Shuumatsu Nani Shitemasu ka？(NL)

Volumen 5

Capítulo 4: En Este Mundo Crepuscular, Incluso Ahora

Parte 3

 El carácter de un Brave

Era comúnmente conocido que las 17 Bestias tenían la posición de la mayor amenaza para todos los seres vivos, pero la naturaleza concreta de las Bestias no era muy conocida, principalmente por dos razones. En primer lugar, muchos misterios los rodeaban, por lo que ni siquiera los investigadores conocían detalles. En segundo lugar, ya que, como regla general, los que se encontraron con las Bestias nunca regresaron a casa con vida, casi nadie tenía experiencia directa con las criaturas.

En otras palabras, casi nadie que vivía en Regul Aire había considerado la posibilidad de un ataque de Bestia. Incluso para los soldados de la Guardia alada, la situación apenas difirió. La gran mayoría de ellos nunca había visto directamente a una Bestia, así que, independientemente de la preparación mental, simplemente no estaban acostumbrados a estos enemigos.

Además de todo eso, las bestias no podían volar. El Teimerre podía desviarse por el aire bajo las condiciones adecuadas, pero eso era todo. Como resultado, las probabilidades de detectar una bestia distinta de la sexta sin llegar hasta la superficie eran cero.

Básicamente, Collinadiluche tenía una falta de conocimiento fatal con respecto a la Aurora.

================ Cambio de escena ==================

El terrible caos descendió sobre el cuartel general de la Guardia Alada. Los informes de daños vinieron volando desde aquí y allá. Los restos causados por las Bestias representaron alrededor de la mitad de ellas, mientras que la otra mitad estuvo constituida por accidentes o incidentes causados por ciudadanos en pánico. Y lo más probable es que la mayoría de los eventos reportados en ambas categorías nunca ocurrieron realmente. La información confiable era un sueño sin esperanza en medio de la pesadilla que abarcaba la ciudad. Aun así, los informes de problemas requerían una acción militar… los soldados serios que trataban de hacer su trabajo solo contribuyeron al caos.

“Supongo que aquí es donde entramos”, dijo Aiseia con un bostezo mientras se frotaba los ojos.

Sentada adentro, casi no tenía ni idea de lo que estaba pasando afuera. Que las Bestias habían caído del cielo y que, basándose en la información de los testigos, el tipo específico que parecía ser la Aurora resumía la extensión de su conocimiento.

Si ella lo recordaba correctamente, se había apilado material relativamente detallado de Aurora en la sala de referencia del almacén de hadas. Sin embargo, nadie esperaba una batalla repentina con ellos para salir, por lo que esos recursos aún no se han leído seriamente. La única excepción, Nephren, que leía cualquier material, no importaba qué aburrido, del principio al fin, ya no estaba con ellos.

Bueno, la falta de información en contra de las Bestias había sido un factor constante en todas sus batallas anteriores, así, por lo que no presentaba exactamente que gran parte de un problema. Sin embargo…

“Este es un campo de batalla bastante irregular para nosotros. Me hace un poco incómodo que esta sea la primera batalla de alguien. “

“Es verdad.”

Tiat, completamente vestida de pijama, dejó escapar un grito de asombro ante los comentarios de Aiseia y Lantolq.

“Yo-yo ¡también iré! ¡Déjame luchar!” Lakish levantó su mano fervorosamente mientras ella apresuradamente empujaba ropa apropiada en los brazos de Tiat.

Naigrat sacudió la cabeza. “Tu arma aún no ha sido decidida, ¿sabes?”

“Pero tenemos espadas, ¿verdad?”

Naigrat guardó silencio. Ellos tenían espadas: Valgalis, Historia, Ignareo, y, además de los Kaliyons de esas tres hadas, una espada más que Naigrat trajo como un encanto de buena suerte. Nadie, por lo que sabían, era capaz de manejarlo, por lo que realmente no servía de otro propósito que un encanto. Incluso mientras hablaban, su empuñadura asomaba por la enorme mochila de Naigrat.

“Pero…”

“No quiero esperar. No podré quedarme quieta. Quiero… tal vez no será de mucho uso, pero al menos no los arrastrará hacia abajo! “

Un ligero pico de dolor golpeó a Naigrat en el pecho.

“No, no puedes ir. No puedo exponer a un niño que no ha terminado de ajustar la formación básica a este peligro. Sólo has utilizado con éxito esa espada en una prueba. Eso no significa que puedas usarlo en una verdadera batalla, ¿sabes?”

