Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 17

Interludio 1: Negocios Rugientes

Pensé que la noche nunca llegaría a su fin, pero finalmente lo hizo, llevándonos al amanecer de un nuevo día.

Mis pensamientos se habían llenado con nada más que Ai Fa tanto antes como después de quedarme dormido, así que sentí que mi mente y mi cuerpo no tenían tiempo para descansar. Mis emociones se habían agitado demasiado… No, en realidad estaba aún más fuera de sí que eso, como si las pasiones salvajes estuvieran corriendo dentro de mí sin ningún lugar a donde ir.

No se había resuelto nada. Mirándolo objetivamente, probablemente parecía que no se había hecho ningún progreso. Pero ambos habíamos aprendido cómo se sentía el otro, que queríamos casarnos. Que si las circunstancias simplemente lo permitieran, lo haríamos en un santiamén.

Aun así, Ai Fa seguramente estaba viendo las cosas desde un punto de vista más masculino… Realmente era propio de ella pensar que si yo fuera una mujer, querría casarse conmigo. Yo amaba ese lado de ella también.

Pero el resultado final fue que me quedé incapaz de mirar a Ai Fa a los ojos a la mañana siguiente. Como estaba en tal estado, no pude decir exactamente cómo estaba ella. Simplemente llevamos a cabo nuestro trabajo matutino como de costumbre en silencio, enterrándonos en nuestras rutinas diarias.

Sin importar lo que sintiéramos, el mundo a nuestro alrededor seguía girando como siempre. Necesitábamos lidiar con nuestros sentimientos mientras vivíamos nuestras vidas normales. Pero aun así, había algo que sentí la necesidad de preguntarle a Ai Fa antes de que nos separáramos.

“Entonces, ¿debería seguir pidiéndole a Yun Sudra que me ayude con el trabajo como lo he hecho hasta ahora?” Pregunté mientras recogíamos hojas de pico en las afueras del bosque.

De espaldas a mí, Ai Fa respondió con calma: “Mientras el jefe del clan Sudra desee mantener las cosas así, entonces no veo ningún problema. No es como si recibieras una solicitud de matrimonio oficial, por lo que no hay razón para alejar a Yun Sudra”.

“Ya veo. Si eso es lo que dicen las costumbres en el borde del bosque, entonces iré con ellos… pero ¿realmente está bien?”

“No se trata de que esté bien o no. Si el jefe del clan Sudra emite una solicitud de matrimonio, entonces responderé como el jefe del Fa. Ese es el único camino a seguir”.

Realmente quería preguntarle cómo respondería ella en ese caso. Pero al final, en realidad no planteé la pregunta. Ya le había dicho a Ai Fa cómo me sentía, y escuché sus sentimientos a su vez, así que independientemente de la respuesta que pudiera darme, solo tenía que seguir mi corazón.

Con ambos albergando todo tipo de sentimientos en nuestro interior, volvimos a nuestra vida cotidiana.

Con mi mente todavía bastante ocupada, me puse a manejar mi negocio en la ciudad postal.

En este punto, nos dirigíamos a nuestro decimotercer ciclo de negocios. En cuanto a las fechas, se extendía desde el día doce del mes índigo hasta el día veintiuno. Si pudiéramos pasar los próximos diez días sin problemas, finalmente podríamos partir hacia Dabagg.

Esos diez días, sin embargo, terminaron siendo especialmente ocupados. Claro, era bueno que el negocio prosperara, pero de alguna manera parecía que teníamos más visitantes inusuales de lo normal.

El primer cliente sorprendente llegó antes de que el sol alcanzara su punto máximo el primer día de ese período comercial.

“Parece que lo estás haciendo bien, Asuta”.

El hombre vestía una capa larga de viajero, debajo de la cual vestía una armadura de cuero y un atuendo de tela. Tenía un rostro robusto y barbudo y un cuerpo grande, y era un guardaespaldas que nos había ayudado mucho en el pasado. Es decir, era Zasshuma.

“Ah, Zasshuma. Ha sido un tiempo. ¿Cuándo regresaste a Genos?”

“Hace dos días. De hecho, me encargaron proteger a los enviados de Banarm”.

Dos meses atrás, después de que se resolviera toda la conmoción con Cyclaeus, se había ido para escoltar a Welhide a Banarm junto con Kamyua Yoshu.

“Después de eso, usé Banarm como base y gané algunas monedas aquí y allá. Cuando la casa ducal de Banarm estaba reclutando guardaespaldas para el grupo de enviados, me ofrecí como voluntario, pensando que vería cómo estaba Genos”.

