Kenja no Deshi wo Nanoru Kenja (NL)

Volumen 4

Capitulo 2: Árbol Anciano

Cuando Mira despidió al Señor Oscuro, Alfail cayó en el campo de entrenamiento, con los brazos y las piernas extendidos. Le habían dado una buena paliza, pero respiraba una y otra vez mientras una expresión de satisfacción le recorría el rostro.

“Aww, en serio.” Dijo, jadeando. “No he podido ni hacer mella. Uf… Eso fue genial.

Digamos, um… Maldición. Creo que no he preguntado tu nombre.” “Mira.”

“Señora Mira, ¿eh? ¿Cómo estuve?” El título de respeto parecía venir naturalmente a Alfail. Después de todo, por fin había encontrado a alguien que podía superarle en combate.

Por otro lado, Mira se sintió ligeramente sorprendida por el repentino honorífico. Decidió no darle importancia y se puso en cuclillas junto a Alfail para entregarle un au lait de manzana. “Te has enfrentado bastante bien a una de mis mejores invocaciones, así que diría que tienes algo de talento. Aun así, tendrás que seguir siendo diligente.”

“Ya veo… ¿Crees que aún puedo hacerme más fuerte?” Alfail meditó sus palabras por un momento, viendo de reojo a Mira. No había perdido un combate en cinco años. Nunca había sido capaz de medirse de verdad con alguien.

“Hrmm. No soy espadachín, así que no puedo responder a eso con seguridad. Pero, si me presionan, diría que… depende de tu esfuerzo. Conozco a una persona bastante tonta que es bastante parecida a ti, y ha derribado a mi Señor Oscuro muchas veces. Si eres igual de terco, entonces puede ser posible.”

Cuando este mundo todavía era un juego, y Mira era un jugador, tenía muchos otros amigos además de la banda de Alcait. Entre ellos había un espadachín al que le gustaba luchar tanto como a Alfail. Sonrió con nostalgia, recordando cómo se enfrentaban.

“Él derrotó… ¿eso? ¿Múltiples veces?” Alfail se rió de su actuación de hace unos momentos y miró al cielo. “¿Crees que yo también puedo ser como él?”

“De nuevo, todo depende de tu esfuerzo.”

“Huh… Sí, tienes razón. Ya sabes, el esfuerzo es mi fuerte. Créeme cuando digo que algún día podré superar a esa criatura.” La determinación y la pasión se arremolinaban en sus ojos mientras observaba a Mira. Eran los ojos heroicos de un hombre que tenía esperanza en el futuro. “Cuando llegue ese día, ¿volverás a luchar contra mí?”

“Por supuesto. Estoy deseando ver tu crecimiento.”

“¡Ja, ja! Te dejaré increíblemente maravillada.” Alfail rió satisfecho. Mientras miraba con aprecio a la pequeña maga que le había vencido, sus ojos se desviaron hacia el dobladillo de su falda… y se dio cuenta de lo alto que había subido cuando se arrodilló a su lado. Se puso en pie de un salto y envainó su espada, como si estuviera cubriendo algo.

“¿Qué pasa?” Mira levantó una ceja.

“¡Oh, n-nada! Muchas gracias por lo de hoy. Voy a balancear mi espada un poco y luego me voy a casa. Y gracias también por esto.” Alfail tomó el au lait de manzana y se lo bebió de un trago. Por alguna razón, sus mejillas estaban un poco sonrojadas.

A Mira le pareció un poco repentino, pero tuvo que admirar su devoción por la espada. Al menos, parecía más seguro con ello que con las damas.

***

Sin prestar atención al resto de los espectadores, Mira dejó a Alfail en el campo de entrenamiento y se dirigió a la posada.

El restaurante empezaba a vaciarse y el propietario se sentó en el mostrador. Mira pidió un té de hierbas y una tarta de miel.

“Ustedes dos se tomaron un tiempo terriblemente largo. ¿Va todo bien?” Preguntó el propietario, viendo a Mira mientras le servía un té de hierbas en una taza.

“Creí que sólo era un fanático de la magia, pero ese hombre es un completo idiota para la lucha. Quiso entrenar en cuanto invoqué a mi Caballero Oscuro.” Mira se encogió de hombros, pero la sonrisa en su rostro demostraba que se había divertido. Después de todo, Alfail le recordaba a un amigo que tuvo una vez y que siempre era directo con las cosas que adoraba. Recordó cómo había adorado la katana.

“¿Así que eso es lo que pasó?” El hombre del mostrador colocó el té de hierbas y una tarta de miel frente a Mira. “Creo que la afición de Alfail por la magia empezó cuando un mago le ganó en una pelea desigual.”

