Shokei Shoujo no Virgin Road (LN)

Volumen 4

Capítulo 3: La fuga En Su Apogeo

Parte 3

—La Cuarta es el grupo que arrinconó a mi senpai en Libelle. Si les dejamos solos, intentarán hacerle daño de nuevo.

—¡No podemos dejar que eso ocurra! ¡Vamos a quemarlos hasta los cimientos!

Eso fue suficiente para que Akari se metiera de lleno en el juego. No cabía duda que los miembros de La Cuarta de esta ciudad estaban a punto de afrontar un gran peligro.

—He podido conseguir información sobre los miembros  restantes, algunas instituciones  que han cometido varios tabúes, y más o menos por ahí va la cosa. Acompáñame y los erradicaremos uno por uno.

—¡Ya lo tienes!

Al ver queAkari asentía enérgicamente, Momo supo que su plan iba viento en popa.

Iba a entrenar a Akari para disminuir la carga de Menou—o al menos, eso era lo que había dicho para convencer a Akari.

Porque su verdadero objetivo era lograr que Akari utilizara en exceso su Pureza Conceptual.

Momo no tenía forma de deshacerse de Akari, ya que los métodos ordinarios no la matarían, y el plan de Menou de usar la Espada de la Sal requería pasar por la Tierra Santa. Como Momo estaba huyendo de su superior, tampoco podría optar por esa opción.

¿Qué debía hacer entonces?

Había llegado a una conclusión muy diferente a la de Menou. Todo lo que se necesitaba—era convertira Akari en un Error Humano.

Engañando a Akari para que usara su Pureza Conceptual bajo la fachada de un entrenamiento de combate, Momo pretendía hacerla consumir todos sus recuerdos.

El objetivo final de Menou como Verdugo era procurar que nadie más saliera herido. Un Error Humano seria la peor situación imaginable para ella.

Momo había estado siguiendo las indicaciones de Menou, pero su rumbo había cambiado drásticamente al enterarse de todo por parte de Akari.

Si Akari Tokitou se convertía en un Error Humano, seguramente habría víctimas. Incluso podría arrasar la ciudad entera.

Y  una  vez que su Pureza Conceptual se descontrolara, perdería el sentido de sí misma.

No habría retorno de eso, extinguiendo cualquier esperanza de salvarla. La Tierra Santa seguro enviaría un escuadrón entero de sacerdotisas para destruir al Error Humano, en lugar de que Menou tuviera que hacerlo sola. Ella sería relevada del deber, yasí no tendría ninguna razón para traicionar a Las Fausto para salvar a Akari.

Por supuesto, eso significaría que Menou habría fracasado en su misión, pero no lecostaría la vida. Elcastigo por la escapada en solitario de Momo probablemente tampoco sería peor que ser relegada al cargo de monja.

Sin duda, sería mucho mejor que dejar que Akari siguiera retrocediendo en el tiempo repetidamente sin ninguna esperanza aparente de salvación. Además, el Retroceso  no  estaba exento     de     riesgos.     Si seguía rebobinando el tiempo, podría liberar a Pandæmonium por completo.

Era una cuestión de qué sería peor: Que Akari se convirtiera en un Error Humano o que se liberara el sello de Pandæmonium.

El único inconveniente era que no se podía saber en qué tipo de Error Humano se convertiría Akari, pero la amenaza de Pandæmonium estaba probada históricamente. Era uno de los monstruosos Cuatro Mayores Errores Humanos que alguna vez destruyeron una antigua civilización.

Tan solo con su dedo meñique y cien sacrificios casi provoca una carnicería en aquella ciudad pesquera.

Si el sello de la neblina llegaba a romperse por completo, podría consumir literalmente todo el mundo, tal y como sucedió con la Alianza de las Islas del Sur.

Mientras Momo siguiera iniciando peleas en esta ciudad y obligará a Akari a utilizar su Pureza Conceptual, los recuerdos de la chica acabarían por agotarse. Una vez que no le quedaran suficientes para usar el Retroceso Mundial, el sello de la neblina ya no se agrietaría. Eligieron esta ciudad en específico porque estaba situada en una región aislada en lasmontañas. Había muchosturistas, pero como era una ciudad principalmente comunal, no había instalaciones importantes cerca. Si Akari se convirtiera en un Error Humano aquí, sólo significaría la aniquilación de un solo lugar…

Momo no era tan amable como Menou.

