Kenja no Mago (NL)

Volumen 1

Extra: Dale un Estímulo a un Niño Aburrido

“He vuelto, abuelos.”

“Oh, bienvenido, Shin.”

“Bienvenido, ¿Ya es tan tarde?”

Shin acababa de volver de la academia.

“Perdón por la intromisión, Sabio, Gurú.”

“Di-Disculpen las molestias.”

Hablaron Sicily y María.

Desde que Shin decidió escoltarla por las mañanas, Sicily pasaba muy a menudo por su casa.

Todavía existía cierta tensión entre los dos, pero Merlín y Melinda estaban encantados con la relación que se estaba formando entre ellos.

Sicily no se iba a su casa tan pronto como llegaban.

Prefería quedarse a convivir un rato con Merlín y Melinda, que eran los héroes de toda la nación.

“Fu, fu.”

“¿Qué sucede, Sicily?”

“No, me acordé de mi padre. Me comentó que sentía envidia de mí por poder ver a Merlín y Melinda todos los días.”

“¿De verdad? Para mí sólo son mis abuelos…”

“Eso se debe a que son parte de tu familia, ¿No?”

“Supongo.”

Melinda, que los había estado observando, detuvo a María cuando volvió del baño.

“Oye, ven aquí un momento.”

“De acuerdo, ¿Necesita algo Gurú?”

“Para empezar, no me llames así. Mi nombre es Melinda. Quiero preguntarte algo.”

“¿Qué cosa? ¡Oh, sí es acerca de su baño, es fantástico! Desde que conocí su baño, siento que el de mi casa es inferior…”

“Tienes razón, pero no es eso de lo que quiero hablar.”

“Entonces, ¿Qué es?”

Melinda se acercó a María y susurró lo siguiente:

“¿Cómo van esos dos…?”

“¿Cómo van? Oh, ya entiendo. A veces se coquetean.”

“¡Ya veo! ¿Son pareja?”

“Ese… no es el caso.”

“¿Qué quieres decir…?”

Se coquetean, pero no están juntos. A Melinda le resultaba muy extraño.

“No hay duda de que se gustan. Pero Shin cree que Sicily actúa así porque es amable y Sicily aún no se da cuenta de sus sentimientos.”

“¿Cómo es posible?”

“Sicily es muy bella y amable. Siempre ha sido popular entre los chicos. Muchos se le han confesado, pero nunca aceptó salir con nadie… así que no tiene experiencia.”

“Lo que significa…”

“Este es su primer amor.”

“Su primer amor llegó muy tarde…”

“Pienso lo mismo. Ha vivido toda su vida sin saber que es el amor, así que probablemente no sabe lo que siente.”

“Ahora comprendo.”

“Sería diferente si Shin se le hubiera confesado.”

“¡Se la lleva haciendo alborotos, pero no se fija en lo que es importante!”

“¡Achú!”

“¿Estás bien, Shin?”

A Melinda de repente se le ocurrió una idea.

“Dejemos de lado a Shin por el momento, primero tenemos que hacer que Sicily se de cuenta de sus sentimientos.”

“Sí…”

“Presta atención, María.”

Melinda y María empezaron a planear algo.

“Es hora de irnos, Sicily.”

“Oh, María. ¿De qué hablabas con la señora Melinda?”

“Eh… le pedí algunos consejos para mejorar mi poder mágico.”

“Eso quiere decir que tu…”

“Primero volvamos a casa.”

“Sí, de acuerdo. ¿Podrías llevarnos, Shin?”

“Sí, vamos.”

Shin invocó la Puerta y los tres pasaron a través de ella.

“A mi… no me pidió ningún consejo…”

Comentó Merlín decaído.

“Nos vemos mañana, Sicily y María.”

“Sí, te veo mañana.”

“Oh, Shin, ¿Podemos hablar un segundo?”

María detuvo a Shin cuando estaba a punto de marcharse.

“¿Eh? ¿Qué pasa?”

“Escucha, ¿Podrías pasar el rato conmigo mañana después de la academia?”

“¿Eh…?”

“¿Quieres salir? ¿A qué?”

“Necesitó que vayas de compras conmigo. Aún no es seguro que Sicily salga.”

“¡Ese no es el caso, María! ¡Yo también quiero ir!”

“La señora Melinda dijo que sería peligroso para ti, así que nos esperaras en la casa de Shin.”

“Eso es…”

Shin y María iban a ir de compras juntos.

Sicily parecía muy deprimida.

“Bueno, Shin, te veré mañana.”

“Ah… de acuerdo.”

Shin se preguntó qué le sucedía a Sicily, pero al final decidió irse.

“Sicily, yo también me voy.”

“Bien…”

María se sintió apenada por haber hecho sufrir a su amiga, pero todo era parte de su plan.

Al día siguiente, Sicily intentó actuar de manera normal. Sin embargo, a veces lucía tan infeliz que todos se dieron cuenta de su estado de ánimo.

Un aire sutil fluía a su alrededor mientras iban a la casa de Shin después de la escuela.