“¡Pero!” Lakish alzó la voz aún más fuerte. Sólo entonces

“Discúlpeme, señoritas” dijo la voz de un hombre.

Volviéndose, Naigrat vio a unos cuantos hombres de pie con trajes nuevos y frescos. Un orco salió de entre el grupo y sonrió. Mirando más de cerca, notó vendajes envueltos alrededor de su cuerpo aquí y allá debajo de su traje.

“¡Tú eres… el de Elpis!” Sólo duró una fracción de segundo para que la ira se llenara la voz de Naigrat.

“¿¡Ah!?”

“S-Señorita Naigrat, qué coincidencia te encuentro aquí.” Cuando el resto de los hombres se encogió de sorpresa, el orco logró mantenerse firme. “Parece que la situación se ha vuelto bastante grave. Aunque tal vez no tenga mucho que ofrecer, vine aquí preguntándome si podría ser de alguna ayuda.”

“¡Como te atreves a decir eso!”

Según lo que Naigrat había oído, Elpis contrabandeó Bestias a la isla. En otras palabras, los hombres de pie frente a ella podrían muy bien ser responsable de todo este lío. Mientras hablaban, decenas de personas eran asesinadas en las calles. La Guardia Alada y las fuerzas de la ciudad probablemente se movían en la defensa, pero sus cañones y cañones ordinarios tendrían poco efecto sobre las Bestias. Junto con la confusión total que envolvía la ciudad, ella no veía cómo podían lograr mucho.

“Parece que tenemos un malentendido. El caos fuera no fue causado por nosotros. Según testigos, parece ser un acto de la aniquilación algo o más bien, una organización criminal en esta ciudad.” El Orc continuó arrojando audazmente mentiras descaradas. “Por favor, no hagas una cara tan aterradora. Hemos venido aquí hoy solamente con la intención pura de prestar una mano amiga.” Él agitó sus manos vendadas en un intento de demostrar su falta de hostilidad.

“Con el poder de fuego que la Guardia Alada puede utilizar formalmente, disculpe mi grosería, dudo que puedan resistir a sus enemigos. Sin embargo, hoy en día, tenemos un dirigible con nuestras armas a bordo atracado en el puerto.” Entonces, como si sólo recordando algo, agregó, “Oh, por supuesto, hemos traído las armas aquí siguiendo los procedimientos adecuados. Quiero utilizarlos para exterminar a nuestros enemigos.”

“Eso…” Naigrat comprendió la importancia de que el ejército de otra isla se desplegara en la ciudad. Cualquiera que estudiara un poco de historia lo sabría. “¡Eso nunca se permitirá! Bajo la Constitución de Regul Aire, esto cae bajo la jurisdicción de la Guardia Alada! “

“No, no, estás equivocada.” El rostro entero del Orco se puso a hacer una gran sonrisa, como si viniera todo esto sólo para decir estas palabras. “Ya hemos hablado con los superiores de la Guardia Alada.”

“… ¿eh?”

“Oh, una cosa más. Creo que la Orlandri Trading Company se pondrá en contacto con usted lo antes posible, pero, por la bondad de mi corazón, te lo diré ahora.” Actuando como si de repente se acordara de algo, agregó: “Para tu puesto y esa cabaña, Las cosas ya han sido decididas, incluyendo un calendario concreto. También incluye, por supuesto, el equipo almacenado allí.”

“Mentiras”

“Ah, no hagas esa cara. Las expresiones faciales de los sin marca son tan difíciles de leer, pero esa cara que hacen cuando contemplan su impotencia por sí sola es diferente. Es tan obvio que no puedo evitar sonreír.”

El Orco extendió las manos, hizo girar un bastón y se puso un sombrero de seda, que parecían salir de la nada. “Bueno, lo tienes, señorita Naigrat. Esta ciudad es nuestro escenario, así que sería mejor evitar acciones necias como desplegar a las hadas sin permiso. El tratamiento que recibirán tus lindas y preciosas muñecas una vez que salgan de tus manos… siendo tan sabio como tú, estoy seguro de que entiendes la decisión correcta.”

Con eso, los hombres se dirigieron hacia la sala de mando, encabezada por el Orco, que se detuvo a punto de echarse a reír.

================ Cambio de escena ==================

“… la Guardia Alada es más podrida de lo que pensé allí”, murmuró Aiseia.

“¿Eh?” Tiat alzó la cabeza.

