Shokei Shoujo no Virgin Road (LN)

Volumen 4

Capítulo 1: El Comienzo De La Fuga

Parte 4

—¿Entonces servir mesas entra dentro del ámbito de tus funciones? Eso sí, no niego que puedas encajar en casi cualquier sitio.

Ashuna asintió pensativa y luego señaló el asiento de enfrente con el tenedor. Fue un gesto grosero, impropio de una dama de su estatus, pero su nivel absurdamente alto de confianza lo hizo ver como algo aceptable.

—¿Por qué no te sientas? Puedes darme alguien con quien hablar mientras cómo.

—…me temo que debo declinar. Todavía tengo deberes que atender.

La chica mayordomo rechazó sin rodeos la invitación y giró enérgicamente sobre sus talones. Tendría que ir y venir de la cocina muchísimas veces para entregar la innecesariamente elaborada tanda de platillos. La mirada de Ashuna a su espalda era decididamente burlona mientras salía del compartimento.

El diseño interior de un vagón tan resplandeciente se extendía a sus pasillos. El suelo tenía una suave alfombra bajo los pies, mientras que el techo estaba grabado con delicados dibujos. Flores secas decoraban las paredes y llenaban el aire con un agradable y suave aroma que combinaba bien con otras decoraciones igualmente elegantes diseñadas y dispuestas para calmar el alma.

Sin embargo, en el pasillo, por lo demás vacío, la chica del traje de mayordomo lanzó un suspiro y tiró con resentimiento del dobladillo de su camisa a medida.

—Pedir dinero prestado es un asco.

Y es que, efectivamente, la chica a la que se le obligaba a llevar un traje de mayordomo y a atender a Ashuna no era otra que Menou, una orgullosa miembro de Las Fausto.

La razón por la que una sacerdotisa como Menou estaba jugando a disfrazarse y a servir la cena a Ashuna era muy sencilla: Estaba en deuda con ella.

Ashuna le había entregado un traje de mayordomo con lo prestado. Su condición para el préstamo era que Menou actuara como sirvienta.

—Que me convierta en mayordomo temporalmente es una condición tan absurda para prestar fondos. No es que sea del todo inesperado que su alteza Ashuna haga algo ridículo,pero aun así…—, refunfuñó para símisma mientras se dirigía al vagón de la cocina.

Iba vestida con un traje de mayordomo; no directamente disfrazada de hombre. El traje tampoco disimulaba en absoluto sus curvas femeninas; en todo caso, estaba diseñado para acentuarlas.

Por cierto, la reacción de Sáhara ante la situación actual de Menou fue francamente horrible. No dejaba de cacarear y sugerir que Menou debería convertirse en una empleada permanente de Ashuna, hasta que Menou finalmente la hizo callar empujando las Escrituras al fondo de su equipaje. No tenía intención de volver a sacarla en algún tiempo.

La extraña situación de Sahara seguía pesando en la mente de Menou. No podía calmar la sensación de que se le escapaba algo importante, a pesar de no ser capaz de precisarlo.

—¿Es  porque  la  Sociedad  Mecánica  estaba involucrada? No… ¿A lo mejor porque fue una especie de encantamiento que transforma el alma? ¿O es algo más…?

Menou siguió teorizando para sí misma mientras daba varias vueltas más por el pasillo vacío hasta que por fin se completó la comida. Ashuna lucía una sonrisa de satisfacción mientras sorbía el té negro. Parecía una gata mimada que se había acostumbrado a que la atendieran de pies a cabeza.

—¿Quién iba a decir que tener un mayordomo tan excelente podía ser tan agradable? Estoy totalmente satisfecha.

Menou, todavía vestido con el traje de sirviente, sirvió a Ashuna otra taza de té.

—Me alegro de que estés disfrutando.

—En efecto, lo estoy haciendo.

Menou no conocía a nadie más que disfrutara tanto de la vida. Y, sin embargo, era tan diferente a Ashuna que no sentía la más mínima envidia.

En cambio, se sentía muy incómodo en este tren. Había un intérprete en directo en un piano de cola en el vagón restaurante, por todos los cielos. Viajar en primera clase en este lujoso tren cuando no se trata de una misión de infiltración le parecía mal.

