Monogatari (NL)

Volumen 5

Capitulo 1: Fénix Tsukihi

Parte 12

 

 

Senjougahara Hitagi, quien se encontró con cierto cangrejo entre la escuela meda y la secundaria, fue engañada por cinco estafadores durante esos dos años antes de que Oshino Meme finalmente resolviera su problema físico… hasta cierto punto, debe haber querido ser engañada, pero, en cualquier caso, el primero de ese quinteto fue Kaiki Deishu.

El hombre que fue el principio y el fin.

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El primer y último hombre.

Llamado el cazafantasmas.

Ese era Kaiki Deishu.

Un hombre de mediana edad vestido con un traje negro sable rematado con una corbata negra profunda, como si acabara de regresar de un funeral y estuviera de luto, era visiblemente siniestro.

Un acto de justicia de las Fire Sisters se había dirigido recientemente a este hombre siniestro.





Estaba posicionado como el villano.

Dejaré de lado los detalles más finos, pero había estado circulando encantamientos que utilizaban excentricidades, principalmente entre los estudiantes de escuela media locales. Cuando lo pensaba, era una estafa a gran escala, desarrollada sistemáticamente durante varios meses… lo detuvieron antes de que el daño pudiera volverse demasiado severo, lo que supongo que fue un rayo de luz.

Pero eso no significa que saliéramos ilesos. Karen fue picada por una abeja… y todos los eventos posteriores fueron una verdadera molestia. De ninguna manera diría que las cosas salieron bien.

Aun así, le dio a Senjougahara Hitagi la oportunidad de enfrentar a Kaiki Deishu directamente y lidiar con su trauma pasado… para experimentar una especie de cierre.

Expulsó todo el veneno de su sistema.

Kaiki Deishu prometió no volver a mostrarnos la cara nunca más y dejó nuestra ciudad para siempre… y, aun así.

Después de todo eso.

“¿Qué demonios estás haciendo aquí?”

“No seas tonto. ¿Pensaste que honraría nuestra promesa? Si es así, eres un idiota. La lección que debes llevarte a casa de esto es que las promesas están hechas para romperse.” Respondió Kaiki siniestramente mientras se llenaba la cara con un panecillo de arándanos.

Podría parecer siniestro incluso en un Mister Donut.

Uno pensaría que su imagen mejoraría al menos un poco, pero eso no lo hizo ni un ápice más lindo.

En ese momento hice un montón de afirmaciones difíciles, como que no debería volver a ver a Kaiki Deishu por el resto de mi vida y si nos encontrábamos de nuevo, probablemente seria para matarnos… Y ahora aquí estaba yo discutiendo con él en la tienda de donas del vecindario.

Tienes que estar bromeando. Toda esa charla imponente, se desperdició.

Incluso después de que yo (y Shinobu) caminamos y nos sentamos frente a él sin preguntar, él simplemente continuó comiendo, sin traicionar ni el más mínimo atisbo de sorpresa… una cosa que Kaiki no era, era normal.

Pudo haber sido un farsante y un estafador… pero cada centímetro de su ser era lo real.

“Eso es el tipo de cosas solía responder.”

Justo cuando casi abrí la boca, preguntándome cómo podría burlar al hombre desvergonzado, rápidamente Kaiki se retractó… el momento fue desagradable, como si estuviera tratando de molestarme.

“Relájate.” Dijo. “Por excepcionalmente raro que esto pueda ser, por el momento, de hecho, planeo cumplir mi promesa con Senjougahara… hacerlo se alinearía mejor con mis propios intereses. Claro está, los intereses del dinero. Nunca quise volver a visitar esta ciudad por segunda vez.”

“Sí, está bien, pero aquí estás…”

“Nunca quise hacerlo por segunda vez. Solo esta vez.”

“……”

¡El muy estafador!

¡Qué estafador!

En realidad, si iba a ser así, al menos esta era su tercera visita, ¿no?

Antes de la cuestión de que, si su habilidad era real o falsa, mucho de lo que dijo e hizo fue tan insignificante.

Era como si estuviera empapelando su pequeñez con ese barítono suyo.

“Kaiki… Ya sea que tuviste la intención de engañarnos o no, hiciste un gran espectáculo dando media vuelta y corriendo. ¿Por qué volver aquí a comer donas?”

“Recordé que tenía un cupón que solo es válido para esta sucursal… Regresé para canjearlo.”

“¿E-Es otra mentira?”

