Shuumatsu Nani Shitemasu ka?(NL)

Volumen 1

Capítulo 3: El Bosque en el Cielo

Parte 2

 

 

El Hada del Almacén

A Kutori nunca le gustó mucho. Ella siempre le llamaba Kutori a su hermana menor y la traba como tal. Por supuesto, las hadas, quienes no nacían del vientre de una madre, no podían tener hermanas o algún hermano como tal. Pero ella justificaba su supuesta vejez y la relación con hermanas menores diciendo que originalmente venían del mismo bosque en la misma isla flotante, o ella vino cinco años más antes que Kutori. Colocando esos hechos coincidentes como evidencia de que le molestan más a Kutori.

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Aparentemente ella también tiene una gran habilidad con las Armas Excavadoras, otro punto que a Kutori no le gusta. Kutori recuerda viéndola volar en el campo, mostrando su gran espada, entonces vino marchando a casa con una gran sonrisa en su cara. Luego de regresar, ella siempre irrumpía en el comedor y bajaba el pastel de mantequilla, un ítem en el menú en ese momento, con una expresión de felicidad.

Una vez, en un capricho, el joven y la inexperta Kutori decidieron preguntarle algo.

[¿Por qué siempre usas ese broche, incluso cuando no se ve bien en ti?]

[Ahaha, eres demasiado honesta, Kutori. Harás llorar a tu hermana mayor ¿sabes?]

[No eres mi hermana mayor…]

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[¿Ehh? Bueno, ciertamente no puedo ser la hermana menor.]

[Estoy diciendo que no somos hermanas en primer lugar.]

Después de unos minutos de su usual brillante broma, ella relajo un poco su sonrisa.

[Una vez hubo una gran hermana también. Tome este broche de ella.]

[¿Tomaste? ¿Ella no te lo dio?]

[Ese era uno de sus tesoros. Ella siempre lo usaba y le tomo cuidado, así que si se lo pedía no escucharía.] En ese punto Kutori pensó que ella era más mala que antes, robando cosas importantes de otras personas, pero siempre reía a las miradas de juicio de Kutori.

[Yo la desafíe a varios juegos, demando el broche si ganaba. Las botas en nuestros cursos de entrenamiento, o concursos de comer, o juego de cartas. Pero nunca gane. Incluso así, me mantuve desafiándola porque era divertido.]

Kutori podía ver cómo terminaría la historia. Si Kutori no sabía que esta auto-proclamada gran hermana, significaba que ella ya lo había preparado por el tiempo en que Kutori vino. Kutori se mantuvo en silencio. No quiso preguntar nada, pero debe haberlo mostrado en su cara.

La ‘gran hermana’ palmeo su cabeza y se fue. [Bueno, al final, gané por default. Un día, ella fue a la batalla sin su broche puesto. Ella lo había dejado en el escritorio de su cuarto, así que se volvió mío.] Ella rio, incluso Kutori no podía ver lo divertido acerca de su historia. [Creo que luce mal en mí… pero siento que necesito usarlo.]

Otra vez, Kutori nunca le había gustado mucho. Pero, viendo atrás, tal vez ella no era tan mala, después de todo. Así que ese día cuando ella nunca volvió a casa del campo, Kutori fue a su cuarto. Detrás de su cuarto sin llave yacía un desorden de ropa interior, juegos de cartas, y otras cosas esparcidas. Entre el desorden, sólo arriba de su escritorio estaba limpio. Un broche plateado quedaba solo justo en el medio.

Por los pasados días, Willem no había visto a las hadas cerca. Kutori, Aiseia, y Nepheren. Todas las chicas grandes habían desaparecido en alguna parte. Después de pensar en ello un poco, él se imaginó que deben estar en una situación especial y decidió no seguir con eso más. Sin pensar en más, él simplemente decidió aceptar la situación.

El suelo aún retenía algo de sereno de la lluvia de la mañana. El equipó rojo, el cual había luchado por la primera mitad del juego, justo empezaba a regresar a la ofensiva. La motivación de los miembros del equipo estaba subiendo, y ellos accedieron a golpear el balón justo en la cara del capitán del equipo blanco durante la segunda mitad.