“¿Estás bien, Sicily?”

“Sí… estoy bien. Qué tengan un buen viaje.”

“De acuerdo… Oye, abuela.”

“¿Sí?”

“Cuida a Sicily por mí.”

“Claro.”

Preocupado por su amiga, Shin le pidió a Melinda que comprobara su estado de ánimo antes de irse con María.

“¿Qué te sucede? Tienes un aspecto sombrío.”

“Eh… Ah… lo siento…”

“Fu… si no querías que Shin saliera con María, ¿Por qué no lo dijiste?”

“¡Eh¡ ¡Eso no es…!”

“¿Crees que no lo sé? No te agradó la idea de que otra mujer saliera con Shin.”

“Eso es…”

Sicily comenzó a lagrimear.

“¿Por qué lloras?”

“Porque… María ha sido mi mejor amiga desde que nací y… no quería que fuera de compras con Shin… yo quería ir con ella…”

“Oh, bueno, no es de extrañar. En eso consiste la exclusividad.”

“¿Exclusividad…?”

“Especialmente para la persona que te gusta del sexo opuesto.”

“La persona que me gusta…”

“Imagina lo siguiente, Sicily. María y Shin deciden formalizar una relación de pareja… ¡Eh! ¿¡Estás bien!?”

Tan pronto como Melinda dijo lo anterior, Sicily comenzó a llorar a cantaros.

“Cuando imagino a Shin saliendo con María… o con otras chicas…”

“No quieres que ninguna otra mujer salga con él…”

“Sí, no quiero que salga con nadie más…”

“Eso es todo lo que necesitas saber. ¿Cómo te sientes? ¿Entendiste tus sentimientos?”

“Sí… a mi… me gusta… Shin…”

Melinda sonrió al escucharla hablar.

“Así es. Tienes que evitar que otra mujer se lo llevé.”

“Pero no se si yo le gustó a Shin…”

“Tienes razón…” Melinda sabía lo que Shin sentía por ella, pero no dijo nada. “Fue criado en lo profundo de las montañas, así que creo que sería una buena idea que fueras proactiva con él.”

“¿Actuar de manera proactiva?”

“Piensa en mí como si fuera Shin. Agarra mi brazo de esta manera y… luego pegas tu pecho.”

“¿¡Pe-Pecho!?”

“Tienes que hacer esto para conquistarlo.”

“¡De acuerdo!”

“Entonces… cuando te sientas preocupada por Shin, asegúrate de toquetear su cuerpo.”

“¿¡Toquetearlo!?”

“¿Te has hecho daño? ¿Estás bien? Pregunta cosas por el estilo…”

“¡Kyaaa!”

“¡No hagas ruidos raros! Luego lo miras y le preguntas si le gusta que lo hagas. ¡No te preocupes por las consecuencias… solo hazlo!”

“¡Lo-Lo haré!”

Merlín veía a lo lejos el entrenamiento especial de Melinda.

“Las mujeres dan miedo…”

***

“Volví.”

“Ya estoy de vuelta.”

Poco después de que Melinda y Sicily terminaran de hablar, Shin y María regresaron.

“Bien, ya es tarde, las llevaré a su casa. ¿Estás bien, Sicily?”

“Sí, ahora sí estoy bien. Siento haberte preocupado.”

Shin había estado preocupado por Sicily, pero tal parecía que ahora se encontraba mejor.

“¿De verdad? Me alegra escuchar eso.” Shin abrió la puerta. “Entonces, nos vemos mañana.”

“Hasta mañana.”

“Gracias por lo de hoy. Hasta mañana.”

Una vez que Shin se fue, Sicily habló con María.

“Oye, María.”

“¿Qué?”

“¿A ti… te gusta, Shin…?”

“¿Por qué?”

Sicily gritó decidida.

“¡Porque a mí me gusta más! ¡No permitiré que alguien más salga con Shin!”

Tenía la cara roja y estaba resoplando.

Tras verla actuar de esa manera, María murmuró lo siguiente:

“Ja… ¿Por fin te diste cuenta de tus sentimientos?”

“¿Eh?”

“No te preocupes por lo de hoy. Fue parte del plan de la señora Melinda.”

“¿Eh? ¿Eh?”

“La señora Melinda me pidió que te celara para que te dieras cuenta de lo que sentías por Shin. Así que… lo lamento.”

“¿¡Eh!? ¿¡Ustedes lo sabían!?”

“¡Aja, ja, ja! ¡Lo siento!”

“¡Espera, María!”

Sicily fingió estar molesta, pero su rostro reflejaba su felicidad.

***

“No has servido de nada en este asunto…”

“No comprendo los sentimientos de las jovencitas…”

“¿Abuelo?”

“¿A qué te refieres con que no comprendes los sentimientos de las jovencitas? Eres asqueroso.”

El joven miró intrigado a su abuelo sentado en el sillón y sosteniendo sus rodillas con ambas manos.

-FIN DEL VOLUMEN 01-