Zero kara Hajimeru Mahō no Sho (NL)

Volumen 5

Capítulo 4: El Contrato del Mercenario

Parte 2

Los adjudicadores de Dea Ignis no utilizan armas reales como armas. Sin embargo, no esperaba que uno usara una pala real. Sin embargo, encaja con su afición a enterrar a la gente viva.

“Primero una guadaña y ahora una pala.” Murmuré.

Corrupción me miró. Su cara se iluminó como la de una niña. “Jaja. Pareces un imbécil.” Dijo. “A mí me daría vergüenza mostrar mi cara si fuera tú.” Mostró una sonrisa inocente.

Mis labios se crisparon. Estaba acostumbrado a que me ridiculizaran, pero aun así me molestaba. De hecho, estaba bastante cabreado.

“¡¿Sabes siquiera lo que estás haciendo?!” Ladré. “¡Estamos acompañando a una bruja a la Catedral de Lutra!”

Estaba a punto de levantarme cuando oí el sonido de algo afilado que cortaba el aire. Rápidamente moví mi cuerpo. Algo rozó mi mejilla y se clavó profundamente en el suelo seco.

Pensé que se trataba de un cuchillo, pero al examinarlo más de cerca, resultó ser otra pala. Sin embargo, era mucho más pequeña que la grande que llevaba, de las que se usan en jardinería. Estaba tan afilada como un cuchillo, pero sin duda era una pala.

“Le falta disciplina, Secreto.” Dijo. “Este es tu esclavo, ¿verdad? ¿Cómo se atreve un animal asqueroso a contestarle a un sacerdote? Va a contaminar el aire. Dile que no respire cuando yo esté cerca, por favor.”

Vaya, esta chica me odia hasta los huesos. ¿Todos los adjudicadores tienen este impulso de insultar verbalmente a las bestias caídas cada vez que ven una?

Había muchas cosas que quería decir, como ‘soy un mercenario, no un esclavo’, y ‘moriré si aguanto la respiración tanto tiempo’, pero sabía cuándo mantener la boca cerrada.

Un caballero se levantó. “¡¿Qué significa esto, Sepulturero?! ¿No has visto el emblema de los Caballeros Templarios? No importa si eres una adjudicadora. Atacarnos es un claro acto de traición.”

“¿Traición? Esa es mi línea, Caballeros Templarios. Secreto sabía que yo buscaba a la bruja de cabello plateado, pero me la ocultó. No sólo eso, sino que también pasó la noche con ella. Es inútil hacerse el tonto. Tengo un testimonio.”

El sacerdote frunció el ceño. “¿Así que aún no has tenido noticias de la Iglesia? Eso explica por qué te has movido tan rápido.”

“Tu voz es demasiado baja, Secreto. Si vas a dar una excusa, habla más fuerte, mientras te lamentas y suplicas por tu vida.”

“Una grave acusación. No sé quién te ha avisado, pero se ha equivocado. La bruja a la que te refieres es esta de aquí, ¿no?”

El sacerdote se levantó. Quitándose la suciedad de la ropa, puso la mano en la capucha de Zero y se la quitó. Su largo y plateado cabello caía en cascada, brillando bajo la intensa luz del sol.

Se sintió como si el tiempo se hubiera detenido por un momento, tal vez porque Corrupción estaba conteniendo la respiración.

“Ah.” Dijo ella.

Comprendí cómo se sentía. Cualquiera que no estuviera preparado para contemplar su belleza directamente reaccionaría así.

Después de un rato, Corrupción finalmente señaló a Zero. “¿Quién es esa mujer? ¿Es esa… la bruja buscada?”

“Es un poco complicado, pero sí, es la bruja buscada. Como puede ver, la tenemos encadenada y estamos a punto de llevarla ante Su Excelencia. He enviado un mensaje a la Iglesia. Deberían haber enviado un aviso esta mañana de que la caza de brujas ha terminado. Entonces, ¿qué está haciendo aquí?”

“Su belleza… es ciertamente hechizante…” Corrupción no parecía escuchar al sacerdote.

Estaba mirando fijamente a Zero.

La bruja la miró con una indiferencia que helaba la sangre.

Dejando escapar un suspiro, Corrupción esbozó una apretada sonrisa. Respiró profundamente y, de repente, comenzó a reírse como una loca.

