Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 14: The Black Werewolf Princess Ande The Desert´s Memories

Capitulo 14: Señora Demonio Airia

Parte 6

Ugh… Pensar en su fracaso hizo que Iori se deprimiera. La próxima vez le enseñaré lo genial que pueden ser los Observadores del Cielo. Las armas preferidas de Iori eran su pistola y los abrojos que llevaba consigo. La teoría era utilizar los abrojos para ralentizar a sus enemigos y luego eliminarlos con la pistola. Sin embargo, nunca había participado en un combate real, así que no tenía forma de saber si esa estrategia funcionaría en la práctica. Me gustaría que apareciera algún enemigo para poder demostrar que yo también soy útil…

De repente, Friede se detuvo, sacando a Iori de sus pensamientos.

“Alto”, dijo ella, mirando a su alrededor.

Joshua gritó, “¡Algo no está bien!”

Shirin e Iori sacaron sus respectivas armas. Los grimalkin miraron preocupados a su alrededor.

“¿Qué está pasando?”

“Hiboshi, ¿sientes algo?”

“No. ¿Y tú, Nijiru?”

“Está demasiado seco aquí como para esforzarme tanto…”

Iori tampoco pudo percibir nada fuera de lo normal, pero entonces…

Joshua gritó, “¡Debajo de nosotros!”

Un segundo después, un géiser de arena estalló frente al grupo y algo saltó hacia ellos.

“¡Shaaaaa!”

“¡Whoa!” Iori gritó mientras tropezaba hacia atrás, cayendo de espaldas.

¿Voy a morir? Iori vio su vida pasar ante sus ojos, pero entonces la cosa que había saltado saltó sobre ella se dirigió directamente hacia Friede. Parecía una serpiente gigante, pero sin escamas. Al mirarla más de cerca, Iori se dio cuenta de que parecía más bien un gusano.

¿Qué diablos es eso? Era enorme, con mandíbulas tan grandes como para tragarse a un humano entero.

“¡Es un gusano de arena! Uno de los tipos más pequeños.” Friede gritó, esquivando hábilmente al gusano. Lo hizo parecer tan fácil.

¡¿Este es uno de los pequeños?!

“¡Friede!” gritó Shirin, corriendo mientras el gusano de arena volvía a meterse bajo tierra.

“¿A dónde fue?” preguntó uno de los grimalkin.

“¡No sé, pero estoy asustado!”

Mientras ellos entraban en pánico, Iori sacó rápidamente su pistola y colocó la mecha. ¡Se zambulló abajo, ¿verdad?! ¿También va a atacar desde ahí? Iori lanzó por reflejo sus abrojos, pero inmediatamente después se dio cuenta de que serían inútiles contra un enemigo como este. ¡¿Qué sentido tenía eso?! ¡Un enemigo que ataca desde el subsuelo no va a pisar los abrojos! ¡¿Qué demonios estoy haciendo?! ¡Debería estar usando mi arma! Al darse cuenta de que ni siquiera había encendido la mecha, Iori se apresuró a sacar su pedernal y sacó algunas chispas. Ahora estaba preparada para disparar en cualquier momento.

Pero fue ahora cuando se dio cuenta de su segundo error.

¡Si apunto con la pistola hacia abajo, la bala saldrá rodando! No había nada que fijara la bala de plomo en su pistola. Disparar hacia abajo era algo para lo que su pistola no estaba diseñada. Ni siquiera sé dónde están los órganos vitales de un gusano de arena y dudo que pueda derrotarlo de un solo disparo a menos que le dé a un órgano vital… Un momento, ¿todas mis armas son completamente inútiles aquí? Tenía una pequeña bomba de pólvora en su mochila, pero era más para sorprender a la gente que para hacer daño. Tampoco era muy potente. Lo más probable era que no hiciera nada contra el gusano de arena.

Preocupada, Iori gritó, “¡¿Friede?!”

“¡No te muevas!” Friede miraba al suelo como si pudiera ver a través de la arena. “¡Aquí viene!”

Saltó hacia atrás justo cuando el gusano de arena apareció debajo de ella.

“¡Shaaaaa!” El gusano de arena se agitó en el aire durante unos segundos antes de volver a sumergirse.

“¡¿Cómo se supone que vamos a luchar contra algo así?!”

“¡Está bien, cálmate, Iori!”

“¡¿E-Eh?! O-Okay…” Al darse cuenta de que había estado agitando su pistola, Iori se apresuró a apuntar al suelo. Al menos de esa manera, no le daría accidentalmente a sus aliados si apretaba el gatillo.

Friede le sonrió y dijo, “Iori, tienes una bomba contigo, ¿verdad? ¿Puedes prepararla?”

“¡Pero no es lo suficientemente potente como para matar algo grande!”

“No voy a usarla para atacar. La onda expansiva de la explosión hará que el gusano de arena piense que hay una presa grande andando por ahí.”

“¡¿Qué?!”

Iori sabía que la mayoría de los cazadores subterráneos utilizaban las vibraciones para rastrear a sus presas en la superficie. Era algo que todos los Observadores del Cielo aprendían. No puedo creer que haya olvidado algo tan simple…

Tranquilizándose, Iori desenfundó hábilmente su bomba y le colocó una mecha encendida. Mientras tanto, Friede empezó a dar órdenes a los grimalkin.

“¡Preparen sus redes! Una vez que la bomba explote, ¡lo atraparemos con ellas!”

“¿Serán suficientes nuestras redes?”

“¡Aunque rompa algunas, está bien!”

“¡Entendido!”

Los grimalkin se pusieron en parejas y prepararon sus lanzaredes. Aunque eran débiles por separado, podían combinar su fuerza para lanzarlas al menos tan lejos como un humano.

En cuanto estuvieron listos, Shirin gritó, “¡Lady Iori, no queremos que el sol esté a su espalda!”

“¡De acuerdo! ¡Explotará a la cuenta de tres!” Al darse cuenta de que no había prestado atención a la dirección en la que había lanzado, Iori se dio la vuelta. Sería difícil apuntar correctamente con el resplandor del sol en sus ojos. Mientras tanto, Joshua levantó a Yuhette en su hombro.

“No podemos permitir que vaya a por ti”, dijo simplemente.

“Gracias.”

Iori estaría en peligro si ella también fuera el objetivo, pero por ahora se concentró en su bomba. Esta era su única oportunidad de compensar sus fracasos.

