Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 14

Capitulo 2: Gato Negro Capricho

“Señor Shax, la cena está lista”.

Kuroka y Shax se dirigían a realizar una investigación en nombre del Archidemonio Zagan. Todas las pistas les apuntaban a la ciudad minera Orycheio. Estaba a unos días de distancia de Kianoides, así que esta noche estaban acampando al aire libre. Granos esponjosos cocinados dentro de una olla que colgaba sobre la fogata, mientras que una sopa de fuerte sabor hervía en otra olla al lado.

Kuroka recogió algunos de los granos en dos tazones de metal baratos, luego agregó algunas pequeñas frutas arrugadas. Parecían del tamaño de tomates cherry y no eran muy conocidos en esta región del mundo.

“Aquí tienes.”

“Gracias. ¿Eh? ¿Qué es esto?”

“Es una ciruela en escabeche de Liucaon llamada umeboshi. Oh, supongo que realmente no tienes verduras en escabeche en el continente… Um,

¿supongo que puedes llamarlo una especie de especia?” “¿Algo así como un pepinillo en vinagre, tal vez?”

“Más o menos. Eso es lo más parecido a eso. Intente romperlo con su tenedor y mezclarlo con los granos. Con suerte, se adapta a tus gustos”.

Kuroka sonrió y Shax miró a su alrededor desconcertado.

“O-Okay.   Estoy bien con cualquier cosa, siempre y cuando sea comestible”.

El enrojecimiento de su rostro no era solo por la luz del fuego. Y al ver eso, Kuroka se llenó de alegría por dentro.

¡La táctica ofensiva que Nephy me enseñó es realmente efectiva!

Por mucho que intentara atraerlo, Shax nunca se había dado cuenta. Se había sentido como una completa pérdida de esfuerzo. Cuando Kuroka se lamentó por este hecho, Nephy le dio un consejo.

“Para capturar a un hombre, es bueno empezar por conquistar su estómago”.

Kuroka no había tenido muchas oportunidades de involucrarse en el romance en el pasado, pero también había oído hablar de este método. Nephy le había dicho que la táctica había ayudado a hacer grandes avances en Zagan.

Afortunadamente para Kuroka, Shax era bastante incapaz de cocinar. Si lo dejaban solo, era probable que se comiera las malas hierbas de su entorno. Después de todo, los hechiceros eran capaces de funcionar sin ningún tipo de comida durante unos días. Debido a ese hecho, era algo indiferente a la hora de comer. Sin embargo, eso también podría interpretarse como una falta de defensas en esa zona. Zagan había preparado esta rara oportunidad para que ella estuviera a solas con Shax, así que, aprovechando la oportunidad de tener que acampar, Kuroka comenzó su feroz ofensiva.

Sin embargo, umeboshi vino de Liucaon. Por lo tanto, no estaba familiarizado con este tipo de comida. Shax trató de perforarla con su tenedor, pero había una gran semilla en el medio. Y así, todo lo que logró hacer fue hurgar en vano en el exterior. Incluso cuando trató de romperlo, solo logró hundirlo en los granos blandos debajo.

“¿Hm…? Grrr… Esto es bastante difícil.”

Parece difícil de manejar con un tenedor…

Claramente había cometido un error, pero Kuroka aprovechó esta oportunidad para impulsar su avance con más fuerza. Esbozó una sonrisa forzada y tomó el cuenco de Shax.

“Lo siento. Es un poco difícil de hacer con un tenedor. Por favor, entréguemelo por un minuto”.

Con eso, metió la mano en su parte superior y sacó un pequeño par de palos de hierro. Shax se puso rígido ante el movimiento por un segundo.

“¿Ocurre algo?” preguntó Kuroka.

“N-No. No es nada. De todos modos, ¿qué es eso?”

“Estos son palillos. Son utensilios que se utilizan para comer. Bueno, también es bastante obsoleto en Liucaon, por lo que hoy en día solo los ves en pueblos y asentamientos realmente antiguos”.

La familia de Kuroka era considerada una de las tres grandes familias reales, pero en realidad vivían en un pequeño asentamiento en las montañas. No habían sido dueños de un castillo como los Neptunias o Hypnoels, por lo que Kuroka se consideraba más una terrateniente local que la realeza. Y como resultado, también habían sido la única familia real que todavía usaba palillos. Naturalmente, no había forma de que el castillo de Zagan estuviera equipado con ninguno, por lo que Lily y Selphy le habían regalado un par para su cumpleaños el otro día junto con algunos umeboshi.

