Kuro no Shoukanshi (NL)

Volumen 3

Capitulo 4: Celebración

Parte 2

—Una Parca, dices. Así que es fuerte…

— ¡Jajaja, de toda la gente para llamar la atención, ese bastardo de Clive fue y se encontró con una Parca!

Las circunstancias de Trycen eran peores que nunca. Sin embargo, tanto el rey Zel como el príncipe Azgrad parecían estar de buen humor, aunque por razones bastante diferentes.

—Les pregunto una vez más, ¿qué es lo que debería hacer nuestro país ahora?

***

—Maldita sea, me duele la cabeza. ¿En qué está pensando Su Majestad?

Una vez terminada la reunión, la mayoría de los asistentes se habían marchado rápidamente.

Los únicos que seguían en la sala eran Dan, Jin y Shutola.

—General Dan, ¿está usted bien?

—No hay necesidad de preocuparse por mí. Pero esta confirmación de la guerra y la transferencia de la Orden de los Caballeros Mágicos a Tristán… nada de esto parece tener sentido. Su Majestad ha cambiado mucho. Antes era una persona firme y confiable como usted, Shutola-sama.

Al ver que Dan parecía afligido, Shutola suspiró lentamente, como para relajar sus nervios.

—Dan. Jin. Hay algo que quiero discutir con ustedes dos. ¿Me prestan su tiempo?

Bajo la base de la Orden de los Caballeros Dragón había un profundo barranco. O más bien, sería más exacto describirlo como que la base había sido construida sobre un puente que colgaba sobre el barranco.

Los dragones montados por los caballeros de la orden tenían sus nidos en ese barranco, donde profundizaban sus vínculos con sus compañeros y se entrenaban cada día.

Aunque Trycen generalmente pregonaba la supremacía humana, las cosas eran diferentes en este lugar. Aquí, humanos y dragones eran iguales que depositaban su confianza en el otro. Antes había formado parte de la Orden de los Monstruos Mixtos, pero con la instalación de Azgrad como general, sus principios drásticamente diferentes llevaron a una ruptura y al establecimiento de una rama completamente separada.

La disposición del valle era tal que cuanto más fuerte era el dragón, más abajo podía hacer su nido. Por ello, el querido compañero de Azgrad estaba en el fondo. Estaba oscuro allí abajo, y la visibilidad era dudosa incluso cuando el sol estaba en su cenit y brillaba directamente hacia abajo. Todo el suelo del valle estaba reservado para esta única bestia.

—Hola, ¿estás bien? En realidad, sólo estás durmiendo todo el tiempo. Oh, vamos, ¿todavía estás enfadado? —El tono de Azgrad era cálido y agradable, como si estuviera hablando con un amigo cercano. —El collar va en contra de mis principios, lo sabes. La comunicación honesta y abierta es lo que nos hace ser caballeros dragón. Pero ya hemos hablado de eso antes. Hoy, he venido a traer noticias interesantes. Al parecer, ha aparecido un hombre capaz de matar al Señor Gigante y a Clive.

Los párpados del dragón se movieron.

—Eso te ha llamado la atención, ¿verdad? ¡Un hombre de verdad no puede evitar emocionarse al escuchar eso! Como hijo del poderoso Rey Dragón de la Oscuridad, ¡sabía que lo entenderías!

***

Gracias a que el rey Leonhart añadió su sello de autorización a mi tarjeta de gremio, la capital de Gaun se añadió a la lista de lugares que podía visitar usando la puerta de tele transportación. Según él, la puerta de Gaun también estaba debajo de su palacio real, al igual que la de Toraj. El rey prometió generosamente arreglar las cosas con el guardián de la puerta para que yo fuera libre de ir y venir cuando quisiera.

La noche en que derrotamos al ejército Tryceniano, otra fuerza de Gaun llegó al Bosque de Crests y tomó posición como nueva guardia de protección de la frontera. No llegué a conocerlos en personas, pero al parecer se trataba de un grupo de élite dirigido personalmente por uno de los hijos de Leonhart.

—Llegaron justo a tiempo para ayudar a limpiar los monstruos perdidos. Les he ordenado que pasen a la vigilancia protección en cuanto terminen.

Al menos, eso fue lo que me dijo Leonhart, pero mi suposición era que ya había estacionado la fuerza cerca en caso de que algo saliera mal durante nuestra defensa de la aldea. Para él, proteger a los elfos era una prioridad absoluta, independientemente de que yo aprobara mi examen o no.

