Shokei Shoujo no Virgin Road (LN)

Volumen 4

Capítulo 3: La fuga En Su Apogeo

Parte 5

Pureza Conceptual. Este concepto de lo Nulo sólo podía provenir de aquel muchachoqueMenou asesino en el Reino de Grisarika.

Menou reconoció inmediatamente la naturaleza del encantamiento que había adquirido Manon, pero aun así no titubeó.

—¿De verdad crees que puedes derrotarme sólo con eso?

Una sombra que contenía el Pseudo-Concepto de Nulo. Los movimientos de su cuerpo se habían pulido mucho.  Manon  era  ciertamente  un  oponente más formidable que cuando lucharon aquella vez.

Sin embargo, ni siquiera eso sería suficiente para derrotar a Menou en una pelea uno a uno.

—Manon, has dicho que quieres que me convierta en una aliada personal. ¿Qué buscas que sea tan diferente de La Cuarta?

—Ah, sí, supongo que aún no lo había mencionado.

Su intercambio continuó  incluso  mientras buscaban  matarse mutuamente.  Manon   fue sorprendentemente rápida en responder.

—Quiero cambiar la forma en que viven los Perdidos. Después de todo, soy la única persona en el mundo que sabe cómo era esa niña antes de convertirse en Pandæmonium.

Su tono era pesado, y sumamente íntimo.

«¿Qué significa eso?» Menou miró a Manon interrogativamente, pero la chica se limitó a cubrirse la boca con su abanico.

—Hee-hee. Bueno, ya sabes. Pero de momento, mi objetivo principal es intentar ir al otro mundo.

Un método para ir al otro mundo, en lugar de convocar a alguien de allí.

También Menou se había preguntado alguna vez si existía algo así.

—¿Y crees que de esa forma resolverás el tema de los Perdidos?

—Es un comienzo.

—No existe ningún método para viajar de este mundo al otro—. Rechazó tajante esa teoría.

Menou había preguntado, hace tiempo, si era posible regresar a un Errante a su mundo. Y su Maestra le respondió a la joven Menou que no se podía.

Sin embargo, Manon sonrió alegremente mientras seguía argumentando.

—Oh, pero tengo información muy fiable. Se basa en lo que me han dicho Pandæmonium, el Director y… bueno, Flare. ¿No es ella tu Maestra?

—¿…la conociste?

—Sí, la conocí. No hace mucho tiempo. ¿No has oído hablar de la ciudad que destruimos hace poco?

La idea de que Manon había destruido un asentamiento no  era  particularmente sorprendente. Incluso si era sólo su dedo meñique, ella viajaba junto a Pandæmonium. Cualquier ciudad indefensa acosada por la encarnación  del Pecado Original tendría pocas posibilidades de sobrevivir.

El problema era que ella había conocido a la Maestra Flare.

Cuando se enfrentaba a un tabú, la Maestra de Menou ejecutaba invariablemente al autor. Sin embargo, si Manon seguía con viva, eso significaba que se había hecho lo suficientemente fuerte como para escapar con éxito de tan formidable enemigo.

—Me contó todo tipo de cosas interesantes. Valió la pena el esfuerzo de aplastar esa ciudad, si me preguntas.

—……

El Incremento Guía de Menou se cortó de repente. Dejar caer una fuente de fuerza tan necesaria en medio de la batalla era un movimiento inequívocamente deficiente. Al sentir que la amenaza había disminuido, Manon dudó en reaccionar por un momento en su confusión, y Menou aprovechó esa oportunidad para arremeter contra ella.

Incluso sin el Incremento Guía, sus movimientos entrenados eran notablemente agudos. La sombra de Manon se levantó instintivamente. Dado que contenía una parte de su espíritu y su alma como extensión de su cuerpo, su sombra se había convertido en un arma que se moldeaba como la chica quisiera. Una hilera de cuchillas de ébano se formó entre las dos—pero Menou ya lo había previsto.