Un fuerte viento de pronto empezó a soplar el balón por el aire, guiando justo a la densa defensa. La chica que perseguía parecía ser del tipo que nunca se rendía y el tipo que no prestaba atención a sus pies cuando miraba al cielo. Añadiendo esas condiciones solo que la única posibilidad de sobrepasar. Determinada a tomar a su objetivo, la chica terminó cayendo de cabeza en el denso matorral.

[¡Hey! ¿¡Estás bien!?]

[Ow ow… esa fue una falta.]

El choque fue tan mal que una seria herida no sorprendería, así que cuando la chica se echó a reír, Willem suspiro de alivio. Entonces, un momento después, él se congelo en horror. Una profunda laceración apareció en muslo izquierdo de la chica, y la parte superior de su brazo derecho había sido perforado por una delgada rama. Afortunadamente, juzgando por la cantidad de sangre que salía, una artería no había sido dañada, pero era un gran arañazo que la chica se había hecho.

[Amabas lucen mal. Vamos a que te traten inmediatamente.]

[¿Ehh? Estoy bieeen,] la chica había respondido con desaire. [¡De cualquier manera, vamos a jugar! ¡Estamos cerca de hacer una recuperación!]

Willem no podía creer lo que escuchaba. ¿Tal vez la herida no era tan seria como lucia? Pero no importa cuántas veces lo revise, ciertamente podía necesitar curación inmediata, o la vida de la chica estaría en peligro.

[… ¿No duele?]

[Duele. ¡Pero, sabes, estamos disparando!] la chica, con una gran sonrisa en la cara, emocionada hizo un gesto a Willem para recomenzar el juego.

Él finalmente empezó a entender la situación. Como ella dijo, había un verdadero dolor, y tal vez un poco de ello. La chica – y las otras chicas, quienes no parecían detectar nada innatural en su comportamiento – simplemente no pensaron en la herida como gran cosa. Un escalofrió paso por su espalda. Él sintió como si estuviera rodeado por desconocidas y misteriosas criaturas. Tal vez no era un sentimiento del todo, pero más era que había fallado en darse cuenta hasta ahora.

[El juego acabo.]

Rugidos salieron de las chicas en protesta, pero Willem, prestándoles atención, entro rápidamente al almacén, llevando a la chica lastimada en sus brazos.

[…Así que, ¿por qué eres el que está deprimido y no la persona que está lastimada, pero eres la quien la lleva?] Vistiendo una bata blanca como ropa normal, Naigrat le pregunto a Willem.

La chica que yacía cerca de la cama con sus extremidades envueltas en bandas, hizo pucheros por la suspensión del juego de pelota. Willem se sentó en la silla, su cabeza se enterró en sus manos.

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[No me había dado cuenta hasta hoy… esas chicas no parecen tener mucho cuidado sobre sus propias vidas, ¿verdad?] Dando esa postura, él pregunto a Naigrat, quien esperaba saber algo.

[Hmm, supongo. Ciertamente es una tendencia.]


[Eso es normal… de cualquier manera, ¿qué son ellas?]

Naigrat se detuvo por un momento y suspiro, entonces regreso la pregunta, [¿Realmente lo quieres saber?]





Willem finalmente miro hacia arriba.

[Eres su agente, incluso si puede ser de título. Así que, si demandas información acerca de ellas, entonces no estoy en posición de rehusarme.] Su voz tomo un tono serio. [Para ser honesta, realmente no quiero decírtelo. Después de escuchar de esto, tu actitud hacia esas niñas cambiara. Al principio, pensé que eras un poco desagradable, pero ahora te agradezco que seas bueno con ellas. Si es posible, quiero que las cosas se queden así por más tiempo.]

[…Por favor, dime.]

[Bien entonces, supongo que no tengo alternativa.] Naigrat bajo los hombros. [Estrictamente hablando, esas niñas no están vivas. Sus cuerpos no tienen miedo a la muerte porque no están vivas en primer lugar. Sus mentes son diferentes, pero en una edad joven siguen los instintos de su cuerpo y fácilmente se vuelven despreocupadas.]

[Lo siento… no entiendo una sola palabra de que estás diciendo.]

