Taimadou Gakuen 35 Shiken Shoutai (NL)

Volumen 5

Capitulo 3: Un Momento De Paz

Parte 3

Recordó el motivo por el cual entró a la escuela.

Aunque de vez en cuando se reúne con su hermana, hace mucho tiempo que no la toca.

… no quiero perder esto.

No importa que tan oscuro sea este mundo, solo quiero proteger a esta chica… eso pensó Takeru.

No hay otra manera, ellos son familia.

Sin embargo, el mundo no permitirá que esta conexión continúe. Mezclado entre la multitud, estaba de pie una persona.

En frente, esperando la señal de cambio.

La persona emitiendo un fuerte instinto asesino penetraba a los dos hermanos y nadie más lo notaba.

Al sentir ese instinto asesino, Takeru inconscientemente tomó una postura defensiva y se puso en frente.

“Que gracioso… un monstruo bajo la piel de un humano. Dos herejes dando un paseo.”

Imposible, él pensó.

Pero su premonición fue acertada.

Takeru lo vio. Frente a la más grande tienda departamental. Viéndolos desde un espacio entre la multitud, Kirigaya Kyouya. “… ¿Kyouya…?”

“No me llames por mi nombre. Que me llames así… me hace sentir jodidamente disgustado.”

Entre el ruido de la multitud, la voz de Kyouya alcanzó sus oídos.

Kyouya siempre usaba un tono de voz provocativo, pero nunca había dirigido un intento asesino hacia él.

¿Por qué Kyouya estaba ahí?

Takeru recordó el encuentro con él de hace unos días y agudizó su vigilancia.

Desde hace un momento, tenía un sentimiento incómodo en su espina dorsal.

Tenía un mal presentimiento e intentó contactar a sus compañeras por teléfono.

Sin embargo, sólo había ruido.

Ya sea Usagi, Mari o Ikaruga, nadie respondía.

El no entendía esta atmósfera, este intento asesino, esta situación.

Takeru se puso más alerta y se puso en frente como si protegiera a Kiseki. “¿A qué has venido? ¿Tienes algún asunto conmigo?”

“¿A qué…? ¿Estás bromeando?”

“No. Sólo estoy disfrutando de este día con mi hermana. Si tienes algo…” La señal se volvió azul y la gente empezó a dispersarse.

Kyouya dejó de ser visible por unos segundos y cuando apareció de nuevo. A su lado… la figura de Yoshimizu Akira estaba ahí.

Takeru se quedó sin palabras y miró a Akira.

Tal y como cuando vio una ilusión de ella en el pasillo, estaba sonriendo de manera burlona.

“… Yoshi… mizu… ¿qué estás…”

Como si estuviera frente a una persona que no debería existir, su pensamiento se detuvo.

La actual Akira es un clon. Es mucho más débil que un humano normal debido a su crecimiento acelerado. Aunque despertara de su coma, no sería capaz de ponerse de pie.

Akira estaba sonriendo mientras veía a Takeru y Kiseki. Solo sonreía sin decir nada.

No, me equivoco… ¡ella no es Yoshimizu!

Su intuición sonaba como una alarma de alerta.

Frente al confundido Takeru, Akira mostró su larga, larga lengua. “Hagámoslo maestro.”

Kyouya, aún con su instinto asesino elevado, sacó un arma. “… te diré para qué he venido, Kusanagi.”

Lentamente levantó su mano derecha e hizo un movimiento como si pusiera su dedo en el gatillo. Desde su boca, fluyó un fuerte instinto asesino.

“¡Es obvio…! ¡Para cazar brujas!”

Sus ojos brillaron hacia Takeru… no, miraba a Kiseki.

Una alarma resonó en el cerebro de Takeru, se le puso la piel de gallina y un escalofrío recorrió su espina dorsal.

Inmediatamente gritó. “¡Corre Kiseki!”

Negándose, Kiseki volteó hacia Kyouya. Kyouya articuló las palabras de poder.

Deseando con suprema vehemencia… “Summis desiderantes affectibus…”

“¡Kyouya…!”

El martillo de las brujas… “Malleus Maleficarum.”

Activando Soumatou, corrió.