No podía ser un mago normal, ya que Alfail estaba seguro de su habilidad con la espada. Incluso teniendo en cuenta el crecimiento de sus habilidades desde entonces, el mago debía ser bastante fuerte.

“Eso sí que es interesante.” Mira instó al propietario a continuar, pinchando su tarta todo el tiempo.

El propietario pensó para sí mismo, ordenando la historia en su mente. “Ese mago pasó por aquí hace unos cinco años. Corrían grandes rumores por estos lares. Unos recolectores de hierbas medicinales en las montañas dijeron que se habían topado con un monstruo humanoide que nadie había visto nunca. Uno realmente desagradable. El recolector pensó que moriría ese día. Pero, de repente, una mujer vestida con un cheongsam con una larga abertura en el muslo saltó desde lo alto de una montaña y lo hizo volar de un solo golpe. Según el forastero, era una sabia con un dialecto gracioso. En cuanto al monstruo… Bueno, su ataque lo quemó hasta dejarlo hecho cenizas.”

Alfail debe haber luchado con esa mujer y haber perdido. Si ella lo había derrotado, como afirmaba este hombre, se podía suponer que tenían una diferencia de poder importante.

“¿De verdad? Parece una gran sabia.”

“¿Verdad? Cuando escuchó ese rumor, Alfail se levantó, tomó sus cosas y se fue. Por aquel entonces, era arrogante y estaba dispuesto a desafiar a cualquiera que fuera fuerte. Alrededor de un mes después, regresó convertido en un hombre nuevo: un espadachín que admira a los magos, como has visto. Tengo que preguntarme cómo fue la pelea.”

Al terminar la historia, el propietario comenzó a lavar los platos. Mira saboreó la dulzura de la tarta de miel y de vez en cuando se mojaba los labios con el té de hierbas, mientras recordaba al mago tan familiar de la historia del propietario: Meilin el Puño Controlador.

¿Qué está tramando? Mira agonizó ante la pregunta de cómo atraparía a esta amiga suya, una mujer empeñada en entrenar contra fuertes oponentes de todo el mundo.

Después, Mira cambió de tema y disfrutó de una pequeña charla con el propietario. Se enteró de que este pueblo había sido construido por cazadores que se ganaban la vida en el Bosque de los Devotos. Los monstruos poderosos no aparecían salvo en las zonas más profundas, por lo que los aventureros hábiles podían ganarse el sustento cómodamente.

Los que deseaban aún más dinero utilizaban una fortaleza en lo profundo del bosque como base. Excluyendo a Alfail, que no siempre estaba presente, el propio hijo del propietario era el guerrero más fuerte de la aldea.

Reflexionando sobre ese estilo de vida con admiración, Mira terminó su comida y se dirigió a su habitación. Hizo sus planes para la mañana y se fue a la cama.

***

A la mañana siguiente, Mira se apresuró a prepararse y bajar al restaurante antes de que terminara el desayuno. Tras comprar más pasteles y meterlos en su Caja de Objetos, partió de la Aldea de los Cazadores.

Un cielo interminable se cernía sobre el Bosque de los Devotos. A lo lejos, los cielos azules y claros se convirtieron en nubes y niebla que bullían en el horizonte. Sólo las interrumpía un enorme árbol que atravesaba las nubes.

Ese era el Árbol Anciano.

Retorciéndose en el lomo de Pegaso, Mira se ajustó la ropa. Había tenido tanta prisa esa mañana que la prenda que le rodeaba el pecho le quedaba demasiado holgada.

Con gran disgusto, luchó desesperadamente contra la prenda durante un tiempo utilizando las tácticas que Mariana le había enseñado. Finalmente, se conformó con un ajuste que le proporcionaba una sujeción razonable, pero que no revelaba demasiado. Suspiró, decepcionada por tener tan poco que ocultar.

¿Qué es lo que pasa?

Satisfecha con el sujetador que ahora le quedaba bien, se giró hacia la imponente naturaleza que se extendía ante ella y murmuró algo sobre que era perfecta. Estaba llena de una extraña satisfacción.

***

Mira llevaba más de dos horas volando directamente hacia el Árbol Anciano, pero le parecía que no se había acercado mucho a él. Cambiaba constantemente de posición encima de Pegaso para hacer frente a las inevitables rozaduras de montar a pelo. Cabalgaba con las piernas cruzadas, de rodillas, abrazando las rodillas contra el pecho, boca abajo, desplomada sobre el lomo de Pegaso… Tras un brutal proceso de prueba y error, finalmente se decidió por tumbarse hacia delante, con la cabeza apoyada en el cuello de Pegaso.

Pasado el mediodía, cuando el sol estaba más brillante, Mira divisó un claro en el bosque.