El gusano volvió a perseguir a Friede, que una vez más saltó fuera del camino.

“¡Iori!” gritó Friede.

“¡Aquí va!” Mientras el gusano de arena volvía a sumergirse, Iori lanzó la bomba a poca distancia.

“¡Uno! ¡Dos! ¡Tres!” Tan pronto como Iori terminó de contar, la bomba explotó con un chirrido agudo. Un segundo después, los grimalkin lanzaron sus redes.

“¡Shaaaaa!”

El gusano de arena saltó justo a tiempo para enredarse en las redes. Intentó volver a sumergirse bajo tierra, pero acabó retorciéndose impotente en la arena. Las redes habían hecho su trabajo.

“¡¿Shaaaaa?!”

“¡¿Lo conseguimos?!” Iori apuntó con su pistola, pero no estaba segura de dónde disparar. Dudó entre intentar disparar a su boca o a algún otro segmento de su cuerpo. Sin embargo, Friede no dudó en absoluto.

“¡Allí!” gritó, sacando una pistola con un diseño claramente diferente a la de Iori y disparó. Una bola de luz pura atravesó el velo de arena que rodeaba al gusano y lo golpeó en el centro de su cuerpo. La explosión resultante partió al gusano por la mitad.

“¡Shaaaaa!”

“¡Whoa!”

Ambas mitades del gusano continuaron forcejeando, tratando desesperadamente de arrastrarse hacia Friede.

“¡No en mi guardia!” Iori saltó hacia delante y disparó a su cabeza. Las pistolas de chispa no eran conocidas por su precisión, pero Iori tenía demasiada buena puntería como para fallar a esa distancia. Por desgracia, parecía que su bala no había dañado al gusano. Los insectos pequeños ya eran bastante resistentes y uno más grande como este estaba lo suficientemente blindado como para rechazar los proyectiles de metal. Iori apretó los dientes con frustración.

“No te preocupes, yo me encargo”, dijo Joshua, lanzando a Yuhette al aire.

“¡¿Eh?! ¡Espera, espera, espera! ¡Waaaaaah!” Presa del pánico, Iori se apresuró a coger a Yuhette antes de que se cayera. La joven era sorprendentemente pesada. Mientras tanto, Joshua se transformó y tacleó al gusano de arena de frente. Una vez que se acercó, comenzó a golpearlo con sus puños.

“¡Muere, muere, muere, muere, muere, muereeeeee!” Los puños de Joshua eran como mazos, pero desgarraban las secciones más débiles del gusano de arena con una precisión sorprendente. Los empuñaba como un maestro de la espada. En segundos, el gusano de arena fue golpeado hasta convertirse en una pulpa sangrienta y dejó de moverse. Todavía se movía de vez en cuando, pero estaba ciertamente muerto.

Los hombres lobo son realmente aterradores… Ah, ¡¿qué ha pasado con la cola del gusano de arena?! Iori se apresuró a darse la vuelta, pero Shirin ya había cortado la cola en tres. Había belleza en su eficiente manejo de la espada.

“Los dragonantes son increíbles…” dijo uno de los grimalkin mientras Shirin envainaba con elegancia sus espadas.

“Tanto para las personas como para los monstruos, son nuestros músculos los que nos permiten movernos. Pero todo lo que los músculos pueden hacer es estirarse y contraerse. Si cortas esas fibras musculares, todas las criaturas pueden quedar impotentes.”

¿Cortó las fibras musculares del gusano? Iori se quedó boquiabierta. Nunca había imaginado que las personas y los monstruos pudieran ser derrotados de la misma manera.

Shirin miró el cadáver del gusano de arena y asintió para sí mismo. “Mientras cortes verticalmente a través de sus músculos, no podrá moverse. Me pregunto si los cortes horizontales funcionarán igual de bien. Debería probarlo la próxima vez.”

¿Ya está pensando en el próximo oponente? Por otra parte, no se sabe cuándo podrían atacarnos de nuevo, así que está en lo correcto.

Yuhette observó los alrededores y luego dijo, “Creo que estamos a salvo por ahora. Muchas gracias por atraparme, Iori.”

“Ah, umm…”

Iori dejó torpemente a Yuhette en el suelo. La batalla había terminado antes de que ella terminara de procesar lo sucedido. El enorme gusano de arena estaba muerto y no había ninguna otra amenaza cercana. Sin embargo, le resultaba espeluznante ver cómo el cuerpo muerto del gusano seguía palpitando y retorciéndose.

“¿Se ha acabado… realmente?”

“Sí, ahora estamos a salvo”, dijo Friede alegremente, enfundando su Blast Pistol y escondiéndola en su abrigo.

Shirin la miró y dijo, “Has mejorado mucho la puntería desde que volviste de Rolmund.”

“Ese intercambio tecnológico debe haber funcionado, supongo. Ryucco se esmeró en modificarla”, respondió Friede con una sonrisa.

Mientras tanto, Iori estaba deprimida. Fui inútil de nuevo… Una batalla con un enemigo era exactamente la oportunidad que Iori había estado esperando para restaurar su honor. Aunque se había entrenado como ninja, se le daba mejor el combate que el sigilo. Y sin embargo, no había sido de ninguna utilidad en esta batalla. Eso le fastidiaba mucho.

Mientras ella se lamentaba, Friede se acercó y dijo, “Iori, ¿te importaría venir conmigo a esa duna?”

“¿Eh…?” Iori levantó la vista y vio que Friede se sonrojó un poco mientras se rascaba la cabeza torpemente.

“Quiero dejar que todos se tomen un descanso, pero tenemos que vigilar por si aparecen otros gusanos de arena. No estoy segura de poder hacer la guardia yo sola, así que ¿puedes venir conmigo?”

No había razón para que Iori dijera que no, así que asintió.

“Por supuesto.”

Las dos subieron la duna con cierta dificultad. La arena suelta no era el mejor punto de apoyo y cada paso consumía una gran cantidad de energía, sobre todo porque la pendiente era muy pronunciada. Sin embargo, la vista desde la cima de la duna hizo que todo el esfuerzo mereciera la pena.

“Wow…” Friede se giró, con una sonrisa radiante en la cara. “¡Esto es increíble! No hay más que arena y cielo hasta donde alcanza la vista.”

“Esto es un desierto después de todo.”

“¡Ah, pero en esta dirección, se pueden ver las montañas de Wa!”

“Son más fáciles de detectar desde la altura, sí.”

