque hace cuatro años, cuando tenía diez años, ella lo experimentó.

***

Lilya era una chica obediente.

Siempre escuchaba lo que los adultos le decían y sonreía cuando lo deseaban, eso era todo lo que necesitaban de ella.

Ella era la princesa del Reino Dionne Knight y decimocuarta heredera del trono. Un pequeño e idílico reino, a Dionne no le preocupaba ni les importaban cosas como conflictos o luchas de poder. Debido a eso, el reino existió principalmente como un símbolo perfecto de paz.

Los que representaban a Dionne tenían que ser igualmente puros, por lo que Lilya fue entrenada para ser una muñeca que no haría otra cosa más que sonreír dulcemente. Ese era un deber que la chica, callada pero inteligente, entendía y aceptaba desde la infancia.

Si complace a los adultos que me rodean, entonces estoy de acuerdo con esto, pensó. Voy a sonreír tanto como pueda.

Sería un malentendido llamar a esa vida “insoportable”. Aunque sus padres estaban ocupados día tras día, todavía dedicaban sus corazones y almas a su hija. Los nobles que vivían en el castillo y los caballeros de la Orden eran buenas personas. La sonrisa de Lilya no era solo un acto; la mayoría de las veces, era muy natural.

Sin embargo, cuando ella tenía nueve años, su mundo se transformó por completo.

Hay un tipo de monstruo conocido como elfo oscuro. Si bien su apariencia se asemeja a madera podrida, su velocidad y capacidad para trabajar en grupos hacen que su apariencia sin pretensiones sea más una mala broma. Pertenecen al tipo de monstruo “espiritual” gracias a su alto grado de conocimiento y habilidad mágica, aunque no hay pruebas concretas de que sean capaces de comunicarse con los humanos. Los elfos oscuros construyen sobre el pasado, entregando historia y tecnología que se remontan a la antigüedad. En consecuencia, dentro del ejército se los conoce como la “Raza Fantasma”. Rara vez se aventuran fuera de su dominio, el Bosque Turbio, pero ocasionalmente se reúnen y atacan la civilización humana para expandir su territorio.

Un día, Dionne fue asaltada por cientos de los elfos oscuros.

Atacaron antes del amanecer, invadiendo las tierras del reino como una plaga. El humo que normalmente se emitiría de las casas civiles fue reemplazado por llamas ardientes; los elfos oscuros usaron su magia espiritual para quemar la capital hasta sus cimientos. Aunque había milicias y caballeros estacionados por toda la ciudad como medida de precaución, los soldados que ahora se encontraban frente a un enemigo inimaginablemente fuerte no podían contener a los monstruosos elfos oscuros, solo por el mismo motivo en que un rastrillo no podía empujar el agua cuesta arriba.

El reino desapareció.

Lilya fue una de las pocas sobrevivientes, escapando por un pasaje secreto con la ayuda de un oficial leal.

La historia de su pasado se hizo bastante conocida por todos los que la escucharon: fue entonces cuando Lilya Asprey perdió todo lo que tenía.

Desde una perspectiva, eso no estaba mal. Ella había perdido tanto en ese momento.

Pero desde otra perspectiva, lo fue. Más bien sería mejor decir que después de ese día, Lilya comenzó a perder todo lo que tenía.

Como protagonista de una tragedia, llegó a aceptar varias cosas. Además, a medida que avanzaba su vida, asumió un papel que nunca antes había tenido.

Ella había perdido las cosas que amaba. Los malvados elfos Oscuros los habían arrebatado. Ella muy claramente los vio a todos, ya que desaparecieron en las llamas. Algo precioso. Algo notable. Cosas que eran irremplazables para mí, e incluso cosas que quería hacer desaparecer. Todos ellos quemados en cenizas.

Entonces ella debería sentir pena.

Entonces ella debería sentir dolor.

Entonces ella debería sentir desesperación.

Entonces ella debería sentir rabia.

Entonces ella debería sentir odio.

No importa quién fuera, todos trataron a la princesa del reino destruido como la protagonista de una tragedia y la obligaron a asumir su nuevo papel: una chica digna de lástima.

Para ellos era como mirar desde una habitación cálida separada de la nieve por una ventana. Miraban lo desafortunada que era ella, y se regocijaban de los afortunados que eran. Así fue como le quitaron el placer a ella.

Pero Lilya es una chica sincera.

Escuchaba obedientemente lo que los adultos le decían y sonreía cuando lo deseaban, que es todo lo que necesitaban de ella.

