Kenja no Deshi wo Nanoru Kenja (NL)

Volumen 4

Capitulo 4: Reunión Estratégica

“Todo lo que queda ahora es el monstruo, ¿verdad?”

El repentino cambio de tema de Mira hizo que los ocupantes de la sala subterránea se volvieran a poner sombríos. ¿Quién podría culparlos? La vida de Melissa se había salvado por ahora… pero cuando cayera la noche, todos morirían sin duda.

El poderoso monstruo seguía vigilando la fortaleza, esperando la oportunidad perfecta para atrapar a su presa. Aunque dejara de atacar las murallas, Mira se daba cuenta de que los cazadores no tenían suficiente comida para aguantar mucho tiempo. Tarde o temprano, alguien tendría que salir a buscar algo para comer, y lo más probable es que esa persona acabara convirtiéndose en una comida en lugar de encontrarla.

Pero el problema más inmediato era que la durabilidad de la fortaleza había llegado a su límite. Los muros se derrumbarían mucho antes de que llegaran los refuerzos, suponiendo que el mensajero de los cazadores hubiera llegado a la ciudad con su petición.

“Entonces, el monstruo que vigila la fortaleza… ¿Alguien sabe dónde está?” Preguntó Mira a la sala. Nadie respondió. Los cazadores, ahora despertados de su fugaz sueño de salvación, recordaron vívidamente al terrorífico monstruo y temblaron de miedo a la muerte.

“A esta hora del día debería estar patrullando el bosque cercano.” Dijo finalmente Dran. Había dejado que una cazadora limpiara la piel de Melissa y ahora tomaba su arco y sus flechas, que estaban apoyados en una pared cercana. “Te vas, ¿verdad? Bueno, este viejo saco de huesos puede ser tu escudo, cebo o lo que sea.”

Con eso, se puso en pie. Aunque Mira no se había dado cuenta antes, el hombre era un gigante. Parecía medir fácilmente dos metros.

“Yo también ayudaré.” “¡Yo también!”

Otros dos cazadores mayores se unieron a la causa. Eran visiblemente más débiles que Dran, pero la determinación en sus ojos ardía con la misma fuerza. La pareja se presentó ante Mira, con una espada y un hacha en las manos.

“¿Están seguros? Es posible que no podamos ganar.” Mintió Mira, mirando hacia ellos y sin poder ocultar su sonrisa. Sin embargo, sus palabras no pretendían poner a prueba su determinación.

“Hemos encontrado una oportunidad para probar, y la vamos a aprovechar. No se puede vivir una larga vida sin algo de astucia.” Dijo Dran, y los demás se mostraron de acuerdo.

“Todos vimos tu invocación. Nos sacó de nuestra depresión.”

“¿Cómo podríamos llamarnos cazadores si no nos uniéramos a ti ahora?”

Los tres se volvieron para mirar en silencio a los cazadores más jóvenes. Tenían que mostrar a los jóvenes su voluntad de lucha.

Ahora, armados con una poderosa baza, iban a luchar contra un enemigo al que no habían podido enfrentarse antes. ¿Conseguirían la victoria? ¿Podrían ser de alguna manera útiles para Mira? ¿Se convertirían los cazadores en cazados? Las preguntas quedaban suspendidas en el aire, sin ser pronunciadas.

Resulta que me gustan estos desarrollos tontos y llenos de testosterona.

En cuanto a Mira, había planeado ocuparse del monstruo sola. Sin embargo, abandonó esa idea en cuanto los cazadores mayores hablaron. Si luchaba sola contra el monstruo, estaría robando la oportunidad de justicia y venganza a los cazadores.

Los cazadores de la fortaleza estaban abatidos, aterrorizados por el monstruo. Si lo mataba, podrían estar contentos de estar vivos, pero la experiencia dejaría un peso eterno en sus almas. Cuando Mira consideró su futuro, se dio cuenta de que debía dar prioridad a ayudar a estos hombres y mujeres a superar su miedo antes que a mostrar la gloria de la invocación.

Los cazadores necesitaban desesperadamente recuperar la confianza. Dran y los demás les habían dado la oportunidad; ahora, los jóvenes cazadores sólo necesitaban reunir su valor.

“Espera un segundo. Por fin hemos salvado la vida de Melissa. En lugar de buscar una pelea que no sabemos si podemos ganar, ¿no sería mejor sacar a la gente de aquí una por una?” El esbelto cazador se acercó a Mira y a los demás, ofreciendo la opción con mayor probabilidad de supervivencia.

Su razonamiento tampoco estaba equivocado. ¿De qué serviría que los cazadores murieran aquí?

