Shokei Shoujo no Virgin Road (LN)

Volumen 4

Capítulo 4: La Fuga Llega A Su Fin

Parte 1

Todavía en la ciudad termal resguardada por montañas…

Peleándose la cima de este relajante lugar turístico se hallaba un edificio sospechoso ubicado en un sector no urbanizado de la región.

Pese a su envergadura, el hecho de que estuviera situado de modo que no encajaba en el panorama general lo convertía en un centro de pruebas idóneo para criminales e investigadores clandestinos. Las Fausto prohibían cualquier indagación excesiva que involucrará el cómo conjurar encantamientos o los encantamientos en sí mismos. Como consecuencia, no era demasiado raro que investigadores o científicos comprometidos con sus estudios se adentraran en lo tabú.

Parece ser que los analistas allí reunidos estaban realizando esa clase de experimentos con la intención de desarrollar una nueva clase encantamiento—

O, al menos, eso estaban haciendo—cuando dos adolescentes arrasaron con el lugar.

—De verdad, ¿tienes idea de lo estúpidos que son estos sujetos? Ni una sola vez he oído que los esfuerzos de alguna de estas organizacioncitas para desarrollar nuevos encantamientos tuvieran éxito. ¿Qué demonio les habrá poseído como para pensar que obtendrían resultados probando a lo imbécil en este agujero?— La voz de Momo sonaba alegre.

En los últimos días, habían estado utilizando la informaciónsustraída del Reclutador para eliminar hasta el último villano de la zona, arrasando puntos de reunión empleados porLa Cuarta. En cuanto Momoseenteró de que también  estuvieron  invirtiendo  en  este  laboratorio clandestino entre las montañas, irrumpió para darles a los investigadores una cucharada del infierno.

Una inquietante sonrisa se dibujó en su rostro mientrasechaba un vistazo a losdatosrecolectadostrassus estudios.

—El hecho de que quieran intentar algo así me dice lo fracasados que son. Buen trabajo perdiendo el tiempo en una empresa tan inútil, perdedores.

—¿Oh? ¿Estas personas estaban realizando una investigación sin sentido?

—Claramente. Desarrollar un nuevo tipo de encantamiento no es la clase de cosas que un puñado de científicos locos puedan lograr en un basurero. Dedicar toda tu vida a algo que jamás tendrá éxito y encima sacrificar personas en el proceso es una completa locura.

Además de la paliza física, Momo siguió golpeando sinpiedad suscorazones, todavíacon una dulce sonrisa. Sus duras palabras fueron suficientes para llevar a los miembros del centro de investigación aún más al borde.

—Ahora, sólo queda informar de esto a los caballeros, y supongo que habremos terminado. Esta zona se ha vuelto mucho más pacífica. ¡Hace que una se sienta orgullosa de ser una miembro de Las Fausto!

Satisfecha por haber hecho una buena acción, tiró al último analista golpeado a un lado como si fuera un trapo viejo.Lospasosde Momo eran ligeroscomo el aire mientras dejaban atrás el laboratorio. Akari, que caminaba a su lado, se veía mucho más conflictiva.

Se había dado cuenta, con creciente alarma, de que mientras Momo solía estar de pésimo humor siempre que andaban juntas, la ayudante de Verdugo parecía encontrar un extraño deleite en el desenfreno. Afirmaba que todo lo que estabanhaciendo era por el bien del “entrenamiento de combate”; sin           embargo,          Momo  nunca   perdió  una oportunidad para golpear a quien se le pusiera en frente durante cada una de las redadas.

Akari empezaba a sospechar que sólo estaba siendo arrastrada por los esfuerzos de Momo para levantar su propio ánimo.

—Sé que golpear a las personas es tu pasatiempo y toda la cosa, pero… ¿no deberías ser un poco más prudente?

—Este es mi trabajo. Además, todo esto es por el bien del entrenamiento. ¿Qué podría ser más prudente?

—Aja, claro. Solo digo que obviamente estás disfrutando de esto mucho más que yo—. Akari entrecerró los ojos cuando Momo insistió en que tenía razón.

El cabello rosado de esta última se balanceaba en coletas. En el mundo del que provenía Akari, ese color de pelo solamente podría conseguirse mediante un tinte, pero el espectro en las cabelleras de los habitantes de este mundo resultaba ser mucho más amplio.

Supuestamente, el color de pelo estaba influenciado por la genética y la Fuerza Guía producida por el alma de cada individuo. Incluso había algunas corrientes de pensamiento que decían que el color de cabello de una persona proporcionaba información sobre su personalidad. No sonaba muy diferente de aquellos test basados enel tipo de sangre que durante un tiempo fueron populares en Japón, pero mientras Akari miraba a Momo, pensó que podría haber algo de razón ahí.