Para que vean mi dolor.

Para que vean mi desesperación.

Para que vean mi furia.

Para dejarles ver mí odio. Utilizaré esta sonrisa exhausta para mostrar todos estos sentimientos, al igual que los adultos que me rodean quieren que haga.

Un día en la oscuridad, reflexionó: ¿Realmente siento dolor? ¿Realmente siento desesperación, rabia, odio?

Estos sentimientos existen dentro de mi corazón. ¿Pero de dónde vinieron?

Debió ser ese día cuando Lilya Asprey tenía nueve años. ¿Qué había sentido ella cuando vio las llamas ardientes?

No puedo recordar

“Debería ser así. Debe ser así.” La gente a su alrededor había seguido repitiendo esas expectativas, cubriendo lentamente los sentimientos y recuerdos que había tenido.

Cuando finalmente se dio cuenta, ya era demasiado tarde. La chica que solo había seguido los deseos de quienes la rodeaban y ya se había olvidado de sí misma.

***

Pasó un año. Lilya cumplió diez años.

El anciano, su maestro, le había dicho que esperara en la casita. Luego se fue con sus compañeros, todos ellos se veían fuertes a pesar de sus años.

Ella lo obedeció y se quedó en su habitación; no era como si tuviera otra opción. Desde que era niña, había sido buena para sentarse derecha y quedarse quieta. El truco era no aburrirse, despejar su mente y borrar sus sentimientos. Después de eso, podría esperar unas horas… o incluso unos pocos días, si se tratara de eso.

Por alguna razón, esta vez su talento le falló.

Distraída por sus pensamientos, Lilya abandonó espontáneamente la casa y comenzó a caminar hacia el bosque.

Si haces algo que normalmente no harías, entonces verás cosas que de otro modo no tendrías.

En algún lugar dentro del bosque, había un espacio donde los densos árboles se abrían. En ese lugar, había un chico de la misma edad que ella, el empuñaba un palo de madera.

Estaba rodeado por una capa brillante de calor, una que parecía una ilusión, pero que era muy real. El niño había estado ejercitando vigorosamente; aunque era invierno, su ropa estaba empapada en sudor e incluso el suelo estaba húmedo con su sudor.

Incluso si solo estaba jugando, él es demasiado serio al respecto. Lilya se escondió en las sombras de los árboles, preparada para observarlo por un tiempo.

Aunque sus acciones fueron ligeras, sus pasos fueron profundos. Su centro de gravedad estaba colocado demasiado alto, pero después de un golpe, cayó. Era como si el niño estuviera jugando, tratando de hacer lo imposible. Solo observando sus incómodas acciones, ella ya podía entender un poco de su personalidad.

El niño probablemente estaba haciendo algunos ejercicios previos al entrenamiento antes de aprender a usar diferentes tipos de armas; sus movimientos eran mejores que simplemente jugar, de alguna manera imitando la esgrima. Pero cuando ella miró más de cerca, hubo pequeños cambios entre cada acción. Con solo cambiar la posición de la empuñadura, un simple palo podría reproducir las artes marciales factibles con todo tipo de armas; más bien, ese era el nivel de dominio que el niño estaba tratando de alcanzar.

Desafortunadamente, no importaba cuánto lo intentara, estaba claro que el chico no era lo suficientemente habilidoso.

El propósito principal de este entrenamiento era captar el movimiento de los dedos cuando se usan diferentes armas. Para golpear con fuerza, era clave levantar el centro de gravedad mientras se reducía rápidamente el objetivo. Sin embargo, todo el esfuerzo invertido en acumular energía se desperdiciaba en las pisadas excesivamente pesadas del chico. Además, su cuerpo tenía que permanecer ligero como una pluma en todo momento. Solo entonces su entrenamiento podría llamarse “un poco mejor que jugar-pelear”.

Cuanto más lo miraba Lilya, más insatisfecha se volvía. Cuanto más insatisfecha estaba, más enojada se ponía.

Aun así, ella no apartó los ojos.

La visión de Lilya se volvió borrosa, como si estuviera a punto de llorar. Si continúa así, es probable que haya lágrimas. Odiaba ponerse tan emocional. Sin dejar de mirar al niño, usó ambas manos para secarse las gotas en las comisuras de los ojos.

Y luego, resbalón, el joven perdió el equilibrio.

