Koujo Denka (NL)

Volumen 2

Capitulo 1: La Royal Academy

Parte 1

La Royal Academy. Era la ruta más corta a la Royal University, la mejor institución educativa del reino, lo que la convertía en una verdadera puerta de entrada al éxito. Aquellos que lograron graduarse entre los primeros de su clase obtuvieron un camino hacia el núcleo del gobierno y aumentaron enormemente las posibilidades de ganar renombre. Incluso las filas de los hechiceros de la corte, menos de veinte de los cuales  eran   nombrados   cada año, estaban dominadas por graduados.

Por supuesto, uno no podía poner demasiada importancia en eso: algunas personas podrían graduarse en segundo lugar en su clase de ambas escuelas y aun así no suman mucho. Dudaba que alguno de mis compañeros estuviera trabajando como tutores privados. No es que me quejara.

Aun así, tengo que preguntar: ¿por qué? ¿Por qué yo debo…?

Enfrenté mi reflejo en el enorme espejo de cuerpo entero. Había jurado arriba y abajo no volver a vestirme así el día anterior. ¿Por qué estaba tan obsesionada con hacerme vestir así?

A mi lado, una mujer esbelta de cabello castaño, la doncella principal de los Leinster, Anna-san, tarareaba mientras hacía su inspección final.

“¿Sucede algo, Allen-sama?” preguntó ella con una sonrisa.

“Oh, solo   estaba  reflexionando   sobre   la incomprensibilidad de la vida”, respondí.

“Por cierto, ¿para qué es ese video orbe?”

“¡Simplemente debo mostrárselo a Lydia-Ojou!”

Consideré lo que acababa de decir por un momento antes de responder.

“Ya veo.”

Después de todas esas fotos que tomó, todavía quiere más.

Lydia también me había hecho pasar un mal rato esa mañana. Sabía que tenía que salir antes que yo hacia el palacio real, pero aun así se quedó en la puerta, quejándose porque también quería asistir a la ceremonia de entrada. Por lo general, era tranquila, serena y un espectáculo para la vista: una joven noble absolutamente impecable, aparte de su personalidad. Pero cuando yo estaba involucrado, se volvió demasiado obstinada.

Había perdido mucho en la negociación. ¿No se dio cuenta de lo mucho que nos destacaríamos caminando por la capital real ¿juntos?

Tal vez ella realmente debería haberse puesto ese vestido. ¿Qué significaría para la hija mayor de uno de los Cuatro Grandes Ducados asistir a la prestigiosa investidura de hechicero de la corte con su ropa diaria y armada con una espada? Además, había una mirada inquieta en los ojos del Duke Leinster, que había venido desde el sur para asistir.

“Ahora la gran inauguración. Las señoritas deben estar cansadas de esperar. ¡Oh! ¡Apenas puedo esperar!” Anna-san grito y ella saltó fuera de la habitación.

Me miré de nuevo en el espejo y suspiré. Un momento después, una hermosa joven tan alta como Tina entró en la habitación. Ella llevaba un vestido rojo y tenía un adorno en su cabello igualmente rojo, ligeramente rizado y más largo que el de Lydia cuando nos conocimos. Aun así, había un gran parecido.

“Discúlpame, Nii-sama. Siento tenerte entretenido—”

Ella se congeló, con los ojos muy abiertos. No fue una reacción muy tranquilizadora.

“Lynne”, le dije después de una pausa, “Al menos podrías reírte”

“¡N-Nunca! T-Te ves fabulosa”

La  chica que tan  amablemente  calmó  mis sentimientos heridos fue Lynne Leinster, segunda hija de la Casa Ducal Leinster y hermana menor de Lydia. Esto significaba que ella también era llamada “Su Excelencia” y, por lo tanto, no era alguien a quien un plebeyo como yo normalmente pudiera dirigirse tan casualmente. Sin embargo, el título la enfureció tanto como a su hermana, así que me dirigí a ella. Por su nombre para evitar provocarla.

