Monogatari (NL)

Volumen 2

Capitulo 2: Gata Tsubasa

Parte 1

 

Monogatari Volumen 2 Capitulo 2 Parte 1 Novela Ligera

 

Hanekawa Tsubasa es una persona muy importante para mí. Nada ni nadie podría esperar reemplazarla. Le debo mucho… no, le debo casi todo. Dudo que pueda pagar esta deuda de gratitud, no importa lo que haga por ella. Cuando ella me extendió la mano mientras cada parte de mi cuerpo y mi alma experimentaba lo que se sentía como el más profundo y oscuro de los abismos durante las vacaciones de primavera, fue como si viera, y no estoy exagerando en lo más mínimo, la mano de una diosa ofreciéndome la salvación. Incluso ahora, cuando recuerdo lo que pasó hace unos dos meses, siento que algo caliente brota de mi pecho. Hablar de una persona salvando a otra podría sonar artificioso, pero sigo creyendo que Hanekawa Tsubasa me salvó en esas vacaciones de primavera. Si hay alguna creencia o sentimiento que yo tenga que llamar firme, seria ese. Es por eso que… una vez que mi infierno personal en las vacaciones de primavera llegó a su fin y comencé mi tercer año de escuela secundaria y fui colocado en la misma clase que ella, no voy a mentir, estaba tan feliz que casi estaba sonriendo. No es por mencionar la línea que una vez Senjougahara usó conmigo, pero me preguntaba si era así como se sentía el ser colocado en la misma clase que tu amor no correspondido. Incluso cuando me obligó a asumir el cargo de vicerepresentante de la clase debido a un pequeño malentendido después de haber sido elegida la representante de la clase, lo acepté sin muchas protestas, sólo porque Hanekawa es una persona muy importante para mí.

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Hanekawa Tsubasa.

La chica cuyo primer nombre significa “Ala” y cuyo apellido comienza con otro carácter para lo mismo, un par de apéndices que no coinciden.

Por otra parte, no fue como si nunca hubiera escuchado el nombre Hanekawa Tsubasa hasta mis vacaciones de primavera de segundo año; confieso que me escabullí para echar un vistazo a su clase cuando estaba en primer año, con la esperanza de vislumbrar a la joven más talentosa en la historia de la Escuela Secundaria Privada Naoetsu. Incluso en ese momento, su apariencia, sus lentes con su cabello bien trenzado, el flequillo al frente, la fijó como una estudiante modelo. De inmediato me di cuenta de que ella tomaba la escuela en serio. Las personas que parecen inteligentes no son del todo raras, pero esa fue la primera vez que vi a alguien que tenía que ser inteligente. Dudarías en decirle una palabra casual a ella, así de solemne y digna era, una estudiante excepcional. No era difícil acercársele, no es como si fuese una cosa aparte a la que no se te permitía mirar siquiera desde la distancia. Me esforcé demasiado para entrar en la Secundaria Naoetsu, así que ya estaba empezando a entender mi posición en la escuela, pero sabes, tal vez fue el momento en que vi a Hanekawa Tsubasa que realmente comprendí todo. No sólo nunca había cedido el título de la mejor de su clase, sino que aparentemente no se había quedado de brazos cruzados cuando se trataba de cualquier cosa relacionada con las calificaciones desde su época en la escuela primaria. Era difícil de creer que ella y yo perteneciéramos a la misma especie.

Eso no quiere decir Hanekawa Tsubasa sea engreída, ella no es nada de eso. No quisiera que tuvieras esa impresión porque, de hecho, nunca he conocido a un ser humano más decente. Me temo que la malinterpreté hasta las últimas durante las vacaciones de primavera, pero cuando hablé con ella de cerca y en persona, parecía dirigirse a todos en un terreno casi excesivamente uniforme, hasta el punto de que sentía que tenía que ser más consciente de sus habilidades y talento. Los llamados estudiantes modelo en la Secundaria Privada Naoetsu tienden a considerar la inteligencia como algo que usas para diferenciarte de los demás, pero no es el caso de Hanekawa Tsubasa. La sensación de ser una cosa aparte que obtuve cuando la vi por primera vez no era totalmente su propia opinión. Resulta que ella es justa, y abierta. La representante de clase entre los representantes de clase, una representante elegida por los mismos dioses… Parece gustarle la escuela, además de que ella es popular en clase. Ella tiene una personalidad seria pero más que eso, ella se preocupa por los demás. Puede salirse de control y dar lugar a suposiciones erróneas como la que hizo al nombrarme vicerepresentante, pero esa es la única falla que puedo encontrar con ella. Admito que trabajar con ella siendo representante y yo vicerepresentante de la clase tiene una buena cantidad de molestias, pero más a menudo termino impresionado por su carácter.