Simplemente eligió un método que seguramente salvaría la vida de su senpai.

—…será la primera vez que mate a un Errante.

Momo era una asistente de Verdugo.

El número de personas que habíamatado hasta este momento no era para hacer de menos.

Pero nunca había ejecutado a un Errante. Eso se debía en parte a que, para empezar, había muy pocos, pero también al hecho de que Menou no quería dejar que Momo dañara a “gente buena e inocente”.

Así que Momo jamás había matado a nadie que fuera inocente de algún cargo relacionado con la herejía.

Adentrarse en el camino de los tabúes significaba desviarse de la moral, ya fuera en menor o mayor medida. Un tabú era cualquier cosa que requiriera demasiados sacrificios, como los experimentos de Orwell con mujeres vírgenes.

Sin embargo, los habitantes de otros mundos eran la excepción a la regla.

Y para Momo estaba muy claro, incluso en este corto periodo de tiempo, que Akari era diferente.

Le gustara o no, objetivamente hablando, la Errante era una buena persona.

—¿Dijiste algo, Momo?

—No lo he hecho. Deben ser tus oídos podridos que escuchan cosas.

—¡¿Qué quieres decir con podrido?!

Ignorando a Akari, Momo se hundió en la contemplación.

«A estas alturas, es probable que senpai ya hubiera terminado de  recaudar   dinero  para comenzar su persecución en serio. Sólo podremos permitirnos permanecer aquí otros tres días. En el caso de que nos quedemos sincriminalescon los que luchar, tendremos que trasladarnos a otra ciudad…»

Haciendo a un lado el sentimiento de culpabilidad que le surgía en el pecho, Momo siguió maquinando para que Akari utilizara sus recuerdos.

***

Una vez que llegaron a la posada, dejaron las Escrituras ‘especiales’ en una habitación junto con el equipaje.

Prácticamente la abandonaron como a un objeto. Sahara se quejó fervientemente de Menou cientos de veces en su mente, pero no había nadie que escuchara sus penas. Al fin y al cabo, no había necesidad de que Menou se paseara con las Escrituras que la contenían. Tenía las que había dejado Momo y, naturalmente, optó por usarlas en lugar de las suyas.

Así, Sahara había sido abandonada como a un residuo no deseado.

Menou se marchó en busca de Momo y Akari, como estaba previsto. Ashuna, quien había acudido al hotel con Menou, también se fue. Eso, al menos, le cayó como un profundo alivio.

En estosmomentos, Menou yAshuna eran una seria amenaza para Sahara.

Y al quedarse sola, sus pensamientos se agitaron.

Se había dado cuenta de algo en aquella área de descanso y se preguntó si merecía la pena informar a Menou de su presencia. Sinembargo, abandonó esa línea de pensamiento casi inmediatamente.

Ayudar a Menou, de la manera que fuese, no tendría sentido. Si estaba en problemas, Sahara realmente esperaba que le resultara complicado afrontarlos. Mientras Menou mantuviera en secreto la existencia de Sahara frente a Ashuna, eso funcionaría perfectamente.

No obstante, ¿qué podía hacer ahora?

Existir dentro de las Escrituras era una sensación extraña. Apesar de la falta de un cuerpo físico,su conciencia permanecía, lo que debería ser sido imposible.

Fue al descubrir que su mente estaba contenida dentro de unas Escrituras que comprendió exactamente la clase de Recipiente Guía que eran estas extraordinarias armas.

Sahara no tenía su propia forma. En teoría, eso debería significar que ya no poseía sus cinco sentidos y que no podía obtener ninguna información sobre el mundo exterior. Podía producir su propia apariencia con el encantamiento de las Escrituras que producían una proyección de Luz Guía, pero eso era sólo una ilusión. No tenía órganos físicos con el que escuchar o hablar.

