Kuro no Shoukanshi (NL)

Volumen 2

Extra 7: La Mejor Sirvienta En La Cocina

Lo que había empezado todo fue la petición que hizo Kelvin en nombre de Efil. En concreto, quería añadir la cocina torajiana a su repertorio. Teniendo en cuenta lo parecida que era la cocina local a la japonesa que él conocía y amaba, Kelvin prácticamente levantó las manos sobre la cabeza en una muestra de deleite. Y si tenía que encontrarle un lugar para aprenderla, ¿qué mejor que la cocina del propio castillo real? Así que no tardó en enviar la solicitud, que fue aprobada en poco tiempo.

—Efil, Tsubaki-sama ha dado su aprobación. Ve a aprender todo lo que puedas.

— ¡Muchas gracias por su ayuda, maestro! Prometo devolvérsela en su totalidad.

Profundamente agradecida con su maestro por haber organizado un entorno de aprendizaje tan excelente, Efil se animó aún más con la esperanza de devolverle este favor algún día. Y muy pronto, esta sirvienta modelo se encontró de pie en la cocina del castillo de Toraj.

—Mi nombre es Efil. Es un increíble honor estar aquí. Por favor, cuida de mí a partir de hoy.

Efil bajó la cabeza con elegancia. A su alrededor se encontraban los cocineros de mayor calibre de Toraj, todos ellos mirándola con rudeza. Y así debía ser, ya que cada uno de ellos había sido reconocido por la propia Tsubaki. Todos ellos se enorgullecían de su condición de cocineros reales y pasaban cada día en una feroz pero amistosa rivalidad entre ellos, con el objetivo constante de superar sus propias limitaciones en cuanto a habilidad y creatividad.

Naturalmente, la intromisión de un extraño en un lugar así atraía miradas severas. De hecho, ¡Efil estaba siendo puesto a prueba por ellos!

Es tan bonita…

¡¿Me estás tomando el pelo?! ¡¿Es una elfa y es una sirvienta?! ¡¡Es una sirvienta elfa!!

¡Un ángel! ¡Finalmente ha descendido un ángel a este festival de salchichas que llamamos lugar de trabajo!

O no. A pesar de sus miradas agudas, todos los cocineros estaban bailando interiormente gorgoritos de alegría.aqio

— ¡Hmph! Sólo puedo imaginar lo que le habrá pasado a Tsubaki-sama para permitir que una mocosa entre en nuestra cocina.

— ¡Jefe de cocina, no puede decir eso!

Sin embargo, hubo una persona que no se dejó influenciar por la presencia de Efil. Era el jefe de cocina, el hombre que tenía la máxima autoridad en la cocina. Conocido como el hombre más obstinado de todo Toraj, sólo reconocía a aquellos que podían impresionarle con su cocina, confiando únicamente en sus propias papilas gustativas.

—No importa. Chica, haz algo, lo que sea. Entonces decidiré si eres realmente digna de estar aquí.

—Como quieras. Por favor, dame algo de tiempo.

Con mano experta, Efil comenzó a cocinar. Como era de esperar en la cocina de un castillo real, estaba totalmente equipada con todo tipo de ingredientes y herramientas. Los chefs se concentraron en lo que Efil estaba haciendo…

Jefe de cocina, si Efil-chan se va por su culpa, ¡le guardaré rencor el resto de mi vida!

…Todo ello mientras alimentan una cierta semilla de hostilidad hacia su superior. Ajena a todo esto, Efil prosiguió con su tarea, terminando en poco tiempo.

—Gracias por esperar. Ya he terminado.

—Tú… esto es…

—Sí, es una tortilla enrollada.

La sonrisa en la cara de Efil era suficiente para robar el corazón de casi cualquier hombre. En cuanto a su plato… sin la guarnición, no era más que una simple tortilla enrollada.

Interesante elección. La tortilla enrollada es básica, sí, pero precisamente por su sencillez tiene mucho que ver. El hecho de que haya elegido hacerla significa que, o bien está muy segura de sus habilidades, o bien es una completa novata. Tsubaki-sama, dependiendo de cómo resulte esto, puede que me vea salir por la puerta.

El jefe de cocina utilizó un par de palillos para cortar un pedazo y se la llevó a la boca. Masticó lentamente, tomándose el tiempo necesario para saborear todo el trozo. Hubo un largo e incómodo silencio.

—Jefe de cocina, ¿qué tal?

La tensión aumentó mientras esperaban ansiosamente una respuesta.

— ¿Jefe de cocina?

Todas las personas contenían la respiración esperando el veredicto del anciano. Sin embargo, no hubo un veredicto por mucho que esperaran. Cuando algunos de los hombres empezaron a preocuparse de que el plato hubiera sido lo suficientemente malo como para estropear el estado de ánimo de su jefe de cocina, el anciano se llevó de repente una mano a los ojos y las lágrimas empezaron a derramarse por su cara.

—Así que esto… es a lo que sabe el cielo. Esta tortilla se derrite en la lengua como una nube y, sin embargo, cada vez que mastico, una ráfaga concentrada de sabor se extiende por toda la boca. La riqueza innata de los ingredientes se ha exaltado al máximo, no, se ha elevado a alturas aún mayores…

Y así sucesivamente. Con una gran variedad de palabras y expresiones, fueron muchos los elogios hacia el plato.

— ¡Ha empezado! ¡El jefe de cocina ha comenzado su famoso ‘monólogo’! ¡¡Y todavía sigue!!

— ¡Eso no es todo! ¡Mira ese torrente de lágrimas! ¡Incluso ha entrado en su estado de ‘llanto’! ¡¿Cómo de deliciosa es esta tortilla enrollada?!

Los cocineros de los alrededores, que a estas alturas se habían reducido a meros espectadores, comentaban en voz alta y emocionada la brillante crítica de la cocina de Efil, poniéndose cada vez más nerviosos a cada momento. Efil se escabulló silenciosamente de la bulliciosa cocina y se volvió para mirar al cielo.

Maestro, ¡haré lo que pueda!

Al día siguiente, la posición de Efil en la jerarquía de la cocina ya se había invertido, y ella ofrecía instrucción a los demás cocineros. Aun así, siguió trabajando duro, enfocándose tanto en el aprendizaje como en la enseñanza.

-FIN DEL VOLUMEN 2-