Shin no nakama janai to Yuusha (NL)

Volumen 6

Prologo: La Bendición Divina De Un Villano

Todos los seres vivos del mundo, excepto los demonios Asura, recibieron una Bendición Divina al nacer del todopoderoso Demis. Bendiciones Divinas otorgó fuerza en forma de niveles y habilidades, lo que permitió a criaturas frágiles como los humanos la capacidad de luchar contra gigantes y monstruos en igualdad de condiciones. Si no fuera por las Bendiciones Divinas, la gente habría perecido hace mucho tiempo.

Eso fue lo que dijo el cura del pueblo a los niños reunidos en la pequeña iglesia santa. Los niños luchaban por quedarse quietos y escuchar, y de vez en cuando, uno golpeaba a la persona a su lado y comenzaba a jugar. Entre los niños inquietos, Ruti y Gideon se sentaron tranquilos y correctos.

En lugar de pensar que tenían buenos modales, el sacerdote se sintió desconcertado por su madurez.

Un joven encantador llamado Tapp levantó la mano. “¡Señor Sacerdote!

¿Por qué los monstruos tienen bendiciones divinas? ¿No son malos?”

Los monstruos se presentaban en muchas formas, y decir que todos eran malvados era una generalización excesiva. Aun así, era cierto que la mayoría de ellos eran dañinos, y muchos monstruos salvajes atacaban a las personas por deporte, no por supervivencia. Además, había seres con bendiciones que realmente podrían llamarse malvados: demonios. Sin duda, todos habían pensado en un momento u otro que los humanos y los elfos estarían mejor si los seres malvados no poseyeran Bendiciones Divinas.

El sacerdote, cuya Bendición Divina era Adepto, había hecho la misma pregunta en esta sagrada iglesia cuando era niño.

“La respuesta a eso está en nuestras propias Bendiciones Divinas, Tapp”. “¿En el nuestro?”

“Las Bendiciones Divinas crecen cuando un portador mata a otro con una bendición. Pero si solo hubiera gente buena y justa en el mundo, ¿a quién podríamos matar? Dios desea que vivamos más justamente luchando contra el mal. Es por eso que Dios les dio a los malvados Bendiciones Divinas”.

Tapp asintió ante la respuesta del sacerdote, aparentemente comprendiendo. El joven que se había conectado con su bendición de luchador declaró con orgullo: “¡Voy a matar aún más monstruos!”

Su bendición era de nivel 3. Ya salía regularmente con adultos a cazar monstruos con su lanza y su arco.

“Disculpe …”, gritó una voz cuando una pequeña mano se elevó en el aire. Era suave, pero aún tenía la fuerza para hacerse oír, a pesar de los niños bulliciosos. Otros niños se callaron y miraron con cautela a la niña que había hablado.

“¿Qué pasa, Ruti?” El sacerdote retrocedió levemente. Era la primera vez que esa misteriosa chica planteaba una pregunta.

“¿Cuál es la razón de los impulsos?” “Hm, ah, sí. Buena pregunta.”

El sacerdote se palmeó el pecho mientras exhalaba un suspiro de alivio. El propósito de los impulsos era evidente, tautológico. Era similar a enseñar que uno y uno son dos. Al sacerdote lo consoló saber que Ruti era bastante normal por dentro, aunque fuera rara.

“Como todos saben, las Bendiciones Divinas tienen impulsos. Mi bendición de Adepto me motiva a proteger la paz mental de todos y a usar mi magia para ayudar a los que sufren. Fueron esos impulsos los que me llevaron a convertirme en sacerdote”.

Su bendición también desalentó el pensamiento nuevo y priorizó los ideales conservadores, pero el sacerdote decidió que no había necesidad de mencionar esa parte.

“Las Bendiciones Divinas que Dios nos ha otorgado otorgan una fuerza tremenda. Nuestros impulsos nos impiden usar ese poder imprudentemente y nos guían por el camino que debemos recorrer en la vida. Obedecer los impulsos de tu bendición otorga una sensación de seguridad en tu corazón. Esa es la clave para vivir una vida feliz y justa”.

Al escuchar eso, Tapp apretó los puños con determinación. Más tarde pasaría a golpear a todos los niños del pueblo a los que les gustaba pelear, convirtiéndose en su líder tiránico. Todo empezó con lo que había dicho el cura.

Sin duda, las palabras del sacerdote tuvieron una fuerte influencia en todos los niños.

Sin embargo, la expresión de Ruti permaneció plácida.Pasó el tiempo y Gideon y Ruti ahora luchaban solos.

Los aldeanos estaban siendo evacuados ante un ataque del ejército del señor demonio. En la actualidad, Ruti descansaba en la mansión del señor feudal.

Un sentimiento desfavorable golpeó a la chica, y recogió la espada mágica que su hermano le había dado. Un solo murciélago grande colgaba del techo. Ruti inmediatamente apuntó su espada a la criatura. En respuesta, el murciélago sonrió y cayó al suelo.

Allí se transformó en un híbrido de humano y murciélago, con membranas de alas de murciélago que se extendían desde sus brazos. Esta era una habilidad de transformación animal, pero eso no fue lo que sorprendió a Ruti.

“¿Eres… humano?”

Su oponente no era ni un orco ni un demonio. Era un humano con una bendición de Asesino.

Ruti nunca antes había luchado contra otro humano durante su viaje para detener al ejército del señor de los demonios.

El asesino a sueldo empuñaba una espada corta siniestra y retorcida. Era un arma brutal que magnificaba el dolor de aquellos cortados por ella, aunque a Ruti le parecía un desafío manejarlo.

Una sonrisa se formó en la cara del medio murciélago.

“Chica bonita, esos ojos rojos tuyos serán una excelente adición a mi colección”.

Ruti no respondió, sino que escuchó con frialdad el discursito del asesino.

Su estado actual fue sin duda el resultado de los impulsos de su bendición Asesino combinados con su propio deseo de imbuir su trabajo con un sentido artístico. Este hombre disfrutaba matando gente. Por lo tanto, era un enemigo que tenía que caer.

Ruti preparó su espada, decidida a luchar.

La batalla terminó cuando ella mató al que había venido a quitarle la vida. Ese día, el nivel del Héroe aumentó en 1, para un total de 10.