Las respuestas de Iori fueron cortantes. La vista era realmente espectacular. No había más que arena, cielo y Friede a su lado. Parecía que eran las únicas dos personas que quedaban en un mundo estéril y ajeno. Si estuviera varada en algún lugar con Friede, probablemente solo sería un peso muerto. Sería más fácil para ella sobrevivir por su cuenta. La frustración volvió a aflorar en el interior de Iori. Por mucho que se resista a admitirlo, Friede estaría mejor sin ella.

De repente, Friede le miró a la cara y le preguntó, “Oye, ¿estás bien, Iori? Pareces un poco deprimida…”

“No, no lo estoy. Me encuentro bien.”

Iori estaba bastante segura de que sus sentimientos actuales no se reflejaban en su rostro. Después de todo, se había entrenado como ninja. Por desgracia para ella, Friede no necesitaba leer las caras para saber cómo se sentía una persona.

“Pero puedo oler en ti depresión.”

“Ahí vas de nuevo, oliendo mis sentimientos. No puedes oler a la gente sin permiso.”

Friede había explicado antes que los humanos siempre sudaban al menos un poco y que su sudor variaba en función de sus emociones. Como los hombres lobo eran demonios que habían evolucionado para cazar a los humanos, eran extremadamente buenos para distinguir esas sutiles diferencias en el sudor.

Con una mirada apologética, Friede dijo, “Lo siento. Si fuera algo que estuviera viendo, podría cerrar los ojos, pero no puedo taparme la nariz exactamente…”

“¡¿Bwah?!” Iori dejó escapar algo entre un grito de sorpresa y una carcajada. Aguantando las ganas de reírse, dijo con voz seria, “Supongo que el olor es algo que se nota pasivamente.”

“Sí, y por eso no pude evitar notar que te sentías mal.” Friede sonaba realmente preocupada por Iori. “Ayudaste mucho durante la pelea, ¿sabes? Pero a pesar de eso, te sientes deprimida y no puedo saber por qué… por eso te pregunté.”

“¿Que ayudé mucho? No he hecho nada en absoluto.” Una ráfaga de viento seco agitó el pelo de Iori, que se apartó el flequillo de la cara. “Tú fuiste quien ideó un plan sobre cómo derrotar al gusano de arena y dirigiste a todos para que lo siguieran. Yo solo hice lo que me dijiste y lancé una bomba.”

Friede negó con firmeza con la cabeza. “Hiciste mucho más que eso. Tú eres la que siempre lleva una bomba lista para usar y has practicado con ella lo suficiente como para no fallar ni siquiera en una situación tensa.”

En cierto modo, Friede tenía razón. Y por una vez, a Iori le gustaron los elogios. Pero ella era terca hasta la médula.

“Es natural dominar las herramientas de tu oficio. Puede que sea nueva en mi puesto, pero mis superiores confían en mí lo suficiente como para que me sigan dando misiones formales. Cualquier Observador del Cielo podría haber hecho lo mismo que yo”, replicó, mordiéndose el labio. “Además… aunque es mi herramienta, no me di cuenta de que podía usarse como cebo hasta que lo indicaste. Fui inútil.”

Friede miró con preocupación a los ojos de Iori y luego dijo con voz suave, “Si no hubieras estado allí, Iori, habríamos tenido que luchar contra el gusano de arena sin poder atraerlo. ¿Realmente puedes decir que fuiste inútil a pesar de que fuiste parte integral de nuestra victoria?”

“Como he dicho, cualquiera con una bomba podría haberlo hecho. De hecho, incluso Okoge lleva bombas encima. Podrías haberle pedido ayuda a él en lugar de a mí.”

“O-Oh…” Friede no sabía cómo responder a eso.

Soy tan inútil que incluso hago que Friede se preocupe por mí, pensó Iori. Incapaz de soportar lo patética que era, Iori se desplomó sobre sus rodillas.

“Déjalo, no sigas más. No soy tan fuerte como un hombre lobo, ni tengo la capacidad de análisis de una verdadera Observadora del Cielo. Nadie te culparía por pensar que soy una fracasada que a duras penas se las ha arreglado para sobrevivir hasta ahora.”

“Pero yo no creo eso…” dijo Friede, agitando los brazos frenéticamente. Pero eso solo hizo que Iori se sintiera más miserable.

“Durante la pelea con los bandidos, me interpuse en tu camino y provoqué que resultaras herida y te desmayaras. No es físicamente posible ser más inútil que yo.”

“Oh, vamos, eso no fue tu culpa.”

“Lo fue. ¡No valgo nada! Odio admitirlo, ¡pero realmente no he hecho nada para ayudarte! ¡Soy una vergüenza para el nombre Mihoshi!” Ahora que la presa había estallado, las palabras salieron en un torrente. “¡¿Pero qué puedo hacer?! Hasta los nueve años, trabajé en un burdel como chica de los recados. Mis padres acumularon una deuda de apuestas tan grande que me vendieron cuando era una bebé. ¡Ni siquiera recuerdo cómo eran! Incluso ellos pensaban que yo era inútil.”

“I-Iori, ¿qué te pasa?”

“¡No lo sé! ¡No lo sé y no me importa! Todavía no he terminado, ¡así que cállate y escucha!” Iori agarró a Friede por los hombros. “¡Más tarde, me enteré de que los esclavistas que me habían comprado habían sido capturados en la lejana Meraldia! ¡Por la hija del Rey Negro de los Hombres Lobo! ¡Cuando solo tenía siete años!”

“¡¿Bweh?!” Iori sacudió furiosamente a Friede de un lado a otro.

“¡Yo no tenía nada! ¡Ni linaje de familia noble, ni padres! Pero aun así, ¡luché y luché para llegar a ser como tú! ¡Después de todo, ahora soy la hija adoptiva del jefe de la familia Mihoshi! Tengo que demostrar que merezco esa posición.”

La expresión de Friede era rígida, pero seguía estudiando atentamente la expresión de Iori.

“Iori…”

“¡Pero ya no puedo hacer esto! Por mucho que lo intente, nunca podré estar a la altura de los nobles que han tenido una educación de superdotados desde su nacimiento, ni de los hombres lobo que son más fuertes que yo. ¡No tengo lo que se necesita! Nadie debería esperar nada de mí.”

Iori estalló en sollozos.

“Yo… no puedo… No puedo… Solo soy una plebeya… una chica que fue vendida como esclava…”

Ella se hizo un ovillo y se abrazó las rodillas. Unos segundos después, sintió el calor de las manos de Friede que la envolvían.

