Isekai Goumon Hime (NL)

Volumen 2

Capitulo 3: Batalla Por La Costa

Parte 2

 

 

Elisabeth sostuvo la Executioner’s Sword of Frankenthal ante su rostro, como un caballero.

Probablemente aterrorizada por la premonición de una muerte inevitable, los sépalos de los pétalos de la flor se retorcieron mientras disparaban semillas y néctar parecido a saliva.


Aunque la mayoría de ellas fueron repelidas por las cadenas, algunas de ellas se salvaron por su mucosidad y lograron escapar del bucle. Las cáscaras de semilla se acercaron a Elisabeth. Sin embargo, antes de que pudieran alcanzarla, saltó alto en el aire.

Mientras se deslizaba por el aire, Elisabeth balanceo su espada, como si tratara de rasgar el mismo cielo.

“¡Pied Piper of Hamelin*!”

[Nt: Es una fábula o leyenda alemana documentada por los Hermanos Grimm, y la traducción sería “El Flautista de Hamelín”. Y si no estoy mal, Shrek le hizo parodia en la de “felices por siempre”.]

Pétalos de flor carmesí y un vórtice de oscuridad volvió a pintar las nubes grises. El cielo se volvió de un color ominoso, el negro y carmesí uniéndose en su centro. Luego algo vino desde dentro, haciendo un cómico sonido silbante mientras caía.





Una jaula de hierro redonda se desplomó encima de la flor. Ratas comenzaron a diluviar alrededor de la jaula.

Kaito, no habiendo anticipado esa ridícula vista, instintivamente inclinó su cabeza al costado.

“… ¿Ratas?”

Las ratas chillaban mientras correteaban. Algunas de ellas estaban comiendo las semillas que se habían caído por todas partes, sus ojos brillaban con satisfacción. Sin embargo, ninguna de ellas era más grande de lo normal, y parecían bastante inofensivas. Justo cuando ese pensamiento pasó por la mente de Kaito, el sonido de una ruidosa flauta se hizo audible.

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Entonces vio a Elisabeth sentada sobre la jaula y tocando una flauta transversa. De solo mirar sus ojos cerrados, serena expresión, y movimientos elegantes de los dedos, era la personificación de una propia señorita.

Espera, ¿sabe cómo tocar eso? …Y, lo que, es más, ¿de dónde sacó eso?

Mientras Kaito reflexionaba sobre esas preguntas, las ratas levantaron la vista al unísono, sus trompas crispándose. En armonía con el alegre ritmo, chillaron y corrieron por la raíz en una línea con sus colas apuntando directo hacia arriba. Su destino era una pequeña puerta con forma de corazón en el lado de la jaula.

Las ratas energéticamente se amontonaron. Por alguna razón, se parecían a una multitud de niños, trepando para ser los primeros en entrar en un teatro con cúpula.

Cuando la última rata entró, la puerta se cerró. Bloques de metal hicieron un sonido metálico cuando la obstruyeron y sellaron la entrada.

“Ahora veamos, ¡es hora del show!”

Elisabeth hizo girar su flauta en un círculo. Se transformó en la Executioner’s Sword of Frankenthal.

Cuando golpeó la punta de su espada contra la jaula de metal, un jardín de flores carmesí se extendió por ella. Cuando golpeó la jaula una segunda vez, las flores estallaron en llamas, como velas sobre un pastel.

Elisabeth entonces se encogió de hombros, se levantó, y regresó de la cima de la jaula a la cabeza del clavo en el que había estado previamente.

Al principio, estuvo tranquilo. Las flores silenciosamente siguieron ardiendo sobre la jaula. Sin embargo, en breve, las cosas dentro de la jaula se volvieron ruidosas.

Kaito, finalmente dándose cuenta del cómico método por el cual la tortura funcionaba, retrocedió aterrorizado.

El calor está circulando a través de la jaula.