Me doy cuenta de que puede que no sea la mejor manera de expresarlo, pero es increíble teniendo en cuenta su situación familiar, de la que aprendí durante la Semana Dorada, los nueve días del 29 de abril al domingo 7 de mayo, que es donde este año cayeron las vacaciones. Si mis vacaciones de primavera fueron como el infierno, esos nueve días fueron como una pesadilla, donde los recuerdos de Hanekawa Tsubasa no tenían constancia de estos hechos. En la medida en que los sueños son algo que normalmente no recuerdas, llamarlo “pesadilla” parece bastante apropiado.


Durante nueve días.

Ella fue poseída por un gato.

Al igual que fui atacado por un vampiro, ella fue poseída por un gato. Hay una razón adecuada para cada excentricidad, y en este caso, la tensa y deforma vida familiar que llevaba fue la causa. Sí, hablando de malentendidos, fue un gran malentendido. Hasta entonces, tal vez vi el mundo en blanco y negro y creía que las personas buenas son personas felices y que las personas malas son personas infelices. Que podría haber personas cuya infelicidad no les da más remedio que ser decentes… No había sido capaz de entender una idea tan simple…

Y aun así.

Hanekawa Tsubasa extendió su mano hacia mí.

En aquellas vacaciones de primavera, tampoco pudo haber estado en posición para ayudarme… pero me sacó de las profundidades de mi abismo.

No voy a olvidar eso.

No importa lo que pueda pasar.

***

 

 

“Oh… Koyomi-onii-chan. Te estaba esperando.”

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“……….”

Me habían esperado.

Después de que las clases del martes 13 de junio terminaron, que prometió convertirse en un día memorable para mí, usé cada minuto disponible después de la escuela para prepararme para el último Festival Cultural como estudiante de secundaria, el cual sería este fin de semana, y la hora era un poco más allá de las seis y media de la tarde, el lugar era las puertas delanteras de la Escuela Secundaria Privada Naoetsu. Allí, mientras me esperaba, y parecía estar aburrida, estaba Sengoku Nadeko, una de las viejas amigas de mi hermana menor, con quien había pasado varias horas relacionadas con excentricidades hasta la mañana de ese día, junto con mi kouhai Kanbaru Suruga.

La chica llevaba puesto un uniforme escolar.

Un uniforme de escuela media que me produjo recuerdos.

Su uniforme era un vestido, algo raro para estas partes.

Tenía un cinturón amarrado alrededor de su cintura, al que había colocado una pequeña bolsa. Y sí, dadas las circunstancias, tenía sentido, pero me di cuenta de que era la primera vez que la veía en uniforme. El vestido se veía bien en Sengoku, con su apariencia generalmente infantil.

Ella no llevaba un sombrero.





Sus ojos, sin embargo, todavía estaban ocultos por su largo flequillo. Parecía ser su peinado por defecto… Ya sea tirar de su sombrero o dejar que su flequillo sobresalga en su rostro, parecía tímida al hacer contacto visual o incluso dejar que otros vean el suyo. Su timidez se acercaba a niveles históricos.

“H-Hey, hola.”

Mi saludo sonó un tanto vacío, la repentina aparición de Sengoku me sorprendió más de lo que esperarías. Estaba de pie en las sombras de la puerta, y su colocación era la de alguien buscando hacer un: “¡Boo!” mientras acechaba en un rincón, aunque estaba seguro de que no era su intención.

“¿Qué estás haciendo aquí?” Pregunté.

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“Oh, uh… Koyomi-onii-chan.”

Sengoku parecía apartar la vista de mí mientras hablaba.

Con el cabello cubriéndole los ojos, ni siquiera podía decir si me había estado viendo.

¿Ella, al menos, era capaz de verme desde allí?