Esa era la razón por la que el cuerpo, el alma y el espíritu se consideraban partes necesarias de la definición de vida.

Las Escrituras poseían una función que recogía datos, lo que permitía a Sahara hacer lo mismo. Sin embargo, curiosamente, no era la voluntad de Sahara la que recogía dicha información.

Las Escrituras eran un Recipiente Guía que existía para recoger conocimientos sobre el mundo.

Al asumir la función de esas Escrituras, Sahara se enteraba de lo que ocurría más allá de sus confines. En ese sentido, desde el momento en que pasó a formar parte de las Escrituras, ésta perdió su función original.

Todo el mundo sabía que las Escrituras eran complicadas herramientas de conjuración. Al mismo tiempo, al ser tan avanzadas, no había casi nadie, ni siquiera dentro de la iglesia, que comprendiera todas sus capacidades.

«¿Por qué existían las Escrituras? ¿Por qué estaban tan especializadas en la recopilación de datos que incluso podían conservar el alma y el espíritu de una persona?»

Seguramente no era para crear seres como Sahara. Sólo las sacerdotisas aprobadas por Las Fausto podían llevar una. Tenían que perfeccionar su aptitud para la Fuerza Guía y estudiar diligentemente los encantamientos antes de que se les diera unas Escrituras con la que trabajar para las iglesias de todo el país.

«¿Cuál era el propósito de proporcionar a las sacerdotisas dispersas por el continente artículos que recogían información automáticamente?»

Ahora que Sahara se encontraba en este estado, empezó a cuestionarse cosas que nunca se le habían ocurrido antes.

Lamentablemente, no había nada quepudiera hacer al respecto.

Parecía ser capaz de utilizar algunos de los encantamientos, pero eso no importaba si no podía moverse. Sólo existía para que la metieran en el fondo de una bolsa yla guardarandonde nadie la viera.Yuna vez que llegaran a la Tierra Santa, la alejarían de Menou para hacerle quien sabe qué.

«No me gusta nada esto…».

La situación distaba mucho de ser óptima, y ni siquiera podía trabajar para salir de esta.

No importaba lo que se le ocurriera, todo terminaría en vano. Eso era inmensamente frustrante.

«…tal vez  pueda  utilizar  alguno  de  los encantamientos para destruir esta habitación. Dudo que cambie algo, pero al menos sería un buen inconveniente— ».

Mientras sus pensamientos se desviaban por ese camino imprudente, oyó que la puerta de la habitación se abría.

¿Había vuelto Menou? Sahara dirigió su atención hacia la entrada y descubrió que la intrusa era una niña.

No parecía tener más de diez años, y sus pasos eran ligeros y  despreocupados mientras entraba. Probablemente se había equivocado de habitación.

La niña miró calmadamente a su alrededor. ¿Acaso no se había dado cuenta de que no era su habitación? Se acercó tambaleándose al rincón donde estaba el equipaje; donde se encontraba Sahara.

¿Pero cómo consiguió desbloquear el seguro de la puerta si esta habitación no era suya? Sahara se preguntó si Ashuna se había olvidado de cerrar la puerta, pero la niña era tan joven que no la considero una amenaza.

La niña vio las Escrituras y las levanto sin dudarlo, probablemente con la intención de jugar a algún tipo de juego. A estas alturas ya debería haberse dado cuenta de que ésta no era su habitación, y encima abrió un equipaje que no era el suyo. Sahara pensó que la niña se comportaba muy mal.

«Sin embargo, aunque sólo se trate de una travesura infantil, el hecho de que me roben sería una molestia». Si utilizaba la función de proyecciónde imágenes de las Escrituras, al menos podría fingir que era un fantasma o algo así.

Antes de que pudiera poner en marcha el plan para ahuyentar al intruso, la niña exclamó algo con puro regocijo.

—¡Pero por fin te encontré! ¡Sabía que percibía la presencia de Recipiente en algún lugar, y parece que acerté! Quizá todavía sirva para algo después de todo, ¿eh?

Los pensamientos de Sahara se congelaron.

La niña debía estar hablando de la Pureza Conceptual del Recipiente.