Entrecerró los ojos y vio una pequeña fortaleza.

Ese debe ser el lugar que mencionó el propietario de la posada, supuso Mira. Por curiosidad, se acercó lentamente desde arriba.

“¿Hrmm? Bueno, eso no tiene buena pinta…”

Era difícil distinguirlo desde lejos, pero al inspeccionarlo más de cerca, se dio cuenta de que la fortaleza se estaba desmoronando. El muro exterior de la estructura de piedra estaba destrozado en algunos puntos, y el muro interior apenas lograba mantenerse en pie. Los muros circundantes, llenos de agujeros, eran incapaces de defender la fortaleza como estaba previsto. Decir que estaba en mal estado sería quedarse corto.

Algo no le pareció bien a Mira.

Al acercarse, vio a un grupo de cazadores. Los hombres y las mujeres estaban reunidos cerca de un gran agujero en las paredes exteriores, haciendo… algo. Al principio, parecían llevar armas, por lo que Mira supuso que se trataba de una expedición de caza que se adentraba en el bosque. Sin embargo, esa suposición pronto resultó falsa.

¿Están reparando los agujeros?

Los cazadores estaban recogiendo escombros y trozos de madera para remendar las paredes. Mira volvió a observar hacia arriba; era un día claro, perfecto para cazar. Eso significaba que las cosas en la fortaleza estaban lo suficientemente mal como para que las reparaciones tuvieran ahora prioridad sobre las aventuras.

¿Hay algún tipo de emergencia?

Guiada por la curiosidad con una pizca de oficiosidad, Mira descendió al centro del patio de la fortaleza para averiguar cuál era el problema.

“¡Eh! ¿Refuerzos?” Gritó un cazador al ver que Pegaso aterrizaba. Los demás cazadores se volvieron de inmediato y observaron a Mira con ojos llenos de esperanza y asombro. Por desgracia, la repentina atención y el acercamiento de la multitud asustaron a Pegaso.

“No suponen ningún peligro, amigo.” Dijo Mira, calmando a su enfadada montura antes de despedirla. “Me llamo Mira; sólo soy una aventurera.” Sacó un bonito tarjetero del bolsillo de su abrigo y mostró su licencia de aventurera.

“Oh. Una aventurera, ¿eh?” Un hombre comprobó su licencia y observó el rango que figuraba, y luego suspiró abatido. Todos los demás cazadores parecían igual de agotados, con la desesperación evidente en sus rostros.

“Cuéntame más sobre los refuerzos que esperabas. Me he pasado por aquí porque este lugar parece, er, bastante dañado. ¿Pasa algo?” Mira observó la fortaleza que se derrumbaba, los muros que se desmoronaban y los cazadores desesperados.

“Bueno, verás…” Mientras el dolor nublaba aún más su rostro, el hombre explicó. Dos semanas antes habían empezado a aparecer monstruos raros, no procedentes del Bosque de los Devotos. Al principio, los cazadores se alegraron de los posibles beneficios, pero las cosas empeoraron a los pocos días.

Los monstruos tenían rangos, al igual que los aventureros, y parecía que había un monstruo de alto rango entre las criaturas. Solos, los cazadores de la fortaleza podían cazar monstruos de Rango D, y podían cazar monstruos de Rango C a B en grupo. Pero un demonio en particular de este grupo de monstruos recién llegados los derrotó fácilmente a todos. Apenas escaparon con vida, y sólo después de perder a cinco compañeros.

“Esa cosa es un tipo de bestia diferente.” Continuó el cazador.

Eso fue sólo el comienzo de la pesadilla. Por alguna razón, la ferocidad de las nuevas bestias se intensificó durante la noche, y comenzaron a asaltar la fortaleza de los cazadores. La poderosa era, afortunadamente, la única de su especie, y no era capaz de saltar los muros de piedra… pero con cada noche que pasaba, su fuerza abrumadora aplastaba los muros de la fortaleza y desgastó las defensas.

Los cazadores no estaban preparados para hacer frente a esta situación; los monstruos del Bosque de los Devotos nunca fueron tan fuertes.

Y lo que es peor, los monstruos merodeaban por los alrededores de la fortaleza, cortando cualquier esperanza de huida. Todas las rutas conducían a la aniquilación. Los cazadores habían dejado sus últimas esperanzas en un compañero, que tomó el caballo más rápido de la fortaleza para pedir refuerzos al pueblo más cercano.

Nadie sabía si había llegado. Si lo había hecho, ¿quién podía decir si los refuerzos llegarían a tiempo? El hombre frunció el ceño ante esta parte de la historia antes de continuar.