Aquella noche, toda la aldea salió a la calle con toda su fuerza para celebrar una gigantesca fiesta. Incluso Efil, que normalmente insiste a limitarse a sus deberes de sirvienta, lo disfrutó mucho. Me di cuenta de que comía mucho más de lo que solía hacer. Tal vez, al ser una semielfo, la cocina de aquí encajaba especialmente con su paladar.

La mayoría de los platos estaban hechos con ingredientes que se podían encontrar en el bosque, como setas y frutas, y tenían condimentos bastante sencillos. También se ofrecía un monstruo parecido a un jabalí, aunque tenía la sensación de que era algo que se había preparado especialmente por consideración a mi grupo y a los soldados de gaun recién llegados que estaban apostados aquí.

Habiéndome acostumbrado a la excepcional cocina de Efil, la comida me pareció un poco insatisfactoria, pero los elfos seguían ofreciéndome más, lo que me hizo comer en exceso. Sin embargo, me gustaría dejar constancia de que no llegué a consumir ni una quinta parte de lo que comió Melfina. Juraría que se llevaba más comida que el volumen de todo su cuerpo.

De vez en cuando, la hija de Nellas venía a rellenar mi copa con vino de frutas. Cada vez, me preparaba, temiendo que fuera el rey Leonhart en su lugar. Era realmente problemático que ni siquiera Ojo Analizador pudiera notar la diferencia. Teniendo en cuenta la maestría con la que el Rey Bestia copiaba el aura de la chica, ni siquiera Nellas podía ser culpada de confundir a los dos.

En cuanto a mis compañeros, eran los mismos de siempre. Después de haberse emborrachado por completo, Sera vino a meterse conmigo y no me soltó. Gerard estaba en lo alto de una plataforma que juraría que no había estado allí antes ese día y estaba compartiendo los mejores momentos de la pelea.

— ¡Kelviiiin! ¿No me merezco, hic, algunos cUmpLIdOs también?

—Muy bien, muy bien. Buen trabajo, Sera. Buena chica, buena chica. ¿Puedes dejarme ir ya, por favor?

— ¡Ya estás intentando cambiar el tema otra vez!

—Y entonces dije: “¡Si quieres pasar, tendrás que derrotarme primero!” —Un rugido de vítores se elevó. Amigo, pero no hiciste ninguna pelea…

—Digo, ¿a dónde estás mirando?

Había empezado a beber lentamente por mi cuenta, pero de alguna manera terminé atrapado en el caos. Mierda, creo que siento que mis huesos crujen.

— ¡Ah, te he encontrado, Kel-nii! Las cosas se han vuelto realmente locas donde está Mel-nee!

—Creo que estoy más preocupado por lo locas que se están poniendo las cosas con mi brazo ahora mismo.

— ¿Qué? ¿No es eso un beneficio secundario, sin embargo? Así es como siempre se representa en el manga.

Ya ni siquiera puedo sentir mi mano. ¿Entiendes lo cansado que es usar la magia curativa para restaurar continuamente mi propio brazo antes de que se rompa?

—De todos modos, ¡no importa eso! Mel-nee está celebrando un concurso de comida con los soldados gaunianos de allí, ¡y ya ha vencido a seis de ellos! Al parecer, algunos de los elfos han tenido que salir a cazar más caza porque se han acabado los ingredientes.

— ¿Todavía tenía espacio para más? —Ella ya había comido suficientes porciones para varias personas cuando estaba en mi mesa antes…

— ¡Riiiiooon, ahora es mi hora! ¡Vamos, shoo, shoo!

—Sera-nee, ¿qué tal si te llevo a la cama? Nos vamos mañana por la mañana, ¿recuerdas?

— ¡No quiero!

A pesar de su pequeña estatura, Rion se las arregló para quitarme a Sera de encima y llevarla a caballito. Sera opuso una resistencia simbólica, pero en su estado de embriaguez, no era rival para la Héroe sobria. Y la posición de caballito parecía haber hecho el truco de provocar su somnolencia, ya que mi compañera demonio se calló rápidamente y empezó a respirar tranquilamente.

—Parece que lo has pasado bastante mal, Kel-nii.

—Gracias, me has salvado. Mi brazo estaba literalmente a punto de doblarse en una dirección que definitivamente no debería.

—Eso sólo demuestra lo mucho que Sera-nee piensa en ti. Como hombre, tienes que responder adecuadamente a sus sentimientos.

Lo estoy intentando, de verdad. ¿Ayudaría si subiera el Muro de Hierro un rango o dos?

—Como ya es bastante tarde, creo que llevaré a Sera-nee a la cama y luego me iré a dormir.