Las ratas, incapaces de soportar el calor de encima, comenzaron a huir hacia abajo. Mordieron y masticaron su camino a través de los pétalos y contra la flor.

Y toda la flor estaba hecha de la piel del Gran Conde.

Un grito resonó. Las ratas royeron su camino mucho más en la flor. Sus diminutas bocas rasgaron los pétalos, rasgaron los sépalos, rasgaron los tallos, e hicieron que el Gran Conde se desmayara en agonía. Néctar pútrido se derramó desde el interior. De repente, sin embargo, algo completamente inesperado siguió y salió también.

Era un hombre desnudo y viejo.

El hombre, empapado en néctar, era sin duda la forma original del Gran Conde. Parecía que, según las órdenes del Gran Rey, él había provocado que su forma fusionada se hinchara mientras escondía su cuerpo real dentro de la flor. Una aguja estaba clavada en su cuello. Aun así, parpadeó y bajó su vista con reverencia a su cuerpo restaurado. Intentó agradecerle a Elisabeth.

Correteo, correteo. Ratas llovían a su alrededor.

“… ¿Huh?”

“Gran Conde, Te das cuenta de que esto es tortura, ¿no? No habrá salvación para ti. Simplemente morirás en agonía.”

Escuchando su suave advertencia, los ojos del hombre se pusieron rojos del shock. Mientras lo hacían, las ratas comenzaron a roer sus hombros, roer sus oídos, y roer su nariz.

Una tras otra, las ratas llenaron el cuerpo del hombre de agujeros mientras excavaban más profundo.

Agarró las ratas como loco y las arrojó lejos. Sin embargo, sus números resultaron ser demasiado para él.

Mientras las ratas diluviaban en sucesión, lo roían como si fuera un bloque de queso. “¡Aah! ¡Ahhhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhhhh!

Los gritos del Gran Conde eran roncos y monosilábicos. Comenzó a bailar como un demente ante el dolor. Su orina, sangre, y trozos de carne se derramaron y mezclaron con el néctar a sus pies. Sin embargo, Elisabeth no mostró señales de concederle compasión.

Justo como había dicho, no habría ninguna salvación para él. Con el tiempo, el Gran Conde se desplomó dónde estaba.

Unas cuantas ratas se abrieron paso hasta su estómago expuesto. Una sacó sus globos oculares, y otra se abrió paso dentro de su cráneo. Las ratas habían comido por casi todo su cuerpo y la flor. Habiendo comido hasta hartarse, se revolcaron, su tarea original casi olvidada. De repente, plumas negras se esparcieron en el aire.

Las raíces, que se habían arrastrado por todo el pueblo, se estaban transformando todas en plumas. Los subordinados merodeando entre ellas, habiendo perdido el apoyo del maná de su amo demoníaco, se derrumbaron uno tras otro, sus intestinos probablemente se han desmoronado.

Como una nevada fuera de temporada, las plumas negras diluviaban sobre el pueblo costero.

Una mujer estaba de pie mientras las disfrutaba, tan ferozmente siniestra como hermosa.

El hombre barbudo frotó sus ojos repetidamente. Junto a él, Kaito apartó su vista de Elisabeth e inspeccionó sus alrededores. Viendo que los cadáveres de los subordinados se habían derrumbado en el polvo, una sonrisa se extendió por su rostro. Pero entonces algo que vio por el rabillo de sus ojos hizo que su rostro se congelara.

Mientras todo el cuerpo de Kaito se ponía rígido, el hombre barbudo murmuró impactado. “¿Qué…qué en el mundo…? ¿Qué podría…? Quiero decir, ¿qué está pasando?”

“No te preocupes por eso… ¡Solo toma a esa niña y corre a los restos de la oficina de la Iglesia! Ahora que el demonio está muerto, el terreno debería ser seguro. ¡Solo apresúrate y ve tan alto como puedas!”