“Ah, claro. Me alegra ver que te ves bien también”.

“Sí. Por lo menos, diría que mis días no fueron tan agitados como lo fueron para todos ustedes”, dijo Zasshuma con una sonrisa mientras miraba a la multitud alrededor de los puestos. “Por lo que puedo ver, parece que tienes muchos más clientes del oeste de los que solías tener. Supongo que ese es el resultado de arriesgar tu vida para enfrentarte a los nobles.

“Sí. Me imagino que nos ha dado la oportunidad de forjar una mejor relación con la gente de Genos… Ahora que lo pienso, ¿qué está tramando Kamyua? ¿Ha estado en contacto contigo?”

“No. No he sabido nada de él desde que se fue de Banarm, diciendo que podría dirigirse a Aboof o a donde sea por primera vez en mucho tiempo. Pero, bueno, mientras siga vivo y coleando, estoy seguro de que volverá a mostrar su rostro en Genos en algún momento”, dijo Zasshuma, y luego me hizo un gesto con el dedo para que me acercara. “Por cierto, escuché de Lord Polarth que estás planeando un viaje a Dabagg, ¿verdad?”

“Ah, sí. Nunca antes habíamos visto karon en vivo, así que nos dirigimos allí para ampliar un poco nuestro conocimiento”.

“Ese es un espíritu admirable allí. Si quieres un buen trago con tu karon, no hay mejor lugar para estar que Dabagg”, dijo, pareciendo que de alguna manera se estaba divirtiendo, y luego acercó aún más su rostro. “Con eso en mente, ¿tiene algún interés en contratarme como guía?”

“¿Una guía? ¿Pero no te especializas en combate?”

“Puedes dejar todo eso a los cazadores del borde del bosque. Pero, bueno, es solo medio día de Genos a Dabagg, y no hay ningún grupo de bandidos con escondites en el área, así que no puedo imaginar que suceda algo que requiera sacar una espada.”

“En ese caso, veo aún menos propósito en contratarte”.

“Por eso digo que me contraten como guía, no como guardaespaldas. Tendría que cobrar una tarifa estándar como guardaespaldas, pero no debería dañar mucho sus billeteras tenerme a mí para guiarlo”.

Al igual que Kamyua Yoshu, Zasshuma era un guardaespaldas oficial reconocido por el reino occidental. A diferencia de los guardaespaldas sin licencia, nunca traicionaría a sus clientes y poseía una gran habilidad. Se decía que solo los comerciantes y nobles acomodados podrían contratar guardaespaldas oficiales.

“Quiero decir, sí, he oído que los guías son esenciales cuando te diriges a tierras desconocidas… pero ¿por qué te esfuerzas por mencionarlo de esta manera?”

“Bueno, verás, nací en Dabagg. Sin el trabajo como excusa, casi nunca podré regresar a casa”.

“Ah, ¿tú eres de allí…? Ahora que lo pienso, Melfried solía presentarse como Haan de Dabagg, ¿no?”

“Ooh, tienes bastante memoria. Sí, estaba tomando prestada falsamente mi experiencia allí”.

Melfried una vez tomó un alias y fingió ser guardaespaldas de un supuesto grupo de comerciantes liderado por Zasshuma. Todo ese incidente ciertamente se sintió nostálgico al recordarlo ahora.

“Mi familia también tiene una granja de karon. Por supuesto, los dejé a un lado y me fui por mi cuenta, por lo que mi viejo todavía no me habla. Pero, bueno, mi mamá debería ser bastante acogedora”.

“Eso suena como una historia bastante encantadora, de alguna manera…” “Silencio, tú,” replicó Zasshuma, luciendo avergonzado.

“Está bien, entendido. Ya le pedimos a un hombre llamado Mikel de Turan que nos guíe, así que tendré que consultar con él”.

“Bien, gracias. Y no me importa si solo me paga la tarifa del mercado”, dijo Zasshuma antes de caminar hacia el sur, en lugar de hacia la ciudad del castillo.

***

El próximo invitado inusual llegó varios días después, una vez más un poco antes de que el sol alcanzara su punto máximo.

Un espléndido carruaje tirado por totos se acercó desde la ciudad del castillo, estacionándose en la entrada de la calle. Pensé que era Polarth que pasaba por aquí por primera vez en mucho tiempo, pero la cresta pertenecía a la casa de Genos en lugar de a la casa de Daleim, y era Welhide de Banarm quien apareció desde adentro.

“Tiene mi gratitud por la maravillosa comida del otro día, Sir Asuta. Gracias a tu actuación, pude abrir los ojos de mis obstinados camaradas”.