Escrituras, 3:1—Conjurar [«Y el villano que se acercaba oyó el tañido de la campana»]

El tañido de la campana del ‘poder’ dispersó la sombra de Manon.

Sin nada que le impidiera el paso, Menou blandió su daga. Manon se preparó para bloquearla con su abanico. La sacerdotisa no estaba potenciando sus movimientos con ninguna clase de Incremento Guía, lo que dejo a Manon confiada en que podría bloquear el ataque.

Estaba equivocada.

Fuerza        Guía:       Conectar—Daga,         Cresta—Conjurar [Vendaval]

Antes de que las dos armas chocaran, una ráfaga de viento con tremenda fuerza surgió de la daga de Menou y derribo a Manon, tirándola al suelo. Se posicionó inmediatamente encima de ella.

Menou la iba a matar.

La Verdugo entonces puso todo su peso en su agarre con la intención de perforar el cráneo de Manon—

—¿…huh?

…cuando una especie de guantelete de metal detuvo la daga, agarrándola por el tajo.

Delante suyo se encontraba Sahara, quien vestía un hábito de monja; algo que debería haber sido imposible. E indudablemente se trataba de la verdadera.

No podía creer lo que sus ojos le mostraban.

—Qué buena manera de saludar, Menou.

Mientras Menou no podía procesar del todo su sorpresa, Sahara apartó la daga, con ojos soñolientos como de costumbre. La sacudida desequilibró a Menou mientras se levantaba, entretanto la monja apretaba su mano con un chirrido metálico.

El puño de Sahara golpeó a Menou directamente en el estómago.

—Eso fue por meterme en el fondo de una bolsa.

Podría decirse que su brazo derecho era una Prótesis Guía plateada, al igual que antes de ser sellada en las Escrituras. El impacto metálico era tan antinatural que parecía como si el propio brazo controlara los movimientos del cuerpo en lugar de lo contrario, pero seguía estando a la altura de un puñetazo de Momo potenciado mediante un Incremento Guía.

—¡Nngh…!

La cara de Menou se contorsionó de dolor. No debió haberse levantado para intentar disminuir la fuerza del golpe. Incapaz de recuperar el control inmediatamente, la inesperada potencia la mando a volar un par de metros.

«¡¿Por qué esta Sahara aquí, y con su propio cuerpo—?!»

Sintió impacto tosco en su espalda, seguida de una sacudida. Pero sin tiempo para quejarse, miró a su alrededor para intentar recabar información—y descubrió la causa de inmediato.

Pandæmonium estaba de pie detrás de Sahara.

Evidentemente, al notar lamirada de Menou,sonrió alegremente y saludó.

«¡Oh, genial!»

Menou hizo una mueca de disgusto al imaginar cómo había obtenido Sahara un nuevo cuerpo. Debió usar el mismo método con el que resucito a Manon—no; quizás los detalles fueran diferentes, pero debía tratarse de un método similar.

Lo único seguro es que Pandæmonium utilizó un encantamiento basado en el Concepto del Pecado Original para dar a Sahara una forma física.

—Puedes tener esto de vuelta.

Justo antes de que Menou se reincorporara, Sahara arrojó unas Escrituras; las que anteriormente habían resguardado su alma y su espíritu en su interior.

—Sé que te pedí varias veces que me mataras, pero si no te importa…

Fuerza Guía: Fusión de Materiales—Brazo protésico, Conjuración de Sello Interior—

El brazo artificial de Sahara resplandeció con Luz Guía. Se concentró alrededor de su puño, construyendo de manera   antinatural el   encantamiento que   estaba conjurando.

—Creo que me gustaría verte intentarlo.

Activar [Habilidad: Cañón Guía]

Fuerza Guía: Conectar—Traje de Sacerdotisa, Cresta— Conjurar [Barrera]

Justo antes de que la ráfaga de luz impactara, Menou utilizó la cresta oculta en su túnica de sacerdotisa para producir una barreraprotectora. Apareció en diagonal y desvió el Cañón Guía hacia el cielo.