Lynne había aprendido magia y esgrima de su hermana mayor. Si no hubiera tomado mi trabajo actual como tutor privado de Tina y Ellie, también podría haber contribuido a su educación. Esa fue una de las razones por las que no pude hacerle frente Lydia en ese momento.

Siguiendo a Lynne estaban mis adorables alumnas: una chica con un vestido celeste suave cuyo cabello estaba decorado con un adorno y una cinta blanca como la nieve, y una chica con el uniforme de la Royal Academy.

“E-Espéranos. No sabemos cómo movernos por esta casa y—”

“T-Tina-Ojou, no debe correr. Su cabello se pondrá—”

Ambas chicas se congelaron en el instante en que me vieron, exactamente como lo había hecho Lynne.

La chica del vestido era Su Excelencia, Tina Howard, la segunda hija de la Casa Ducal Howard, uno de los Cuatro Grandes Ducados y los guardianes del norte. Albergaba lo que parecía ser el gran hechizo Frigid Crane, una de las principales razones por las que me quedaba como su tutor. Sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas, por lo que debe haber tenido bastante prisa.

La chica del uniforme era Ellie Walker, la heredera de la familia Walker, que había apoyado a los Howard durante generaciones. También era la criada personal y amiga de la infancia de Tina. El uniforme de la Royal Academy era tan elegante como recordaba; otras escuelas ocasionalmente vestían a sus estudiantes con blazers en estos días, pero que yo sepa, solo la Royal Academy tenía gorras escolares.

Están reaccionando de la misma manera que Lynne. Esto es desalentador.

“Tina, Ellie. Esto no me queda bien, ¿verdad?” Yo pregunté.

“Creo que me quedaré fuera de la ceremonia de entrada después de todo. Asistir en lugar del Duke Walter siempre fue demasiado para mí. Los miembros de las familias Howard y Leinster seguramente también registrarán todo, así que…”

“¡No!”

Tres voces gritaron en perfecto unísono. Me quedé desconcertado cuando las chicas se acercaron a mí.

“¡No te preocupes, Nii-sama!” Lynne me tranquilizó.

“¡Te ves esplendido…De maravilla!”

“¡Así es, sensei!” Tina intervino.

“Ojalá hubiera podido elegir tu ropa yo misma”

“Allen-sensei, uhm… Te ves muy…Uhm, genial…” Añadió Ellie vacilante.

“Lynne, Tina, Ellie…”

Toda esta solicitud de niñas incluso más jóvenes que mi hermana me estaba haciendo llorar. ¡Ojalá Lydia tuviera la mitad, incluso la cuarta parte, de esta consideración!

Un  estallido  de  risa interrumpió mis pensamientos.

“Ese aspecto te queda bien. No es de extrañar que Lydia hiciera una rabieta. Tal vez deberías tener que usar algo/elegido la próxima vez”

“Por favor, no me molestes”, le pedí después de un momento de silencio.

“Oh, pero solo estoy diciendo la verdad”, fue la respuesta.

“Esto tiene sus encantos. Bien hecho, Anna”

“Tu elogio es más de lo que merezco, señorita”

La mujer a la que asistió Anna era la esposa del Duke Leinster y la madre de Lydia, la Dukesa Lisa Leinster. Ayudó a su marido a gobernar el ducado (en realidad, eran cogobernantes) y, por lo general, sus días eran extremadamente ocupados. Dicho esto, la cita de Lydia como hechicera de la corte y la admisión de Lynne en la Royal Academy como segunda   de  su   clase  fueron ocasiones extraordinarias. El Duke y la Dukesa habían llegado del sur esa mañana, ansiosos por celebrar el éxito de sus hijas. Aparentemente, Lisa se había hecho cargo de su hija menor y dejaba a Lydia con su esposo, ya que era costumbre que los Cuatro Grandes Dukes y los Ocho Grandes Marqueses

asistieran a la investidura de los nuevos hechiceros de la corte y caballeros de la guardia real.

La Dukesa parecía tener veintitantos años gracias a su belleza y figura inmutables. Su hermoso cabello escarlata largo se parecía mucho al de Lydia, y ella era un poco más baja que yo; Me pareció recordar su regocijo cuando la había alcanzado. En un grupo con Lydia y Lynne, Lisa se parecía más a su hermana mayor que a su madre, pero la forma en que las miraba era inequívocamente maternal. Junto con su magnífico vestido escarlata, se veía en cada centímetro de la Dukesa Leinster.

