Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 8

Capitulo 10: El Gobernante De La Noche

Parte 2: La Ciudad Sin Su Tirano

¡Jack pierde!

La noticia voló por todos los rincones de la capital en un santiamén. El líder del Jack of All Trades que gobernó Euritheis bajo su control había perdido en su territorio: el Coliseo. La gente inundó las calles con faroles, zumbando con las últimas noticias.

“¡Oye, ¿escuchaste?! ¡Jack se cayó!”

“¡Sí! ¡Era el Rey de la Sala del Cielo!”

“¡Viva el Rey! ¡Hemos estado soñando con este día!”

“¡Esto requiere un brindis! ¡Traiga a todos, estamos bebiendo hasta que salga el sol!”

En todos los rincones de la ciudad, la gente se regocijaba por la caída de su tirano y su gobierno de puño de hierro.

Muchas tiendas reabrieron sus puertas y los bares rebosaron de alegres clientes. La gente pronto llenó los puestos de comida, lo que llevó a la celebración por las calles. Vítores, música y baile llenaron toda la ciudad en un gran evento.

La noticia, por supuesto, llegó a los barrios marginales, donde su gente se regocijó igual. Algunos aullaron, algunos lloraron en silencio y otros se quedaron incrédulos. Habían perdido mucho con el gobierno de Jack: dinero, posesiones, hogares, familia e incluso sus propias vidas. Muchos de ellos habían perdido toda su juventud. Algunos simplemente se sorprendieron con la noticia y corrieron y la repitieron a todos los oídos que pudieron encontrar.

En medio del caos, una familia tuvo una reunión milagrosa.

“¡Estás bien…!”

“Te hice esperar tanto… lo siento”.

“¡Papá!”

“¡Papá!”

Las hermanas que se habían encontrado con el Señor Demonio por casualidad se reunieron con su padre, quien había llegado en los brazos de Ren casi irreconocible. El Vendaje del Señor Demonio había comenzado a curar sus innumerables laceraciones y las quemaduras en su rostro y cuello. El poder del elemento para curar cualquier herida con el tiempo estaba mostrando una gran eficacia.

Mientras el padre contaba la infernal historia de su paso por el Coliseo, su esposa apretaba los dientes y las hermanas lloraban de indignación, pero cuando su padre terminó su relato, estaban celebrando con las manos en alto al misterioso hombre que había derrotó a la bestia infernal de pesadilla, sabiendo inmediatamente que el salvador de su padre era el Rey.

“¡Es el Maestro Rey! ¡Él te salvó!”

“¡Gracias, Maestro Rey!”

“¿R-Rey…?” su padre murmuró confundido cuando su esposa lo tomó suavemente de las manos y lo llevó a la mesa del comedor.

“Debes estar hambriento. ¿Por qué no cenas primero?” “Cena. Gracias… Espera, ¿son estas… zanahorias?

“¡El Maestro Rey nos regaló algunos, querido! ¡Son increíblemente deliciosos!”

“¡Te darán fuerza!”

Su padre quedó aún más confundido por el misterioso Rey cuando descubrió que había curado la dolencia de su esposa en muy poco tiempo. Fuera lo que fuera Rey, pensó el hombre, era una entidad increíble. Un hambre poderosa superó su aprensión ante el plato que tenía delante, y temblorosamente alcanzó una cuchara. Tan pronto como una cucharada de sopa se deslizó por su garganta, sintió un inmenso efecto curativo surgiendo a través de su cuerpo.

“¡C-Cómo está…! ¡Es increíble! ¡Está para chuparse los dedos!” El padre exclamó mientras se tragaba el resto del cuenco, sintiendo que recuperaba sus fuerzas. Los músculos se abultaron como una serie de colinas onduladas por todo su cuerpo hasta que su camisa raída explotó bajo la presión.

“¡Cariño, has vuelto!”

“¡Los músculos de papá!”

Su padre había sido un pescador experimentado con el cuerpo de un culturista campeón, que ahora le había sido devuelto por el ridículo efecto de la olla caliente.