—Me parece bien. Buenas noches, Rion. Sé que ya lo he dicho varias veces, pero hoy has hecho un trabajo increíble.

—No, lo que fue increíble fue tu mando. Sólo hice lo que cualquiera hubiera hecho en mi posición. Pero, si pudiera tener una recompensa…

— ¿Hay algo que quieras?

—Hmmm… no importa, es un secreto. Buenas noches.

Después de despedirlos, me quedé solo. Pues bien, ya es hora. Nos pondremos en marcha hacia Parth por la mañana. Rion y Sera ya se han ido a la cama, así que probablemente debería hacer lo mismo. A Gerard puedo dejarlo solo, ya que se despertará a tiempo de todos modos. Pero Melfina es extremadamente mala con las mañanas. Parece que todavía está en medio de su concurso de comer también, así que puede que tenga que obligarla a irse a la cama.

—Lo que nos deja sólo a… Efil.

***

Una suave brisa sopló en lo alto de la muralla, llevándose los débiles sonidos de alegría que habían viajado desde la plaza del pueblo. Efil estaba sola, mirando al cielo del este, con su cabello rubio ondeando al viento.

— ¿Qué haces aquí?

—Oh, maestro.

Cuando la llamé, se dio cuenta de mi presencia inmediatamente y se volvió hacia mí con una sonrisa. Su cara parece un poco roja. La he visto beber un poco esta noche, aunque normalmente no participa. ¿Podría ser por eso?

—Supongo que este muro también tiene que desaparecer mañana. Prometí volver a dejar todo como estaba una vez terminada la batalla.

—Maestro, Nellas-sama me ha dicho que no le importa que el muro se quede. A los hombres de la aldea les ha gustado bastante.

— ¿De verdad? Bueno, entonces se queda, supongo.

—Estoy seguro de que estarán encantados. Pero al menos, volvamos a normalizar el agua del foso— dijo Efil, riéndose un poco.

—Pareces algo sonrojada. ¿Has bebido demasiado?

—No es eso, Maestro. Sólo he bebido una taza esta noche.

—Ah, ¿entonces estás cansada de recibir todas las palabras de agradecimiento de los aldeanos? Deberías haber seguido acostada un poco más y descansar más.

—Gracias por su preocupación, Maestro.

La conversación llegó a su fin allí, y el silencio llenó el aire. El rostro de Efil seguía rojo, pero su expresión era de asombro.

—Todavía no puedo creer todo lo que ha pasado aquí. Estoy muy agradecida por haber venido. Nellas-sama y todos los demás me han tratado con tanto cariño a pesar de que sólo la mitad de mi sangre es élfica. Sobre todo, he podido aprender algo sobre mi madre.

La madre de Efil, Rumil, era una elfa que supuestamente tenía un extraño parecido con su hija. Por desgracia, hacía tiempo que había muerto, así que no había forma de conocerla en persona. Aun así, haber encontrado una pista sobre ella parecía significar mucho para Efil, que había pasado toda su vida como huérfana.

—Todavía no sé nada de mi padre ni de cómo llegué a ser, pero ocurrió algo que me hizo lo suficientemente feliz como para no pensar en eso, así que…— Durante la última mitad de su frase, la voz de Efil se hizo cada vez más suave hasta ser casi ininteligible. Por el contrario, su rostro parecía enrojecer cada vez más.

— ¿Seguro que estás bien, Efil? Es bastante tarde… ¿quieres ir a la cama?

—S-Sí, ¡vamos a la cama juntos! —Me giré para bajar las escaleras, pero ella me llamó de repente. —Maestro, yo… lo apoyaré con todas mis fuerzas, incluso más de lo que he hecho hasta ahora. Entonces, ¿puedo… puedo seguir sirviéndole el resto de mi vida?

Efil esperó mi respuesta con una mano tocando el collar de su cuello y sus ojos desviados con ansiedad. Lo que llevaba era un Collar de Esclavo, un artículo que se utiliza habitualmente para que un esclavo obedezca las órdenes de su amo. Como en nuestro caso no era en absoluto necesario, me había ofrecido a quitárselo en numerosas ocasiones, pero ella siempre se negaba con firmeza, diciendo: —Usted mismo me lo dio, amo, y es mi orgullo. Por favor, no me lo quite.

Debo haber hecho un mal trabajo si ella pone esa cara de preocupación. Vamos, que sólo tendré una respuesta a esa pregunta.

***

En lo alto de su plataforma, Gerard seguía relatando con entusiasmo los acontecimientos del día.