“Espera, pero ¿qué vas a hacer, hijo? Estás cubierto de sangre…” “¡No te preocupes por mí, solo corre! Apresúrate, antes…”

Lucha contra el mareo que todavía carcomía su mente, Kaito se puso de pie. Miró con furia el pútrido mar carmesí.

Ya sea debido a haber notado la muerte del Gran Conde o bien debido a haber recibido órdenes previas del Gran Rey, un cambio estaba ocurriendo en el mar lleno de cadáveres. Kaito habló, su expresión adusta.

“…antes de que el tsunami golpee.”

El mar carmesí estaba retrocediendo lentamente.

La medusa color carne, el Gran Duque, sonreía en su centro.

***

 

 

“¡Hey, Elisabeth! ¿Viste lo que estás pasando con el mar? ¡¿Qué vamos a hacer?!” “¡Amo, Kaito, Lady Elisabeth! ¿Ustedes dos están bien?”

“¡Buen trabajo encontrándonos, Hina! ¿Cómo estaban los niños?”

“Usé aromas florales para calmarlos y hacerlos dormir. ¡Luego, Amo Kaito, seguí el aroma de tu sangre y llegué aquí! Tu sangre tiene un dulce aroma en ella, ya ves.”

“El hecho de que sepas a qué huele mi sangre es conveniente pero también algo espeluznante.”

“¡Eeeeeeeeeeeek! ¡Amo, Kaito, tus heridas! ¡Estás aún más herido que antes! ¡Malditos, demonios, aunque todos caigan al infierno, nunca los perdonaría! ¡Ojalá todos ustedes mueran otras dos mil muertes! Si tuvieran tumbas, entonces me gustaría ir a profanarlas justo—”

“Cálmate, es demasiado*. Estás empeorando mi jaqueca, la cual no es poca cosa.”

Escuchando el vigoroso intercambio de Kaito y Hina, Elisabeth estaba apretando su frente.

No había nada que bloqueara su vista. La única cosa ante ellos era el mar carmesí, transformado en una sopa pulposa de cadáveres.

Los tres se habían reunido en el faro que tenía vista al mar desde el acantilado del promontorio*.

[Nt: Elevación del terreno o punta rocosa que avanza en el mar.]

La primera planta del edificio, el cual había sido construido de piedra color blanco puro, contenía el alojamiento del cuidador del faro. El segundo piso era donde el combustible se guardaba, y sobre el edificio cilíndrico estaba un andamio de hierro grande donde el fuego se encendía. Conchas de mar y azulejos de colores estaban incrustados en la escalera de caracol envolviendo la torre, y una estatua de una mujer santa derramando lágrimas de sangre colgaba junto a la cesta de fuego.

Basado en cuán alto y decorativo era, ese faro probablemente era uno de los edificios simbólicos del pueblo.

Después de ver a Elisabeth dejar los restos de la flor para viajar aquí, Kaito había ido tras ella apresuradamente. Hina llegó al mismo tiempo que él.

La situación era caótica, y mientras los dos se apresuraban tras Elisabeth, ella estudió la transformación del mar. La medusa estaba succionando la viscosa agua de mar, haciéndola recular. Cada vez que lo hacía, su capuchón translúcido se hinchaba aún más allá de su límite.

“Ah…así que eso es.”

Elisabeth cruzó sus brazos. Las runas extendiéndose por su pálida piel, desde su muñeca hasta su hombro y costados expuestos, eran un tono aún más oscuro de carmesí de lo que habían sido antes de su pelea con el Gran Conde.

“Ningún demonio con el poder de provocar un desastre natural ha descendido aún a nuestro mundo. Este tsunami no será causado por un desplazamiento tectónico; más bien, esa medusa en descomposición, el Gran Conde, planea almacenar agua de mar dentro de su cuerpo y luego soltar violentamente todo a la vez.”

“¿Hay alguna manera de que lo detengamos?”

“Si lo matamos antes de eso, el agua que ha almacenado probablemente todavía resultará en grandes olas, pero el daño se puede minimizar. Sin embargo, si es capaz de expulsar el agua como planeó, un pueblo de este tamaño será arrasado.”