«Escuche que los colores cálidos como el rojo indican que una persona es egoísta y emocional».

Era un dato que Akari había escuchado de Menou en uno de los bucles temporales anteriores. No había aplicado la misma lógica con alguien mas, pero ciertamente le venía como anillo al dedo a Momo.

—…como sea. ¿Realmente es tan complicado desarrollar nuevos encantamientos?

—Ya de por si es bastante difícil desarrollar nuevas aplicaciones para los ya existentes; crear encantamientos completamente nuevos es casi imposible. Al menos, no he oído hablar de ningún intento exitoso en las últimas décadas. El único avance reciente que se me ocurre es el encantamiento de grabación de imágenes que se añadió a las Escrituras hace unos veinte años.

—¿Ah, sí? Entonces sí es posible.

Como Akari no tenía un conocimiento detallado del tema, no estaba especialmente interesada. Por lo tanto, sólo planteó la pregunta como un tema de conversación casual.

—¿Y cómo se hacen los nuevos encantamientos como ese?

—¿Cómo? Bueno, obviamente…

Momo pensó en responder a la pegunta que de forma predeterminada etiqueto como estúpida—pero luego se interrumpió.

A  diferencia  de  Akari, que podía conjurar encantamientosen base a su pura intuición, Momo tuvo que estudiar los fundamentos—es decir, las llamadas leyes de la crestología y la materialogía—para poder utilizar crestas y manejar unas Escrituras.

Sinembargo,como toda su información era práctica, nunca se había molestado en estudiar la historia de estas materias.

Y por supuesto que Akari no tardó en darse cuenta de la falta de comprensiónde Momo. —¿Así que tú tampoco lo sabes, Momo? Vaya, hablas mucho para ser alguien que claramente no ha hecho sus deberes.

—…cállate—. Hizo un puchero

—¡Jajaja, es tan fácil ver cuándo estás enfadado! Tu cara se pone–¡¿OWW?!

En el momento que Akari estiro el brazo para pellizcar las mejillas hinchadas de Momo, se encontró con un manotazo veloz. Se frotó la mano donde había sido golpeada mientras miraba a su ‘compañera’ por el rabillo del ojo.

Su opinión sobre la asistente de Verdugo había cambiado un poco durante el tiempo que pasaron juntas en esta villa.

Al principio, veía a Momo como una entrometida molesta. «Siempre se aferra a Menou y le encanta hacerme de menos»; esa era la impresión que Akari tenía de Momo, ya que nunca tuvieron muchas oportunidades para hablar de   manera  directa. La  última  siempre procuraba mantenerse oculta por órdenes de Menou para asistirla desde las sombras.

Esta era la primera vez que interactuaban durante un largo periodo de tiempo.

—Hey, Momo.

—¿Qué pasa?— Momo respondió con sorprendente cortesía.

En realidad, no era tan locamente violenta como dejaba entrever. La hostilidad de Momo hacia Akari era genuina, pero aun así respondería si Akari intentaba hablar con ella. Era un poco molesto que no se refiriera ni una sola vez a Akari por su nombre, pero su actitud seguía siendo comparativamente inofensiva.

A Momo sólo le importaba salvar la vida de Menou, y no se preocupaba por nada más. Naturalmente, lo segundo incluía a Akari.

Muchos de los fracasos de Akari en anteriores bucles temporales habían consistido en asumir que Momo no era necesaria.

Con ese conocimiento en mente, Akari se tragó su orgullo y presentó una información que la otra chica podría desconocer.

—Escucha… ¿qué harías si te dijera que puede existir una forma de volver a mi mundo?

—¿Volver?— Momo se vio dudosa. —¿Dónde oíste un rumor tan falso? No existe ningún encantamiento que pueda enviar a una persona al otro mundo, que yo sepa. Y como acabo de decir, desarrollar un nuevo encantamiento es extremadamente complicado, ¿recuerdas?

—Um, bueno, me lo dijeron en Libelle. Tuve una breve conversación con Pandæmonium; tan solo duro más o menos un minuto. Y me dijo que había una forma de regresar.

—¿…Pandæmonium te dijo eso?

Solo conversaron, dado que Akari intento detenerla yacabo siendo superada en todo sentido de la palabra, pero excluyó esa información por miedo a que le tomaran más el pelo.

La expresión de Momo vaciló.

—Si ese es el caso, entonces… podría ser realmente cierto.

Pandæmonium había sido separada del resto del mundo por un sello irrompible durante casi mil años. Si ella dijo que existía un encantamiento con la capacidad para enviar a un Errante de vuelta a su hogar, no podía ser algo desarrollo reciente.

Eso significaría que el método debía existir desde hace al menos un milenio.