El joven noble, un poco mayor que yo, tenía cabello negro, piel pálida y un aire de elegancia. Estaba vestido con más sencillez de lo que había estado en el banquete, pero aun así, llamó más la atención que incluso Polarth con su atuendo de seda carmesí profundo y el hecho de que trajo varios guardias ducales imponentes con él. La gente del pueblo, que todavía no estaba acostumbrada a ver nobles, lo saludó con miradas tranquilas mientras se tiraban de las mangas unos a otros.

“Mis disculpas por causar una conmoción mientras está haciendo negocios. Hay un asunto que deseo discutir, entonces, ¿sería posible que usted se tome el tiempo para escucharme?”

“Por supuesto. Si es algo que está dentro de mi poder, entonces estaré encantado de ayudar.”

“Estoy agradecido de escucharlo. Entonces, ¿puedo pedirle que me acompañe hasta el carruaje?”

Después de pensarlo por un momento, decidí pedirle a Vina Ruu que me acompañara. Pensé que si tenía un noble haciendo una solicitud, tenía sentido tener a un miembro del clan líder Ruu allí para escuchar el intercambio.

“Esto es lo que deseaba discutir”.

Dos asistentes esperaban dentro del carruaje con una gran bolsa de tela y una caja de madera, que entregaron con reverencia. En la bolsa había un polvo fino de color gris oscuro que no reconocí, mientras que la caja contenía seis contenedores blancos de dos tipos diferentes, tres de cada uno.

“Esto es fuwano, vino mamaria y vinagre de Banarm. Le agradecería que pudiera encontrarles un uso adecuado, Sir Asuta.”

“¿Fuwano, vino de frutas y vinagre? ¿Los chefs de la ciudad del castillo no estarían mejor preparados para usarlos correctamente?”

“Eso puede ser así con respecto al vinagre. Sin embargo, se está volviendo más común usar poitan en lugar de fuwano aquí en Genos, ¿no es así? Sin embargo, ese no es el caso cuando se trata de la ciudad del castillo.”

“Cierto. A la gente de la ciudad del castillo no le gustan los ingredientes baratos, así que supongo que en realidad no les gusta el poitan.”

“Pero pudo crear un plato tan delicioso mezclando poitan y fuwano, señor Asuta, así que se me ocurrió que podría encontrar un nuevo uso para el fuwano de Banarm”.

Todavía no entendía realmente a qué se refería, así que le pedí más detalles y descubrí que este fuwano se vendió a un precio que lo hizo asequible incluso aquí en la ciudad postal. Sin embargo, era bien sabido que el poitan se estaba convirtiendo en la elección principal entre las personas que vivían aquí. Dado que aún necesitaba generar ganancias después de tener en cuenta el costo de transportarlo desde Banarm, habían planeado vender su fuwano por un poco más que la variedad local, pero tal como estaban las cosas, parecía poco probable que fuera muy popular.

“Siendo ese el caso, la única opción sería venderlo a los ciudadanos de la ciudad del castillo, pero el fuwano de Genos y Banarm no sabe tan diferente. No creo que podamos alcanzar nuestro objetivo inicial basándonos solo en la novedad”.

“Ya veo… ¿Pero es eso realmente un problema tan grande para ti? Si parece que no se venderá, ¿no puede simplemente reducir sus expectativas de ventas por aquí?”

“No, el duque Genos insistió en que deberíamos tratar de vender la cantidad que acordamos. Seguramente se siente en deuda debido a la muerte de mi padre hace diez años, por lo que sintió que tenía que hacer la oferta comercial a pesar de las condiciones desventajosas.”

Pero con la forma en que estaban funcionando las cosas, Welhide se sintió incómodo con el asunto. Después de todo, el joven noble era un hombre serio y apasionado.

“Entiendo. Entonces, ¿qué pasa con este vino de frutas y vinagre? Cuestan lo suficiente como para que solo puedan venderse en la ciudad del castillo,

¿verdad?”

“Sí, en última instancia, esto es solo una adición al fuwano. Ya que usas vino de frutas en tu cocina, pensé que podrías encontrar un nuevo uso para ellos también”.

Ahora que lo pensaba, Mikel había dicho que no había costumbre de usar vino de frutas como ingrediente para cocinar aquí en Genos. Tengo la sensación de que incluso Varkas solo lo usó para ablandar la carne. La única excepción que se me ocurrió fue cómo Timalo lo había usado para dar sabor a su postre.

“Seguiré adelante y le daré una probada”.