¿No están vivas? ¿Qué tipo de broma es esta? ¿Cómo pueden ser chicas tercas, energéticas, y alborotadoras que él ve a diario… no están vivas?

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[Hmm… bueno, tampoco quería creerlo cuando lo escuché por primera vez.] Naigrat murmuró suavemente. Ella camino fuera del cuarto y le indico a Willem. Sígueme. “Quiero mostrarte algo”

Willem perezosamente se levantó y fue tras ella, aunque completamente perplejo.

[Los Emnetwyte. ¿Asumo que sabes mucho de ellos?]

[…Tanto como cualquier otro.]

[No necesitas ser modesto.] Ella rio. [La legendaria especie que gobernó la tierra por 5000 años atrás. Ellos no fueron bendecidos con ningún talento especial…]

Se dijo que los Emnetwyte carecían de gran tamaño como los Gigantes. Ellos no tenían refinada la magia como los Elfos. Sus habilidades eran malas en comparación a los Moleians. Su rango de reproducción podía nunca igualar a los de los Orcos. Y por supuesto, también carecían de una abrumadora fuerza como los Dragones. A pesar de ser una lamentable existencia sin habilidades superiores, los Emnetwyte gobernaron la tierra por un largo periodo de tiempo, defendiéndose de casi todos los ataques de las otras razas.

[Ah… ya veo.]

[Y una cosa más: ellos probaban cosas más deliciosas que las otras razas. Ese hecho había pasado por generaciones de Trolls.]

Esa leyenda necesitaba morir. En serio.

[Una de las razones principales de su fuerza era el sistema de armas las cuales viven bajo el nombre de Armas Excavadoras.]

[… Escuché eso antes. Anaala lo mencionó una vez si había descubierto una función en las Armas Excavadoras. Es fácil cubrir los costos de las siguientes salvadoras.]

[Mhm. Compañía De Comercio General las compró por el mínimo de 200,000 Bradals. Creo que la más grande había sido 8,000,000 Bradals.]

Ocho millones. Eso podía pagar la gran deuda de Willem 50 veces y dejar algo de sobra.

[Y… todas las Armas Excavadoras fueron reunidas por la Compañía De Comercio General.]

Naigrat dejo de caminar mientras llegaban al frente de una inusualmente y gran puerta. Una gruesa capa de metal cubría todo, con afiladas bordadas desde los bordes. El sistema de seguridad parecía más complejo que cualquier cerrojo ordinario, y la acompañaba una perilla de plomo que se sentía increíblemente pesada. En esto ‘el almacén’ fluía con vivacidad, el exterior de la puerta en frente de ellos se mantenía una estatua como un recuerdo oficial de la facultad de la armada.

[…Estamos dentro del cuarto.]

Naigrat abrió la puerta con facilidad y empujo para abrirla. Un sonido profundo como el rugir de un estómago resonó por todo el pasillo. Moho y polvo se mezclaban juntos para hacer una mala forma. La humedad se olfateaba en la nariz de Willem.

Casi como una tumba. Parecía como uno de esas donde estaba enterrado un rey antiguo con sus tesoros, y estúpidos ladrones tratando de robar algo, pero al final eran maldecidos. Willlem nunca había visto eso con sus propios ojos, pero él escucho muchas historias. Bueno, sí o no tales tumbas mantenían algo allí abajo, él no tenía idea.

El cuarto no tenía, luces. Él podía decir que algo yacía allí detrás de la oscuridad, pero no podía pensar qué.

[Es una estricta seguridad aquí, ¿huh?]

[Bueno, muchas cosas peligrosas están reunidas aquí.]

[… están en este cuarto.]

[Bueno, una gran cantidad de cosas peligrosas están reunidas aquí.]

El par se detuvo, esperando que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad.

[Armas de épocas pasas cuyas maneras de hacer, reparar, y blandirlas se han perdido para siempre. Las Armas hechas por razas sin poder para derrotar a los todo poderosos Dragones y Visitors. Armas que simbolicen la voluntad de resistir y la fuerza de la pelea. Armas que, a pesar de ser sostenidas por meros individuos, podría cambiar toda la guerra.]

Los sombríos contenidos del cuarto empezaron a convertirse discernible.