—Hmm. Sé que fui yo quien sacó el tema, ¿pero no podría ser que Pandæmonium  solo  mintió para molestarme?—, cuestionó Akari.

—Los Errores Humanos no pueden mentir—, aclaro Momo. —Y no son sólo ellos–cualquier forma de vida cuyo espíritu se haya desgastado ya no podríaconcebir lo que nosotros llamamos “engaño”.

Los Errores Humanos no eran otra cosa que la encarnación de una Pureza Conceptual. A primera vista, podía parecer que algunos conservaban una personalidad, pero eso era sólo a un nivel superficial.

Fundamentalmente, el impulso que mueve a un Error Humano proviene del concepto que se ha apoderado de su alma y ha desgastado completamente su espíritu con tal de secuestrar su recipiente.

—¿Nunca pensaste en decirle a mi senpai que podría haber una forma de regresar?

—Nunca había oído hablar de tal cosa hasta que Pandæmonium lo mencionó. Hasta entonces, no creí que existiera otra salida aparte de mi muerte, y supuse que no tendría sentido intentar volver… pero ahora que lo pienso, volver a mi mundo podría ser la solución.

—¿Y acaso deseas volver?

—¿Hmm? No, particularmente no. ¿Por qué iba a desear volver a un mundo que apenas recuerdo? Preferiría mucho más ser asesinada por Menou y seguir viviendo en sus recuerdos… pero si eso significa que Menou vivirá, supongo que bien podría volver a Japón.

—¿…de verdad te parece bien?

—Bueno, sí, por supuesto que sí.

Japón ya no era importante para Akari, ya que había agotado sus recuerdos para Retroceder en el tiempo cuando Menou murió. Actualmente, tenía más recuerdos de este mundo que del otro.

Momo supuso que su plan iba bien.

Los recuerdos de Akari se estaban deteriorando claramente, acercándose a la desaparición total. Ni siquiera sentía apego por sus recuerdos perdidos. Cualquiera que pudiera haber sido querida para ella se había desgastado hace mucho tiempo. La Pureza Conceptual de Akari Tokitou iba a perder pronto el control.

Pero, por alguna razón, Momo no se sentía feliz por ello.

Abrió la boca como si fuera a decir algo, pero finalmente la cerró en silencio.

«…eso está bien. ¡No tengo problemas con esto!» Momo  se  recordó  a   sí  misma que          todo   estaba transcurriendo de acuerdo con el plan mientras continuaba fríamente la discusión.

—¿Por qué has decidido contarme esto si en serio no quieres volver?

—…puede que seas una pequeña altanera y miserable, pero sigues siendo muy trabajadora. Y aunque no lo parezca, valoro eso.

—Déjate de cumplidos. Me revuelve el estómago—. Momo arrugó la nariz.

Al ver esto, Akari sonrió.

A Akari no le agradaba Momo. Era prepotente y mezquina a pesar de ser mucho más joven, y tenía una mala actitud para todo en general. Veía injusto que Menou tuviera debilidad por ella.

Pero Akari y Momo se preocupaban genuinamente por la misma persona.

En consecuencia, empezaba a pensar que podría estar bien si le confiaba las cosas a Momo.

Al principio, Akari quería que fuera Menou quien la matara. Su muerte significaría salvar la vida de Menou, y, al mismo tiempo, considero que así podría terminar con todo de un modo “digno” al permanecer por siempre en su memoria. Menou no era el tipo de persona que se olvidaría de alguien a quien haya asesinado. Descansaría en sus recuerdos, durmiendo por siempre en una lápida que la Verdugo seguro tallaría en su propio corazón. A fin de cuentas, ¿qué le deparaba en una eternidad sirviendo como Error Humano?

Sin embargo…

—Supongo que  empecé a pensar  que  mi desaparición no significaría que Menou se quede sola, así que tal vez un método diferente no sería tan malo—, admitió Akari. —Si tu permaneces a su lado, a lo mejor podrían discutir sus recuerdos sobre mí, ¿no?

La boca de Momo se curvo en un movimiento casi imperceptible.

—¿Por qué… eres tan…?

—¿Hmm? ¿Qué pasa?

—…nada.

El conflicto interno de Momo se deslizó dentro y fuera de la vista. Nunca terminó la frase que casi había empezado a formular.

En su lugar, controló rápidamente sus emociones y respondió con indiferencia: —Muy bien… supongo que lo pensaré.

—¿Sí? Uh-huh… genial—, dijo mirándola fijamente, haciendo que Momo se sienta incómoda.

—¿…qué pasa?

—¿Hmmm? Nada, en realidad.

Momo miró con disgusto a Akari, que empezaba a sonreír por alguna razón, pero la sonrisa de la chica sólo se alargó.