Kuroka atravesó el umeboshi con un palillo y hábilmente lo partió con el otro.

“¿H-Hm…? Esa es toda una habilidad”.

“Cualquiera puede hacerlo una vez que aprende cómo”.

Habiendo dicho eso, estaba feliz de ser elogiada, por lo que sus orejas de gato se movieron.

“Palillos…” murmuró Shax, sin dejar de mirar a su alrededor inquieto. “Oh, ahora lo recuerdo. Los he visto en alguna literatura antigua sobre Liucaon.”

“¿Mmm? ¿Has leído libros sobre la cultura de Liucaon?” preguntó Kuroka, mirando a Shax con sus ojos rojos, sin dejar de mover las manos todo el tiempo. “Estoy un poco interesada en lo que se escribió”.

“Bueno, eran solo revistas médicas”.

“¿Revistas médicas?” repitió Kuroka, ladeando la cabeza ante la inesperada respuesta.

“Sí. En el continente, usamos fórceps para fijar cosas en su lugar y para extirpaciones quirúrgicas, pero Liucaon no tenía tales herramientas en ese momento. Los palillos eran inesperadamente versátiles, por lo que hubo un hechicero que investigó si podían aplicarse para uso médico”.

“Señor Shax… Sé que fui yo quien preguntó, pero estamos comiendo aquí”.

La simple idea de usar palillos para las escisiones quirúrgicas hizo que Kuroka hiciera una mueca. No era un tema para la hora de comer. Shax era un hombre que no sabía nada del tacto, por lo que esto no la sorprendió. Después de todo, esa era una de las principales razones por las que Kuroka aún no había hecho ningún progreso con él a pesar de ser bastante agresivo.

Aun así, Kuroka no tenía intención de dar marcha atrás hoy. Después de romper la fruta roja y esparcirla en los granos, pellizcó un bocado con los palillos y se lo puso frente a la boca de Shax.

“Aquí, abre bien”.

“¡¿Q-Q-Q-Qué estás haciendo?!”

Su agitación era tan agradable de escuchar. “Abre bien”, repitió lenta y deliberadamente. “Ugh… Pero…”

Parecía extremadamente en conflicto, pero todavía era alguien que deseaba tratar con cariño a Kuroka. Se dio cuenta de que él quería cumplir con sus expectativas por su expresión angustiada y la gota de sudor frío en su mejilla, pero simplemente era demasiado vergonzoso para él. Esto trajo una sonrisa renovada a los labios de Kuroka, y sus mejillas se pusieron rojas mientras temblaba de alegría.

Su padre adoptivo, Raphael, probablemente habría golpeado el cuello de Shax de inmediato si hubiera visto esto, pero no estaba cerca. Kuroka empujó hacia adelante sin dudarlo. Ante tal determinación, Shax finalmente capituló y abrió la boca.

Kuroka felizmente lo alimentó. La intensa batalla solo había durado unos segundos y había terminado con Kuroka como vencedora.

“Hee hee… ¿Qué tal?” “A-Ah… Bien… creo”.

Parecía que ni siquiera podía saborear nada, pero esa reacción fue suficiente para satisfacer a Kuroka.

¡No dejaré que me trate como a un niño nunca más!

“Esto es un poco astuto. Deberías cortarlo…”, dijo Shax, alborotándose el cabello y desviando la mirada.

“¿Oh? ¿Qué tiene de astuto? Nephy y Zagan lo hacen todo el tiempo”.

Lo hicieron con audacia en el comedor del castillo cada vez que tuvieron la oportunidad, por lo que Shax definitivamente lo había presenciado antes. Aparentemente, los dos solo lo hicieron cuando pensaron que nadie estaba mirando, pero todos los residentes del castillo eran especialistas de élite en sus propios campos. Incluso Lily y Selphy, que no eran hechiceras, a menudo lo notaron dos de cada tres veces. Sin embargo, eso no era a lo que se refería Shax.

“No, eso no…” murmuró.

“¿Hm…? Oh,” murmuró Kuroka mientras ladeaba la cabeza, luego se dio cuenta de lo que estaba insinuando.

¿Porque voy a usarlos yo mismo después…?

Ella se puso rígida ante la idea. En otras palabras, sería un beso indirecto.

¿El Archidemonio y su novia lucharon diariamente en una batalla de tan alto nivel?