[Haha…] Willem rio nerviosamente.

Contra un muro colgaban una docena de espadas. Aunque él no podía verlo claramente, esas obviamente eran mucho más grandes que una típica espada larga que solía utilizarse para propósitos ceremoniales o combates personales. Sus longitudes variaban, pero mayormente se extendían a la altura de un hombre adulto, o ligeramente menos. La longitud proporcional de la empuñadura indicaba que las espadas eran blandidas con ambas manos.

Lo que las hacía claramente diferente a las espadas regules fue la estructura de sus hojas. Mientras Willem las observaba desde una cercana distancia, él pudo hacer la afirmación de las rajaduras que pasaban por sus cueros. Una incluso de buena apariencia revelaba parte de la espada en el otro lado una está con rajaduras ligeramente diferentes de color, sugiriendo que las rajaduras no son todas rajaduras, sino uniones.

Una espada normal venia de una sola masa de metal golpeado en la forma. Pero estas venían de docenas de acero fragmentado, todo acerca del tamaño de un puño, unidas juntas en una forma de espada rompecabezas.

[Kaliyons…]

[Así que es por eso que suele llamárseles así, ¿huh?]

Mientras Willem miraba por el cuarto una vez más, él sintió un repentino dolor en su pecho. Él reconoció una de las espadas. La Serie Percival producidas en masa por Kaliyons. Esas espadas habían sido tomadas a su cuidado en el tiempo que era un Quasi Brave novato sin un arma especial. Ellas no tenían Talentos individuales que construir, pero lo hacía con una razonable base de calidad e increíble flexibilidad – Willem podía hacer mantenimiento de emergencia en su espada incluso en medio del campo de batalla. Él nunca uso el modelo sucesor, la Serie Dindrane, pero estaba orgullo de los otros Quasi Brave que mejoraban su estabilidad.


Locus Solus. La espada favorita de un Quasi Brave, cuyo nombre él no podía recordar, peleo con Willem a lo largo de una batalla con Dragones al sur. Tenía un Talento para estimulación de músculos, pero desde que curaba habilidades malas, sus músculos siempre dolían como el infierno al día después de la batalla – Willem recordó a su compañero que se quejaba de eso.

A la par estaba Mulusmaurea. Un compañero Quasi Brave las había llevado al campo cuando fueron llamados refuerzos para defender la ciudad De Listiru. Él nunca consiguió la oportunidad de ver los Talentos en acción, pero él escucho de la habilidad que tenían ara prevenir la muerte a corto tiempo.

[Heh…]

Se sentía como una reunión de estrategia. Él mismo cayó al suelo, sin importarle que su uniforme militar se ensuciara. Levemente incinerando su Venom, Willem se concentró y dio a sus ojos la habilidad de ver las venas de hechizos. Las líneas de hechizos se habían unido y cortado y revuelto en cada forma.

Con esas espadas de mala calidad, ¿podían mantenerse peleando?

[Hay una cosa que quiero preguntarte.]

[¿Qué es?]

[Kaliyons era creada por los Emnetwyte por Emnetwyte, hombres haciendo milagros. Solo los escogidos Braves de la misa raza podían blandirlas. Ahora, no deberían ser nada más que antigüedades inútiles. ¿Así que por qué están reunidas? ¿Cómo peleabas con ellas?]

[Ya sabes la respuesta de eso, ¿verdad?]

Porque… ¿también somos Brave?

Ignorando la voz de la chica que se repetía en su cabeza, Willem pregunto otra vez. [Dime]

[Si los Emnetwyte ya no están más, necesitamos un sustituto. Esos niños son Leprechauns. La sola raza que puede actuar como remplazo de complemento para los Emnetwyte. Allí está la respuesta que estás buscando.]

[Ya veo…]

En lo profundo de su interior, Willem ya se lo había imaginado. Él se paró, sacudió el polvo de su trasero, y paso su mirada a la línea de Kaliyons.

[Así que esas chicas son compañeras ahora, ¿huh?]

Con un toque de soledad, orgullo, y pena, como si hablara de sus viejos amigos, Willem murmuró esas palabras.