“Es posible que se vieron obligados a aceptar un contrato antes de saber que sería a gran escala. Como hacer un poco de trabajo sucio sólo para hacer un poco de dinero extra en efectivo, pero luego darse cuenta de que ha ido demasiado lejos para dar marcha atrás “, añadió Lantolq.

“¿Ehh?” Tiat la miró.

“Así que, básicamente, Elpis está seguro de que pueden limpiar a las bestias desplegadas alrededor de ahora y se ven bien, ¿verdad? … es un poco frustrante, pero si pueden hacerlo, entonces tal vez está bien “, dijo Lakish.

“¡Ehhhhh!”, Gritó Tiat. “L-L-Lakish, ¿entendiste todo eso hablar?”

“S-sí… no las partes difíciles, pero creo que tengo la imagen general, tal vez…”

“¿¡Soy esa única que no lo entendió!?”

“Yo… está bien, te lo explicaré ahora, así que cálmate.” Lakish empujó a Tiat, que parecía a punto de aferrarse a ella. “Vamos a ver, ya conoces a Elpis, ¿verdad? En la decimotercera isla flotante, un poco como un país vecino ligeramente distante a aquí. Bueno, técnicamente un estado de la ciudad.”

“Sí, el país que siempre significa en ‘Las llamas de Elpis y Sombras de Pitos’, ¿verdad?”

“Bueno, sí, pero olvídate de tu impresión de las películas de cristal. De todos modos, Elpis, uh… esto es sólo una suposición, pero probablemente quieren comenzar una guerra. “

“Por qué” dijo Tiat con una expresión de completa incomprensión

Lakish miró a Aiseia, que continuó la explicación.

“Ves, la guerra tiene este efecto mágico que puede posponer todos los problemas dentro de un país. Por ejemplo, no importa cuánto usted y sus vecinos se odian, si alguien con un hacha puede venir y atacar en cualquier momento, no puede permitirse luchar con sus vecinos, ¿no? Además, incluso si eres pobre o tienes hambre, en una situación de matar o matar, no hay lugar para quejarse. La existencia de un enemigo externo oscurece cualquier problema interno”.

Como ella explicó, Aiseia hizo un ceño fruncido del asunto desagradable. “Pero cuando la paz regresa, también lo hacen todos los problemas que fueron barridos bajo la alfombra. Cuando no hay hombres con hachas que vienen a atacarte, no puedes evitar recordar cuánto odias a tus vecinos. Cuando se trata de eso, hay dos opciones, las cuales conducen al mismo resultado. Empezar una guerra con sus vecinos, o encontrar otro enemigo externo para iniciar una guerra con”.

“… ¿llevarse bien con tus vecinos no una opción?” Tiat preguntó tímidamente.

“Es. Sólo tienes que encontrar a tu próximo enemigo. Hasta hace poco, el Teimerre servía como ese enemigo externo, así que, en general, todos en Regul Aire se llevaron bien. Pero ahora que la palabra es que el Teimerre no va a aparecer por un tiempo, algunos países están empezando a recordar ‘oh sí, yo realmente solía odiar a esos chicos’. Y el único país entre los que inmediatamente tomó acción es Elpis.”

“Ellos eligieron un método muy inteligente también. Si simplemente atacaran a sus vecinos, serían conocidos como una amenaza a la paz de Regul Aire y convertirían en un nuevo enemigo externo. Así que cambiaron su enfoque. Llamaron a un enemigo desde afuera y los dejaron ir salvajes en el patio trasero de su vecino. Entonces todo lo que tienen que hacer es caminar en el patio trasero de su vecino y valerosamente matar a los intrusos. Sus vecinos les agradecerán y voluntariamente estarán bajo su control y todos viven felices para siempre.” Aiseia aplaudió sarcásticamente.

“Así que básicamente, ellos son los que trajeron a los chicos malos, ¿pero van a jugar al héroe y obligar a otros a estar en deuda con ellos?” Tiat exclamó.

“Oh, sí, eso es exactamente. Lo entiendes muy rápido, ¿eh?”

“P-Pero, ser el héroe es el trabajo de la Guardia alada, ¿no? Alguien más no puede tomarlo.”

“Ellos se encargaron de eso primero. Si la Guardia Alada, que se supone que son los héroes, no puede ser de ninguna utilidad, entonces Elpis puede entrar y salvar el día, robando toda la confianza pública que la Guardia alada construyó a lo largo de los años “.

“Pero… eso es…” Sin preguntas, Tiat guardó silencio.

Con nada más que explicar, Aiseia y Lakish siguieron su ejemplo.