Por otra parte, el hombre delgado nunca había visto luchar a un invocador debidamente entrenado, por lo que no vio la oportunidad de victoria que traía Mira. Una invocadora de su capacidad —como lo demuestra el hecho de haber invocado a Asclepio— sin duda había participado en muchas batallas contra grandes adversidades y había vencido. Por desgracia, los otros jóvenes cazadores tampoco se dieron cuenta de ello.

“¡Vamos! ¡Podemos ganar esto!” Le amonestó Dran. “Viste a Mira invocar. El hecho de que haya necesitado un conjuro significa que tiene magia de alto nivel.”

“Sí, lo sé. Lo he visto. Pero no importa lo buena que sea curando, esa… cosa puede medio matarte con un rasguño. Un golpe directo, y estás muerto. No podemos enfrentarnos a eso.”

Dran no consiguió entender al hombre esbelto, simplemente porque carecía de conocimientos de todo tipo de magia, no sólo de invocación. Mientras que un mago experto casi siempre tenía que ser un luchador experto para aprender hechizos de alto nivel, eso no se aplicaba necesariamente a los invocadores. Era un camino difícil de recorrer.

“Curar no es lo único que puede hacer un invocador. ¿No es así, Mira?” Preguntó Dran.

“Pero por supuesto. El ingenio es el verdadero valor de la invocación.” Mira hinchó el pecho y sonrió con suficiencia.

Supuso que tenía un aspecto bastante elegante, pero parecía que los jóvenes cazadores sólo la veían como una niña pequeña que intentaba parecer más alta. Incluso Dran se rió al verla; le inspiraba poca confianza. Sin embargo, no le hizo perder la confianza en ella.

Mientras tanto, los cazadores más jóvenes empezaron a cambiar de opinión. Latry se apartó de Melissa y se levantó.

“Iré.” Declaró, con fuego en los ojos, y se acercó a Dran. En su corazón ardía una emoción: el orgullo.

“¡Escucha razones, Latry! ¡Salvamos a Melissa, y podemos escapar! ¡Ya no tenemos que luchar ni quedarnos aquí.” El hombre delgado se acercó a Latry, defendiendo su caso. Desesperadamente, argumentó que huir al cielo mientras pudieran era una opción mucho mejor que lanzarse imprudentemente a la batalla contra lo desconocido.

“Mira salvó la vida de Melissa. Si dice que puede derrotar al monstruo, la seguiré. Si las cosas se ponen difíciles, le ganaré tiempo.” Contestó Latry, con la decisión ya tomada. “Ella tiene una forma de volar, si no hay nada más. Si tenemos que huir, volveré con ustedes y correremos todo lo que podamos.”

Pasara lo que pasara, Latry no dejaría morir a Mira, incluso si eso significaba sacrificarse a sí mismo. Su decisión era firme. Sus palabras y el fuego de sus ojos silenciaron al esbelto cazador.

“Además, tenemos una oportunidad. Y no planeo morir; Melissa está bien, y hay mucha diversión que quiero tener.” Rió Latry, desterrando el aire pesado de la habitación. “Sinceramente, no sé nada de invocaciones. Sólo sé que la magia de Mira es increíble. Alguien dijo una vez que todos los magos veteranos son fuertes, sin importar su disciplina, y Mira tiene que ser realmente fuerte.”

Sus palabras hicieron que los demás jóvenes cazadores se sintieran atraídos por la persona de la que hablaba: Mira. Latry era la persona más fuerte de la fortaleza, y los jóvenes cazadores sólo conocían a otro más fuerte que él, sin contar a Mira, a quien consideraban un comodín. Poco a poco, la esperanza echó raíces donde antes sólo había existido la desesperación.

“¿Puedes… vencer a esa cosa?” Preguntó finalmente el hombre delgado a Mira. Los otros jóvenes cazadores se centraron directamente en ella y esperaron a escuchar su respuesta.

“Eso depende del esfuerzo que estés dispuesto a hacer.” Respondió, invocando al mismo tiempo a un Caballero Sagrado a su lado. Por encima del repentino clamor de la sorpresa, añadió: “Mi invocación puede protegerse de los ataques del monstruo; como puedes ver, está especializado en la defensa. Pero que el monstruo caiga depende de tus ataques. ¿Qué dicen?

¿Alguno de ustedes tiene el valor de intentarlo?”

Mira colocó una mano sobre el escudo de torre del caballero y observó a los jóvenes con detenimiento. Todo esto era para mostrar, por supuesto; incluso si el Caballero Sagrado no era tan fuerte como su Caballero Oscuro orientado a la ofensiva, estaba a la altura. Había muy pocos enemigos a los que no pudiera dominar.