“Qué declaración más irritante. Nunca he tejido una mentira ni contado una falsedad.” Insistió solemnemente el estafador.

Este tipo realmente era incorregible… ya lo sabía, pero, aun así.

Hay que ver.

Pero tenías que admitir que el hombre tenía agallas.

Valentía… o simplemente era descarado. Demasiado audaz.

Tenía que saber que, si Karen o Senjougahara lo encontraban, esta vez no se iría de rositas… sin embargo, aquí estaba sentado descaradamente, sin siquiera intentar escabullirse. No hizo ningún movimiento para correr o esconderse, pero tampoco parecía tener un plan de defensa.

En primer lugar, naturalmente, jamás había confiado en que él, en el sentido más estricto de la palabra, cumpliera su promesa.

Cualquier promesa que no se haya puesto por escrito…

No era una gran promesa… aun así, para Senjougahara Hitagi, obligar a Kaiki Deishu a hacer una había sido suficiente.

Lo había sido.

Correcto…

El problema aquí no era tanto Karen sino Senjougahara.

Ella había corregido su carácter de una manera ejemplar, pero un tercer encuentro con Kaiki, en esta etapa, podría resultar en una recaída masiva.

Si volviera a sus hábitos de lengua ácida ahora, no sabría cómo manejarla.

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“Lo que dije sobre el cupón fue la verdad, y eso no es todo.” Dijo Kaiki sin rodeos usando lo que me sonó como la conjunción incorrecta. Se llevó su espresso doble a los labios… espera, ¿desde cuándo Mister Donut sirvió espressos dobles?

¿Hizo un pedido especial? ¿Por qué incluso su bebida era negra como un cuervo?

Se habla de personas que “se pone un aire siniestro”, pero en el caso de Kaiki, pareció exhalar un aire siniestro. Era como si aspirara oxígeno y emitiera humo negro. Su misma existencia era ominosa.

“Es un asunto pequeño y aburrido, así que no te preocupes, Araragi. Pronto estaré fuera de tu vista…”

“Preferiría que te fueras ahora mismo.”

“Si los deseos fueran ponis, joven. No quería verte a ti más de lo que tú a mí. Sufrí algunas pérdidas muy grandes gracias a todos ustedes… la única gracia salvadora es que tu hermana se ocupó de las secuelas y evitó cualquier gasto de mi parte.”

“……”

“Si yo soy una plaga para ustedes, ustedes también lo son para mí.”

Mientras Kaiki hablaba, mordió otro panecillo.

Realmente no le sentaba bien. Tan ominoso por dentro como parecía, ¿el hombre todavía disfrutaba de una comida dulce?

Por supuesto, no era otro que Oshino Meme quien había domesticado a Shinobu con donas… ¿tal vez ser un especialista en excentricidades exigía un alto consumo de azúcar?

“La verdad es que todavía me quedan más cupones.” Divulgó Kaiki. “Sin embargo, ahora que me has visto, es mejor que no los use. Me iré a vaciarle el bolsillo al primero que consiga. No quisiera demorarme y que traigas a Senjougahara.”

“Jamás haría eso.”

“Supongo que no. Sin embargo.” Dijo Kaiki, mirando a Shinobu, quien estaba concentrada en comerse sus donas a mi lado sin ningún interés aparente en nuestra conversación. “Eres un zorro bastante astuto, ¿no? Pareces ser tan malvado como yo. Mírate, a plena luz del día, en pleno verano, luciendo esta pequeña loli rubia por la ciudad, están tan satisfecho contigo mismo como para merecer un puñetazo.”

“……”

No la llames loli.

Y no estaba satisfecho.

Yo no era él.

Shinobu no se había molestado en ayudar durante nuestro enfrentamiento con Kaiki (debe haber estado durmiendo tranquilamente en mi sombra cuando ocurrió), así que en cierto modo era la primera vez que los dos se enfrentaban cara a cara… hmm.

Aunque humano, Kaiki era un especialista, como Oshino. Un especialista distinto de Oshino.

Me preguntaba cómo funcionaba la regla de Shinobu en este caso… especialmente porque no implicaba una excentricidad.

“¿Qué te parece, niña? ¿Te importaría si te tomo una foto? Te daré 500 yenes por toma… Podría ganar 500.000 yenes con ese material.” El estafador trató de hacer un dudoso trato con la vampiresa que estaba a mi lado.