“Bien, ya veo. No me has traicionado. Sólo saqué una conclusión equivocada. No sabía que la caza de brujas había terminado, porque aún no he recibido noticias de la Iglesia. Lo siento mucho, Secreto. Eres la persona más leal a la Iglesia que conozco. Me precipité un poco.

Por favor, acepta mis disculpas.” De repente, Corrupción agarró su enorme pala con ambas manos y la colgó del hombro.

La cabeza de un caballero indefenso estaba justo en su trayectoria. “¡No! ¡Para!”

El metal silbó en el aire. Se oyó un sonido sordo cuando el hueso se aplastó y la carne se cortó, y el caballero rodó por el suelo. Llovió sangre mientras observábamos la escena en un silencio aturdidor. El otro caballero se quedó congelado en el lugar.

“¡Te convertiré en un auténtico traidor con mis propias manos!” Corrupción se burló. “¡Entonces te juzgaré!”

El sacerdote respondió con una sonrisa rígida. “¿Me matarás y presentarás un informe falso a la Iglesia?”

“Sería más conveniente para la Iglesia de esa manera. La recepción del público también sería favorable si un solo adjudicador matara a la bruja y obtuviera el libro. La vida de un adjudicador no vale mucho. Si al final las cosas salen como la Iglesia quiere, seré absuelto con una sola reprimenda.”

Corrupción se echó al hombro su pala ensangrentada. Parecía que llevaba una espada; un solo movimiento, y estaría lista para atacar. El sacerdote agarró su bastón, pero dudaba que Corrupción le diera tiempo a transformarlo en una guadaña. Tenía sus cuerdas, pero sería difícil usarlas contra alguien que conocía sus trucos.

El ambiente tenso parecía enfriar el aire abrasador. Mirando a los aspirantes a bandidos que nos rodeaban, traté de pensar desesperadamente en nuestra mejor jugada.

¿Podríamos escapar de un grupo de personas con carruajes en una llanura sin obstáculos?

Para decirlo sin rodeos, nuestras posibilidades eran pésimas.

El mayor problema era la Máquina de Aniquilación Divina que llevaban en su carreta. No podía imaginar qué tipo de arma era, pero tenía al menos tanto alcance como un arco.

De repente, el caballero superviviente soltó un grito retardado. Con las manos temblorosas, sacó su espada y lanzó un golpe desesperado contra Corrupción. Moviendo un poco su cuerpo, la adjudicadora evadió el ataque, y el caballero cayó al suelo por el impulso de su golpe fallido. Corrupción clavó su pala en la pierna del caballero. El caballero gritó de dolor. Las risas estallaron a su alrededor.

“Quédate quieto, caballero inútil. No voy a matarte. Tienes un papel que desempeñar.” “¿Un papel? ¡Maldita seas, traidora! Nunca me inclinaré ante ti… ¡Aaaah!”

Corrupción retorció sin piedad la pala en su pierna. La sangre brotó y el caballero gritó, arañando el suelo en agonía.

Corrupción lo miró, con una ojos encantados. “La historia es así.” Comenzó. “Secreto capturó a la bruja Zero, pero mientras la escoltaba, su belleza lo cautivó, haciendo que matara a los Caballeros Templarios e intentará escapar. Entonces, con información recibida del público, llegué a la escena y capturé al adjudicador traidor, junto con la bruja.”

Frunciendo el ceño, el sacerdote golpeó con el dedo el bastón que tenía en la mano. Más que irritado, parecía estar pensando en algo. Pero Corrupción lo ignoró y continuó explicando la trama que se le había ocurrido.

“Su Excelencia estará complacido y me otorgará una recompensa especial. Por ejemplo, la guarida de las brujas caídas. Era un lugar hermoso. Lo tomaré como mi propiedad. La primera en dormir allí será la hermosa bruja que fue venerada como jefa de la tierra en el pasado. Y luego tú.”

“Ya veo. Ahora lo entiendo.” El sacerdote levantó su bastón por encima de la cabeza y lo apretó contra mi cuello. “¿Qué te parece esto?” Dijo. “Capturé a la bruja Zero, pero mi sirviente bestia caída fue cautivado por la bruja y masacró a los Caballeros Templarios que la custodiaban. Yo también estaba a punto de ser asesinado, cuando tú me salvaste.”

