Accel World (NL)

Volumen 7

Capitulo 3: La De Suzaku

 

 

El camino que conducía desde la puerta sur del Palacio Imperial, la de Suzaku, hasta la construcción en sí tenía una longitud de unos trescientos metros.

A lo largo de ella había pilares rojos aproximadamente cada ocho pies.


Cada columna tenía dos metros de diámetro, por lo que el intervalo entre ellas, al final, era de seis metros. El grupo de samuráis patrullando no prestaba atención a la todavía en pie la sombra de los avatares detrás de ellos, pero podían verlos mientras se movían, o incluso oír el sonido de los pasos. Tras detectar un enemigo, atacarían de inmediato.

Es por eso que Haruyuki y Utai tuvieron que ladear el palacio por los bordes del Palacio Imperial, evitando cuidadosamente aquellos samuráis. Naturalmente, Haruyuki podría tratar volar con sus alas y sobrepasar cada uno de los treinta y cinco pilares, pero tenía miedo de los pájaros que volaban en el cielo, de forma similar a los halcones. Tal vez fueran sólo animales inofensivos, pero bien podían ser enemigo, lo que despertaría y alarmaría a todo el castillo

Pero, afortunadamente, sus alas seguían siendo útiles

A mitad de camino se agachó, tomó el cuerpo pequeño de Ardor Maiden en sus brazos y escuchó. En el camino, a cinco metros de distancia de ellos, con un fuerte ruido, enemigos al sur se hicieron notar.

Esperó a que se detuviera el ruido de pasos y, a continuación…

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Utai brevemente asintió con la cabeza. Al mismo tiempo Haruyuki abrió sus alas escamosas y las agitó suavemente mientras realizaba un salto de alta longitud en lugar del habitual que iba hacia adelante. Aterrizó suavemente a ocho metros, justo detrás de la siguiente columna. Al parecer el samurái no se dio cuenta y continuó yendo hacia adelante.

— Uf…— Haruyuki suspiró, pero rápidamente se topó con la mirada preocupante de Utai. De inmediato asintió tranquilizada, mirándolo con sus ojos de color rubí.

Haruyuki tenía un poco de experiencia en la lucha contra enemigos en el Campo Neutral Ilimitado, pero nunca había tenido que moverse en secreto en una atmósfera tan tensa. Durante más de veinte minutos, apenas tuvieron tiempo de ir a través de cien metros. Pero no podían correr. Debían ser extremadamente cuidadosos para concentrarse y moverse saltando.

A pesar de la complejidad de la situación, la pareja de Haruyuki permaneció tomada de sus brazos. En primer lugar, su «Vuelo» no requiere ser anunciado en voz alta como los nombres de las demás habilidades, está siempre estaba activa. Así que los samuráis no podían oírlos.

En segundo lugar, pocos podían compararse con Arita Haruyuki, cuando era necesario actuar tranquilamente y esconderse debajo de la hierba. Era poco probable que entre los trescientos sesenta estudiantes de la secundaria Umesato hubiera alguien con una habilidad de sigilo mejor que la suya. La clave para este caso era colarse abiertamente, por más paradójico que pueda parecer. Haruyuki jamás fue capturado cuando escapaba de sus compañeros de clase, por el contrario, él atraía la atención de los matones de forma voluntaria. Ninguno de sus esfuerzos fracasó.

Por lo tanto, a pesar de todo el cuidado no tenía miedo, y saltaba en lo posible, por supuesto.

Su barra de energía, la cual se había llenado debido al aliento de fuego Suzaku, parecía infinitamente valioso, su sesenta por ciento restante debía ser suficiente. Sólo tenía que tomarse su tiempo y saltar con cuidado entre los pilares. Era un trabajo fácil, pero pesado. Haruyuki se dio cuenta de esto después de limpiar el establo.

El siguiente grupo de samuráis pasó junto al poste. Utai asintió. El hizo lo mismo en respuesta. Aleteó con sus alas. Saltó.

Cuarenta minutos más tarde, por fin llegaron al último pilar, y ahora Haruyuki se permitió exhalar con alivio.