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Hmm… Debo admitir que ser llamado “Koyomi-onii-chan” justo afuera de mi propia escuela fue algo embarazoso… Pero si le dijera que dejara de llamarme así, corría el riesgo de lastimar a Sengoku, quien era como tan delicada como un cervatillo recién nacido…

Si bien mi reacción al verla fue una sorpresa, verme claramente la tranquilizó. Naturalmente, se necesitó una resolución decente para que una estudiante en su segundo año de escuela media fuera a una escuela secundaria, pero se había sentido mucho más asustada de lo necesario. No pude expresarme como quería… Afortunadamente, la hora del día estaba de nuestro lado. Me había quedado hasta tarde en la escuela, incluso entre los estudiantes que se preparaban para el Festival Cultural, por lo que la posibilidad de que alguien supiera que ella estaba aquí era casi nula. Si alguien presenciara esto, definitivamente mi apodo seria “Koyomi-onii-chan”, pero el riesgo tenía que ser bajo.

“U-Um.” Dijo Sengoku antes de quedarse en silencio.

Sabía que ella no era habladora y que tenía que soportar el silencio. Si no podía soportarlo y trataba de llenar el vacío, ella simplemente seria menos comunicativa. Aun así, y esto es solo una forma de hablar, era como si estuviera tratando con una criatura tímida como un conejo o un hámster…

Hmm…

Me hizo querer mimarla.

“Quería… volverte a dar las gracias.” Dijo al fin. “Tú… realmente me ayudaste.”

“Ah, ya veo… ¿Estuviste esperando todo este tiempo sin saber cuándo ibas verme, solo para decirme eso? ¿Cuánto tiempo llevas aquí? Si llegaste justo después de salir de tus clases…”

“Oh, no. Me tomé el día libre. De la escuela.”

“¿Eh?”

Correcto, por supuesto.

Estar en uniforme no significaba que ella había estado en la escuela.

“Está bien, entonces no fuiste.”

“No… yo tenía sueño.”

Esa línea en sí misma, bueno, la hizo sonar como la princesa despreocupada de alguna isla tropical… Mientras que técnicamente la noche anterior había cerrado los ojos en la escuela abandonada, en ese ambiente horrible, con solo una botella de plástico como almohada y otras personas justo a su lado, no es de extrañar que la extremadamente delicada Sengoku no pudiera dormir bien. Incluso yo no pude y volví a la cama después de llegar a casa…

Kanbaru era la extraña por ser capaz de dormir profundamente en ese ambiente. Entonces, después, Sengoku se había ido a casa y se había quedado dormida como yo, pero no pudo levantarse, a diferencia de mí; por lo que había llegado a las puertas de la escuela cuando me iba. Era un día de semana, y el uniforme debió ser su intento de alejar a los oficiales por cualquier acusación de absentismo escolar.

“Vaya, hoy fue el peor momento.” Le dije a ella. “¿No te lo dije? Mi escuela está organizando su Festival Cultural, el cual se llevara a cabo durante el fin de semana, y estamos preparándonos para ello. Por eso terminé saliendo tan tarde, mi error. Um, ¿en realidad te hice esperar más de dos horas?”

“N-No.” Sengoku negó con la cabeza.

¿Eh? Normalmente las clases terminaban a las tres y media, así que se me ocurrió esa cifra suponiendo que ella llego a las cuatro… ¿Podría haberse ido en algún punto intermedio porque me estaba demorando tanto?

“Empecé a esperar alrededor de las dos, así que han pasado más de cuatro horas…”

“¿¡Qué tan estúpida puedes ser!?”

Terminé gritándole con todo lo que tenía.

Esperando frente a las puertas durante más de cuatro horas. En todo caso, el uniforme la hacía parecer más sospechosa. No es como si las clases de secundaria terminaran a las dos. ¿Dónde estaban los guardias de seguridad en los que esta escuela gastó una fortuna? ¿Se sintieron aliviados porque es una linda estudiante de escuela media?

“L-Lo siento, por ser tan estúpida.”

Se había disculpado conmigo.

Nunca antes se habían disculpado conmigo por tal razón…

“Aun así… quería agradecerte… tanto así que no podía quedarme quieta…”

“Qué chica tan correcta eres…”

La palabra que realmente quería usar era tensa.

Solo para agradecerme, ¿eh?

“En ese caso.” Dije. “Deberías estar agradeciéndole a Kanbaru. Ella ya debe haber pasado por aquí, ¿no? ¿No la viste? Tú y yo somos viejos conocidos, mientras ella hizo todo lo que pudo por ti cuando ustedes dos apenas tenían nada que ver la una con la otra. No hay mucha gente como ella.”

En más de un sentido.

No entraré en detalles, pero fue la absoluta verdad que Kanbaru había trabajado desinteresadamente para resolver el caso de Sengoku.