“¿Qué?” Miré al sacerdote. Durante unos segundos, me quedé atónito. “¡¿Qué?!”

¡¿Acaba de traicionarme?! Espera un segundo. Supongo que no éramos realmente amigos en primer lugar.

Corrupción parpadeó un par de veces, sorprendida. Un segundo después, se echó a reír. “Ya lo entiendo. Vas a entregar a la bruja y, a cambio, quieres que te perdone. Pensé que eras un poco más terco que eso.”

“Ningún adjudicador querría suicidarse con una bruja y una bestia caída. Y no me interesa el crédito en primer lugar. Mientras la bruja sea capturada y el libro esté en manos de la Iglesia, es suficiente para mí. Creo que también te facilitaría las cosas si tuvieras el testimonio de un colega adjudicador.”

“Qué brillante traición.” Dijo Zero. “Estoy impresionada.”

“En caso de que no te hayas dado cuenta, ¡nos ha traicionado!” Bramé. Ahora sólo había una opción: tomar su carruaje y escapar.

Me puse en pie, con Zero en los brazos, y con un solo movimiento de mi brazo, derribé a algunos de los bandidos. Salí del círculo y salté hacia el carruaje.

“¿Huir?” Pronunció Corrupción con indiferencia. “Qué bestia más tonta.”

Corrupción se abalanzó sobre mí. Presintiendo un peligro de muerte, saqué mi espada y me protegí el cuello. Con un pesado ruido metálico, una sacudida recorrió mi brazo. Puso todo su peso en su golpe descendente. A pesar de ser más delgada que el sacerdote, su ataque fue bastante contundente.

Al recibir el ataque en una posición incómoda, no pude decidir inmediatamente cómo contrarrestarlo.

“Esa cadena está en el camino.” Corrupción hizo girar su pala y la clavó en mi brazo.

Pero la herida era demasiado superficial. La punta sólo atravesó ligeramente mis músculos; no llegó a mis huesos.

Como era de esperar, es débil. Sólo con un gran golpe combinado con su peso podría producir un golpe letal.

Puedo alejarme de ella.

Un estruendo estremecedor sacudió la tierra. Mi mente sabía que algo había explotado cerca. La onda expansiva fue tan inmensa que hizo volar mi cuerpo hacia atrás. Después de rodar por el suelo, me levanté rápidamente.

“¡Mercenario!” El grito de Zero llegó a mis adormecidos oídos. Estábamos encadenados, pero su voz sonaba lejana.

“Maldita sea, ¿dónde puso los explosivos? ¡Si no fuera una bestia caída, estaría muerto!”

Sacudí la cabeza ante el olor a pólvora. Estaba a punto de frotarme la nariz, cuando sentí algo raro.

“¿Eh?”

No había nada más allá de mi codo. No sólo eso, sino que la sangre brotaba de la articulación, tiñendo todo mi brazo de rojo, goteando y fluyendo hacia el suelo.

“¡¿Qué… es una puta broma?! ¡¿Esa explosión fue realmente tan poderosa?!”

En el momento en que me di cuenta de que había perdido el brazo, mi mente empezó a trabajar a gran velocidad. Estoy perdiendo demasiada sangre. Tengo que detener la hemorragia. Pero mientras lo hago, ella me matará. Cálmate. Analiza la situación.

 ¿Cómo lo hizo? Una cuchilla claramente cortó mi brazo. No se vería así si una explosión lo hubiera hecho.

Su arma era una gran pala. Una punta afilada. Una explosión. Un brazo cortado. Cadenas sonando.

“Mercenario.” Volvió a decir Zero.

Sí. ¿Qué le pasó a ella? Estaba atada a mi brazo con una cadena. Ahora mi brazo había sido cortado, y su voz sonaba distante. Sólo podía significar una cosa.

“Lástima que no hayas podido escapar con la hermosa bruja, bestia caída.” Corrupción se quedó allí con una mirada de suficiencia, sujetando el cuerpo de Zero. “¡Agh!”

Gemí por el dolor retardado y caí de rodillas. Los hombres de Corrupción se abalanzaron sobre mí, tirándome al suelo.

“¡Ahora si metiste la pata, cura homicida! ¡¿Así es como hace las cosas la Iglesia?!

¡¿Engañar y matar a una bruja que se ofreció a ayudar a la Iglesia?!”