Friede acarició suavemente la espalda de Iori y dijo, “Eres más increíble de lo que crees, Iori. No sabía que tuvieras un pasado tan duro, pero creo que me hago una idea más clara del tipo de persona que eres ahora.” Friede puso una mano en el hombro de Iori y añadió, “Creo que eres una perfecta Observadora del Cielo. Cuando nos enfrentamos, me di cuenta de que eras fuerte. Hablas meraldiano con fluidez y eres una persona muy amable. Incluso eres bonita también.”

“Eso no es cierto en absoluto…”

“Es cierto en la Iori que veo.” Iori estaba demasiado asustada como para levantar la vista, pero por la voz de Friede supo que probablemente estaba sonriendo. “Nací en una familia normal que me cuidó y no tuve ninguna dificultad al crecer.”

Yo no llamaría exactamente normal a tu familia… pensó Iori, pero se lo guardó para sí misma. En efecto, la madre de Friede era la primera Señora Demonio humana de la historia y su padre era el mejor general del ejército demoníaco. Su familia era lo más alejado de una familia normal.

“Pero aunque hayas sufrido mucho más que yo, has llegado hasta aquí. Eres más increíble que yo por mucho.”

“¿De verdad lo crees?”

“¡Sí!”

Iori no se atrevía a creerlo en lo más mínimo, pero los elogios la hacían sentir mejor.

“Eres muy buena para adular a la gente, Friede.”

“Me han elogiado por todo lo que he hecho, ¡así que se me da muy bien elogiar a los demás!” Friede hinchó el pecho con orgullo. “Papá siempre me dice: ‘Los que nacen como humanos tienen problemas humanos y los que nacen como hombres lobo tienen problemas de hombres lobo. Como eres mitad hombre lobo y mitad humana, tendrás que lidiar con los problemas de ambas partes. Pero precisamente porque tendrás que luchar tanto, aprenderás a ser amable con los demás’. Aunque tengo que reconocer que no he pasado tantos apuros.”

Fue entonces cuando Iori se dio cuenta de algo. Es imposible que una niña mitad humana mitad demonio haya crecido sin ninguna dificultad. Friede parecía humana, pero solo había que pasar cinco minutos con ella para darse cuenta de que no lo era. Y aunque tenía sangre de hombre lobo corriendo por sus venas, no podía transformarse. Pertenecía a ambas especies a la vez, sin ser ninguna de ellas. Por lo que Iori sabía, no había otros mitad hombres lobo en el mundo.

Sin darse cuenta de la epifanía que acababa de tener Iori, Friede siguió monologando.

“En todo caso, mi papá probablemente ha luchado más por… en realidad, no importa.”

“¿Hm?”

Veight era un hombre lobo que había guiado a su pueblo hacia la sociedad humana, pero respetando las reglas de los humanos. Si alguien merecía decir que había lidiado con problemas tanto de demonios como de humanos, era él. Al menos, así lo veía Iori. Sin embargo, Friede parecía tener pánico a que se le escapara eso, por lo que Iori sospechaba que había algo más. Sin embargo, estaba disfrutando de la conversación que mantenían en ese momento y no indagó demasiado.

Todos los que Friede había conocido en Wa se habían convertido en sus aliados. No lo había hecho a propósito, pero solo por ser ella misma, había llegado hasta las Dunas Ventosas con Iori y un grupo de grimalkin a cuestas. Era extraño, realmente. Supongo que eso es una prueba de que Friede es naturalmente apta para liderar. Pero cuando la conocí por primera vez, ni siquiera había sido capaz de notar eso. Al recordar cómo había archivado mentalmente a Friede como una princesa ignorante al principio, Iori se sonrojó. Era vergonzoso lo ciega que había sido.

Levantando la vista se encontró con la mirada de Friede y dijo, “Friede, lo siento.”

“¿Eh? ¿Por qué? ¿Por qué?” Friede no esperaba una disculpa y agitó las manos confundida.

Preparada para afrontar cualquier castigo que Friede considerara oportuno, Iori dijo, “Al principio pensé que eras una princesa ignorante y mimada que no sabía nada de las verdaderas dificultades. Solo otra débil sucesora que se regodea en la autoridad de sus padres y vive la gran vida.”

“Este, bueno, tenías razón a medias, ¡así que supongo que está bien!” Friede le dio a Iori un pulgar hacia arriba. No le importaba en absoluto la valoración de Iori.

Sacudiendo la cabeza, Iori contestó, “¡Pero estaba equivocada! Eres increíble… Te respeto sinceramente desde el fondo de mi corazón. Fui una tonta por no darme cuenta al principio. Mi propio complejo de inferioridad y mi deseo de demostrar que era mejor que tú me cegaron de la verdad.” Iori volvió a agachar la cabeza. “Soy la sucesora de la familia Mihoshi… y he estado entrenando todo este tiempo para convertirme en la próxima jefa de los Observadores del Cielo. Pero tal y como soy ahora, no merezco liderar a los demás. Apuesto a que mi padre estaría decepcionado de mí.”

“Realmente no lo creo…”

Friede se sentó frente a Iori y cerró los ojos.

“Sí… parece que no hay gusanos de arena cerca. Pensé que se sentirían atraídos por mí, pero supongo que están muy lejos.”

“¿Por qué?”

“¿Recuerdas que el gusano de arena de antes no dejaba de atacarme? Eso es probablemente porque fue atraído por mi mana. No se me ocurre ninguna otra razón.”

“Eso tiene sentido. No puede ser porque parezcas la más sabrosa o algo así”, dijo Iori con una pequeña sonrisa y Friede se rió.

“Creo que es la primera vez que dices una broma.”

“No estaba bromeando”, contestó Iori con cara seria y luego se sonrojó al darse cuenta de la leve insinuación que se escondía detrás de lo que acababa de decir. Ahora que lo pienso, no bromeo mucho, ¿eh? Nunca me había dado cuenta.

Todavía sonriendo, Friede dijo, “Pensé que si me quedaba aquí en la cima de las dunas, cualquier gusano de arena vendría a por mí en lugar de a por los demás, manteniéndolos a salvo.”

“Así que por eso has venido hasta aquí.” Iori se quedó impresionada por un momento, pero luego ladeó la cabeza y preguntó, “Espera, ¿pero entonces qué pasa conmigo?”