Mientras la familia disfrutaba de su cena y celebraba su ansiado reencuentro, algunos corrieron por su casa gritando las últimas noticias: “¡Escuchen! Maestro Rey… ¡Maestro Rey derrotó a Jack!”

La familia se congeló en su mesa por un momento antes de salir corriendo, donde sus vecinos salían a la calle, abrazándose entre lágrimas. La familia se abrazó y miró al cielo como para saborear esta noche que seguramente será recordada en la historia. Por suerte para ellos, la dispersión impulsiva de dinero en efectivo del Señor Demonio había llenado los bolsillos de aquellos en los barrios bajos. Una vez repartido el dinero, cada habitante de la barriada recibió alrededor de una moneda de plata. Muchos usaron su porción para comprar licor de contrabando y organizar fiestas en los callejones.

Se instaló un gran caldero en la plaza de los barrios bajos, donde los frijoles se cocinaban sin cesar y se repartían a las masas. Algunos asaron pescado eviscerado en el fuego o rompieron huevos enteros en la boca, disfrutando de las festividades a su manera. Todos ellos, por supuesto, repitieron el nombre de “Rey” hasta que la charla excitada se convirtió en un gran coro que envolvió la totalidad de los barrios bajos.

Este evento histórico, el destronamiento del tirano de Euritheis, había ocurrido puramente por capricho del Señor Demonio. Sin embargo, la historia y sus increíbles consecuencias se extendieron por todo el continente en poco tiempo. La noticia fue bien recibida por algunos y lamentada por otros… De cualquier manera, el Señor Demonio no le prestó atención.

——El palacio de Euritheis.

En contraste con la conmoción en la ciudad, el palacio estaba inquietantemente silencioso. Había estado aislado de la política desde que Jack tomó el control del país, convirtiéndolo en un lecho de muerte glorificado para el rey enfermo. Cualquier intento de involucrarse en la diplomacia de Euritheis podría haber provocado la muerte del rey bajo sospecha de traición.

Ren caminó por el patio del palacio hacia las cámaras del rey sin dudarlo.

Un anciano general se interpuso en su camino, acariciándose la barba. “Impresionante, pequeña. No esperaba un agente solitario…” Un ataque de una sola mujer en el palacio era ciertamente inaudito. Los trescientos soldados de élite en formación detrás de él también estaban asombrados, pero solo por la belleza de Ren.

“No pareces uno de sus hombres…” Murmuró Ren. El general le parecía honesto, sino un poco simple.

El anciano se rio. “¡Gracias! Soy un general de alquiler de Xenobia. Puede que sea viejo, pero no he perdido la cabeza lo suficiente como para servir a un hombre como Jack.”

“¿Me dejarás pasar, entonces?”

“Hm… Me han encargado defender la cámara del rey. Un guerrero no abandona su puesto.”

Ren aceptó esto. Ella también había luchado en el Castillo Insomne para defender al Señor Demonio del Imperio. Habría despreciado al general si hubiera abandonado su puesto tan fácilmente.

Volvió a mirar a sus soldados. “Dicho eso, no deseo enterrar esos huesos jóvenes en una tierra extranjera. ¿Qué dices que tú y yo resolvemos esto uno a uno?

“Comprensible. Acepto.” Ren produjo a Ningen Mukotsu del vacío.

Los soldados dejaron escapar un estremecimiento audible ante el aire de aprensión sobre el arma. El brazo con forma de lanza brilló en rojo y cambió rápidamente de forma como si estuviera vivo.

El general también miraba con asombro. “Esa es una gran arma… Una buena vista en mi vejez”. Sacó la alabarda y el escudo de su espalda. El escudo era tan enorme que sería mejor describirlo como un muro, y la alabarda, un cruce entre un hacha de batalla y una lanza, parecía demasiado grande para que la empuñara cualquier ser humano. “Soy una de las Ocho Banderas de Xenobia, Barres Tigre, el Insumergible. Llámame abuelo Barres”, sonrió.

“Ren”, dijo en voz baja, caminando hacia Barres tan casualmente como si estuviera dando un paseo en un día de primavera. Su aura elegante incluso hizo que algunos de los soldados enderezaran la espalda. “Empecemos.”

“¡Adelante!”