“En principio las brujas causaron todo esto. No deberías esperar nada de mí.” El sacerdote me dio la espalda.

“Espere, sacerdote.” Dijo Zero. El sacerdote se detuvo y la miró. “El mercenario está sangrando demasiado. Morirá a este ritmo.”

“¿Y qué?” Corrupción se burló. “¿Una bruja mostrando piedad a una bestia caída? No tenemos que esperar a que se desangre hasta morir. Acabaré con su sufrimiento ahora mismo.

¡Atrápenlo, perros! Mátenlo…”

“No, lo queremos vivo.” Interrumpió el sacerdote. “Este incidente ha hecho que los Caballeros Templarios desconfíen de usted. Además, la muerte de los caballeros mientras escoltaban a una bruja causaría una disputa innecesaria. Sin embargo, si entregamos a la bestia caída que mató a los Caballeros Templarios, eso debería apaciguarlos un poco.”

“¿Por qué debería preocuparme por los Caballeros Templarios? Deja que monten un escándalo.”

“Puede ser innecesario para usted, pero los Caballeros Templarios son esenciales para la Iglesia. El público quiere a los caballeros más que a nosotros. Si lo llevamos vivo podremos congraciarnos con ellos, aunque sea solo un poco.” El sacerdote movió los dedos. De repente, me ató la articulación del brazo con tanta fuerza que casi grité por el intenso dolor. “Detendré la hemorragia. Una bestia caída como tú no debería morir tan fácilmente. Es decir, hasta que los Caballeros Templarios te torturen hasta la muerte. ¿Será esto suficiente?”

Zero asintió. “Muy bien. Pero déjame decirte algo. Estoy muy enfadada, por no decir otra cosa. Si el Mercenario muere, nunca perdonaré a la Iglesia. Haré lo que sea necesario, incluso dar mi vida, para aplastarla. Tenlo en cuenta.”

El sacerdote tuvo la suerte de no poder ver la horrible expresión de la cara de Zero. Me dio un escalofrío.

Inmediatamente después, Zero buscó la cadena, sujeto mi brazo y me dijo en broma: “Llevaré esto por ti.”

No tenía ni idea de cómo podía sonreír en esta situación. Aunque la hemorragia había cesado, el dolor de mi brazo amenazaba con dejarme sin sentido.

Mientras escuchaba el intercambio, Corrupción levantó la voz, como si dijera que habían terminado.

“¡A trabajar, perros!” Gritó. “¡Caven una fosa y tiren a la bestia! Y…” Corrupción pinchó al caballero caído con la punta de los dedos del pie. “Cuento contigo, caballero. Haré que un perro mío te acompañe como testigo. Te escoltará a Lutra y se encargará de que presentes tu informe sin demora. Informa a la Iglesia sobre la bestia caída y diles que se preparen para una ejecución pública.”

Una prisión de tierra era, bueno, una simple prisión hecha con explosivos para cavar un agujero. Era tan profunda que, aunque saltara, las puntas de los dedos no alcanzarían el borde.

El suelo estaba seco y quebradizo, y con un poco de esfuerzo se desmoronaba como la piedra arenisca. Me pregunté si podría recoger la tierra desmenuzada para hacer un punto de apoyo, pero el suelo estaba demasiado seco para mantenerse compacto.

Además, sólo tenía un brazo en ese momento.

Calenté mi espada bajo el sol y la presioné sobre mi herida para detener completamente la hemorragia. Sin embargo, esto sólo redujo la posibilidad de que muriera en este momento. La situación seguía siendo tan grave como siempre.

El sol se ponía y el crepúsculo se acercaba rápidamente. Después de intentarlo durante horas, aprendí una cosa. Nunca podría salir de este agujero por mí mismo.

Había abandonado la idea de escapar por mi cuenta y estaba tumbado en medio del agujero, mirando el cielo enrojecido. No había nada más que pudiera hacer. Supongo que ellos también lo sabían, porque nadie vigilaba el agujero.

“Así que todo lo que puedo hacer es esperar hasta que los Caballeros Templarios me atrapen, ¿eh?”

Espera, ¿y luego qué? Me arrastrarían a las calles y me ejecutarían en público. Incluso si pudiera escapar, ¿qué pasaría con Zero?