“Aún más razón para matarlo de inmediato.”

“Sin embargo, en eso yace el problema. La medusa está lejos en el mar, y cualquier barco que podríamos usar para llegar a ella ya ha sido hace tiempo degradado. Atacar la directamente es imposible. Incluso lanzar misiles con una catapulta no sería efectivo a este alcance, y dada mi situación actual de maná, las probabilidades de que podría repeler tal ataque son altas. Siendo ese el caso, nuestra mejor opción es la ejecución por un animal.”

Elisabeth chasqueó sus dedos. Oscuridad y pétalos carmesí se arremolinaron en el aire.

El negro y carmesí se juntaron y luego estallaron. Desde ahí, un enorme y hermoso cuervo extendió sus alas. El sabio pájaro de ojos malicioso se sentó respetuosamente sobre los accesorios metálicos en el brazo de Elisabeth.

“Con esto, nuestra capacidad de dañarla está asegurada. Sin embargo, usar este método tomará tiempo. Transformar siquiera unos pocos de estos para ser capaces de ocasionar muerte instantánea requeriría más maná del que actualmente poseo… En verdad, este diseño es exasperante. Entonces, ¿qué hacer?”

Elisabeth mordió su labio ligeramente. Mientras lo hacía, la marea retrocedía más, y la medusa seguía creciendo.

Mirando el mar con sus ojos esmeralda, Hina levantó su voz.

“Si es como dices, ¿no sería mejor retroceder al castillo por ahora? La mayoría de los residentes del pueblo ya han evacuado. Incluso si los edificios son arrasados y destruidos, la pérdida de vidas será mínima. Incluso podríamos usar las ruinas como base. Si nos vamos ahora y regresamos más tarde, podríamos conseguir condiciones mucho mejores para nuestra revancha.”

“Sí, si tan solo pudiéramos. Pero incluso si ignoro la destrucción de un pueblo pequeño, probablemente sería distanciada por la Iglesia. Tales son las restricciones colocadas sobre un sabueso encadenado. Es muy problemático ciertamente.”

Mientras escuchaba a Elisabeth y Hina hablar, Kaito bajó sus ojos y pensó. Todo sobre la situación era terrible. La Iglesia estaba colocándole demandas irrazonables a Elisabeth. Sin embargo, en cuanto al asunto de huir se trataba, Kaito también estaba en contra de ella.

Si huimos ahora, aunque los daños serán mínimos, gente todavía morirá.

Kaito le había dicho al hombre de antes que escapara a terreno alto. Sin embargo, probablemente había otros que no habían logrado refugiarse. Probablemente también había personas que estaban heridas y no podían irse. Eso dicho, incluso Kaito podía decir que Elisabeth se estaba quedando sin maná. Ella no podía hacer lo imposible.

¿Qué hacer, qué hacer, qué hacer…? Piensa. al final del día, ¿hay algo que pueda

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hacer?

¿O era simplemente tan impotente como siempre, incapaz de hacer nada? El mar rugió.

Cuando lo hizo, Kaito sintió a sus tímpanos tensarse. Todos los sonidos le parecían distantes. El cambio en sus alrededores no era debido a ninguna anormalidad espiritual de su parte. Su conciencia se estaba volviendo borrosa debido a la pérdida de sangre. Sintió la sangre goteando por su cuello y pegándose su ropa, y su piel se calentó curiosamente.

Kaito instintivamente llevó su atención al desagradable calor. Avanzó lentamente por su cuerpo y llegó a la piedra en su bolsillo, rosas azules dentro comenzaron a arder. Justo cuando se dio cuenta de qué era la sensación, la mano fantasmal aterrizó en su hombre una vez más. Podía claramente sentir el peso frío de la mano.

“Ahora veamos, ¿qué hacer ciertamente, mi querido sucesor?”

