Shuumatsu Nani Shitemasu ka？(NL)

Volumen 5

Capítulo 3: Todos, En Nombre De La Esperanza

Parte 3

 La vieja capital y las hadas

El almacén de hadas estaba ubicado en la 68ª Isla. Por otro lado, Collinadiluche se ubicó la 11. En pocas palabras, uno se sentó hacia el borde exterior de Regul Aire, mientras que el otro se sentó justo en el medio. Naturalmente, una distancia considerable separaba a los dos. Además, debido a la falta de una ruta directa conveniente entre ellos, uno tenía que estar listo para un viaje redondo que implicaba la transferencia entre dirigibles.

Por supuesto, conseguir una nave de patrulla del ejército para pasar por el que habría resuelto el problema, pero eran generalmente estrecho, no tenían tampones de vibración por lo que el balanceo se salió de control, las ventanas eran pequeñas, y estar en el mismo barco todo el tiempo se Sentía deprimente. Por estas razones, entre otros, Naigrat declinó rápidamente. Es innecesario decir que no hubo objeciones. Y así, pasaron un día entero en los dirigibles, siendo echados hacia atrás y adelante por el viento.

“Oohh…” Lakish, después de desembarcar, miró a su alrededor con una amplia sonrisa. “Increíble! ¡Oye, Tiat, mira, mira!”

“Sí, increíble, increíble. Ahora déjame ir.” Tiat, con sus hombros siendo sacudidos por Lakish, luchó para liberarse.

“¡Pero mira! ¡Esa cosa es real!”

“Lo sé, sé que es real, así que déjame ir”.

“Wooow…”

Lakish había entrado completamente en trance. Bueno, Lantolq podía entender. Después de todo, estaban en Collinadiluche. La caja del tesoro del cielo. La sartén de los sueños y el romance. Por lo general, las hadas ni siquiera se les permitían abandonar libremente la Isla 68, por lo que las historias de libros y películas de cristal proporcionaron sus únicos medios para aprender sobre otras islas. Sirviendo como el escaparate central de innumerables historias no fue otro que Collinadiluche. Justo aquí en esta ciudad, “Second Mantle” robó un millón de bradales de los villanos, “Rust Nose” encontró amor verdadero, la familia “Minchuet” pasó por momentos de gran agitación… durante años, las hadas vieron todos esos cuentos con ojos de admiración. Sólo tenía sentido que Lakish, de pie en ese escenario con sus propios pies por primera vez, se sentía tan abrumadoramente feliz. Para ser honesto, Lantolq estaba muy emocionada, aunque no era su primera vez.

“… entonces, ¿a dónde vamos ahora?” Pensando que era vergonzoso dejar que la emoción se mostrara, Lantolq respiró hondo y luego calmadamente preguntó a Naigrat.

“Vamos a ver, tenemos que llegar a la jefatura de mando, pero antes tenemos que dejar a Lakish en casa de mi senior”.

“¿Señor?”

“Él se encargó de ustedes también cuando crecieron completamente. El gran médico de Kikuroppe. Era mi mayor en la facultad de medicina.”

“Un combo bastante aterrador, ¿eh? Apuesto a que tus compañeros estaban asustados todo el tiempo hasta la graduación.” Aiseia se metió en un costado.

“Qué grosero. No hicimos cosas peligrosas con tanta frecuencia.”

Una negación que no era absolutamente una negación regresó en respuesta. Lantolq pensó que sería mejor no detenerse en el tema. “… vamos, Lakish, Tiat. Vamos.” Agarró el shaker y el shakee. “No hemos venido a hacer turismo. Hagamos lo que tengamos que hacer.”

“Ah… s-lo siento.” Lakish salió de su trance y se disculpó.

“Ooo, la isla está girando…” Mientras tanto, los ojos de Tiat estaban girando fuera de control.

Lantolq pensó que se recuperaría tarde o temprano.

“Bueno, vamos” dijo Naigrat, y volvió a ajustar la enorme mochila que llevaba.