Recogiendo los contenedores de la caja, seguí adelante y confirmé el contenido. Pero cuando lo hice, me tomó más que un poco desprevenido. El vino de frutas y el vinagre que podías conseguir en Genos tenían un sabor similar al vino tinto y al vinagre balsámico respectivamente, pero estos estaban más cerca del vino blanco y el vinagre de vino.

“Ah, creo que podría usarlos para cocinar de inmediato si fuera necesario”. El vino tinto y el blanco podrían considerarse tipos de ingredientes completamente diferentes. Y este tipo de vinagre probablemente estaría más cerca del ideal como ingrediente para la mayonesa y similares. “Seguiré adelante y los llevaré de regreso al borde del bosque para probar un par de cosas con ellos. Pero estamos listos para dejar Genos en unos días, así que no estoy seguro de cuánto tiempo podré dedicarles antes de eso…”.

“Eso no es preocupación. Me doy cuenta de que soy yo quien está pidiendo un favor irrazonable aquí, después de todo”, Welhide asintió, luciendo muy serio. Y hay otro asunto que no tiene nada que ver con el que me gustaría discutir.

“¿Sí? ¿Qué es?”

“¿Sir Leeheim les ha causado más problemas a todos?” Welhide preguntó, la mirada en sus ojos se volvió aún más seria. “Desde que esa mujer del borde del bosque lo rechazó, su actitud parece haber cambiado abruptamente. Realmente es imperdonable que un noble actúe de esa manera, ya que se supone que debemos liderar a nuestra gente”.

“Ah, eso. No ha habido ningún problema de nuestra parte. Creo que el Duque Genos lo detuvo tratando de causar problemas a la gente del borde del bosque.”

“Aunque no estoy en condiciones de opinar sobre cómo se gobierna Genos, si tal cosa sucediera en Banarm, no podría decidirme a permanecer en silencio. Cuando uno nace como un noble, la autodisciplina es crucial por encima de todo… Es absolutamente inaceptable enamorarse de alguien de una posición social diferente”, dijo Welhide con un leve suspiro de dolor. “Bueno, entonces, por favor discúlpame. Haré los arreglos para poder pagarle apropiadamente, Sir Asuta.”

“Está bien. Haré todo lo posible para estar a la altura de sus expectativas”.

Welhide volvió al carruaje tirado por totos y desapareció hacia el norte. Después de que se fue, Vina Ruu se volvió hacia mí mientras sostenía la caja de madera y dijo: “Oye… ¿Es quizás uno de los nobles que se enamoró de Reina?”

“¿Eh? ¿Cómo sabes eso, Vina Ruu?”

“Ludo y Rau Lea lo estaban discutiendo. Parecían estar bastante emocionados… Naturalmente, Reina estaba terriblemente preocupada por lo sucedido…”

Me sentí mal por Reina Ruu, pero parecía que las cosas habían llegado a un punto en el que ya no podía considerarse privado. Vina Ruu era una cosa, pero si Donda Ruu no lo supiera, eso definitivamente podría generar problemas en el futuro.

“Y no fueron solo los nobles. También estaba ese joven chef que…” Vina Ruu comenzó a decir, pero luego se detuvo de repente.

Siguiendo su mirada, vi una figura que ocultaba su rostro bajo la capucha de una capa que se acercaba desde la misma dirección por donde se había ido el carruaje.

“Ah, ¿eres tú, Roy?”

“Sí, ha pasado un tiempo”.

Hablando del diablo, era el joven chef de la ciudad del castillo, Roy. No se había mostrado en absoluto desde el momento en que probó la cocina de Myme hace un mes. Parecía bastante agotado, además parecía tener una mirada aún más seria en sus ojos que antes.

“Estaba un poco preocupado ya que no había sabido nada de ti. ¿Estabas mal o algo así?”

“No estaba teniendo ningún problema con mi salud, no. Últimamente he estado pasando todo mi tiempo en la cocina”, murmuró Roy mientras nos escaneaba y la carga que Vina Ruu llevaba con sus ojos. “Ese fue un carruaje de la casa de Genos antes, ¿no? ¿Tienes algún tipo de nuevo logro a tu nombre otra vez?”

“No, esto es fuwano, vino de frutas y vinagre de Banarm. Me pidieron que pensara en nuevas formas de usar estos ingredientes”.

“Hmph, suena como un buen trato”.

La expresión de Roy estaba oculta bajo su capucha. Siguió adelante y se dirigió hacia los puestos. Una vez que guardamos todo, regresamos solos, justo a tiempo para ver a Reina Ruu dándole a Roy una hamburguesa giba.