================ Cambio de escena ==================

“Ahí está usted.” Con pasos ligeros y rápidos que no correspondían a su gigantesco cuerpo, Limeskin llegó corriendo por el pasillo. Naigrat. Devuelve a las hadas a sus habitaciones.

“… sí, lo sé,” contestó Naigrat suavemente.

“Espera un segundo. ¡No me digas que estás planeando hacer lo que dijeron!” Lantolq se interpuso entre los dos.

“Eso es exactamente lo correcto. Esas son las órdenes de mis superiores, y también un método para poner fin a este peligro con el menor daño posible”, respondió Limeskin.

“Pero, para no dejar que ellos se salgan con la suya, necesitamos hacer que sus armas no produzcan los resultados que esperan. Además, si salimos ahora, podríamos ser capaces de reducir el daño a la ciudad, aunque sólo sea un poco”, protestó Lantolq.

“Y entonces ustedes podrían sufrir más que un poco de daño”, dijo Naigrat, su voz sonaba casi como la de un gatito asustado. “Hemos seguido enviándolos a la batalla todo este tiempo porque no teníamos otra opción. Nadie más, pero ustedes podrían estar en ese campo de batalla. Si ese no fuera el caso, nunca te habría dejado hacer algo tan peligroso. Pero…”

La fuerza volvió a los ojos de Naigrat. “Este no es uno de esos campos de batalla. Esto no es más que un campo de caza para Elpis para liberar, luchar y capturar sus propias presas. No hay razón para que ustedes tengan que arriesgar sus vidas por esto.”

“Entonces todo saldrá como planeaban, ¿sabes? ¿Vas a callar y dejar que aplasten el almacén de hadas?”

“Por supuesto no. Resistiré hasta el final. Pero ésa es mi batalla, no algo para ustedes derramen sangre.”

Mientras tanto, Limeskin asintió con un rostro algo tranquilo. “Voy a hacer una pregunta. ¿Ha llegado la dirección del viento a las cavernas de vuestros corazones?”

“… ¿qué?” Una línea de lagarto completamente incomprensible salió de la nada por primera vez en mucho tiempo.

“Una sola hoja no elige su campo de batalla por sí solo. Si hay un campo de batalla que uno desea, uno debe ser un guerrero. Con los dedos en la empuñadura, en los brazos apoyando la hoja, hay que llevar el viento.”

“… ¿um…?” No sirvió para nada. Lantolq no tenía ni idea de lo que estaba tratando de decir. “Aiseia.” Asomando a su amiga sentada a su lado con el codo, ella susurró: “Usted sabe muchas cosas extrañas al azar. ¿Sabes lo que está hablando?”

“Tú eres el que ha estudiado lenguas antiguas y esas cosas”, susurró Aiseia. “Eres más cualificado que yo cuando se trata de culturas diferentes.”

“Lo hago por diversión, no soy buena en eso. Toda esa lectura no está siendo de ninguna utilidad en este momento.”

“Bueno, yo tampoco tengo ni idea de qué está pasando.”

“… um, Primer Oficial Limeskin.” Mientras los mayores se iban y salían, Tiat dio medio paso adelante. “Amamos esta ciudad. ¿Eso cuenta como una razón?”

“Si caes aquí, la próxima tierra que vaya a ser atacada será aún más herida. ¿Entiendes eso?”

“No, realmente no, señor.”

“¿Hmm?”

“Pero si Kutori estuviera aquí, estoy segura de que diría esto. ¿A quién le importa el siguiente lugar? Un soldado de hadas lucha por lo que es importante. No importa la razón, no puedo huir en un momento tan crucial… algo así.”

Naigrat tragó saliva. Aiseia hizo un ruido extraño. Lantolq se quedó boquiabierto con los ojos bien abiertos. Lakish no mostró ninguna señal de sorpresa.

“Uno que persigue tras la espalda de un guerrero un día crecerá para ser un guerrero también… yo veo.” Limeskin, quizás en un humor alegre, emitió un extraño sonido de su garganta. “Te concedo permiso para atacar. Sin embargo, no se sobre excedan.”

“¡Primer oficial!”, Exclamó Naigrat, casi como un grito.

“No hay manera de evitarlo. Si los obligamos a quedarse, pueden decidir romper órdenes y moverse por su cuenta”.

“Eso es… cierto, pero…”

Y, más que nada, este joven guerrero ha mostrado sin duda el viento. La palma gigante del Reptrace palmeó ligeramente el cabello de Tiat. “No sólo cualquier persona puede atar el viento, ni se permiten. Eso es todo.”