Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 22

Capítulo 15: En El Santuario

“¿Qué significa esto?” dijo Holn. Nosotros habíamos explicado la situación a los hombres lagarto en la aldea cerca del santuario yestábamos procediendo a completar el ritual para seleccionar al portador del carruaje. La sorpresa de Holn era debido a que la gema del látigo de las armas vasallas comenzó a brillar. “¿Está ocurriendo algo?” Holn sostuvo el látigo en su mano yladeó su cabeza. Tal vez erauna advertencia de alguna clasede problema.

En ese mismo momento, un ruido molesto resonó, y humo se elevó desde la dirección del santuario. Todos sentimos la presencia desagradable al mismo tiempo y comenzamos a correr hacia el lugar de los hechos.

“¿Qué está ocurriendo?” pregunté.

“Esa es una trampa del santuario,” explicó Holn.

“¿Hay trampas?” dije, sorprendido. Nosotros no habíamos visto ninguna.

“Así es. Esa fue una configurada para ser activada si alguien trata de forzar la puerta de la cámara del carruaje de las armas vasallas sin permiso,” explicó Holn. Así que ellos tenían medidas de seguridad.

“¿Esto significa que Piensa tiene otros escuadrones de infiltración aquí?” pregunté.

“Eso parece,” estuvo de acuerdo Holn. “Pero no creo que el Héroe del Arco hubiera activado la trampa del carruaje de las armas vasallas. Tengo un mal presentimiento.” Dada la situación, yo estaría más interesado si ella tuviera otra clase de presentimiento. Rápidamente llegamos al lugar del humo.

“Ya están aquí,” dijo una voz. Un viento apareció, dispersando el humo, y de él emergió uno de aquellos que se hacen llamar Dioses—uno de los causantes de las olas. Era el que habíamos visto antes, el que tenía puesta la máscara de perro. Unabarrera estaba cubriéndolo, y él de alguna forma tenía al carruaje de las armas vasallas flotando a su lado. El arma estaba tratando de resistirlo, pero no estaba funcionando. “Sabía que esa nación estaba tras algo como esto… pero me sorprende la seguridad tan pobre,” dijo el Cabeza de Perro. Él miró hacia nosotros mientras arribábamos al lugar, aparentemente buscando nuestra aprobación. “Este lugar también es importante. Los héroes ancestrales dejaron todo tipo de pequeñas trampas para molestarnos. Ahora ya no nos molestarán más.”

“¡Tú!” Ren sacó la Espada 0 de puro reflejo, preparándola para luchar.

“Detente ahí,” dijo el Cabeza de Perro. “No estoy aquí para eso. Pero puedo ver que la ayuda que le ofrecimos a sus enemigos no fue suficiente para detenerlos. Han resultado ser unas hormigas bastante molestas,” murmuró para sí mismo aquel que se hace llamar Dios, usando el carruaje de las armas vasallas como escudo y alejándose de nosotros.

“¿Qué es lo que quieres? ¿Qué estás haciendo con el carruaje de las armas vasallas?” pregunté. El Cabeza de Perro miró hacia mí con una ira incontrolable.

“No tengo por quédecírtelo,” gruñó él. “Pagarán por el gravepecado dematar aun dios.”

“¿A qué te refieres con grave pecado? Simplemente estábamos castigando a un desquiciado asesino serial,” respondí.

“Y por eso interfieren con nosotros, abrazando la justicia,” dijo el Cabeza de Perro. Por supuesto, él pensaba que teníamos a los Cazadores de Dioses respaldándonos. “¡Viendo la situación, ustedes no son muy diferentes de nosotros! ¡Usar héroes como sus peones y disfrutar la confusión que causan!” Él parecía haber malinterpretado las cosas—a menos que así fuera como operaban los Cazadores de Dioses. Si trataba de corregirlo, podría dar demasiada información, así que decidí que lo mejor era dejarlo seguir con su pataleta. “Eres más fuerte que antes. Mira lo furioso que estás. ¡Tal intención asesina! ¿Estás tratando de amenazarme?” acusó el Cabeza de Perro, mirando hacia mí. No había podido controlar mi intención asesina desde que conocí a este tipo, pero no estaba seguro de si se había incrementado desde entonces. No sabía de lo que estaba hablando. Habíamos descubierto el método de incremento de poder del martillo de las armas vasallas, así que éramos más fuertes que antes, eso era cierto. “¡Aquellos detrás de ustedes ahora entenderán! ¡Voy a tomar este carruaje para evitar que nos ataquen! ¡Ya lo verán! ¡Este mundo está lleno de aquellos que solo buscan la dominación! ¡No hay nada aquí que valga la pena salvar!”