El dulce y meloso susurro reverberó en el oído de Kaito. La mano chasqueó sus dedos.

Antes de que Kaito lo supiera, Kaito estaba solo en la oscuridad. Ante él estaba la extravagante silla de huesos de bestia, repleta de pieles.

Vlad estaba sentado en ella, acariciando suavemente el reposabrazos de calavera con la arrogancia de un rey.

El abrigo de su noble se ondeó cuando se levantó de la silla. Mientras las suelas de sus zapatos taconeaban contra el suelo, habló en una familiar, pero voz solemne.

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“Dada la situación en la que están, ¿continúo mi clase? Ya te lo mencioné. Puedes usar tu propio dolor como un apoyo para encender el maná dentro de tu cuerpo, pero la magia que ese método desbloqueara para ti está trágicamente limitada. Crear maná mismo del dolor de otros es mucho más eficiente. Con el fin de hacer eso, debes o consumir la carne de un demonio… ¡o invocar uno tú mismo!”

Vlad miró a Kaito, midiendo su respuesta. Sin embargo, Kaito no ofreció ninguna respuesta. Vlad se encogió de hombros y luego resumió su andar.

Sacudió sus blancas manos enguantadas en el aire como un director de orquesta.

“Escuchar eso de repente sin duda deja una vaga impresión. Por eso, voy a darte una oportunidad de probarlo. Después de todo, soy como tu profesor. ¿Y qué es un profesor si no alguien que cuida a sus alumnos?”

“…”

“Yo y él ya no tenemos ninguna relación con el otro. Sin embargo, incluso sin un contrato e incluso con mi muerte habiéndole obligado a regresar a una dimensión superior, pasamos suficiente tiempo juntos como para que al menos pueda alcanzar su cola. Los demonios se dan un banquete del dolor de los hombres. Usándolo, incluso si todo lo que puedes lograr es reducir el dolor que acabas de sentir en maná, debería resultar bastante interesante ciertamente. Entonces, ¡es hora de tu verdadero examen práctico!”

Vlad se detuvo de golpe y luego aplaudió fuertemente. Sin dedicarle un pensamiento a la posibilidad de que Kaito lo rechazara, Vlad se giró hacia él e hizo su declaración melodramática.

“¡En este momento, darás tu primer paso hacia la grandeza!”

“Hombre, simplemente amas el sonido de tu propia voz, ¿verdad?”

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Por primera vez desde que había entrado a la oscuridad, Kaito habló. Su voz era baja y sorda.

Mientras miraba a Vlad, los ojos de Kaito estaban llenos de feroz animosidad. Vlad sonrió y luego inclinó su cabeza como preguntando le ha Kaito qué planeaba hacer.

Por supuesto, Kaito ya se había decidido.

Dio un paso hacia adelante. Sentía como si el joven pelirrojo que le había deseado felicidad estuviera observando lo. El chico lo miró con ojos que se cuestionaban si Kaito realmente estaba bien con esto o no y una mirada llena de preocupación y reproche.

Sí, Neue, lo sé. Esto es un error. Entendiendo eso, Kaito habló.

“Si tienes algo que pueda usar, entonces entrégalo ya. Lo necesito, por el bien de mi futuro.”


“¡Una respuesta más que espléndida!”

En el momento siguiente, Vlad estiró su mano y la empujó dentro de Kaito, dentro de su propia alma.

Kaito podía sentir que una mano apretaba alrededor en su estómago.

Fue asaltado por un dolor agudo mientras pétalos de flor cerúleos y oscuridad se arremolinaban alrededor de sus órganos.

Una luz siniestra se proyectó detrás de sus ojos, y su cavidad nasal se llenó con una fuerte pestilencia animal. Un rugido sonó en sus oídos, y su pierna rozó el pelaje de alta calidad.

Podía sentir los pasos caninos vibrar por todo su cuerpo, mientras hacían que el suelo temblara y el aire vibrara.

