Seiken Gakuin No Maken Tsukai (NL)

Volumen 6

Epilogo: “Mm… ¿Leo-Kun…?”

“Seria-san… Seria-san, ¿estás bien?”

“Mm… ¿Leo-kun…?”

Leonis se arrodilló junto a ella y sacudió suavemente sus hombros. Los ojos de Lyseria se abrieron, aunque con dificultad.

“Hm… ¿Dónde está el Void…?” Preguntó débilmente.

“Desapareció en una grieta”. Explicó Leonis con amargura.

El desgarro en los cielos del Séptimo Assault Garden se estaba cerrando poco a poco, y los Void que habían aparecido serían eliminados por las unidades militares de la Academia Excalibur.

(… Así que mi séptimo combate con Shardark terminó en empate).

Sin embargo, el mana de Leonis se había agotado casi por completo. Si esa batalla hubiera continuado, sin duda habría perdido.

“… Ya veo. Leo-kun, yo… me alegro de que estés a salvo”.

“Seria-san, por favor no vuelvas a hacer algo tan imprudente… Aun así, gracias por rescatarme”.

Era la segunda vez que le salvaba la vida. Lyseria sonrió suavemente y tomó sus manos entre las suyas.

La Espada Sagrada de Leonis ya había desaparecido. No sabía cómo invocarla a voluntad, así que tendría que preguntárselo a Lyseria más tarde.

(Aun así, pensar que un Rey Demonio como yo despertaría el poder de una Espada Sagrada…)

No es que no haya considerado la posibilidad, pero aun así fue una sorpresa. ¿Y por qué había tomado la forma de una pistola? Se decía que una Espada Sagrada era la materialización del alma de uno, así que debería haber sido un báculo, o quizás una espada, dada su época de héroe.

Las Espadas Sagradas eran supuestamente un poder otorgado a la humanidad por el planeta para oponerse a los Void. Pero ¿era eso cierto? ¿Por qué aparecieron de repente las Espadas Sagradas y los Void hace sesenta y cuatro años? El hecho de que Leonis posea ahora una Espada Sagrada podría ser una pista para resolver el misterio.

El desgarro en el cielo se estaba reduciendo gradualmente. Leonis confiaba en que volvería a encontrarse con Shardark Shin Ignis, el héroe que había sucumbido al poder de la nada. Sin embargo, tal y como estaba Leonis ahora, no sería capaz de detener al hombre que había consumido dioses y Reyes Demonio.

(… Debo acelerar la restauración de los Ejércitos de los Reyes Demonio. Y considero que ya estoy harto de esos tontos que acechan y conspiran entre bastidores).

Leonis dirigió su mirada al cielo y esbozó una sonrisa indomable.

(… Ya es hora de que me mueva para aplastarlos).

En el Antiguo Continente de Veriad, a unos 2700 kilómetros al suroeste, situado a 9044 metros por debajo del nivel del mar, había un punto llamado Golfo Oceánico. Dentro de la oscuridad del agua, ardía una gran llama carmesí.

“… Honestamente, ¿tenía que hundirse tanto…?”

Una chica de una belleza impresionante, con un deslumbrante cabello carmesí, suspiró ante una estructura destrozada. Eran los restos de la Azure Hold, que había caído ante una ofensiva liderada por Gisark, el Dragón Divino de los Seis Héroes.

Veira esperaba utilizar el dispositivo de observación astronómica del núcleo de la fortaleza, el Almagest, para confirmar los cambios en la posición de los cuerpos celestes durante los últimos mil años, y posiblemente resolver el misterio de la Estrella de la Calamidad.

Mirando alrededor de las ruinas, vio muchos huesos de dragón gigantescos hundidos en la estructura. Veira cerró los ojos, lamentando en silencio la pérdida de valientes dragones. Y entonces…

“… ¡Tu reina regresa!”

*¡Thuuuuuuud!*

Golpeó con su puño la puerta, haciéndola saltar de su marco. Entonces el Rey Demonio se aventuró a adentrarse en los restos, caminando descalza. Las partes más profundas de las ruinas estaban protegidas por una antigua barrera que mantenía el agua del mar fuera.

“El Almagest debe estar pasando por aquí…”

Sin embargo, apenas Veira entró en la sala del trono, se detuvo.

“… ¿Quién está ahí?”

Alguien estaba ocupando el trono del Rey Demonio Dragon, como si fuera el dueño del lugar.

“Oh, me ha desplazado un tonto imprudente. Aprovecharse de mi ausencia y sentarse en mi silla…” Veira produjo una bola de fuego roja en su mano. “Soy un Rey Demonio indulgente, así que te reduciré a la nada rápidamente”.

La esfera ardiente salió disparada hacia adelante, derritiendo los pilares de piedra que la rodeaban.

*¡Tiiiiiiink!*

Sin embargo, se extinguieron fácilmente antes de llegar a la figura del trono.

“… ¡¿Qué?!” Los ojos rubí de Veira delataron su incredulidad.

A la luz atenuada de las llamas, divisó a una chica de fría belleza y cabellos del color de las amatistas.

“… No puede ser. ¿Rivaiz Deep Sea, el Rey Demonio de los Mares?”

-FIN DEL VOLUMEN 6-