“Sí… yo también lo pensé.” Dijo tímidamente Sengoku. “Tú y Kanbaru-san me salvaron a costa de sus vidas…”

“¡Espera, espera! ¡Exactamente no sacrificamos nuestras vidas para salvarte! ¡Mira, estoy vivo, estoy aquí!”

“Oh… eso es cierto.”

“No digas esas cosas… tan de la nada… guiadas por tus sentimientos.”

“Sí… Así que también quería volverle a agradecer a Kanbaru-san, pero…”

“¿Eh? Oh, ¿Kanbaru aún no ha pasado? Pensé que mi clase era la última en irse… aunque creo que los de segundo año también se pueden entusiasmar al momento de organizar el Festival Cultural. No sé cómo funcionan las cosas para los de primer año, pero los de tercer año estamos ocupados preparándonos para los exámenes de ingreso, y ella parece ser el tipo de persona que se encuentra en el centro de su clase, le guste o no…”

“N-No. Hace media hora más o menos Kanbaru-san paso por aquí.”

“¿Oh, ella lo hizo? ¿No la llamaste porque estaba con sus amigos o algo así? Ella debe tener muchos.”

“No… estaba sola, pero…” Sengoku hizo una mueca difícil. “Antes de que pudiera decir algo, corrió a mi lado tan rápido que casi no pude verla…”

“……”

Kanbaru debió tener prisa…

Supuse que era para hacer algo inconmensurablemente sublime, como terminar de leer la montaña de novelas BL que había comprado el día anterior, pero Sengoku, que dudaba incluso en llamar la atención de la gente que conocía bien, no iba a interponerse en el camino de Kanbaru Suruga mientras corría.

“Pensé que ella podría atropellarme…”

“Sí, entiendo… realmente lo veo posible. Tampoco me atrevería a llamar a Kanbaru mientras está acelerando.”

“Sí. Era como si ella estuviera usando takkyudo.”

“¿Por qué comparas algo que ella hizo con un ataque especial usado por el Príncipe Yamato, uno de los personajes principales de Bikkuriman? ¡No sólo estás haciendo la situación más difícil de entender, sino que estás forzando mi respuesta a ser esencialmente un comentario directo!”

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“Sí. No pensé que lo entenderías.”

Ella parecía honestamente sorprendida.

Hombre, parecía como si hubiera subestimado la cantidad de conocimiento que poseo… Ok, es un mal momento para presumir.

“¿Aun así, las chicas de escuela media de estos días saben sobre Bikkuriman? Tal vez los nombres de los personajes gracias al nuevo juego de chocolates que han estado vendiendo, ¿pero los nombres de los ataques especiales?”

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“Lo vi en DVD.”

“Ah, ya veo… Vivimos en un mundo tan cómodo. Pero de cualquier manera, es una referencia difícil de captar. Al menos podrías haberlo comparado con pasos relámpagos.”

“Pasos relámpagos… Um, ¿eso es cuando… parece que las imágenes destellantes se mueven?”

“¡Eso se llama persistencia de la visión!”

“Oh, ¿en serio? Pero son similares.”

“¡Ni un poquito! ¡No agrupes uno de los secretos mejor guardados de todas las artes marciales con una ilusión óptica básica!”

Cuando le grité a Sengoku, ella me dio la espalda y sus hombros comenzaron a temblar. Me preocupé de que mi dura reacción la hubiera hecho llorar, hasta que me di cuenta de que desesperadamente estaba sofocando una risa.

Ella estaba jadeando por respirar.

Correcto, era fácil hacerla reír.

Al parecer, incluso cuando ella era parte del intercambio.

“Koyomi-onii-chan… eres tan divertido como siempre…”

Así lo dijo ella.

… No podía recordar bien, pero ¿ese había sido mi papel desde la escuela primaria? El pensamiento era algo deprimente…

De cualquier forma, Sengoku tenía la capacidad de ser una divertida compañera de conversación. Tal vez no estaba haciendo todo lo que tenía que hacer, pero estaba bromeando muy bien. De hecho, el día anterior había estado en la cima de sus problemas con excentricidades… tal vez, simplemente, no había tenido la tranquilidad necesaria. Estaba empezando a querer probar la habilidad de esta chica introvertida para sacar a relucir mis destrezas.

Me dijo: “Me preocupa que sus zapatos no duren si corre a esa velocidad… pero Kanbaru-san se veía muy bien cuando corría.”