—Entonces mi rey, Kelvin, miró directamente al general enemigo y declaró: “¡No te atrevas a ponerle la mano encima a mi mujer!”.

Los elfos silbaron y pisaron fuerte al llegar al máximo de su emoción al escuchar el apasionante relato del caballero. Al otro lado de la plaza, Melfina, rodeada por todos lados por los cuerpos inconscientes de los soldados de gaun derrumbados, juntó las manos diciendo: —Uf, qué delicia. Agradezcamos siempre los alimentos que comemos.

En definitiva, la escena era un caos absoluto.

(Bueno entonces, creo que me iré a la cama pronto. ¿Qué hay de ti, Ger…? ¡Espera!).

(¿Qué pasa, princesa?). Gerard respondió, emanando el aire de alguien que acaba de conseguir un gran logro.

(Intenta escuchar los sonidos que capta el clon de Clotho que acompaña a Efil en lo alto del muro).

(My, oh my. Mi rey ha bloqueado la Red, pero está claro que se ha olvidado de la presencia de Clotho). [N.T: Oh my: una forma de decir que alguien se sorprende por algo, a veces siendo un poco sarcástico].

(Esas son cosas verdaderamente groseras las que está diciendo. Hasta yo me estoy avergonzando al escucharlo…).

(No puedo dejar pasar esto, ¿verdad?).

Gerard subió de nuevo al escenario.

— ¡Disculpas por la espera, todos! Esta es la mejor parte, así que escuchen. Esta es la parte final de la actuación de su servidor, ¡así que aquí va!

En respuesta, tanto los elfos como los soldados, que acababan de volver a la vida, rugieron de euforia e hicieron sonar sus puños en el aire.

—Oh, ¿vas a decírselo? Uh… ¡lo siento, cariño!

Sin saberlo en ese momento, esta noche pasaría a la memoria de Kelvin como un episodio muy oscuro.

***

Al día siguiente, temprano, nos despedimos de la Aldea de los Elfos y partimos hacia Parth. Nellas y los aldeanos nos invitaron a quedarnos un tiempo más, pero Ellie y Ruka nos esperaban en casa. Cuanto más tiempo estuviéramos fuera, más se preocuparían.

Los elfos reunieron hasta la última moneda que tenían y trataron de dárnoslas todas, pero lo rechazamos. No podíamos dejarlos en la bancarrota. En su lugar, les pedimos que recogieran la clase de productos frescos que sólo se podían encontrar en su bosque.

Ah, a Efil le gusta esta fruta. Seguro que sabían lo que tenían que traer.

En la puerta de la aldea, Nellas y Leonhart (que volvía a tomar la apariencia de la hija del Anciano) nos despidieron.

—Tengan por seguro que Gaun se encargará de proteger la aldea. La próxima vez, usen la puerta de tele transportación y vengan a visitar nuestra capital. Les daremos la bienvenida.

— ¡Espero que por fin nos muestres tu verdadera apariencia entonces!

— ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! Muy bien, te lo prometo. Aunque me imagino que estarás ocupado durante bastante tiempo, al haber alcanzado el Rango S.

— ¿Qué quieres decir?

—El nacimiento de un nuevo aventurero de rango S requiere una celebración en toda la ciudad. Al fin y al cabo, es algo que sólo ocurre una vez cada pocos años, más o menos, en todo el continente.

—Eh, sabes, prefiero no ser tanto el centro de atención…

—Vamos, no es algo tan malo. Ser famoso también tiene sus ventajas. Además, las celebraciones son una de las pocas fuentes de entretenimiento de los ciudadanos. Es una tradición que el día de la ceremonia de promoción se haga todo lo posible para una gran celebración. La última vez fue… así es, Sylvia, hace un año. Ella ascendió a través de las filas al igual que tú. Cuando lo pienso así, todos los novatos recientes parecen tan talentosos. Resulta que su ascenso tuvo lugar en Gaun, ¡y le hicimos la mayor celebración posible! Por supuesto, ¡ella misma estaba demasiado avergonzada para asistir a ella! Ja, ja, ja.

Uh, ¿eso no significa que básicamente huyó? Y espera, ¿siguieron adelante con la celebración a pesar de que la invitada de honor nunca apareció? Vaya. Sólo… wow.

—Así que realmente nos dejas, Kelvin-dono, Efil-san…— dijo Nellas con tristeza.

—Gracias por todo lo de ayer, Nellas-sama— respondió Efil con una refinada reverencia.