Desde la parte superior de ese paquete de cuero resistente, algunos objetos puntiagudos envueltos en paño se pegaron. En el interior había cuatro Armas Excavadoras… Valgalis de Aiseia, Historia de Lantolq, Ignareo de Tiat, y, como un encanto de buena suerte, una espada más sin dueño. En conjunto, el peso era el de un pequeño aparador (lleno de ropa), pero la forma en que lo llevaba Naigrat no lo mostraba en absoluto.

“Compórtense, ustedes dos. Es un pequeño paseo a donde debemos estar, así que no se vayan mirando las cosas y se pierdan, ¿de acuerdo? “, Dijo Lantolq.

“E-Entendido. Haré todo lo posible” respondió Lakish-.

El hecho de que ella tuviera que dar lo mejor hizo a Lantolq un poco incómoda,

“… ¿ni siquiera algunos desvíos? Hay un montón de lugares que no pude ver la última vez…” dijo Tiat.

Lantolq deseaba que éste intentara un poco más. “No me hagas repetirme. No hemos venido a hacer turismo “, dijo con un tono más fuerte con la mano en la espalda de Tiat.

Tiat se calló de inmediato. Lantolq se preguntó si iba demasiado lejos, pero no podía pensar en nada que decir. Bueno, puesto que Tiat era un soldado de hadas completamente desarrollado ahora, Lantolq pensó que al menos podría contenerse… probablemente.

“Aaaah, ya que es la plaza de Falsta? La cosa en el medio es la estatua del Gran Sabio, ¿verdad? ¿Podemos ir a ver más de cerca? “

Lantolq se volvió para mirar. Una plaza amplia y abierta con una fuente. Innumerables parejas y una estatua imponente de un anciano con una capucha. El Gran Sabio, la figura legendaria que dirigió la fundación de Regul Aire y todavía sigue apoyándolo … de alguna manera, su estatua tiene una reputación de tener el poder de fortalecer los lazos entre una pareja. La verdad de esto permanecía confusa, pero, aparentemente, a los amantes tampoco les importaba. A lo largo de la plaza, parejas de varias razas susurraron palabras de amor el uno al otro. Incluso sin una prohibición de los desvíos, Lantolq tuvo la sensación de que no sería un buen lugar para tener niños pequeños de todos modos.

“¡Quiero verlo también! Cuando llegué aquí antes, Willem no me dejó!” Exclamó Tiat, aprovechando la situación.

Lantolq dejó caer su puño sobre la cabeza de Tiat. “Te lo dije, ¿no? No mirar alrededor o desvíos. Vamos a prisa.”

Lakish y Tiat cayeron desesperadas.

================ Cambio de escena ==================

Treinta minutos más tarde.

La situación empeoró. Enjugando el sudor frío dentro de su mente, Lantolq miró a su alrededor. A la derecha, varias personas y carruajes de caballos llameantes iban y venían a lo largo de una amplia avenida llena de edificios de piedra. A la izquierda, un vasto y bien cuidado jardín se extendía detrás de una interminable valla de hierro negro. Todavía no era primavera, pero sólo una luz verde lo cubría. En menos de un mes, todo el lugar seguramente florecería con colores vivos. No ser capaz de ver que se sentía un poco desafortunado, pero ahora no era el momento de pensar en eso.

Era innecesario decir que ambas vistas eran desconocidas para Lantolq. También el problema real en la mano, ella no podía localizar cualquier persona ella vino con: Naigrat, Aiseia, Tiat, o Lakish.

“Bueno, esto es malo,” murmuró, cerrando los ojos y presionando su frente.

Pensó en los acontecimientos que condujeron a esto. Era simple: mientras caminaba por la ciudad, un edificio visible en la distancia de repente capturó su mirada. Era la torre de una famosa iglesia que una vez leyó en un libro, una de las grandes estructuras construidas por un arquitecto de genio trescientos años en el pasado, de las cuales sólo siete existían en todo Regul Aire. Se escribió que sus siluetas únicas capturan los corazones de cualquiera que mire, incluso desde lejos. Ahora Lantolq sabía que el libro estaba en lo cierto. Después de descubrirlo, se arrastró en un poquito (o al menos eso es lo que se dijo a sí misma), y, lo siguiente que supo, se había separado de sus amigos.

