Zero kara Hajimeru Mahō no Sho (NL)

Volumen 6

Capítulo 1: Volviendo Al Principio

Parte 1

“Realmente odio todo lo que está pasando. He sobrepasado mi límite y es un problema tras otro.”

Jugueteando con su suave cabello rubio con la punta de los dedos, Albus apoyó su mejilla en la mesa y soltó un suspiro.

Estaba en la casa de su difunta abuela, la guarida de Solena, escondida en un bosque de brujas que rechazaba a los maliciosos y guiaba a los que buscaban la salvación.

La casa, construida por Solena utilizando magia, estaba construida enteramente con madera retorcida, hiedra ridículamente enorme y flores que nunca se marchitaban.

La mesa en la que estaba Albus estaba hecha de innumerables hiedras entrelazadas, y la silla era un tronco de árbol doblado de forma antinatural.

Albus amaba este lugar. Creció en esta casa llena de recuerdos de tiempos más felices. El aire aquí era fresco y tranquilo, e incluso podía sentir la presencia de su difunta abuela.

Por eso, cada vez que ocurría algo estresante, Albus siempre se retiraba a esta casa y hablaba con la Solena de sus recuerdos.

Era estricta, sabia y la mujer más amable que había conocido. Imaginar lo que le diría si aún estuviera viva hizo que Albus se sintiera un poco mejor.

Pero ahora era un poco diferente.

“Estoy realmente agotada. Recientemente, la gente está incluso afirmando que yo envenené a Su Majestad. Que las brujas estaban tratando de apoderarse del reino. ¿Qué quieren decir con tomar el control? Estamos tratando de coexistir.”

“Eso suena terrible.” Dijo una voz suave. “Sólo estás tratando de proteger al rey. Si fue envenenado, el culpable sería de entre los humanos que se niegan a coexistir con las brujas.”

La voz provenía de una vieja muñeca sentada en una mecedora. Con un sombrero puntiagudo y una larga túnica, se la regaló su abuela a Albus cuando era joven. Por supuesto, la muñeca no se movía ni hablaba entonces.

“No pasa nada. No te preocupes por nada. Hay mucha gente de tu lado. Eres una chica inteligente, así que puedes distinguir entre amigos y enemigos, ¿verdad?”

Asintiendo, Albus lanzó una mirada a la muñeca. Sintió que su mente irritada se calmaba un poco. La muñeca era la única que no criticaba a Albus, no la reprendía, ni la instaba a trabajar.

“¡Jovencita! ¡Sé que estás aquí!” Una voz llamó desde fuera de la casa. “No puedes abandonar tu trabajo. El reino ya está alborotado por la muerte de Su Majestad.”

Con el ceño fruncido, Albus hinchó las mejillas y se levantó de la silla de mala gana. “Probablemente sea otra estúpida reunión, o una audiencia, o quejas. No tengo que hacer nada de eso. Holdem puede encargarse de todas ellas. ¿Por qué tengo que ser yo?”

“Creo que deberías tomarte un tiempo libre.” Dijo la muñeca. “Has estado trabajando sin parar.”

Albus sonrió ante las amables palabras de la muñeca. “Gracias. Sin embargo, tengo que irme. Soy una persona de alto cargo. Volveré, abuela.”

“Ven a visitarme cuando quieras.”

Parecía haber una sonrisa en la cara de la muñeca.

***

Repasemos lo ocurrido hasta ahora. Sí, es necesario. La situación es así de grave.

Todo comenzó con una guerra civil en el Reino de Wenias, donde se enfrentaron las brujas y el gobierno.

Entré en el reino para ayudar en la caza de brujas, cuando conocí a Zero. Acepté ser su escolta con la condición de que me convirtiera en humano. Con el tiempo, mi trabajo se convirtió en reunir información sobre la magia que se llevaba fuera de Wenias. Ahora perseguíamos a un grupo de inútiles llamado Cestum, nuestro mayor dolor de cabeza en este momento.

Eran un grupo molesto que utilizó a una santa para provocar un incidente relacionado con la magia en la República de Cleon, utilizaron la Isla del Dragón Negro como banco de pruebas para la magia e intentaron socavar la autoridad de la Iglesia en el puerto paradisíaco de Lutra.