Las patrullas de enemigos al parecer no llegaban hasta este punto. Aún acostado en sus manos, Ardor Maiden miró a su alrededor para asegurarse que no había ningún peligro, y luego susurró en voz baja.

— Bien hecho, hiciste un gran trabajo, Crow.

— Sí… tú también, Mei. —dijo Haruyuki y suavemente la bajó al suelo. Se sentaron a la sombra de la columna, cuidadosamente mirando hacia adelante.

El centro del centro del Campo Neutral Ilimitado, y, en consecuencia, del mundo acelerado, el Palacio Imperial, o su castillo, estaba tan solo a cinco metros de ellos.

Siguiendo el estilo de la era Heian, el edificio era más una reminiscencia que un antiguo palacio, según Haruyuki vio en las lecciones de la historia. Pero era mucho, mucho más grande.

El techo de placas negras. Paredes blancas pintadas. Rojas columnas, ventanas enrejadas.

A su izquierda, sobre el final del corredor, la entrada principal se hallaba. Pero entrar a través de ella, probablemente… no, definitivamente no era posible. A su derecha e izquierda había dos grupos de enemigos que lucían aún más peligrosos, como demonios… o guerreros divinos. Se veían impresionantes.

— Crow… ¿Vas a luchar contra ellos?

— T, t, t, t, ¿te refieres?, n, n, n, ¡no bromees con eso! Con un solo dedo ellos…

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— Para ser honesta, yo también creo eso. Pero… ¿qué vamos a hacer en este caso? Según tengo entendido, sólo hay una puerta para llegar dentro del palacio…

— Uh, umm…

Haruyuki se mordió el labio.

Él podía decirle en lo que estaba fundado su plan, pero no sabía si ella le creería. Mas al mismo tiempo no quería mentirle a ella, una niña inocente que por más de dos años llevó una carga enorme en su alma, que ni siquiera podía imaginar. Así que decidió decir la verdad.

— Cuando estábamos durmiendo en la sombra del extremo sur tuve un sueño… alguien muy parecido a mí, hizo la misma ruta que nosotros, y llegó al palacio…

Todavía no podía recordar los detalles del sueño. Pero al ver la ilusión mientras avanzaba en el pavimento, fue capaz de recordar vagamente como la escena había terminado.

Haruyuki puso su mano debajo de los pies de una desconcertada Ardor Maiden y con cuidado la puso de pie, tirando de ella hacia él. Mirando a su alrededor y asegurándose que todo era seguro, utilizó sus últimos restos de energía para saltar

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Pero él no saltó a la izquierda, ni a la entrada, sino que fue directo a una ventana, en la quinta puerta a la izquierda.

En frente de una rejilla color roja, Utai tocó el suelo. Dio un paso hacia adelante, se volteó y sacudió la cabeza.

— Creo que… no se abrirá. Y romperla probablemente también sea imposible. Prácticamente todas las ventanas en términos del sistema están fijadas como objetos indestructibles…

Ella estaba diciendo la verdad. Si el si el campo de duelo normal del Brain Burst era como los juegos habituales, el Campo Neutral Ilimitada tenía más elementos de rol que llevaban a una aventura y batallas tácticas. En los campos convencionales la mayor parte de los objetos fácilmente podían ser destruidos, pero en el Campo Neutral Ilimitado eso no era tan fácil. En los RPG las puertas cerradas necesitan la llave adecuada. Así era también en el mundo real, si la puerta no estuviera abierta de cualquier forma, es imposible pasar a través de ella.

Pero Haruyuki solo asintió, y luego otra vez examinó la ventana.

Él extendió la mano, agarró la barra roja, susurró, y retiró su mano.

Y…comenzó a girar sobre su eje.

— ¡…! — Utai quedó sin aliento. Sus ojos carmesí se abrieron con sorpresa.

Ella se sorprendió por eso. Estas ventanas estaban cerradas con cierres metálicos en la parte inferior. Pero la traba de la ventana fue retirada. Desde el punto de vista del sistema podía ser considerada abierta.

Ardor Maiden en silencio se acercó a una ventana cercana y tendió su mano. Ella trató de abrirlo en la misma forma, pero no pudo. Era obvio que alguien estuvo aquí antes que ellos y abrió la quinta ventana desde el interior.