“No puedo discutir esa última parte,” respondí. Cada era parecía ser igual en ese aspecto. En nuestra época, teníamos a Melromarc, Faubrey, y Siltvelt llenos de deseo de conquista, y las naciones aquí en la época de Mamoru parecían ser iguales. El hecho de que los héroes no se hubieran unido para detener las olas era prueba suficiente de eso. Al menos ellos estaban tratando de evitar conflictos entre héroes aquí—esa era una mejora importante con respecto a nuestra época. Ahí, Motoyasu, Ren e Itsuki habían considerado a los héroes nada más que rivales a los cuales vencer, al menos al principio.

“¡Naofumi-sama!” dijo Raphtalia.

“Pero nosotros luchamos por aquellos que no están de acuerdo con eso,” continué. Esa erami respuesta, yestaba seguro de que era la correcta. Era la respuesta a la que había llegado después de llegar a este mundo, conocer a tantas personas, y ser salvado por ellas. “Así que vamos a hacer todo lo que podamos para hacerte enojar y detenerte. Puede sonar como una mierda, pero así es la guerra.” Esa era la raíz de todo. Estrategia, tácticas, había muchos nombres para ello y formas de limpiarlas y legitimarlas, pero esa era la raíz. Yo haría todo lo que fuera necesario para proteger a aquellos que necesitaran mi protección. Yo tenía aquí a personas que proteger y personas que me habían tratado amablemente. Después de llegar a este mundo, mi deseo de que crean en mí, mi deseo de proteger a otros, me había permitido

superar todos los obstáculos en mi camino. Sí, sentía eso con tanta fuerza que en ocasiones sentía placer de derrotar a aquellos tratando de lastimar a aquellos que yo estaba protegiendo. “Solo recuerda esto,” dije. “No hagas nada que no estés preparado para recibir en carne propia.” Eso lo hizo callar por un momento. Ninguno de estos idiotas consideró alguna vez esa posibilidad. Era un principio del combate tratar de recibir tan poco daño como fuera posible. Pero al mismo tiempo necesitabas prepararte para lo peor. Yo les iba a dar una brutal lección de vida a estos ingenuos idealistas que solo soñaban con la victoria.

“Hah. Suficientes fanfarronadas,” respondió el Cabeza de Perro. “¿De verdad esperas que aquellos observándote enviarán ayuda?”

“¿Tal vez te consideran tan débil que no necesitamos ninguna ayuda de ellos para derrotarte?” dije en respuesta. Parecía valer la pena hacer un pequeño bluff, haciendo parecer que los Cazadores de Dioses ni siquiera consideraban a este tipo digno de su tiempo. “¿Crees que deberías continuar? Rendirse ahora y rogar por tu vida podría ser la mejor idea.” Yo por un momento estuve preocupado de estar provocándolo demasiado. Este sujeto había sido uno de los comentadores de las olas, tal como el que habíamos asesinado. Quería que comenzara a preocuparse de que tal vez los Cazadores de Dioses iban a encargarse de su audiencia, incluso ahora. Ellos podían hacer lo que quisieran. Mientras más nos tuviera miedo, mientras más poder atribuyeraa ellos, mejorparanosotros. Si él se preocupabao terminaba con miedo, podría cometer un error. Él podría crear una abertura para nuestro ataque.

“¡Qué insolencia! ¡No eres más que una escoria de un mundo sucio hablando tonterías!” ladró el Cabeza de Perro. Parecía ser que mis provocaciones habían surtido efecto. Usé mis ojos para señalizar a Ren, Mamoru, Holn, y los demás que estuvieran listos para recuperar el carruaje de las armas vasallas. Ren entendió mi intención y dio un pequeño paso hacia el frente—y ese solo movimiento fue suficiente para llamar la atención del Cabeza de Perro. La mirada que me lanzó bajo su máscara de perro se veía lo suficientemente mortífera como para matarme. En ese momento él levantó en el aire al carruaje de las armas vasallas. Traté de pensar en una forma de recuperarlo… y entonces recordé que el carruaje era un vasallo del arco.