Finalmente, sintió húmedos y rancios alientos cerca de su rostro.

¿Está olfateándome?

El sabueso de primera clase estaba evaluando al ser ante él. Estaba verificando para ver si era una persona o si era comida.

…Y entonces…

“Felicidades. Pasaste la primera prueba.”

Antes de que lo hubiera notado, Vlad se había desvanecido de la oscuridad. Una cola de un perro negro, sin conexión a nada, estaba colgando en el aire delante de Kaito.

Atónito, levantó su palma. Luego, usando el dolor reunido dentro de ella—no solo el suyo, sino el dolor que había causado mágicamente en los subordinados, también—Kaito se agarró a la cola.

Geh-heh-heh-heh-heh-heh, fu-heh-heh-heh-heh-heh, geh-heh-hehheh-heh-heh. Pudo escuchar risas como humanas.

Luego Kaito abrió sus ojos.

***

 

 

“… ¿Huh?”

Cuando recuperó el sentido, Kaito se encontró en el techo del faro.

El mar carmesí todavía se extendía ante él. Casi no hubo ningún cambio en la posición de la marea. Al parecer, no había pasado mucho tiempo. Elisabeth y Hina, sus rostros adustos, todavía estaban siguiendo su discusión.

“Entonces, ¿y si desarrolláramos la ejecución animal y la catapulta al mismo tiempo?”

“Será difícil, pero esa parece ser la mejor opción… El fracaso es una posibilidad, pero no hay nada que hacer para eso.”

Mientras parpadeaba, Kaito le echó un vistazo a Elisabeth. La fuerza dentro de su cuerpo definitivamente era débil. Sin embargo, todavía presumía una espinosa, oscura, belleza como de una flor.

Cuando miro detenidamente, puedo ver que incluso ahora tiene suficiente maná que yo normalmente ni siquiera estaría en la misma liga que ella… Esa es la Torture Princess para ti. Ahora, en cuanto a mí…

Kaito bajó su vista a su mano. Aún podía sentir claramente la suave sensación de la cola del perro negro en ella. Además, había cabellos negros pegajosos mezclados con la sangre derramándose de la herida.

Huh…Supongo que realmente no fue un sueño.

Frunciendo el ceño, enfocó su atención en la incómoda sensación y comprobó la cantidad de maná nuevo arremolinándose dentro de su cuerpo. Sus cálculos funcionalmente equivalían a introducir su mano en una piscina de agua para decir cuán profundo era.

Cuando terminó, asintió con la cabeza.

Muy bien, con esto, puedo lograrlo.

Kaito en silencio se acercó a Elisabeth y luego tocó el lomo del gran cuervo descansando en su brazo. Pasó su mano por sus hermosas plumas, como si estuviera consolándolo. Su sangre manchó sus plumas.

Mientras lo hacía, su espina dorsal comenzó a deformarse.

Mientras la violenta energía mágica se abría paso hacia el interior, el cuervo sufrió una transformación.

“¿Hmm? … ¡¿Qu—?!”

Elisabeth levantó la vista con un sobresalto. Cuando vio cómo el cuervo había mutado, lucía como si la hubieran golpeado en la barriga. Después de que miró a Kaito con reservas, sus ojos poco a poco se llenaron de comprensión y furia.

“¡Kaito, desgraciado…!”

El brazo de Elisabeth salió disparado como una flecha, y agarró a Kaito por el cuello.

Isekai Goumon Hime Volumen 2 Capitulo 3 Parte 2 Novela Ligera

 

Mientras lo hacía, la transformación del cuervo continuó. Por un instante, fuego del infierno ardió en sus ojos negro azabache. Su pequeño y delgado rostro balbuceo* y retorció espantosamente y se transformó en el de un sabueso.

[Nt: Se puede tomar como “hacer sonidos incoherentes nada entendibles”, I guess.]