Podría utilizar la Carta de la Bruja para contactar con Albus, pero Wenias estaba demasiado lejos de Lutra, desde el centro del continente hasta el extremo sur.

“Supongo que no tengo nada que hacer. ¡Ese maldito sacerdote!” “Puedo ayudarte.” Dijo una voz infantil.

Oh, mierda. Ahora estoy escuchando cosas. ¿Estoy perdiendo la cabeza? Todavía no estoy tan desesperado.

Mientras permanecía en silencio e inmóvil, empezó a caer tierra desde arriba. Alguien se acercaba al borde del agujero.

Olía a ratas. Y a sangre humana. “¿Estás muerto?”

Me puse en pie de un salto. Se escuchó un chillido y oí pequeños pasos que se alejaban rápidamente.

“¡Oye, no huyas! ¡Vuelve aquí, Lily!”

Los pasos se detuvieron. Tras un momento de preocupante silencio, los pasos volvieron a trotar hacia el agujero. Me sentí profundamente aliviado.

Una bestia caída rata de pelaje blanco se asomó por el borde del agujero. Tenía manchas negras. Al mirar de cerca, la sangre de color rojo oscuro estaba pegada a su pelaje.

“¿Qué te pasó en la cara?” Pregunté. “Es la sangre de papá.”

Sus palabras me hicieron palidecer. Sólo esas dos palabras explicaban por qué estaba aquí y por qué su pelaje estaba manchado de sangre.

Corrupción dijo que recibió el testimonio de alguien que dijo que el sacerdote pasó una noche con la bruja. Ahora que lo pensaba, no había ningún otro lugar que supiera de un sacerdote y una bruja de cabello plateado, salvo aquella casa destartalada en la que nos alojamos.

“¿Fue un adjudicador a tu casa?”

El rostro de Lily se torció. De sus ojos no brotaban lágrimas, pero como alguien que no podía derramar una lágrima como ella, podía decir que estaba llorando.

“¿Los mataron?”

Lily negó con la cabeza. “Pero vinieron muchos hombres.” Dijo. “Se llevaron a mamá y a papá. Van a matarlos.” Respiró. “Por favor, salva a mamá y a papá. Si lo haces, te sacaré de aquí.”

No tenía ninguna obligación o deber de salvar a sus padres. Una vez que estuviera fuera de este agujero, podría fácilmente fingir que nunca tuvimos un acuerdo. Y ella lo sabía. Pero no tenía a nadie más con quien contar que conmigo.

Mientras permanecía en silencio, Lily se preocupaba cada vez más. “¡Por favor, por favor, por favor! ¡Haré lo que sea!”

“Cuando se contratan mercenarios.” Dije. “Es mejor pagar después para que no te apuñalen por la espalda. Y la información que sólo tú conoces es más valiosa que el dinero.”

Con los ojos abiertos, Lily me miró fijamente. “Información…”

“Como el ingrediente secreto del guiso de tomate de tu madre. Sabes lo que es, ¿no?

Prométeme que me darás esa información si ayudo a tus padres.”

La expresión de estupefacción de Lily se convirtió en una sonrisa de alivio. “Yo sé mucho más. Y mi madre sabe mucho más que yo. Si me ayudas, seguro que te dirá todo lo que sabe.”

“Suena bien. Ya estoy queriendo saber que es.”

Saqué una cuerda de mi mochila y la até a mi espada, que luego lancé fuera del agujero.

Le indiqué a Lily que la clavara lo más profundamente posible en el suelo.

Lily desapareció de la vista, llevando mi espada. Observé cómo la cuerda era arrastrada lentamente, y en cuanto dejó de moverse, oí la señal: “Listo.”

Agarré la cuerda, puse toda mi fuerza en ella y trepé, saliendo del agujero.

“Por fin.” Sentí que la tensión se desprendía de mi cuerpo. Era libre. Al levantar la vista, encontré a Lily sentada sobre mi espada con una sonrisa orgullosa.

“También puedo mostrarte el camino.” Dijo. “¿Eh?”

“A donde están mamá y papá. Y el cura y la bruja.”

Oí chillidos procedentes de todo el páramo. Innumerables ratas se reunían alrededor de Lily.

“Tengo muchos amigos.” Sonrió.

A mis ojos, no era más que una niña con poco peso. Pero mi instinto me advertía que no debía subestimar a esta bestia caída.