— ¿Sabías que esta ventana está abierta…debido al mismo sueño?— Utai preguntó en voz baja, mirando atrás, y Haruyuki asintió.

— Sí… en mi sueño vi que alguien se deslizó a través de ella… y abrió la cerradura.

— ¿No será la misma persona que rompió el sello en las puertas del sur?

— Eso… No lo sé. Pero, en mi opinión, esa escena no era un sueño…Y esa espada… — respondió vacilante Haruyuki excavando desesperadamente en sus recuerdos, pero todavía no podía dilucidar mucho.

En su memoria sólo surgían fragmentos caóticos que ni siquiera podía organizar en un orden cronológico. Tal vez podría ayudar aquel programa que grababa todo, desarrollado por los operadores de redes, pero, por desgracia, las aplicaciones de terceros solo funcionaban en el campo normal dentro del Brain Burst.

Por otra parte, aún mantenía la pregunta ¿Fue un sueño?

Después de todo, los sueños nacen de los propios recuerdos del hombre. Por lo tanto, no debería tener que soñar con lo que no sabía por sí mismo. Haruyuki nunca había penetrado en el Palacio Imperial. Y si era así, ¿de dónde habían salido los recuerdos de esa ventana abierta?

En este punto, en el lado este podía oír sonidos suaves, y Haruyuki inmediatamente volvió la cabeza en esa dirección.

El sonido provenía del estrecho sendero que conducía desde la pared blanca larga en los árboles del jardín de otoño. Una patrulla de samuráis acercándose. Las paredes del palacio eran patrulladas con poca frecuencia, pero la próxima vez serían vistos, lo que significaba que tenían que seguir adelante.

Intercambiado miradas rápidamente, Haruyuki y Utai asintieron entre sí. No iban a retirarse. Él asomó la cabeza, abrió la ventana y vio que en el interior no había enemigos. Entonces, rápidamente se deslizó dentro y ayudó a subir a Ardor Maiden. Cerrando la ventana desde atrás, rápidamente se escondieron debajo de ella

A través se oían los pasos pesados de la patrulla. Haciendo una pausa en la puerta, voltearon, y nuevamente se fueron hacia el este más allá de la ventana.

— Uf…— Una vez más Haruyuki suspiró.

Se miraron el uno al otro de nuevo, luego sacudieron sus manos sonrieron.

Por último…

Se las arreglaron para penetrar no sólo el Castillo Imperial, el cual según las leyendas era inaccesible, sino también en su palacio. Estaban muy cerca del corazón del mundo acelerado.

Pero, por desgracia, estaban casi seguros que alguien más ha estado allí antes. Por otra parte, si una persona hubiera roto el sello en la puerta de Suzaku, y otra abierto la ventana, serían dos los avatares que estuvieron antes en el lugar.

Pero si ellos estuvieran destinados a averiguar quién lo hizo, la respuesta a esta pregunta se encontraría en las profundidades del palacio. Sí, los pasillos seguramente estarían vigilados por enemigos aún más peligrosos que los de fuera, pero no había otra alternativa.

Haruyuki parpadeó por un momento, y luego dijo en voz baja.

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— Así que… ¿cuánto tiempo real ha pasado desde que nos sumergimos…?

— Unas siete horas… o 25.200 segundos. Divididos por mil, serían unos veinticinco segundos.

— Ya veo… significa que senpai y los otros tienen ya veinte segundos de haber regresado. ¿Cuánto nos quedará antes que desconecten el cable?

— Si se dan prisa, ese proceso les tomaría unos treinta segundos. Unos diez segundos más en tiempo real…o sea que sólo tenemos dos horas y cuarenta y cinco minutos — respondió al instante Utai, demostrando habilidades perfeccionadas en matemáticas.

Haruyuki, que todavía no había aprendido a hacer la cuenta entre el tiempo real y acelerado, asintió con la cabeza


— O bien llegamos a la final, o que morimos en el intento. Ambas pueden ser posibles. Vamos, Mei. Parece que el lado derecho es más seguro.

