Kami Tachi ni Hirowareta (NL)

Volumen 11

Capitulo 7

Episodio 24: El Castigo De Serelipta Y El Llamado De Ryoma

“¿Oh?”

Después de llegar a la iglesia, orar en la capilla y abrir los ojos al sentir que había sido transportado al reino divino, encontré a los nueve dioses ante mí. Por lo general, me recibirían dos o tres en un buen día. Me pregunté si había pasado algo.

“Hola bienvenido.”

“Wilieris, Grimp. Gracias por ayudarme el otro día.”

“No es nada, amigo”.

“Incluso nosotros no pudimos tolerar lo que hizo Serelipta el otro día. Todos nos reunimos y nos aseguramos de administrar el castigo apropiado”.

“Oh… Es por eso que están todos aquí. Veo que Serelipta también está aquí…”

No estaba seguro de qué decir o si debería haberme atrevido hasta este punto, pero Serelipta estaba tendida en el suelo blanco nacarado, si se pudiera llamar así, del reino divino.

“Ayúdame, Ryoma…” dijo, aparentemente consciente pero inmóvil.

Justo cuando me preguntaba a qué castigo se había enfrentado, Wilieris gimió. “No le prestes atención a él o a su dramaturgia”.

“¿Él está bien?”

Fernobelia, el dios de la magia, me respondió. “El castigo de Serelipta es el confinamiento temporal de sus poderes. Lo dejamos con lo mínimo indispensable para administrar su parte del mundo y le quitamos el resto. Sin embargo, eso no lo enferma ni le duele. Solo se desplomó como un gusano porque es débil… La primera vez que se conocieron, estaban en una esfera gigante de agua, ¿verdad?”

“Si, así es.”

Siempre mantuvo esa bola de agua a su alrededor antes de que cerráramos sus poderes. Era un entorno que le brindaba la mayor comodidad y poder como dios del agua. Una especie de barrera. Si bien el agua crea un efecto poderoso incluso desde la perspectiva de nosotros, los dioses, no puede alcanzar su máximo potencial sin ella”.

“Ah”. Invencibilidad con una cláusula.

“Podrías decirlo así. Algunos de nosotros no pensamos que limitar sus poderes fuera suficiente castigo. Entonces, decidimos mantenerlo debilitado y someterlo al mismo entrenamiento militar que los “guerreros de élite” en el reino humano. Anotó todo el dolor del régimen de entrenamiento como parte de su castigo. Solo está dolorido de la cabeza a los pies. A diferencia de los humanos, el entrenamiento físico no tiene absolutamente ningún beneficio para nosotros”.

Un entrenamiento tan riguroso, sabiendo que no hay nada que ganar con él… Ciertamente no hubiera querido hacer eso, y Serelipta no era físicamente fuerte, por decir lo menos.

“Cuando Serelipta dejó por primera vez su bola de agua, lloró tío después de caminar de pie durante tres minutos”.

“¿No eres un poco demasiado frágil?” Me volví hacia Serelipta.

“No necesito caminar en el agua y puedo ir a cualquier parte controlando la corriente. Sin flotabilidad, mi cuerpo se siente tan pesado… ¿Quién es el imbécil que inventó la gravedad, de todos modos?”

Los otros dioses lo miraron, especialmente Gain. “Ryoma” dijo. “Está lo suficientemente bien como para quejarse, así que no hay necesidad de preocuparse por su bienestar. Y yo soy el que hizo la gravedad, por cierto. Estoy justo aquí, Serelipta.”

“Ayúdame… Ryoma…” El dios en cuestión vino dramáticamente arrastrándose.

“¿Qué esperas que haga con las reglas de los dioses?” Yo pregunté.

“Bueno… Podrías testificar o algo así, ya sabes, como, entre comillas, ‘víctima’.”

“No estoy exactamente obsesionado con ello ni nada por el estilo…”

“Ryoma, ese gusano rastrero técnicamente puede ser un dios, pero eso no significa que debas tratar de apaciguarlo”.

“No lo estoy apaciguando, Wilieris. Me sentí inseguro en ese momento, pero me sentí más enfermo y confundido que enojado. Como él dijo, no creo que quisiera matarme. Mirando hacia atrás, si Serelipta me quisiera muerto, no habría habido nada que pudiera haber hecho. Salí bien, y si ya cumplió un castigo que ustedes pensaron que era justo, no quiero exigir más.”

“Tú lo dices realmente en serio.”

“Bueno, perdí mucho respeto por él”.

No pensé que Serelipta tuviera malas intenciones, sabiendo la clase de dios que era. El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones, como suele decirse. Había cometido muchos errores en mi vida anterior; hubo momentos en los que tenía buenas intenciones, pero terminé causando más problemas a los demás, y viceversa. No tiene sentido insistir en ello.

“¡Hm-hmm! ¡Lo sabía! ¡Realmente eres el mejor!”

“¡Esa actitud presumida tuya hace que sea realmente dudoso que sientas algún remordimiento!”

“Cálmate, Wilieris.”

“Ryoma tiene razón. No quiero poner viento en sus velas más que en el resto de ustedes, pero dejar que se meta debajo de nuestra piel no nos hará ningún bien.”

“Grimp, Tekun… Entendido. Fui yo quien preguntó, y Ryoma declaró que nuestro manejo fue suficiente. Dejemos el tema.”

Me pregunté si Serelipta y Wilieris eran tan incompatibles como parecían, o si solo discutían por los eones que habían pasado juntos. En cualquier caso, Wilieris tenía mucho que decir al respecto. Con el consejo de dos dioses y por respeto a mi aporte, Wilieris pareció retroceder.