Qué vergüenza, terminando así justo después de que yo advirtiera a los más jóvenes a no ir a mirar las cosas y perderse. Lantolq nunca hubiera pensado que iba a estropear tan grande. Su destino era la instalación de tratamiento aquí en Collinadiluche, el lugar donde una vez fue cuando creció completamente. Sus recuerdos estaban un poco confusos, pero probablemente recordaría el camino. En el peor de los casos, ella sólo podría tomar a los cielos y comprobar las direcciones desde arriba. Quería evitar llamar la atención, pero sería mejor que retrasar sumamente su reunión.

“Supongo que sólo caminaré.”

Afortunadamente, Collinadiluche era una ciudad comercial con vínculos con muchas otras islas, sin marcas como las hadas que caminaban por las calles no eran inusuales. Mientras ella no hiciera nada particularmente inusual, ella no se destacaría. Simplemente paseando, podía mezclarse con el paisaje de la ciudad. Pensando de esa manera, fue capaz de olvidar su situación y aclarar un poco sus pasos.

================ Cambio de escena ==================

Siete minutos después.

“… ahh.”

Una vez más, Lantolq realmente sentía lo aterrador de una ciudad como Collinadiluche. Después de cada pocos minutos de caminar, se encontró con algo intrigante. Ya sea un edificio famoso, un pequeño callejón curioso o una estatua de bronce aparentemente aleatoria en medio de la carretera, no dejó de sorprenderse por el abundante repertorio de la ciudad. Estando sola, no podía evitar detenerse cada vez que veía algo.

Esto no está bien. Si no intentaba un poco más seriamente avanzar, el sol se pondría sobre ella. Con esa sensación de urgencia empujándola hacia atrás, Lantolq corrió por una ancha avenida, dobló una esquina y…

“… ahh.”

… encontramos otro magnífico edificio. La Gran Biblioteca Central Collinadiluche. No sólo era una de las estructuras más antiguas todavía que se colocaban en la ciudad, sino también se jactó de la colección más grande de libros en el entero de Regul Aire. Esa graciosa torre blanca, que sigue llegando a lo alto después de cruzar siglos de historia. A pesar de su supuesto enfoque, Lantolq cayó completamente prisionera ante esa vista en el momento en que la vio. Sin embargo, sus piernas, impulsadas por su sentido de la urgencia, continuaron moviéndose. Como resultado…

“¡Ah!”

“Hmph.”

Se tropezó con algo que se sentía como una pared y rebotó, aterrizando abajo en el suelo.

“Ay…”

“Oh mi error. Estaba un poco distraída.”

“Ah, no, yo no estaba mirando a dónde iba…” ella respondió.

Al parecer, la cosa en la que Lantolq tropezó no era una pared, sino un viejo sin marcas con el pelo rubio, el pelo rubio de la cara y un cuerpo robusto como una roca. Debido al brillante manto blanco puro que llevaba, se destacó, y no de una buena manera. Parecía flotar visiblemente sobre el paisaje de Collinadiluche, la ciudad que aceptaba todas las razas. Sin embargo, después de verlo con sus propios ojos, Lantolq pensó por un momento que tal vez la cosa en la que chocó realmente fuera una pared después de todo. No sabía por qué, pero ese tipo de fuerza pesada y misteriosa exudaba del viejo.

“¿Estás lastimada?”

Incluso en sus palabras de preocupación, una especie de presión abrumadora llenó su voz. Supongo que en una ciudad tan grande e histórica, tienes gente extraña como está caminando por las calles como de costumbre, pensó Lantolq.

“Ah… estoy bien, gracias.”

Timidamente, agarró la mano que tenía a su lado y se puso de pie. Una suave sonrisa apareció en el rostro del hombre, pero no pudo ocultar la mirada aguda y penetrante de sus ojos. Incluso siendo un soldado experimentado, Lantolq sentía que sus piernas se abrocharían si no mantenía conscientemente su mente enfocada.

“Ah… por cierto, jovencita. Este intercambio de palabras debe ser una suerte de destino. ¿Me ayudarías un poco con instrucciones?”

Un breve silencio.

“¿Huh?”