¿Quién soy? Pensó el mismo. Unos cuantos detalles llegaron a su mente. Uno de los que aspiraba ser un Regular Brave. Uno de los que blandía un Kaliyon como Quasi Brave. Y, por último, uno de los que perdió esas cualidades en una batalla y ahora vive en un vacío cascaron.

Para convertirse en un Regular Brave, uno necesita un buen segundo plano. Por ejemplo, tener la sangre de un Dios en ti. O ser el descendiente de un Brave. O cuando nacieras en una noche especial mencionada como profética. O tu ciudad hubiera sido destruida por Dragones. O tu padre te pasara técnicas secretas de espada a ti. O que tu cuerpo tuviera el poder de un demonio sellado dentro. Todo los verdaderos Braves tenía un segundo plano como ese. Solo esos quienes estaban de acuerdo en manejar una fuerza inhumana podían tener la oportunidad de tomarla.

Así que Willem no pudo convertirse en un Regular Brave. No importa cuánto lo quisiera, él simplemente no reunía las cualidades. Sus padres vivían vidas simples trabajando en el negocio de algodón. Él creció en un viejo orfanato regular, nada particularmente feliz, pero nada particularmente miserable. Naturalmente, tal ordinario trasfondo podía ganarle solo a su ordinaria fuerza. Él no podía hacer absolutamente nada acerca de ello. Sería bueno si él al menos hubiera nacido en un barrio de una arcana escuela de espadas o algo como eso, pero parecía que el mundo no respondería a las circunstancias de Willem.

[No tienes talento.] Una vez, su maestro le dijo eso. [El sistema de Braves es fundamentalmente de élites. Legendarios héroes… esos que nacen con la sangre de un semidiós… el sistema fue creada para darle a esos tipos de personas la habilidad de desbloquear un gran poder. Vivían en u mundo completamente diferente al nuestro que simples guerreros quienes aspiran a la victoria en una pequeña escala. Llevan todo el mundo sobre sus espaldas.]

El maestro sacudió su cabeza. [Cualquier humano normal no debería ser capaz de cumplir ese propósito. Incluso si se fuerzan, pronto cederán… entonces no ser capaz de pelear sería al menos tu preocupación. Y Willem, desafortunadamente, eres uno de esos humanos normales.]

Un breve silencio continúo. El maestro tomo un profundo respiro y dio su último discurso. [No me hagas esa cara… no es como que disfrute aplastar tus sueños. Es simplemente la verdad que debo decirte y la realidad que debes enfrentar. Eso es todo]

Cuando él escucho esas palabras, Willem las rechazo. Él continúo rehusándose a rendirse. Mirando atrás, podía haber sido una reacción infantil. Pero en esa vez, él estaba serio. Él escogió negar las palabras de su maestro hasta el amargo final.

Willem recordó las 20 generaciones de Regular Brave apuntadas por la Iglesia. Él no sólo llevo la sangre del primer Regular Brave, sino también había nacido de algún reino. Cuando él tenía 9 años, una Armada de Elfos Oscuros ataco el reino, incineraron todo lo que quería a cenizas: sus padres, sus amigos, su ciudad. Mientras su despreocupación se deshacía en llamas, él escapo a una lejana villa remota, donde estudio técnicas de espada bajo un viejo general de la armada.

Un tiempo después, Willem se dio cuenta. Esa persona tenía una razón para poder pelear. Él tenía una razón para pelear. Tenía una razón del por qué debería pelear. Es por eso que todos, incluido Willem, no se dio cuenta. Nadie imagino la posibilidad.

Él. La 20 generación de Regular Brave. Nació con la fuerza para derrotar a la mayoría de demonios, soportando el dolor de perder a sus padre y ciudad, llevando las técnicas secretas de antiguo pasado, blandiendo una brillante espada capaz de pelear incluso con los Visitors. Él.

Él ni una vez soñó con pelear. Él simplemente se lanzó a una guerra de venganza porque no tenía elección. Él reto a los Dragones y a los mismos dioses porque él tenía que reunir las expectativas de otros. Él no era más que una marioneta manipulada por sus propios poderes y deseos de esos quienes podían usarlo.

Willen en el momento que se dio cuenta, él empezó a odiarse. Él nunca pudo perdonarse. Y, para ser honestos, él llevaba muchos de esos sentimientos incluso ahora. Mientras el sol llegaba más allá del horizonte, un rayo de luz empezó a fluir.