El pánico se reflejó en su rostro, sus sandalias dibujaron un hermoso arco mientras giraba un semicírculo en el aire. Su espalda impactó el suelo con un boom. Era menos como si hubiera tropezado y más como si se hubiera derribado a la fuerza. Afortunadamente, el suelo era suave, por lo que no se lesionaría demasiado.

“¡Eso duele!”

Se quejó en voz alta, probablemente por amargura de que no podía hacer buen uso de su propio cuerpo. Debe estar hambriento de descanso. El niño se tendió en el suelo, con las manos y los pies extendidos, mirando hacia el cielo azul.

“…”

Él la había visto. Sus ojos se encontraron.

El chico no había esperado que alguien lo estuviera viendo entrenar. La consternación brilló en sus ojos, convirtiéndose lentamente en vergüenza.

“¿Tú… quién eres?”

El chico se sonrojó, como suelen hacer los que acaban de hacer ejercicio vigoroso. Saltó de prisa, quitándose la suciedad de su cuerpo y agarrando el palo que había tirado a un lado, y luego posando como si lo que acababa de ver nunca hubiera sucedido. “¿Lo viste? ¿Lo viste?”

Lo vi todo. Lilya casi le dijo sin rodeos antes de tragar sus palabras. No puedo decir eso. Probablemente aplastará su creciente

autoestima. Diez años de experiencia acumulada por su noble vida y nacimiento como protagonista de una tragedia le habían enseñado eso.

Pero a pesar de que ella quería permanecer en silencio, el niño la miró directamente, como pidiendo algún tipo de reacción.

Debo decir algo. De repente, ansiosa, el juicio de Lilya fue desorganizado. Sus pensamientos salieron de su boca. “Terrible.”

“… ¿Terrible?”

“Absolutamente terrible”.

En ese momento, el tiempo se detuvo.

Lilya sintió que la autoestima del chico no solo estaba más allá de la herida, sino que ahora estaba destrozada en pedazos.

Ese era el recuerdo que tenía la niña llamada Lilya Asprey de su primer encuentro con el joven que sería su senpai. Aunque trata a todos amablemente y con paciencia, Willem Kmetsch siempre ha considerado a su camarada Lilya como una excepción. Esta es una de sus razones para hacerlo.

***

El sol que nunca se pone

Unos años después de ese fatídico encuentro, Lilya caminaba pesadamente por la nieve.

“No se pudo evitar, pero qué situación tan decepcionante”, murmuró para sí misma. “… Aun así, enloquecer demuestra que estaba en lo correcto. Cuando alguien es criticado, uno no debe estar enojado. Inclinar la cabeza y aceptarlo silenciosamente con un ‘Sí, Su Majestad’ es la respuesta correcta. Hmph”.

Aunque Lilya se había acostumbrado a viajar sola, su soledad le había conducido a la molesta tendencia de hablar consigo misma.

“… Bueno, eso es una cosa que puedo cambiar. Incluso si estoy acostumbrada a estar sola, es mejor dejar de murmurar… al menos saber que eso significa que todavía soy consciente de mí misma. El problema con tal hábito es, probablemente, que es anormal… o bastante embarazoso… ¿o tal vez disminuye el misticismo que rodea a los Regal Braves? Si, algo como eso.”

Continuando discutiendo consigo misma, levantó la vista. A su alrededor había un blanco como la nieve que contrastaba con claridad la negrura del cielo nocturno.

Hacía frío. Extremadamente dolorosa, helada.

Un famoso poeta que alguna vez visitó esta región lo describió como una extensión infinita de desierto, con solo árboles ocasionales marchitos rompiendo la nieve interminable. Los aullidos constantes eran como los gritos de los muertos, condenando a los vivos a unirse a ellos en una muerte helada. Si el mundo tuviera un fin, sin duda estaría aquí.

Naturalmente, ese poema no era una descripción precisa de la realidad. El desierto no era lo suficientemente ancho como para llamarse sin límites, y los árboles torcidos y doblados en realidad estaban bastante bien adaptados a las condiciones locales. Hubo incluso algunos días en el año sin nevadas. Según los informes de los aventureros de la frontera, supuestamente había una región aún más grande más al norte.

Si nada más, Lilya podría al menos estar de acuerdo con la descripción del poeta de los vientos aulladores. A veces soplaba rápidamente y, a veces, soplaba lentamente, el viento siempre parecía rodearla como una cacofonía de voces ricas por todas partes. Era como si alguien estuviera tocando un instrumento detrás de ella. Si eso era obra de espíritus, dioses o elfos, el viento probablemente era de origen sobrenatural-

“¡Achoo!”