“Será mejor que no te encariñes demasiado. No quiero retractarme de lo que dije, pero a su manera ella es una molestia. Aunque admito que es una gran persona… Bien, te daré la oportunidad para que le agradezcas de forma apropiada, entonces…”

“S-Sí. Pero… también tenía otra razón para ver a Kanbaru-san.”

“¿La tenías?”

“Sí.”

“Hmm…”

No podía pensar en ningún asunto que Sengoku pudiera tener con Kanbaru aparte de agradecerle, pero, de nuevo, habían pasado una pequeña cantidad de tiempo juntas. Tal vez habían hecho algún tipo de promesa.

“Si quieres.” Le ofrecí. “Podría encargarme de ello por ti. Necesito ir a agradecerle a Kanbaru.”

El caso de Sengoku… el caso de la serpiente de Sengoku.

Si Kanbaru no se hubiera involucrado… era dudoso que yo estuviera aquí hablando con Sengoku. Tuvo que ser irritante recibir una y otra vez las mismas disculpas y agradecimientos, pero una última muestra de gratitud una vez que ambos nos hayamos calmado no parecía imposible.

“Pero…” Dijo Sengoku. “Te estaría molestando.”

“No seas tan ceremonial. Ni siquiera lo consideraría una tarea, así que déjamelo a mí.”

“Oh… entonces tal vez te lo pida, Koyomi-onii-chan.”

Sengoku sacó dos prendas pequeñas y dobladas de la bolsa que llevaba.

Unos pantalones cortos de voleibol y un traje de baño escolar.

Olvídate de no haber pensado en esas prendas, había borrado de mi memoria todos los rastros de ese asunto…

“Las lavé y quería devolvérselas a Kanbaru-san cuando la vi… pero si puedes devolvérselas por mí, por favor, hazlo. Después de todo, cuanto antes, mejor.”

“Sí…”

¡Qué barra tan alta!

Esto sí que es una prueba.

Un chico que recibe pantalones cortos de voleibol y un traje de baño de escuela de una chica de escuela media justo afuera de su escuela secundaria…

Si alguien que conociera me viera, mi apodo daría un salto mortal al pasar de “Koyomi-onii-chan” a, sin lugar a dudas, “Pervertido”. ¡Pero dada nuestra conversación, no pude decir que no! Si esto era una trampa que alguien me había tendido, ¡qué inteligente era! ¡Oh, señor celestial, las tribulaciones que me impones!

“D-De acuerdo… Me quedaré con esto.”

Claro que nunca vería otra ocasión para recibir algo parecido, tomé los dos artículos de Sengoku. Cuando me los entregó, por un breve momento pareció reticente (tal vez sintió que debía devolverlos ella misma), pero al final los soltó.

Hmmm.

Sin embargo, este fue un giro un tanto extraño de los acontecimientos.

Hoy, se suponía que iba a ser memorable para mí.

Cuando nuestra conversación terminó, Sengoku comenzó a sonrojarse, sus ojos en el suelo. Liberada de la excentricidad que fue la serpiente, la oscuridad que la envolvía se había adelgazado, pero su naturaleza evidentemente tranquila parecía inalterada.

En un vago impulso.

Extendí la mano hacia el flequillo de Sengoku.

“… ¿Qué?”

Falle.

Mi mano termino tocando el aire. Sengoku había tirado su cabeza hacia abajo y a un lado para eludirme. En otro vago impulso, de nuevo fui tras ella, pero esta vez ella dio un paso atrás para evitarme.

“¿Q-Qué está mal?” Pregunté.

“No lo sé, solo…”

¿Tenía que actuar tan molesta?

Estos fueron movimientos rápidos que nunca esperarías de Sengoku, alguien que generalmente es de modales modestos. Dicen que los flequillos pueden disminuir tu visión, pero para ella no parecía ser un problema en absoluto.

“… Hmm.”

Pensé en intentar algo.

Deslice mi otra mano hacia abajo para agarrar el dobladillo de su uniforme de una pieza. La forma en que se había movido para evitar que tocara su flequillo me recordó a cómo una chica de primaria podría evadir los intentos de que le voltearan la falda, así que estaba realizando un pequeño experimento.

Sin embargo, Sengoku no reaccionó a esa mano. Todo lo que hizo fue inclinar la cabeza hacia un lado, como si lo encontrara extraño. Se me ocurrió una idea que el día anterior también tuve.

Esta chica era demasiado pura para ser una estudiante de escuela media.

