Boku Wa Tomodachi (NL)

Volumen 3

Epílogo: Reunión

Alrededor de una semana después de la noche del festival de verano…

Yozora no ha venido a la sala del club ni una sola vez desde entonces.

Le envié un mensaje después y me dio una breve respuesta, así que por lo menos sabía que ella llegó a casa a salvo, pero todavía me sentía preocupado.

Los miembros del Club de Vecinos todavía pasan el tiempo haciendo lo que les daba la gana, pero el ambiente se sentía más oscuro de alguna manera en esos días sin Yozora.

En poco tiempo, las vacaciones de verano llegaron a su fin.

Era la mañana del 1 de septiembre.

La Academia St. Crónica trabaja en un sistema de semestres, por lo que no fue el comienzo de un nuevo término, pero de todos modos era el final del primer semestre y el primer día siguiente de las vacaciones de verano.

El maestro del salón de clase 2-5 estaba pasando la asistencia de la que Yozora y yo formábamos parte.

El asiento de la tercera fila de las ventanas y el segundo de la parte posterior, es decir, el asiento de Mikazuki Yozora, estaba vacío.

—Tanabe.

—Aquí.

—Tsuda.

—Aquí.

—Hasegawa.

—… Aquí.

Me di cuenta que mi respuesta asustó al alumno que estaba al lado mío. Podría haber sido porque mi voz fue demasiado profunda, pero no me importa.

… El profesor terminó de pasar la asistencia de los chicos, y empezó con la de las chicas.

—Nakabashi.

—Aquí.

—Nomura.

—Aquí.

—Hashimoto.

—Aquí ~

—Fujioka.

—Aquí.

—Matsuda.

—Aquí.

—Mikazuki.

—Aquí. — Respondió la chica que abrió la puerta del salón y caminó.

Ella respondió claramente que ella era Mikazuki Yozora.

Por supuesto, tan sólo había una estudiante en la clase con ese nombre, por lo que responder naturalmente a eso era como decir “Yo soy Mikazuki Yozora”.

Todo el mundo en la clase empezó a hablar.

Parte de esto se debe, probablemente, a su repentina, gran entrada, pero creo que más que eso fue el hecho de que la chica que se hacía llamar Mikazuki Yozora tenía el cabello corto.

En todo caso, eso es lo que sentía.

Para mí, Mikazuki Yozora era igual a una chica bonita de largo cabello negro.

Yo diría que ese largo cabello negro de ella era una característica tan grande que todos los alumnos de la clase lo reconocerían.

Pero todo se ha ido.

Ya era lo suficientemente corto que le llegaba hasta su cuello.

Yo estaba todo confundido.

Sin duda, parte del cabello de Yozora se quemó esa noche.

Así que por supuesto me doy cuenta de que tendría que habérselo cortado.

Pero la parte quemada era sólo la punta, y ciertamente, no había necesidad de cortarlo tanto.

—Hm… Bueno, creo que voy a dejar pasar esta. Date prisa a tomar tu asiento.

—Está bien.

Ya que el maestro se lo pidió, ella se dirigió a su asiento mientras volteaba su rostro hacia mí.

Mientras caminaba, la distancia entre nosotros se acorto más y más.

¿El hecho de cambiar su peinado siempre deja tan grande impacto…?

Su cabello corto y sus imponentes ojos almendrados.

No había duda de que ella era una chica hermosa, pero tenía un aire andrógino con ella.

De repente, el nuevo aspecto de Yozora fue idéntico con el de cierto niño.

¡CLANG!

Inconscientemente me levanté de mi asiento.

Me quedé allí y me quedé mirando Yozora, sin darme cuenta de la atmósfera incómoda que había creado.

Un chico muy joven con una cara muy bonita.

El chico del que me separé de hace 10 años. El chico que me traicionó, que una vez fue mi mejor amigo.

No sé su nombre real, él no me lo diría sin importar qué.

Siempre nos llamábamos por nuestros apodos, por lo que conocer el verdadero nombre del otro no nos importaba.

El nombre de ese chico… No, esa chica, que yo pensaba que era un niño, era…

—¿—- Sora?

En el instante en que el nombre salió volando de mi boca como si fuera algo natural, Yozora dejó de caminar a su asiento, y a la vez y me miró.

Y lo vi. Sus ojos se llenaron de lágrimas, hubo afecto, nostalgia, tristeza, ira, odio, alegría y duda. En medio de ese abrumador aluvión de emociones, una sonrisa se levantó a su cara mientras ella me dijo:

——- Ha pasado mucho tiempo, Taka.

Incluso un idiota denso, con una terrible memoria como yo, podría decir claramente que la cantidad de tiempo detrás de sus palabras no era de sólo una semana, sino que de un total de 10 años.

-FIN DEL VOLUMEN 3-