**************************************************

Ni un momento después, Ren voló como el viento, clavando su lanza en el escudo de Barres. Enfrentarse al general con forma de roca vestido con una armadura endurecida mientras empuñaba un escudo gigante era como luchar uno contra uno con un tanque. No obstante, salió volando cien pies hacia atrás, cavando una trinchera en el suelo a medida que avanzaba. Los soldados miraban con completo asombro. Barres se detuvo, boca arriba e inmóvil.

“¡General Barras!”

“¡R-Rápido, lanza un poco de magia curativa sobre él!”

“¡Médico! ¡Ve a buscar esas pociones!”

Mientras los soldados se apresuraban, Barres se incorporó de repente, con los ojos muy abiertos.

“G-General, ¿estás bien?”

“¡Déjela a nosotros, General!”

Barres se quedó boquiabierto durante algún tiempo antes de que sus hombros comenzaran a temblar y se echara a reír. Solo había estado tan sorprendido una vez antes. “¡De ninguna manera!” llamó. “¡Pierdo!” Barres había evaluado la fuerza de Ren a partir de un solo golpe. Continuó riéndose mientras sus soldados se confundían consternados.

Ren se acercó a Barres como si nada hubiera pasado. “Estoy sorprendido.

Esperaba que sufrieras alguna lesión.

“Hmm. Habría muerto sin mi escudo. Mira este.” Barres empujó su escudo a un lado y expuso la grieta en su armadura, lo que atrajo más voces atónitas de los soldados.

Ren asintió, inspeccionando el daño como un científico en un laboratorio. “Supongo que el escudo bloquea por completo los ataques físicos y tu armadura evita los ataques en cadena”.

“¡Por cierto! Y sin embargo, aquí estamos.” El general soltó una carcajada de resignación.

Ren, como el Señor Demonio, poseía la habilidad Romper con lo Establecido, que impedía que cualquier enemigo bloqueara sus Ataques en Cadena. Incluso si negaran todos los ataques normales, tarde o temprano, el oponente sería convertido en pedazos por sus Ataques en Cadena.

“Estoy bastante impresionado, pequeña niña… Darías una buena pelea contra Leon”. Barres se puso de pie mientras se sacudía el polvo, inclinándose hacia el palacio por lástima por el rey extranjero que ya había perdido el poder y la fuerza para reconstruir su nación. “¿Qué buscas, niña? ¿La cabeza de Jack no fue suficiente para ti?”

“Solo estoy allanando el camino para el Maestro”. “¿Ese Rey tu maestro? ¿O sirves a Gorgon con él?”

“El Maestro es el creador y gobernante de todo el mundo”. Si el Señor Demonio hubiera escuchado, se habría derrumbado de rodillas por la vergüenza.

Barres se balanceó de un lado a otro confundido. “¿Hmm? ¿E-Él debe ser muy… poderoso?

“El Maestro es el creador y destructor de todo. Rezo para que tu maestro tome la decisión correcta”.

Con eso, Ren se dirigió al palacio como una flor de cerezo fugaz. Los soldados de Barres simplemente la vieron irse.

“General… ¿De qué estaba hablando…?”

“No tiene sentido que nos devanemos los sesos al respecto. Ese consejero intrigante lo resolverá.” Barres se rascó la cabeza antes de ordenar la retirada. Con Jack caído, no tenía motivos para permanecer en Euritheis.

“¿Qué pasará con este país, General?”

“¿Quién sabe? La Compañía Gorgon tiene una excelente oportunidad que aprovechar, pero Suneo es formidable a su manera. Es posible que ya estén en movimiento”.

“¿Podría una nación tan pequeña actuar tan rápido?”

“Podría estar pensando demasiado. Es cierto que Suneo no querría que Gorgon extendiera su alcance libremente. Muy bien podrían ser el próximo objetivo de la empresa”. Barres, que luchó en los campos de batalla y no en la política, no podía estar seguro. Rápidamente ordenó a sus soldados que comenzaran a marchar fuera de la ciudad capital y sus festividades.