—No fue nada comparado con lo que has hecho por nosotros. Nosotros somos los que deberíamos dar las gracias— replicó Nellas con un gesto de disgusto, mientras él y los elfos que estaban detrás de él bajaban profundamente la cabeza.

Vaya, se siente tan extraño ser inclinado por tanta gente.

—Por favor, considera esta aldea como tu verdadero hogar y ven a visitarla cuando quieras. Todos nosotros estaremos esperando. Oh querida, casi lo olvido— El anciano sacó una pequeña caja con joyas y se la pasó a Efil. —Efil-san, esto es tuyo.

—Umm, ¿qué es esto?

—Es un recuerdo de tu madre, Rumil. Por favor, llévatelo. Estoy seguro de que ella hubiera querido que lo tuvieras.

—Un recuerdo de mi madre…— Efil aceptó la caja y, en silencio, levantó la tapa para mirar dentro. — ¿Un broche para el cabello?

—Rumil llevaba esto cuando la encontramos. De hecho, era el único objeto que llevaba que quedaba intacto.

—Los adornos de esmeralda son preciosos, ¿verdad? Bien por ti, Efil! —Dijo Sera, mirando de cerca el broche desde un lado.

Activé Ojo Analizador desde mi posición un poco más alejada. Este “broche mágico para el cabello” no sólo fue adornado maravillosamente, él también había sido hecho a mano de una manera tal que las características de las joyas mágicas encajadas en él conservaron sus características funcionales. De hecho, me atrevería a decir que la eficacia de las Joyas Mágicas era aún mayor que cuando estaban en su forma cruda y sin procesar.

No cabía duda de que era la obra de un maestro artesano. El broche para el cabello tenía la forma de una pequeña flor, con pequeñas esmeraldas incrustadas en cada pétalo. Lo que le faltaba de vistosidad, lo compensaba con creces con elegancia y belleza.

—Efil, ¿qué tal si te lo pruebas? Estoy seguro de que te quedará bien— sugerí. — ¿De verdad puedo? —Preguntó vacilante.

—Ya es tuyo— respondió Nellas. —Siéntete libre de hacer lo que quieras con él.

—Um, en ese caso… Maestro, ¿puede hacerlo por mí?

—Claro.

Di la vuelta por detrás y le solté el cabello, para luego rehacerlo con cuidado usando el broche mágico. De vez en cuando en casa, cuando me levantaba lo suficientemente temprano, le cepillaba el cabello. Gracias a esa experiencia, de alguna manera conseguía peinarla bastante bien.

— ¿Cómo está? —Preguntó, girando sólo la cabeza.

Nellas asintió, conmovido. —Como esperaba, te queda tan bien como a tu madre.

—Realmente resalta con tu cabello rubio. Es perfecto— añadió Sera.

—Te sienta de maravilla— confirmó Melfina.

Como todos decían, el broche para el cabello le quedaba tan bien a Efil, que era como si la hubieran hecho especialmente para ella. Los elfos mayores que habían conocido personalmente a Rumil se quitaron las lágrimas de las comisuras de los ojos.

Efil, que parecía feliz, me lanzaba pequeñas miradas furtivas. La miré directamente y le dije claramente: —Efil, estás preciosa.

—Muchas gracias. Eso me hace muy feliz.

Mientras nos mirábamos fijamente a los ojos, el ambiente que nos rodeaba empezó a volverse gradualmente agradabl…

¡Clap, clap!

— ¡Muy bien, muy bien! Kel-nii, Efil-nee, dejen eso para cuando volvamos, ¿bien? —Reprendió Rion, disipando el ambiente que nos rodeaba con dos sonoros aplausos.

¿Soy yo o mi hermanita se está poniendo las pilas últimamente? Su crecimiento me hace feliz, pero ¿no podría haber esperado un poco má…? Oh, bien, ahora me doy cuenta de todas las miradas de los elfos que están detrás de nosotros y de los soldados gaunianos que están en lo alto de la muralla. Tal vez lo mejor sea emprender una retirada apresurada.

— ¡Ejem! Pues bien, Rey Bestia, Nellas-san, nos vamos a despedir.

—Mm. Espero con interés sus futuras hazañas.

— ¡Gracias una vez más por todo! Les deseo buena suerte.

***

Al igual que habíamos hecho en nuestro viaje a la aldea, corrimos todo el camino de vuelta. Si nos damos prisa, podremos llegar a casa en el día.

(Mi rey, estaba pensando que tal vez es hora de que salga…).