Después de hacerse a un lado para el próximo cliente, Roy le dio un mordisco a la hamburguesa giba y suspiró profundamente.

“Oye, este plato fue preparado por ustedes, mujeres del borde del bosque, no por Asuta, ¿verdad?”

Mientras Reina Ruu preparaba una hamburguesa giba fresca, se volvió y le lanzó una mirada burlona.

“Sí. Originalmente era el plato de Asuta, pero ahora lo hacemos nosotros”.

“¿Tu gente ni siquiera sabía que necesitabas sangrar carne no hace mucho tiempo? Entonces, ¿cómo es que eres capaz de preparar un plato de tan alta calidad?”

En el pasado, Roy parecía tener dificultades para actuar con normalidad con Reina Ruu, pero hoy estaba hablando con ella muy bien. En realidad, era posible que ni siquiera pudiera reconocer con quién estaba hablando.

“Realmente no sé cómo responder a eso, pero, bueno… la cocina de Asuta nos dejó una profunda impresión, así que terminamos con un fuerte deseo de hacer comida deliciosa”.

“Pero solo porque realmente deseas algo, no significa que se hará realidad”.

“Sí. Pero creo que si lo deseas y te esfuerzas mucho, es mucho más probable que lo logres”, respondió tranquilamente Reina Ruu mientras entregaba una hamburguesa giba completa a un cliente de Jagar. “Eres un chef de la ciudad del castillo, ¿correcto?”

“Sí. ¿Qué importa eso?”

“Entonces, ¿también pretendes hacer platos como ese chef Varkas?”

Roy le devolvió la mirada a Reina Ruu con asombro. “Espera. ¿Cómo sabes exactamente el nombre de Varkas?”

“Hace poco…” Reina Ruu comenzó a responder, solo para ser interrumpida por un cliente de Sym que le tendía monedas. Aparentemente ya no podía seguir mirando, Vina Ruu se acercó desde el puesto de myamuu giba que había estado manejando junto a Tsuvai.

“Reina… si quieres hablar, ¿cambio de lugar contigo? Ama Min Rutim debería estar aquí lo suficientemente pronto…”

“Está bien”, Reina Ruu asintió en respuesta, luego terminó lo que estaba haciendo antes de alejarse del puesto junto con Roy.

Después de recibir una mirada de Vina Ruu, una vez más dejé el puesto.

“El día diez del mes índigo, atendemos una cocina junto a Varkas en la ciudad del castillo. Supongo que no habías oído hablar de eso”, explicó Reina Ruu en la arboleda ubicada a poca distancia de los puestos. Seguí adelante y también agregué los detalles sobre los enviados de Banarm.

“Ya veo. Algo así de interesante estaba sucediendo en el mundo fuera de mi casa, ¿eh? Bueno, a diferencia de Timalo, Varkas nunca invitaría a alguien como yo”, dijo Roy en un tono autocrítico.

Mientras tanto, Reina Ruu miraba el costado de su rostro, notando cómo sus mejillas realmente se habían adelgazado.

“Bueno, entonces, permítame preguntarle una vez más… ¿Desea hacer platos como ese chef Varkas?”

“La cocina de Varkas, ¿eh? Derecha. Igualarlo es el único objetivo imaginable para cualquiera que se haga llamar chef en la ciudad del castillo. Ningún otro chef puede utilizar tantos ingredientes con tanta libertad como él” respondió Roy, echándose hacia atrás la capucha y alborotando su cabello castaño oscuro sin peinar. “Pero para mí… la cocina más deliciosa que he probado fue hecha por Mikel en La Doncella de Blanco”.

“Ah, cierto, trabajaste en el mismo restaurante que Mikel”.

“Sí. No podía usar tantos ingredientes diferentes como Varkas y La Doncella de Blanco era solo una pequeña tienda en comparación con el restaurante de Varkas o la mansión de Turan… Pero para mí, su cocina siempre me pareció la mejor”.

“¿Entonces es por eso que no te has mostrado desde que comiste la comida de esa chica Myme? Debe haber sido una cocina de sabor impactante como la de Mikel, cuando pensabas que nunca volverías a experimentarla”, dijo Reina Ruu. Roy le lanzó una mirada fulgurante, pero la segunda hija de Ruu simplemente lo miró a los ojos con calma. “¿No sería prudente pedirle a Mikel que te enseñe, entonces? Aunque no puede usar uno de sus brazos correctamente, todavía ha podido instruir a su propia hija sobre cómo cocinar”.