Sin embargo, su objetivo era que los cazadores recuperaran el valor a través de sus propias acciones. Derrotar fácilmente al monstruo en unos instantes no lo conseguiría. Por otro lado, si ella se encargaba de la defensa de los cazadores…

Contemplar al imponente Caballero Sagrado —que era más grande que Dran, con una robusta armadura y un enorme escudo— sembró la semilla del valor en los cazadores más jóvenes.

“Lo intentaré.” Dijo uno. “Nunca volveremos a tener una oportunidad como ésta.”

“Soy un verdadero cazador.” Añadió otro. “Con esa cosa de nuestro lado, no tengo motivos para huir.”

El miedo todavía les corroía, pero la esperanza había encendido pequeños fuegos de valentía en su interior. Los fuegos se extendieron cuando esos dos expresaron su voluntad de luchar, y más gente se ofreció como voluntaria. Pronto, la sala subterránea se llenó de vida mientras los cazadores revisaban sus armas y se preparaban. Asclepio atendió a los que necesitaban curación uno tras otro.

Así es. ¡Así es como deben actuar los jóvenes! Mira se dejó caer y los observó con satisfacción.

“Tu ayuda es muy apreciada.” Dijo Dran en voz baja mientras se sentaba junto a la joven sonriente. Los otros dos cazadores mayores que habían permanecido junto a él inclinaron simultáneamente la cabeza en señal de gratitud.

Al principio, Dran había considerado la posibilidad de usarse a sí mismo como cebo para dar a los cazadores la oportunidad de atacar al monstruo. Sabía que una invocadora veterana como Mira debería causar un gran daño a la criatura si se le daba la oportunidad, si no la mataba directamente. Si la incapacitaba, los jóvenes cazadores serían más propensos a entrar y acabar con ella. Sus dos compañeros parecían pensar lo mismo: si Dran caía en la batalla, estaban dispuestos a actuar como cebo para dar a Mira dos oportunidades más.

Sin embargo, en cuanto vieron al Caballero Sagrado, los tres cazadores se dieron cuenta de que Mira era mucho más poderosa de lo que habían pensado. Tampoco se les escapó que estaba reuniendo a sus compañeros más jóvenes para restaurar sus espíritus rotos.

“¿De verdad? Ni lo menciones.” Mira se encogió de hombros con una inclinación de cabeza. Nunca supo a qué medidas desesperadas estaban dispuestos a llegar los tres ancianos, aunque habían sabido leer su plan para incitar a los cazadores más jóvenes a actuar.

Elegir salvar a los cazadores habría sido lo correcto para Mira. Pero ponerlos en pie y hacerlos caminar con sus propios pies era aún más importante. Un brote protegido no podía convertirse en un gran árbol, pero tampoco un brote doblado hasta el punto de ruptura.

Mira admiraba la filosofía de los cazadores, basada en sus experiencias significativas. No era algo que pudiera reproducirse fácilmente. Sonrió y memorizó la escena de los cazadores conmovidos.

***

Mientras la cámara bullía de gente preparándose para la batalla, un grupo apareció ante Dran.

“¿Es cierto que vamos a luchar contra ese monstruo?” Preguntó un hombre que había estado trabajando en el muro exterior. Curiosa, Mira levantó la vista y se dio cuenta de que todo el equipo de reparación estaba allí.

“Ese es el plan.” Dran asintió y los observó fijamente, con la mirada firme.

Por un momento se quedaron boquiabiertos. “Pero… eso no va a funcionar. Estábamos arreglando el muro porque sabíamos que un asalto sería un suicidio. Tenemos que aguantar y esperar los refuerzos, ¡ese era el plan!” El hombre tartamudeó un poco mientras exponía su caso. Su cautela era natural; este momento era crucial.

“¿Y si te digo que ahora tenemos una oportunidad? En ese caso, ¿pelearían?” Les preguntó Dran después de ver a Mira y al Caballero Sagrado que estaba en silencio a su lado.

“Lo hemos oído todo.” Respondió el portavoz del grupo. “Esa cosa blanca es nuestra clave para la victoria, ¿verdad? Pero no lo entiendo. Quiero decir, se ve bien, pero no sé nada acerca de la invocación. Es imposible que pueda enfrentarse a ese monstruo.”

A pesar del aire intimidatorio del Caballero Sagrado, el miedo a enfrentarse de nuevo al monstruo seguía siendo fuerte entre los que no habían presenciado la oferta de Dran como voluntario. El equipo de trabajo luchaba con sus emociones, dividido entre el deseo de luchar como verdaderos cazadores y hacer lo más prudente y esperar refuerzos.