En el mundo que se convirtió en cámara lenta, Takeru lo vio claramente.

La forma de Yoshimizu desapareció y se volvió en partículas color verde oscuro que envolvieron el cuerpo de Kyouya.

… ¡ven Lapis!

Takeru gritó la invocación del arma en su cerebro.

El cuerpo de Takeru fue envuelto en partículas de color azul al igual que Kyouya.

Y dos seres mágicos chocaron.

Los sonidos metálicos y las explosiones hicieron eco por toda la ciudad. Debido al gran impacto, los civiles alrededor cayeron sobre sus rodillas. Seguido de eso, salieron corriendo y se dispersaron como arañas.

En sólo un instante, la confusión dominó la calle principal y se volvió un vórtice de gritos.

En el centro, un caballero de color azul con una espada y un demonio color verde oscuro con un cañón, chocaron y cesaron el movimiento.

Kyouya trató de disparar con el cañón en su mano derecha. Takeru puso la nodachi en el borde del cañón y lo movió hacia arriba.

En un abrir y cerrar de ojos, un poderoso impacto fue liberado hacia el cielo.

El poder liberado fue asombroso. El cielo se llenó con el poder similar al aliento de un dragón, y destruyó parcialmente un rascacielos.

En medio de la lluvia de escombros, ambos se acercaron a su presa. “¿¡Por qué tienes una Relic Eater…!?”

“¡¡Haa!! Tal y como ves. Las pequeñas ovejas que reunió ese Presidente de mierda no sólo se limita a ti y a Ootori, ¡eso es todo!”

“No se tus circunstancias pero ¡escúchame!… ¿¡El Presidente te ordenó capturar a mi hermana!? Aún sin hacer eso, ¡pretendo llevarla de vuelta al área contraindicada!”

Takeru dijo la verdad mi entras se empujaban el uno al otro, Kyouya se burló y levantó las cejas.

“¡Una gran pecadora no se le puede perdonar que ande dando un paseo pretendiendo ser humana! ¡No me hagas reír!”

“Lo sé. ¡Se lo explicaré al Presidente más tarde! Por eso, ¡quítate de mi camino!”

A pesar de revelar las circunstancias, Takeru le pidió que bajara su arma.

El arma era un gran cañón color verde oscuro. Es demasiado grande para ser llamado escopeta. En él estaba grabado: Malleus Maleficarum V, Nero.

≪¡Wahahaha! Qué hombre… ¡un pecador debería ser más furioso!≫ “¿¡!?”

≪La azul escogió a un tipo raro como huésped.≫

En su cabeza sonaba la resonancia mágica… era la voz de Akira.

≪Gusto en conocerte♪me llamo Nero. Cuida de mí de ahora en… bueno, no hay necesidad de eso. Después de todo, ¡serás asesinado por mi maestro justo ahoraaa!≫

Una risa histérica resonó en su cabeza.

No había rastros de la previa Akira. La verdadera voz de Akira era más brillante.

“… ¿¡por qué tiene la voz de Yoshimizu!?” “………… ”

“¡Respóndeme Kyouya! ¿¡Por qué tu Relic Eater…. ”

“… ¡cállate! ¡No digas más!”

Enojado, Kyouya le disparó a la espada de Takeru. Aprovechando la oportunidad, Takeru movió su espada y brincó. Esto es malo. El disparo den Kyouya no iba hacia Takeru.

Detrás de él, Kiseki. “. ¡¡Aah!!”

Con toda su fuerza activó Soumatou e instantáneamente se movió frente a Kiseki.

“¡Buckshot!”[3]

Tras la orden de Kyouya, un grave sonido de algo cargándose se escuchaba. En el momento en que Takeru saltó frente a Kiseki, un bulto de magia que parecían balines fue disparado hacia Takeru.

A diferencia de las balas normales, los balines mágicos abarcaban una gran superficie en vez de un solo punto. Incluso si intercepta una bala, era imposible bloquear múltiples balas disparadas al mismo tiempo.

Takeru clavó su espada en el asfalto y la levantó en un instante. El suelo explotó y los escombros del asfalto volaron por el aire.