Para obtener información sobre el líder de Cestum, viajamos hasta el bosque Arco de Luna para ver a Decimotercero, el hermano de Zero al que se refería como líder en el pasado. Pero cuando llegamos, sólo nos esperaba la decepción.

En resumen, viajamos un largo camino sólo para encontrar que no había nadie en casa. Decimotercero, que se suponía que había regresado a la bodega del bosque Arco de Luna con sus discípulos, no estaba.

“¿Decimotercero?”

En el momento en que Zero pronunció su nombre, se activó el hechizo característico de Decimotercero, una invocación forzada que nos arrastró a otro lugar.

Ahora volvamos al presente.

Desde mi punto de vista, esta fue la peor parte.

“¡¿Por qué?!” Grité. ¿Quién hizo esto? ¿Con qué propósito? ¿Qué clase de tormento es este? “¡¿Por qué hay un jabalí Ebl aquí?!”

Sacudiendo mi cabeza mareada por los efectos de la invocación forzada, logré de alguna manera levantar la vista.

Uno: era mucho más grande que yo. Dos: estaba enfurecido.

Tres: era consciente de mi presencia.

Cuando me di cuenta de que estaba cargando directamente contra mí, pensé que mi muerte ya estaba decidida. Rápidamente, busqué a Zero a mi alrededor. Al no encontrarla, busqué a Lily y luego al sacerdote.

No estaba seguro de si llamarlo suerte, pero no había nadie cerca. Si no necesitaba proteger a nadie, sólo podía hacer una cosa ante un agitado jabalí Ebl.

Escapar ileso.

Sin embargo, llegué a la conclusión de que era imposible eludir la carga del jabalí cuando ya estaba ante mis ojos, así que decidí dejarme embestir.

Cruzando los brazos para protegerme la cabeza, encorvé el cuerpo y, en el momento en que el jabalí se abalanzó sobre mí, salté hacia atrás para atenuar el impacto. Una embestida frontal de un jabalí Ebl haría crujir algunos huesos, pero un bestia caída no moriría por ello.

Me revolqué en el suelo y me levanté inmediatamente, recuperando la postura. El impulso de la carga del jabalí hizo que chocara contra un árbol.

Mientras todavía estaba tambaleándome, intenté rápidamente salir corriendo, cuando oí una llamada.

“¡Mercenario!”

Me giré en la dirección de la voz y vi una capa negra que me resultaba familiar detrás de un árbol a bastante distancia.

“¡Bruja! ¡¿Qué haces ahí?!”

“¡El sacerdote y la rata siguen inconscientes! ¡Atrae la atención de ese pedazo de carne mientras yo llamo a sus almas de vuelta!”

“¿Llamar su atención? Es más fácil decirlo que hacerlo.”

Quería quejarme de que no podía hacerlo, pero la situación parecía grave. Zero estaba sujetando al sacerdote inmóvil y a Lily.

Una invocación forzada es un hechizo extremadamente peligroso. Si se invoca a una persona sin conocimientos de magia, hay muchas posibilidades de que muera.

De hecho, la primera vez que me invocaron a la fuerza, habría muerto de no ser por la ayuda de Zero. Mi experiencia me permitió moverme sin problemas, con sólo un ligero mareo.

Pero eso no viene al caso.

“¡¿Esperas que me encargue de esto por mi cuenta?!”

Sabía que no tenía otra opción, pero no pude evitar soltar una o dos palabras.

No podía dejar que el jabalí Ebl dirigiera su atención a Zero. Si escapar no era una opción, tenía que matarlo. Después de prepararme, salí de detrás del árbol en el que estaba escondido y me enfrenté a la gigantesca criatura de frente.

“¡Ven hacia mí, pedazo de carne gigante! ¡Te cortaré en pedazos y me llevaré las partes más deliciosas!”

Los ojos inyectados en sangre del jabalí Ebl captaron los míos. Comenzó a abalanzarse sobre mí, resoplando, derribando árboles a su paso. Saqué un explosivo de mi bolsa y se lo lancé a la nariz. Aunque no tenía mucha potencia de fuego, podía servir de distracción. Después de todo, los sonidos fuertes y las luces brillantes eran eficaces contra los animales salvajes. El jabalí, asustado, chilló y se encabritó, dejando al descubierto su suave vientre, su punto débil.