Supongo que no puede hacer daño preguntar..

“Lisa-sama”, comencé.

“¿Uhm? ¿Allen?” ella respondió.

“No pude escucharte bien; debo estar mostrando mi edad. ¿Podrías repetir eso?”

Después de una larga pausa, lo intenté de nuevo.

“Lisa…-san, entiendo que la ceremonia de ingreso a la Royal Academy es importante, pero solo estaría allí para ocupar espacio, así que…”

“No. Haz esto correctamente. Eres prácticamente mi hijo, y una madre tiene el deber de hacer que sus hijos se vean lo mejor posible. Estabas pensando que tu túnica de hechicero sería lo suficientemente buena, ¿no?”

No había nada que pudiera decir a eso.

“¿Estoy en lo correcto?” ella continuó.

“Lydia realmente no tiene remedio cuando se trata  de   estas  cosas.   Necesita   educarte adecuadamente. Solo porque no te ha visto en tres meses y quiere adularte tanto que—”

“Ejem. Oku-sama”, interrumpió Anna.

“Oh, ¿era eso técnicamente un secreto?” Lisa-san soltó una risita y luego volvió a hablarme.

“Ella se altera tan fácilmente cuando se trata de ti, ¿sabes? Bueno, más temprano esta mañana le bromeé un poco acerca de irse a la capital antes que tú y ella disparó un ¡Firebird! Debo haber hecho algo malo durante su educación”.

“He estado pensando lo mismo”, confesé.

Sí, actualmente vestía ropa formal de la más alta calidad, ropa que normalmente nunca usaría o que ni siquiera tendría la oportunidad de usar. Mi cabello también había sido fijado en su lugar con crema para peinar. Para ser franco, pensé que me veía como un falso mayordomo.

Estaba lejos de ser la primera vez que me obligaban a usar ropa como esta desde mi regreso a la capital real, y este atuendo estaba mejor armado que el del día anterior, pero aun así me hizo sentir incómodo. Eso fue en parte porque había visto el artículo genuino en la mansión Howard en la forma de Walker-san.

En serio, ¿cómo terminé en este problema…?

Tal vez fue porque no atesoraba lo suficiente a mis padres; Todavía no les había escrito sobre mi situación actual. O ¿Es mi castigo por no volver a casa con mi hermana esa primavera?

“Ahora, sigamos nuestro camino”, dijo Lisa-san.

Era difícil no darse cuenta de lo mucho que su voz se parecía a la del albatros.

“Pero primero…Allen”

“¿Sí?” Respondí después de una pausa tensa.

“¿Qué haces cuando ves damas, de cualquier edad, todas vestidas?”

Dejé que la pregunta reposara por un momento antes de responder.

“Se los diré más tarde”

“Eso no servirá. ¿Supongo que las tres están de acuerdo?”

“¡Queremos que nos lo digas!”, afirmaron tres voces.

“Estar a la altura de las expectativas es el deber de un chico. Haz lo mejor que puedas”

“Está bien…” concedí después de otro silencio.

Yo no era rival para Lisa-san. Me había tratado amablemente desde nuestro primer encuentro, pero también era mucho más exigente incluso que Lydia. Nunca había habido una manera de salir de esto. Al mismo tiempo, felicitarlas a las cuatro mientras Anna-san estaba alegremente parada con un orbe de video era esencialmente un suicidio; no había duda de que el albatros desenvainaría su espada y soltaría un Firebird hacia mí cuando lo viera. Yo quería llorar.

Bueno, las necesidades deben…

“Se los lo diré en el carruaje” —les propuse—.

“A cambio, estaré a la altura de mi atuendo y actuaré como tu mayordomo hasta el final de la ceremonia de entrada”

“Oh, ¿lo harás? Entonces debes viajar en mi carruaje de camino allí”, declaró Lisa.

“¡N-No!” objetó Tina.