“Las calles están llenas de júbilo, General”. “Parece que los militares ya se han escapado…”

El ejército real se había dispersado tan pronto como la noticia de la derrota de Jack comenzó a extenderse como un reguero de pólvora. Más que nada, temían las represalias de la gente después de atormentarlos detrás de la protección de Jack.

“La gente pronto lo notará”, comentó Barres el Insumergible.

“¿Notar qué, General?”

“Esto es un destronamiento, aunque no lo parezca”.

Sus hombres se agudizaron al darse cuenta de esto. Mientras los ciudadanos de la ciudad actuaban como si de repente hubieran obtenido la independencia, después de la caída de su tirano y rey, su celebración pronto sería superada por el caos. “Démonos prisa por nuestra patria. Extraño el ron de verdad”.

“¡Sí, general!”

“Ojalá esa chica me hubiera llamado abuelo Barres, solo una vez…”

“Eso puede ser demasiado codicioso incluso para usted, General…”

“¡¿Qué se supone que significa eso?!” Barres gritó mientras él y sus soldados marchaban fuera de la ciudad para unirse a sus fuerzas restantes y dejar atrás a Euritheis sin arrepentirse.

Mientras tanto, en el palacio, el ministro había entrado corriendo en los aposentos del rey, jadeando. El rey frunció el ceño ante su llegada, esperando malas noticias.

“¡S-Su Majestad! ¡Jack fue…! ¡Jack fue…!”

“A juzgar por tu jadeo, me está amenazando con renunciar al trono”. El rey intentó sentarse en su cama, se dio por vencido y suspiró con autodesprecio. El rey parecía mucho mayor que su edad de sesenta y tantos, habiendo estado bajo constante estrés desde que el Jack of All Trades superó a Euritheis.

Habiendo obtenido su libertad de la vida como luchador de esclavos en el Coliseo, Jack había subido la escalera subterránea con pasos increíbles, una especie de cuento picaresco. Había amasado una gran fortuna rápidamente al profundizar en una variedad de actividades ilegales como el tráfico de drogas, el tráfico de personas, la prostitución organizada, el contrabando de armas y el contrabando. Sobornó y chantajeó a los consejeros del rey a diestro y siniestro, e incluso obligó a muchos miembros del ejército real a traicionar el trono. Desafortunadamente, los humanos preferían con mayor frecuencia el lado ganador. Hubo algunos que permanecieron leales al rey, pero todos terminaron misteriosamente muertos o desaparecidos junto con toda su familia.

Fracasé en proteger a mis consejeros y a mi pueblo… Se lamentó el rey en su soledad. Por supuesto, no le había dado poder a Jack sin pensar. Lo había promovido inicialmente como una defensa contra las masacres y saqueos dementes de Milk, la nación nómada del Norte. Combate el fuego con fuego, pensó. Jack sirvió bien a Euri en sus batallas contra la Compañía Gorgon y el resto de las Ciudades-Estado. En ese entonces, Jack era un héroe que protegía a la gente de su país. El rey no esperaba que el héroe se volviera contra ellos.

“¡Su Majestad! ¡Su Majestad! ¡¿Está escuchando?!”

“¿Hmm? Lo siento… Dime eso de nuevo.”

Los gritos del ministro le habían entrado por un oído y le habían salido por el otro. Últimamente, el rey se había acostumbrado a usar una pequeña dosis de Trance para hacer frente temporalmente al dolor insoportable en su abdomen. A cambio, había perdido gradualmente su capacidad para realizar cualquiera de sus funciones.

Pensé que había traído un perro guardián para protegernos de los lobos y las serpientes… Pero era un tigre hambriento. El rey habría sido demasiado duro consigo mismo como para ahogarlo por una mala decisión. Ningún humano común podría haber visto que Jack era un monstruo que albergaba a un remanente del gran diablo Rookfell.

“¡Su Majestad! Jack… ¡Jack fue derrotado en el Coliseo!”

“Debe estar cansado, Ministro… Descanse un poco. No te preocupes por mí.” El rey cerró los ojos y exhaló suavemente. La derrota era un destino desconocido para Jack, la encarnación del salvajismo. En el pasado, el rey había visto a Jack luchar en el Coliseo, a veces incluso contra Hellbeasts, y había vencido a todos los enemigos a los que se enfrentaba.