“Mamoru, como un héroe, ordénale al carruaje de las armas vasallas incrementar su resistencia,” le dije. El método que ellos estaban usando para restringir al arma vasalla tenía que ser el mismo que el usado por los renacidos de nuestra época. Esto no tendría ningún efecto si el arma tuviera un portador, pero ciertamente no parecía ser el caso. Eso quería decir que podíamos ordenarle al carruaje resistir y con algo de suerte liberarse.

“¿A-a qué te refieres?” tartamudeó Mamoru. ¡Él ni siquiera sabía de lo que le estaba hablando! Ellos probablemente no se habían encontrado con ningún renacido tratando de robar armas vasallas en esta época. Eso quería decir que dependía de mí. Levanté mi escudo… y entonces aquel que se hace llamar Dios repentinamente se movió a una velocidad increíble.

“No caeré en tus provocaciones,” dijo el Cabeza de Perro. “Sé que esto es lo que quieres. Es por eso que te lo estoy arrebatando. ¡Y ese no será tu único castigo!” Surgieron gritos de múltiples personas antes de siquierapoder preparar mi escudo. Aquel que se hace llamarDios cerró la brecha tan rápido que dejó imágenes residuales detrás suyo. Después agarró a Melty de la ropa a la altura de su cuello desde su lugar en la espada de Chick y la levantó en el aire. Maldije. Habíamos estado cerca de derrotarlo, pero esto estuvo completamente alejado de nuestras predicciones. “¡También me llevaré a esta mocosa como rehén!” celebró el Cabeza de Perro.

“¡Melty!” grité, con los demás haciendo lo mismo. La Sombra y Eclair saltaron hacia el frente, pero aquel que se hace llamar Dios escapó saltando hacia el aire, todavía sosteniendo firmemente a Melty.

“¿Oh? ¿Por qué me llevarás como rehén?” preguntó Melty, aguantando todo eso y provocado a su captor con una voz burlona.

“Tú eres exactamente a quien queremos. Han estado hablando de ti,” dijo el Cabeza de Perro. “La pequeña arpía, la más lista dentro de sus aliados, quien posee habilidades diplomáticas.” Arpía era el apodo que alguien le había dado a su madre.

“Hah. Viniendo de ti, tomaré eso como un cumplido,” respondió Melty, con una sonrisa digna de la realeza en su rostro. Ella se veía realmente orgullosa. Para ella, ser llamada arpía significaba que se estaba pareciendo a su madre. A decir verdad, me gustaba su sonido—y además impedía que tuviera cualquier connotación negativa. “Removerme del tablero no tendrá ningún impacto negativo en los asuntos políticos de Naofumi. Hay muchos otros que pueden tomar mi lugar,” dijo Melty.

“Muy pronto descubriremos si eso es cierto o no,” dijo el Cabeza de Perro. “¡Han provocado la ira de los dioses todopoderosos, y ahora pagarán el precio!”

“¿Dijiste dioses todopoderosos? ¿Y aun así no puedes ver el futuro?” se burló Melty. “Qué gracioso.”

“¡Escoria! ¡Te atreves a burlarte de nosotros!” rugió el Cabeza de Perro.

“Solo estoy diciendo la verdad,” dijo Melty. “Si eres todopoderoso, entonces no necesitas tomar rehenes. Esta demostración de ineptitud prueba que no eres tan poderoso como crees.” Viéndola manteniendo su compostura, me di cuenta de que Melty desplegaba tanto la naturaleza real de la reina como la fortaleza de Basura. “¡Sé honesto! ¡Dinos que no quieres morir y pídenos que nos detengamos! ¡Ruéganos no matarte! ¡Pero eso no será suficiente para que Naofumi y los héroes de Siltran te perdonen!” dijo desafiantemente Melty. El Cabeza de Perro gruñó. “¡Como Naofumi siempre dice! ¡Solo dispara si estás preparado para que te disparen!”

“¡Silencio! ¡Otra palabra más y despídete de tu vida!” Aquel que se hace llamar Dios arrojó a Melty hacia el carruaje de las armas vasallas. Ella fue absorbida por la barrera y desapareció. La gema del carruaje de las armas vasallas brilló y cambió la forma del carruaje. Melty fue colocada en su interior.