Serelipta, mientras tanto, se aferraba a mí con una sonrisa como diciendo: No te preocupes, Ryoma. Ya que suavizaste las cosas, mantendré la boca cerrada por ahora. Parecía tan femenino que tuve que recordarme a mí misma que era un dios masculino.

“¡Bájate!”

“Espera, déjame apoyarme en ti, por favor. Realmente no puedo ponerme de pie”.

Se sentía lo suficientemente débil como para que pudiera empujarlo fácilmente si quisiera. Eso me hizo pensar en los peces que viven en las profundidades del mar. Aparentemente, tienen muy pocos huesos porque el tejido más blando puede soportar mejor la presión del agua. Un pez de pesca, por ejemplo… no sabría decirlo…

“¡¿Qué soy, un pez globo?!” Serelipta protestó, pero pensé que “pez fuera del agua” sería una descripción precisa. Justo cuando ese pensamiento cruzó por mi mente, el resto de los dioses se echó a reír. Aparentemente, habían estado leyendo mi mente.

“Mis disculpas”, dijo Gain. “Queríamos saber sus sentimientos honestos con respecto a Serelipta”.

“No me importa. Saben que todos pueden leer mis pensamientos. Saber que no podía mentirles siempre me había permitido ser honesto con los dioses. Con su permiso, había dejado de ser formal con mi lenguaje, incluso. Sentí que podía hablarles con naturalidad, sin temor a que me malinterpretaran. Dependería de la persona, por supuesto, pero tener a alguien que lea tu mente sin duda podría tener sus beneficios… Sentí que había pensado en esto antes. ¿Deja vu, quizás?”

“Eso facilitaría las cosas”.

“Entonces, terminemos con esto. Quiero saber de ti, Ryoma”, dijo Lulutia, rompiendo su silencio por primera vez desde que llegué.

Con un aplauso, Kufo convocó una mesa de madera grande y de aspecto costoso, alineada con suficientes sillas de piso para todos. Una vez que todos estuvieron sentados, comencé a explicar lo que sucedió después de regresar a Gimul.

“Estás manejando bien a esos aventureros delincuentes”.

“Te están llamando Jefe y todo”.

Al final resultó que, los dioses también estaban interesados en la nueva dinámica que tenía con ellos.

“Ojalá no lo hicieran… No soy tan viejo. Diablos, no soy viejo en absoluto.”

“¿Por qué no? No se están burlando de ti. Solo significa que tienes suficientes agallas y fuerza para que puedan confiar en ti”.

“Estoy feliz si me ven como alguien en quien pueden confiar… Pero en mi última vida, a menudo me confundían con alguien en esa línea de trabajo. La policía me ha interrogado en la calle y todo eso, así que todavía tengo un poco de mal sabor de boca al respecto…”

“Lo entiendo. Pero esa podría ser tu vocación”, dijo Kiriluel.

“¿En serio?”

Supongo que cualquier cosa sonaría más creíble viniendo de los labios de un dios. Cuando miré a mi alrededor en busca de confirmación, o tal vez solo negación, los dioses simplemente se rieron. ¿Qué diablos es todo eso?

“Cualquier posición gerencial requiere habilidad o experiencia. No importa cuál sea tu papel como aventurero, debes ser capaz de defenderte en el combate.”

“Y tú eres una persona cariñosa, Ryoma. Significa mucho que puedas cuidar a las personas de forma tan natural”.

“Tu experiencia como jefe en tu vida anterior te está sirviendo bien, sin importar cómo te sintieras acerca de tu posición. Cometer errores es una forma importante de adquirir experiencia, y eso hace una gran diferencia”.

Tuve que estar de acuerdo con Tekun, Lulutia y Gain.

“Creo que te irá aún mejor con personas que trabajen para ti que tengan liderazgo y carisma. Tan cariñoso como eres, esos no son tus puntos fuertes”, dijo Serelipta, con la cara plana sobre la mesa.

Tuve que estar de acuerdo con eso también. Tenía un sistema que funcionaba exactamente así. Carme me llevaba la lavandería, y mis otros departamentos estaban delegados en otras personas que sabían lo que hacían, muchas de ellas enviadas por el duque. Mi trabajo se había vuelto increíblemente más fácil, dejándome mucho tiempo para estudiar y experimentar. Comparado con mi carrera en la Tierra, las cosas iban increíblemente bien. Los resultados mostraron cómo pensé que este estilo me quedaba mucho mejor. Como mínimo, debería haber tenido un equilibrio trabajo-vida mucho más saludable.

“Deberías haber elegido una carrera mejor en tu vida anterior. Incluso si no pudieras ser tu propio jefe, las cosas podrían haber resultado diferentes si elegiste un trabajo que necesitara tu naturaleza afectuosa. Como un maestro de escuela.”

“Algunos de mis antiguos compañeros de trabajo me dijeron eso”. Como si debería haber sido profesor de educación física o estar a cargo de la conducta de los estudiantes. De cualquier manera, me habían imaginado con la apariencia estereotipada de llevar un chándal y llevar una espada de bambú. La conversación siempre terminaba con ellos bromeando conmigo diciendo que sería un gran director para un jardín de infantes, basado en un personaje del popular anime.

“También serías bueno cuidando niños”.

“Sal de mis recuerdos. ¿Cómo sabes todo esto?”

“A diferencia de los otros dioses, siempre miro en tu mente cuando hablamos. Y leí profundamente en tu alma una vez, ¿recuerdas? Soy consciente de la mayoría de las cosas que sabes. Soy yo, Ryoma, ¿qué esperabas?”

Sentí un destello de rabia por su descaro, pero lo ignoré para no darle la satisfacción.

“En cualquier caso, descubrí que un trabajo con más responsabilidad y libertad es el más adecuado para mí”.

Todos los dioses estuvieron de acuerdo. Llevaría conmigo el consejo de los dioses mientras sigo con mi trabajo.