—En cualquier caso, su alteza, creo que le convendría más viajar simplemente con un sirviente normal en lugar de hacerme pasar por uno, ¿no es así?

—El problema con los sirvientes convencionales es que sólo pueden realizar trabajos convencionales.

—Entonces podemos estar de acuerdo en que el problema es de otra…

—¿Puedes culparme? Soy plenamente consciente de mi costumbre de meter las narices donde no me incumbeallá adóndevoy. Sería demasiado cruel de miparte que una sirviente se viera arrastrada a la batalla por mis aficiones.

—…pero no tienes intención de contenerte y comportarte como una princesa normal, por lo que veo.

—Si lo hiciera, ¿seguiría siendo yo misma? Además, no gano nada conteniendo mi naturaleza. Prefiero disfrutar del viaje a mi manera—. Una lógica egoísta, típica de la la voluntariosa y engreída Ashuna. Exhalo el aroma de su té negro antes de continuar. —En este caso concreto, te presté dinero porque conseguí que estuvieras en deuda conmigo, por supuesto, pero también me complace la idea de perseguir a Momo.

Menou se había resistido a dejar que Ashuna la acompañara. Después de todo, ella estaba en medio de una persecución para alcanzar a Momo. Traer a Ashuna con ella no parecía sino un dolor de cabeza.

Sin embargo, como le estaba pidiendo dinero a la mujer, no estaba en condiciones de negarse. Era mejor que perder patéticamente el rastro de su asistente porque la muy astuta le corto sus fondos.

—Ahora bien, no dudo de tus capacidades, pero considerando que estoy financiando esta búsqueda, ¿tienes alguna idea de dónde puede estar Momo?

—Por supuesto que la tengo. El hecho de seguirla no será tan difícil. Disculpe…— Menou hizo una pausa y sacó un mapa de su bolsillo. —Una vez que hayan cruzado los límites del desierto central, la primera parada de Momo será la misma ciudad a la que nos dirigimos.

—¿Hmm? ¿Cómo puedes estar segura? Si no conocemos las  intenciones  de Momo,    seguramente carecemos de información suficiente para determinar a dónde podría viajar.

—No, puedo predecir la  mayoría de los movimientos de Momo.

Dar vueltas y buscar a ciegas era una pérdida de tiempo. El continente era enorme. En circunstancias normales, reunir información sobre las dos fugitivas requeriría una cantidad de tiempo considerable.

Sin embargo, Menou sabía exactamente cómo funcionaba la mente de Momo.

—Sin duda, Momo está viajando en tren. En estos momentos les estamos siguiendo en una locomotora que va por la misma vía… afortunadamente, como este tren es más rápido que los ordinarios, ya deberíamos estar acortando la distancia.

—¿Cómo sabes que no están viajando a pie o en carruaje? Entonces es muy posible que las rebasemos.

—Lo dudo mucho.Unpar de chicascaminando a pie llamaría demasiado la atención, y Momo actualmente tiene a alguien que la está retrasando.

Momo estaba con Akari. Ella nunca elegiría ir a pie sabiendo que Menou la estaba siguiendo. En comparación con Menou y Momo, que habían sido entrenadas como Verdugos, Akari era mucho más lenta. Dos mujeres jóvenes viajando juntas seguro destacarían. Momo podría vagar sin llamar la atención de nadie, pero no con Akari a cuestas. Menou llevaba abiertamente su túnica de sacerdotisa mientras estaba con Akari para dejar claro a todos los que las rodeaban que era miembro de Las Fausto, evitando así las sospechas.

—Ya veo. La chica que vi en la playa del oasis, ¿eh?— Ashuna probablemente había adivinado que Akari

era una Errante. No insistió en el asunto, pero sus ojos se entrecerraron por un momento. —Pero, aunque sepamos que van en tren, ¿cómo vamos a seguir su rastro? Los TrenesGuía deben seguir lasvías, pero haymuchasparadas donde podrían desembarcar. También podrían hacer un transbordo a otra vía. ¿Qué piensas hacer al respecto?

—No necesito hacer nada. Mientras conozca su primer escondite, no necesito seguir su rastro más allá.

—¿Oh-ho?

Una mota de deleite escapo del tono de Ashuna; su interés despertó.

Mirándola de reojo, Menou trazó su dedo sobre el mapa mientras seguía el proceso de pensamiento deMomo.