Gerard, estás sentenciado a una semana de arresto domiciliario dentro de mi reserva mágica. Nunca olvidaré lo que hiciste anoche. ¿Acaso sabes el revuelo que armamos Efil y yo después de bajar del muro? Ahora que lo pienso, la razón de todas esas miradas de ahora fue principalmente por ti. Incluso se me ponen los pelos de punta cuando recuerdo lo que yo mismo le dije a Efil anoche, y tú lo expusiste a todo el pueblo… Conoce el peso de tu crimen. ¡Estamos acabados!

(No creo que las miradas de ahora tengan que ver conmigo).

(Abuelo, entiendo cómo te sientes, pero no deberías haber hecho eso).

(Rion, niña, si te pones de su lado, entonces realmente no tengo nada que decir a cambio…).

(Sin embargo, también soy parcialmente responsable ya que estaba presente y no hice nada para detenerlo. Como castigo para mí, me abstendré a repetir platos durante las comidas por toda una semana).

La declaración bomba de Melfina evocó un alarmado “¡¿Qué?!” de todos a través de la Red.

¡No te precipites, Melfina!

(¡Kelvin tiene razón! Mel, ¡tu cuerpo no durará la semana!).

(¡Princesa! ¡Realmente no tienes que hacer compañía a alguien como yo!).

(No puedo someterte a un castigo tan cruel e inusual, Mel- nee…).

(Eso sería muy preocupante, Melfina-sama. La cantidad de ingredientes que conseguí se calculó en base a tu ritmo normal de consumo. Si no te lo comes, tendré que… ¿debería dárselo a Clo-chan? Espera, o tal vez podría traer un poco para compartir con Clare- san…).

Todo el mundo hizo lo posible por convencer a Melfina de que abandonara su loco plan. Teniendo en cuenta lo acostumbrados que estábamos a verla engullir la comida con entusiasmo, el hecho de que suprimiera el apetito nos llenaría de una profunda preocupación por su malestar.

(¡Pensar que todos ustedes me aprecian tanto! De acuerdo, lo entiendo. Haré lo posible por comer todo lo que pueda, entonces).

Y así, fue con risas y bromas amistosas que hicimos nuestro camino de regreso a Parth.

***

El sol casi se había puesto cuando regresamos. Como siempre, dos golems con alabardas montaban guardia ante la puerta principal. Me alivió ver que no había ocurrido nada en nuestra ausencia.

Cuando atravesamos la puerta y llegamos a la fuente, encontramos a Ruka desyerbando el jardín. Antes de que pudiéramos decir algo, se dio cuenta de que nos acercábamos y se apresuró a acercarse con sus pequeñas zancadas.

— ¡Maestro! Bienvenido de nuevo.

—Hola, Ruka. ¿Te has portado bien y has escuchado todo lo que ha dicho Ellie?

— ¡Mhm! ¡Hemos trabajado mucho cuidando el lugar! ¡Bienvenido de nuevo a ti también, Efil-sama!

—Nos alegramos de estar de vuelta— contestó mi ama de llave. —Muy bien, enséñame lo que has hecho. Iré a comprobarlo ahora.

— ¡¿Tan pronto?! ¿No deberías descansar primero?

Ruka estaba haciendo una mueca, probablemente por lo estricta que era la instrucción habitual de Efil. Aunque tenía una personalidad gentil y normalmente era amable con todo el mundo, Efil no cedía ni un ápice cuando se trataba de sus deberes profesionales. También aplicaba esta exigencia a Ruka y Ellie, por lo que las sometía a un entrenamiento bastante duro cada día.

Aun así, las dos confiaban mucho en ella, demostrando que era una buena líder que sabía compartir adecuadamente su visión y conectar con los subordinados a nivel personal. Bueno, eso y las comidas que hacía al personal de vez en cuando probablemente también influyeron. En una ocasión, pasé por delante de una puerta abierta donde Ruka estaba comiendo mientras las lágrimas corrían por su rostro.

“Efil sí que es una estratega, ganándose al maestro y a los subordinados por igual a través de nuestros estómagos”, es lo que normalmente diría, pero como se trata de ella, probablemente sólo quería recompensar a Ruka por su duro trabajo.

Gracias a este enfoque educativo de Efil, incluso yo, como aficionado, podía notar que las habilidades de Ellie y Ruka mejoraban a pasos agigantados cada día. Además, habían acumulado un montón de niveles y puntos de habilidad, así que estaba realmente deseando ver cómo se desarrollaban en el futuro.

— ¡Ah, sí, hemos traído recuerdos! ¡Ta-da! —Dijo Rion, sacando una de las frutas que habíamos recibido de la Aldea de los Elfos y dándosela a la niña.