“Bueno, es un poco vergonzoso, pero, la verdad es que estoy un poco perdido”, dijo el hombre mientras se rascaba la mejilla. El gesto no le quedaba bien. “Pensé en preguntarle a alguien en el camino, pero… bueno, hablar con extraños no es mi fuerte.”

“Ah…”

Eso tiene sentido, pensó Lantolq. Sólo de pie allí, su enorme sentido de presencia parecía abrumar a su alrededor. Ella pensó que sería un poco inapropiado para casualmente pedirle a alguien instrucciones.

“No me importa, pero no soy de por aquí, así que no puedo decir que estoy familiarizado con los caminos. No sé si te ayudaré.” Lantolq dejó de lado el hecho de que estaba un poco perdida. “Bueno, ¿a dónde vas?”

“Un restaurante. He oído que está cerca de la instalación de tratamiento general.”

“Qué casualidad”, pensó Lantolq. También tengo negocios allí. Si quieres, podemos ir juntos.

“Oh, eso sería genial.”

El anciano sonrió. O por lo menos, las arrugas aparecieron por su edad, y formaron la forma de una sonrisa. La sonrisa tenía tal fuerza detrás que probablemente haría llorar a un niño pequeño. Lo bueno es que soy un adulto, pensó Lantolq, levantando ligeramente los extremos de sus labios.

================ Cambio de escena ==================

“He venido a esta ciudad antes, así que rechazé una oferta de direcciones, diciendo que ya conocía el camino”, dijo el anciano mientras caminaban.

Siguiendo con él, Lantolq se sentía un poco como un criado cuidando a su amo. “Oh,” ella respondió medio corazón.

“Pero cuando empecé a caminar, me di cuenta de que los caminos han cambiado completamente.”

“Ah”

Eso no puede estar bien. Collinadiluche era una ciudad histórica. Quizás existían varias definiciones de “ciudad histórica”, pero uno de ellos tenía que ser que muchos edificios antiguos todavía se encontraban dentro de la ciudad. Tan naturalmente, los caminos no podían haber cambiado completamente. Hasta donde Lantolq sabía, el área alrededor de la Gran Biblioteca no había recibido ninguna renovación importante en los últimos cien años y algunos años. Bueno, es un poco viejo. No sería sorprendente que su memoria empezara a desvanecerse un poco. Pensamientos groseros pasaron por su cabeza.

“Ya que esta es una oportunidad tan rara, pensé que sería agradable disfrutar de un poco de turismo mientras estoy aquí, pero no quisiera hacer esperar a la persona con la que me voy a encontrar para siempre”.

“Ah…” Una espina invisible atravesó el pecho de Lantolq.

“Sin embargo, sería lamentable caminar solo por esta ciudad. Supongo que tendré que volver algún día como turista.”

“¿Es tu residencia habitual en una isla lejana?” preguntó Lantolq.

“Hm, ciertamente está lejos, pero más problemático que la distancia es” De repente, el viejo levantó la vista.

Lantolq siguió su mirada. “Ah”.

Al otro lado de la calle estaba Naigrat. Ella se levantó alrededor de una cabeza más alta que los peatones que pasaban, haciéndola extremadamente fácil de ver. Al darse cuenta de Lantolq, empezó a cruzar la avenida.

“¡Por fin te encontré! ¡Estábamos preocupados por ti!”

“Lo siento.” Lantolq, sin excusas, se disculpó sinceramente.

“Me preguntaba qué hacer si te topas con un carruaje o algo así, ¿sabes? Ustedes son fuertes cuando luchan, pero en tiempos regulares no son tan fuertes”.

“Bueno… ah…”

Aproximadamente la mitad de la fuerza de los Leprechauns durante la batalla provenía de su veneno encendido, y casi toda la otra mitad vino de las armas Excavadoras que manejaron. En otras palabras, en tiempos cotidianos, casi no tenían el poder que tenían en el campo de batalla. Además, la mayoría de los seres vivos, no sólo Leprechauns, probablemente no estaría bien después de chocar contra un carro. Bueno, por supuesto, Naigrat no pertenecía a la mayoría de los seres vivos.

“Incluso si vas a convertirte en carne molida, sabrás mejor si pasas por una máquina real especializada en carne molida”.

“¿Um que?”