Menou había evitado por suerte las heridas mortales, pero ahora se encontraba frente a múltiples enemigos.

—Es un placer conocerte. Soy Manon Libelle. ¡Qué brazo tan encantador el que llevas ahí!

—Pues mi nombre es Sahara, y solía ser una monja. Quiero dejar en claro que detesto a esta sacerdotisa y a su arrastrada de mierda. ¡Ya imaginaras que esto me pone de buen humor!

Los dos se presentaban despreocupadamente. Era su primer encuentro, pero sus personalidades, igualmente relajadas, encajaban bien. Y por lo que parece, esta situación realmente no había sido premeditada.

—…bueno, me alegra que se lleven bien—, murmuró Menou en tono sombrío.

No estaba claro cómo Sahara había hecho contacto con Pandæmonium en tan poco tiempo. Las largas mangas del kimono de Manon se movieron mientras ella agitaba una mano en dirección a Menou.

—De acuerdo. Dejando a un lado cualquier tipo de lisura que pueda haber entre ustedes, visualice el futuro, señorita Menou. ¡Podríamos convertirnos en un fabuloso trio de amigas–!

La idea no mereció ni siquiera un momento de reflexión. Menou hizo como que no la escucho y se dirigió a la monja.

—Sahara, nada bueno saldrá de acompañar a Manon.

—Lo dicescomo si me fuera mejor yendocontigo—. Sahara poso su mano mecánica en su cadera. —Incluso si fuera la monja del año, lo máximo que puedo esperar es que me maten. Puesto que ya soy una entidad tabú, bien podría unirme a este bando, ¿no crees?

Menou no podía discutir eso. Sahara no ganaba nada siguiéndola. Había aplazado el tratamiento de la situación porque Sahara había quedado atrapada y nadie más sabía de ella, pero Pandæmonium debía haberse enterado de alguna manera.

Ahora eran dos.

Menou miró al par de chicas que habían escapado tras ser asesinadas por ella.

Todavía era posible derrotarlas.

Evaluó con calma sus habilidades.

Menou conocía bastante bien la fuerza de Sahara. Incluso sise uniera con Manon, seguiría teniendo la ventaja. Pandæmonium era el único comodín, pero todavía era sólo una pequeña porción de su poder total; el valor del dedo meñique, para ser precisos.

La Pureza Conceptual del Mal era única en el sentido de que requería  sacrificios  para  producir resultados significativos. Manon   había   dicho  que destruyeron una ciudad cuando conoció a la Maestra Flare. También  menciono que vinieron a esta ciudad  a “descansar”.

Si habían utilizado todos sus sacrificios en su lucha contra Flare, tal vez tenían la intención de restaurar sus energías aquí. De ser así, esta era una oportunidad única para capturar el dedo meñique de Pandæmonium.

Menou respiró profundamente para aumentar su concentración.

«Puedo ganar».

Dejó a un lado sus dudas, reunió su confianza y tomó aire—cuando algo duro se clavó de repente en su espalda.

—Ya, ya, ¿qué crees que le estás haciendo a mi hija?

Un escalofrío le recorrió la columna vertebral.

Había alguien detrásde ella. Aunquehubiera estado concentrada en las tres que tenía delante, era inusual que no hubiera notado a una persona hasta que esta estuviera lo suficientemente cerca como para tocarla. Sólo eso ya la hizo estremecerse.

El objeto que presionaba la espalda de Menou parecía cilíndrico. Lo más probable es que se tratará de un Cañón Guía. Sería difícil salir ilesa si le disparaban así a quemarropa.

Menou concentró todos sus nervios en su espalda mientras adoptaba un tono despreocupado y le hablaba a Manon con toda la calma posible.

—Manon… ¿desde cuándo sigue vivo tu padre?

—Oh, no. Por favor no escuches ni una sola palabra de lo que diga ese esperpento.