Se levantó sobre sus rodillas y le tendió la mano a Utai…

Pero ella sólo lo miró con sus ojos carmesí, sin apartar la vista.

— ¿…?— Haruyuki inclinó la cabeza en sorpresa. Ella con voz pensante replicó.

— Crow, desde que llegamos aquí, te has vuelto confiable y pareces tan seguros. Justo…

como mi hermano mayor.

Estas palabras inesperadas sobrecargaron dramáticamente la conciencia de Haruyuki. Sus ojos divagaron y se perdieron en alguna parte.

— Oh, wow, Mei, ¿por qué lo dices? ¿A qué te refieres?

Pero ella no respondió. En cambio, tomó la ofrecida mano y se puso de pie. En su cara hubo otra sonrisa, pero a la vez algo tris, entonces dijo.

— Vámonos. No sé si vamos a sobrevivir o no… Pero estoy dispuesta a confiar en ti con mi vida, Crow.

—… Bueno.

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Dejando de lado la cuestión, Haruyuki asintió.

Él se ofreció a entrar en el palacio. Eso significa que él debía defenderla. Y el hecho que ella fuera mucho más fuerte que él como Brain Burst era muy importante. Él estaba dispuesto a defenderla con su vida, para así no dejarla entrar de nuevo en el estado EK…

Comprobándolo por sí mismo, Haruyuki comenzó a caminar en el pasillo de madera. Sus oídos escucharon los ecos de una voz suave.

Escucha, hermano Haruyuki. Si cualquiera de nosotros… o ambos perdemos el Brain Burst…

Perderemos los recuerdos que tenemos uno del otro…

Estas palabras no se trataban de partes de un sueño. Las oyó hace dos días, el dieciséis de junio, el domingo. Volviendo de la Conferencia de los Siete Reyes, que se celebró en un campo regular en el jardín oriental de la residencia imperial, Haruyuki encontró de repente en su casa a la segunda generación de Rey Rojo, Scarlet Rain, Yuniko. Las palabras pertenecían a ella.

En ese día, parecía asustada. Aunque no sabía si estaba hablando de una posible pérdida del Brain Burst, sin duda tenía miedo sobre algo.

Pero, ¿de qué? Niko, la Reyna de color puro, era uno de los seres más poderosos del mundo acelerado, ¿a qué le podría temer? Tenía un armamento mejorado muy poderoso, dominaba perfectamente el poder de la encarnación de «aumento de poder de ataque» y «aumento de velocidad». Tal vez incluso podría huir de Suzaku sin ayuda.

Aunque… en realidad era menor que él, y tal vez ella realmente se asustaba a veces. Además, hacía seis meses, durante el incidente de Disaster Armor ejecutó personalmente a su propio «padre», la quinta generación de Chrome Disaster, Cherry Rook. En la realidad, los pocos amigos de esta chica vivían en un internado. Pero ahora que había recibido el Brain Burst y se trasladó a una escuela lejana, increíblemente Niko logró no parecer solitaria después de todo.

— Escucha, Mei…— él mismo sin darse cuenta Haruyuki enunció, sin dejar de caminar por el largo pasillo.

— ¿Sí?

Por algún tiempo trató de encontrar las palabras adecuadas para la sacerdotisa. Una vez que las recogió de su pensamiento, dijo.

— Una vez que volvamos por el portal…y nos liberemos de todos nuestros problemas, quiero que conozcas a alguien.

— ¿Quién…? ¿Un amigo? ¿En la realidad?

— Sí. Ella es dos años mayor que tú… en sexto grado. Es un poco descarada y grosera a veces, pero… es una persona muy buena. Y… si es posible, me gustaría verte con ella también…

De repente…

Sintió algo agudo en el pecho, un dolor muy punzante. El aliento de Haruyuki se detuvo y abrió los ojos como platos.

¿Qué es esto…? ¿Una premonición? ¿Evitaremos una tragedia?

¡Yo no lo permitiré!

Defenderé este mundo. Aquí, nadie va a sufrir. No estés triste. Ni Sempai, ni mi maestra, ni Taku, Chuyi… y, por supuesto, Pard o Niko. Protegeré este pequeño pero cálido mundo a toda costa.