— ¡Vaya! ¡Nunca había visto este tipo de fruta! ¿Puedo comerla, Rion- sama?

— ¡Claro que puedes! Es como una pera; te encantará. Tenemos muchas, así que ve a pedirle a Efil-nee que te corte otra alguna vez, ¿de acuerdo?

— ¡Oh, oh, ya he aprendido a cortar fruta! ¿Quieres que te muestre los resultados de mi entrenamiento?

— ¿Qué es todo este alboroto, Ruka? ¡Oh, maestro!

Atraída por nuestras voces, Ellie apareció en la puerta. Al igual que Ruka, se fijó en nosotros inmediatamente. ¿Estaba en medio de la limpieza del vestíbulo?

—Bienvenidos a casa. Me disculpo sinceramente por no haberme dado cuenta antes.

—No te preocupes. Literalmente acabamos de volver.

— ¿Ha pasado algo en nuestra ausencia? —Preguntó Efil.

—No, nada. Oh, pero recibimos una carta del Gremio de Aventureros dirigida al Maestro.

¿Una carta para mí del gremio? Imagino que debe estar relacionada con el ascenso.

— ¿Me la traes luego a la sala?

—Sí, Maestro.

Teniendo en cuenta la hora, me limitaré a leerla y a presentarme mañana en el gremio.

—Por cierto, ¿dónde está el abuelo Gerard? —Preguntó Ruka.

—Gerard está… en un viaje de entrenamiento de una semana.

—Aww, yo también quería mostrarle mis impresionantes habilidades para pelar y cortar fruta y vegetales— dijo con un mohín, moviendo una de sus manos como si fuera un cuchillo y aplicándolo a la fruta que tenía en la mano.

—No te preocupes, yo también me haré responsable y me comeré la parte de Gerard— ofreció Melfina.

—Ah, entonces yo también quiero un poco. Esa fruta está muy rica— dijo Sera.

Asentí con la cabeza. —Me parece una buena idea. Comamos un poco después de la cena— Una vez resuelto esto, es hora de entrar y descansar un poco.

(¡Mi rey! ¡Mi rey! Te lo ruego, ¡por favor, déjame a mí también! ¡Esta es la súplica de mi vida!).

No era exactamente un plato hecho a mano, pero seguía siendo fruta cortada por las manos de Ruka, y Gerard la adoraba tanto. Sin embargo, su grito del alma cayó en saco roto. Había bajado ligeramente el volumen de su voz mientras durara su arresto domiciliario, así que no era tan molesto.

No me había dado cuenta de antemano de lo verdaderamente cruel que sería este castigo. A este ritmo, la mente de Gerard podría venirse abajo. Quizá tenga que acortar un poco la duración de su condena.

***

La habitación más grande del primer piso era nuestra sala de estar, y estaba engalanada con todos los muebles que Efil había seleccionado cuidadosamente con el objetivo de convertirla en un espacio en el que pudieran relajarse un número importante de personas.

Ante el hogar de estilo occidental había una alfombra hecha con la piel de una marta blanca que habíamos cazado nosotros mismos. El sofá, bastante grande, era el lugar de descanso favorito de Sera y Rion, y siempre las encontraba holgazaneando en él a esta hora del día.

—Ahhh, el hogar es realmente lo mejor— suspiró Sera felizmente.

—Lo sé, ¿verdad? Se siente aún mejor después de tanto tiempo fuera— coincidió Rion.

—Miren cómo ya están acaparando el sofá en cuanto hemos vuelto.

Cuando entré en la habitación, las chicas ya se habían acomodado. El sofá era, en efecto, bastante grande, pero no había espacio suficiente para que se sentara una tercera persona cuando las dos se extendían de esa manera. Antes de darme cuenta, Alex salió de la sombra de Rion y se acurrucó también ante la chimenea.

Mientras consideraba la posibilidad de comprar otro sofá, Efil habló por detrás de mí, sosteniendo una bandeja con tazas de té en la mano. El singular aroma me indicó que probablemente se trataba de una mezcla de la Aldea de los Elfos.

—Disculpe, voy a entrar. Ah, Maestro, ¿a qué hora quiere cenar?

—Hm, todo el mundo está todavía terminando en este momento, así que ¿qué tal en una hora? Ah, espera, pero tú también estás cansada, Efil.

Aunque nos habíamos tomado algunos descansos, habíamos corrido a un ritmo bastante rápido en nuestro camino de vuelta a Parth. Me sentí mal al pedirle que cocinara tan pronto después de regresar.