Manon solía llevar una sonrisa amable independientemente de la situación, pero su expresión se tornó seria por una vez. Con una pistola en su espalda, Menou no podía permitirse ignorarlas palabrasdel hombre.

Volvió a hablar.

—Usted debe ser Flarette, ¿eh? Es todo un honor conocer a su sucesora.

—¿…y tú eres?

—Ja-ja-ja. No tengo obligación alguna–

—Es el Director.

La sonrisa de Manon regresó al revelar su identidad. El hombre que sonaba altivo se calló ante esta traición.

—Señorita Manon… debo decir que tiene que considerar mi propia posición, ya sabe. Me gustaría que me permitiera tener mi momento de relevancia…

—No me importa—. Manon rechazó con frialdad su petición. —Sea cual sea tu estatus, grábate que no eres mi padre.

A medida que avanzaba esta absurda conversación, Menou se resignaba a su muerte. Tenía tres oponentes formidables frente a ella y lo que probablemente era un arma mortal presionada contra su espalda.

Mientras Menou se preparaba para una lucha que probablemente le llevaría a la derrota, el Director se aclaró la garganta de forma presuntuosa.

—Ahora bien, Flarette. No tengo intención de luchar contra ti, nide quitarte la vida. Adecir verdad, habría preferido sentarme ytener una agradable ylarga charla con la sucesora de Flare… es una pena que hayamos tenido que conocernos de esta manera. Le agradecería que se retirara pacíficamente.

—¿Y si me niego?

—Ja, ja—, se rio el hombre. Fue una risa silenciosa y enroscada, como una serpiente que se desliza desde la oscuridad. —Seguro que no lo harás. Sabes qué clase de persona soy, ¿no?

Su risa resonó detrás de ella.

Menou era, en efecto, consciente del Director. Se trataba de una situación que ponía en peligro su vida.

El objeto que se le clavaba en la columna vertebral era,  presumiblemente,   un Cañón Guía.    El     hábil acercamiento del Director había sido indetectable. Y lo más alarmante de todo era el hecho de que había luchado contra Flare durante muchos años.

—Como sin duda conoces mi historia, no puedo imaginar que ignores mi petición. Verás, a veces el conocimiento puede sentirse como un grillete. A menudo, cuanto más iluminado está alguien, menos puede moverse libremente. La ignorancia es un pecado, pero a veces el sabio puede tener opciones más limitadas que el necio. Lo entiendes, ¿no?

A lo mejor era una amenaza seria; a lo mejor simplemente era un farol.

Aun así, Menou comprendió. Aunque estuviera en guardia, no podía arriesgarse a ignorarlo.

—Ahora, ¿te importaría dejarnos ir libremente?

Menou contuvo un gruñido y asintió. Morir aquí sería un desperdicio. A juzgar por la mirada de decepción de Sahara, puede que incluso le haya favorecido que sus enemigos hayan optado por retirarse.

—¡Bueno, gracias amablemente! Ah, y no te preocupes. El objeto con el que golpee tu espalda no es más que un bastón común y corriente. No llevo nada tan vulgar como un Cañón Guía.

Esto hizo que Menou gruñera, pero ni siquiera estaba segura de creer la afirmación del Director. Él seguía de pie detrás de ella. Mientras Menou se quedaba inmóvil, Manon se despidió despreocupadamente.

—Por desgracia, tendremos que acortar nuestro reencuentro por ahora. Espero que vuelva a jugar conmigo alguna vez, señorita Menou.

—Es una mierda ser tú, Menou… ah, y déjame darte otra de mis proféticas advertencias—. Recuperada su libertad, Sahara se burló alegremente de Menou como si quisiera compensar los días de tristeza que paso metida en una oscura cartera. —Estoy dispuesta a apostar que ni una sola cosa va a salir como tú quieres en esta ciudad.

Lo único que Menou pudo hacer fue observar cómo este cuarteto de peligros se burlaba de ella mientras se alejaban.

Fin del capítulo 3—