“¡Es verdad! ¡Fue derrotado por un hombre vestido completamente de negro y una hermosa chica que aparecieron de repente! Jack se convirtió en una Bestia Infernal, y la chica se volvió invisible usando una magia extraña, y…”

El rey se rio. “Hablado como un bardo con algo de imaginación…” Apreció que esta era la primera vez que se reía en mucho tiempo. Desde que Jack of All Trades había tomado el control total de la nación, el rey solo había escuchado noticias de las que quería taparse los oídos.

“¡E-Eso no es todo! ¡La chica transformó orbes de luz en comida, e incluso revitalizó los genitales de un anciano!”

“¡Espléndido!” El rey se rio más fuerte. “¡Tomemos un trago esta noche, Ministro!” Nunca había esperado que una broma tan extravagante viniera del ministro cobarde pero directo.

“¡Esto no es cosa de risa, Su Majestad! ¡El hombre era el Rey de la Sala Celestial!”

La risa del rey se apagó. “¿La Sala Celestial…?” Miró al ministro.

Por supuesto, había oído hablar de la prometedora compañía de mercenarios. De hecho, les había enviado un golpe a Jack. La respuesta había sido desfavorable, que se negaron a luchar fuera de la guerra. Había sido un intento desesperado: incluso el ejército real había sido comprado por Jack, y el rey no tenía a quién acudir.

“¿Qué está haciendo la Sala Celestial ahora…?” preguntó el rey.

“Los rumores dicen que fueron contratados por la Compañía Gorgon…”

“¡¿Gorgon?!” El rey se levantó de un salto en su cama, pero pronto volvió a caer después de un mareo. Esto era prácticamente un tigre hambriento siendo reemplazado por un agresivo enjambre de serpientes. Diferentes especies, pero tanto voraces como despiadadas.

“¡¿T-Tiene la Sala Celestial cautivo a Jack?!” preguntó el rey, preocupado por las negociaciones que seguramente seguirían, y el paradero de Jack jugaría un papel importante en ellas. Con todas sus fuerzas, el rey logró sentarse en su cama.

“E-En realidad, el Rey y la chica dejaron a Jack donde yacía… Los de Jack of All Trades vinieron y se lo llevaron”.

“¡¿Qué?! ¡¿Qué está pensando la Sala Celestial?!” ¿Dejar la cabeza derrotada del enemigo? Completamente consternado por lo que el Rey y la Sala Celestial en su conjunto estaban pensando, el rey gimió.

Naturalmente, no había forma de que él entendiera. El Señor Demonio consideraba a Jack como un guijarro que pateó, al igual que el ángel falso al que se había enfrentado una vez. Ciertamente no le importaba si ese guijarro estaba vivo o muerto.

“Su Majestad, esto es solo una especulación de mi parte… Creo que el Rey tiene otra ambición en mente para hacer esto”.

“¿Otra ambición…?”

“A juzgar por sus acciones y las de ambas compañías, parece que el Rey quiere enfrentar a Gorgon y Jack of All Trades entre sí y tomar el botín para sí mismo”.

“Imposible… ¡¿Está provocando un conflicto entre ellos?!”

Eso explicaría por qué Jack se había quedado atrás en el Coliseo. Sin él, su compañía sería fácilmente devorada por la Compañía Gorgon, dejando a esta última ilesa. Por otro lado, tratar de llevar a cabo tal esquema parecía suicida, poniendo al Rey en peligro de ser perseguido por ambas compañías. Enfrentar a dos bestias entre sí era más fácil decirlo que hacerlo.

“Según un superior en Jack of All Trades, Suneo se esconde en las sombras de este incidente… Son los verdaderos empleadores de la Sala Celestial “.

“Así que ellos eran los titiriteros… ¡Ahora eso tiene más sentido!” el rey estuvo de acuerdo. Ambas compañías eran espinas en el costado de Suneo, y esta sería la oportunidad perfecta para matar dos pájaros de un tiro.

“Especialmente después de que su capital fuera medio destruida en la batalla…”

“Ya veo. También está destinado a ganar tiempo para reconstruir”.