No podías quitarle el ojo a este tipo de encima, era hábil.

Pero espera.

¿Honestamente Kaiki no se dio cuenta de lo que era Shinobu?

Bueno, supongo que, en última instancia, solo era un especialista en fraude… Él y Oshino eran en realidad tipos diferentes.

Así es.

Kaikino creía en excentricidades.

Para él, no eran más que herramientas que usaba en sus estafas. La abeja no existía… ni los vampiros.

“Hmph, te sugiero que busques en otra parte. Me estaría vendiendo por muy poco.”

“Puedes tener uno de mis muffins.”

“¡¿Un muffin?! ¡Amo, este bribón no es tan malo!”

“No te dejes engañar tan fácilmente.”

Ni siquiera pagaría 500 yenes.

De hecho, probablemente no había pagado todos esos muffins. En el peor de los casos, podría haber falsificado los cupones.

“Bueno, no soy tan tonto como para culpar a otras personas por sus predilecciones.” Afirmó. “Ofréceme una suma decente y no le diré a Senjougahara sobre estos gustos inusuales tuyos.”

“¿Intentas chantajear a la gente, así como así?”

La  estafa  era  una  segunda  naturaleza  para    Kaiki.  Aunque  me  traía  sin  cuidado  que

Senjougahara descubriese que había llevado a Shinobu a una cita (aunque si se enterara de

Hachikuji, podría estar en problemas).

“Nunca dejo de asombrarme.” Dije. “Que alguien como tú realmente exista. Apuesto a que ni siquiera tienes la información de contacto de Senjougahara.”

Ella había destruido su teléfono celular.

Y no se mudó a Tamikura-sou hasta después de que Kaiki la estafó… ¿aunque tal vez un estafador podría obtener fácilmente un número de teléfono celular?

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De cualquier manera, dudaba que Kaiki se hubiese tomado la molestia.

En lo que a él respectaba, Senjougahara Hitagi ya no valía ni un solo yen… de hecho, cuando vino a esta ciudad para hacer su estafa con los estudiantes de escuela media, había olvidado por completo que había una mujer joven aquí cuya familia él había defraudado y estafado.

Por supuesto, eso podría haber sido otra mentira. Pero al menos… Kaiki no había intentado acercarse a Senjougahara.

Y eso fue todo.

Incluso quitando el tema del dinero, o agregándolo para el caso, ahora mismo Senjougahara estaba arruinada y lo que Kaiki llamaba “una chica común”… ella no le interesaba de ninguna manera.

Lo cual… funcionó bien para nosotros.

Dejé escapar un suspiro.

Estaría mintiendo si dijera que llevar a Shinobu a una primera cita no me había dado un poco

de brío, aunque al principio me sentí molesto porque ella estaba interrumpiendo mis estudios…

Encontrarme con Kaiki lo arruinó por completo.

Ahora me sentí como si estuviera en ropa interior. El tipo era como un duende invertido. Era demasiado siniestro.

Qué contraste con Hachikuji, cuya mera vista me llenó de alegría… hoy me levantaban solo para ser derribado como en ese viejo programa de juegos, el Concurso Up-Down.

“Deja de mirarme de ese modo.” Se quejó Kaiki. “Esa no es la apariencia de un chico que le planta cara a un adulto.”

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“No, solo estaba pensando, realmente eres como un cuervo.”

“Un cuervo. Lo tomaré como un cumplido. El cuervo es un pájaro duro y muy inteligente.”

“Bueno, sí, supongo…” Su color negro azabache les dio una mala reputación, pero a juzgar por las apariencias no era justo. Incluso se decía que los cuervos traían buena suerte en algunas regiones. “Sin embargo, tiran basura y hacen un desastre.”

“Recogen la basura porque los humanos la tiran. En la gran escala planetaria, son los humanos los que están tirando basura.”

“Pareces del tipo que odia ser amigable con el medio ambiente…”

“Hablando de hacer un lío, el otro día vi un cuervo comiéndose una paloma. Fue una vista impresionante, una explosión de plumas a su alrededor.”

“Preferiría no imaginarme eso…”

Qué conversación tan deprimente… Un breve intercambio de palabras con Kaiki no valía la pena. No es que quisiera divertirme charlando sobre pájaros con un tipo como él.

No solo los cuervos, sino los pájaros en general, eran criaturas duras y tenaces… Eso ya lo sabía. Olvídate de las charlas triviales, debería haber elegido ignorar a Kaiki en el momento en que lo vi… pero Shinobu me había empujado.