Kuroka de repente sintió que estaba haciendo algo realmente malo, pero también sintió que no podía dejar pasar esta oportunidad. Empezó a entrar en pánico, dejando escapar sonidos incomprensibles, cuando Shax se dio cuenta de lo que había sugerido.

“¡E-Espera! ¡Eso no es lo que quise decir! Bueno, eso también es un problema, pero…”

“¿H-Hwuh? ¿No es? Pero, ¿qué más podrías…?”

¿Hay algo aún más grande que un beso indirecto en juego?

Al ver a Kuroka tan nerviosa, Shax concluyó que sería más problemático tenerla preocupada por lo desconocido y se resignó a decírselo.

“Um, quiero decir, esos palillos que estás sosteniendo…” “¿Sí?”

“¿Dónde los guardaste?” preguntó vacilante. “Contra mí… ¿Eh?”

Él tenía un punto. Kuroka había guardado el regalo que había recibido de sus amigos de la infancia escondido en su ropa, directamente contra su pecho. Eran, por supuesto, queridos para ella, pero los palillos de metal también eran lo suficientemente resistentes como para usarlos como armas. Eran un último recurso si alguna vez la dejaban desarmada. Como tal, los había mantenido en un lugar donde nunca se caerían y al mismo tiempo eran fáciles de alcanzar.

En otras palabras, acababa de obligar a un hombre a comer con palillos que se habían calentado por contacto directo con su piel. Kuroka poseía una tremenda fortaleza mental, pero no podía soportar algo tan severo. Dejó el cuenco con calma y colocó los palillos encima, luego hundió la cara entre las manos y se retorció de vergüenza. Sus orejas triangulares incluso se aplanaron por la vergüenza.

“Um, lo siento por ser tan irreflexiva…” murmuró.

“E-Está bien. Es mi culpa por no señalarlo antes…”

El silencio cayó sobre ellos. Solo se podía escuchar el sonido de la fogata crepitante. Después de un tiempo, Kuroka de repente se dio cuenta.

¿Eh? Entonces, ¿se lo comió a pesar de que ya se había dado cuenta?

No solo eso, sino que lo había llamado astuto. Kuroka sintió que sus mejillas ardían tanto que pensó que se incendiarían.

¿Quién es el astuto aquí…?

Hizo lo que ella quería a pesar de saber dónde habían estado los palillos, luego le mostró lo conmocionado que estaba por eso, y no solo eso, no parecía odiarlo en absoluto.

¿Qué debo hacer? ¡No puedo dejar de sonreír!

Había cavado una gran tumba para sí misma, pero era como si alguien la hubiera sacado del fondo. No podía mirar a Shax a los ojos, pero tampoco podía contener las emociones que crecían en su interior.

“¿U-Um, Kurosuke…?”

Kuroka miró hacia el cielo y resistió el impulso de rodar por el suelo, luego decidió tomar asiento junto a Shax. Sus dos colas rozaron juguetonamente su espalda, ignorando por completo su propia voluntad, pero él no pareció prestarle atención.

“Señor Shax,” dijo Kuroka, su rostro aún entre sus manos. “Por favor, quita la sopa del fuego. Se quemará.”

“C-Claro…”

Sus manos estaban ocupadas, por lo que no podía hacerlo ella misma. Shax retiró la olla del fuego y luego sirvió porciones para los dos sin decir una palabra más.

“Uhhh, ¿puedes comer…?” preguntó. Kuroka negó con la cabeza vigorosamente.

“Supongo que no. Bueno, puedes tenerlo más tarde”, murmuró Shax para sí mismo. Pero entonces, de repente, el estómago de Kuroka gruñó en voz alta.

Habían estado caminando durante todo un día y habían tenido que preparar este campamento. Esto trajo tanto fatiga como hambre. Ahora que había escuchado gruñir su estómago, incluso las orejas humanas de Kuroka se pusieron de color rojo brillante. Con sus manos aún presionadas contra su rostro, Kuroka miró a través de los espacios entre sus dedos con ojos llorosos y miró a Shax.

“Oye, eso no fue mi culpa, ¿verdad?” “…yo.”

“¿Qué?”

“No puedo usar mis manos, así que por favor aliméntame”. “¡¿Wuh?!”

Kuroka estaba más allá de cualquier esperanza en este punto, por lo que trató de persuadirlo con total desesperación. Shax estaba claramente conmocionado, pero se dio cuenta de que sería inútil tratar de protestar. Y así, en poco tiempo, dejó escapar un suspiro de impotencia.

