Koujo Denka (NL)

Volumen 2

Capitulo 2: Lo Siento Mucho

Parte 1

“Lo siento mucho. Sé que estuviste en la ceremonia de entrada de la Royal Academy hoy”

Cuando llegué a la entrada del campo de maniobras de la guardia real, escoltado por la guardia de palacio, encontré al hermano mayor de Lydia y Lynne, el futuro Duke Leinster, esperándome. Su Excelencia, Richard Leinster era la viva imagen de un caballero: alto y apuesto, con una cabellera pelirroja y rizada. También estaba ataviado con su magnífico uniforme de caballero; debe haber estado participando en la ceremonia. No pude evitar quedar impresionado por su apariencia en el momento en que lo vi.

Oh no.Siento como si me acabara de ganarenalgo.

Después de todo, también era enemigo de cualquier hombre que tuviera mala suerte en el amor. Una vez me había dicho casualmente, “Soy todo un éxito con las señoritas de la guardia, ¿sabes? Aun así, estoy comprometido   y  no   puedo  salir  con  mis subordinadas exactamente. No es fácil tener que rechazarlas y despedirlas llorando cada vez”.

Está bien, lo admito: ¡No tuve suerte en el amor en la Royal Academy, ni en la universidad tampoco!

Qué admisión más deprimente. Por supuesto, debido a que cierta persona me había arrastrado cuando faltó años a la escuela, no tenía muchos amigos de mi edad y mi plato había estado más que lleno con una serie de problemas difíciles en los últimos cuatro años. Las pocas amigas que había logrado hacer se habían vuelto distantes en algún momento u otro, y aunque estaba seguro de que mis estudiantes de primer año en la universidad no me desagradaban, ellos siempre estuvieron sonriendo. Pero yo divago.

Richard-sama fue uno de los dos vicecomandantes de los caballeros de la guardia real y ocupó el segundo lugar en la organización. Sus gloriosos logros     en     los     últimos     años     incluyeron      el sometimiento de bandas de bandidos y monstruos masivos. Un noble capaz tenía veinticinco años y, como yo, era una víctima; ambos tendíamos a dejarnos llevar por el peligro y terminamos sosteniendo el extremo corto del palo.

¿Víctimas de quién, preguntas? Me imagino que puedes deducir eso por ti mismo.

“Ha pasado demasiado tiempo, Su Excelencia” Saludé a Richard-sama con deferencia, pensando en los otros caballeros que estaban cerca.

“Dame un respiro, Allen”, me dijo.

“Nos conocemos demasiado bien como para hacer una ceremonia, y todos son veteranos en los que puedo confiar. Puedes relajarte”

“Gracias, Richard. Me encantaría ponerme al día contigo, pero no parece que tengamos tiempo para eso”.

“Tienes razón” Admitió después de una pausa triste.

No podía decir si la mirada en sus ojos era de resignación o de iluminación; en cualquier caso, estaba exhausto. Parecía comprender el cruel destino que yacía en él.

Había estado vislumbrando lo que sucedía detrás de él durante algún tiempo, y podía escuchar el golpe de las espadas y el rugido de los hechizos que se activaban. Reuní el coraje necesario para echar un vistazo, llevé a mis ojos a lo que estaba sucediendo en el terreno de maniobra… y gemí.

¿Qué cree ella que es esto, un campo de ejecución? ¿No se da cuenta de que estamos en medio de la capital real?

Rápidamente volví a mirar hacia otro lado. Estoy convencido de que, a veces, el escapismo es lo mejor para una persona.

“Parece que nos estamos quedando sin tiempo”, dije.

“Está furiosa. ¿Cuál es el plan?”

“No tenemos mucho más antes de que todos sean aniquilados. Y una vez que lo estén, yo seré el siguiente”, explicó Richard.

“¡Supongo que mi madre también lo sabe, y eso significa que mi vida pende de un hilo! Oh, cómo maldigo mi mala suerte. Allen, quiero tu simpatía y tu consuelo. ¡Por favor sácame de esto!”

“Simpatizo con su posición y puedo ofrecerle algo de Consuelo” Dije.

“Pero Richard…”

“¿Sí?”

“Desearía que dejaras de usarme como escudo humano”

Richard se ocultaba detrás de mí; sabía que Lydia tenía buenos ojos. Deseaba que la enfrentara él mismo.

“Allen, soy simplemente un caballero de la guardia”, dijo.

“No puedes esperar que la enfrente de frente cuando está enojada. ¡No tengo el tipo de perversión desviada    que  se   necesitaría    para    cargar voluntariamente al purgatorio!”

“¿Pero no te importa enviarme?” Pregunté.

“Estoy seguro de que estarás bien”, dijo.