“¿Cuál sería el punto? Esa niña ya heredó las técnicas de Mikel. Incluso si tomara a alguien como yo como estudiante… todavía no podría convertirme en Mikel”.

“No hay necesidad de que te conviertas en él. Al igual que nunca seré Asuta. Pero, ¿realmente puedes vencer a Mikel sin conocer sus técnicas?”

Roy se quedó allí de pie, luciendo completamente abrumado.

Pero incluso ahora, mientras estaba allí frente a él, el rostro de Reina Ruu permaneció perfectamente tranquilo. “Esa chica Myme puede comenzar a vender su comida en un puesto pronto. Si eso sucede, podrás volver a saborear la cocina de Mikel… Solo tu corazón puede decirte lo que podrías ganar con eso”.

Roy se quedó en silencio por un momento, sin ofrecer respuesta. Y después de eso, se dio la vuelta sin decir una palabra.

Mientras lo miraba alejarse, Reina Ruu suspiró. “Él y yo no tenemos ningún tipo de conexión, sin embargo, traté de darle un consejo que no pidió. ¿En qué estaba pensando?”

“Me sorprendiste. ¿Qué fue exactamente lo que te hizo querer decirle algo así a Roy?”

“¿Entonces el nombre de ese chef es Roy? Ni siquiera estábamos lo suficientemente cerca como para recordar su nombre”, reflexionó Reina Ruu, poniendo su mano en su mejilla mientras contemplaba. “¿Por qué fue, me pregunto? También pasé el mes pasado preocupándome tanto que a veces sentí que era más de lo que podía soportar… Tal vez sentí una superposición entre mi angustia y la de él…”

“Realmente no puedo decirlo. Pero yo mismo he tenido muchas preocupaciones”.

“Tu posición es totalmente diferente a la nuestra, Asuta. Estás más cerca de Myme y Varkas, por un lado”, dijo Reina Ruu, repentinamente estallando en una sonrisa. “Aun así, mi corazón se siente un poco más ligero después de visitar las tierras Daleim. Debe ser porque encontré algo en lo que puedo trabajar. Estoy haciendo un nuevo plato junto con Sheera Ruu ahora, así que una vez que esté listo, me gustaría que lo pruebes”.

“Con alegría. Espero con ansias el día en que esté listo”.

***

Al día siguiente, Yang también pasó por allí por primera vez en mucho tiempo.

“Lord Polarth me contó cómo fue el banquete de bienvenida, Sir Asuta. Escuché que sus habilidades fueron elogiadas por igual que las de Sir Varkas.”

“Eso es una exageración. Personalmente, diría que lo que sucedió fue que aprendí lo inexperto que soy y lo increíble que es realmente Varkas”.

“Y sin embargo, la mitad de los presentes te juzgó como el chef superior, por lo que me dijeron. Nunca podría esperar recibir tal elogio”, dijo Yang, con la boca tiesa. “Siento como si hubiera vuelto a ser un chef en formación, y eso me anima a trabajar aún más duro”.

Después de que Yang se fue, Diel apareció de repente.

“Hombre, fue realmente una locura después de que te fuiste. ¡Terminamos charlando una y otra vez sobre qué platos eran mejores! No podía irme antes que los nobles, así que al final sentí que me quedaría dormido en el acto”.

“Parece que fue un verdadero dolor… Entonces, ¿cuáles fueron tus impresiones, Diel?”

“Hmm. Realmente no podría decir cuál de ustedes fue más hábil… pero realmente no me gustan mucho las hierbas, ¡así que para mi gusto personal sus platos fueron mucho mejores!”

“Gracias, me alegra escucharlo”.

“¡Por supuesto! Aun así, no pude evitar notar que ustedes dos hicieron platos muy al estilo occidental… Realmente no usamos mucho la leche karon o la leche en polvo en Jagar. Podría haberlo disfrutado aún más si hubieras tomado más aceite de tau y azúcar”, dijo Diel, cerrando los ojos exultante. “Mi plato favorito de todos es el estofado de carne giba en cubos que se sirve en esa posada. Si pudiera, me encantaría tenerlo todos los días”.

“Ya veo. Pero tienes prohibido estar fuera de la ciudad del castillo por la noche, ¿no?” Pregunté en voz baja, preocupada de que su compañera Labis pudiera escuchar.

“Eso es cierto”, respondió Diel decepcionado. “Gracias a eso, solo pude comerlo dos veces, incluso después de estar aquí en Genos durante meses. Y como tenía que estar de vuelta antes del atardecer, ¡ni siquiera podía tomarme mi tiempo y saborearlo!”.