[Debí traer una sombrilla…] él murmuro suavemente, pero él realmente no se sentía así llegando al refugio a su cuarto.

La 68 Isla, distrito del puerto. El vestíbulo de toda la isla, contenía todas las facultades necesarias para aterrizaje y salida de naves. Él se paró en el cercano borde del puerto, dejándose vulnerable para la lluvia que caía. Unas cuantas nubes se formaron como ropa de algodón flotando por debajo de él. E incluso más allá de eso, él vio la gran expansión de tierra surcando todas las direcciones. No contenían rastro de los verdes bosques, o el azul de los ríos u océanos, o de los amarillos desiertos. La vista ente sus ojos contenía solo un mar de misterioso, y fangosa tierra gris. Pero antes de esto, incluso esa tierra gris fangosa se derretía en la absoluta noche.

Hubo unas cuantas cosas con las que estaba de acuerdo. Por ejemplo, el consumo de Venom. Venom es como un calorcito, o una flama. Primero se enciende con una chispa dentro de tu cuerpo, alimentando el fuego, entonces transfiere ese poder afuera. Pero este calor se coloca como una carga en el usuario. Si tratas de invocar más de una flama en cierta fuerza, tu propia vida será forzada a sofocarse. Este mecanismo coloca un sistemático limite sobre la cantidad en la cantidad de Venom a diferencia de las razas que pueden blandirlo.

Así que si hubiera una forma de vida retorcida cuyo cuerpo no estuviera estrictamente vivo, sería capaz de producir una enorme cantidad de Venom más allá de las otras razas que esperaban lograrlo. Ese poder, el cual probablemente sería incontrolable, pronto correría salvajemente y causaría una gigantesca explosión, mandado a volar al usuario y su enemigo, dejando atrás solo un hoyo con una Kaliyon en el centro. El arma suprema. No puede ser más efectiva, dado que una vez se usa, pero sólo teniendo eso como una opción llevaría el significa de lo valioso.

Una cosa más con la que podía estar de acuerdo: eran ciertamente fuertes. Una raza criada para la guerra. Toda su vida pasando con el solo propósito de la victoria. Llevando ese destino haciendo a esas chicas valiosas. Valiosos seres sucesores de los Regular Braves. Podían convertirse en la cosa que Willem luchó duro por ser pero que no pudo. Genial. Maravilloso. Probablemente también querían hacerlo. En ese caso, él debería estar feliz por ellas. Él debería bendecirlas. ¡Woohoo, increíble! ¡Voy a dejarle el resto a todas ustedes! ¡Buena suerte!

[…Quiero morir…]

Por supuesto, Willem lo sabía. En su más profunda lógica deficiente había sido creado por su propia mente en un desesperado intento por confortarse. Estando allí parado solo, sus pensamientos pasaron. Pero al final, ¿qué debería hacer? Un irreverente extranjero no tenía derecho a interferir en la guerra de Braves.

[¿–Hm?]

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Sobre su cabeza, rayos del sol brillaban, partiendo del gran océano de nubes. Una nave se aproximaba. Él no podía descubrir muy bien la silueta detrás de la luz brillante, pero él sabía con certeza que no era una nave de patrulla ordinaria o un barquero. Más parecía pequeño, pero lo más probable era que fuera un transporte de la armada.

Un profundo metal rechinaba por la humedad del aire de nave que el anclaba en el puerto. Chirridos salían desde el impacto de los bordes- tres anclas de atrás, medio, y gradualmente la detuvieron, bajando el desafiante ruido que había hecho.

La entrada principal del barco se abrió, liberando dos figuras humanas saliendo.

[Chicos…]

Willem inmediatamente reconoció a los dos como Leprechauns: Kutori y Aiseia. Ambas vestían un uniforme informal de la armada. Un traje que él no había visto antes. Algo estaba fuera de sí. Aiseim, con una mirada sombría sobre su cara, caminaba con una flácida Kutori apoyada contra su hombro.