Si estuvieran seguros de poder ganar, se alzarían en armas. Incluso si no lo estuvieran, lucharían hasta el final. Pero su fatiga por los ataques nocturnos aún no había disminuido, y el monstruo era una enorme amenaza.

Por desgracia, Dran y sus compañeros no estaban a la altura de la tarea de convencer a estos cazadores. Necesitaban un último empujón.

Entonces, un hombre se adelantó. Llevaba un delantal de cuero, guantes y un mono negro: la imagen misma de un artesano, con rasgos finos. Mira recordó que era él quien había estado utilizando sus increíbles técnicas para trabajar la madera.

Observó al Caballero Sagrado y luego a Mira antes de decir con confianza: “Creo que podemos apostar nuestras esperanzas en esta chica. Por otra parte, no soy un gran luchador. Eso se lo dejaré a los demás.”

“¿Tú crees?” Preguntó el líder del equipo de reparación. “Hmm. Si Tomoki lo dice, entonces su habilidad debe ser genuina.”

Los amigos del carpintero parecían confiar en él. Casi al instante, sólo sus palabras habían encendido su espíritu de lucha.

¿Pero qué pruebas tenía para determinar la fuerza de Mira?

Tomoki era un nombre que sonaba muy japonés. Mira se detuvo y centró su atención en el carpintero, en lugar de en sus compañeros ahora animados. Los dos se miraron, confirmando las sospechas de Mira.

Tomoki se acercó a Mira y le susurró al oído con una sonrisa. “Eres un antiguo jugador,

¿no? Dejo a todos en tus manos.” Le lanzó un guiño significativo.

Una mujer normal se habría sonrojado ante el acto, pero esta era Mira. Simplemente curvó el labio y habló con seguridad. “Puedes contar conmigo.”

Tomoki también era un antiguo jugador. Al igual que se había dado cuenta de que eran existencias parecidas, también había adivinado la fuerza de Mira.

Cuando este mundo era un juego, no existía la verdadera muerte para los jugadores. Podían luchar temerariamente sin preocuparse, cruzando la línea entre la vida y la muerte en múltiples ocasiones. Así, habían alcanzado fácilmente niveles de habilidad que la gente normal del mundo nunca podría esperar igualar. Aunque había diferencias entre ellos, la mayoría de los antiguos jugadores, si no todos, eran fuertes en la batalla, y Tomoki había juzgado que Mira era capaz de acabar con el monstruo.

Mira hizo su propia estimación de él. Si no puede luchar contra el monstruo por sí mismo, debe especializarse en la artesanía. Eso explicaba el milagroso trabajo en madera. No era inaudito que una persona que amaba la artesanía —o la metalurgia, o algún otro oficio— ignorara por completo el combate en el juego. Por eso, en AEO, algunas personas apenas podían luchar.

Algunos jugadores artesanos podían incluso crear objetos iguales a los de rango legendario. Mira pensó en todos los objetos legendarios que había dejado con Cleos para reconstruir el Departamento de Evocación de la academia.

Podía imaginar que Tomoki era un gran trabajador de la madera, y seguramente sus habilidades y experiencia superaban con creces su fuerza. Su presencia también hablaba bien de sus compañeros, los cazadores. Los artesanos de primera categoría eran también jueces de primera categoría en cuanto al carácter.

***

Pronto, los cazadores terminaron de prepararse para la batalla. Se alinearon frente a Mira y comenzó su reunión estratégica.

La planificación no era especialmente compleja. Discutieron cosas sencillas pero necesarias: dónde lucharían, que se desplazarían hasta allí en fila india, cómo reaccionarían ante las emergencias, cómo asignar los roles en función de las habilidades y las armas, etc.

Al concluir la reunión, Mira hizo una importante advertencia a los cazadores: pasara lo que pasara, nadie debía esconderse detrás del Caballero Sagrado. Ella los protegería pase lo que pase, pero esta batalla debía devolver la dignidad a los cazadores. Tendrían que enfrentarse al monstruo de frente.

En respuesta, todos los cazadores respondieron al unísono: “¡Sí, señora!”

Las instrucciones de Tomoki eran permanecer en la fortaleza y vigilar a Melissa. Con la cabeza inclinada y unas solemnes palabras de agradecimiento, Latry expresó su gratitud al carpintero. Finalmente, Dran y los demás ancianos reunieron a los jóvenes, y sus enérgicas voces sacudieron la sala.

Salieron de la fortaleza, renovados y revitalizados por la presencia de Mira.