Desafortunadamente para ellos, la especulación del rey y el ministro fue una conclusión muy lógica basada en evidencia circunstancial mientras estaba completamente divorciada de la verdad.

Después de verificar mentalmente los hechos, el rey estaba seguro. “En resumen, esta es una batalla por el control entre tres grandes empresas comerciales”.

“Y la Sala Celestial se ha unido al conflicto. Si bien los mercenarios se alejan de la política, un enfrentamiento tan influyente como este les traerá grandes ganancias y publicidad”.

Muchas naciones pagarían mucho dinero por los intrépidos mercenarios de la Sala Celestial. Con la cantidad astronómica de efectivo que seguramente estaría involucrada en un conflicto entre tres empresas de su escala, esta era otra conclusión natural.

“¿Cuál es nuestro próximo movimiento…?” murmuró el rey. “Ninguna de las tres compañías tiene en sus manos la victoria todavía”.

“Apoyar al Rey es una cuarta opción”.

“Eso es un gambito demasiado peligroso. Por valiente que sea la Sala Celestial, e incluso con el respaldo financiero de Suneo, siguen siendo mercenarios a la deriva”.

“Por cierto…”

La Sala Celestial no tenía tierra ni fortaleza que pudiera brindarles seguridad, y Suneo apenas tenía fuerza militar fuera de ellos. El rey no pudo evitar sospechar que otra facción observaba desde lejos.

El guardia afuera gritó, seguido por el sonido de hombres derrumbándose. El rey y el ministro se endurecieron anticipando el ataque cuando la puerta se abrió para revelar a una hermosa niña.

El ministro chilló. “T-Tú eres la chica… ¡la que está con el Rey!” “¿Ella…?”

“Perdone mi visita a una hora tan tardía. Traigo las órdenes del Maestro para el rey actual de esta nación”.

Las palabras de la chica sonaron tan frías como el hielo, en contraste con sus atractivos rasgos. El rey y el ministro compartieron una mirada, preguntándose cómo pudo haber superado al general Barres y sus hombres. ¿Quién era su maestro? ¿Qué quiso decir con el rey “actual”? Había muchas preguntas que los dos querían hacer.

Ren continuó como si estuviera leyendo un teleprompter. “En primer lugar, aceptaremos a cualquier habitante de las favelas que desee emigrar. En segundo lugar, prepararás carruajes, equipo de campamento y suficiente comida y agua para que duren hasta que lleguen a Holylight. En tercer lugar, contratará guardias para protegerlos en el camino. Eso es todo.”

Un pesado silencio llenó el aire. Ni el rey ni el ministro entendían por qué la chica estaba haciendo estas demandas. Sintió el impulso de preguntar quién era la chica, pero el instinto se lo prohibió.

“M-Me acaban de decir que derrotaste a Jack… ¿Es eso cierto?” preguntó el rey, temblando. Parecía posible que esta chica, que se había infiltrado en el palacio ilesa, hubiera usado alguna magia poderosa para lograr la tarea.

“Es una pérdida de tiempo hablar de un tonto así. ¿Tu respuesta?”

“La gente de los barrios bajos… ¿Quieres decir que Holylight es el que controla la Sala Celestial desde detrás de las cortinas?” concluyó el rey.

“Parece haber un malentendido”, dijo Ren. “El maestro gobierna todo el mundo. Ninguna entidad en ningún mundo que alguna vez haya existido o exista puede comandar a mi Maestro”.

“¿De qué estás hablando?”, el rey tosió violentamente, y el ministro se apresuró a acariciarle la espalda. Ningún hechizo o medicina había mejorado la condición del rey, que solo empeoraba cada día que pasaba. Incluso ahora, sus sábanas estaban marcadas con sangre oscura que había tosido.

Ren se acercó en silencio al rey y lo miró.

“P-Perdón por mi estado… Como puedes ver, mi vida está llegando a su fin”.

El ministro solo pudo escuchar y soportar aquellas amargas palabras. Ninguna cantidad de tópicos mejoraría la dolencia del rey. La muerte se cernía sobre el rey, que llevaba en la cara, su estatura como ramas por su falta de comer.