“Bueno, si tengo tus bombas, es mucho más fácil derrotar a un gusano de arena. Pensé que mientras te tuviera conmigo, sería capaz de manejar cualquier cosa que apareciera. Además…” Sonrojándose un poco, Friede se rascó la nuca. “Me siento más segura contigo cerca.”

¿Qué? Iori estaba tan aturdida que se quedó sin palabras. Esta chica es realmente demasiado. Iori se arrodilló sobre una sola rodilla y se inclinó ante Friede.

“Friede. No, Señora Friede.”

“¡¿Eh?! ¡¿Qué?!”

“Deseo servir bajo tu mando. Si no te sirvo como espía, con gusto serviré como guardia, o incluso como criada. Pero por favor, llévame de vuelta a Meraldia contigo.”

“¡¿Qué rayos está pasando?!” Friede empezó a asustarse un poco cuando Iori se inclinó aún más.

“Con mis escasos talentos, seguramente solo decepcionaré a mi padre. No soy apta para heredar la familia Mihoshi. Pero me gustaría al menos serte útil.”

“Espera. Vamos a calmarnos un segundo, ¿de acuerdo?”

Friede agarró a Iori por los hombros y le dijo con una sonrisa tímida, “Me alegro de que tengas tan buena opinión de mí, pero quiero ser tu amiga, no tu ama.”

“¡¿Mi amiga?! ¡Con mucho gusto! ¡Seremos las mejores amigas!”

“Estás siendo un poco exagerada con esto, pero…” Friede dio unos pasos hacia atrás, pero sonrió. “Muy bien, Iori. A partir de hoy somos mejores amigas. Pero las amigas no se llaman entre sí con títulos pretenciosos como Señora o Lady, así que será mejor que me llames Friede.”

“Si tú lo dices… Supongo que ya lo hacía antes, así que debería estar bien.”

Moviendo la cabeza con vergüenza, Friede miró a Iori y le preguntó, “¿Por qué no lo intentas ahora mismo?”

“De acuerdo, Friede.” Iori mantuvo una cara seria, pero internamente estaba gritando. Wow… ¡Wow, wow, wow! De alguna manera, llamar a Friede por su nombre se había convertido de repente en lo más emocionante para Iori. Solo estamos hablando en medio del desierto, ¡pero todo se siente tan maravilloso! Se sentía como si todo el mundo de Iori hubiera cambiado, aunque posiblemente no había pasado nada en realidad.

“De todos modos, ya que estamos aquí, ¿por qué no seguimos hablando un poco más?” dijo Friede, todavía sonriendo.

“Me parece bien”, contestó Iori con el asentimiento más estoico que pudo reunir.

Las dos se sentaron en lo alto de la duna y hablaron durante mucho tiempo.

“Gracias a que los Observadores del Cielo nos rescataron, los otros niños y yo no fuimos despachados. Algunos de los demás tuvieron la suerte de poder volver con sus padres, pero yo ni siquiera sabía dónde estaban mis padres.”

“Así que lord Tokitaka acabó adoptándote.” Friede asintió en señal de comprensión, pero luego dirigió a Iori una mirada interrogativa. “Por cierto, antes dijiste que no te gustaba el udon, ¿verdad?”

“Me sorprende que lo recuerdes.”

“¿Tiene algo que ver con las cosas horribles que viviste de niña?”

Suspirando, Iori asintió. “Sí… Después de que nos rescataran, mi padre me invitó a comer udon. Me moría de hambre, así que me lo comí tan rápido como pude. Y cuando terminé, me puse a llorar.”

“¿Por qué?”

“En ese momento… pensé que me venderían de nuevo porque no podía pagar el udon.”

Era un recuerdo vergonzoso. Pero Friede no se rió de Iori. De hecho, tomó la mano de Iori y la apretó con fuerza.

“Está bien.”

“¿Qué está bien?”

“Simplemente está bien.”

Friede asintió con confianza a Iori y luego la abrazó.

“Todo está bien ahora.”

“Bueno, ya lo sé. Mi vida es mucho mejor ahora.” Sin embargo, a pesar de las protestas de Iori, se sintió reconfortada por el abrazo de Friede. Sí, supongo que todo está bien ahora, eh…

Friede movió sus manos de manera que estaba agarrando los hombros de Iori y dijo, “Yo, Fumino, Okoge, y probablemente incluso lord Tokitaka nos preocupamos mucho por ti, Iori.”

“No estoy tan segura de mi padre. Si no demuestro que soy una sucesora digna, podría abandonarme…”

“No lo hará.” Friede apretó con fuerza los hombros de Iori. “Si realmente le importaras tan poco, no te daría tanta libertad. Es porque te aprecia que no intenta atarte a él.”

“¿Estás segura? ¿No quieres tener cerca a las personas que te importan?”

“A veces, sí. Pero no siempre. Eso es lo que dice mi papá. Dice que una parte de él quiere que esté siempre con él en casa, pero sabe que debo ver el mundo por mí misma.”

¿Es realmente así como funciona el amor de los padres? Iori no estaba muy segura, pero como su nueva mejor amiga Friede estaba convencida, decidió tomarle la palabra.

Friede le dio a Iori una sonrisa de oreja a oreja y añadió, “Pero al fin y al cabo, sé que mi papá se desvive por hacerme la vida más fácil. Cuando fui a Rolmund, me encontré con amigos suyos por todas partes y todos me ayudaron.”

“El Rey Negro de los Hombres Lobo es el legendario extranjero que puso a la familia Originia en el poder, después de todo. No me sorprende que tenga amigos en Rolmund.”

“¿En serio?”

A pesar de ser la hija de Veight, Friede parecía extrañamente ignorante de sus logros. Tal vez sea precisamente porque es su hija que no sabe tanto. Ahora que lo pienso, eso podría ser cierto también para mí y mi padre. Iori pensó en lo que sabía sobre Tokitaka. Mientras repasaba sus recuerdos, se sinceró con Friede sobre su mayor temor.

“Quiero creer en mi padre, de verdad. Es el único padre de verdad que he tenido. Y ha sido bueno conmigo. Pero…” Dejó escapar un largo suspiro. “No puedo decir si realmente se preocupa por mí o no. Y eso me preocupa.”

“Los Observadores del Cielo son todos espías, así que supongo que se vuelven un poco paranoicos…”

“Sí, exactamente. Tampoco es muy abierto sobre sus sentimientos. Si lo fuera, entonces tal vez sabría lo que realmente siente.”