Lantolq empezó a perder de vista lo que decía Naigrat. De todos modos, parecía evidente que Naigrat se había preocupado por ella… probablemente. Ya se había disculpado apropiadamente, y ahora necesitaba reflexionar sobre su comportamiento.

“Ah, perdón por interrumpir tu conversación, jovencita”. El anciano entró. “Por favor, no regañes demasiado a la niña. Yo era un turista que pasaba, y yo estaba perdido. Ella tenía el amable corazón de mostrarme el camino.”

“Eh?” ¿De qué está hablando este abuelo de repente?

“Si esto te ha molestado de alguna manera, permíteme compensarlo. A pesar de lo que puedo ver, tengo un poco de autoridad. Así que por favor, no seas demasiado duro con tu hermanita.”

“Oh, mi.” Naigrat parecía un poco desconcertada. “¿Eso es lo que pasó?”

“Uh… bueno, ¿claro?” Lantolq respondió vacilante. Sí, caminaban juntas bajo el pretexto de que le estaba mostrando el camino al anciano. Sin embargo, justo antes de eso, ella había sido la perdida, y eso era completamente culpa suya sin espacio para excusas. Además, ella y Naigrat no eran hermanas…

“Bueno, bien.” Naigrat suspiró con un ligero tinte de orgullo. “Nadie más lo sabe, y no causó ningún problema. Tampoco quiero decirte que no seas amable con otras personas. Pero la próxima vez, dime, ¿de acuerdo?”

“Ah… bien, entendido.” Lantolq, siguiendo con el flujo, asintió.

“Tú también, señor.”

“¿Hm?”

“Estoy seguro de que estaba ansioso, perdiéndose mientras visitaba la ciudad, pero no es bueno charlar con una joven al azar y caminar con ella. La gente podría pensar que la estás secuestrando, ¿sabes?”

“Ah… oh-oh, sí. Supongo que estas en lo correcto.”

“Los secuestros turísticos no son una ocurrencia rara en Collinadiluche. Si necesitas direcciones, puedes preguntar a los golems instalados por el departamento de turismo, ¿de acuerdo?” Naigrat habló con voz suave y severa, como si regañara a un niño por una broma.

Después de un momento de silencio, el anciano, que parecía completamente desconcertado, repentinamente estalló en risas explosivas. Todas las personas que caminaban por la calle se dieron la vuelta, las palomas que descansaban en la parte superior de las lámparas se alejaron y un caballo tirando de un carro a lo lejos empezó a moverse.

“… ¿estás bien?” Preguntó Lantolq.

“Sí, mis disculpas.” El anciano reprimió su risa y enjugó las lágrimas de sus ojos. “No ha habido nadie que tomó esa actitud hacia mí en un tiempo muy largo. También se siente refrescante y nostálgico para ver a una joven no ser intimidados ante mí. Me hizo sentir joven de nuevo. “

“Uh.” Ciertamente, tenía un rostro de miedo, un físico asustadizo, y un aire misterioso y misterioso alrededor de él, pero Lantolq no podía imaginar a todo el mundo que hablaba por miedo a él.

“Bueno, desde aquí, yo mismo puedo encontrar el camino. No quiero robar más de tu tiempo, así que creo que es hora de que me vaya. “

“… ¿estás seguro de que estás bien?”

“No te preocupes, la próxima vez que me pierda puedo preguntarle a uno de esos golems, ¿verdad?”, Dijo el viejo con un guiño, y un guiño bastante experto en eso. Gracias por la divertida conversación.

Mientras miraban al viejo marcharse, Lantolq y Naigrat inclinaron la cabeza en confusión.

“Siento que lo he visto antes… recientemente”, murmuró Naigrat.

Ahora que lo mencionó, Lantolq se dio cuenta de la extraña sensación que había estado retorciéndose en su mente. “Pero si lo conocí antes… siento que no podría olvidar a alguien con una impresión tan fuerte”.

“Hmm, si ambos recordamos haberlo visto, entonces eso significa… ¿en la 68 ª Isla? Pero eso no puede ser… “

Sin llegar a una respuesta, continuaron inclinando la cabeza. Cerca, junto a la calle por la que pasaban, en la ancha Plaza Falsta, se alzaba la estatua de piedra del Gran Sabio, la figura más prominente de Regul Aire.