“Puedes perder un poco de sangre, pero hay que hacer algunos sacrificios”

“Podrías haber dicho eso de una manera menos inquietante”

El número de personas de pie en el campo de maniobras disminuía cada vez más rápido mientras hablábamos; realmente no durarían mucho.

Supongo que no tengo otra opción, Pensé mientras empujaba a Richarddelante de mí como un escudo.

No te molestes en resistir… Creo que las dificultades deben ser compartidas. Ahora deja de luchar y vamos a morir …Ejem…A solucionaresto…

“¡B-Basta, Allen! ¡P-Piensa en mí encantadora, encantadora prometida!” —suplicó Richard.

“Lo sé” —dije.

“Es extraño, pero eso hace que quiera traerte conmigo aún más. ¡La muerte es justo lo que se merece un caballero con mujeres cayendo sobre él! quemaduras. Probablemente. Vivirás, en cualquier caso; ella sabe cómo contenerse, aunque no por mucho”

“¡¿L-Llamas a eso ‘contenerse‘?! ¡L-Las únicas personas que pueden reírse de sus ataques son tú y mi madre!”

“Lisa-san está tan lejos de mí que no hay comparación. De todos modos, ella es como un gato juguetón; ella nunca podría lastimar seriamente a alguien que le importa”

Richard se tomó un momento para procesar mis palabras.

“No puedo creer que realmente lo digas en serio”, se quejó y se desplomó exhausto.

“Cielos, ¿por qué tienes que darme tales pruebas? Por favor, guárdalas todas para Allen, estoy seguro de que a mi hermana le gustaría eso”

Lamento decir que no dudará en rebanar a cualquier dios común y corriente.

Nos acercábamos al terreno de maniobras paso a paso. Un hedor a sangre llenó el aire, acompañado de gritos y débiles gemidos de dolor.

No puedo dejar que las chicas vean esto, Yo pensé….Podrían manchar sus vestidos, por un lado. Uhm, ¿qué es esto? ¿Por qué lloras así? ¿Richard? Mantén tus pies en movimiento. Uno, dos. Uno, dos. Eso es; ese es el espíritu…

“Ella es una chica agradable, en el fondo. Lo sabes tan bien como yo”, dije, manteniendo mi voz suave, como si estuviera consolando a un niño pequeño.

“¿No puedes tener algo de fe en tu hermana?”

“Ahora sé de qué están hablando mis hermanas cuando te llaman malo”, respondió Richard con indiferencia.

Qué grosero. Soy amable con todos, sin importar la hora o el lugar; solo hago una excepción con los caballeros con mujeres cayendo sobre ellos.

Empujé mi escudo acobardado delante de mí, y mi campo de visión se expandió de repente.

A vista de pájaro, el campo de maniobras de la guardia real era un círculo rodeado por un muro de piedra que llegaba hasta mis hombros. Ahora que lo miré de nuevo, ¿tenía un parecido sorprendente con el campo de entrenamiento Howard?; originalmente podrían haber sido construidos con el mismo plan.

El campo de maniobras estaba equipado con magníficos asientos   para espectadores,                algo impropio de una instalación militar, ya que también albergaba la competencia anual de artes marciales del reino. Los boletos eran populares y difíciles de conseguir, o al menos eso escuché; nunca había tenido que conseguirlos yo mismo, ya que en ambas ocasiones había asistido como “uno más”. Aun así, la competencia fue una ocasión especial. La instalación era principalmente para uso de los caballeros, por lo que estaba aún más sólidamente construida que la Royal Academy y casi impermeable a los daños, o al menos debería haberlo sido.

Una escena espantosa se extendió ante mí. Las paredes estaban cubiertas de cortes de espada, algunos de los cuales se extendían hasta la fila más alta de asientos para espectadores, algunos de ellos amenazaban con llegar hasta el propio palacio real. Eso fue extraño; ningún hechizo debería haber sido capaz de infligir ese tipo de daño.

Sus oponentes eran   caballeros, aparentemente jóvenes miembros de la guardia real. Los que vestían túnicas   blancas bordadas    en    oro,  tejiendo desesperadamente hechizos con sus largos bastones, debían ser hechiceros de la corte. Parecía que algunos de ellos eran novatos. Su equipo era nuevo.

Más de diez de ellos ya estaban desplomados, inmóviles, contra las paredes. Varias espadas y bastones rotos yacían abandonados o clavados en el suelo, que también estaba salpicado de fragmentos de escudos, yelmos y petos desgarrados. Incluso las túnicas de los hechiceros de la corte, que estaban tejidas con poderosas barreras mágicas, estaban rotas y manchadas de rojo. Sangre acumulada en varios lugares.