— Crow. —de repente escuchó una voz preocupada y levantó la vista bruscamente. Volviendo a marchar junto a una niña, vio que ella miró hacia adelante con cautela.

Él siguió su mirada y vio en la oscuridad algunas figuras gigantes. Inmediatamente oyó el ruido de pasos pesados.

— Sabía que en el interior debería haber enemigos. — susurró Utai.

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Haruyuki asintió y miró a su alrededor. En la pared derecha había enrejadas ventanas, que podía abrir para salir al exterior, donde esperarían a que las patrullas enemigas pasasen.

En la pared de la izquierda había puertas pintadas corredizas. No podía ver algún tipo de bloqueo por lo que seguramente fueran decorativas…

Entonces vio otra ilusión misteriosa. Una silueta transparente estaba acercándose a la puerta a dos metros de distancia, la empujó a un lado y se deslizó dentro.

— Esto…— dijo con confianza Haruyuki y siguió los pasos de la ilusión.

Detrás de la puerta abierta se mostraba un corredor de madera similar. Al entrar en el nuevo espacio, suavemente empujó la puerta hacia atrás.

Pero antes que pudiera respirar, Haruyuki oyó un crujido más. La ilusión, similar a él en apariencia, deslizándose a lo largo del corredor. Por último, se detuvo frente a una puerta, la abrió y desapareció detrás de él.

¿Qué es esa sombra? ¿Por qué la veo?

A la cabeza de Haruyuki llegaron muchas preguntas, pero él sólo haría una cosa, seguirla.

Suprimiendo los ecos de dolor en su pecho, se concentró de nuevo, tomó de la mano a Utai y la llevó a la siguiente puerta.

Si intentaban pasar el Castillo del Palacio Imperial por sí mismo, evitando cuidadosamente los grupos de samuráis y sacerdotes, no hubiera sido suficiente siquiera un día entero. Los pasillos estaban muy abiertos y, por fortuna, de vez en cuando podían pasar a través de las columnas y estatuas, tras las que se escondían. Pero la ruta de las patrullas era muy confusas, ya primera vista muy difíciles de entender. Además, los pasillos y puertas eran similares entre sí, por lo que se perdería. Incluso con la brújula automática del Brain Burst sería complicado.

Haruyuki debía pasar este complejo laberinto en poco más de una hora, se sentía obligado a ir por la silueta que pasaba por delante de sus ojos.

El desconocido avatar delgado se deslizó más allá de las patrullas, como una aguja a través de la tela. En repetidas ocasiones reveló no distinguir paredes de puertas. Evidentemente no se trataba del eco de un sueño ni una ilusión.

Estos eran recuerdos. Por alguna razón desconocida, algún antepasado de Haruyuki penetró en el Palacio anteriormente y él podía verlo. No podía encontrar otra explicación. Pero si ese alguien se había adentrado profundamente en el palacio, tuvo que volver a salir vivo de allí, para transmitirle de alguna manera a Haruyuki sus memorias.

Por lo tanto, la figura seguramente lo guiaría hacia alguna Warp Zone.

Haruyuki creía en ello, y con valentía siguió la sombra, llevando de la mano a Ardor Maiden.

Naturalmente, los momentos peligrosos estaban. Pero al transcurrir una hora entera, ningún enemigo pudo encontrarlos, y pronto se encontraron en la entrada de una gran sala, que, al parecer, no estaba lejos de la salida.

— Esto es…— susurró Utai y apretó su mano.

Dentro esta habitación parecía más una catedral. Columnas rojas llegaban hasta el techo y las paredes estaban cubiertas de ricas pinturas sobre seda. Desde la habitación se olía claramente el concepto de «sala del jefe final» pero no había enemigo allí.

La densa atmósfera de la habitación hizo a Haruyuki suspirar. Él le apretó la mano en respuesta a Utai y comenzó a mirar con diligencia.

La silueta de recuerdos que les condujo hasta aquí, se acercó lentamente a la habitación, y luego desapareció en sus profundidades. Después de haberse decidido, Haruyuki lo siguió.

La sombra se deslizó entre las columnas…

Y, habiendo llegado a un cierto punto, en silencio desapareció.

