Boku Wa Tomodachi (NL)

Volumen 3

Capitulo 1: La Alimentación De La Niñita

El primer día de vacaciones de verano.

Todos acordamos seguir reuniéndonos durante las vacaciones de verano, pero ahora que lo pienso, nunca escogimos hora ni nada para reunirnos, así que sólo fui con la misma rutina que de costumbre, y me dirigí a la sala del club cerca de la hora en que la escuela normalmente terminaría.

A mí, Hasegawa Kodaka, me toma aproximadamente 40 minutos llegar a la escuela tomando el tren y luego subiéndome al autobús.

Para mí, que nunca había estado en un club hasta ahora, ir a la escuela en un día libre sólo por actividades de club me provocaba una sensación bastante refrescante.

Bajé en la parada justo en frente de nuestra escuela.

Me estremecí un poco cuando bajé del bus y fui golpeado por una sofocante ola de calor.

El día de hoy es realmente abrasador, tienen que haber más de 30° grados de calor.

De hecho, hoy planeaba traer a mi hermanita Kobato conmigo, pero estaba empapada en sudor al momento en que salimos y dijo —Kh… Maldito sol… kukuku… Sólo espera, pronto, nosotros, los moradores de la noche, sumergiremos este mundo en las tinieblas… — o algo así, mientras volvía a la casa.

Supongo que salir con este calor sofocante vistiendo toda de negro fue demasiado para ella. No es que eso sea sorprendente ni nada.

Por cierto, yo vestía mi uniforme.

El campus y la capilla están abiertas al público general, así que probablemente hubiese estado bien vistiendo mi ropa normal, pero me puse mi uniforme sólo para estar seguro.

Como sea, caminé rápidamente hacia la sala del club.

Al salón #4, ubicado en la capilla de la Academia Santa Crónica.

Esa era la sala de nuestro Club de Vecinos.

El Club de Vecinos, un club con la meta de hacer amigos.

Jugamos, actuamos, jugamos más, nos relajamos y hacemos lo que sea mientras bebemos café y té, jugamos aún más juegos, practicamos contar chistes, etc.

Aunque si tuviera que decir si algo de eso ha funcionado en la realidad, tendría que responder negándolo.

De hecho, lejos de funcionar cualquiera de las cosas que hacemos en el club, mis compañeros de clases ahora me evitan aún más de lo que lo hacían antes.

Pero sigo viniendo aquí a pesar de eso, ya que, bueno, supongo que es porque este lugar tiene una buena sensación o algo así.

Abrí la puerta de la sala del club mientras esas ideas corrían por mi mente.

La sala tenía su aire acondicionado funcionando, y me recibió con un agradable aire fresco.

—Ah, Aniki.

El primero en notar que entré a la sala del club fue Yukimura.

Kusonoki Yukimura, un estudiante de primer año.

Es un chico, como esperarías por su nombre, pero también es la viva imagen de una encantadora jovencita, y viste un uniforme de sirvienta.

No es que le guste travestirse (creo), pero más bien, fue engañado para creer que un hombre de verdad siempre brotará masculinidad, incluso si está vistiendo un uniforme de sirvienta, y así, empezó a vestirse así diariamente.

—Buenos días.

Regresé su saludo y cerré la puerta.

Había otras tres personas en la sala además de Yukimura.

La que está sentada en el sofá leyendo un libro con una mirada sombría en su rostro es nuestra presidenta del club, Mikazuki Yozora.

Ella es una chica joven, con largo cabello negro, y la responsable de crear este club.

La que está jugando galge en la televisión, en un rincón de la sala es Kashiwazaki Sena.

Ella es como una modelo con su cabello rubio y sus ojos azules, y he escuchado que es tratada como una diosa o algo así por algunos de los chicos en su clase.

La que está comiendo papas fritas de una porción a la vez es Takayama María.

Ella es una niñita de cabello plateado que viste un traje de monja, y además, es la consejera de nuestro club.

Si nos agregas a Kobato y a mí, también como a la otra persona que no está aquí en este momento, nos tendrías a los 7 miembros del Club de Vecinos.