“Aun así, estoy muy contento de que vengas aquí a los puestos cuando puedas encontrar el tiempo”.

Ante eso, el estado de ánimo de Diel se recuperó rápidamente. Ella se rio entre dientes y dijo: “Sin embargo, también me gustaría que cocinaras para la cena. Asegúrate de avisarme cada vez que te inviten a la ciudad del castillo, ¿de acuerdo?”

“Quiero decir, no espero exactamente que me inviten allí con tanta frecuencia en el futuro…”

“¡¿Qué estás diciendo?! Por lo menos, estoy seguro de que a un grupo de nobles que estaban en ese banquete les encantaría invitarte a sus propias casas. Hubo tanto murmullo al respecto que el duque Genos tuvo que advertir a todos que no perturbaran su vida cotidiana si no tenían una buena razón”.

Definitivamente me sentí honrado de escuchar eso… y también muy agradecido por la consideración de Marstein.

“Aun así, estoy seguro de que alguien te convocará eventualmente. Especialmente eso… ¿Cuál era su nombre? La dama de la casa de Genos. Ya sabes, ¿la esposa del primer hijo del duque?”

“Ah, ¿te refieres a Eulfia?”

“¡Correcto! ¡Eulfia! Seguro que lo intentará. No parecía que ni el duque ni su hijo tuvieran mucho control sobre ella”.

¿La esposa de Melfried realmente estaba tan entusiasmada con mi cocina? Bueno, solo tenía que rezar para no terminar arrepintiéndome de haber llamado su atención.

“Entonces, cuando lo haga, asegúrate de hacérmelo saber, ¿de acuerdo?

¡Tengo todo tipo de trucos y excusas que puedo usar para colarme en el próximo banquete también!” Dijo Diel, sonriendo como un ángel.

***

Mi invitado inusual para el día siguiente resultó ser Arishuna, el lector estrella con herencia Sym, de todas las personas.

“¿E-Eh? Ah, bienvenido. Estaba conmocionado porque me costaba incluso reconocerla. Esta vez no estuvo acompañada por Polarth ni por ningún guardia, sino que apareció ante mí sola con una vieja capa de cuero de viajero.”

“¿Mi visita aquí es problemática…?”

“N-No, por supuesto que no… Pero, ¿qué pasa con el atuendo?”

“Si usara mi atuendo normal, llamaría la atención, así que saqué mi ropa vieja”.

Por lo que me habían dicho, ella había vivido una vida de vagabundeo con su familia antes de establecerse aquí en Genos. Vestida así, se parecía a cualquier viajera de Sym. Era solo que ella era un poco más pequeña.

“Polarth, está ocupado. Así que vine, por mi cuenta”, explicó Arishuna, anticipándose a la pregunta que tenía.

“Bueno, gracias por venir. Um, ¿querías algo de los puestos…?”

“Sí. No pude contener mi deseo por tu cocina por más tiempo, Asuta”, respondió Arishuna con un pequeño asentimiento, su rostro permaneció completamente inexpresivo. Metió la mano en su capa, solo para finalmente detenerse y volver a mirarme. “La situación ha dado un giro terrible…”

“¿Eh? ¿Qué es?” “Olvidé, mis monedas”.

Por un momento, me quedé sin palabras.

Arishuna inexpresivamente me hizo una reverencia. “Me iré. Mis disculpas, pero lo visitaré de nuevo, en otro momento.”

“¡E-Espera! ¿Estás planeando volver a la ciudad del castillo para conseguir tus monedas?”

“No. No tengo, mucha fuerza para caminar. Sería difícil, volver de nuevo hoy. Es lamentable, pero esperaré la próxima oportunidad”.

“En ese caso, lo pondré en tu cuenta. La próxima vez que vengas, puedes pagar por dos”.

Los ojos negros de Arishuna, tan inmóviles como un lago iluminado por la luna, me miraron directamente.

“¿Pondrías tanta confianza en mí? Pero solo nos conocemos, apenas, en este momento”.

“Sí. Pero no puedo imaginar que alguien que vive en la ciudad del castillo eluda un billete de solo una o dos monedas rojas”, respondí, sonriendo sin pensar. “Si no apareces en el próximo mes, supongo que podría facturar al Duque Genos. Después de todo, eres su invitado.”

“Deseo firmemente estar a la altura de tu confianza…” Arishuna juntó sus manos en una señal compleja, luego hizo una profunda reverencia. Sus dedos estaban adornados con anillos y eran sorprendentemente delgados.