Me lancé de inmediato hacia delante, me agaché bajo su vientre y clavé mi espada hasta que sólo se vio la empuñadura. A continuación, pasé mi espada verticalmente con todas mis fuerzas. Una gran cantidad de sangre y vísceras se derramaron del vientre del jabalí Ebl.

Tras tropezar unos pasos, su gigantesco cuerpo se desplomó, derribando un pequeño árbol.

Unas cuantas sacudidas después, dejó de moverse por completo.

Una vez que confirmé que estaba realmente muerto, por fin pude relajarme. “Bueno, comparado con luchar contra un dragón, esto no ha sido nada.”

“Buen trabajo, Mercenario.” Dijo Zero, aplaudiendo. “Has matado a este jabalí gigante tú solo con mucha facilidad. Muy impresionante. Me he vuelto a enamorar de ti.”

“Gracias por el cumplido. ¿Qué hay de esos dos? ¿Están bien?”

“Sí, acaban de recuperar la conciencia. Las bestias caídas nunca deja de sorprenderme. La rata ya está actuando como si nada hubiera pasado. El sacerdote, sin embargo, estaba vomitando el contenido de su estómago en el momento en que se despertó.”

“Eso me hace sentir mejor.” Me reí. “Sin embargo, todavía me siento mal.”

Sentí un destello de rabia detrás de mí. Miré por encima de mi hombro y vi al sacerdote de pie, pálido pero manteniendo su aspecto digno. Lily lo miraba con preocupación.

“Bueno, a mí me parece que estás bien.”

“Los sacerdotes tienen una alta tolerancia al dolor.” Dijo. “Un humano normal no sería capaz de levantarse. De todos modos, ¿cómo hemos acabado en medio de un bosque?”

“¿Dónde se supone que está Decimotercero? Pensé que nos había convocado.”

“Dadas las circunstancias, esa es la conclusión más razonable.” Dijo Zero. “Hmm, es extraño. No hay rastro de Decimotercero en ninguna parte.”

“¡¿Qué?! Creía que la invocación forzada, ya sabes, convocaba a una persona hacia quien hizo el hechizo, no la trasladaba a otro lugar.”

“Por lo que sé, es un hechizo de invocación. Sólo puede convocar a su objetivo hacia el usuario.”

Entonces Decimotercero debería estar aquí.

“Estuvimos en una cueva en el bosque de Arco de Luna hace un tiempo.” Dijo el sacerdote. “¿Qué es esa invocación forzada de la que hablas? ¿Algún tipo de hechicería?

¿Dónde estamos siquiera?”

Había muchas cosas que necesitaba procesar, pero ni siquiera nosotros entendíamos la situación en la que nos encontrábamos. No podíamos explicarle las cosas con detalle.

Lily levantó la cabeza. “Es una montaña enorme.” Dijo asombrada, con la boca abierta.

¿Montaña? Giré la cabeza y vi una enorme cordillera que se alzaba como un muro, bloqueando nuestra vista.

Espera un segundo. Un jabalí gigante Ebl, y una cordillera que bloqueaba el camino de los viajeros.

“Esto me resulta familiar, Mercenario.” Murmuró Zero, con nostalgia en su voz. “Sí, nunca olvidaré este lugar.” Respondí como si hablara de tiempos entrañables.

Zero y yo habíamos visto este escenario antes. Más concretamente, nos conocimos en este reino, donde me apunté para ser su guardaespaldas.

Un mapa apareció en mi mente.

Mapa del Reino de Wenias (edición revisada)

Los mercaderes son bienvenidos en Fomicaum, donde puedes coleccionar objetos raros de todo el mundo.

En la capital de Plasta, cada semana se celebran actuaciones en la plaza el día de la diosa.

Especialidad: Jugoso y tierno jabalí asado de Ebl (una enorme especie de jabalí originaria de Wenias).

Advertencia: Los jabalíes salvajes viven en los bosques. Está prohibido cazarlos.

Manténgase en los caminos en todo momento.

Miré al cielo. Oh, vaya.

“Parece que hemos vuelto a Wenias.”

***

“A ver si me aclaro.” Dijo el cura, con las cejas fruncidas. Ya le habíamos explicado la situación lo mejor que pudimos, pero seguía sin entender del todo. “Gracias al hechizo de Decimotercero, nos hemos trasladado desde el Bosque Arco de Luna, que se encuentra al sureste del continente, hasta el reino de Wenias, que está justo en el centro del continente. Sin embargo, no vemos al hechicero por ninguna parte, y ni siquiera sabemos por qué nos ha convocado.”