— Y…— susurró Haruyuki y aceleró el paso.

Si la sombra se había ido, significaba que debía haber un portal. La habitación estaba fría y oscura, sin embargo un punto de luz azul era visible.

No… Hemos pasado por tanto, no puede ser así, tiene que haber alguna forma de salir en esta habitación.

Haruyuki se sobrepuso a unos diez metros a la carrera, pero se vio obligado a admitir lo que temía.

Había algo ahí. Pero esto no era claramente un portal.

A dos metros de distancia había dos pedestales de piedra color negro. La parte superior estaba unida a ellos con placas delgadas. Era evidente que estos pedestales no estaban aquí para decorar, algo debía haber en ellos.

Pero… los dos permanecían vacíos.

Alguien ya había tomado lo que antes sostenían. Muy probablemente, una de las cosas fue tomada por la silueta que llevó aquí a Haruyuki y Utai. Y esta era para él la clave para volver al mundo real. Portales de un solo uso.

— No puede ser…caminamos tanto…— los hombros de Haruyuki inmediatamente cayeron en señal de molestia.

Y luego…

Utai apretó el brazo izquierdo chillando.

— ¿…?

Girando bruscamente, Haruyuki vio hacia la joven sacerdotisa, perdiendo por completo su compostura, fascinada mirando el pedestal de lleno con sus ojos. Su rostro se estremeció, y de los labios salió una voz ronca.

— «Los pedestales de las siete estrellas»…

— Uh… ¿qué?— Preguntó Haruyuki. Un término que nunca había oído antes.

Él nuevamente examinó el pedestal y de repente se dio cuenta que contenían una placa de acero pequeña, posicionada en el frente. Se acercó y vio unas pocas líneas de texto grabado y un misterioso mapa.

Mostraba siete puntos conectados por líneas. La forma le era familiar. La había visto hacía apenas dos horas, en el cielo del jardín del patio.

Esa cola pertenecía a la Osa Mayor. De hecho, se trataba de la Osa Mayor.

… Argg.

Una puntada en su espalda. El dolor parecía aún más punzante que el anterior. Él trató de reprimirlo en su mente y dijo en voz baja.

— ¿Te refieres a las siete estrellas? ¿Qué tiene que ver la Osa Mayor en esa foto? ¿Sabes algo acerca de este pedestal?

Utai finalmente alzó la vista, y tan pronto como le fue posible en voz apagada dijo.

— En ese lugar una vez hubieron armamentos mejorados. Pero estos no eran sólo un arma o un escudo. Estos son unos de los más poderosos y legendarios de todo Accel World. Son llamados «The Seven Arcs».

— Seven… ¿Arcs…?

Este nombre ya lo había escuchado.

Y recordaba perfectamente el significado de estas palabras. El día antes de ayer, en la Conferencia de los Siete Reyes, los mencionó Sky Raker. La misma Reina Púrpura, Purple Thorn, poseía uno, «The Tempest». La espada azul de Blue Knight, «The Impulse». El escudo de Green Grandee, «The Strife». Ella dijo que todos ellos pertenecían a «Los Siete Tesoros».

Además, Raker dijo que estos artefactos eran sólo siete, pero hasta el momento sólo sabían de cuatro. Al parecer, la teoría de que debían ser siete, nació justo después de ver estas placas. Mirando más de cerca, se dio cuenta que la sexta estrella a la izquierda era más grande que el resto. Cada estrella tenía su propio artefacto.

— ¿Es decir que los artefactos que el Rey Azul y los demás tenían yacían en estos pedestales…? — Preguntó Haruyuki, tratando de expresar sus pensamientos lo más brevemente posible, y Utai inmediatamente asintió.

— Sí, así es. Los cuatro que poseen los demás Reyes fueron encontrados en las «Cuatro grandes mazmorras de Accel World»; una se encuentra en la administración de la ciudad en Shinjuku, el segundo en el parque Seebach, el tercero en el Tokyo Dome, y el cuarto bajo la estación de Tokio. Yo estaba en la cueva, donde encontraron «The Impulse», y vi su pedestal. Era exactamente lo mismo. Mira aquí, Crow. —susurró ella y señaló con el dedo el dibujo.