“Disculpe…” Ren sostuvo su mano sobre el rey y activó su Habilidad de Supervivencia, Medicina. Si bien esta habilidad curó sus heridas sufridas en la batalla, no pudo curar a otros, solo examinó su condición. “Cáncer de estómago avanzado. Extrema falta de apetito, insomnio y estrés mental. También detecto una droga similar a la morfina en tu sistema”, evaluó Ren como si una máquina de última generación hubiera escaneado al rey.

Sintiendo calidez cuando Ren posó su mano sobre él, el rey habló en voz baja. “Qué extraño… Eres un enemigo de nuestra nación, pero no siento malicia por tu parte”.

“Toma esto. Misericordia del Maestro.”

“¿Hm…?”

Ren le había entregado un Nine Interworld Nirvana Elixir, que el Señor Demonio le había pasado a Ren en un intento de mitigar los resentimientos entre ellos. El vial que le entregó al rey estaba lleno de polvo naranja y verde, lo que le daba un aspecto vibrantemente venenoso.

“¿M-Me estás diciendo que beba esto…?” El rey tomó el vial con mano temblorosa, mirándolo fijamente como si acabara de ser forzado a suicidarse. Por supuesto, alguien se había infiltrado en las cámaras del rey. Históricamente hablando, no habría sido negligente que el rey eligiera la muerte por suicidio en lugar de la captura por parte de su enemigo. “Misericordia, ¿llamaste a esto…? Es un final apropiado para el rey inútil.”

“¡P-Por favor, Su Majestad! ¡Te seguiré!”

“Disparates. Todavía eres joven… Cuidemos nuestro país. Nuestra gente.”

“¡Su Majestad!”

El momento desgarrador fue interrumpido por la interjección práctica de Ren. “No presentas síntomas de ninguna enfermedad. A lo sumo, usted exhibe exceso de grasa por falta de ejercicio y adelgazamiento del cabello debido al estrés. Típico para los hombres de tu edad.”

El ministro se congeló como una estatua y el rey se quedó boquiabierto hasta que se echó a reír de nuevo. “¡Ministro! ¡Presta atención a la advertencia de una chica tan bonita!”

“¡N-No estoy gordo! ¡Solo un poco gordito!” “Y cuida tu cabello de vez en cuando, ¿eh…?”

“¡No me estoy quedando calvo! ¡No me estoy quedando calvo en absoluto! ¡Sabes qué, solo bebe eso y déjate morir!”

Si bien sus últimas palabras fueron ahora menos melodramáticas, el rey pareció preferir esto a las cursis despedidas. Tomó la medicina con una sonrisa y la persiguió con un vaso de agua. En ese mismo momento, todas las células cancerosas fueron eliminadas de su cuerpo, su dolor de abdomen y letargo desapareciendo con ellas.

“Nunca supe… La muerte sería un abrazo tan dulce”.

“¡Su Majestad…!” El ministro tomó la mano del rey, con lágrimas cayendo de sus ojos. Lo que encontró, sin embargo, no fue la mano helada y enfermiza a la que estaba acostumbrado, sino una palma cálida y saludable con un pulso palpable.

“Su Majestad… Su mano es cálida. Y no hay bolsas debajo de tus ojos…”

“¿Hmm? ¿Es eso así? No he sentido un alivio como este en mucho tiempo”.

“Veo una nueva luz en sus ojos… Su Majestad… ¿Está mejor?”

“Ridículo. Acabo de tomar veneno… ¿Oh?” El rey arrojó su ropa de cama a un lado con facilidad y se acercó al borde de su cama. Aunque sentarse solía marearlo, ahora su visión era clara y se sentía maravilloso.

“¿Podemos detenernos con la comedia ahora?” Ren preguntó a la pareja. “¡¿Comedia?!”

“La misericordia del Maestro se llevó tu enfermedad. Recuperarás tu fuerza ahora, para que puedas volver al liderazgo”. Ren produjo dos orbes brillantes que transformó en sopa de pollo con fideos. Este artículo restauró un impresionante 50 Stamina a su usuario, e incluso tenía un perfil de sabor suave para aquellos en recuperación. Si bien el juego de ollas calientes admitía varios sabores, este artículo de recuperación parecía más adecuado para pacientes que se recuperaban de una dolencia prolongada. A diferencia del Señor Demonio y sus tendencias egocéntricas, las evaluaciones de Ren fueron precisas.