“Esa es una forma aproximada de decirlo.”

“¡Bueno, es demasiado duro! ¿Qué vamos a hacer ahora?”

Estuve tentado de responder: “No lo sé”, pero teníamos que hacer algo. “¿Supongo que el curso de acción correcto es encontrar a Decimotercero?” Miré a Zero en busca de su opinión.

Nuestro objetivo original era preguntar a Decimotercero si tenía vínculos con Cestum y luego sacarle alguna información.

“Hmm… He estado buscando cualquier señal de Decimotercero, pero parece que se esconde cuidadosamente. Estoy segura de que está en Wenias, pero ni siquiera yo puedo determinar su ubicación exacta.”

“¿Así que nos convocó y luego se escondió? Realmente no entiendo a ese tipo.”

“Estamos hablando de Decimotercero. Debe tener una razón para ello, pero no podemos preguntarle por qué se esconde si ni siquiera podemos encontrarlo. Tenemos que localizarlo de alguna manera.”

“Bueno, en ese caso…” Sólo había una solución.

“No hay otra manera.” Aceptó Zero.

Lily nos miró a mí y a Zero con curiosidad. “¿Qué pasa?” Preguntó, tratando de seguir la conversación.

“Es mejor que volvamos con la chica.” Dije. “Ella debería ser capaz de ponerse en contacto con Decimotercero.”

“¿Por chica, quieres decir?” Preguntó dudoso el sacerdote.

A juzgar por su cara de asco, ya tenía una idea, pero igual decidí decírselo. “El mago principal del reino de Wenias—Albus.”

“¿Intentas decirme que la asesine?”

“¡Claro que no! ¡Si esa chica muere, se desatará el infierno!”

“Por favor, no grites. Sólo estoy bromeando. Ni siquiera yo haría un movimiento sin órdenes de la Iglesia.”

No parece una broma cuando lo dices, cura homicida. Y tampoco se puede bromear con asesinar a alguien.

Wenias tenía guardias que impedían que cualquiera, aparte de los que tenían el permiso de Albus, usara la magia. El reino tenía un registro de todos los magos afiliados a él: números, nombres y antecedentes. Si alguien hacía un mal uso de la magia, se le podía quitar.

Albus utilizaba constantemente su poder mágico para mantener intactos los guardianes.

Se podría decir que ella era la piedra angular de los guardianes.

Si Albus moría, Wenias volvería a perder su capacidad de mantener la magia bajo control.

No necesitaba explicar lo que pasaría después.

“No puedo creer que nos dirijamos a la guarida del mal.” Dijo el sacerdote, pareciendo genuinamente consternado. “Parece que a Dios le encanta ponerme a prueba.”

Señalando al sacerdote, Zero me miró con una sonrisa en la cara. “Mira, Mercenario. La forma en que le desagrada la idea de ver a una bruja. Es igual que tú cuando me conociste.”

“¡No soy como él!” “¡No soy como él!”

“Vaya, están en perfecta sintonía.” Dijo Lily.

El sacerdote golpeó a Lily con la punta de su bastón. Siempre iba a por todas cuando me pegaba, pero se contuvo un poco con Lily. Quizás en su mente, la consideraba una niña. Golpearla, sin embargo, sugería que no la veía como humana.

“Bien. Espero que no les importe que haya reunido toda la información que he podido conseguir sobre los enemigos de la Iglesia.” Dijo el sacerdote. “Ya que se han comprometido a coexistir con los humanos, espero una cálida bienvenida.”

“Sí, la chica odia la discriminación, la persecución y cosas así. Si no haces nada malo, probablemente no te metan en la cárcel.”

Creo.

Saqué la Carta de Brujas de mi bolsa y escribí un informe básico.

Actualmente en Wenias. Dirigiéndonos al castillo.

“Tan escueto como siempre.” Dijo Zero.

“Sus respuestas últimamente han sido similares.” Respondí.

Las cartas que recibía de Albus al principio eran irritantemente largas, pero estos días, rara vez siquiera respondía a mis informes.

“Tal vez tu cursilería le hizo perder el interés.” “No es una niña, sabes.”