“¿¡Qué estás planeando hacerle a Melty!?” grité.

“Todo eso depende de ustedes. ¡Haz que aquellos apoyándolos lo sepan! ¡Si quieren a su amiga de regreso, bajen la barrera y retírense o ella no será la única que pague el precio! ¡Vamos a ver lo que vale su justicia!” Aquel que se hace llamar Dios desapareció de vista, riendo mientras lo hacía.

“¡Mierda!” maldije. Su velocidad había sido increíble. Él no solo tomó el carruaje de las armas vasallas, sino también a Melty. Si yo me hubiera acercado un poco más, podría haber sido capaz de desplegar un Escudo de Ataque Aéreo y salvarla.

“¡Héroe del Ezcudo!” gritó la Sombra.

“¡Iwatani-sama!” gritó Eclair. Había pánico en sus voces, y confusión acerca de qué hacer a continuación. “Todavía no soylo suficientemente rápida… ¡necesito ser más rápida!”

“Traten de calmarse,” les dije. “Él tomó a Meltycomo rehén. Eso significa que no tienen planes de matarla de inmediato, ydudo que él esté armándose un harem como los renacidos.”

“¡No lo permitiré!” gritó Eclair, poniéndose de pie rápidamente. “¡La Reina Melty, junto a los héroes, es alguien a quien debo proteger, sin importar lo que deba hacer!”

“¡Azí ez!” estuvo de acuerdo la Sombra.

“Necesitamos descubrir dónde la han llevado y encontrar una forma de salvarla,” dije. “Sombra, ¿cuál es tu trabajo?”

“Infiltración y reconocimiento. ¡Pero no tengo idea dónde comenzar!” dijo la Sombra, ya exasperado. “Ellos zon como héroes, dando vueltaz por todos ladoz.”

“Creo que puedo ayudar un poco con eso,” dijo Holn, apuntando hacia la gema en el látigo. Un tenuerayo de luz se extendió desde ella. “Creo que el carruaje de las armas vasallas me está diciendo su ubicación.”

“¿Entonces zolo necesito zeguir esta luz?” preguntó la Sombra.

“Así es, pero no será así de fácil,” respondió Holn. Ella miró en la dirección que la luz estaba apuntando. Era justo hacia Siltran. Pero no, no era tan así. Incluso yo sabía que la luz estaba indicando un destino más allá de esa nación amiga. Casi no necesitaba ser dicho.

El destino final de la luz era Piensa, la nación en la que estaban interesados aquellos que se hacen llamar Dioses.

“Reina Melty,” dijo suavemente Eclair.

“¿Cómo podemoz recuperarla?” preguntó la Sombra.

“Parece que aquellos que se hacen llamar Dioses están culpando a aquellos que creen que nos están respaldando de colocar alguna clase de barrera que se interpone en su camino,” dije. “Cuando luchamos contra ellos antes, dijeron algo acerca de no ser capaces de buscarnos. Parece que una función de la Serie 0 está funcionando en nuestro favor una vez más.” No estaba claro si este era un efecto físico o mental. Sin embargo, ellos habían venido por nosotros con este nuevo enfoque, en vez de solo usar la fuerza. Ellos querían evitar luchar contra nosotros cara a cara. Si podíamos remover cualquier posibilidad de que escapen y forzarlos a luchar, tal vez teníamos una oportunidad de derrotarlos.

“El carruaje pareceentender la situación, yaquecambió deforma paraproteger aMelty,” recordé. “No sé lo efectivo que será, pero es un arma vasalla. Podemos rezar para que pueda hacer algo de ayuda. Eso es básicamente todo lo que podemos hacer ahora mismo… En fin, no tengo intenciones de darme por vencido.” El carruaje de las armas vasallas estaba compartiendo su ubicación con nosotros. Aún había esperanza. No podíamos rendirnos ahora. “Recuperaremos a Melty, obtendremos el carruaje de las armas vasallas, ylucharemos contra ellos de frente. Creo que finalmente ha llegado la hora de que Piensa sea erradicado de este mundo.” Teníamos a muchos héroes de nuestro lado. Ellos también los tenían, pero no me importaba. Habíamos superado todas las probabilidades en contra hasta ahora. Teníamos que salvar a Melty.

En ese momento, una gran sombra lentamente bajó desde el cielo, acompañada por el sonido de fuertes aleteos.