—Nunca habías tenido amigos antes, ¿o sí? Ya sabes, lo digo porque tienes una personalidad horrible.

—¿Y qué si no los he tenido?

—¿Hmm? Oh, no es un gran problema. Es que…

Akari se llevó una mano a la barbilla ysoltó una leve carcajada. Era obvio que estaba tratando de molestar a Momo,     quien     sólo     pudo recibirlo     como     un     gesto increíblemente irritante.

—Como no tienes mucha experiencia tratando con otras personas, puede que en algún punto yo llegue a agradarte. Tan solo es algo que se me ocurrió.

—¿…así que piensas que yo perderé las ganas de matarte como lo hizo mi senpai? No seas ridícula.

—¿Queeee? No, yo no iría tan lejos. Pero como que saliste con esa idea demasiado rápido. ¿No es así, Momo?

De nuevo, el tono de Akari claramente estaba destinado a hacer que Momo se sintiera avergonzada. A Momo le temblaron los puños, pero se tragó la rabia, diciéndose a sí misma que golpearla en su estúpida cara sería darle a su enemiga precisamente lo que quería. Reticente, frunció el ceño y se dio la vuelta, como si la sola idea fuera demasiado ridícula para discutirla.

Al ver esto, Akari sintió, muy a su pesar, que podría comprender un poco el por qué Menou guardaba cierta debilidad por esta enana cascarrabias. Por primera vez desde que se conocieron, cayó en consciencia que estaba tratando con una chica de solo catorce años.

—Cieeeerto… todavía está en la secundaria—. Dándose cuenta de ello, Akari murmuró para sí misma un silencioso arrepentimiento. —Quizá me excedí un poco con eso de los listones–

Akari una vez había estropeado los listones que Momo llevaba en el cabello para forzarla a pelear en un estado enfurecido… vale mencionar que siempre fue consciente de que los susodichos listones eran un regalo que Momo había recibido de Menou en sus días de juventud.

—¿…listones?

Aunque Akari no tenía intención de que Momo oyera eso, lo hizo, y se quedó congelada en su sitio.

«Oh-oh…», se tapó inmediatamente la boca con las manos. Se le había escapado algo que Momo no podría haber averiguado de otro modo.

Momo había cambiado los listones por coleteros en el Reino de Grisarika. Akari no debería haber tenido forma de saberlo a menos que hubiera estado involucrada de alguna manera.

Dicho de otro modo, el hecho de que Akari supiera de los listones de Momo era prácticamente una confesión de que estaba relacionada con la brecha que los destruyó.

—¿Qué…? ¿Qué acabas de decir? ¿Algo sobre… listones? ¿Qué te excediste…? ¿Exactamente… a qué te refieres?

El tono grave de Momo y las palabras que arrastraban eran la prueba de que apenas estaba conteniendo su rabia. De sus ojos emanaban chispas ardientes. ¡En cualquier momento estallaría! Akari jamás había visto a alguien tan furioso en su vida.

Mientras Momo temblaba de furia, la acusada esbozo una sonrisa forzada.

—¡Nada de nada! No esgran cosa ninada,no; ¿cómo voy a saber algo de los listones rojos que solías llevar?

—¿Como… sabes… sobre mis listones?

Momo vio a través del patético intento de mentira de Akari. Agarró a la otra chica por el cuello y la sacudió de izquierda a derecha.

Momo había perdido sus listones que Menou le regaló durante una secuencia de acontecimientos en el Reino de Grisarika, donde Akari había sido convocada. La ayudante del Verdugo había caído en una trampa tendida por la arzobispa Orwell en la Antigua Capital de Garm. Mientras luchaba contra un soldado sortílego con forma de dragón, sucedió algo inesperado.

La barrera que la protegía se rompió con una facilidad casi antinatural.

Indignada por haber perdido el regalo de la joven Menou, Momo se desbocó y e incluso acabó destruyendo un edificio histórico.

—¡No me extraña…! ¡¡NO ME EXTRAÑA QUE LAS LLAMAS HAYAN ATRAVESADO MI BARRERA…! ¡Es imposible que eso haya sucedido! ¡¡NUNCA DEJARÍA DE PROTEGER LOS LISTONES QUE ME DIO MI SENPAI!! ¡Sabía que eso no estaba bien! ¡¿Hiciste algo, no es así?!

—L-Lo siento, ¿vale?

Sintiéndose un poco culpable llegados a este punto, Akari levantó las manos en señal de rendición.

Por desgracia, su intento de disculpa barata no satisfizo a Momo.

—¿Tienes… idea… de lo importantes que eran? Y sobre todo… ¿perdonarías al culpable si estuvieras en mi lugar?