“Pero tampoco es un adulto.”

Buen punto. La llamé “chica”, así que la estaba tratando más como una niña que como un adulto. Sin embargo, ella era la jefa de los magos de Wenias. Algo tan trivial como el contenido de mi carta no debería molestarla mucho.

Enrollé la carta y me la metí en la espalda.

Lily ladeó la cabeza. “¿Vamos a subir la montaña?”

“No. Si hay un jabalí Ebl, entonces ya estamos en Wenias. Escalar la montaña significaría salir. Además, sólo las personas buscadas que no pueden obtener un permiso para entrar en el reino escalarían las montañas.”

Estoy seguro de que incluso la gente buscada encontraría otras rutas en lugar de escalar una montaña.

Las montañas que rodean Wenias no eran precisamente fáciles de escalar. Eran empinadas, escarpadas y bastante altas sobre el nivel del mar. Se podía estar completamente preparado para una caminata, pero las posibilidades de morir seguían siendo bastante altas.

Por eso el Reino de Wenias podía seguir siendo un estado neutral. Incluso cuando se convirtiera en un Estado Mágico que reconociera oficialmente a las brujas, los Caballeros Templarios seguirían sin atacarlo. Si el reino bloqueaba los túneles, ningún ejército podría entrar a menos que escalara las montañas, y para cuando llegaran a la cima, la mitad de ellos ya estarían muertos.

Sin embargo, Lily, que no estaba familiarizada con la geografía local, no lo entendía.

Podría explicarlo con un mapa, pero, por desgracia, ahora mismo no tenía ninguno.

El sacerdote seguía pareciendo indispuesto. Tomó una pequeña bocanada de aire. “Dondequiera que estemos, probablemente no sea buena idea quedarse aquí mucho tiempo. El olor de la sangre atraerá a los animales salvajes. Sería estupendo que encontráramos el camino mientras aún hay luz, pero ¿hacia dónde vamos?”

“Hmm… Bueno, si caminamos a lo largo de la montaña.” Dije. “Eventualmente encontraremos un camino en unos días.”

“¿En unos días? Podemos tomar algo de la carne de este jabalí para comer, pero no tenemos suficiente agua. Tenemos que encontrar un río en algún lugar.”

“Utilizaré la adivinación para determinar un camino.” Dijo Zero. “Adivinar la dirección general es bastante sencillo.”

Lily tiró de mis pantalones.

“¿Qué es?” Pregunté, mirándola. Ahora mismo estoy un poco ocupado. “¿Pasa algo?” Señaló hacia el este. “El más cercano esta por allí.”

“¿Qué?”

“Una gran carretera llena de gente. Todos dicen que está cerca.” “¿Todos quienes?”

Mis ojos bajaron, hasta el suelo. Unas cuantas ratas estaban reunidas allí. Asustadas por mi mirada, saltaron y se alejaron corriendo.

Cierto. Puede hablar con las ratas. Dondequiera que vayas en el mundo, siempre habrá ratas. Lo que significaba que siempre tendrías a alguien a quien pedirle indicaciones.

“No vas a creer lo que dice una rata, ¿verdad?” Dijo el sacerdote, con un claro asco en su expresión. Estaba mirando a Lily.

Inflando sus mejillas, Lily se aferró a mi pierna, incapaz de responder.

Zero le dio una palmadita en la cabeza. “Te creo.” Dijo. “De hecho, no hay lugar a dudas.” “Yo también me apunto.” Dije. “Guíame por el camino, chiquilla.”

“No soy una chiquilla.” “Sí, lo eres.”

“¡¿Por qué eres tan malo?! ¡Hace un rato me llamaste por mi nombre!”

“Me cansé de ello, y chiquilla, aunque algo más largo, se me hace más cómodo de decir.” Lily golpeó su cola contra el suelo para expresar su molestia.

El sacerdote giró la cabeza hacia el cielo. “Esto es una broma cruel.”

Si no quieres venir, pues lo que sea.

Los tres comenzamos a caminar, y el sacerdote nos siguió de mala gana. “Si sólo vas a seguirnos entonces deja de quejarte.” Comenté.

Como siempre, me golpeó con su bastón. Hubo risas durante un rato.

(Nova: Hola muchachos!! si alguien encuentra el lugar en donde van las ilustraciones porfavor dejenlo en los comentarios)