Por cierto, Yozora y Sena llevaban sus uniformes, lo cual hizo que las cosas no parecieran tan diferentes de cuando normalmente nos reunimos.

Como de costumbre, Yozora estaba leyendo un libro, Sena estaba absorta en su galge, y Yukimura estaba distraído mientras todavía estaba ahí parado, inmóvil como una estatua.

—Así que al fin llegaste ¿eh?, Kodaka.

Me dijo Yozora con una voz que sonaba como si estuviera de peor humor que de costumbre mientras cerraba su libro.

— ¿Qué quieres decir con al fin?… a esta hora es que siempre nos reunimos.

Incluso de hecho, llegué un poco más temprano.

Si este fuera un día escolar normal, sería ya casi tiempo de que terminase el 6to período, después de lo cual tengo que limpiar, llevarle las cosas a nuestro profesor, o pasar por la biblioteca. Por lo tanto, nunca estoy en la sala del club a esta hora.

—Hmph, ¿Entonces crees que está bien venir aquí a la misma hora incluso durante las vacaciones de verano?

Dijo Yozora, como si fuera lo más obvio del mundo.

—Cómo iba a saber… de todos modos, ¿A qué hora llegaron?

Pregunté, a lo cual Yozora respondió

—Cerca de la 1 en punto. La Carne ya estaba aquí jugando cuando llegué.

—La llegada de Sena-anego fue un poco antes que la de Yozora-anego.

Dijo Yukimura con su suave voz.

—Llegaron bastante temprano ¿No?… ¿Qué hay de ti, Yukimura?

—Yo estaba aquí a las ocho en punto de esta mañana.

— ¿U-wah?

Sin querer, dejé escapar un extraño ruido.

— ¿Ocho en punto? ¡Eso es demasiado temprano, no importa cuánto lo pienses!

Eso es incluso más temprano que cuando las clases normalmente comienzan.

Después de que dije eso, Yukimura respondió calmadamente diciendo.

—Es debido al hecho de que tendría que cometer suicidio si por alguna casualidad fuera a llegar más tarde que tú, Aniki.

— ¡No tienes que tomar este club tan en serio!

Grité con todo mí ser, aunque lo único que Yukimura hizo fue darme una mirada en blanco e inclinar su cabeza.

Entonces, mientras parecía ligeramente avergonzado, sacó alegremente una bolsa de plástico de su bolso.

…¿Eh? Imposible… Yukimura sacó una pieza de pan con sabor y un manga de criminales en su bolso.

—Aquí está el almuerzo de hoy, Aniki.

—Eh… Uh, ya almorcé en casa antes de venir aquí…

Los ojos de Yukimura se abrieron ampliamente ante mi declaración.

—Pensar que tal cosa sucedería…

—No tienes que hacerme el almuerzo durante las vacaciones de verano también ¿Sabes?

Tras escuchar eso, Yukimura hizo un gesto que parecía que el mundo estaba a punto de acabarse.

—Entonces lo que intentas decir es… ¿Qué estoy siendo relevado de mis deberes?

— ¡¿Cómo saltas a esa conclusión?!… Pero, bueno, realmente tampoco necesitaba esos almuerzos que me trajiste hasta ahora…

—Qu… Entonces soy una existencia innecesaria para ti, Aniki…

Yukimura puso una mirada desamparada en su rostro y parecía que estaba a punto de llorar en cualquier momento.

Gah, no estoy seguro de por qué, ¡Pero me siento muy culpable por esto!

— ¡Ah, no, te necesito! ¡Por supuesto que te necesito! ¡Te necesito mucho!

Una sonrisa fugaz apareció en el rostro de Yukimura.

—Tú compasión es innecesaria… Ahora que ha resultado en esto, terminaré todo cometiendo seppuku…

— ¡Argh, qué molestia!

Dejé escapar lo que realmente estaba pensando.

— ¡Oye~ Oye~ Onii-chan, ¿No te vas a comer eso?!

Gritó María, que había estado comiendo papas fritas hasta ahora, llena de alegría, ignorando completamente el ambiente actual.

Sus ojos estaban brillando mientras miraba fijamente y babeaba ante el pan en las manos de Yukimura.