================ Cambio de escena ==================

-Entonces, la chica que tuvo el sueño, venga por aquí.

“¡Sí, sí! ¡Comingdsgsf! “

Lakish, dirigida por un grupo de enfermeras vestidas de blanco, se encaminó a convertirse en un soldado de hadas completamente crecida, estremeciéndose ante el dolor de morder energéticamente su lengua.

================ Cambio de escena ==================

“Dudo que esté muy lejos”, dijo Naigrat con cara de preocupación, luego salió a buscar a Lantolq. “Si algo le pasó, voy a tener que darle un gran abrazo como castigo por preocuparme”, bromeó.

Por cierto, se dice que los abrazos de fuerza completa de Naigrat podrían romper rocas.

================ Cambio de escena ==================

Ahora que deja dos más. Estaban sentados en una sala de espera llana dentro de la instalación de tratamiento, habiéndoles dicho que se mantuvieran en espera hasta las siguientes instrucciones. Sin embargo, no recibieron ningún comentario sobre el momento en que vendrían las próximas instrucciones.

“Me pregunto dónde fue Lan” murmuró Aiseia, con una mirada aburrida en la cara.

“¡Definitivamente fue a ver la tumba del Perjurer!”, Respondió Tiat mientras ella subía y bajaba al lado de la pared, tratando de ver el paisaje de la ventana ligeramente alta. “Pasamos cerca, y es un lugar popular que definitivamente no puedes perder cuando vas a Collinadiluche. ¡No es justo!”

“Lan no es como tú cuando se trata de esas cosas, ¿sabes?”

“Rust Nose dijo que la belleza seduce el corazón!”

“¿Estás segura de que dijo eso en el contexto de que estamos hablando?” Aiseia tituló su cabeza. “De todos modos, esto seguro es aburrido. ¿Debemos jugar un juego o algo así? “

“¡No es aburrido! Estoy muy ocupada ahora mismo! “

Aiseia arrojó la cabeza sobre el escritorio frente a ella y observó cómo la espalda de Tiat saltaba de arriba abajo. Por supuesto, Tiat podría haber encendido Venom y volar, pero ella no parecía darse cuenta, y Aiseia no tenía ganas de señalarlo.

“¡Ah, sólo un poco más, piernas! Todo ese entrenamiento físico fue para este momento! “

“Qué niño tan despreocupado…”

Mirando hacia la ventana en cuestión desde su posición, Aiseia sólo vio el cielo azul extendiéndose por el otro lado, el mismo cielo viejo que la miraba con la misma cara si miraba a la 68 o a la 11ma. En ese momento, llamaron a la puerta.

“A lo mejor estas son las siguientes instrucciones.” Aiseia alzó la vista y la puerta se abrió.

“Discúlpeme…” Con voz vacilante, no vino Naigrat, ni un doctor, ni un soldado, sino una joven Lucantrobos de piel suave.

“¿Hm? Usted es… “

“¿Firu!? ¡Hace mucho que no veo!” Aparentemente, Tiat recordó el nombre del recién llegado antes que Aiseia.

Firacolulivia Dorio, la hija del alcalde. Unos meses antes, Aiseia y Tiat viajaban por la ciudad bajo su dirección o más exactamente, bajo los planes de Willem. Para los Leprechauns, que usualmente no tenían casi nada que ver con nada fuera de la 68ª Floating Island, fue una experiencia inolvidable y peculiar.

“Aiseia… Tiat…” Por alguna razón, la cara de Firu se puso rígida mientras ella murmuraba sus nombres y miraba alrededor de la habitación. No están aquí. Kutori y Nefrén.

“¿Firu?”

Después de entrar en la habitación y cerrar la puerta detrás de ella, Firu se desplomó al suelo. No lo sabía. “Lo que eran las chicas. Cuyos sacrificios estaban manteniendo la vida cotidiana que dábamos por sentado. “

“¿Huh?” Los ojos de Tiat se abrieron de par en par.

Aiseia, entendiendo el significado de esa súbita disculpa, se rascó la nuca. “¿Has oído algo de alguien, eh? Sobre nosotras.”