Tokitaka era el jefe de la principal organización de espionaje de Wa, por lo que Iori asumía naturalmente que todas y cada una de sus acciones tenían algún significado profundo detrás, por muy triviales que parecieran. Y por eso, por muy amable que fuera Tokitaka con ella, Iori no podía evitar pensar que había algún motivo oculto detrás de todo ello.

“Me pregunto si mi padre espera algo de mí.”

“Bueno, te puso a ti a cargo de vigilarme en vez de a Fumino, así que probablemente confía bastante en ti.”

“Eso espero.” Iori no podía confiar en su padre tanto como Friede en el suyo.

Esta vez le tocó a Friede suspirar.

“Entiendo cómo te sientes, Iori. Tu padre es muy importante, así que no estás segura de cómo actuar a su alrededor. Mi mamá es la Señora Demonio, así que yo también me asusto cuando estoy cerca de ella…”

“Si me preguntas, deberías tener más miedo de tu padre que de tu madre.”

Por supuesto, la Señora Demonio era muy importante por derecho propio, pero el padre de Friede era el legendario Rey Negro de los Hombres Lobo. El hombre que había derrotado a un Héroe y que cambió la historia por donde pasó.

Friede asintió y dijo, “Sí. En su día, papá siempre se llamaba a sí mismo un humilde consejero y eso era bastante malo. Mentiras como esa no son buenas para contar a tus hijos.”

“He oído que lord Veight es sorprendentemente humilde a pesar de sus muchos logros notables. Pero cuando la llevas tan lejos como él, se convierte en una humildad tóxica.”

Friede volvió a asentir. “¡Exactamente! Cada vez que alguien lo elogia, él se desentiende y dice que fue porque tuvo la suerte de nacer con algunas ventajas adicionales, ¡y que todo

fue posible gracias a la ayuda de sus camaradas! ¿Puedes creerlo? Derrotó a un Valkaan en un duelo, hizo retroceder a un ejército de 3000 personas en Zaria, destruyó el Senado corrupto, sirvió como vicecomandante de tres Señores Demonio diferentes y en Rolmund… hizo un montón de cosas. En Kuwol también.”

En algún momento, Friede se cansó de enumerar los logros de su padre y se limitó a resumir el resto. Teniendo en cuenta la cantidad insana de cosas que Veight había hecho, no era de extrañar que se cansara de enumerarlas todas.

“Gracias a eso, todo el mundo espera todas estas cosas grandes de mí porque soy su hija. Es muy molesto oír hablar de lo increíble que es mi papá vaya donde vaya. Y luego, cada vez que logro algo, todo el mundo vuelve a compararme con mi papá y me siento incompetente.”

“Ser la hija de una leyenda no es fácil…” Iori había sentido celos de Friede al principio, pero ahora sentía que comprendía un poco más las dificultades de Friede. Tener expectativas demasiado altas sobre ti era tan problemático como que la gente no esperara nada de ti.

Abajo, las dos pudieron ver a Yuhette discutiendo algo con los demás. Iori no podía oír lo que decía, pero estaba segura de que Friede sí. Los sentidos de un hombre lobo eran mucho más agudos que los de un humano.

“Por cierto…” dijo Iori, mirando hacia el horizonte. Estaba a punto de sugerir que ya era hora de que se pusieran en marcha de nuevo, pero entonces sintió algo raro. Esa duna de arena en la distancia tiene un aspecto extraño… pero no consigo verla con suficiente claridad.

“¿Qué pasa, Iori?”

“Mira la cima de esa duna de arena que está al oeste. ¿No te parece que hay algo raro en ella?”

“No puedo ver nada, pero…” Friede trató de mirar a través de un telescopio y luego negó con la cabeza. Le pasó el telescopio a Iori y dijo, “¿Tienes una vista sobrehumana o algo así? Todo lo que veo es la misma arena de siempre.”

“No estoy segura de que sea especialmente mejor que el promedio, pero me sometí a un entrenamiento que me ayudó a ver más lejos.” Iori trató de mirar por el telescopio, pero la arena en el aire y los espejismos causados por los reflejos del sol hacían difícil distinguir algo. Sin embargo, ahora estaba segura de que había algo en la cima de aquella duna.

Friede puso una mano en el hombro de Iori. “Conjuraré magia de fortalecimiento en tus ojos para ayudarte. Avísame si te empieza a doler.”

“¡¿Eh?!”

Un segundo después, la visión de Iori se volvió mucho más clara.

“Oh, eso es…”

***

—El Gran Mago Kite—

Mientras me ponía el abrigo, solté un largo suspiro.

“Seguramente puedo dejar la investigación de las Dunas Ventosas para más adelante. Unos meses no harán daño.”

“Pero tienes ganas de hacerla, ¿no?” dijo Lacy y tosí torpemente.

“Bueno, Veight preguntó por mí personalmente, así que sí. De todos modos, asegúrate de descansar lo máximo posible, ¿de acuerdo? Te derrumbarás si te esfuerzas demasiado.”

“Oye, esa es mi línea. Estoy en mucho mejor forma que tú.” Lacy se estiró para mostrar cuánta energía le quedaba.

“Oye, cuidado. Por los movimientos extenuantes, ¿recuerdas? ¡Estás embarazada!” grité en pánico.

“Oh, vamos. Esta es mi segunda vez. Ya estoy acostumbrada.”

“¡Eso no es razón para dejar la precaución a un lado! ¡Light, dile algo a tu madre también!”

Mi hijo, que estaba ocupado hojeando una enciclopedia de monstruos, se dio la vuelta y dijo con voz inocente, “¡Me aseguraré de que mamá no se extralimite!”

“Ese es mi chico.” Le alboroté cariñosamente el pelo. Se parece a mí tanto en aspecto como en personalidad. Eso puede ser un problema a veces, pero al menos significa que es tan regañón como yo.

Lacy frunció el ceño y dijo, “Light es aún más estricto que tú.”

“Eso es porque siempre eres muy descuidada. Light y yo tenemos que cuidarte. ¿No es así?”

“¡Sí! Cuando sea mayor, me casaré con una chica como tú, mamá, así que necesito practicar todo lo que pueda ahora.”

“Este, estás…” Me tragué mis palabras. ¿Estás seguro de que eso es lo que quieres, hijo? Va a ser difícil. Pero en lugar de preguntar eso, asentí. “Ese es el espíritu. Es una vida dura, así que asegúrate de acostumbrarte a ella ahora.”