Aunque lo hizo para bloquear la cantidad de postas mágicas, no hay manera de que esas cosas bloqueen el ataque de una Relic Eater.

Los escombros del asfalto fueron quebrados y los balines se clavaron en el cuerpo de Takeru.

“¡¡!!”

Había daños en su hombro, flanco derecho y una ligera herida en su muslo izquierdo. No era mucho daño, pero se convertirá en daño grave tras múltiples ataques.

¡No hay nada más que ir por él! “¡¡KYOUYAAAAAA!!”

Es posible lidiar con una escopeta moviéndose a un lugar amplio pero irse a un lugar alejado y dejar a Kiseki en esta situación no es buena idea.

Debido a que tiene alguien a quien proteger, no puede alejarse. Bajó su postura y se acercó estirándose como un leopardo.

La velocidad de Takeru debió ser tan increíble que los ojos de un humano normal no podrían seguirlo.

En el mundo a cámara lenta de Takeru, vio en la sien de Kyouya que varias venas se saltaron y volteó hacia Takeru.

“¡¡Kusanagiiiiii!!”

Los ojos de Kyouya se llenaron de sangre y capturaron el movimiento de Takeru.

^[3]Buckshot: Son municiones de balines/postas llámese como quieran. Decidimos ponerlo en inglés porque se veía mejor.

Imposible, debería ser imposible para él verlo. Los reflejos humanos son…

¡No hay opción más que hacerlo…!

Kyouya apuntó el cañón, Takeru posicionó su espada, y chocaron frente a frente quedando a un solo paso de tocarse.

En el momento en que estaban a punto de atacarse… fue cuando… “… es suficiente ustedes dos.”

Junto al sonido de un martillo, una sombría voz se escuchó. Los movimientos de Takeru y Kyouya se detuvieron. El cañón de Kyouya apuntaba a la frente de Takeru y la espada de Takeru apuntaba justo al cuello de Kyouya.

Ambos capturaron los puntos vitales y se detuvieron al punto exacto.

En la sien de ambos, el cañón de un revolver se presionó contra ellos.

La del lado negro era negro azabache, la del lado izquierdo era un gran revólver plateado el cual era la primera vez que lo veían.

“Convertirse en Cazadores de Brujas a plena calle, tomar acciones hostiles contra aliados. Me pregunto si están preparados para recibir su castigo.”

El hombre conocido como el más fuerte de los Dullahan, Kurogane Hayato.

Hayato sostenía los revólveres contra sus cabezas emitiendo una intimidante aura.

Se dieron cuenta que varios Spriggan, Dragoons y personal los habían rodeado.

“Si pretenden continuar, intenten derribarme primero.” Quien primero bajó su arma fue Takeru.

Kyouya… no la bajó.

En el momento en que Takeru apartó su espada del cuello de Kyouya, la Relic Eater de Kyouya disparó.

Lo que le siguió fue un disparo al cielo. Cuando Hayato desvió el cañón de Kyouya con su revólver plateado, luego bombardeó el hombro de Kyouya con su revólver negro, Calígula.

En vez del sonido de un disparo, fue el sonido de artillería.

El disparo que parecía como el de un cañón fue emitido de Calígula y mandó a volar el cuerpo de Kyouya.

“Imbécil.”

Hayato miró a la dirección en que Kyouya fue lanzado y luego enfundó sus revólveres.

Después de un momento, Takeru inmediatamente miró a Kiseki. Una mujer Dullahan ya había puesto un Gleipnir en ella.

Kiseki se resignó y tranquilamente aceptó el Gleipnir.

Takeru canceló la forma de Cazador de Brujas y corrió hacia Kiseki. “¡E-Espera un momento! Déjame hablar por un… ¡guooh!”

“Quién te dijo que te movieras.”

“Lo entiendo, pero solo déjenme hablar un poco con Kiseki…”

Ignorando sus palabras, Hayato giró a Takeru, le puso las manos en la espalda y lo esposó.

Incapaz de moverse, Takeru vio a Kiseki desde el suelo.

De repente lo tomaron por el cuello y lo hicieron levantarse a la fuerza. “Dos minutos.”

“… capitán Kurogane.”