Lilya se frotó la nariz, sintiendo el frío que se hundía en sus capas envueltas de ropa de invierno. “Es muy frio…”

Ella entrecerró los ojos en el camino por delante. En el centro de su campo de visión, a través de un mundo de copos de nieve plumosos, podía ver numerosas tiendas de color gris té a lo lejos.

“¡Eso debe ser!” Reforzada por la visión de su objetivo, Lilya volvió a cargar su equipaje y presionó hacia adelante una vez más.

***

“La historia de la humanidad es una de conflicto con otras razas”. Aunque su pasado no se podía resumir del todo de esa manera, tales conflictos sin duda jugaron un papel importante en él.

Las razas aliadas en oposición a la humanidad eran inmensamente poderosas. Algunos utilizaron la fuerza aplastante de sus enormes cuerpos; otros se camuflaron en el entorno y pusieron trampas; sin embargo, otros lanzan extrañas magias y encantan a sus enemigos. Algunos tenían la necesidad primordial de consumir humanos; otros se deleitaban jugando con ellos; aún más fueron impulsados por un retorcido deseo de matar. Desde tiempos inmemoriales, criaturas de diversas razas habían existido junto a la humanidad así.

Los humanos, por otro lado, de ninguna manera eran poderosos. Sus extremidades eran delgadas, corrían despacio y morían fácilmente, ya fueran apuñalados, quemados, ahogados, caídas desde una altura o muertos por hambre hambre.

Podría decirse que los humanos no carecían de un aspecto: sus números. Sin embargo, uno solo tenía que observar a los Orcos, quienes fueron producidos en masa, para ver que la diferencia en términos de habilidad reproductiva era simplemente demasiado grande. Además, en lo que respecta a la capacidad de combate, el civil promedio no sabía casi nada sobre la lucha e incluso el número de personal listo para el combate no valía la pena.

Los humanos sabían cómo usar armas, pero perdieron contra otras razas en términos de técnica o números; incluso esas armas de las que dependían estaban inspiradas en las de los Dragones de la Tierra.

A pesar de estos factores, la humanidad vivió en prosperidad. A través de los procesos de eliminar el peligro, abrir nuevas fronteras y expandir su territorio, la humanidad desarrolló técnicas que les permitieron igualar al adversario más fuerte, dando lugar a varios grupos que perfeccionaron esas técnicas hasta el extremo.

Los Aventureros, que buscaban la superación personal a través de un entrenamiento implacable. Los soldados del ejército, protegiendo a las

naciones con determinación inflexible. Los eruditos de la Torre del Sabio, estudiando y transmitiendo el conocimiento de la antigüedad. Los Golems que actuaron como guardianes utilizando sus ataduras etéreas y sus amos, los Brujos.

Finalmente, esos santos de acero elegidos por la Santa Iglesia de la Luz, las leyendas vivientes destinadas a llevar a la humanidad a la victoria. Los guerreros conocidos como Braves.

Lucharon para preservar las vidas de la gente común. O más bien, cada uno tenía sus propias razones para luchar, y el resultado de sus batallas salvó vidas. Gracias a ellos, la humanidad ha sobrevivido hasta nuestros días.

Últimamente, un rumor se ha extendido por todo el continente.

Uno de los visitantes de antaño ha despertado de su sueño.

Los visitantes fueron los seres trascendentales que crearon el mundo. Hace mucho tiempo, habían viajado por todas las estrellas, pero ahora solo quedaba uno de ellos. Dio la casualidad de que este visitante en particular había decidido ir a la guerra con la humanidad. Sus subordinados, los tres Poteau que velaban por el mundo, cumplían sus órdenes y se preparaban para atacar los centros de la civilización humana. Naturalmente, tal crisis fue una gran amenaza para la supervivencia de la humanidad.

Sin embargo, aunque la situación sonaba desesperada, quienes difundieron el rumor no lo hicieron con desesperación. Entonces, ¿qué pasa si aparece un grupo de monstruos poderosos? Los monstruos siempre han aparecido desde edades pasadas para amenazar a la humanidad, pero los protectores de la humanidad siempre se levantaron para la ocasión. Siempre habría un guerrero increíblemente poderoso para luchar por las masas.

La raza humana no perdería ante nada, así era, era y seguiría siendo.

Por lo tanto, no había necesidad de preocuparse por nada en absoluto.