—Momo no puede mantenerse en movimiento durante mucho tiempo con Akari a cuestas. Cuando crea que se ha distanciado lo suficiente, elegirá una ciudad con tráfico frecuente y se esconderá allí. Es probable que Momo esté operando bajo la suposición de que ha conseguido retrasarme, así que no elegirá una ruta demasiado temeraria. Todo ello reduces los lugares que elegiría para esconderse durante unos días.

Menou conocía las características de la mayoría de los pueblos y ciudades importantes del continente. Mientras explicaba su lógica, señaló un punto del mapa.

—En ese caso, es probable que se dirija primero a esta ciudad de la montaña.

Ashuna aplaudió ligeramente, elogiando el trabajo detectivesco de Menou.

—Oh, eres realmente buena. ¿Qué te parece? No me importaría  tomarte  como  mi  asistente  de  forma permanente.

—Me honra la invitación, pero me temo que debo rechazarla humildemente.

Menou mantuvo la actitud educada de una sirvienta mientras rechazaba con calma la oferta.

Ashuna sonrió con picardía, sin inmutarse por la fría respuesta de la chica.

—Bueno, si alguna vez cambias de opinión, la oferta siempre está abierta. Estaré encantada de tenerte. Sobre todo porque Momo estaría obligada a venir también si te pongo las manos encima.

—La respuesta sigue siendo no, a pesar de todo.

La propuesta era seria, pero eso no cambió la respuesta de Menou. El puesto de sacerdotisa no era tan barato como para dejarlo por una pequeña suma de fondos prestados, por no hablar de que estaría arrastrando a Momo con ella.

—Parece que usted está bastante obsesionada con Momo, su alteza. ¿Puedo preguntar la razón?

—No diría que estoy obsesionado, pero… aparte de su fuerza, por supuesto, Momo es muy entretenida de ver… y más aún tomarle el pelo.

—…te desprecia porque te burlas mucho de ella, ¿sabes?

—¿Me estás dando un consejo como su ‘senpai’? Aunque esigualmente divertido si ella me odia. Mientras no le resulte indiferente, significa que me tiene presente.

El comentario de Menou no pareció molestar a Ashuna en lo más mínimo. Por su respuesta, Menou tuvo que preguntarse si la palabra ‘descarada’ se había inventado únicamente para describir a la Princesa Caballero. Pellizcó su uniforme de mayordomo; sus labios se volvieron hacia abajo.

—¿Y este conjunto también forma parte de tus ‘burlas’?

—Puede ser, pero también es una precaución. No puedo tenerte esperándome vestida como lo haces habitualmente. Podría causar problemas si la gente se diera cuenta de que una sacerdotisa de Las Fausto está esperando a una miembro de La Nobleza como yo.

—Esa lógica tiene sentido en sí misma, pero tu elección particular de ropa me desconcierta.

—Bueno, sólo hay dos opciones si hablamos de servidumbre directa: un traje de mayordomo o uno de criada. De los dos, pensé que el del mayordomo sería más divertido.

Sus motivaciones eran tan abiertamente egoístas que casi le resultaban impresionantes.

Ashuna parecía claramente divertida mientras miraba a Menou de arriba abajo. Por su parte, Menou hacía tiempo que había abandonado cualquier atisbo de alma sensible que la hiciera sentirse avergonzada por un mero cambio de atuendo, pero seguía sin gustarle que jugaran con ella.

—No importa, piensa que es un disfraz. Aunque supongo que podría haberte prestado algo de mi armario personal…

—Me quedaré con el traje de mayordomo, muchas gracias.

La ropa de Ashuna no le quedaría bien a nadie más que a la propia Ashuna. Menou estaba segura de que no quería ponerse nada del escaso repertorio de la princesa.

—Realmente disfrutas mucho de la vida, ¿no es así, su alteza?

—Yo no diría eso. Incluso este viaje es sólo una forma de matar el aburrimiento.

—¿Oh?— Menou levantó una ceja.

Había más emoción en la voz de Ashuna de lo que esperaba, o de lo que la propia princesa probablemente pretendía transmitir.

Así que Menou se encontró planteando una pregunta que no había querido hacer.

—¿Por qué dejó el Reino de Grisarika, su alteza?