“La cuenta ya comenzó. Rápido.”

Hayato lo empujó por la espalda y le dijo que había un tiempo límite. No había tiempo para pensar cuanto restaba.

Agradeciéndole a Hayato en su mente, Takeru se acercó a Kiseki.

“… lo siento… nos atraparon muy rápido. Y te dije que iba a mostrarte el mundo exterior…”

“No, me divertí mucho. Además, todo es culpa de Kiseki. Discúlpate por mí con Ouka-san y las demás.”

Kiseki sonrió ligeramente y vio a Takeru.

Takeru se disgustó y sus ojos se humedecieron, la apariencia de Kiseki le quemó el corazón.

“… en definitiva, te visitaré de nuevo… espérame.” “Sip, esperaré. Siempre estoy esperando.”

“Kiseki… yo…”

Inesperadamente, Kiseki envolvió sus brazos alrededor de Takeru quien estaba esposado.

Lo abrazó débilmente, las manos de Takeru estaban fuertemente torcidas.

Las lágrimas en los ojos de Kiseki mojaron su cuello, y una ronca voz le susurró al oído.

“Esa promesa… asegúrate de cumplirla. Kiseki va…” Fue cuando Kiseki trató de decirle la última palabra.

Pero el poder se fue del cuerpo de Kiseki y colapsó del hombro de Takeru. No fue capaz de ayudarla y sólo vio cómo caía frente a él.

Fueron administradas drogas comatosas en el Gleipnir. Aunque los dos minutos no habían pasado, por qué…

A pesar de que quería protestar contra Hayato, Hayato no miró a Takeru, pero desde atrás de él.

“… que emocionantes hermanos. Incluso para mí es difícil entrometerme entre ustedes, pero es mi trabajo. No se puede evitar.”

De entre los Spriggan que los rodeaban, un hombre de cabello blanco se acercaba.

El Presidente de la Inquisición, Ootori Sougetsu. Levantando su fleco, el mandamás se acercó a Takeru.

“… entiendes a lo que me refiero ¿no? Kusanagi-kun.”

Takeru miró abajo y se quedó en silencio. Sougetsu cerró los ojos y continuó indiferentemente.

“No te culpo por pelear en medio de la ciudad. El responsable de eso fue Kirigaya-kun. No te culpo por eso, incluso cancelé la restricción de Lapis de antemano para que pudieras defenderte.”

“……….”

“Sin embargo, ayudar a un fugitivo con una designación de esa clase… es un crimen expendido. Aunque sea tu hermana menor, esa nones excepción.

Debió ser inmediatamente reportada a mí.”

“……….”

“… te infomaré tu castigo más tarde. Debes enfriar tu cabeza en una celda.” Sougetsu se giró y comenzó a caminar con pasos fuertes.

A pesar de sentir la presencia de Hayato atrás, siguió llamándole a Sougetsu. “… ¿qué le pasará a Kiseki?”

“¿Qué? ¿Preguntas?”

“No me importa lo que me pase a mí. Por favor… no empeoren el tratamiento de Kiseki… te lo ruego.”

Esposado, inclinó su cabeza. Sougetsu sonrió irónicamente.

“Parece que hay un malentendido. A pesar de cómo parece, intento proteger a Kiseki-chan… lo dices como si la tratara mal.”

Levantó ambas manos y sacudió exageradamente su cabeza.

“Bueno, tendré que decirte esto tarde o temprano, hablemos aquí. Después de hablar con los alquimistas, se ofrecieron cooperar conmigo. Gracias a eso, hay un prospecto para controlar el poder de Kiseki-chan. Lo que has buscado por años… alégrate, con eso ya no estará a merced de su poder.”

“¿¡Eso es cierto…!?”

Los ojos de Takeru brillaron al oír buenas noticias.

“Podré no ser una buena persona, pero no miento. Con esto, Kiseki-chan seguramente se salvará.”

De los ojos de Takeru una lágrima se derramó.

Sabía que era difícil incluso con todo el poder de la Inquisición. La razón por la que Takeru relativamente está cooperando es por su hermana. Los únicos que pueden hacer algo con el poder de Kiseki es la Inquisición.