El cuervo estaba a punto de parecerse a una gárgola, con la cabeza y el torso de una bestia y las alas de un pájaro. Sin embargo, la transformación se asentó en una configuración más agradable. Al final, el cuervo se quedó varias veces más grande de lo que había sido originalmente, con enormes alas, brutales garras, y un puntiagudo pico.

Era una criatura sin igual, una que fácilmente parecía la realeza de los cuervos.

El cuervo batió sus alas jactanciosamente. Elisabeth, por otro lado, estaba temblando de ira. Levantó sus brazos, y las puntas de los pies de Kaito colgaron en el aire. Gritó furiosa.

“¡¿Qué has hecho?! ¡¿Qué es ese poder?! ¡¿Dónde lo conseguiste?!”

“Espera Elisabeth…aún más importante… ¿Podrías hacer tres más de esos pájaros base? Con mi técnica, puedo fortalecerlos, pero no puedo hacerlos desde ce—”

“¡Tonto! Hay algunas cosas con la que no debes involucrarte. ¡¿Quién sabía que tú eras tan insípido?!”

“No lo…he obtenido…aún… Se supone que es…una prueba…” “Esto es ridículo… ¡Vlad debería estar muerto! ¿Por qué, entonces?”

“Elisa…beth… Podemos hablar más tarde. Ahora, deberíamos concentrarnos en los cuervos. A esto paso, ambos vamos a estar muy profundo en la mierda*.”

[Nt: En realidad “be in deep shit” significa “estar en graves problemas”, pero la vulgaridad se pierde y no me gusta :v.]

Kaito presentó su argumento sin emoción. Mientras miraba su calmada—y en cierto modo, demente—conducta, Elisabeth apretó sus dientes y bruscamente lo bajó.

Tosiendo, Kaito dio una ligera inclinación de cabeza.

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Sí, eso tiene sentido… Esperaba que se enfadara.

Todo, incluyendo la reacción de Elisabeth, estaba desarrollándose dentro de los límites de sus expectativas. No tenía ningún motivo para estar asustado. Sintiendo otro par de ojos sobre él, Kaito se giró. Por alguna razón, Hina parecía estar al borde de las lágrimas.

Inseguro de cómo responderle, eligió saludarla con la mano.

Luego regresó su mirada a Elisabeth, serio. Estaba chasqueando su lengua, su rostro se retorcía con ira. Sin embargo, frustrada como su expresión era, una vez más convocó una espiral de oscuridad y pétalos.

“Después de esto, espero que me digas todo. Y si te niegas a hablar, usaré el aplasta pulgares*.”

[Nt: Un dispositivo de tortura, si bien se usaron diferentes dispositivos mecánicos para llevarla a cabo, la tortura en sí consistía en el aplastamiento de uñas, falanges y nudillos en forma lenta y progresiva, extendiendo el dolor durante días sin provocar daño mortal a la víctima. El nivel de desgarramiento podía ser controlado hasta el punto de provocar prácticamente la mutilación del miembro.]

Mientras hacía su furiosa declaración, Elisabeth creó cuervos uno tras otro. Insistiendo que confesaría sin necesidad de la tortura, Kaito tocó sus lomos como si los bautizara.

Con el tiempo, los cuatro cuervos reales* fueron completados. [Nt: Puede referirse a “como rey” también.]

“Sky Burial*.”

[Nt: “Entierro Celestial”. El entierro celestial o disección ritual es una práctica funeraria común en el Tíbet, en donde el cadáver humano es seccionado en lugares específicos y colocado en la cima de una montaña, exponiéndolo a los elementos (mahabhuta) y animales, especialmente a las aves de presa.]

Cuando Elisabeth habló, los cuatro pájaros despegaron en formación circular. Batieron sus alas con más fuerza de lo que deberían haber sido capaces, cruzando el océano y acercándose a la medusa.

Los cuatro se posaron sobre su carne translúcida y luego clavaron sus garras y se agarraron. Luego cada uno voló en una dirección cardenal.