Los únicos que quedaron en pie fueron… Oh, derribó los últimos cuatro de un solo golpe. Uno tras otro, chocaron contra la estructura con renovados gritos y gritos de dolor y luego se quedaron quietos. Si este hubiera sido uno de los juegos de mesa populares que circulan actualmente en la capital real, habría sido una victoria total.

“¿Eso es todo? Después de tanto fanfarronear, ¿eso es todo lo que pueden hacer? ¿Y se llaman a sí mismos caballeros de la guardia y hechiceros de la corte? Necesitarían entrenar durante otros diez mil años para volverse lo suficientemente buenos como para mirarme por encima del hombro”.

Lydia los juzgó con frialdad, girando lentamente mientras hablaba.

“¿Qué tipo de entrenamiento has estado haciendo para terminar…?”

Al instante siguiente, un Firebird tomó vuelo. Richard gritó.

Oh, honestamente…

Pensé mientras saltaba sobre la pared y dispersaba el hechizo con un movimiento de mi mano derecha.

“No puedo decir que apruebo tu brusquedad. Y ese hechizo no sustituye a un hola”

“¿Q-Qué estás haciendo aquí? No sentí tu maná en absoluto”, tartamudeó Lydia.

“¡Mi estúpido hermano!”

Richard se rio.

“Hago todo lo posible para sobrevivir en el momento, incluso si eso significa que no viviré para ver salir el sol mañana, ¡Esa es el camino de Richard Leinster!”

Habría estado de acuerdo con aproximadamente la mitad de eso si no hubiera estado retrocediendo a toda velocidad mientras lo decía.

“¿Entonces qué pasó?” Yo pregunté.

“A Lisa-san no le gustará que te pongas violenta en tu gran día”

“¡C-Cállate!” gritó Lidia.

Después de una breve pausa, agregó:

“¿Y qué clase de cobarde se esconde para recibir esta dosis? ¡No es justo! ¡Me niego a aceptarlo!”

“Hubieras huido si hubieras sabido que venía y luego habrías perdido los estribos si no te perseguía”, le dije.

“Cada vez que balanceas tu espada, la peor parte siempre cae sobre—”

No hay rastros de maná.

“¿Richard?”

¿Qué? el vicecomandante volvió a gritar. Había llegado a las gradas y asegurado un asiento para él.

Parecía que un pequeño grupo de excéntricos también estaba mirando a pesar del peligro.

“¡Un nuevo retador! ¡Mi dinero está en él!”

“¿Estás ciego? Ese muchacho no tendrá ninguna posibilidad”

“¡Estoy apostando a las probabilidades!”

“Me mantendré en la apuesta segura. Voy por la Dama de la Espada”.

“¡Hah! ¡Apostaré todo en un empate!”

“¿Sabe algo que nosotros no, comandante de escuadrón?”

“¡Zumo de frutas frío, barato!”

Era difícil estar enojado con ellos cuando lo estaban llevando tan lejos. La multitud incluía personas que parecían ser nobles de alto rango además de caballeros de la guardia real y hechiceros de la corte. Si habían sido convocados a la ceremonia de investidura, al menos debían ser condes. Había algo en eso que me desconcertaba, pero no podía identificarlo.

Oh bien. Puede esperar…

“¿Alguien la desafió a una pelea con espadas?” Le pregunté a Richard.

“¡De hecho lo hicieron!” afirmó.

“Los novatos en el suelo estaban gritando…”

“Repítelo y ni siquiera vivirás para ver salir la luna esta noche” Dijo Lydia, interrumpiéndolo

Richard soltó una risa forzada.

“¡En realidad, se me ha olvidado por completo!”, declaró.

“Escucha, Lydia”, le dije.

“¿Qué?” Preguntó después de un breve silencio.

“Gracias”

“N-No hice esto por ti”, tartamudeó.

Un momento después, agregó:

“No lo hice, ¿de acuerdo? ¡N-No te hagas una idea equivocada!”.

No fue terriblemente convincente cuando incluso sus oídos se sonrojaron mientras lo decía, no es que no fuera francamente adorable en momentos como este.

Oye, no te sacudasasí.

Aun así, desafiarla a una pelea de espadas había sido más que temerario. Su Firebird era un hechizo poderoso, pero el albatros alrededor de mi cuello era conocido como “la Dama de la Espada” por una razón. Habría que estar loco para suponer que ella sería más débil sin su magia.

Le ofrecí mi mano derecha con una sonrisa irónica.

“Vamos. Vamos. La ceremonia de entrada debe haber terminado sin incidentes a estas alturas, y los Leinster y los Howard celebrarán una deliciosa fiesta esta noche para celebrar, vino incluido. ¿No te has hartado de la violencia?”

La obstinada mujer noble me clavó una mirada malhumorada.

“No”