“No le digas a nadie, ¿okay?”

¡¿Él realmente lo va a hacer?!

Kuroka le devolvió un pequeño asentimiento, las orejas sobre su cabeza saltando arriba y abajo de alegría.

Shax tomó un sorbo de sopa con una cuchara y luego la sopló para enfriarla. Luego movió la cuchara ante Kuroka.

El simple hecho de esperar hizo que su corazón latiera tan fuerte que pensó que se le saldría de la garganta. Tímidamente abrió la boca y la cerró sobre la cuchara. Todavía tenía las manos en la cara, por lo que parte de la sopa se deslizó por su barbilla y le cayó sobre el pecho. Y con un fuerte trago, tragó lo que tenía en la boca.

“Uhhh… ¿Qué tal?” preguntó Shax. “…Bueno.”

Honestamente, ella realmente no podía saborear mucho de nada.

“En ese caso, al menos puedes mostrarme tu cara”, dijo Shax con una leve sonrisa en su rostro.

Estaba bastante segura de que cualquiera sería capaz de escuchar los latidos de su corazón en este punto. Aun así, esas palabras le otorgaron la determinación que necesitaba. Kuroka bajó las manos y, manteniendo los ojos fijos en el suelo, tocó la cara de Shax.

“¿Eh…?”

Después de eso, ella giró con fuerza su rostro hacia ella, luego lo miró lentamente con los ojos vueltos hacia arriba.

“¿P-Podrá… esto hacer…?” preguntó ella, su voz algo estridente.

Sus emociones se disparaban. Incluso tenía lágrimas en sus ojos rojos. Su nerviosismo parecía ser contagioso. Shax estaba claramente conmocionado. Podía decir que sus ojos estaban siendo atraídos hacia sus labios.

¿Qué está pasando? A este ritmo, siento que funcionará…

Kuroka se acercó, tirando de Shax hacia ella al mismo tiempo. Shax no se resistió. Debido a su viaje, su rastrojo era más prominente que de costumbre. ¿Le picaría si le tocara la cara? Kuroka cerró lentamente los ojos, y justo cuando estaba a punto de presionar sus labios contra los de él…

“¡Achu!” “¡¿Hwuh?!”

Kuroka estornudó como si ya no pudiera soportar la tensión en el aire. En un instante, los dos volvieron a sus sentidos y se alejaron tambaleándose el uno del otro con un vigor increíble.

“¡L-L-L-L-L-L-L-L-Lo siento!”

“¡E-E-E-E-E-E-E-E-Está bien!”

Tal vez ella había llevado eso un poco demasiado lejos.

¡¿Q-Qué estaba tratando de hacer?!

El estado de ánimo parecía indicar que Shax la aceptaría. Había sido la oportunidad de su vida. Sin embargo, si realmente hubiera tenido éxito, Kuroka estaba segura de que su corazón no habría podido aguantar.

Aun así, Kuroka no se atrevió a intentarlo de nuevo. Además, el ambiente agradable se había arruinado por completo. Su propio error había causado esto. El viento de la noche era lo suficientemente frío como para hacerla temblar, pero era incapaz de enfriar el calor en sus mejillas. Kuroka dejó escapar un gemido incoherente, luego algo cálido de repente cubrió su espalda.

“¿Eh…?”

Miró hacia arriba y vio que Shax le había puesto el manto sobre los hombros.

“Es… um, ya sabes… frío si te alejas demasiado del fuego”.

A pesar de su error extremadamente descuidado, Shax todavía se portaba bien con ella como si fuera perfectamente natural que lo hiciera.

Me equivoqué de nuevo…

Kuroka volvió al fuego y se volvió a sentar, luego se apoyó contra Shax. “Hace frío… así que ¿puedo quedarme a tu lado?” ella preguntó.

“Sí, sí, seguro”.

Él la estaba tratando como a una niña otra vez, pero ella no podía discutir después de su exhibición anterior.

“Vamos, come. Se enfriará”, dijo Shax.

Él tenía un punto. Les había servido sopa a los dos y ella solo había probado un bocado. Y así, Kuroka continuó comiendo inquietamente.

“Hee hee…” Kuroka se rio. “¿Qué…?”

“Estaba pensando… esto no es malo”. “¿Es así?”

Su comida se había enfriado, pero las mejillas de Kuroka permanecieron calientes todo el tiempo.