Como no iba a insistir, necesitaba preguntarle… y me senté en su mesa sabiendo muy bien que la experiencia sería desagradable.

Sin embargo, proteger a Senjougahara era mi mayor incentivo, por supuesto.

“Kagenui Yozuru y Ononoki Yotsugi. Las conoces, ¿verdad?”

Había formulado mi pregunta de una manera tan innecesaria porque no quería crear oportunidades adversas para Kaiki. Si no lo sabía, no lo sabía, y si no tenía ganas de decírmelo, estaba bien. Lo único que no quería era que él hiciera esto complicado y exigiera el pago de la información.

Realmente no estaba interesado en regatear con un estafador.

Desafortunadamente, los trucos superficiales de un chico cualquiera no eran rival para las artimañas astutas de un adulto.

“¿Quieres saber? Te lo diré. Paga.”

Kaiki sacó el pecho con orgullo.


Qué silogismo.

Demonios, el muy avaro… aunque en su caso fue más como un saqueo.

Este era un hombre que declaró que valoraba el dinero más que su propia vida. Así como las Fire Sisters defendieron los ideales de justicia, Kaiki defendió los principios del capitalismo.

Molería la justicia bajo su bota… sin pestañear.

“Encontrarnos casualmente de este modo ser el destino, Araragi.” Dijo. “Considerando nuestro historial, podría ofrecerte un descuento. Ni siquiera pediré un cupón.”

“Una oferta, eh.”

Qué desgraciada coincidencia… pero tenía que aprovecharla al máximo, es cierto.

“Está bien… ok.”

No valía la pena discutirlo. En el momento en que me hizo pensar de esa manera, ya había caído en la trampa del estafador y me había convertido en un blanco fácil. Pero eso no significaba que estuviera procediendo sin un plan.

Quedarme como un bobo y hacer que me subestime me pareció una buena idea.


¿Por qué ponerlo en guardia? Un estafador desconfiado no era motivo de risa.

“Pero no más mentiras.” Advertí. “Esta loli rubia posee la asombrosa habilidad de ver a través de todas y cada una de las mentiras, ¿de acuerdo?”

“¿Y ahora quién miente? Te daré crédito, tienes un poco de descaro tratando de engañar a un estafador.” Kaiki se burló de mí.

Por supuesto que vería a través de una mentira tan descarada… y me subestimaría. Sonreí interiormente, complacido conmigo mismo.

“Sin importar cómo la mires.” Continuó. “Ojou-chan es una extranjera. Parece tener problemas con el idioma y probablemente no puede entender la mitad de lo que estamos diciendo.”

Si quería decir eso como una broma, entonces tal vez Kaiki Deishu tenía una personalidad bastante única… Pero no, podría ser otra de sus artimañas.

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Él ya había estafado a decenas de estudiantes de escuela media ingenuos de varias maneras… tal vez yo no era el único que intentaba hacerse el tonto. No pude ser lo suficientemente cuidadoso. Este hombre siniestro era un estafador que había logrado engañar incluso a Senjougahara Hitagi.

Ahora que lo pienso, después de haber sido engañado por él, Senjougahara fue tan lejos como para cometer la atrocidad de secuestrar a su novio solo para evitar que yo me acercara más a Kaiki… y no tuviese algo que ver con él.

Si ella supiera que estaba inesperadamente sentado cara a cara con él, podría volver a perderlo todo.

Haaaaa… Ahora tenía un secreto que ocultarle a mi novia.

Sin embargo, realmente era agotador enfrentarse a Kaiki de esta manera.

Esto no es nada divertido.

Mi barra de salud se estaba reduciendo a cada segundo.

“Entonces, ¿cuánto quieres…? Por información sobre las dos.” Dije, sacando mi billetera mientras hablaba. Ya había gastado unos 1.500 yenes para comprar diez donas y dos tazas de café… como alguien que vivía de una mesada y dependía de sus padres, no podía permitirme ser demasiado descuidado con mi dinero.

Tenía la esperanza de llevar a Senjougahara a otra cita una vez que regresara de la casa de sus abuelos.

Sin embargo, estaba tratando con un adulto, y las monedas en mi bolsillo probablemente no eran suficiente.

¿Serían suficientes dos mil yenes?

Abrí mi billetera y saqué billetes de dos mil yenes, pero no estaba seguro. Fue entonces cuando Kaiki me arrebató la billetera de la mano con el movimiento más natural y practicado, diciendo: “Déjame ver.”