Había una frase breve. Se podía leer [開陽], pero el significado de la palabra Haruyuki no lo sabía.

— Mizar, es uno de los nombres de las siete estrellas de la Osa Mayor. En el pedestal de la espada estaba resaltada la primera estrella, Alpha, junto con la inscripción dice Dubhe. De igual manera, he oído que «The Tempest» corresponde a la segunda estrella, Beta, Merak; y «The Strife», el escudo, a la tercera estrella, Gamma, Phecda.

— Ya veo…— Haruyuki asintió, tratando de poner en su cabeza esa serie de nuevos títulos.

«Las cuatro grandes mazmorras», cada una ubicada al este, oeste, norte y sur del Palacio Imperial. En ellas había escondido un armamento mejorado único. En cada pedestal estaba el nombre de la estrella. Al mismo tiempo, todas formaban parte del mismo grupo de elementos.

Quienes las encontraron se dieron cuenta que eran parte de un mismo grupo, que incluía a siete en realidad dentro del Campo Neutral Ilimitado.

Ah, es una lástima no haber podido ser un Burst Linker antes. Probablemente podría haber explorado estas mazmorras, inventar tácticas contra sus jefes y encontrar estos armamentos reforzados. ¡Qué lástima que todo esto haya quedado atrás! — con pesar Haruyuki pensó, pero luego volvió sí. Su maestro, Sky Raker, le dijo que todavía tenía mucho por delante. Por otra parte, si él se hubiera convertido en un Burst Linker antes, es probable que ahora mismo estuviera luchando contra Nega Nebulous… y contra Kuroyukihime. Tenía suerte de ser su hijo, no hubiera querido otra cosa.

Haruyuki inclinó la cabeza y se arrepintió de sus pensamientos, y luego en silencio se dirigió hacia Utai.

— Por cierto, ya que durante la Conferencia de los Siete Reyes no pude ver el último de los cuatro tesoros actualmente conocidos, ¿me puedes hablar sobre él? Entiendo que, al igual que los otros tres, estaba escondido en el fondo de uno de las cuatro grandes mazmorras, y alguien ya lo había recogido.

— Estás hablando de… la cuarta estrella, Delta, Megrez, que estaba escondida en las profundidades del laberinto bajo el parque de Seebach. Sí, ese pedestal también estaba vacío, pero…— interrumpió Utai brevemente y tomó una mirada pensativa. — Según la inscripción en la placa, sabemos que este artefacto se llama «The Luminary», pero todavía no se sabe quién lo tiene. Al menos no sabemos de ningún caso de su uso en combate.

— ¿Eh…?

Esas palabras fueron inesperadas. ¿Alguien realmente ganó una de los armamentos mejorados más fuertes de todo el mundo acelerado y jamás lo había usado? Tal vez esta persona tenía miedo de ser cazada por poseer ese artefacto pero si tuvo la fuerza para pasar a través de la Gran Cueva, es poco probable que alguien pueda discutir el hecho que es digno del honor de ser dueño de él.

Además, la historia de Utai no concordaba con lo que sabía Haruyuki. Así que preguntó.

— Pero…Raker dijo claramente que había cuatro de ellos conocidos. ¿Considerando a «The Luminary», aunque solo sepamos su nombre por estar escrito en el pedestal?

— No…

Utai negó con la cabeza, tras lo cual giró y su cabello la acompañó en la vuelta. Entonces de alguna manera su voz se hizo más incierta y tranquila.

— «The Luminary» aún se considera como desconocida. El último de los cuatro armamentos que aparecen en el mundo acelerado… corresponde a la estrella de Mizar, y se suponía que estaría en la columna de «The Destiny».

— Mi… zar…— Haruyuki repitió esa palabra, y nuevamente miró el pedestal.

La estrella resaltada era la sexta. El nombre de la misma estaba debajo. Y aún por debajo de eso realmente decía «THE DESTINY»

Esta palabra era desconocida para él.

Pero de nuevo Haruyuki sintió la misma sensación extraña. Algo en su i corazón. Un pinchazo a través de su espalda que empezó a encenderse como una llama.