[Hey hey, Wille, Segundo Técnico de Armas Encantadas. Buenas tardes.] Ella habló con su usual manera animada. [Seguramente es un lugar extraño para encontrarnos, ¿huh? ¿Tomaba una caminata bajo la lluvia?]

Aiseia probablemente se refería a una broma, o intencionalmente supuso mal, en un intento de mantener el tema fuera de su propia situación. Pero era por mucho la respuesta correcta. Bueno, no era gran cosa. Willem no era capaz de dejar que evitaran el tema.

[¿Qué les pasó chicas?]

[Hmm… bueno, estábamos en una situación similar a la suya. Tomando una caminata fuera de la isla… ¿puede aceptar eso como una explicación?]

[Por supuesto que no. Asumí que esto…] él vacilo. Si o no era aceptable preguntar más, él no podía decirlo, pero necesitaba hacerlo. [Ustedes regresaron de pelear, ¿verdad? Con las ’17 bestias’.]

[Ahaha, ¿cómo lo sabe?]

Kutori no dijo palabra desde que bajo de la nave. Esperando a ver qué tan mal se había lastimado, Willem camino cerca de ella.

[Ah – ella está bien. No hay nada que pueda hacer por ella. Si quiere ayudarla, tal vez pueda encargarse de eso por allí.]

Con sus ojos, Aiseia indico la montaña detrás de ellos. Lechosas gradas blancas cubrían todas las montañas de su cuerpo, sobre la cual estaba un uniforme militar. Agachándose para abrir la puerta, perezosamente empezó a salir de la nave. Cerca de la cima de la montaña, un par de ojos se abrieron y miraron a Willem.

– Ese era el Reptrance que Willem vio una vez.

[Ese uniforme… ¿eres Willem?] Él tenía una voz intimidadora, como el cascabel de una serpiente. Debido a su diferencia de estructura de gargantas, los Reptrace siempre tenían una pronunciación peculiar, incluso cuando hablaban con la lengua común en las islas.

[Sí… ¿y tú eres?]

[Carry,] el Reptrance dijo, completamente ignorando la pregunta de Willem, y fue a él, o más bien se lanzó a él, dos largos y delgados objetos.

Incisivamente, Willem extendió sus brazos para atraparlo. Pero el bulto, el cual no era tan largo comparado al cuerpo gigantesco del Reptrace, casi superaba el tamaño de Willem. De otra manera, mientras el Reptrace había sido capaz de forzadamente tomarlo y tirarlo a lado, era más pesado que cualquier músculo normal de un humano. Él fallo en tomarlos y los objetos cayeron al suelo, haciendo que el metal rechinara.

[Son…]

Envuelto fuertemente en trapos blancos estaban dos espadas largas.

[Las armas de esas dos. Llévalas de regreso al almacén.] El Reptrace repitió su orden y empezó a regresar al interior del barco.

[¡H-Hey!]

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[No tienes derecho a decir eso. En un lugar donde un guerrero se para, uno que no es un guerrero no puede entrar.]

Con eso, la puerta se cerró, ocultando la gran espalda del Reptrace.

[Ah, no te preocupes por él. Lizard-san siempre es así.] Aiseia lo dijo animosamente. [También, si puedes llevar esas espadas, que mejor. Como puedes ver, tengo las manos ocupadas con Kutori.]

[¿Está herida?]

[No, solo se sobre fatigó, así que ella se siente un poco débil. Después de descansar en la clínica, ella estará como nueva.]

[Ya veo.]

Willem recogió uno de las espadas que estaba en su pie. Incluso el delgado trapo envuelto, podía sentir una textura familiar. E incluso con la poca luz, él podía sentir que reconocía esa forma.

[Siniolis…]

[Ohh, seguramente sabes de espadas.]

Por supuesto que las conocía. Ni un solo Quasi Brave vivió durante el tiempo que no sabía ese nombre. Lo movía a la derecha y mataba dragones. Lo movía a la izquierda y derribaba a un Dios. Una de las primeras Kaliyons que siempre forjaría. El Asesino de Dragones Brown. El Dios Triturador. La Santa Espada de la Vaina Blanca. Había acumulado los suficientes apodos a lo largo de la historia y muchos logros para hacer un libro. Una Kaliyon entre las Kaliyons. El compañero del 18avo y la 20ava generación de Braves, un símbolo de heroísmo.