Oh, mierda, ¿“déjame ver”?

El movimiento fue tan sutil (un juego de manos que casi se podría llamar hermoso) que ni siquiera apreté mi agarre por reflejo para evitar que me robaran la billetera, y él simplemente me la quitó… era el tipo de destreza que se adaptaba mejor a un carterista que a un estafador.

Desde el punto de vista de Shinobu, sentada a mi lado, podría haber parecido incluso como si hubiera entregado la billetera sin resistencia. Me estaba mirando como si pensara que su amo era un idiota.

“Hmph. Supongo que esto servirá, Araragi. Aceptaré esta minúscula cantidad para desearles a ti y a Senjougahara, la joven pareja, buena suerte en tu vida futura.”

No era necesario ser capaz de ver a través de las mentiras para saber que sus palabras desinteresadas eran completamente insinceras. Deslizó mi billetera en el pecho de su traje fúnebre.

¿El idiota acaba de robarme toda la billetera?

Él era el verdadero monstruo diabólico. Los cuervos eran lindos comparados con él.

A menos que, siendo Kaiki quien es, tuviera que agradecerle por dejarme con unos generosos dos mil yenes.

Pero esta no era una historia conmovedora en la que la billetera en realidad solo contenía los billetes de más denominación. Mi preciada cantidad de 10.000 yenes estaba ahí, ¿de acuerdo?

“Ah, si hubiera actuado de la misma manera, podría haberme dado un festín con muchas más donas…”

Mientras decía eso Shinobu asintió varias veces con profundo énfasis e interés.

Como una excentricidad, ella era susceptible a los estímulos circundantes y estaba recibiendo algunas malas influencias del mundo humano en tiempo presente progresivo.

Algunas personas no pudieron evitar ser una influencia negativa, pero deseaba que Kaiki mostrara un poco de indulgencia.

O verdadera indulgencia.

“Por supuesto, para mí no existe una cantidad minúscula de dinero.” Señaló Kaiki. “De hecho, fui yo quien ideó la frase: ‘Cuida los centavos y las libras se cuidarán solas’.”

Ahora mismo Kaiki estaba pasando de mentiras a alardes engañosos. Era ominoso, y las cosas que decía no tenían sentido. ¿Qué tipo de vida cotidiana llevaba este tipo? No podía imaginar lo que hacía en privado cuando no estaba haciendo estafas.

O tal vez estaba de guardia las 24 horas del día, los 365 días del año como un estafador constante e incansable.

Como lo real y como una falsificación.

Pero como las cosas ya habían ido mal, probablemente sería mejor si me apresuraba y hacía mis preguntas… de lo contrario, podría cobrarme más como uno de esos binoculares codiciosos en la cubierta de un observatorio.

“Ahora dime. Sobre Kagenui Yozuru y Ononoki Yotsugi.”

“Hmph. Por supuesto que lo haré… He recibido mi pago, por lo que ahora es una transacción válida. Pero Araragi, el hecho de que me estés preguntando debe significar que ya tienes alguna idea de tu respuesta.” Señaló Kaiki con calma.

Su rostro era apenas inexpresivo, pero no podía leer nada en él… e incluso si pudiera, sin duda estaría equivocado. La suya era la verdadera cara de póquer.

Esto también fue algo que me dijo Hanekawa.

El término ha llegado a significar un rostro completamente inexpresivo, como en uno que no traiciona ninguna emoción, pero aparentemente su sentido original era diferente. La capacidad de evocar en tu rostro una emoción completamente ajena a la que realmente sentías… esa era la verdadera cara de póquer.

Tenía bastante sentido ya que un juego había dado lugar a la palabra. El solo hecho de mirar en blanco no era suficiente para engañar a tus oponentes.

No podías engañarlos o fingir.

No esconder expresiones, sino hacerlas. O para dar un paso más…

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No esconder emociones, sino hacerlas.

Así era como hacías honor a la expresión.

En ese sentido, Senjougahara Hitagi, cuyo rostro había sido como hierro fundido hasta hace poco, habría sido una estafadora de segunda categoría.

Tal vez podría ocultar expresiones.

Pero no podía fingir emociones.

Si pudiera, nunca habría visto a través de su acto…

En ese sentido ella era bastante torpe.