—Quiero decir que estoy completamente bien, pero Ellie y Ruka me han convencido de lo contrario. Esta noche, ellas dos prepararán la comida.

—Oh, eso es una novedad. Sé que han estado aprendiendo de ti y ayudando en la cocina hasta ahora, pero esta noche es la primera vez que se encargarán de todo ellas solas, ¿no?

Efil tenía un cierto orgullo con respecto a la cocina, que a veces la empujaba a hacer la comida incluso cuando estaba cansada. Había pensado en obligarla a descansar, pero afortunadamente no tuve que llegar tan lejos.

—Eso demuestra lo preocupadas que están por ti— dijo Melfina, entrando con una gran bandeja llena de galletas.

—Mel-sama, por favor, permítame llevar los bocadillos.

—No, esto es para mí. ¿Ya has olvidado lo que te dijo Ellie? Tienes tendencia a cargar con todo.

—Pero…

—Nada de ‘peros’. Confía más en los que te rodean. Especialmente en tus subordinadas. Ellas realmente quieren ayudar a quitarte parte de la carga de tus hombros.

— ¿Qué ha pasado? — ¿Ha surgido algún problema del que no me haya dado cuenta?

—No ha pasado nada, en realidad, es sólo que cuando intenté empezar a preparar los ingredientes, las dos me pararon y me dijeron que descansara.

—Y fue entonces cuando entré alegremente en escena y les brindé mi apoyo— añadió Melfina mientras metía una galleta en la boca de Efil. Efil la masticó, con cara de vergüenza. —Sé que le dijiste a Kelvin que te esforzarías más, pero no debes esforzarte demasiado. Si acabas colapsando como resultado, sólo lo estarías entristeciendo. Eso no es lo que quieres, ¿verdad?

—Tienes… razón. Supongo que he estado causando una preocupación excesiva a todos. Maestro, garantizo el crecimiento de Ellie y Ruka. ¿Podría probar su comida?

—Bueno, déjame ver…— Dije, acercándome a ella y evocando un “¿Q-quei?” de ella pellizcando sus dos mejillas. — ¿Acaso tienes que preguntar? Estamos hablando de tus aprendices. Estaría más que feliz de probar su comida.

—Así es, Efil, deberías ser más relajada.

—Sí, sí, ¡como nosotros!

Sera y Rion, ustedes dos son demasiado relajadas.

—Hacerlo todo como una sirvienta está bien y todo, pero asegúrate de tomarte un tiempo para ti de vez en cuando, ¿de acuerdo? Con eso en mente, ustedes dos, compartan algo de vuestra actitud relajado con Efil— ordenó la diosa.

— ¡Ya lo tienes!

— ¡Sí, sí, señora!

Le arrebaté la bandeja de las manos a Efil. — ¿Qu-quééé?

— ¡Vamos, vamos a descansar juntos por aquí!

— ¡Efil-nee, el descanso hay que celebrarlo y apreciarlo! ¡Ven, ven!

Lenta pero seguramente, mi sirvienta fue arrastrada hasta el diabólico sofá. Sería preocupante que se pareciera demasiado a ellos, pero era cierto que quería que de vez en cuando tuviera algún tiempo de descanso.

—Mel, gracias por cuidar de Efil. Parece que se ha esforzado bastante después de adquirir el personal de servicio, así que ayuda tener a alguien que la cuide.

—Aunque no lo hiciera, Ellie y Ruka lo harían. Lo más importante es que ahora puedo comer comida hecha por ellas dos.

—Mel, tú…— Ella sí que conoce sus prioridades. ¿O sólo está ocultando su vergüenza?

(Mi rey… ¡la comida hecha a mano de Ruka!). Gimió Gerard con una voz que parecía llorar lágrimas de sangre.

¡Está bien, está bien! ¡Te levantaré el arresto domiciliario antes de la cena!

(¡MI REY!).

Me pareció sentir que la lealtad de Gerard subía otro peldaño.

***

La cena transcurrió animada y bulliciosa, como siempre. Pero teníamos un evento bastante importante programado para cuatro días después. El contenido de la carta que había ojeado rápidamente se podía resumir en tres puntos:

Había aprobado el examen de ascenso.

La ceremonia oficial de promoción se celebraría en el Gremio de Aventureros de Parth dentro de cuatro días.

Después de la ceremonia, se celebraría un combate de práctica entre el nuevo aventurero de rango S (yo) y un aventurero de rango S en activo.

No me importó especialmente, pero el tercer punto fue bastante repentino. ¿Así que soy el entretenimiento principal en mi propia celebración?