—Estoy segura de que lo sabes. No quise involucrarme en la refriega por la línea de sucesión tras la muerte de mi padre. Esa es la principal razón.

—¿También tenías otras razones, entonces?

Ashuna levantó la vista y miró el rostro de Menou con curiosidad.

—Eres sorprendentemente inquisitiva. ¿Te pico algo?

—La venganza, supongo. Desde que me obligaste a llevar esta ropa, parece que mi lengua es ahora más propensa a resbalar.

—Ya veo—. Ashuna se rio. —Bueno, para ser sincera, ya vez que odio a mi hermana mayor.

Su confesión provocó un silencio en la habitación. Sólo el ruido del tren ocupo el espacio.

A pesar de su afirmación, no había odio en la voz de Ashuna; ni ira, ni miedo. Si acaso había un sentimiento ahí, este rozaba la lastima. Era un ‘odio’ complicado, poco característico de la princesa normalmente directa.

—Por tu hermana, debes referirte a…

Sólo había otra chica en la familia real de Grisarika además de Ashuna: la hija mayor del rey.

Ella  poseía  mucha  menos  presencia  en comparación con la ampliamente reconocida princesa Ashuna. Pocas personas conocían siquiera su nombre. Menou sí, pero nada más. En lo que respecta a ella durante su trayectoria como Verdugo, la princesa mayor no tenía antecedentes que la hicieran digna de mención, para bien o para mal.

—Siempre fue propensa a enfermarse; una persona frágil. Tan frágil que una brisa pasajera podría tirarla al suelo. Se pasa la mayor parte del día en la cama yni siquiera puede caminar sin ayuda. Ha sido así desde su nacimiento.

«¿Qué significa eso?»

La descripción de Ashuna parecía que debía inspirar simpatía, no asco. La otra princesa sonaba como el polo opuesto de Ashuna, pero eso no explicaba el odio. Aunque la vistosa Noble valoraba la fuerza por encima de todo, no parecía del tipo que despreciará a los débiles.

«¿Quizás era al revés?»

—Entonces, ¿tu hermana mayor te detestaba por ser una prodigio natural

—No, me adora hasta un grado aterrador… si, supongo que es una formade decirlo. En todo elmundo, ella es lo único que me asusta. Su amor me asusta.

«¿Estaba su débil hermana mayor utilizando su posición para perseguir a Ashuna de alguna manera?» La princesa no respondió, contentándose con encogerse de hombros.

—De  haberme   quedado  allí más  tiempo, probablemente hubiera utilizado su influencia para ponerme en el trono. Incluso si volviera ahora, luego de lo que hice, ella seguro lo haría. Para ser honesta, no quiero volver. Jamas. Pero tendré que hacerlo, uno de estos días—. La voz de Ashuna goteaba de amargura. —Este viaje es una forma de matar el tiempo, pero también es un escape, un método para disfrutar de mi último periodo de gracia. Todavía no tengo respuesta a lo que debo hacer en realidad.

—Eso es sorprendente, dada tu afición a las decisiones precipitadas.

—Sí, eso es parte del problema.

Aunque Ashuna parecía vivir según sus caprichos, seguía teniendo sentido de la responsabilidad. No era susceptible de desprenderse de su posición.

—Y si puedo quejarme un poco más, está el asunto de la ejecución de mi padre por invocar a ese par de Errantes. Eso fue un serio inconveniente para mí. Ponerlo en la línea de fuego adelantó significativamente la cuestión de su sucesor.

Akari había sido traída a este mundo por el incidente de la invocación de Errantes que tuvo lugar en el Reino de Grisarika. Si Menou recordaba correctamente, Ashuna había huido del castillo real inmediatamente después.

—¿…quién es realmente tu hermana, su alteza?

—¿Quién sabe? Supuse que una persona en tu posición lo sabría, pero parece que no—. Ashuna hizo una pausa para mostrar una sonrisa. —Me gustaría que encontraras la respuesta en algún punto de tu viaje.

—¿Eso piensa…?

Sintiendo de nuevo que se burlaban de ella, Menou negó rotundamente, y mientras las dos seguían charlando, el tren retumbó.

Con la ayuda de Ashuna, Menou estaba en camino de alcanzar a las fugitivas mucho antes de lo que estas habrían esperado.

Fin del capítulo 1—