Al principio no estaba convencido. Cuando se inscribió a la Academia Antimágica, con el fin de liberar a Kiseki, se encendió contra el Presidente y le dijo “¡Voy a tumbarte de esa silla!”.

Ha crecido comparado con ese entonces, entiende que Kiseki, como una existencia peligrosa tiene que estar en prisión y cambió su actitud desafiante hacia Sougetsu.

No podía hacer nada más que confiar en él. No importa que tan manchadas de sangre estén sus manos, siempre y cuando haya una posibilidad no tiene más remedio que confiar.

Takeru aceptó el límite de sus visitas y su extensión.

De una forma u otra, confía en que obtendrá fuerza permitiéndole a él que le dé una vida normal a Kiseki.

Es verdad que Sougetsu es un hombre molesto. Takeru continúa dudando de él. Eso no va a cambiar tampoco ahora.

Sin embargo, si en verdad el poder de Kiseki puede ser controlado… “Pero… hay una lamentable noticia dentro de la buena.”

Sougetsu le dijo a Takeru quien ahora tenía lágrimas de esperanza.

“La transportaremos pasado mañana, la llevaremos a un lugar diferente. La prisión ha sido destruida, Kiseki-chan será llevada a las instalaciones que hicimos en cooperación con los alquimistas.”

“Alquimistas… diferente lugar… ¿y dónde está eso?”

La ubicación a la que va es preocupante y Takeru se puso ansioso. Sougetsu se paró frente a Takeru, dejó de sonreír y se puso inexpresivo.

“No te diré.”

“Eso… entonces, ¿las visitas…? Si es dinero, ¡lo pagaré! Aún si es demasiado, de alguna manera voy…”

“No. No se puede evitar. La posibilidad de que sea objetivo de Valhalla es alta, si algo como eso sucede de nuevo, los demás ejecutivos no se quedarán en silencio.”

Borró todas las esperanzas de Takeru.

“Lo siento, pero hasta que el tratamiento de Kiseki-chan esté completo, no podrás reunirte con ella. La razón por la que te dejaba visitarla fue porque eso suprimía su poder. Esta vez, se volvió loca porque quería verte, no fue porque su poder se haya acumulado.”

“……….”

“Ha llegado a la pubertad después de todo. Al igual que tú, es difícil para ella controlar su corazón. Mientras Kiseki-chan crece, también su poder lo hace. Ha llegado a un punto en el que no podemos controlarla.”

Sougetsu se inclinó, movió su boca al lado del oído de Takeru y susurró. “Quiero que entiendas… eso es todo, por tu bien y por el de Kiseki-chan.”

Envuelto por la desesperación, Takeru miró el suelo con sus ojos vacíos.

Aún y si está en desacuerdo, no puede desafiarlo. Lo que Sougetsu decía, era razonable hasta cierto punto.

Sougetsu agarró el hombro de Takeru y la apretó tan fuerte que sus uñas lo pellizcaron.

“Oh cierto… recibiste una invitación para unirte a los disidentes de Hoshijiro-kun ¿verdad…? No sé cómo le respondiste, pero abstente de tomar acciones que te hagan perder puntos. Piensa en ello como la causa de que se te nieguen las visitas.”

“……….”

“Esto es para que no te vuelvas un enemigo… así es.”

Tras ser golpeado por la verdad, Takeru se quedó sin palabras. Él sabía… todo

Sin decir nada más, Sougetsu se fue y los Spriggan se llevaron a Kiseki. Takeru, con la mente en blanco miró el cielo.

Sentía la mano de Kiseki desconectarse de él.

Al contrario del corazón de Takeru, el cielo estaba claro.

Nubes, cuervos, no había nada. Esa era la única cosa similar al corazón de Takeru.

El chico continuó agobiado. Por su falta de poder, debido a su poca prudencia continuó sufriendo.

En definitiva tú no eres quien está tomando las riendas.

Takeru se dio cuenta de la verdad y la realidad en la que estaba. No puedes hacer nada. No puedes hacer algo por tu hermana menor. Por eso no te aflijas, sólo sigue la corriente.

Eso era lo que el cielo le decía a Takeru.