— ¿Eh? Ah, no… María, ¿Todavía no has almorzado?

Pregunté, a lo que María dijo,

—Sí, porque hoy día no me diste el almuerzo Onii-chan…

Esa mirada solitaria en su rostro me envió sentimientos de culpabilidad de nuevo.

Antes de que las vacaciones de verano comenzaran, le dije a María que le haría almuerzos ya que a ella no le gusta la forma en que sabe la comida de la capilla y solo estaba comiendo golosinas todos los días.

Sin embargo, ni siquiera pensé en prepararle almuerzos en los días que no tuviéramos escuela.

Fue entonces que me di cuenta.

—Oye, Yukimura ¿Por qué no le das ese pan a María? De hecho, estaría agradecido si pudieras hacerle a María un almuerzo durante todas las vacaciones de verano.

Pensé que eso funcionaría, pero el rostro de Yukimura se nubló.

—Servir a dos maestros es muy impropio de un guerrero… no tengo más que un solo maestro.

D-Dios, este chico es tan molesto…

—Yukimura. María es… uhh..Como mi hermanita. Está bien para un guerrero cuidar a la hermanita de su maestro, ¿Verdad?

—Eso es cierto. No, más bien, es un gran honor para mí.

Parece que está de acuerdo con eso.

Además, el rostro de María estaba todo rojo por alguna razón y estaba murmurando algo.

—La hermanita… de Onii-chan… ejeje.

……?

Bueno, lo que sea.

—María-dono, como Aniki me ha encargado, desde hoy en adelante tendré el placer de prepararle una comida cada día.

Dijo Yukimura, que entonces le entregó el pan que sostenía a María.

— ¡Sí! ¡Haz un buen trabajo!

María tomó el pan energéticamente y empezó a mirarlo por todos lados como si fuera algún tipo de piedra preciosa o algo así.

— ¡Ohhhhh~! ¡Así que esto es pan de almacén de conveniencia~~! ¡Increíble! ¡Pueden meter un trozo de pan en esta pequeña bolsa! ¡¿Ohh?! ¡Oye, oye Onii-chan! ¡Mira! ¡Mira todos los ingredientes que ponen en esta cosa! ¡Ajajaja!

María me mostró el pan junto con una sonrisa ridículamente feliz.

— ¿Ingredientes? Hmm, veamos… uwa…

Quedé sin palabras.

Ahí, en el envoltorio del pan había una enorme lista de aditivos que casi parecían estar buscando pelea con el reciente énfasis en los alimentos saludables.

Colorantes, conservante, saborizantes artificiales, lo que se te ocurriese estaba escrito ahí.

—Esto te dará un ataque cardíaco…

Fruncí el ceño, pero por alguna razón Yukimura puso un pequeño gesto de orgullo en su rostro y dijo,

—Elegí esto específicamente para ti, Aniki. Un hombre de verdad no teme a algo tan insignificante como los aditivos.

—Eso no significa que tengas que salir de tu camino para elegir comida insalubre para mí, ¿Sabes?….

No le había prestado atención a eso antes, pero me pregunto si Yukimura me ha estado dando este tipo de pan para el almuerzo todo el tiempo.

No estaba seguro de si estaría bien dejar a una niña comer algo como esto, pero cuando vi esa mirada feliz en el rostro de María, no me atreví a quitárselo.

… Bueno, no es como que tenga veneno, y es sólo un poco, así que probablemente estará bien.

—Yukimura, a partir de mañana, asegúrate de elegir cosas más saludables para María, ¿Está bien?

—Entendido, Aniki.

Dijo Yukimura, asintiendo ligeramente con una pequeña sonrisa en su rostro.

Estaba un poco preocupado de si entendía o no lo que quería que hiciera.

—…Hmph, estarás en muchos problemas si dejas que tu perro se acostumbre demasiado a esos lujos, — murmuró Yozora.

María, que estaba abrazando el pan como si fuera su tesoro mientras saltaba y giraba su cuerpo por la sala diciendo —Wafu~n Wafu~n♪ — ciertamente se parecía mucho a un perrito.