“Entonces, ¿qué plato quieres? Hay dos tipos de mis puestos y otros dos del clan Ruu, y luego está el plato especial”.

“¿El plato especial?”

“Así es. Es un artículo único que solo se vende a clientes que obtienen un lote ganador. Se llama sándwich de chuletas de giba y es muy popular”.

Arishuna negó lentamente con la cabeza.

“Soy, un lector estrella. No se me permite probar mi propio destino.”

“Ya veo”, respondí, una vez más disparándole una sonrisa. Esta chica parecía aún más difícil de leer que la mayoría de la gente de Sym, y tal vez por eso parecía más rígida y formal. Pero en este momento, la estaba haciendo parecer aún más encantadora. “Entonces, ¿qué plato quieres? Puedes probar cualquier plato menos estos giba manju, ¿así que pongo un plato?”

“No, no deseo molestarte innecesariamente. Tomaré ese plato.”

“Un giba manju, ¿verdad? Lo tengo”, respondí, agarrando un giba manju muy caliente de la canasta humeante de madera. “Hace calor, así que ten cuidado de no quemarte. Este plato cuesta dos monedas rojas, ¿de acuerdo?”

“Juro que vendré a devolverte el dinero en el futuro”, dijo Arishuna con otro asentimiento, extendiendo las manos. Le entregué el giba manju a sus delgados dedos de piel oscura.

Todavía totalmente inexpresiva, la lectora estrella dio un mordisco y luego miró en mi dirección.

“¿Qué opinas? La falta de hierbas no lo hace demasiado soso, ¿verdad?” “No, es delicioso… Verdaderamente delicioso”.

“Ya veo. Gracias.”

Sin embargo, su expresión aún no había cambiado, por supuesto. Sosteniendo el giba manju blanco con ambas manos, continuó mordiéndolo.

“Esa posada ahora está vendiendo el plato con las hierbas que discutimos antes. Una vez que Polarth esté menos ocupado, espero que lo pruebes”.

“Cierto. Lo estaré esperando con ansias.” Habiendo terminado de comer el giba manju, Arishuna una vez más juntó sus dedos e hizo una reverencia. “Asuta, escuché que estás viajando a Dabagg. ¿Vas a partir pronto?”

“Ah sí. Me sorprende que hayas oído hablar de eso. Estamos listos para partir el veintidós del mes índigo.”

“Ya veo… No necesitas, tus estrellas dicen, ¿correcto?”

“Sí. No le damos mucha importancia a la adivinación… Ah, lo siento. No quise ser grosero diciéndole eso a un lector estrella”.

“No. Lectura de estrellas, otorga esperanza y desesperación, por igual. Lo creo, lo correcto es no confiar en ello innecesariamente”, respondió Arishuna, metiendo la mano dentro de su capa de nuevo mientras lo hacía. Luego, extendió su brazo izquierdo hacia mí. “Aquí, Asuta.”

“¿Eh? ¿Qué es esto?”

Encima de su mano delgada y de dedos largos había una pequeña piedra púrpura. Era una hermosa gema del tamaño de un pulgar y tenía la forma de un magatama.

“Es una piedra lapista, que gobierna, seguros viajes”. “Ah, lo siento, pero no puedo aceptar tal regalo…”

“No es, un regalo. Simplemente te lo confío a ti, hasta que termine tu viaje”, dijo Arishuna en voz baja y clara. “Se dice que, una piedra lapista, siempre volverá, a su dueño. Si te vas de viaje, mientras llevas esto, seguramente lo harás de regreso”.

“Ah, entonces es como uno de esos amuletos que traes al santuario donde lo compraste después de un año, ¿eh…?” murmuré para mí mismo. Después de un poco de duda, decidí aceptar. “Entiendo. Así que solo necesito devolvértelo una vez que regrese de mi viaje, ¿verdad? En ese caso, ¿qué tal si te lo devuelvo a cambio de esas dos monedas rojas?”

“Eso estaría bien,” dijo Arishuna, sus deslumbrantes ojos entrecerrándose bajo su capucha. “Asuta, esperaré tu regreso. Estoy seguro de que tu viaje irá bien.”

“Gracias. Cuídate tú también, ¿de acuerdo?”

“Claro.”

Con eso, Arishuna partió. ¿Se había tomado la molestia de visitar los puestos solo para entregar la piedra? Sintiéndome un poco satisfecho de alguna manera, seguí adelante y guardé con cuidado la piedra lapista en la bolsa de tela que llevaba en la cadera.

Más o menos así, nuestros diez días de trabajo, a pesar de lo ocupados que estaban, llegaron a un final pacífico.