“Sí. Por casualidad oí hablar a mi tío y padre”.

El “tío” del que habló se refirió a la primera oficial Limeskin, con quien había estado muy cerca desde muy joven, y el “padre” se refirió a Gilandalus Dorio, el alcalde de Collinadiluche. Aiseia no sabía cómo Leprechauns apareció en una conversación entre esos dos, pero, por el momento, parecía evidente que Firu sabía de su naturaleza como armas secretas.

“Mientras todos ustedes estaban arriesgando sus vidas en el campo de batalla, yo estaba luchando para decidir qué mermelada poner en mi bollo para el almuerzo. Pasaba todos los días así, sin saber la verdad ni la vergüenza. Ahora, me siento tan avergonzada…” confesó ella, su cabeza hacia abajo, sonando casi al borde de las lágrimas.

“Uh, umm…” Tiat buscó palabras.

“Ah, bueno, estoy agradecida por la nueva respuesta, pero… Firu,” comenzó Aiseia.

“¿Sí?”

“No necesitamos hablar de cómo somos armas desechables y todo. Tienes una conciencia fuerte, has sido criada en un ambiente de clase superior, y eres del tipo que cree que hay más personas buenas que malas en el mundo. No voy a tratar de decirle a alguien como usted que está de acuerdo con lo que hacemos.”

Así que quiero que pienses en ello de esta manera. En secreto ponemos nuestras vidas en la línea para que toda la gente normal en cada isla flotante puede seguir viviendo su vida cotidiana en la ignorancia.

“La vida cotidiana… la ignorancia…”

“Está bien. Así que no te avergüences de que no supieras sobre nosotras. Esa vez que pasaste en la ignorancia es exactamente por lo que luchamos… es como, nuestro orgullo, o algo así”.

“Oohh…” Tiat parecía impresionado. Seguía dudando si ella sabía o no que Aiseia también estaba hablando de ella.

“Mira hacia arriba, Firu. Por lo menos, no arriesgamos nuestras vidas todo este tiempo para ver a nuestro amigo llorar”.

“Ai… seia…”

En ese momento, la puerta se abrió de nuevo. Esta vez, una hada de pelo azul, Lantolq, apareció.

“Lo siento por hacerte trabajar…” La disculpa de Lantolq se detuvo. Miró alrededor de la habitación: Aiseia con los codos apoyados en un escritorio, Tiat presionó contra la pared con sólo la cabeza girada hacia la puerta, y un Lucantrobos desconocido se desplomó en el suelo. “- ¿Que está pasando aqui?”

“Esa es una pregunta bastante difícil…” dijo Aiseia con cara preocupada, luego se rió. “Espera. Lan, ¿estás sola? Pensé que Naigrat fue a buscarte.”

“Sí, ella estaba allí cuando un mensajero de la Primera Oficial de Limeskin la agarró”, dijo Lantolq, señalando hacia la entrada de la planta de tratamiento. Salieron de nuevo. Me dijeron que esperara aquí con ustedes.

“¿Salió? ¿Dónde?”

“-No lo sé, pero no creo que tengamos que preocuparnos.”

“Bueno, eso es verdad.”

Aiseia y Lantolq asintieron.

“… um?” Firu, incapaz de mantener su conversación, inclinó la cabeza en confusión, sus ojos todavía llorosos.

“Entonces, ¿qué viste? ¿El sepulcro del Perjurer? ¿O un poco más al mercado de la cebada?” Tiat, por su parte, estaba siendo su yo habitual.

================ Cambio de escena ==================

“Por aquí, señorita Naigrat.”

“-¿Qué?”

El primer agente Limeskin te espera.

Un pequeño Reptrace le mostró una puerta … o tal vez él era realmente normal, ya que las alturas individuales de la Reptrace variaban drásticamente debido a sus períodos de crecimiento variable, pero Naigrat, acostumbrado a ver la figura gigante de Limeskin, no podía dejar de pensar que .

“Sabes que acabo de llegar aquí, realmente podría descansar un poco…”

El mensajero no respondió.

“Todo el mundo ya está esperando.”

“A quién te refieres con todo el mundo…”

Ninguna respuesta. Bueno, Naigrat lo vio venir.