[¿Es tuya?]

[No, es de Kutori. Me asignaron la otra.]

Willem recogió la segunda espada.

[Valgalis.]

[Hmmm. Como que parece que sabes mucho. ¿Ya leíste la lista de nuestro equipamiento o qué?]

[No…] él agito su cabeza. [Pasa que sé de muchas de estas espadas.]

[Ah, realmente no sé a qué te refieras con eso, pero bueno.] Aiseia dijo, inclinando su cabeza.

[Voy a tomar también el equipaje.]

[¿Huh? Espera…]

Willem recogió a la flácida Kutori y la llevo en su espalda. Detrás de ellos, un chillido de metal sonó señalando la partida de la nave del puerto.

[…Eres más fuerte de lo que pensaba.] murmuró Aiseia, quien ahora no llevaba nada.

[Bueno, es mi trabajo ahora es ayudarlas.]

[Ohh, estás tratando de sonar genial, ¿huh?]

Willem empezó a caminar, con Aiseia siguiéndolo a medio paso detrás.

[¿Así que cuánto sabes? De nosotras.]

[…No mucho. Sé que son hadas… y están peleando para proteger las islas con las Kaliyons… o más bien Armas Excavadoras. Eso es todo.]

[Hmm… Ya veo.] Aiseia miro arriba al cielo. [Repulsivo, ¿no es así? Vidas desechables. Usando reliquias de los despreciables Emnetwyte. Algo muy asqueroso trasfondo si me preguntas.]

[No digas trasfondo… no eres un individuo en la historia.]

Pero ella estaba en lo correcto. Ese perfecto trasfondo del que hablaba era que se necesitaba esencialmente a los Braves. Lo más doloroso, lo más trágico, lo mejor. Sus destinos y destinar se revuelven todo en ese trasfondo, el cual implanta en ellas el poder de blandir los artefactos antiguos de los Emnetwyte. Eso no importaba si ellas mismas lo deseaba o no.

[Hace tiempo… conocí a alguien en una situación similar a las de ustedes.]

[Ooh, ¿una vieja historia?]

[No es lo suficientemente larga para ser una historia. Le debo mucho a ella, y nuca tuve la oportunidad de pagarle todas las cosas que hizo. Así que cuando escuché de ustedes, sentí que debería hacer algo para ayudarlas. Eso es todo.]

[Wow… fue realmente corta.]

[Te lo dije…]

Aiseia pateó una roca que estaba en el camino con una cara aburrida.

[Hmm… ¿Esta es la parte donde abres tu corazón a mí y tratas de construir nuestro amor? Ya que los dos estamos solo y eso.]

[¿No te estás olvidando que llevo a una cierta persona en mi espalda?]

[Kutori despertó en el medio y escucho todo, ¿sabes? Entonces unos maravillosos celos llenos de amor dieron nacimiento a un triángulo amoroso.]

[¿Qué diablos has estado leyendo últimamente?]

[El Desgarrado Triángulo.]

Willem había escuchado el título antes. Tomo lugar en una isla flotante ficticia, donde los personajes repetidamente se ocupaban trampas y adulterio, clamando que estaban en busca del verdadero amor.

Bueno, estando en el bosque casi toda su vida con solo otras chicas (y Naigrat), había aprendido de la sociedad de alguna manera. Aparentemente, reunieron información de fuentes como esas, las cuales era un poco inexactas, por decirlo así.

[Especialmente me gusta el tercer libro. Es una obra maestra.]

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[Me recuerda a que me lo confiscaron cuando regresamos. Los niños no deberían leer ese tipo de libros.]

[¡Qué opresión! ¿¡A quién llamas niños, huh!? ¡Además, ¿sabes todo solo con el título?!]

Muchas formas de entretenimiento y placer fluían por la ligeramente degenerada 28ava isla. Yendo de trabajo en trabajo, Willem escuchó un chisme de todas estas locuras. De cualquier manera, él decidió ignorar todas las preguntas de Aiseia.

[Mantén tu voz baja… vas a despertarla.]

Él sintió un ligero sacudón en su espalda, quejándose con un pequeño ronquido.

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