La piel de la medusa se desgarró, y el agua de mar y fluidos corporales se derramaron. “Urgh… Ah, ahhhhhhhhh, ¡ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh!”

La medusa gritó mientras se retorcía en agonía. Sin embargo, incluso con la carne estirada a su límite y comenzando a desgarrarse, los cuervos no mostraron señales de detenerse. A medida que la medusa perdía más y más agua de mar y fluido, al final se rasgó en cuatro secciones asemejándose a los pétalos de flor.

Enormes trozos de carne en descomposición fueron expulsados y flotaron suavemente en la superficie del agua.

Al mismo tiempo, el agua de mar que había vomitado se precipitó violentamente hacia el faro.

“¡Agárrense fuerte! ¡Es sálvese quien pueda!”

A la señal de Elisabeth, los tres saltaron a la acción.

La ola de agua de mar que había salido de la medusa era más grande que el faro. Si hubieran sido personas normales, no tendrían más opción que simplemente ser tragados y barridos.

Los tres se agarraron de la robusta estatua de la santa y usaron su mana para fijarse en su lugar. Incontables cadáveres arrastrados por ellos mientras el agua sangrienta corrieron hacia ellos y los rodearon.

¡Hey, si esto es todo lo que hay, entonces probablemente saldremos con sólo un par de edificios en la costa siendo arrastrados!

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Mientras desesperadamente contenía su aliento, Kaito se sintió aliviado por eso.

Luego un pescado lo miró fijamente.

Tras una inspección más minuciosa, aunque ciertamente era un pez, también no lo era. Estaba nadando fácilmente contra la corriente, y miró a Kaito y a las otras con un solemne rostro masculino.

De hecho, rostros humanos brotaban por todo su gordo cuerpo.

No había vitalidad en absoluto en sus ojos apagados. Lentamente abrió sus gordos y odiosos labios.

Luego el pez con rostro humano escupió su corazón. “           ¿Huh?”

Una cierta escena volvió a pasar por su mente.

Un hombre desnudo había estado dentro de la flor del Gran Conde. Había ocultado su cuerpo real dentro de los pétalos. Sin embargo, después de que la medusa del Gran Conde había sido rasgada, nada como eso estaba ahí.

Si el Gran Rey había obligado al Gran Duque a cambiar incluso su forma y le ordenó vomitara su corazón…

Y si el llamativo espectáculo que el Gran Conde y el Gran Duque armaron había sido toda una trampa…

“¡Elisabeth!”

El corazón se rompió. Cientos de brazos pasaron por la ola y nadaron por el agua.

Los brazos carmesíes se aferraron a Elisabeth. Toda la energía se apagó de su cuerpo. Kaito rápidamente la agarró por detrás antes de que fuera arrastrada por la ola. Sin embargo, su propia mano estaba a punto de resbalarse de la estatua de la santa.

“¡Amo Kaito!”

Con reflejos sorprendentes y fuerza de agarre, Hina lo agarró del cuello con una mano.

En breve, el torrente de agua pasó. La azotea estaba llena de charcos carmesí y montones de peces muertos. Kaito sacudió el cuerpo sin fuerzas de Elisabeth mientras yacía desplomado en el suelo. Mientras Hina manipulaba sus sistemas de drenaje, se arrodilló junto a ellos.

“¡Elisabeth! ¡Elisabeth, vamos, despierta!”

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“¡Lady Elisabeth, por favor responde! ¡Lady Elisabeth!”

No respondió. Había peleado tan heroicamente, pero no dio respuesta a sus gritos.

El cuerpo de la medusa, desgarrado, pero no colapsado, estaba transformándose en plumas negras. Con el tiempo, colapsaron en un aluvión y flotaron suavemente sobre el mar carmesí. Flamas cerúleas ardían sobre las olas.

La subyugación del Gran Conde y el Gran Duque estaba completa.

Y en cuanto al resultado de la batalla, Kaito y compañía habían perdido.

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