Comprendió muy bien que estaba hablando del corazón de la Sociedad Mecánica; uno de los Cuatro Errores Humanos Mayores. Cualquiera que conociera ese nombre no podría ser alguien ordinario, y mucho menos si se trataba de una niña ordinaria.

La desconocida soltó una risita inocente. Su rostro querúbico poseía rasgos elegantes, anudados por su cabello y ojos negros. Había tres agujeros redondos en la parte delantera de su sencillo vestido blanco.

—Esa señora fue muy tonta al dejar algo tan maravilloso tirado por ahí. Mm, pero supongo que ella tampoco sabe muy bien lo que eres. Aunque las Escrituras se basen en Marfil, los únicos conceptos que pueden alterar la forma del alma somos Recipiente y yo, ¿sabes?

Obviamente era consciente de la existencia de Sahara y le estaba hablando directamente. No respondió, pero la niña siguió hablando.

—No sé quién eres, pero hola; encantada de conocerte. Habrás rezado a ya sabes quién, ¿no es así? Si no lo hubieras hecho, no habrías acabado en este extraño estado. Sé que las Escrituras existen para complementar el espíritu, pero sólo se me ocurre una chica que podría sellar un alma ahí dentro. También es su culpa que hayas terminado así.

En esencia, la Sociedad Mecánica hubiera hecho realidad cualquier deseo que se le pidiera. Entraba en el cuerpo, luego en el alma y, finalmente, en el espíritu, asimilándose con el objetivo mientras concedía su deseo.

Cuando la niña evaluó con precisión su situación, Sahara se resignó finalmente. Manipulósu Fuerza Guía para activar un encantamiento, y la Luz Guía formó una imagen.

—«¿…quién eres tú?»

—¡Maa! Qué sorpresa.

Al ver aSahara del tamañode la palma de unamano, la niña exclamó con todo el deleite de un infante que vislumbra un hada en un sueño. Su reacción parecía tan deliberada que la irritó.

—«¿Estás jugando conmigo o qué?»

—Maa-maa, no te enfades, ¿vale? No creo que importe realmente quién soy. Si alguien que no conozco ya estuviera al tanto de mí, me decepcionaría.

—«¿Decepcionarte…?»

—¡Maa-maa! Porque soy realmente débil, ya ves. Comparada con esa rarita de Recipiente, tengo que admitir que soy una completa debilucha. Pero, aun así, ¡lo juro! ¡Demostraré aquímismoque también puedo hacer realidad el deseo de alguien!

Incluso cuando la niña apretó los puños e hizo una demostración de determinación, sus expresiones parecían un poco deliberadamente adornadas. Basándose en su forma de hablar, Sahara se aventuró a adivinar quién era realmente la niña.

—«¿Eres Pandæmonium?»

—¡Sí, así es!

La niña asintió rápidamente a la pregunta de Sahara. Ella era la peor y más vil de los Errores Humanos.

La progenitora de todos los males y monstruos del mundo levantó las sagradas Escrituras con ambas manos.

—Ahora  bien, mi querida  amiguita hada—. Pandæmonium sonrió con seriedad a la Sahara sin cuerpo y susurró: —¿Me dirás qué es lo que más deseas?

«Quiero ser alguien».

Mientras la envidia hacia el resto del mundo ardía dentro de su pecho, la encarnación del Pecado Original avivo las llamas.

***

En cuanto llevó a Ashuna a la posada, Menou volvió a ponerse su traje de sacerdotisa. La princesa no quería perder el tiempo para bañarse en las aguas termales, pero Menou declinó su invitación y se dirigió a la ciudad para recabar información.

El primer lugar al que acudió fue la estación; el principal punto de entrada a la ciudad.

Cuando Menou y Ashuna arribaron, la primera todavía estaba vestida de mayordomo; entre las razones por las que decidió cambiarse de atuendo estaba el hecho de que probablemente luciría demasiado sospechosa si intentaba pedir información con esas pintas, pero también resulta y acontece que la persona que buscaba iba vestida con una túnica blanca; el atuendo de una sacerdotisa auxiliar. Llevando la túnica añil de una sacerdotisa oficial, los locales podrían asumir que estaba buscando a alguna pasante revoltosa.