El mundo temblaba ante sus ojos. Pero no todo, tambaleándose aparecían ciertas palabras. Una carta con la palabra «The Destiny» se balanceaba y distorsionaba junto a otra palabra que no llegaba a dilucidar.

— Crow.

De nuevo sintió como si alguien le apretara la mano, Haruyuki se recuperó.

La ilusión se disipó, y la placa de metal nuevamente tomó su antiguo aspecto. La puntada en la parte de atrás, también, se había ido. Haruyuki parpadeó un par de veces, tratando de recordar las razones por las que dejó de hablar, y se apresuró a pedir disculpas a Utai con voz ronca.

— Ah…Lo… Lo siento. Estoy un poco… pensativo. Así que… ¿resulta que alguien realmente llegó aquí, tomó a «The Destiny» del pedestal, y luego la usó en los combates? ¿Cuál era su nombre? ¿También fue uno de los Reyes?


Pero en respuesta a Ardor Maiden negó con la cabeza brevemente.

— Lo siento… pero no lo vi con mis propios ojos…Lo que pasó con «The Destiny» ocurrió mucho antes que yo me transformara en una Burst Linker…

— Entiendo…

Debido a su impaciencia, Haruyuki asintió. Si un veterano tal como Utai, no sabía nada de este artefacto, entonces, ciertamente, Haruyuki que se había convertido en un Burst Linker hacía ocho meses, menos podría saberlo. Pero aun así, esa ansiedad, esa sensación de saber algo, algo que no podía recordar… no podía ser solo una ilusión.

Mirando al lado del pedestal de «The Destiny», Haruyuki se acercó, todavía llevando de la mano a Utai.

Este pedestal tenía exactamente el mismo tipo de placa. El grabado de la Osa Mayor era el mismo, pero tenía engrosada la quinta estrella. El texto debajo decía «Alliot».

— Alliot, así que…

— Sí. Es la llamada quinta estrella, Epsilon. Y el armamento se llama…

Juntos vieron en la parte inferior de la placa y leyeron en un susurro: «The Infinite».

— La primera vez que veo este nombre. Pero también está vacío, como el de al lado, entonces alguien ya lo ha… tal vez incluso la misma persona, se llevó ambos de aquí… resulta que este tendrá que sumarse a la lista de desconocidos con «The Luminary»

— Así parece…de hecho…— mientras movía la cabeza, dijo Haruyuki y suspiró.

El día en que se celebró la conferencia, por primera vez Haruyuki se batió a duelo en el campo en Chiyoda y vio por primera vez el Castillo Imperial. Kuroyukihime le dijo que se rumoreaba que adentro contenía armamentos increíbles.

Los rumores eran ciertos. Además, estos equipos podrían fácilmente exceder el poder de los armamentos del Rey Azul, Morado y Verde. Pero sólo encontraron sus pedestales, alguien los había tomado hace mucho tiempo. Haruyuki como un ávido jugador, se decepcionó profundamente.

— «The Infinite»… Me pregunto, ¿qué era esa cosa…? Al menos quisiera verla…— susurró con tristeza.

En ese instante.

Un pensamiento se metió en su cabeza, lo que lo obligó a mirar hacia arriba bruscamente.


En una de las cuatro grandes mazmorras en la que habitaban cuatro artefactos ocultos. En el medio del Campo Neutral Ilimitado, en las profundidades del Castillo Imperial, había dos. En total sumaban seis. Pero en cada pedestal había grabadas siete estrellas. Por esa razón, este conjunto se llamaba «Seven Arcs2». Y Utai dijo que recibían su nombre en honor a las siete estrellas de la Osa Mayor. Entonces…

— ¿Y dónde…? ¿Está el que falta…? — Dejó caer su pregunta.

— Yo también pensé en ello…— respondió Utai. — En esta sala, situada en el corazón del mundo acelerado, sólo hay dos atriles… pero en este caso, ¿dónde está la séptima estrella, «Alkaid»…?

Se miraron el uno al otro en silencio. Y luego…

— Permítame responder a esta pregunta. — A sus oídos llegó la voz de un hombre joven, clara, como el viento de otoño que sopla lejos las hojas de los árboles.

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