“¿No están siendo demasiado malos conmigo?” preguntó Lacy con un suspiro, frotándose el estómago. “Espero que este bebé sea más como yo…”

“Va a ser una niña, ¿verdad?” preguntó Light y yo asentí.

“La magia de tiempo ha avanzado mucho en la última década y ahora incluso podemos usarla para determinar el sexo de un bebé. Definitivamente va a ser tu hermana.”

“¡Entonces tengo que asegurarme de ser un buen hermano!” dijo Light con confianza y volví a acariciar su cabeza.

“Sé que lo harás. Pero tampoco te exijas demasiado, o acabarás como yo cuando tenía tu edad.”

“¿Cómo acabaste?”

“Te lo contaré cuando seas mayor.” Me puse la mochila. “Muy bien, es hora de irme.”

“¡Ten cuidado ahí fuera, papá!”

Light es un preocupón, así que se preocupa incluso en viajes seguros como este.

Le di mi mejor aproximación a la sonrisa tranquilizadora de Veight y le respondí, “No te preocupes, Jerrick estará conmigo. Él se encargará de cualquier gusano de arena que aparezca.”

Estaré bien. Probablemente.

***

“Vaya…” Friede levantó la mirada con asombro. “Sé que ‘construyó su casa sobre la arena’ es un dicho en Wa, pero nunca he visto una casa hecha de arena. En realidad, esto es más bien un castillo de arena, ¿no?”

Efectivamente, Friede estaba mirando un imponente castillo construido con arena en medio del desierto. Los muros parecían sorprendentemente robustos, y era imposible ver lo que había detrás de ellos.

Apartando unos granos de arena de su pelo, Friede ladeó la cabeza y preguntó, “¿Es esta la tierra sagrada a la que se refería la danza de los grimalkin?”

“A mí me parece un poco cutre para eso”, murmuró Okoge y los bandidos reformados asintieron.

Shirin se situó de forma protectora frente a Yuhette y observó su entorno.

“¿Pero quién construiría algo así?” preguntó Shirin.

“¿Y cómo han conseguido que la arena se endurezca así?” Yuhette pinchó la pared con su bastón, probando su dureza. “Estas paredes me recuerdan a esos ladrillos de barro secados al sol que usan algunas personas. Pero por mucho que rasque, no se desprende ni un grano de arena. Debe haberse endurecido con un método especial.”

Eso le dio una idea a Friede y preguntó, “Yuhette, tu padre es arquitecto, ¿verdad?”

“Sí, por eso sé tanto de construcción. Pero no he visto una estructura como esta antes.”

“Ya veo. Tengo una idea que podemos probar.”

Friede concentró sus sentidos en las yemas de los dedos y rozó ligeramente la pared.

“¡Ah!”

Apenas había tocado la pared, pero se había abierto un agujero en su interior. La arena suelta se derramó por la abertura.

“Sé lo que endureció la arena. Es mana.”

“¿Qué has hecho?” exclamó sorprendida Iori y Friede trató de explicarlo de la forma más sencilla posible.

“Nací con la capacidad de absorber mana. Así que toqué la pared, con la intención de absorber el mana que había en ella y se rompió así.”

“No sabía que el mana podía usarse para construir. ¿Pero quién hizo algo así y por qué?” preguntó Joshua y Friede negó con la cabeza.

“Ni idea. Pero no lo averiguaremos quedándonos aquí fuera, así que entremos.”

Sonrió y metió toda la mano en la pared para ampliar el agujero.

Una vez que el agujero fue lo suficientemente amplio, el grupo lo atravesó.

“También es todo arena por dentro.”

“Parece que hay paredes y pasillos, pero no habitaciones.”

“¿Esto es una especie de laberinto?”

“Definitivamente no se siente como una especie de ‘tierra sagrada’.”

Los grimalkin murmuraron entre ellos, preocupados.

El interior del castillo consistía en muros empinados que formaban pasillos ramificados y nada más. No parecía ni una residencia ni una fortaleza y en realidad solo podía describirse como un laberinto. También había círculos mágicos dispuestos en el suelo a intervalos regulares, lo que significaba que era un laberinto construido por un mago.

Iori mantuvo su pistola de mecha desenfundada y observaba constantemente su entorno. Acercándose a Friede, susurró, “Dudo mucho que esta sea la tierra sagrada. Creo que deberíamos hacer que Hiboshi explore por delante.”

“Sí, estoy de acuerdo.”

Hiboshi, que había estado lo suficientemente cerca como para escuchar el intercambio, asintió. “El sigilo es lo que se me da bien. Treparé por una de estas paredes y echaré un buen vistazo a lo que está pasando.”

“Ah, gracias.” Friede le hizo una pequeña reverencia a Hiboshi.

“Bien, aquí vamos”, dijo Hiboshi. “Oigan, ninjas fracasados. ¿Alguno de ustedes confía en sus habilidades? Necesito que tres vengan conmigo.”

“¡No puedes darnos órdenes!”

“¡Sí, díselo!”

A pesar de sus quejas, tres de los bandidos reformados siguieron a Hiboshi.

El castillo resultó estar completamente vacío y los exploradores regresaron con caras de confusión.

“Todo el lugar está impecable; como si alguien lo hubiera limpiado hace unos segundos”, explicó Hiboshi. “Normalmente habría montones de arena por todas partes… y quiero decir que los hay, pero no de la manera que uno esperaría si el lugar estuviera descuidado. Pero aquí no hay nada.”

Los otros grimalkin asintieron. Friede se cruzó de brazos y se quedó pensativa.

“Necesitarías un hechizo de algún tipo para unir el mana a la arena de esta manera. Pero el maná es un recurso vital para los magos. Nadie lo usaría para cosas frívolas. ¿Tal vez quien hizo esto unió el mana a la arena para que no se dispersara en la atmósfera? Hay una gran densidad de mana aquí.”

Shirin asintió pensativo. “Ya veo. No están usando el mana para endurecer la arena, sino que están usando la arena para mantener el mana aquí. Y el endurecimiento resulta ser un subproducto. En ese caso, deberíamos proceder con precaución.”

“¿Por qué?” preguntó uno de los antiguos bandidos grimalkin.

“Friede acaba de decir que el mana es un recurso importante, ¿no es así?” Shirin respondió con exasperación. “Eso significa que cualquier mago que esté reuniendo este mana planea hacer algo con él. Es un tesoro importante para ellos.”