“Toma esto”, dijo ella. “Más de la misericordia del Maestro”.

El rey habría considerado una muerte sin dolor bastante misericordiosa, pero Ren parecía esperar más.

“¿E-Esta es la comida de la que estaba hablando, Ministro…?” El rey todavía estaba confundido por su recuperación instantánea cuando vio dos luces brillantes metamorfosearse en comida. Si bien no sentía nada más que miedo a la sopa, el rey sabiamente guardó ese sentimiento para sí mismo.

“Tú también,” dijo Ren al Ministro, entregándole una de las sopas que había hecho.

“¿E-Estás segura…?” El ministro, después de presenciar lo que había sucedido en el Coliseo de primera mano, tomó la Sopa de Pollo con Fideos tan feliz como pudo, lo que probablemente no era una actitud apropiada para alguien de alto rango en el gobierno. Al mismo tiempo, había sido testigo de cómo Ren revitalizaba los genitales de un anciano y curaba por completo la enfermedad terminal del rey. El ministro vio a Ren como un médico con poderes desconocidos. Expectante, el ministro tomó la primera cucharada de sopa y gritó.

“¡M-Ministro! ¡Qué tan descuidado puedes ser con… ¿Quién sabe qué hay en esta sopa?!”

“¡Qué sabor tan suave! ¡Lo siento, lo siento hundirse en mí! ¡Oh! ¡Ah!”

“M-Ministro…”

“¡Me… vengo…!”

“¿Ministro?”

Al verlo fascinado por la sopa, el rey se volvió hacia su propio plato. Como líder de su nación, no podía aceptar muy bien quién sabe qué de quién sabe quién.

“No te preocupes. No es venenoso”, aseguró Ren.

“Pero…”

Ren tomó una cucharada de sopa y la acercó suavemente a los labios del rey, como si estuviera cuidando a su abuelo. El rey finalmente cedió a su mirada de obsidiana. Por alguna razón, el rey se sintió envuelto en flores de cerezo solo por estar cerca de Ren. La mayoría de los hombres podrían haber intentado abrazarla. El rey también abrió la boca cuando sintió que su corazón se aceleraba. Estaba listo para morir como estaba, por lo que su decisión tomó poco tiempo.

“E-Entonces, lo tomaré…”

“Aquí tienes.”

En el momento en que la sopa golpeó su estómago, la curación recorrió el cuerpo del rey, todas las células de su cuerpo se revitalizaron. Incluso su mente se sintió más sana por eso. “¿Q-Qué es esto… es este el Elixir Lágrima de Dios?”

“¡Ooh hoo! ¡Creo… creo que me estoy dejando barba!” gritó el ministro, sorbiendo su sopa. Cuanto más bebía, más sentía que recuperaba sus fuerzas. Al final, arrojó la cuchara a un lado y bebió hasta la última gota directamente del tazón. El rey finalmente hizo lo mismo.

“Ahora, siga esas instrucciones sin demora”, dijo Ren sin dejar lugar a recursos. Antes de salir, se dio la vuelta y le dio al rey una leve sonrisa, como el capullo de una pequeña flor. “Felicitaciones por tu recuperación.”

Simplemente estaba felicitando a un anciano por vencer una dolencia, pero el rey y el ministro se sonrojaron. ¿Quién podría no haber sentido algo de magia en la chica perfectamente elegante que derrotó a Jack y creó comida mística de la nada?

Los dos permanecieron en silencio durante un tiempo después de la partida de Ren, y eventualmente murmuraron “Hermosa…” al unísono. Compartieron una mirada que casi parecía competitiva.

“Estoy feliz por su recuperación, Su Majestad, pero tenga en cuenta su edad”.

“Dice el hombre con una esposa esperándolo…”

Mientras la extraña conversación continuaba en las cámaras del rey, el Señor Demonio paseaba por las calles de la ciudad sin su tirano. Sin que él lo supiera, su pequeño paseo causaría muchos otros líos.