Sin mencionar que el ciudadano promedio solía fiarse de las sacerdotisas.

—Ah, sí, he visto a alguien así. Viaja con otra chica, ¿verdad? Se bajaron en esta estación hace tres días. Lo recuerdo bien porque se veían increíblemente disgustadas la una con la otra.

Preguntando a los empleados, Menou dio con un testigo ocular en su segundo intento. Dio las gracias a la empleada y echó a andar.

Akari y Momo estaban destinadas a destacar a menos que hicieran un gran esfuerzo por ocultarse. Momo podría haberse cambiado de ropa al menos, pero también debía querer aprovecharse de la confianza de la gente en las sacerdotisas.

Era casi seguro que Momo estaba en algún lugar de la ciudad. Debía estar operando bajo la suposición de que su intento de frenarlamonetariamente fueun rotundo éxito. A juzgar por su falta de esfuerzo para cubrir sus huellas o disfrazarse, era obvio que había bajado la guardia baja.

—Es demasiado descuidada…

«Quizás deba reeducarla en ese aspecto».

Sin embargo, esto jugaba a favor de Menou. Si adivinaba su posada basándose en el presupuesto de Momo, podría localizarlos con bastante rapidez.

Para cuando llego a esa conclusión, se encontraba en una zona vacía cerca de la estación. Hacía sus cálculos basándose en cuanto dinero le robo la fugitiva—cuando, de repente, una persona la llamo por atrás.

—Perdóneme, encantadora dama, ¿pero podría tomar un momento de su tiempo?

La voz era educada, pero tenía un toque jocoso en su tono. Menou estaba segura de haberla oído antes en alguna parte, pero no podía relacionarla inmediatamente con un rostro; algo raro en la sacerdotisa.

Buscando en sus recuerdos mientras se daba la vuelta, sus ojos posaron en una jovende cabello azul oscuro vestida con un kimono.

—Tu eres…

Ante la reacción de Menou, la chica desplegó su característico abanico de hierro y se lo llevó a los labios con una sonrisa traviesa.

—Hola de nuevo, señorita Menou.

—…Manon.

Manon Libelle era una chica que Menou conoció en la ciudad portuaria de Libelle, y a la que posteriormente ejecuto en lo que fue preámbulo de una violenta lucha.

La sorpresa sólo duró un momento. Luego, Menou levanto la guardia.

—De verdad, me alegro mucho de volver a verla. Sí, soy yo, Manon, la forma negativa del mal.

—¿…y qué se supone que significa eso? ¿Que eres la persona que acompaña a Pandæmonium?

—Hee-hee. Me gusta mucho esa presentación, la verdad.

A Menou le sorprendió el misterioso epíteto de Manon y su actitud amistosa. La sacerdotisa se preparó para desenfundar su daga en algún momento dado mientras respondía con cautela.

—Ha pasado un tiempo. He oído que pudiste haber ayudado al Director a escapar de su prisión en el Reino de Grisarika, pero aun así es decepcionante ver que realmente sigues con vida.

—Más o menos. Técnicamente, morí y fui devuelta a la vida, pero supongo que no importa. Yo, Manon Libelle, he vuelto de las profundidades del infierno.

Menou también había escuchado de Momo que Pandæmonium resucitó a Manon como un demonio.

Su situación no era muy diferente a la de Sahara. El cuerpo físico de Manon estaba muerto, pero su alma y su espíritu sobrevivían en otro recipiente.

Pandæmoniumcontrolaba la Pureza Conceptual del Mal. Era la base de todos las Conjuros del Pecado Original, y podía moldear y manipular el cuerpo, el espíritu y el alma que formaban la vida como si fueran arcilla.

—…solo para confirmar, ¿fue Pandæmonium quien te trajo de vuelta?

—Sí, así es.

Menou pensó en su encuentro con Manon en Libelle. Cuando Pandæmonium apareció, emergió del vientre de la joven Noble, lo que claramente acabo con su vida. Además, su cuerpo fue consumido por un monstruo.

En retrospectiva, Pandæmonium debe haber hecho eso para preservar el alma de Manon.