Ella se estaba defendiendo en todos los lugares equivocados.

De inmediato solté su uniforme.

“Al estar frente a ti.” Dije. “Siento como si estuviese en una prueba donde se evalúa mi valor como hombre…”

“… ¿Porque no hablo mucho?”


“No, no es eso…”

Porque ella no habla mucho, eh…

“Así es, Sengoku, hay algo que quería preguntarte. ¿Puedo?”

“¿Hm? ¿Qué es?”

“Nada grave… se trata de Shinobu.”

“¿Shinobu?”

“Ya sabes, esa linda chica rubia en las ruinas de esa escuela de preparación. Tal vez nunca te haya dicho su nombre. Lo que sea. De todos modos, ¿te dijo algo cuando yo no estaba?”

“¿………?”

Sengoku hizo una mueca de desconcierto, como si no entendiera el punto de mi pregunta antes de seguir adelante y responder negativamente.

“Uh-uh.”

Ok.

Bueno, había esperado tanto… Pensé que podría haber algún tipo de terreno compartido entre dos chicas silenciosas, pero ante una mayor consideración, no había ninguna entre Shinobu, que solía ser locuaz, y Sengoku, que siempre ha sido taciturna…

Oshino Shinobu.

Cabello rubio y casco con unos protectores de ojos en la parte superior.

La hermosa chica que, junto con Oshino, mi salvador, actualmente llamaba a esa escuela de preparación abandonada su hogar, aunque su vida allí era demasiado hueca como para describir tal lugar como un hogar.

“Esa chica… es un vampiro, ¿verdad?” Preguntó Sengoku.

No era algo que pudiera ocultar si quería curar las heridas que había sufrido al exorcizar su serpiente, así que ya se lo había dicho anoche antes de acostarnos con botellas de plástico como nuestras almohadas. Como también le habían hablado del brazo izquierdo de Kanbaru, no tuve que andar a la ligera con el tema de las excentricidades en torno a Sengoku.

Excepto cuando se trataba de Hachikuji.

Y Hanekawa, pero aparte de eso no me reserve nada.

“Ah… Bueno, ahora.” Le respondí. “Es más como una burla de un vampiro que un vampiro real.”

Así como yo era más una burla de un humano que un humano real.

Ahora mismo eso era ella.

“Así que es por ella, que tú…”

“No fue nada que ella hizo.” Negué. “Lo que me paso me lo hice yo. Y, sería un error responsabilizar a las excentricidades de cualquier cosa. Todo lo que hacen es existir tal y como son.”

Hay una razón para cada excentricidad.

Es tan simple como eso.

“Sí, tienes… razón.” Asintió Sengoku, el gesto fue solemne.

Parecía estar pensando en mis palabras en relación con su propio caso. Según Oshino, el suyo tenía un significado bastante diferente de los otros casos que había experimentado hasta entonces, por lo que no servía generalizar…

“Pero a diferencia de Kanbaru y de mí.” Dije. “Te has liberado por completo de tu excentricidad. No debes preocuparte demasiado por eso. Todo lo que necesitas hacer es volver a llevar una vida normal.”

Porque tú… puedes volver.

Tenía que volver.

“Sí… eso es cierto, pero ahora, sé que estas cosas pasan… que estas cosas existen… y dudo que pueda fingir que no.”

“…….”

Bueno, sí, dudaba que alguien pudiera.

No era como si Sengoku fuera excepcionalmente tímida. En general, no hay mucha gente que pueda luchar en un campo en el que no se aplican las reglas del sentido común. Tal vez en ese sentido, dar un paso hacia ese mundo y permanecer allí, como Kanbaru y yo, era más fácil para ti.

“Por el momento.” Aconsejé. “Mantente alejada de las maldiciones ridículas, eso es todo lo que puedo decir.”

“Si…”

“Siento que Oshino dijo que las personas que se ven involucradas con excentricidades son más propensas a volver a llamar su atención, pero aun así, que tenía más que ver con la forma de pensar de las personas. Parece que las cosas se pueden equilibrar si eliges evitarlas. Bueno, sólo háblame si pasa algo, ¿te he dado mi número de celular?”

“Oh… No, aún no.”

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De todos modos, no tengo teléfono celular, dijo.

Cierto, tal vez ella me lo había dicho antes.

“Pero.” Insistí. “Todavía me puedes llamar. Vamos, es mejor que lo tengas.”

“Bueno.”

Sengoku se mostró tímida.

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