Sólo unos días después, los monstruos habían empezado a destruir los muros de la fortaleza. Los cazadores habían logrado mantener el fuerte hasta ahora, pero estaba claramente en forma insostenible. Pronto caería. Por lo tanto, los cazadores estaban utilizando los materiales de los monstruos que habían matado para reforzar los muros en un débil intento de ganar tiempo.

“Cuando aterrizaste, aquí estaba yo, esperando que fueran refuerzos…” El hombre sonrió alegremente al concluir su historia. Dado el rango de Mira y su desconocimiento de la situación, estaba claro que no era lo que esperaban.

Por supuesto, el cazador que había ido a pedir refuerzos habría sabido que un aventurero de Rango C no podía enfrentarse a esos monstruos. También habría comunicado el estado de la fortaleza a los refuerzos, por lo que la débil esperanza de que Mira fuera un único refuerzo enviado por adelantado se extinguió cuando reveló que no sabía nada de la situación en la fortaleza. La decepción de los cazadores fue palpable.

Lo que no sabían era que Mira era mucho más poderosa que cualquier refuerzo que pudiera conseguir un pueblo cercano. Y lo que es más importante, era una gran entrometida.

***

Ahora que comprendía la situación de los cazadores, Mira inspeccionó los muros y la propia fortaleza, juzgando que tendrían suerte si sobrevivían a un asalto más. Los muros estaban completamente cubiertos de daños y amenazaban con derrumbarse con el siguiente ataque. Probablemente, Mira podría haberlos derribado sólo con la fuerza de sus brazos.

Muchos cazadores se dedicaron a las reparaciones. Un carpintero en particular era un fantástico artesano, que unía la madera sin un solo clavo o tornillo. Hacía soportes para forrar las paredes interiores, reforzándolas contra los ataques exteriores. No parecía tomar ninguna medida, pero, como por arte de magia, todo lo que construía era perfecto hasta el último centímetro. Su obra serviría como un baluarte decente.

Sin embargo, por muy asombrosa que fuera su habilidad, los cazadores seguían enfrentándose a algo que podía destrozar los muros de piedra. Sin duda, las reparaciones de madera del carpintero caerían al amanecer.

Tras rodear la fortaleza una vez, Mira observó hacia el bosque donde se escondían los poderosos monstruos, con un dedo en la barbilla.

Me molesta no saber a qué me enfrento, pero… No, todo saldrá bien.

Aunque técnicamente era la Anciana de la Torre de la Evocación, había enemigos que Mira no podía manejar sola. Mirando los daños en la fortaleza, decidió que probablemente podría tratar con este monstruo. Está claro que no podía destrozar los muros de piedra de un solo golpe. Eso significaba que no podría atravesar la armadura de su Caballero Sagrado.

No podía abandonar a estos cazadores. Eliminar al monstruo problemático sería la solución más rápida, y no había mejor momento que el presente.

“Eh, tú.” La abordó alguien cuando empezaba a salir por la puerta. “Puedes volar en ese caballo, ¿verdad? ¿Te importa si te pido un favor?”

El joven que antes había explicado la situación a Mira ahora le bloqueaba el paso. En su rostro había pánico, inquietud y un leve atisbo de esperanza.

“Claro. Oigamos que tienes para decir.”

“Una de los nuestros está malherida y necesita ser llevado al Gremio Médico en la Villa de los Cazadores lo antes posible.”

“¿Gremio Médico?” Preguntó Mira.

“Tú… ¿nunca has oído hablar del Gremio Médico?”

El joven explicó pacientemente que las personas con magníficas habilidades mágicas y curativas pertenecían al Gremio Médico. Servía principalmente como último recurso para pacientes con enfermedades terribles; un tratamiento de tan alto nivel costaba grandes sumas de dinero. Sin embargo, los resultados valían la pena. Si alguien pagaba al gremio una cuota mensual —esencialmente una prima de seguro— podía recibir tratamiento a un precio muy reducido.

El sistema se parecía sospechosamente a un seguro médico nacional. Mira olía a antiguos jugadores detrás de ello, pero a pesar de todo, se llevó un dedo a la barbilla pensando. Lo que importaba ahora era que la cazadora herida pagaba el seguro, así que el Gremio Médico se aseguraría de salvarle.

“Hrmm, ya veo. Tal vez pueda ayudar. Pero primero, ¿puedo examinar yo misma el estado de la mujer herida?” Preguntó Mira, aparentemente habiendo dado con una idea.

“S-Sí, por supuesto. No está bien, pero debería poder viajar.”

Hasta que Mira no lo supiera con seguridad, no estaba dispuesta a correr el riesgo. Sin embargo, las probabilidades de que la cazadora herida sobreviviera al transporte podrían ser mejores que las de que ella sobreviviera aquí al siguiente ataque.