Iori levantó una mano y dijo, “En ese caso, yo iré al frente. No podemos permitir que Friede se exponga al peligro.”

“Hmm…” Tras pensarlo unos segundos, Friede negó con la cabeza. “No creo que sea una buena idea. Si nos enfrentamos a un mago, deberían quedarse cerca de mí. Sé que confían en sus habilidades de lucha, pero no les ayudarán mucho contra un mago poderoso.”

Friede golpeó el suelo de arena con los dedos de los pies.

“Además, si esto es un laberinto hecho de magia, significa que la persona que lo hizo puede manipularlo a voluntad. Soy la única que puede sentir los cambios en los flujos de mana, así que deberían quedarse a mi lado.”

“Ese es… un buen punto. Tú eres la más experimentada con la magia entre nosotros, así que te seguiremos”, dijo Yuhette y todos los demás asintieron.

El grupo reanudó la marcha y, después de un rato, Hiboshi dijo, “El trazado de este laberinto es idéntico al de las calles de la capital de Wa. Incluso tiene todos los pequeños callejones y todo. ¿Qué demonios es esto?”

“¿Así que está modelado como la ciudad? La capital de Wa… La tierra sagrada de Wa…” Friede murmuró, cruzando los brazos de nuevo. “Creo que lo entiendo. La tierra sagrada en el desierto se supone que es un lugar importante, ¿no?”

“Bueno, sí, de lo contrario lord Ason no nos habría dicho que lo pasáramos de generación en generación, ¿verdad?” dijo Nijiru.

“Dijiste que hay mucho mana aquí, ¿sí? No lo entiendo del todo, pero ¿sería esto como el tesoro de un mago?” preguntó Okoge.

“Básicamente, sí. No creo que yo pueda usar tanto mana, al menos no a la vez. Tiene que haber mana equivalente a miles de Kites flotando por aquí.”

Un humano promedio tenía aproximadamente un Kite de mana. Los magos o las personas nacidas con talento mágico, que se habían entrenado durante mucho tiempo, podían llegar a unos cuantos Kites, pero ese era el límite para los humanos. Un Kite era suficiente para alimentar dos o tres disparos de un Blast Rifle. Unos cuantos miles de Kites bastaban para diezmar un ejército.

Mientras Friede se lo explicaba a todos, Yuhette dijo, “Está claro que aquí está pasando algo grande. Creo que tenemos el deber de informar de esto a la Corte de los Crisantemos y también al Consejo de la Mancomunidad. Deberíamos regresar por ahora.”

“Tienes razón. Si desaparecemos aquí, no quedará nadie para informar a Wa y Meraldia sobre esta potencial amenaza.” Pero incluso mientras Friede decía eso, algo le molestaba.

Tenía la sensación de que no debía regresar todavía. No había una explicación lógica de por qué lo sentía, pero algo en el fondo de su mente le decía que todavía le faltaba algo importante. La profesora Mitty dijo que las premoniciones son una parte importante del uso de la magia de predicción. No es que pueda usar la magia de predicción, pero… La decisión racional sería regresar e informar de lo que habían encontrado a la Corte de los Crisantemos.

“De acuerdo.” Friede tomó una decisión.

“Hiboshi, quiero que tú y los tres mosqueteros regresen a informar a la Corte de los Crisantemos.”

Hiboshi asintió inmediatamente. “Me parece bien. También llevaremos a lady Iori con nosotros. Es la querida sucesora de nuestro jefe, después de todo.”

Sin embargo, Iori negó con la cabeza y dijo, “Me quedaré aquí.”

“¡¿De verdad?!”

“Tengo que quedarme con Friede”, dijo Iori con voz decidida. Luego se sonrojó y añadió, “Si este laberinto se parece a las calles de la capital, necesitará a alguien que conozca bien la capital para ayudarla a desplazarse.”

“Oh sí, buen punto. Gracias, Iori”, dijo Friede alegremente.

“No es nada…” murmuró Iori, sonrojándose aún más.

Okoge y sus dos compañeros cruzaron sus brazos detrás de la cabeza y suspiraron al unísono.

“Cielos, Friede te ha seducido totalmente, ¿no?”

“¿Cómo vamos a contarle esto al jefe?”

“Eh, estoy seguro de que no le importará. De todas formas, lady Iori necesita amigos de su edad.” Nijiru sonrió y luego se volvió hacia Friede. “Cuida bien de nuestra princesa, ¿de acuerdo?”

“Entendido. Me aseguraré de que llegue a casa sana y salva”, respondió Friede con una sonrisa.

Y así, los tres mosqueteros se separaron del grupo y comenzaron a dirigirse a Wa, quedando aún doce grimalkin. Friede los dividió en grupos de tres y los envió a explorar en los cuatro puntos cardinales.

“Grupos de tres, ¿eh?” preguntó Iori cuando Friede dio la orden y ella asintió.

“Sí. Los Observadores del Cielo tienen los tres mosqueteros y parece que los grimalkin trabajan mejor en grupo. Papá divide a sus hombres lobo en escuadrones de cuatro. Funciona mejor dividir a los grimalkin en grupos de tres, creo, ya que si el grupo se hace demasiado grande, se vuelven holgazanes.”

“Los entiendes bastante bien…”

“Bueno, vi las ganas que tenían de tomar descansos…”

Las dos intercambiaron miradas y soltaron una risita.

A poca distancia, Shirin se dirigió a Yuhette y Joshua y dijo, “Lady Iori se ha abierto de verdad a Friede.”

“Una de las mejores cosas de Friede es que puede hacerse amiga de casi todo el mundo”, respondió Yuhette con una sonrisa triste.

“Estás celosa, ¿verdad, Yuhette?” dijo Joshua con voz burlona.

“No lo negaré, pero sé que no tengo derecho a monopolizarla. Incluso si somos mejores amigas.”

“Oh, sí…” dijo Friede en voz alta, sonrojándose. Había escuchado toda la conversación y esperaba cambiar de tema organizando todo lo que habían averiguado hasta el momento. “Entonces, sabemos que este laberinto se parece a la capital de Wa, ¿verdad?”

“Sí. Los pasadizos son idénticos al trazado de las calles de la ciudad. Como solo hay muros y no hay edificios, al principio era difícil saberlo, pero ahora estoy casi segura”, respondió Iori.

Yuhette se acercó y preguntó, “¿Te has dado cuenta del significado de eso, Friede?”