“Esas dos son especialistas. Cazafantasmas, como yo.” Kaiki declaró como si no me estuviera diciendo nada más especial que las preferencias culinarias de un conocido. “Sin embargo.” Agregó. “Mientras que yo soy un farsante… ellas son verdaderas. Si soy un estafador, ellas son onmyoji.”

“……”

Onmyoji.

Al oír esa palabra, me volví hacia Shinobu, pero ella estaba completamente absorta en sus donas como si nada de lo que él tuviera que decir pudiera interesarla. Hablando de ser antisocial.

“Dije ‘esas dos’ por costumbre.” Kaiki procedió a corregirse. “Pero estrictamente hablando, Kagenui sería el onmyoji, mientras que Ononoki parece ser un shikigami… hay que ver. Yokai, fantasmas, esas dos son un dolor de cabeza con su pasión por lo oculto.”

¿Por qué no dicen la fortuna por tipo de sangre? Se quejó.

La pareja no me había parecido tan desagradable… pero tal vez la cosa iba más allá de las apariencias.

Le pregunté a Kaiki: “Entonces, ¿las conoces?”

“¿Qué te hace pensar eso?”

“Bueno, la forma en que hablaste… no lo sé. Algo sobre tu elección de palabras.”

“Solo sé sus nombres. Kagenui es bastante conocida en el negocio… Excentricidades, así las llaman. Tendrías que ser un charlatán para no conocerla, pero en realidad no la he conocido. Alguien real como ella no presta atención a los falsos como yo… En cualquier caso, soy una especie de charlatán.”

Me había respondido negativamente.

Hmph.

De alguna manera me pareció significativo que se hubiera referido a Kagenui y Ononoki como “esas dos”, lo cual sonaba personal… pero no era más que una cuestión de elección de palabras.

La elección de palabras podría ser como un juego de palabras, pero no eran lo mismo. También hubo claros deslices de lengua. Al igual que los hermanos y hermanas tenían su propio lenguaje, tal vez los expertos formaron una comunidad a través del idioma.

“Ya que estamos en eso, Araragi, hay algo que también me gustaría preguntar… aunque obviamente no pagaré por el honor.”

“……”

Seguro.

Tu pregunta.

“¿Cómo sabes de ese par? Mientras recorras un camino de vida recto y correcto, es incluso menos que probable que te involucres con ellas que conmigo.”

“No sé sobre involucrarme… Me pidieron direcciones, eso es todo.”

“¿Así que no sólo te cruzaste con sus nombres, sino que las conociste cara a cara? Eso es incluso menos creíble… ¿estás tratando de engañarme?”

“Eres la última persona que debería dudar de la sinceridad de alguien.”

“¿Estás seguro de que no te equivocas? Quizás dieron nombres falsos…”

“¿Estar parado en la parte superior de un buzón o decir ‘con una mirada fija’ sin mostrar expresión alguna te suena a algo?”

“Hmph. Son ellas.”

Kaiki asintió.

Así que eso fue suficiente para verificar sus identidades…

“Ahora que lo pienso, hoy ha sido un día extraño.” Observé. “No puedo creer que me haya encontrado con tres ‘autoridades’ en un día… uf, la coincidencia da miedo.”

¿Quizás porque fue Obon? Aunque eso sería un pensamiento oculto.

La parte más aterradora era que la tarde apenas había comenzado… a este paso, podría encontrarme con otro experto antes de que anocheciese.

¿Se estaba presagiando el regreso de Oshino Meme? ¿Era un período previo a la reentrada del hombre Aloha?

En cuyo caso… uh, bueno, ¡mira, no lo sé!

“Coincidencia, eh.” Kaiki captó mi palabra. “Araragi, utilicé la palabra hace un momento para decir que un encuentro como este debe ser el destino, pero las ‘coincidencias’, como se las entiende generalmente, son un asunto complicado… y, en general, producto de la malicia.”

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“¿Malicia?”

“Sí, malicia. Nada como el destino.”

Malicia… en oposición a la justicia.

Aunque se suponía que, por lo que él sabía, Shinobu era solo una loli rubia, no una vampiresa ni nada, Kaiki la miró significativamente mientras repetía las palabras.

“Kagenui Yozuru y Ononoki Yotsugi.” Continuó. “Oonmyojis implacables de tiempos modernos… pero Araragi. Incluso en lo que respecta a los especialistas, tienen un área de especialización muy limitada. Esa célula de dos se especializa en excentricidades de tipo inmortal.”

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